Capítulo 28 Capítulo 30
Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad
Capítulo 29
Prejuicio
Egocéntrico
Original |
Desafortunadamente,
a nadie se le puede decir quién es J. K. Rowling. Tienes que verla
por ti mismo.
Advertencias
científicas: Luosha apunta que toda la teoría en el Cap. 27 (usas
tu propio cerebro para simular el de otros) no es un hecho científico
tan conocido. La evidencia hasta ahora señala en esa dirección,
pero todavía no hemos analizado el circuito cerebral para
comprobarlo. De manera similar, las formulaciones atemporales de la
mecánica cuántica (referida en el Cap. 28) son tan elegantes que me
sorprendería descubrir que la teoría final tuvo algo incorrecto en
ella, sin embargo no han sido establecidas todavía.
...
Últimamente había
una sensación aplastante en el estómago de Hermione, cada vez que
escuchaba a otros estudiantes hablar sobre ella y Harry. Había
estado en las regaderas cuando escuchó una conversación entre Morag
y Padma que había sido la última gota que derramó el vaso además
de muchas otras gotas.
Estaba empezando a
pensar que involucrarse en una rivalidad con Harry Potter había sido
un error terrible.
Si
sólo se hubiera quedado apartada
de Harry Potter, podría haber sido Hermione Granger, la más
brillante estrella académica de Hogwarts, quien estaba recibiendo
más puntos para Ravenclaw que cualquier otro. No habría sido tan
famosa como el Niño-Que-Vivió, mas habría sido famosa por sí
misma.
En vez de eso el
Niño-Que-Vivió tenía una rival académica, y su nombre por
coincidencia era Hermione Granger.
Y peor, ella había
tenido una cita con él.
La idea de meterse
en un Romance con Harry había parecido una idea atractiva en
principio. Había leído libros al respcto, y si había alguien en
Hogwarts que era candidato como interés amoroso de la heroína ese
era obviamente Harry Potter. Brillante, divertido, famoso, a veces
aterrador...
Así que forzó a
Harry en ir a una cita con ella.
Y
ahora ella
era su
interés amoroso.
O peor, una de las
opciones en su menú de comida.
Había
estado en las regaderas esa mañana y a punto de encender el agua,
cuando escuchó risas que provenían de afuera. Y escuchó a Morag
hablando sobre esa chica hija de Muggle que probablemente no lucharía
con suficiente ahínco para ganar contra Ginevra Weasley, y Padma
especulando que Harry Potter podría decidir quedarse con ambas.
Era como si ellas no
entendieran que las CHICAS tenían opciones en su menú de comida y
los CHICOS peleaban por ellas.
Pero esa ni siquiera
era la parte que le dolía, realmente. Era que cuando obtenía 98 en
una de las pruebas de la Profesora McGonagall, la noticia no fue que
Hermione Granger había conseguido la nota más alta de la clase, la
noticia fue que la rival de Harry Potter había conseguido siete
puntos más que él.
Si te acercabas
demasiado al Niño-Que-Vivió, te volvías parte de su historia.
No ganabas la tuya
propia.
Y a Hermione le
llegó el pensamiento de que sólo tendría que alejarse, mas eso
hubiera sido demasiado triste.
Pero
no quería recuperar
lo que accidentalmente había regalado al permitir ser conocida como
la rival de Harry. Quería ser una persona separada de nuevo en lugar
de la tercera pierna de Harry Potter, ¿eso era mucho pedir?
Era una trampa
difícil de trepar una vez que caías adentro. Sin importar que
tantos puntos obtuvieras en clase, aún si era algo que merecía un
anuncio especial a la hora de la cena, nada más significaba que
estaban rivalizando otra vez con Harry Potter.
Aunque pensó que se
le ocurriría alguna forma.
Algo
para hacer que no
fuera
visto como levantar el columpio de Harry Potter en dirección
opuesta.
Sería arduo.
Iría en contra de
su naturaleza.
Tendría que pelear
contra alguien muy malo.
Y
necesitaría pedirle ayuda a alguien todavía más
malo.
Hermione alzó su
mano para llamar a esa terrible puerta.
Ella titubeó.
Hermione
se dio cuenta que estaba siendo una tonta,
y levantó su mano un poco más alto.
Intentó llamar de
nuevo.
Su mano falló por
mucho en tocar la puerta.
Y luego la puerta se
abrió de par en par.
"Querida,"
saludó la araña, sentada en su red. "¿Era realmente tan
difícil perder un solo punto Quirrell, Señorita Granger?"
Hermione
se quedó ahí de pie con la mano alzada, sus cachetes poniéndose
rosados. Eso había
sido.
"Bueno,
Señorita Granger, tendré que ser misericordioso," dijo el
malvado Profesor Quirrell. "Considérelo ya perdido. Listo, la
he liberado de una dura decisión. ¿No se siente agradecida?"
"Profesor
Quirrell," Hermione se las arregló para hablar con una voz que
chilló un poco. "Tengo muchos puntos Quirrell, ¿no es así?"
"Usted los
tiene en efecto," respondió el Profesor Quirrell. "Aunque
uno menos de lo que tenía antes. Terrible, ¿no es cierto? Sólo
piense, si no me gusta su razón para venir aquí, usted podría
perder otros cincuenta. Quizá si se los voy quitando uno... por
uno... por uno..."
Las mejillas de
Hermione estaban enrojeciendo aún más. "Usted es realmente
malo, ¿alguien se lo dijo antes?"
"Señorita
Granger," el Profesor Quirrell clamó con gravedad, "puede
ser peligroso darle a las personas cumplidos cuando no se los han
ganado en verdad. El receptor podría sentirse avergonzado e
inmerecido y querría hacer algo digno de sus elogios. ¿Qué era lo
que deseaba hablar conmigo, Señorita Granger?"
...
Después
del almuerzo en la tarde del Jueves, Hermione y Harry estaban
resguardados en un pequeño rincón de la biblioteca, con un área
envuelta en Quietus
para que pudieran hablar. Harry yacía boca abajo sobre el suelo con
sus codos reposando sobre el piso y su cabeza en sus manos y sus pies
pateando casualmente tras él. Hermione estaba ocupando una silla
mullida demasiado grande para ella, como si ella fuera el centro de
Hermione cubierto de caramelo.
Harry
había sugerido que podían, como un primer paso, él leer sólo los
títulos
de todos los libros en la biblioteca, y entonces Hermione podría
leer todas las tablas de contenido.
Hermione había
considerado que esto era una brillante idea. Ella nunca había hecho
eso antes en una biblioteca.
Desafortunadamente
había una pequeña falla en este plan.
Llámese, que ambos
eran Ravenclaws.
Hermione
estaba leyendo un libro titulado Mnemotecnias
Mágicas.
Harry
estaba leyendo un libro nombrado El
Mago Escéptico.
Cada uno había
pensado que no era más que una excepción especial que iban a hacer
nada más que esta vez, y ninguno de los dos se había dado cuenta de
que era imposible para ambos llegar a finalizar todos los títulos de
los libros sin importar cuán duro lo intentaran.
El silencio de su
pequeño rincón se rompió por dos palabras.
"Oh,
no,"
Harry de repente exclamó en voz alta, sonando como si las palabras
lo hubieran desgarrado.
Se produjo algo de
silencio.
"Él
no
lo hizo,"
Harry continuó, con la misma voz.
Entonces ella
escuchó que Harry empezó a reírse sin poder contenerse.
Hermione levantó la
vista de su libro.
"De
acuerdo," ella preguntó, "¿de qué se
trata?"
"Acabo
de descubrir por qué nunca le preguntas a los Weasleys por la rata
familiar," Harry reveló. "Es en verdad
espantoso y no me debería estar riendo y soy una persona terrible."
"Sí,"
Hermione afirmó con remilgo, "lo eres. Dime también."
"Bueno, primero
el trasfondo. Hay un capítulo entero en este libro de teorías de la
conspiración sobre Sirius Black. Recuerdas quien es ese, ¿cierto?"
"Por supuesto,"
respondió Hermione. Sirius Black era un traidor, un amigo de James
Potter que permitió que Voldemort ingresara al hogar protegido de
los Potters.
"Resulta
que hubo un número de, digamos, irregularidades,
asociadas con que Black fuera a Azkaban. Él no recibió un juicio, y
el Ministro Junior a cargo cuando los Aurores arrestaron a Black no
era otro que Cornelius Fudge, quien se convirtió en nuestro actual
Ministro de Magia."
Eso sonaba un poco
sospechoso para Hermione también, y así se lo hizo saber.
Harry
hizo un movimiento de impotencia con sus hombros, ya que yacía sobre
el suelo mirando a su libro. "Cosas sospechosas ocurren todo el
tiempo, y su eres un teórico de la conspiración siempre puedes
encontrar algo."
"¿Pero
sin juicio? "
cuestionó Hermione.
"Fue
justo después de la derrota del Señor Oscuro," Harry aclaró,
con voz sería al pronunciarlo. "Las cosas eran increíblemente
caóticas, y cuando los Aurores rastrearon a Black él estaba de pie
en la calle sumergido en un charco de sangre hasta los tobillos, con
veinte testigos para relatar cómo él había asesinado a un amigo de
mi padre llamado Peter Pettigrew además de doce espectadores. Yo no
apruebo que Black no recibiera un juicio. Pero aquí estamos hablando
de magos, así que realmente no es más sospechoso que eso, No lo sé,
ese es el tipo de cosa que las personas apuntan cuando quieren
discutir por quién le disparó a John F. Kennedy. De todos modos,
Sirius Black es el equivalente mágico de Lee Harvey Oswald. Hay toda
clase de teorías de la conspiración sobre quien traicionó en
verdad
a mis padres en lugar de él, y uno de los favoritos es Peter
Pettigrew, y aquí es cuando comienza a ponerse complicado."
Hermione
escuchó, fascinada. "Pero cómo vas desde ahí hasta la rata
mascota
de los Weasleys -"
"Aguarda
un poco," solicitó Harry, "Ya llego allí. Ahora, tras la
muerte Pettigrew se descubrió que él era un espía para la Luz –
no un doble agente, nada más alguien que husmeaba por ahí y
encontraba cosas. Había sido bueno en ello desde que era un
adolescente, incluso en Hogwarts tenía reputación de hallar toda
clase de secretos. Así que la teoría de la conspiración es que
Pettigrew se convirtió en un Animago sin registrar cuando estaba en
Hogwarts, un Animago de algo pequeño que podía escurrirse y
escuchar conversaciones. El problema principal es que los Animagos
exitosos son raros y lograrlo como un adolescente sería improbable,
así que por supuesto la teoría de la conspiración señala que mi
padre y Black eran Animagos sin registrar también. Y en esa teoría
de la conspiración, Pettigrew mató por sí mismo a los doce
espectadores, se convirtió en su pequeña forma de Animago, y
escapó. Entonces Michael Shermer apunta que hay cuatro problemas
adicionales con esto. Uno, Black era el único aparte de mis padres
que conocía cómo atravesar las protecciones alrededor de su casa."
(La voz de Harry se azoró un poco mientras hablaba sobre eso.) "Dos,
Black era un sospechoso más probable para empezar que Pettigrew, hay
un rumor de que Black deliberadamente intentó asesinar a un
estudiante en su tiempo en Hogwarts, y él pertenecía a esta familia
verdaderamente desagradable de puristas de la sangre, Bellatrix Black
era literalmente su prima. Tres, Black era veinte veces el mago
luchador que Pettigrew era, aún si no era tan listo. El duelo entre
ellos habría sido como uno entre el Profesor Quirrell contra la
Profesora Sprout. Pettigrew probablemente ni siquiera tuvo una
oportunidad de sacar su varita, menos de falsear toda la evidencia
que esa teoría de la conspiración requiere. Y cuatro, Black estaba
de pie en la calle riendo."
"Pero
la rata
-" cuestionó Hermione.
"Claro,"
Harry dijo. "Bueno, para hacer corta una historia larga, Bill
Weasley decidió que la pequeña rata mascota de su hermano menor
Percy era la forma de Animago de Pettigrew-"
A Hermione se le
cayó la mandíbula.
"Sí,"
Harry prosiguió, "no esperarías exactamente que el Malvado
Pettigrew estuviera viviendo una triste y furtiva vida como la rata
mascota de una familia de magos enemiga, él estaría con los Malfoys
o, más fácilmente, lejos en el Caribe tras un poco de cirugía
plástica. Como sea, Bill deja inconsciente a su pequeño hermano
Percy, lo paraliza y agarra la rata, envía un montón de búhos con
mensajes de emergencia -"
"¡Oh,
no! "
Hermione exclamó, las palabras desgarrándose de ella.
"- y de algún
modo se las arregló para reunir a Dumbledore, el Ministro de Magia,
y al Jefe de Aurores -"
"¡Él
no
lo hizo! "
dijo Hermione.
"Y
por supuesto cuando llegan allí piensan que él está loco, sin
embargo usan el Veritas
Oculum en
la rata por si las dudas, nada más para estar seguro, ¿y qué
descubren?"
Ella
hubiera muerto.
"Una rata."
"¡Ganaste una
galleta! Así que arrastraron al pobre Bill Weasley hacia San Mungo y
resultó que tenía un caso muy común de esquizofrenia, sólo le
pasa a algunas personas, especialmente a hombres jóvenes alrededor
de lo que nosotros consideramos universidad. El tipo estaba
convencido de que tenía noventa y siete años y había muerto y
regresado en el tiempo mediante una estación de tren. Y respondió
perfectamente bien a los antipsicóticos y volvió a la normalidad y
todo está bien ahora, excepto que las personas ya no hablan tanto de
las teorías de la conspiración sobre Sirius Black, y tú nunca les
preguntas a los Weasleys por la rata de la familia."
Hermione estaba
carcajeando sin poder contenerse. Era realmente horrible y ella no
debía estarse riendo y era una persona terrible.
"La
cosa que no
entiendo," Harry habló, cuando sus risas fueron desapareciendo,
"es por
qué Black
cazaría a Pettigrew en lugar de correr tan rápido como pudiera.
Tenía que saber que los Aurores irían tras él. ¿Desconozco si
ellos le sacaron a Black la razón para ello antes de que lo metieran
en Azkaban? Ves, por eso es que las personas que son absoluta y
positivamente culpables aún tienes que recorrer en sistema legal y
obtener juicios."
Hermione tuvo que
estar de acuerdo con eso.
Pronto
Harry había terminado su libro mientras que Hermione nada más iba
por la mitad – el suyo era un libro mucho más difícil que el de
Harry, pero ella se sintió avergonzada de todos modos. Y entonces
tuvo que poner Mnemotecnias
Mágicas
de regreso en la estantería y alejarse penosamente, porque era
tiempo de enfrentar la más temida clase en Hogwarts, VUELO EN
ESCOBA.
Harry la acompañó
en su caminata hacia allá, aún cuando su propia clase no era hasta
dentro de una hora y media después, como un jet de combate
escoltando a un triste y pequeño avión planeador en su camino a su
propio funeral.
El chico le deseó
un adiós en voz baja, con simpatía, y ella avanzó hacía los
campos de hierba de la Muerte.
Y
hubo muchos chillidos y casi horrible roces con la muerte y el suelo
en el lugar
completamente equivocado
y el sol metiéndose en sus ojos y Morag zumbando hacia ella y Mandy
creyendo que estaba siendo sutil
al estar siempre cerca para atraparla si se caía y ella sabía
que las otras estudiantes se estaban riendo de ambas pero nunca le
decía nada a Mandy porque de hecho no quería morir.
Tras diez millones
de años la clase finalizó, y ella estaba de regreso en el suelo
donde pertenecía hasta el próximo Jueves. A veces tenía pesadillas
en las que siempre era Jueves.
Por
qué
todos tenían que aprender esto, cuando ellos iban a Aparecer o usar
Flu o Traslador a todos lados cuando crecieran, era un completo y
total misterio para Hermione. Nadie de hecho necesitaba montar
escobas como un adulto, era como ser forzada a jugar quemados en
Educación Física.
Al menos Harry tenía
la decencia de estar avergonzado por ser bueno en ello.
...
Un
par de horas después, y ella estaba en el salón de estudio de
Hufflepuff con Hannah, Susan, Leanne, y Megan. El Profesor Flitwick,
de manera sorprendente y apocada para un profesor, le había pedido
si le era posible ayudarle a esas cuatro con sus tareas de
Encantamiento por un tiempo, aún si ellas no eran Ravenclaws, y
Hermione había sentido tanto orgullo que casi explotó.
Hermione cogió un
pedazo de pergamino, roció un poco de tinta sobre este, lo partió
en cuatro piezas, los arrugó, y arrojó las piezas sobre la mesa.
Ella
podría haberlo logrado con tan sólo el arrugar, pero hacer todo eso
hacía que se viera más como basura, y eso ayudaba cuando alguien
estaba practicando el Encantamiento de Eliminación por primera vez.
Hermione aguzó sus
oídos y ojos, y pronunció, "De acuerdo, inténtelo."
"Everto."
"Everto."
"Everto."
"Everto."
Hermione no creyó
que hubiera captado todos los problemas. "¿Pueden hacerlo de
nuevo?"
Una
hora después Hermione había concluido que, (1) Leanne y Megan eran
medio perezosas, mas si le pedías que siguieran practicando algo, lo
harían, (2) Hannah y Susan se enfocaban y determinaban hasta el
punto de que tenías que repetirles que le bajaran
un poco y se relajaran
y pensaran
sobre las cosas en lugar de esforzarse
demasiado – era raro considerar que esas dos pronto serían de ella
– y (3) le gustaba ayudar a los Hufflepuffs, todo el salón de
estudio tenía una atmósfera muy animada.
Cuando
se fue a cenar, se encontró al Niño-Que-Vivió leyendo un libro
mientras esperaba para escoltarla. La hacía sentirse halagada, y
también un poco preocupada porque Harry no parecía hablarle a nadie
más aparte de ella.
"¿Sabías que
hay una chica en Hufflepuff que es una Metamorfomaga?" inquirió
Hermione cuando se dirigían hacía el Gran Comedor. "Puede
hacer su cabello realmente rojo, rojo como una señal de alto no como
rojo Weasley, y cuando derramó su té caliente sobre ella misma se
convirtió en un chico de cabello negro hasta que pudo controlarlo de
nuevo."
"¿En verdad?
Asombroso," replicó Harry, sonando un poco distraído. "Este,
Hermione, nada más para revisar, sabes que mañana es el último día
para unirse a los ejércitos del Profesor Quirrell, ¿correcto?"
"Sí,"
Hermione contestó. "Los ejércitos del malvado Profesor
Quirrell." Su voz contenía un poco de enojo, aunque Harry no
sabía por qué, por supuesto.
"Hermione,"
Harry intervino, con voz exasperada, "él no es malvado. Es un
poco Oscuro y mucho de Slytherin. No es lo mismo a ser malo."
Harry
Potter tenía demasiadas palabras para las cosas, ese era su
problema. Él hubiera estado mejor si tan sólo dividiera el universo
en Bueno y Malo. "¡El Profesor Quirrell me llamó en frente de
toda la clase y me ordenó disparar
a alguien! "
"Él
estaba en lo correcto," Harry reiteró, con rostro sobrio. "Lo
siento, Hermione, pero él lo estaba. Debiste haberme
disparado, no me habría importado. No puedes aprender Batalla Mágica
si no puedes practicar contra oponentes reales usando hechizos
reales. Y ahora lo estás haciendo bien en combate, ¿no es así?"
Hermione nada más
tenía doce, y era consciente, mas no podía ponerlo en palabras, no
podía encontrar que decir para convencer a Harry.
El Profesor Quirrell
había cogido a una joven chica y la había llamado en frente de
todos, y le ordenó abrir fuego sin provocación contra un compañero.
No
importaba
si el Profesor Quirrell estaba en lo correcto sobre su necesidad de
aprender.
La Profesora
McGonagall jamás hubiera hecho eso.
El Profesor Flitwick
jamás hubiera hecho eso.
Tal vez ni siquiera
el Profesor Snape hubiera hecho eso.
El
Profesor Quirrell era MALO.
Pero no podía
hallar las palabras, y sabía que Harry nunca le creería.
"Hermione,
he hablado con estudiantes mayores," Harry arguyó. "El
Profesor Quirrell podría ser el único
Profesor de Defensa competente que consigamos en nuestros siete años
en Hogwarts. Cualquier otra cosa que queramos aprender después, si
queremos estudiar Defensa, tenemos que hacerlo este
año. Los estudiantes que firmen para todo lo extracurricular van a
aprender una gran cantidad de cosas, más allá de lo que el
Ministerio cree que los de primer año se suponen deben estudiar –
¿sabías que vamos a aprender el Encantamiento Patronus? ¿En
Enero? "
"¿El
Encantamiento
Patronus? "
Hermione cuestionó, su voz elevándose en sorpresa.
Sus libros
informaban que ese era una de las magias más brillantes conocidas,
un arma contra las criaturas Más Oscuras, lanzada con emociones
puras y positivas. No era algo que ella esperara que les fuera a
enseñar el malvado Profesor Quirrell – o arreglar que les
enseñaran, ya que Hermione no se podía imaginar que él pudiera
hacer el hechizo por sí mismo.
"Sí,"
Harry prosiguió. "¡Los estudiantes usualmente no aprenden el
Encantamiento Patronus hasta su quinto año o después! Sin embargo
el Profesor Quirrell asegura que las agendas del Ministerio fueron
hechas por Gusarajos parlantes, y la habilidad para lanzar el
Encantamiento Patronus depende más de las emociones que de la fuerza
mágica. El Profesor Quirrell piensa que la mayoría de estudiantes
realizan mucho
menos de lo que podrían, y este año va a demostrarlo."
La voz de Harry
tenía ese usual tono de asombrada reverencia de cuando hablaba del
Profesor Quirrell, y Hermione apretó los dientes y siguió
caminando.
"Ya me apunté,
de hecho," Hermione anunció, en voz baja. "Lo hice esta
mañana. Para todo, justo como dijiste."
Untado
el dedo, metida la mano
era la expresión que se acostumbraba.
Además,
ella no quería perder,
y si deseaba ganar tenía que aprender.
"¿Conque
estarás
en los ejércitos, entonces?" La voz de Harry se puso
repentinamente entusiasta. "¡Eso es asombroso, Hermione! Yo ya
armé mi lista de soldados, pero estoy seguro de que el Profesor
Quirrell me permitirá añadir una más, o intercambiar -"
"No
me voy a unir a tu
ejército." La voz de Hermione era afilada. Sabía que era una
suposición razonable pero la molesto de
todos modos.
Harry
parpadeó. "Tampoco en la de Draco Malfoy, seguramente. ¿Así
que quieres estar en el tercer ejército? ¿Aún cuando desconocemos
quién va a ser
el general?" Harry sonaba sorprendido y un poco herido, y ella
no podía echarle la culpa, aunque por supuesto lo hacía, ya que de
hecho todo era su culpa. "¿Pero por qué no en la mía?"
"Piensa al
respecto," Hermione espetó, "¡y tal vez lo descubras!"
Y ella aceleró su
paso y dejó a Harry con la boca abierta atrás suyo.
...
"Profesor
Quirrell," Draco habló con su voz más formal, "Debo
protestar su elección de Hermione Granger como la tercer general."
"¿Oh?"
replicó el Profesor Quirrell, apoyándose en su silla en una manera
casual y relajada. "Proteste a sus anchas, Sr. Malfoy."
"Granger no
está calificada para la posición," señaló Draco.
El Profesor Quirrell
golpeó con un dedo su mejilla en gesto pensativo. "Porque sí,
sí es cierto. ¿Tiene alguna otra protesta?"
"Profesor
Quirrell," añadió Harry Potter a su lado, "con todo el
debido respeto a los muchos y sobresalientes talentos académicos de
la Señorita Granger y a los puntos Quirrell que ella ha ganado
justamente en su clase, su personalidad no está ajustada para ser
una comandante militar."
Draco
había sentido alivio cuando Harry accedió a acompañarlo a la
oficina del Profesor Quirrell. No sólo
porque Harry era una gigantesca y evidente mascota a la que el
Profesor Quirrell le prestaba atención. Draco también se había
empezado a preocupar que Harry realmente fuera
amigo de Granger, había pasado un tiempo y él todavía
no había ejecutado su movimiento... pero hacer esto era más
apropiado.
"Estoy de
acuerdo con el Sr. Potter," continuó Draco. "Elegirla a
ella como general convierte todo en una farsa."
"Severamente
expuesto," dijo Harry, "mas no puedo estar en desacuerdo
con el Sr. Malfoy. Para ser franco, Profesor Quirrell, Hermione
Granger tiene tanta intención asesina como un recipiente de uvas
mojadas."
"Eso,"
concluyó el Profesor Quirrell con suavidad, "no es algo que yo
dejara de notar por mi mismo. No me están contando nada que ya
sepa."
Era
el turno de Draco para hablar, sin embargo la conversación había
tenido un traspié repentino. Esa respuesta no
había estado dentro de las posibilidades que él y Harry habían
imaginado antes de llegar aquí. ¿Qué argumentabas
después de que el profesor aseguraba que ya sabía todo lo que tú
sabías y de todos modos iba a cometer un error obvio?
El silencio se
estiró.
"¿Es alguna
clase de complot?" Harry dedujo lentamente.
"¿Debe ser
todo lo que hago algún tipo de complot?" preguntó el Profesor
Quirrell. ¿No puedo alguna vez crear caos sólo por el placer del
caos?"
Draco casi se ahoga.
"No en su clase
de Batalla Mágica," Harry afirmó con camada certeza. "En
otros lugares, quizá, mas no allí."
El Profesor Quirrell
levantó sus cejas con lentitud.
Harry le devolvió
la mirada sin titubear.
Draco tuvo
escalofríos.
"Bueno
entonces," el Profesor Quirrell retomó. "Ninguno de los
dos parece haber considerado una pregunta muy simple. ¿A quién
podría elegir en lugar de la Señorita Granger?"
"Blaise
Zabini," Draco propuso sin dudar.
"¿Alguna otra
sugerencia?" cuestionó el Profesor Quirrell, sonando bastante
divertido.
Anthony
Goldstein y Ernie Macmillan,
le llegaron al pensamiento, antes de que el sentido común de Draco
lo pateara para descartar a los sangre sucia y a los Hufflepuffs sin
importar que tan agresivamente lucharan. Así que en vez de eso Draco
dijo, "¿Qué hay de malo con Zabini?"
"Ya
veo..."
Harry reconoció despacio.
"Yo
no,"
reiteró Draco. "¿Por qué no Zabini?"
El Profesor Quirrell
observó a Draco. "Porque, Sr. Malfoy, sin importar que tanto él
se esfuerce, él nunca será capaz de mantener el ritmo con usted o
el Sr. Potter."
El
impacto dejó a Draco estupefacto. "Usted no puede creer que
Granger
va a -"
"Él está
apostando en ella," Harry dijo en voz baja. "No está
garantizado. Las probabilidades ni siquiera son buenas. Es casi
seguro que ella nunca nos dará una buena pelea, y aún si lo hace,
le podría tomar meses aprender. Pero ella es la única en nuestro
año con el potencial para crecer hasta vencernos."
Las
manos de Draco se retorcieron mas no se cerraron en puños.
Presentarse como tu compañero y luego retractarse era una táctica
clásica de sabotaje, así que Harry Potter estaba
del lado de Granger y eso
implicaba -
"Sin
embargo Profesor," Harry siguió con lisonja, "me preocupa
que Hermione será miserable
como la general de un ejército. Ahora estoy hablando como su amigo,
Profesor Quirrell. La competición podría ser buena para Draco y
para mí, ¡pero lo que usted le está pidiendo no es bueno para
ella! "
No importa.
"Su amistad con
Hermione Granger habla bien de usted," el Profesor Quirrell se
defendió con sequedad. "Especialmente porque es capaz de ser
amigo con Draco Malfoy al mismo tiempo. Un gran logro, eso."
Harry
de repente se mostró un poco nervioso, lo que indicaba que se sentía
todavía mucho más
nervioso, y Draco maldijo en silencio. Por supuesto que Harry no iba
a engañar al Profesor Quirrell.
"Y dudo que la
Señorita Granger aprecie su amistosa preocupación," señaló
el Profesor Quirrell. "Fue ella quien me pidió la posición,
Sr. Potter, no fui yo."
Harry
se quedó callado por un momento. Luego le lanzó a Draco una rápida
mirada mezcla de disculpa y advertencia, explicando todo al mismo
tiempo, Lo
siento, hice lo mejor y
Es mejor que Nosotros no le presionemos más allá.
"En cuanto a
que ella sea miserable," el Profesor Quirrell continuó, con una
ligera sonrisa jugueteando en sus labios, "sospecho que ella no
lo tendrá tan arduo con los rigores de su posición tanto como
ustedes creen, y que les pondrá una buena pelea más pronto de lo
que se imaginan."
Tanto Harry como
Draco abrieron la boca en horror.
"No
le va a dar consejos,
¿o sí?" acusó Draco, totalmente espantado.
"¡Yo
nunca firmé para pelear contra usted! "
exclamó Harry.
La
sonrisa que jugaba en los labios del Profesor Quirrell se hizo más
grande. "De hecho, yo hice
el ofrecimiento de compartir unas cuantas sugerencias para las
primeras batallas de la Señorita Granger."
"¡Profesor
Quirrell!"
clamó Harry.
"Oh, no se
preocupe," aclaró el Profesor Quirrell. "Ella me rechazó.
Tal y como esperaba."
Los ojos de Draco se
pusieron como rendijas.
"Vaya vaya, Sr.
Potter," apuntó el Profesor Quirrell, "¿nadie le dijo que
es de mala educación mirar fijamente a los ojos?"
"Usted
no va a ayudarle en secreto de alguna otra
forma, ¿o sí?" preguntó Harry.
"¿Haría yo
algo así?" replicó el Profesor Quirrell.
"Sí,"
afirmaron Draco y Harry al mismo tiempo.
"Me siento
herido por su falta de confianza. Bueno entonces, prometo que no le
ayudaré a la General Granger de ningún modo en que ustedes dos no
sepan. Y ahora les sugiero que ambos vayan a dedicarse a sus asuntos
militares. Noviembre se aproxima, y con rapidez."
...
Draco vio las
implicaciones antes de que la puerta se hubiera cerrado por completo
detrás de ellos al salir de la oficina del Profesor Quirrell.
Harry había hablado
una vez despectivamente de "las cosas de las personas".
Y ahora esa era la
única esperanza de Draco.
Deja que no se de
cuenta, deja que no se de cuenta...
"Deberíamos ir
y atacar a la chica Granger sin rodeos y sacarla de nuestro camino,"
aventuró Draco. "Después de que la aplastemos, podemos tener
nuestro propio concurso sin ninguna distracción."
"Eso realmente
no me parece justo con ella, ¿no crees?" interpuso Harry con
voz suave.
"¿Qué
te importa?" cuestionó Draco. "Ella es tu rival, ¿cierto?"
Entonces, con la nota precisa de sospecha en su voz, "No me
digas que ha empezado a agradarte de verdad,
tras haber sido su rival por todo este tiempo..."
"Prohibido sea
por los Fundadores," espetó Harry. "¿Qué te puedo decir,
Draco? Meramente tengo un sentido natural de justicia. Granger
también lo tiene, ya sabes. Ella tiene una firme opinión sobre lo
que son el bien y el mal, y probablemente va a atacar lo malo
primero. Tener un nombre como 'Malfoy' es pedir por algo así, ya
sabes."
¡MALDICIÓN!
"Harry,"
tanteó Draco, sonando herido y tal vez un poco superior, "¿no
quieres pelear de manera justa
conmigo?"
"¿En lugar de
atacarte después de que hayas perdido unas cuantas fuerzas al vencer
a Granger?" declaró Harry. "Oh, no lo sé. Quizá cuando
me canse de ganar intentaré esa cosa 'justa'."
"Tal
vez ella te atacará a ti,"
Draco dijo. "Tú
eres
su rival."
"Pero
yo soy su rival amistoso,"
Harry se mofó con una mueca malvada. "Yo le compre un lindo
regalo de cumpleaños entre otras cosas. Tú no irías por ahí
saboteando a tu rival amistoso de ese modo."
"¿Qué
hay de sabotear la oportunidad de tu amigo
para tener una lucha justa?" exclamó Draco furioso. "¡Pensé
que eramos amigos!"
"Permite
que parafrasee eso," replicó Harry. "Granger
no sabotearía a su rival amistoso. Sin embargo eso es porque ella
tiene el instinto asesino de un recipiente de uvas mojadas. Tu
sí. Tú lo harías totalmente.
Y adivina que, yo también."
¡MALDICIÓN!
...
De haber sido una
obra de teatro, hubiera sonado música dramática.
El héroe,
impecablemente engalanado en una túnica de bordes verdes y
perfectamente peinado cabello rubio-blanco, encarando a la villana.
La villana,
recostada en una simple silla de madera con su dientes de conejo
claramente visibles y enmarañados rizos castaños cayendo sobre sus
mejillas, enfrentando al héroe.
Era Miércoles,
Octubre 30, y la primera batalla iba a ocurrir el Domingo.
Draco
estaba de pie en la oficina de la General Granger, un cuarto del
tamaño de un pequeño salón de clases. (Por
qué
las oficinas de los generales eran tan grandes, Draco no estaba muy
seguro. Una silla y un escritorio hubieran sido suficientes para él.
Él ni siquiera tenía claro por qué los generales necesitaban
oficinas para empezar, sus soldados sabían dónde encontrarlo. A
menos que el Profesor Quirrell hubiera arreglado lo de las enormes
oficinas deliberadamente como una señal de prestigio, en cuyo caso
Draco estaba muy de acuerdo.)
Granger sentada en
la única silla en el cuarto como si fuera un trono, al otro lado de
la parte de la oficina donde se encontraba la puerta abierta. Había
una larga mesa oblonga y alargada en la mitad del cuarto que los
separaba, y cuatro pequeñas mesas circulares desperdigadas por las
esquinas, mas nada más que una sola silla, hasta el otra lado del
extremo opuesto. El cuarto tenía ventanas en una de las paredes, y
un rayo de luz tocaba la cima del cabello de Granger como si fuera
una corona resplandeciente.
Hubiera sido genial
si Draco pudiera haber avanzado con lentitud. Pero había una mesa en
el camino, y Draco tendría que pasar a un lado diagonalmente, y no
había una buena forma para hacer eso siendo dramático y
dignificado. ¿Había sido deliberado? De haber sido su padre,
seguramente hubiera sido así; aunque esta era Granger, así que
seguramente no.
No había ningún
lugar para que él se pudiera sentar, y Granger no se había
levantado, tampoco.
Draco mantuvo la
indignación fuera de su cara.
"Bueno, Sr.
Draco Malfoy," Granger saludó una vez que estuvo delante de
ella, "usted pidió una audiencia conmigo y yo he sido tan
bondadosa como para concederla. ¿Cuál es su solicitud?"
Ven a visitarme a
la Mansión Malfoy, mi padre y yo quisiéramos mostrarte unos
hechizos interesantes.
"Su rival,
Potter, vino a mí con una oferta," expuso Draco, poniendo una
mirada seria en su rostro. "A él no le importa perder conmigo,
pero estaría humillado si usted ganara. Así que el desea unirse
conmigo y aplastarte de inmediato, no sólo en nuestra primera
batalla, en todas ellas. Si no hago eso, Potter quiere que aguarde o
te acose, mientras que él lanza un ataque total contra ti en su
primer movimiento."
"Ya veo,"
Granger masculló, viéndose sorprendida. "¿Y está ofreciendo
ayudarme contra él?"
"Por supuesto,"
acotó Draco con suavidad. "No creí que lo que él quería
hacerte fuera justo."
"Vaya, eso es
muy lindo de su parte, Sr. Malfoy," dijo Granger. "Lamento
la forma en que le hablé antes. Deberíamos ser amigos. ¿Puedo
llamarlo Drakey?"
Campanadas
de alarma empezaron a sonar en la cabeza de Draco, pero había una
oportunidad
de que ella fuera seria al respecto...
"Por supuesto,"
aceptó Draco, "si yo puedo llamarte Hermy."
Draco estuvo muy
seguro de que captó un titubeó en la expresión de ella.
"Como sea,"
Draco continuó, "Estaba pensando que le daría una lección a
Potter si ambos lo atacáramos y lo aplastáramos."
"Sin embargo
eso no sería justo con el Sr. Potter, ¿o sí?" cuestionó
Granger.
"Pienso que
sería muy justo," Draco insistió. "Él estaba planeando
hacértelo a ti primero."
Granger le estaba
dando una severa mirada que posiblemente lo hubiera intimidado de
haber sido un Hufflepuff en vez de un Malfoy. "Usted cree que
soy muy estúpida, ¿no es así, Sr. Malfoy?"
Draco
sonrió encantadoramente. "No, Señoritas Granger, pero pensé
que valía la pena revisar.
Entonces, ¿qué es lo que quiere?"
"¿Está
ofreciendo sobornarme?"
preguntó Granger.
"Seguro,"
admitió Draco. "¿Puedo dejar cae un Galeón y conseguir que
usted ataque a Potter en lugar de a mí por el resto de año?"
"No,"
rechazó Granger, "mas puede ofrecerme diez Galeones y conseguir
que los ataque a ambos en igualdad, y no sólo a usted."
"Diez Galeones
es mucho dinero," Draco tanteó con cautela.
"Desconocía
que los Malfoys fueran pobres," aguijoneó Granger.
Draco miró
fijamente a Granger.
Él estaba
comenzando a tener un extraño presentimiento sobre esto.
Esa replica en
particular no parecía provenir de esta chica en particular.
"Bueno,"
habló Draco, "no te vuelves rico botando el dinero, sabes."
"No
sé si sabe lo que es un dentista, Sr. Malfoy, pero mis padres son
dentistas
y cualquier cosa menos que diez Galeones no vale ni un poco de mi
tiempo."
"Tres
Galeones," Draco añadió, más como para sondearla que otra
cosa.
"No,"
denegó Granger. "Si es que le interesa tan sólo un poco una
pelea justa, no creo que un Malfoy desee más diez Galeones de lo que
quiere una pelea en igualdad de condiciones."
Draco
comenzaba a tener un presentimiento muy
extraño sobre esto.
"No,"
clamó Draco.
"¿No?"
ladró Granger. "Esta es una oferta limitada, Sr. Malfoy. ¿Está
seguro que quiere arriesgarse a todo un año de ser miserablemente
destrozado por el Niño-Que-Vivió? Eso sería muy vergonzoso para la
Casa de Malfoy, ¿o no?"
Era un argumento muy
persuasivo, uno que era difícil refutar, sin embargo tú no te
volvías rico gastando dinero cuando tu corazón susurraba que se
trataba de un engaño.
"No,"
repitió Draco.
"Lo veo el
Domingo," cortó Granger.
Draco se giró y
salió caminando de la oficina sin otra palabra.
Eso
no
había estado bien...
...
"Hermione,"
Harry explicó pacientemente, "se supone
que tenemos que planear el uno contra el otro. Incluso tú podrías
traicionarme y no significaría nada afuera del campo de batalla."
Hermione sacudió su
cabeza. "No sería agradable, Harry."
Harry suspiró. "No
creo que entiendas el espíritu de esto ni un tanto."
No
sería agradable.
Había llegado a decir eso. Hermione no sabía si sentirse insultada
por lo que Harry pensaba de ella, o preocupada porque realmente ella
sí
sonaba así de buena-niña usualmente.
Probablemente era
momento de cambiar de tema.
"Como sea, ¿vas
a hacer algo especial para mañana?" preguntó Hermione. "Es
-"
Su voz se cortó de
manera abrupta cuando ella se dio cuenta.
"Sí,
Hermione," Harry retomó un poco azorado, "¿qué día es?"
...
Interludio:
Hubo un tiempo en
que el 31 de Octubre había sido llamado Halloween en la Bretaña
Mágica.
Ahora era el día de
Harry Potter.
Harry
había declinado todas las ofertas, incluso la que provenía del
Ministro Fudge que podría haber sido buena para futuros favores
políticos y para la cual en verdad
él tendría que haber apretado sus dientes y aceptado. Pero para
Harry, el 31 de Octubre siempre sería el Día En Que El Señor
Oscuro Asesinó A Mis Padres. Debió haber habido un silencioso,
dignificado servicio memorial en algún lugar, y si había existido
uno, él no había sido invitado.
Hogwarts tenía el
día libre para celebrar. Ni siquiera los Slytherins se atrevían a
vestir de negro por fuera de su dormitorio. Había eventos especiales
y comidas especiales y los profesores miraban para otro lado si
alguien corría por los pasillos. Era el décimo aniversario, después
de todo.
Harry pasó el día
dentro de su baúl para no arruinarlo para nadie más, comiendo
bocadillos en barras en lugar de comidas, leyendo algunos de sus más
tristes libros de ciencia ficción (no de fantasía), y escribiendo a
Mamá y Papá una carta mucho más larga de las que enviaba
normalmente.
Capítulo 28 Capítulo 30
Nota de traductor
Veritas Oculum se puede traducir del latín como "Ojos de la verdad"
El Gusarajo es un aburrido gusano de unas diez pulgadas de longitud, color marrón, se alimenta de vegetación, y sin importar lo que diga Draco Malfoy, no muerden.
Drakey me suena como a dragoncito, lo que es muy tierno.
Se me ocurre la teoría de que tal vez la rata de los Weasley sí era Peter Pettigrew después de todo, y Dumbledore, el Ministro de Magia, y al Jefe de Aurores se pusieron de acuerdo para mantenerlo en secreto. En esta teoría, sería Pettigrew quien está en Azkaban, y Sirius está por ahí, merodeando, a lo mejor con un sombrero y una capa...
Otra teoría que circula por ahí, la chica Metamorfomaga es en realidad Nymphadora Tonks haciéndose pasar por estudiante.
Es increíble la forma en que Draco concibe el mundo. Personalmente, me horroriza.
En comparación no fue un capítulo tan largo, pero vale la pena porque aquí empiezan las batallas mágicas, que están muy bien escritas. Como lo mencioné antes, me ha salido muy bien esto de traducir una página al día.
Las personas que se ofrecieron a colaborar con algunos capítulos de HPMOR no han vuelto a comunicarse conmigo. No ha pasado mucho tiempo, pero como soy tan intenso e impaciente, siento que hubieran pasado un millón de años.
Escrito por Less Wrong / Eliezer Yudkowsky
Traducido al español por Rhaidot
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