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lunes, 26 de enero de 2015

Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad Capítulo 30

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Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad


Capítulo 30

Trabajando en grupos, Parte 1

Generales de Quirrell primer año
Los tres más fuertes de Primer Año

J. K. Rowling si un hombre intenta molestarte, puedes pensar en azul, contar dos, y buscar un zapato rojo.

...

El día era Domingo, 3 de Noviembre, y pronto los tres grandes poderes escolares de su año, Harry Potter, Draco Malfoy, y Hermione Granger, iniciarían su lucha por el supremo dominio.

(Harry estaba ligeramente molesto por la forma en que el Niño-Que-Vivió había sido rebajado de supremo dominador a uno de tres rivales iguales por tan sólo entrar al concurso, pero lo esperaba recuperar pronto.)

El campo de batalla era una sección del bosque no-Prohibido, con árboles densos, porque el Profesor Quirrell consideró que ser capaz de ver todas las fuerzas de tus enemigos era demasiado aburrido para su primera batalla.

Todos los estudiantes que no estaban en los ejércitos de primer año acampaban cerca y observaban unas pantallas que el Profesor Quirrell había acomodado. Excepto por tres Gryffindors de cuarto año, que estaban enfermos en el momento y confinados a las camas de sanación de Señora Pomfrey. Aparte de eso, todo el mundo estaba allí.

Los estudiantes estaban vistiendo, no su túnica ordinaria de la escuela, sino unos uniformes de camuflaje Muggle que el Profesor Quirrell había obtenido en algún lugar y entregado en suficiente cantidad y variedad como para les sirviera a todos. No era que a los estudiantes les preocuparan las manchas y rasgaduras, para eso estaban los Encantamientos. Sin embargo como el Profesor Quirrell había explicado para sorpresa de los hijos de magos, la linda y dignificada ropa no era eficiente para esconderse en los bosques o esquivar los árboles.

Y en el pecho de cada uniforme, un parche mostrando el nombre y la insignia de tu ejército. Un parche pequeño. Si querías que tus soldados lucieran, digamos, moños coloridos para que pudieran ser identificados a la distancia, y arriesgarte a que los enemigos pusieran sus manos sobre esos moños, eso dependía de ti.

Harry había procurado conseguir el nombre de Ejército Dragón.

Draco había presentado el argumento de que eso los confundiría a todos por completo.

El Profesor Quirrell había decretado que Draco podía reclamar el nombre con prioridad, si lo deseaba.

Así que Harry estaba peleando contra el Ejército Dragón.

Esto probablemente no era una buena señal.

Para su insignia, en vez de la demasiado obvia cabeza de dragón escupiendo fuego, Draco había elegido simplemente quedarse con el fuego. Elegancia, discreción, mortandad: Esto es lo que queda a nuestro paso. Muy Malfoy.

Harry, tras considerar opciones alternativas como el Batallón Provisional 501 y los Secuaces Mortales de Harry, había decidido que su ejército sería conocido por la simple y dignificada apelación de la Legión Caos.

Su insignia era una mano con dedos posando listos para chasquear.

Era un acuerdo universal que eso no era una buena señal.

Harry le había aconsejado con honestidad a Hermione que los jóvenes chicos bajo su mando estaban probablemente nerviosos al estar con una chica con reputación de ser amable, y que ella debería escoger algo aterrador que les mostrara su rudeza y los hiciera sentir orgullosos de ser parte de su ejército, como los Comandos Sangrientos o algo por el estilo.

Hermione había nombrado a su ejército el Regimiento Rayo de Sol.

Su insignia era una carita feliz.

Y en diez minutos, estarían en guerra.

Harry estaba de pie en lo más despejado y brillante del bosque donde estaba su localización de arranque asignada, un área de espacio abierta con árboles cabizbajos y podridos que había sido despejada por algún propósito desconocido, tierra cubierta con pequeñas hojas desperdigadas y los secos remanentes grises de hierba que habían fallado la prueba del caluroso verano, y los rayos del sol cayendo brillantemente desde arriba.

A su alrededor estaban los veintitrés soldados que el Profesor Quirrell le había asignado. Casi todos los de Gryffindor se habían apuntado, por supuesto, y más de la mitad de Slytherin, y menos de la mitad de Hufflepuff, y un puñado de Ravenclaw. En el ejército de Harry había doce Gryffindors y seis Slytherins y cuatro Hufflepuffs y alguien más de Ravenclaw aparte de él mismo... no que hubiera alguna forma de diferenciarlo por los uniformes. No rojo, no verde, no amarillo, no azul. Sólo patrones de camuflaje Muggle, y un parche en el pecho con el dispositivo de una mano posando para chasquear sus dedos.

Harry posó la vista sobre sus veintitrés soldados, todos vistiendo los mismos uniformes sin marcas de identidad grupal excepto por el parche.

Y con dicha, Harry sonrió, porque él comprendía que esto era parte del plan maestro del Profesor Quirrell; y Harry iba a tomar completa ventaja de ello para sus propios propósitos, también.

Había un episodio legendario en la psicología social llamado el experimento de la Cueva de los Ladrones. Había sido aplicado después de los desconcertantes eventos de la Segunda Guerra Mundial, con la intención de investigar las causas y remedios de los conflictos entre grupos. Los científicos habían organizado un campamento de verano para 22 chicos de 22 escuelas diferentes, seleccionado sólo a los que pertenecieran a familias estables de clase media. La primera fase del experimento tenía la intención de investigar qué se necesitaba para iniciar un conflicto entre grupos. Los 22 chicos habían sido divididos entre dos grupos de 11 -

- y eso había sido suficiente.

La hostilidad había empezado desde el momento en que los dos grupos se hicieron conscientes de la existencia de cada uno en el parque estatal, lanzándose insultos desde el primer encuentro. Se llamaron a sí mismos las Águilas y los Cascabeles (no se habían puesto ningún nombre cuando pensaban que eran los únicos en el parque) y habían procedido a desarrollar estereotipos contrastantes como grupo, los Cascabeles se consideraban rudos-y-fuertes y decían grandes groserías, las Águilas correspondientemente decidieron pensar en ellos mismos como decentes-y-apropiados.

La otra parte del experimento había sido probar cómo resolver los conflictos de grupo. Reunir a los chicos en conjunto para observar los fuegos pirotécnicos no había funcionado. Sólo se gritaron los unos a los otros y permanecieron apartados. Lo que había funcionado era advertirles que podía haber vándalos en el parque, y los dos grupos necesitaban trabajar juntos para solucionar una falla en el sistema de agua del parque. Una tarea común, un enemigo en común.

Harry tenia una fuerte sospecha de que el Profesor Quirrell en efecto había comprendido este principio muy bien cuando había escogido crear tres ejércitos por año.

Tres ejércitos.

No cuatro.

Y definitivamente no segregados por Casa... excepto que ningún Slytherins había sido asignado a Draco a parte del Sr. Crabbe y el Sr. Goyle.

Eran cosas como esas las que le reiteraban a Harry que el Profesor Quirrell, a pesar de su afectada atmósfera Oscura y su pretensión de neutralidad en el conflicto entre el Bien y el Mal, en secreto apoyaba al bien, no que Harry fuera alguna vez a atreverse a afirmarlo en voz alta.

Y Harry había decidido tomar ventaja completa del plan del Profesor Quirrell para definir la identidad de su grupo a su modo.

Los Cascabeles, una vez que conocieron a las Águilas, habían comenzado a considerarse rudos-y-fuertes, y se comportaron de acuerdo a eso.

Las Águilas habían pensado en sí mismos como buenos-y-correctos.

Y en ese brillante bosque despejado, desperdigados alrededor de los árboles cabizbajos y podridos, iluminados por el resplandeciente sol que les caía desde arriba, el General Potter y sus veintitrés soldados estaban organizados para no parecerse a nada que se pareciera a una formación. Algunos soldados estaban de pie, otros estaban sentados, y los últimos se paraban en una pierna nada más para ser diferentes.

Era la Legión Caos, después de todo.

Y si no había una razón para pararse en pulcras y diminutas lineas, Harry había pronunciado con desdén, no iba a haber pulcras y diminutas lineas.

Harry había dividido su ejército en 6 escuadrones de 4 soldados cada uno, cada escuadrón comandado por un Sugeridor de Escuadrón. Todas las tropas habían recibido ordenes estrictas para desobedecer cualquier orden que les fuera dada si parecía una buena idea en ese momento, incluyendo esa misma... a menos que Harry o el Sugeridor de Escuadrón iniciaran la orden con el prefijo "Merlín dice", en cuyo caso se suponía que debían obedecer.

El ataque maestro de la Legión Caos era dividirse y correr en múltiples direcciones, cambiando vectores al azar y disparando el hechizo aprobado de sueño tan rápidamente como pudieran reconstruir la fuerza mágica. Y si veías una oportunidad para distraer o confundir al enemigo, la aprovechabas.

Veloz. Creativo. Impredecible. No-homogéneo. No sólo obedezcas ordenes, piensa sobre si lo que estás haciendo a cada momento tiene sentido.

Harry no estaba tan seguro como pretendía que ésta era la eficiencia militar optima... pero se le había dado una oportunidad dorada para cambiar cómo algunos estudiantes pensaban de sí mismos, y así era cómo él tenía la intención de usarla.

Cinco minutos para la guerra, de acuerdo al reloj de Harry.

El General Potter caminó (no marchó) hacía donde sus fuerzas aéreas estaban esperando tensamente, escobas ya sujetas con firmeza en sus manos.

"Informen todas las unidades," habló el General Potter. Ellos habían practicado esto durante una sesión de entrenamiento el Sábado.

"Líder Rojo a la escucha," informó Seamus Finnigan, quien no tenía ni idea de lo que significaba.

"Cinco Rojo a la escucha," exclamó Dean Thomas, quien había esperado su vida entera para pronunciarlo.

"Líder Verde a la escucha," Theodore Nott anunció más bien con rigidez.

"Cuarenta y Uno Verde a la escucha," Tracey Davis culminó.

"Los quiero en el aire en el instante en que escuchemos la campana," explicó el General Potter. "No combatan, repito, no combatan. Evadan si están bajo fuego." (Por supuesto no apuntabas con hechizos adormecedores a los que estaban en escobas; disparabas un hechizo que temporalmente hacía brillar de color rojo lo que tocaba. Si le dabas a la escoba o al que la montaba, ellos quedaban eliminados de la guerra.) "Líder Rojo y Rojo Cinco, vuelen sobre el ejército de Malfoy tan pronto como puedan, quédense tan alto como puedan mientras los observan, regresen en el instante en que tengan por seguro lo que ellos van a hacer. Líder Verde, haz lo mismo para el ejército de Granger. Cuarenta y Uno Verde, vuele sobre nosotros y vigile cualquier escoba o soldado que se acerque a nosotros, usted y solamente usted está autorizado a disparar. Y recuerden, no añadí 'Merlín dice' para nada de eso, sin embargo realmente necesitamos esa información. ¡Por el Caos!"

"¡Por el Caos!" los cuatro hicieron eco con diferentes grados de entusiasmo.

Harry esperaba que Hermione lanzara un ataque inmediato sobre Draco, en cuyo caso él movería sus tropas en posición y la apoyaría, pero sólo después de que ella hubiera recibido bastantes perdidas y causado algún daño. Lo haría pasar como un rescate heroico, de ser posible; no estaría mal que el Rayo de Sol pensara que Caos era su amigo, después de todo.

Mas nada más en caso de que ella no lo hiciera... bueno, por eso era que la Legión Caos iba a quedarse quieta hasta que el Líder Verde se reportara.

Los movimientos de Draco serían para su propio beneficio. Era predecible que el prepararía su ejército para defenderse contra Hermione; podría darse cuenta o no que Harry había estado mintiendo sobre que iba esperar a atacar hasta después de que hubiera concluido la batalla. De todos modos Harry tuvo que poner dos escobas sobre el Ejército Dragón, en caso de que estuvieran haciendo algo, y también en caso de que Draco o el Sr. Goyle o el Sr. Crabbe fueran lo suficientemente buenos como para derribar una escoba en el cielo.

Sin embargo la General Granger era la impredecible, y Harry no se podía mover hasta que supiera cómo se estaba moviendo.

...

En el corazón del bosque, con patrones de sombra bailando sobre la tierra mientras hojas de follaje revoloteaban por encima, el General Malfoy estaba de pie donde los árboles eran relativamente escasos, y observó sus tropas con calmada satisfacción. Seis unidades de tres tropas cada una, la Unidad Aérea de cuatro (en la cual Gregory estaba asignado), y la Unidad de Comando, compuesta por sí mismo y Vincent. Únicamente ensayaron por un corto periodo de tiempo durante el Sábado anterior, pero Draco estaba confiado en que se las había arreglado para explicar lo básico. Quédate junto a tus compañeros, cuida su espalda y confía en que ellos cuidan la tuya. Muévanse como un único cuerpo. Obedezcan las ordenes y no muestren temor. Apuntar, disparar, moverse, apuntar otra vez, disparar de nuevo.

Las seis unidades formaban un perímetro defensivo alrededor de Draco, contemplando fijamente hacia el bosque. Espalda contra espalda se erguían, varitas sujetas hacia abajo hasta que necesitaran atacar.

Ya tenían un parecido patente con los unidades de Aurores cuyo entrenamiento Draco había visto durante las inspecciones de su padre.

Caos y Rayo de Sol no iban a saber qué los había golpeado.

"Atención," saludó el General Malfoy.

Las seis unidades de desdoblaron y giraron hacia Draco; las caras de sus jinetes de escoba se voltearon desde donde estaban de pie con sus escobas ya en mano.

Draco había decidido esperar en cuanto a demandar saludos hasta que hubieran ganado su primera batalla, cuando los Gryffindors y Hufflepuffs estuvieran más dispuestos a saludar a un Malfoy.

Mas sus soldados ya estaban tan enderezados, especialmente los Gryffindors, que Draco se preguntó si necesitaba dicha demora. Gregory había escuchado con mucho sigilo, y reportado de regreso a Draco que el ofrecerse voluntariamente a respaldar a Harry Potter en clase de Defensa, en aquella ocasión en que el Profesor Quirrell le había enseñado a Harry cómo perder, había marcado a Draco como un comandante aceptable. Al menos si resultaba que eras asignado a su ejército. No todos los Slytherins son iguales; había Slytherins, y luego había Slytherins eso era lo que los Gryffindors en el ejército de Draco le estaban repitiendo a sus compañeros de Casa.

Draco estaba francamente sorprendido por lo increíblemente fácil que había sido. Al principio Draco había protestado porque no se le había asignado ningún Slytherins, y el Profesor Quirrell le había replicado que si quería ser el primer Malfoy en ganar completo poder político del país, necesitaba aprender cómo gobernar los otros tres cuartos de la población. Eran cosas como esas las que le reiteraban a Draco que el Profesor Quirrell tenía mucha más simpatía por los tipos buenos de lo que el mismo Profesor Quirrell permitía ver.

La batalla real no sería fácil, especialmente si Granger atacaba a los Dragones primero. Draco había agonizado sobre si comprometer todas sus fuerzas contra Granger de inmediato en un ataque preventivo, pero se había preocupado porque (1) Harry lo hubiera estado engañando completamente sobre lo que Granger haría, y (2) Harry lo había estado engañando sobre que iba a esperar hasta después del ataque de Granger para unirse la batalla.

Aunque el Ejército Dragón tenía un arma secreta, tres de hecho, que podrían ser suficientes para ganar si eran atacados por ambos ejércitos al mismo tiempo...

Casi era hora, y eso significaba que era momento para el discurso pre-batalla que Draco había compuesto y memorizado.

"La batalla ya casi inicia," Draco expuso. Con voz calmada y precisa. "Recuerden todo lo que yo y el Sr. Crabbe y el Sr. Goyle les mostramos. Un ejército vence porque es disciplinado y letal. El General Potter y la Legión Caos no serán disciplinados. Granger y el Regimiento Rayo de Sol no serán letales. Nosotros somos disciplinados, nosotros somos letales, nosotros somos Dragones. La batalla está a punto de empezar, y nosotros estamos a punto de vencer."

...

(Discurso Ex tempore dado por el General Potter a la Legión Caos, inmediatamente antes de su primera batalla, el 3 de Noviembre, 1991, a las 2:56pm:)

Mis tropas, no les voy a mentir, nuestra situación hoy es muy adversa. El Ejército Dragón nunca ha perdido una sola batalla. Y Hermione Granger... tiene muy buena memoria. La verdad es, que la mayoría de ustedes probablemente van a morir. Y los sobrevivientes envidiaran a los muertos. Sin embargo tenemos que ganar esto. Tenemos que ganar esto para que así algún día, nuestros hijos puedan volver a disfrutar el sabor del chocolate otra vez. Todo está en riesgo aquí. Literalmente todo. Si perdemos, el universo entero se apagará como un bombillo. Y ahora me doy cuenta que la mayoría de ustedes no conocen lo que es un bombillo. Bueno, crean en mi palabra, es malo. Mas si tenemos que caer, caigamos peleando, como héroes, para que cuando la oscuridad se cierna, podamos pensar para nosotros mismos, al menos nos divertimos. ¿Tienen miedo de morir? Yo sé que yo sí. Puedo sentir esos escalofríos de miedo como si alguien estuviera introduciendo crema de helado dentro de mi camiseta. Pero yo sé... que la historia nos está observando. Nos estaba viendo cuando nos pusimos nuestros uniformes. Probablemente estaba tomando fotos. Y la historia, mis tropas, es escrita por los vencedores. Si ganamos esto, podemos escribir nuestra propia historia. Una historia en la cual Hogwarts fue fundada por cuatro elfos de casa renegados. Podemos hacer que todos estudien esa historia, aún si no es verdad, y si no responden del modo correcto en nuestros exámenes... fallaran la clase. ¿No es eso algo por lo que vale la pena morir? No, no contesten a eso. Algunas cosas son mejores si permanecen desconocidas. Ninguno de nosotros sabe por qué estamos aquí. Ninguno sabe por qué estamos peleando. Acabamos de despertar en estos uniformes dentro de este bosque misterioso, conociendo sólo que no hay forma de recuperar nuestros nombres y memorias excepto la victoria. Los estudiantes en los otros ejércitos allá afuera... son iguales a nosotros. Ellos no quieren morir. Están peleando para protegerse los unos a los otros, los únicos amigos que les quedan. Están peleando porque saben que tienen familias que los extrañaran, incluso si no lo recuerdan ahora. Pueden estar luchando para salvar el mundo. Pero nosotros tenemos una mejor razón para luchar que ellos. Combatimos porque nos gusta. Peleamos para la diversión de monstruosidades espeluznantes que provienen de más allá del Espacio y Tiempo. Peleamos porque somos Caos. Pronto iniciará la batalla final, así que permitan que diga ahora, porque no tendré una oportunidad de hacerlo después, que fue un honor ser su comandante, aunque fuera brevemente. Gracias, gracias a todos. Y recuerden, su meta no es nada más derribar al enemigo, es meterles miedo.

...

Un gran gong repiqueteando hizo eco a través del bosque.

Y el Regimiento Rayo de Sol empezó a marchar.

...

La tensión creció y creció, a medida que Harry y los otros diecinueve soldados seguían esperando por el reporte de los guerreros aéreos. No debían tardar mucho, las escobas eran rápidas y las distancias en el bosque no eran tan grandes -

Dos escobas se aproximaron, veloces, desde la dirección del campamento de Draco, y todos los soldados se pusieron tensos. No estaban ejecutando las maniobras que eran el código de hoy para una escoba amistosa.

"¡Dispersarse y disparar!" rugió el General Potter, y entonce convirtió en acción sus palabras, apresurándose a máxima velocidad hacia el bosque en busca de cubierta; y tan pronto como Harry estuvo entre los árboles, se giró, levantó su varita, intentó hallar las escobas en el cielo -

"¡Despejado!" gritó una voz. "¡Están yéndose!"

Harry se encogió de hombros mentalmente. No había forma de prevenir que Draco obtuviera esa información, y nada más había aprendido que ellos seguían en espera.

Y los Caóticos emergieron con lentitud del bosque -

"¡Escobas aproximándose de la dirección de Granger!" aulló otra voz. "Creo que es el Líder Verde, ¡hizo el zambullido y giro!"

Momentos después Theodore Nott abandonó el cielo y descendió en medio de los soldados.

"¡Granger ha dividido sus fuerzas en dos!" chilló Nott mientras bajaba de su escoba. Había manchas de sudor en su uniforme, y toda la reserva se había ido de su voz. "¡Ella está atacando ambos ejércitos! Dos escobas cubriendo cada fuerza, ¡me persiguieron la mitad del camino hasta aquí!"

Dividir su ejército, qué rayos -

Una enorme fuerza concentrando disparos en una fuerza pequeña podría reducir a esta última sin recibir mucho daño a cambio. Si veinte soldados enfrentaban a diez soldados, veinte hechizos de sueño serían lanzados a los diez soldados con tan sólo diez hechizos de sueño en respuesta, así que a menos que cada uno de esos primeros hechizos diera en el blanco, la fuerza más pequeña perdería más personas de las que podría derribar junto con ellos. Derrotado en detalle era el término militar para lo que pasaba cuando dividías tus fuerzas de ese modo. Qué podía ser lo que Hermione posiblemente estaba pensando...

Entonces Harry se dio cuenta.

Ella estaba siendo justa.

Iba a ser un largo año en la clase de Defensa.

"De acuerdo," Harry habló en voz alta, para que el ejército pudiera escucharlo. "Esperaremos hasta que el Ala Roja se reporte, y entonces iremos a nublar a algunos Rayos de Sol."

...

Draco escuchó los reportes de los voladores con cara calmada, toda su conmoción oculta por dentro. ¿Qué podía ser lo que Granger posiblemente estaba pensando?

Entonces Draco se dio cuenta.

Es una finta.

Una de las dos fuerzas de Rayo de Sol cambiaría de dirección, y ambas convergerían sobre... ¿quién?

...

Neville Longbottom marchó a través del bosque hacía la cercana fuerza Soleada, ocasionalmente alzando la vista al cielo en busca de escobas. A su lado marchaban sus compañeros de escuadrón, Melvin Coote y Lavender Brown de Gryffindor, y Allen Flint de Slytherin. Allen Flint era su Sugeridor de Escuadrón, aunque Harry antes le había dicho a Neville, en privado, que la posición era suya si él la quería.

Harry le había explicado muchas cosas a Neville en privado, empezando con "Sabes, Neville, si quieres ser tan asombroso como el Neville imaginario que vive en tu cabeza mas no se le permite hacer nada porque estás asustado, entonces realmente tendrías que unirte a los ejércitos del Profesor Quirrell."

Ahora Neville estaba convencido de que el Niño-Que-Vivió podía leer mentes. No había otra forma en que Harry Potter lo hubiera podido descubrir. Neville nunca había hablado con nadie sobre eso, o dado alguna pista; y otras personas no eran así, no que Neville lo hubiera llegado a notar.

Y la promesa de Harry se había vuelto realidad, esto se sentía diferente de los duelos de practica en clase de Defensa. Neville había esperado que los duelos de practica arreglarían todo lo que estaba mal con él, y, bueno, no había sido así. Incluso si podía disparar conjuros a otro estudiante en clase con el Profesor Quirrell observando para asegurarse que nada saliera mal, aún si podía esquivar y contraatacar cuando estaba permitido y todos los demás estaban esperando eso y lo mirarían raro si él no lo hacía, nada de eso era lo mismo a ser capaz de defenderte por ti mismo.

Pero ser parte de un ejército...

Algo extraño estaba estimulando a Neville desde adentro, mientras marchaba a través del bosque al lado de sus camaradas, sobre sus uniformes una insignia de dedos listos para chasquear.

Se le permitía caminar si quería, mas él se sentía más inclinado a marchar.

A su lado, Melvin y Lavender y Allen también parecían sentirse inclinados a marchar.

Y Neville empezó a entonar la Canción de Caos.

La tonada era lo que un Muggle hubiera identificado como la Marcha Imperial de John Williams, igualmente conocida como "El Tema de Darth Vader"; y las palabras que Harry había añadido eran fáciles de recordar.

Caos caos caos caos
Caos caos caos caos caos caos
Caos caos caos
Caos caos caos caos caos caos
CAOS caos CAOS
Caos caos caos-caos-caos caos caos
Caos caos-caos-caos caos caos
Caos caos caos, caos caos caos

En la segunda linea los otros ya se habían unido, y pronto podías escuchar el mismo canto suave proviniendo de las partes cercanas del bosque.

Y Neville marchó al lado de sus compañeros Legionarios Caos,
extraños sentimientos emocionando su corazón,
la imaginación volviéndose realidad,
mientras de que sus labios surgía una aterradora canción de caos.

...

Harry contemplo los cuerpos dispersados por el bosque. Algo dentro de él se sentía un poco intranquilo, y él tenía que recordarse a sí mismo que nada más estaban durmiendo. Había chicas entre los caídos, y eso lo hacía mucho peor de algún modo, y tendría que ser cuidadoso de nunca mencionar eso en frente de Hermione o los Aurores encontrarían sus remanentes apretujados dentro de una pequeña olla para servir el té.

La mitad del ejército Rayo de Sol no había opuesto mucha resistencia a tantos Caos. Los nueve soldados de tierra habían salido corriendo gritando de manera inarticulada con Escudos Simples levantados, pantallas circulares para proteger sus rostros y pechos. Sin embargo no puedes disparar y protegerte al mismo tiempo, y los soldados de Harry simplemente habían optado por apuntar a las piernas. Todos excepto una de los Soleados habían caído tan pronto como los gritos de "¡Somnium!” llenaron el aire. Esa última había bajado su escudo y se las arregló para derribar a uno de los soldados de Harry antes de ser golpeada por una segunda oleada de hechizos de sueño (el Maleficio de Sueño era seguro para ataques múltiples). Las dos escobas Soleadas fueron más difíciles de vencer y acabaron con tres Caóticos antes de ser cubiertos por el masivo fuego desde tierra.

Hermione no estaba entre los caídos. Draco debía haberla vencido y eso estaba haciendo que Harry se enojara en un nivel completamente incomprehensible, él no estaba seguro de si se sentía protector hacia Hermione, o estafado porque no había sido él quien lo había hecho, o quizá ambos.

"De acuerdo," Harry exclamó, levantando su voz. "Todos vamos a estar claros en una cosa, eso no fue una pelea real. Esa fue la General Granger cometiendo un error en su primera batalla. Hoy la batalla verdadera es con el Ejército Dragón y no se va a parecer en nada a esto. Va a ser mucho más divertido. Avancemos."

...

Una escoba cayó del cielo, aproximándose terriblemente rápido, y giró sobre su propia cola y desaceleró con tanta fuerza que casi podías escuchar el aire gritando en protesta, y se detuvo en seco directamente al lado de Draco.

No era una peligrosa demostración. Gregory Goyle era simplemente así de bueno y no necesitaba desperdiciar tiempo.

"Potter está llegando," Gregory notificó sin rastro alguno de su usual hablar lento. "Todavía tienen sus cuatro escobas, ¿quieres que me encargue de ellas?"

"No," Draco dijó con astucia. "Luchar por encima de su ejército les da demasiada ventaja, dispararán desde el suelo e incluso tú podrías no ser capaz de esquivarlo todo. Espera hasta que nuestras fuerzas entren en combate."

Draco había perdido cuatro Dragones a cambio de doce Soleados. Aparentemente la General Granger de hecho había sido tan increíblemente estúpida, aunque ella no había estado entre los atacantes, así que Draco no había tenido oportunidad de burlarse o preguntarle en el nombre de Merlín qué era lo que había estado pensando.

La verdadera batalla, todos lo sabían, sería contra Harry Potter.

"¡Prepárense!" rugió Draco a sus tropas. "Permanezcan juntos con sus compañeros, actúen como una unidad, ¡disparen tan pronto como el enemigo esté dentro del rango!"

Disciplina contra Caos.

No sería una pelea difícil.

...

La adrenalina estaba bombeando y bombeando dentro de la sangre de Neville hasta que sentía que apenas y podía respirar.

"Nos estamos acercando," indicó el General Potter con una voz apenas audible para que la escuchará todo el ejército. "Es hora de separarse."

Los camaradas de Neville se alejaron de él. Seguirían apoyándose los unos a los otros, sin embargo si se apretujaban juntos, el enemigo tendría un blanco más fácil; un disparo apuntado hacia uno de tus camaradas podría fallar y pegarte a ti en tu lugar. Sería más complicado darte si te separabas y te movías tan rápido como podías.

La primera cosa que el General Potter había hecho, durante su sesión de entrenamiento, fue hacer que se dispararan los unos a los otros cuando ambos bandos estuvieran corriendo a toda prisa, o ambos estuvieran de pie y tuvieran tiempo de apuntar, o uno se estaba moviendo y el otro de pie – el encantamiento reverso del Maleficio de Sueño era simple, aunque no se permitía que se usara durante batallas reales. El General Potter había analizado cuidadosamente todo lo que había pasado, hecho algo de calculo y cifrado, y luego anunció que tenía más sentido que se enfocaran, no en reducir la velocidad y apuntar cuidadosamente, sino moverse veloces para que así no los golpearan.

Todavía molestaba a Neville un poco no estar marchando lado-a-lado con sus camarada, pero los aterradores gritos de batalla que habían aprendido ya estaban retumbando en su cabeza y eso lo compensaba bastante.

Esta vez, Neville se lo juró a sí mismo en silencio, su voz positiva y absolutamente no iba a temblar.

"Escudos arriba," dijo el General Potter, "poder hacia los deflectores."

"Contego," murmuró el ejército, y la existencia de las pantallas circulares surgió ante sus cabezas y pechos.

Un sabor fuerte llenó la boca de Neville. El General Potter no les hubiera ordenado invocar sus escudos a menos que ya casi estuvieran en rango. Neville podía ver las siluetas uniformadas de los Dragones moviéndose a través de las densas figuras de los árboles, y los Dragones también estarían viendo las de ellos -

"¡Ataquen!" llegó un grito desde la distancia, la voz de Draco Malfoy, y el General Potter bramó, "Carguen -"

Toda la adrenalina en la sangre de Neville se liberó, y sus piernas lo dominaron, enviándolo por los aires más veloz de lo que había llegado a correr antes, directo hacia el enemigo, sabiendo sin necesitad de mirar que todos sus camaradas estaban haciendo lo mismo.

"¡Sangre para el dios de la sangre!" gritó Neville. "¡Esqueletos para el trono de esqueleto! ¡Ia! ¡Shub-Niggurath! ¡La puerta de los enemigos está entreabierta!"

Se produjo un impacto insonoro mientras un hechizo de sueño se desperdiciaba contra el escudo de Neville. Si otros hechizos fueron disparados, no habían acertado.

Neville vio la breve mirada de terror en el rostro de Wayne Hopkins, de pie entre dos Gryffindors que Neville no reconoció, y entonces -

- Neville bajó el Escudo Simple y le disparó a Wayne -

- falló -

- sus piernas corriendo pasaron derecho al enemigo que se agrupaba y llegaron hasta otros tres Dragones, sus varitas levantándose hacia él, sus bocas abriéndose -

- sin tan siguiera pensarlo, Neville se sumergió en la tierra del bosque cuando las tres voces gritaron "¡Somnium!"

Dolió, duras piedras y duros guijarros se enterraron dentro de Neville al resbalarse, no era tan malo como caerse de la escoba pero golpeó con bastante fuerza el suelo, y luego Neville, con inesperada claridad, yació inmóvil y cerró los ojos.

"¡Alto!" chilló una voz. "¡No nos disparen, somos Dragones!"

Con un relámpago de gloriosa satisfacción, Neville se dio cuenta que se las había arreglado para quedar entre dos grupos de Dragones justo cuando un grupo le disparaba. Harry había hablado sobre esta táctica para hacer que los enemigos tuvieran miedo de atacar, y aparentemente funcionaba mejor de lo que se esperaba.

Y no sólo eso, los Dragones creían que lo habían derribado, ya que habían visto a Neville caer mientras ellos disparaban.

Neville contó hasta veinte dentro de su cabeza, entonces abrió sus ojos como hendiduras.

Los tres Dragones estaban cerca de él, sus cabezas volteando rápidamente a cada grito de "¡Somnium!" y "¡Esqueletos para el trono de esqueletos!" llenando el aire alrededor de ellos. Ahora los tres tenían Escudos Simples activados.

La varita de Neville seguía en su mano, y no necesito mucho esfuerzo para apuntar a la bota de uno de los chicos y susurrar "¡Somnium!"

Sin demora Neville cerró sus ojos y relajó su mano cuando escuchó que el chico cayó al suelo.

"¿De dónde vino?" clamó la voz de Justin Finch-Fletchley, y Neville oyó crujidos sobre la tierra con hojas del bosque, al tiempo que los dos Dragones giraban alrededor en busca de un enemigo.

"¡Reformen las filas!" bramó la voz de Malfoy. "Hacia mí, todos, ¡no permitan que los separen!"

Las orejas de Neville escucharon a los dos Dragones saltar sobre su cuerpo boca abajo cuando estos salieron corriendo.

Neville abrió sus ojos, se recompuso con un poco de dolor para ponerse de pie, luego apuntó con su varita y pronunció el nuevo encantamiento que el General Potter les había enseñado a todos. No podían hacer hechizos reales de ilusión para confundir al enemigo, sin embargo incluso a su edad sí podían -

"Ventriliquo," murmuró Neville, señalando con su varita a un lado de Justin y el otro chico, y aulló, "¡Por Cthulhu y la gloria!"

Justin y el otro chico se detuvieron de manera abrupta, girando sus escudos hacia donde Neville había movido su grito de batalla, y fue allí cuando múltiples voces de "¡Somnium!" llenaron el aire y el otro chico se cayó antes de que Neville hubiera terminado de apuntarle.

"¡El último es mio!" exclamó Neville, y entonces corrió directo hacia Justin, quien había sido malo con él hasta que los Hufflepuffs más grandes lo enderezaron. Neville estaba rodeado por sus camaradas y eso significaba -

"Ataque especial, ¡Salto Caótico!" aulló Neville al tiempo que corría, sintió que su cuerpo se volvía más liviano, y esa liviandad se duplicó de nuevo, pues sus camaradas apuntaban sus varitas hacia él y murmuraban el Encantamiento Levitador, y Neville alzó su mano izquierda y chasqueó los dedos y luego usó sus piernas para brincar desde la tierra tan fuerte como pudiera y rugió a través del aire. Pura sorpresa se pintó en el rostro de Justin cuando Neville pasó por encima del escudo del chico y lo señaló con su varita y conjuró "¡Somnium!"

Porque se le dio la gana, ese es el por qué.

Neville no ajustó sus pies muy apropiadamente y se desplomó sobre el suelo al aterrizar, sin embargo dos o tres de los otros Legionarios Caóticos se las arreglaron para mantener sus varitas sobre él y no se aporreó muy duro.

Y Neville se puso de pie, jadeando. Sabía que tenía que seguirse moviendo, todos estaban gritando "¡Somnium!" por todo el lugar -

"Yo soy Neville, ¡el último heredero de Longbottom!" bramó Neville al cielo por encima de su cabeza, sosteniendo su varita apuntando recto hacia arriba como si estuviera retando al mismísimo y brillante cielo azul, conociendo que nada después de este día volvería a ser lo mismo. "¡Neville de Caos! Luchen conmigo si se atre-"

(Cuando Neville despertó después, le dijeron que el Ejército Dragón habían tomado esta como su oportunidad para contraatacar.)

...

La chica al lado de Harry se derrumbó en el suelo, recibiendo el tiro que era para él, y pudo escuchar la distante risa burlona del Sr. Goyle mientras su escoba acometía por sobre ellos, cortando el aire tan fuerte que deberían haberse partido en pedazos a su paso.

"¡Luminos!" exclamó uno de los chicos al lado de Harry, quien no había sido capaz de reconstruir la fortaleza mágica con suficiente premura, y el Sr. Goyle la esquivó sin pausa.

A Caos sólo le quedaban seis soldados, ahora, y el Ejército Dragón tenía dos, y el único problema era que uno de esos soldados era invencible, y el otro estaba usando tres soldados nada más para mantenerlo dentro de su escudo.

Habían perdido más soldados con el Sr. Goyle que con todos los otros Dragones juntos, él revoloteaba y esquivaba a través del aire tan rápido que nadie podía golpearlo, y él podía disparar mientras hacía eso.

Harry había pensado en todo tipo de maneras para detener al Sr. Goyle pero ninguna de ellas era segura, incluso usar el Encantamiento Levitador para reducir su velocidad (era un rayo continuo y mucho más fácil de apuntar) no sería seguro porque él podía caerse de su escoba, arrojar cosas en su camino tampoco sería correcto, y eso se estaba haciendo cada vez más y más difícil de recordar a medida que la sangre de Harry se iba helando.

Es un juego. No estás intentando matarlo. No eches a perder tus futuros planes por un juego...

Harry podía ver el patrón, podía ver cómo el Sr. Goyle estaba esquivando, podía ver cómo y cuándo necesitaba disparar para crear una telaraña de disparos que el Sr. Goyle no sería capaz de evadir, sin embargo él no era capaz de explicarlo con suficiente velocidad a sus soldados, no podían coordinar sus tiros tan bien, y ahora no tenían suficientes personas para hacerlo -

Me rehúso a perder, no así, ¡no todo mi ejército a causa de un soldado!

La escoba del Sr. Goyle se giraba más veloz de lo que cualquier cosa debía poder girarse y empezó a hacer un angulo hacia Harry y sus tropas sobrevivientes, podía sentir al chico a su lado poniéndose tenso, preparándose para lanzarse en frente de su general.

QUE SE JODA.

La varita de Harry salió, enfocándose sobre el Sr. Goyle, la mente de Harry visualizó el patrón, y los labios de Harry se abrieron y su voz gritó -

"Luminosluminosluminosluminosluminosluminosluminosluminosluminosluminosluminosluminos-"

...

Cuando los ojos de Harry se volvieron a abrir, se encontró a sí mismo descansando en una posición confortable con sus manos dobladas sobre su pecho, agarrando su varita como un héroe caído.

Lentamente, Harry se sentó. Su magia estaba doliendo, una sensación extraña mas no enteramente agonizante, más como el ardor y letargo que seguía a un gran ejercicio físico.

"¡El general está despierto!" llamó una voz, y Harry parpadeó y se concentró en esa dirección.

Cuatro de sus soldados mantenían sus varitas sobre un reluciente hemisferio prismático, y Harry se dio cuenta que la batalla no había finalizado. Claro... él no había sido golpeado por un Maleficio de Sueño, nada más se agotó a sí mismo, así que cuando despertó, seguía dentro del juego.

Harry sospechaba que iba a recibir un sermón de alguien-u-otro sobre no agotar su magia al punto de la inconsciencia por un juego de niños. Pero no había lastimado al Sr. Goyle cuando había perdido su temperamento, y eso era lo importante.

Entonces la mente de Harry hizo clic sobre otra implicación, y bajó la vista al anillo de acero sobre el dedo meñique de su mano izquierda, y casi maldijo en voz alta cuando vio que el pequeño diamante ya no estaba y había un malvavisco yaciendo cerca de donde se había desmayado.

Había sostenido la Transformación durante diecisiete días, y ahora tendría que iniciar de nuevo.

Podría haber sido peor. Le podría haber pasado esto catorce días más adelante, después de que la Profesora McGonagall le hubiera dado la aprobación para Transformar la roca de su padre. Esa era una muy buena lección para aprender en el modo fácil.

Nota para mí mismo: Siempre remueve el anillo del dedo antes de agotar completamente la magia.

Harry se empujó a sí mismo, haciéndolo con harto esfuerzo. Desgastar tu magia no cansaba tus músculos, pero esquivar arboles ciertamente sí.

Tambaleó hacía el hemisferio iridiscente que contenía a Draco Malfoy, quien estaba sosteniendo su varita en alto para sostener el escudo, y le sonreía fríamente a Harry.

"¿Dónde está la quinta soldado?" preguntó Harry.

"Este..." contestó un chico cuyo nombre Harry no podía recordar en el momento. "Disparé un Maleficio de Sueño al escudo y rebotó y le pegó a Lavender, o sea el angulo no era el correcto y sin embargo eso pasó..."

Draco estaba sonriendo con malicia dentro del escudo.

"Así que déjame deducir," Harry dijo, observando a Draco directamente a los ojos, "¿esos bonitos tríos son la formación usada por los militares mágicos profesionales? ¿Compuestos de soldados entrenados que fácilmente pueden golpear blancos en movimiento si sus propias manos están firmes, y quienes pueden combinar sus poderes defensivos siempre y cuando permanezcan juntos? ¿A diferencia de tus soldados?"

La sonrisa se había desvanecido de la expresión de Draco, que ahora era dura y severa.

"Sabes," Harry continuó con ligereza, conociendo que ninguno de los demás comprendería cual era mensaje real pasando entre ellos, "eso demuestra que siempre debes cuestionar todo lo que ves que hacen tus modelos de conducta, e indagar por qué se está haciendo, y si en contexto también tiene sentido que tú lo hagas. No te olvides de aplicar ese consejo en la vida real, por cierto. Y gracias por los blancos apretados de movimiento lento."

Porque Draco ya había recibido ese sermón, y, Harry sospechaba, lo había descartado por la sospecha de que Harry estaba intentando alejar más sus lealtades de las tradiciones de los sangre limpia. Lo que desde luego Harry estaba haciendo. Mas este ejemplo sería una excelente excusa, el siguiente Sábado, para declarar que cuestionar la autoridad era meramente una técnica práctica para la vida real. Y Harry también mencionaría los experimentos que él había hecho, primero con individuos y luego con grupos, para revisar sus ideas sobre la importancia de la velocidad y que de hecho había sido correcta, martillearía a Draco hasta los cimientos el punto de mantener un ojo abierto todo el tiempo en busca de oportunidades para aplicar los métodos prácticos todos los días.

"¡No has ganado aún, General Potter!" gruñó Draco. "Tal vez el tiempo se acabe, y el Profesor Quirrell dictaminará un empate."

Un punto justo y preocupante. La guerra únicamente terminaba cuando el Profesor Quirrell, en su juicio personal, decidía que un ejército había ganado para estándares prácticos de la vida real. No había una condición formal de victoria, había explicado el Profesor Quirrell, porque entonces Harry descubriría cómo jugar con las reglas. Harry tenía que admitir que esa era una política justa.

Y Harry no podía culpar al Profesor Quirrell por no haber dado la llamada final, porque era plausible que el último soldado del Ejército Dragón pudiera vencer a los cinco sobrevivientes de la Legión Caos.

"De acuerdo," Harry habló. "¿Alguien conoce algo sobre el hechizo escudo del General Malfoy?"

Resultó que el escudo de Draco era una variación del Protego regular que tenía muchas contras, la más grande era que el escudo no podía moverse con el hechicero.

La ventaja – o desde la perspectiva de Harry, desventaja – es que era más fácil de aprender, más fácil de lanzar, y mucho más fácil de sostener por largos periodos.

Tendrían que martillar el escudo con hechizos de ataque para poderlo derribar.

Y Draco podía aparentemente ejercer algo de control sobre el angulo de reflexión por lo cual los hechizos rebotarían.

A Harry se le ocurrió el pensamiento de que podían usar Wingardium Leviosa para apilar rocas pesadas sobre el escudo hasta que Draco no pudiera sostenerlo contra la presión... pero entonces las rocas podrían caer a continuación y golpear a Draco, y lastimar al general enemigo no estaba entre las metas verdaderas del día de hoy.

"Así que," preguntó Harry. "¿Existe algo como un hechizo especializado perforador de escudos?"

Los había.

Harry inquirió si alguno de sus soldados lo conocía.

Ninguno los conocía.

Draco estaba haciendo una mueca otra vez, dentro del escudo.

Harry indagó si había algún tipo de ataque que no rebotaría.

Relámpagos, parecían, eran usualmente absorbidos por los escudos en lugar de rebotar sobre ellos.

...Nadie sabía cómo lanzar ninguna clase de hechizo relacionado a los rayos.

Draco se rió con disimulo.

Harry suspiró.

Deliberadamente, él puso su varita sobre el suelo.

Y Harry anunció, con algo de cautela en su voz, que se adelantaría y derribaría el escudo por su cuenta, usando algún método que permanecería como un misterio; y todos los demás debían disparar a Draco tan pronto como el escudo cayera.

Los Legionarios Caos se mostraron nerviosos.

Draco se veía calmado, lo que significa, controlado.

Una delgada, sabana doblada surgió del monedero de Harry.

Harry se sentó al lado del reluciente escudo, y desdobló la sabana sobre su cabeza para que nadie pudiera vero lo que él hacía - excepto Draco, por supuesto.

Del monedero de Harry salió una batería de carro y un grupo de cables conectores.

...no era como si él fuera a abandonar el mundo Muggle para iniciar una nueva era de investigación mágica, sin llevar consigo alguna forma de generar electricidad.

Poco después, los Legionarios Caos oyeron el sonido de dedos chasqueando, seguido por un crepitante ruido proveniente de la sabana. El escudo empezó a resplandecer con mayor brillantes, y la voz de Harry ordenó, "No se distraigan por favor, ojos sobre el General Malfoy."

El cansancio comenzaba a mostrarse en el rostro de Draco, junto con la furia y molestia y frustración.

Harry le dedicó una sonrisa, y gesticuló con la boca, Te explicó después.

Y allí fue cuando una espiral de energía verde cruzó el bosque y se estrelló contra el escudo de Draco, que chilló como piezas de vidrio afilado siendo frotadas entre sí, y Draco tambaleó.

De repente, en frenético pánico, Harry cogió los cables conectores de la batería y se los dio de comer al monedero, luego le dio de comer la batería al monedero, y entonces se quitó a toda prisa la sabana y agarró su varita y se puso de pie.

Todos sus soldados seguían allí y miraban alrededor desesperados.

"Contego," Harry conjuró, y sus soldados siguieron ejemplo, pero Harry no conocía cuál era la dirección hacia la cual tenía que apuntar el escudo. "¿Alguien vio de dónde provino eso?" Cabezas sacudidas. "Y General Malfoy, ¿le importaría informarme si usted venció a la General Granger?"

"Pues sí," Draco replicó ácidamente, "Sí me importa."

Oh, rayos.

La mente de Harry empezó a calcular, Draco dentro del escudo, Draco agotado hasta cierto grado, Harry exhausto también, Hermione en medio de los árboles quién-sabe-dónde, Harry y otros cuatro Caóticos en pie...

"Sabe, General Granger," Harry habló en voz alta, "realmente debió esperar a atacar hasta después de que yo hubiera luchado contra el General Malfoy. Podría haber sido capaz de vencer a todos los sobrevivientes."

De algún lugar surgió una risa muy aguda.

Harry se quedó paralizado.

Esa no era Hermione.

Y ahí fue cuando ese espantoso, misterioso, animado canto empezó a elevarse, saliendo de todos lados a su alrededor.

"No tengas miedo, no estés triste,
Sólo te lastimaremos si eres malo..."

"¡Granger hizo trampa!" explotó Draco dentro del escudo. "¡Ella despertó a sus soldados! Por qué el Profesor Quirrell no la ha -"

"Déjame adivinar," Harry interrumpió, la sensación de malestar ya batiendo en su estómago. Realmente él odiaba perder. "Fue una batalla muy fácil, ¿correcto? ¿Cayeron como moscas?"

"Sí," Draco dijo. "Los cogimos a todos con el primer tiro -"

La mirada horrorizada de Draco al comprender se esparció hacia los Legionarios Caos.

"No," Harry aseguró, "no lo hicimos."

Formas camufladas fueron apareciendo entre los árboles.

"¿Aliados?" Harry preguntó.

"Aliados," Draco respondió.

"Que bien," declaró la voz de la General Granger, y una espiral de energía verde resplandeció desde el bosque y rompió el escudo de Draco en pedazos.

...

La General Granger supervisó el campo de batalla con un sentimiento definitivo de satisfacción. Le habían quedado nueve Soldados Rayo de Sol, pero eso era probablemente suficiente como para lidiar con el último superviviente de las fuerzas enemigas, especialmente cuando Parvati y Anthony y Ernie ya estaban sosteniendo sus varitas sobre el General Potter, a quien ella les ordenó tomar con vida (bueno, consciente).

Era Malo, ella lo sabía, sin embargo en verdad verdad verdad quería presumir.

"Hay un truco, ¿no es cierto?" cuestionó Harry, el cansancio apareciendo en su voz. "Tiene que haber algún truco. No puede ser que nada más te conviertas en el general perfecto. No además de todo lo demás. ¡No eres una Slytherin! ¡No escribes poesía espeluznante! ¡Nadie es así de bueno en todo!"

La General Granger le echó una ojeada a sus Soldados Rayo de Sol, y entonces volvió a posar sus ojos sobre Harry. Probablemente todos estaban viendo esto en sus pantallas allá afuera.

Y la General Granger anunció, "Puedo hacer cualquier cosa si estudio con suficiente empeño."

"Oh sabes que eso es pura mi-"

"Somnium."

Harry se desmayó en el suelo a la mitad de la frase.

"RAYO DE SOL GANA," entonó la enorme voz del Profesor Quirrell, pareciendo provenir de todos lados y de ningún lugar.

"¡La bondad a triunfado!" gritó la General Granger.

"¡Hurra!" clamaron los Soldados Rayo de Sol. Incluso los chicos Gryffindor lo corearon, y lo hicieron con orgullo.

"¿Y cuál es la moral de la batalla de hoy?" inquirió la General Granger.

"¡Podemos hacer cualquier cosa si estudiamos con suficiente empeño!"

Y los sobrevivientes del Regimiento Rayo de Sol marcharon hacia el campo de la victoria, cantando su canción de tropa al avanzar:

No tengas miedo, no estés triste,
Sólo te lastimaremos si eres malo,
Y te enviaremos a casa eso es verdad,
Con nuevos amigos para que te vigilen,
No olvides contarles que fuiste enviado

¡Por el Regimiento Rayo de Sol de Granger!

Capítulo 29             Capítulo 31


Nota del traductor


Para leer más sobre el experimento de la Cueva de los Ladrones.

"Ex Tempore" es una máxima latina que significa "fuera de momento"

Sobre "El Tema de Darth Vader" no es en realidad la palabra caos que usan, sino "Doom" que es una palabra complicada que puede traducirse como muerte, destino, condenación y tal vez más precisamente pero menor impresionante, hado. Además, "Doom" en inglés suena similar a como se podría mascullar esa tonada, "Dun dun dun dun..." Opté por usar caos que aunque, menos exacta, compensa con siendo monosílaba y trazando una relación con la historia.

En los gritos de batalla dados por Neville, hay referencias a Warhammer, Cthulhu y El juego de Ender.

Un capítulo muy interesante. Bastante acción y un despliegue increíble de ingenio, y no sólo de parte de Harry Potter racional.

No tengo mucho por contar, ando sumamente ocupado todo el tiempo, espero que disfruten mucho este episodio y estén pendientes del próximo, Muchas gracias por leer.

Escrito por Less Wrong / Eliezer Yudkowsky

Traducido al español por Rhaidot

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Recién salido del horno, el sexto capítulo de Mad Father. Tengo la impresión de que ya pasamos la mitad del juego. Y creo que vamos a poder conseguir el Final Verdadero :D

Y en caso de que no hayan visto el vlog que subí hace unas horas, también les dejo el link aquí: ¿Por qué no juego Five Nights at Freddy's u otros juegos pagos?

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