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lunes, 2 de febrero de 2015

Reino Virtual

Relato de ciencia-ficción


...

La atención de Augusto fue atraída por el dibujo a blanco y negro de un ángel cortando la cabeza a un dragón. Luego examinó la leyenda debajo del dibujo:

El grupo de INVESTIGACIÓN SOBRE TRATAMIENTOS CON REALIDAD VIRTUAL de la Universidad de Málaga convoca a las personas que sufran de vértigo a las alturas o acrofobia, a participar del juego REINO VIRTUAL que se propone lograr un avance significativo en la línea de investigación REALIDAD VIRTUAL EN TRATAMIENTOS PSICOLÓGICOS. Interesados por favor acercarse al edificio de Ingeniería Electrónica y preguntar en portería el día miércoles a las dos de la tarde.

En parte por curiosidad, y en otra por necesidad, Augusto decidió ir. El portero lo escoltó hasta el tercer piso y le señaló una puerta. Cuando la abrió, fue como penetrar en un laboratorio de película de ciencia ficción. Recostadas contra una pared había tres computadoras de distintas generaciones. En el centro de la habitación había una silla de barbero conectada por cables a un monitor. En una mesa larga, cercana a las computadoras, estaban dos hombres jóvenes y una mujer. Augusto reconoció un aire ingenieril en los dos hombres (postura encorvada, gafas, corbatas, uno demasiado gordo y el otro exageradamente flaco), pero no adivinó la profesión de aquella atractiva mujer con bata desabotonada y falda seductora, aunque no desvergonzadamente corta.

–Disculpen, ¿aquí es dónde compran acrofobia? –Augusto no solía desperdiciar ninguna oportunidad para bromear.

Los hombres se miraron confundidos, la mujer sonrió y lo saludo con un apretón de manos.


–Buenas tardes. Soy la doctora Luisa Siloé, psicóloga. Vienes por la convocatoria, ¿cierto? –Luisa tenía linda sonrisa y cabello negro ondulado. Sus ojos verdes conquistaron a Augusto con rapidez.

–Así es, me llamó Augusto. Estoy interesado en eso del tratamiento virtual. Pero, ¿hay que estar loco de remate?

–Claro que no, sólo un poco, –Luisa también tenía un buen sentido del humor–. Déjeme presentarlo. Ellos son otros dos miembros del grupo de investigación, todos somos profesores de la universidad. Él es el ingeniero James García, –Augusto estrechó la mano del más gordo. James tenía el cabello largo atado en una cola de caballo y una sonrisa amigable–. Y este es el ingeniero Camilo Aguilera, –el apretón de Camilo le demostró que tenía más fuerza de la que aparentaba–. Ellos son Ingenieros de Electrónica y son los genios que nos permiten hacer realidad este loco y maravilloso sueño.

–Pero usted y el doctor Nasar también son unos genios de cuenta propia –apuntó James–. ¿A quién se le habría ocurrido imbricar los videojuegos y un tratamiento psicológico?

– ¿Así que llegué en el momento de los halagos inmerecidos? –Dijo un hombre moreno entrando en el laboratorio–. Me temo que ni la doctora Luisa ni yo merecemos ese crédito. Nuestro proyecto nace de las propuestas de eminencias tan dispares como Anderson, Bransford, Chee, Collins, Doyle, Fortugno, Freeman, Freud, Ginzburg, Hooi, Linser, Moore, Naidu, Pearl, Poe, Porter, Prensky, Schank, Sloterdijk, Van Dine, Vander y Zimmerman, aunque si fuera de nombrar sólo a uno, mi elección sería Joichi Ito.

–Augusto, este es nuestro modesto y sapiente gran jefe pluma blanca, el doctor Vicente Nasar –Era un hombre alto y fornido. Era el mayor del grupo y aunque parte de su cabello empezaba a encanecer aún se las arreglaba para ser guapo. Sus ojos negros eran inteligentes y sus facciones revelaban un hombre afable y sabio.

–Leí en algún lado que algunos terapeutas usaban la realidad virtual para tratar a pacientes con acrofobia y también víctimas de abuso –comentó Augusto–. Nunca pensé que tendría oportunidad de participar en eso.

–Me gusta este inteligente conejillo de indias –dijo Nasar con una sonrisa.

–Pero nadie ha hecho antes lo que vamos hacer el día de hoy –señaló James intentando llamar la atención de Luisa–. No vamos a hacer una mera simulación de percepción de alturas, vamos a usar un juego de rol virtual.

– ¿Juego de rol? –Bromeó Augusto–. ¿Esos no son los que se imaginan que son guerreros o magos y luego se vuelven asesinos seriales?

Los ingenieros le regalaron una gélida mirada y hasta la profesora Luisa dejo escapar una mueca despectiva. Sólo la sonrisa del profesor Nasar siguió inalterable.

–No hay que creer todo lo que los medios dicen muchacho. Un juego de rol como lo indica su nombre, describe la actividad en que una o más personas desempeñan un determinado rol, papel o personalidad concreta que normalmente no hace. Los juegos de rol también estimulan el potencial creativo e imaginativo de la persona, además de hacer trabajar el razonamiento durante el transcurso de las aventuras al enfrentar nuevos panoramas, retos y confrontaciones e intentar solucionarlos.

–Nada más intentaba ser gracioso –dijo Augusto incomodo–. Eh, ¿y de qué va la cosa entonces?

–El juego, en general, es fundamental en el proceso de enseñanza-aprendizaje: a la hora de aprender, la calidad con que una persona aprende algo se basa en la utilidad práctica que le encuentre a dicho conocimiento. El juego permite acceder al conocimiento de forma significativa, pues convierte en relevantes o interesantes, informaciones que serían absurdas, lejanas o aburridas, de otra manera.

–Pero lo primero sería hacerte unas preguntas y conversar un poco contigo para asegurarnos de que seas apto para entrar a Reino Virtual –señaló la profesora Luisa.

Augusto se abstuvo de preguntar que era Reino Virtual no fuera a perderse en otra explicación interesante e ininteligible del profesor Nasar. Los psicólogos le hicieron varias preguntas durante una hora y luego le pasaron una ficha para que le diera su aprobación. Augusto leyó y asintió, aunque sólo ciertos ítems de su evaluación le llamaron la atención:

Nombre: Augusto Torres
Nivel académico: Estudiante de Periodismo
Personaje: Astal el ángel
Trastorno: Fobia simple (Acrofobia)
Origen del trastorno: Desconocido
Parientes con el trastorno: No
Parientes con algún otro tipo de trastorno: No
Parientes muertos: Sí (Una abuela y una hermana)
Comportamiento obsesivo: No
Rasgos esquizofrénicos o de otro tipo: No

–Supongo que está bien, ¿pero qué es eso de Astal el ángel?

–Es el nombre de tu personaje, lo entenderás dentro de poco –dijo Luisa–. Ahora debemos cargar estos datos en la computadora para ver si podemos proceder con el experimento.

La computadora se demoró unos cinco minutos en procesar los datos, lo cual le pareció muy rápido a Augusto. La computadora mostraba sus resultados en una pantalla negra con letras verdes:

Resultado del análisis de los datos de Augusto Torres
Riesgo de fractura: 47%
APROBADO

–Más alto de lo que esperaba –dijo pensativo Nasar sobándose el mentón con la mano–. Supongo que recibió puntos extras por lo de la abuela y la hermana.

–No es que quiera echarme para atrás –dijo Augusto–, pero eso de riesgo de fractura no suena alentador.

–No tienes de que preocuparte –lo tranquilizó Nasar–. Ese nombre en realidad hace referencia a la posibilidad de encontrar imprevistos en tu conducta durante la simulación., lo que podría resultar en un trastorno severo a posteriori. 47% es apenas considerable. Mientras este número no llegué a 90% no hay de qué preocuparse. Desde luego, la decisión es tuya –para enfatizar sus palabras, Nasar extendió la mano derecha hacia la silla y la izquierda hacia la salida.

Augusto se sentó en la silla. Luisa lo ayudó a acostarse para que estuviera cómodo y puso un pesado casco en la cabeza que lo dejó a oscuras. Las teclas oprimidas por los rápidos dedos de los ingenieros, el garrapatear del lapicero del psicólogo sobre una hoja, los procesadores de las computadoras: todos los ruidos desaparecieron dentro del casco.

...

[Augusto, ¿puedes escucharme?]

Es una voz desconocida dentro de mi cabeza. ¿Quién es?

[Soy la doctora Luisa. Quiero que me prestes atención porque voy a explicarte en que consiste Reino Virtual. ¿Estás preparado?]

Sí doctora. Dispare de una vez.

[Este casco no es como los que probablemente conoces. No te pasara imágenes frente a tus ojos ni tampoco sonidos. Este casco servirá para ayudarnos a hipnotizarte.]

Pero pensé que íbamos a jugar rol en una computadora.

[Y lo vamos a hacer, pero no con un simple motor de gráficos. “Por la misma razón que el libro es muchas veces mejor que una película, porque deja espacio para la elaboración imaginativa, lo que es aún mejor que crear imágenes hechas en tercera dimensión, mejora la ilusión de la presencia cognitiva en las simulaciones de los juegos de rol”. Esas fueron las palabras de Fortugno y Zimmerman que son nuestra guía. Los juegos de realidad virtual puede ofrecer un mayor impacto por su alto contenido gráfico, tener un factor de impacto mayor, pero una vez pasada la novedad, no tiene ninguna utilidad aparte del entretenimiento, y de ahí en adelante tiene mayor probabilidad de ir en detrimento de la experiencia de aprendizaje. Los juegos de rol son más útiles porque fomentan el pensamiento estratégico, la solución de problemas y promueven las capacidades imaginativas.]

Aja, ¿todo lo cual nos lleva a…?

[Nos lleva a la “compleja ilusión de la presencia cognitiva” que es necesaria cuando hay de por medio propósitos educacionales y, podríamos agregar, tratamientos psicológicos. Para crearla hay dos cuestiones críticas. La primera es la suspensión de la incredulidad. Aceptar que ese otro mundo imaginado es una realidad. Sentir que realmente las acciones en el juego son relevantes, que las decisiones y despliego de inteligencia vale la pena. Lo segundo es sentirse identificado con el personaje que se encarne. La “ilusión de la presencia cognitiva” hace referencia entonces a la capacidad de una persona de recrear un evento de forma tan precisa que le permite imaginarse que estuvo allí. Imaginar que vio, que oyó, que formó parte de ese evento. Es una ilusión que sólo puede lograrse cuando se ha absorbido cada detalle con respecto a un evento o conocimiento determinado. Imaginarnos el olor de la pólvora en una batalla, memorizar cada palabra de un discurso que cambio la historia para siempre… Y el cerebro humano es el procesador más avanzado en el mundo para lograr la “ilusión de la presencia cognitiva”. La explicación mecánica del asunto es aún más complicada que eso, pero lo crucial es que éste procedimiento nos permite acceder a tu subconsciente y sumirte en un estado de sueño lucido. Controlaremos la emulación de situaciones en tu sueño y tú serás responsable de las acciones de tu yo.]

Entonces cuando este dentro de Reino Virtual, para mí será real. ¿No es peligroso?

[Para ti no será más que un buen sueño. Tú y yo estaremos en comunicación permanente. Yo seré la directora del juego y me reconocerás con el nombre de Master, cumpliré la función de ser la mediadora entre tus percepciones y la de interpretar a aquellos personajes que no son tú, que son completamente imaginarios y no son reales. También interpretaré todos los elementos no controlados por ti (animales, plantas, criaturas fantásticas, meteorología, dioses, tecnología, sucesos físicos normales, sucesos mágicos o paranormales, etcétera). Seré el árbitro de las reglas, y yo imaginaré y describiré el escenario y las circunstancias que crean una percepción virtual del escenario consensuado. Ahora relájate y déjate llevar.]

[Iniciando terapia bineural “Sugestión”.]

¿Es el ruido del mar? Un eco profundo y lejano con los llantos de sirenas clamando por su amor perdido.

[Augusto, te vas a dormir cuando yo cuente tres, pero vas a seguir consciente. ¿Entiendes lo que quiero decir?]

Sí.

[Perfecto. 3…]

[Sincronizando ondas cerebrales REM.]

[2…]

[Interfaz cerebral estable.]

[1…]

[Iniciando Reino Virtual.]

[Master] Augusto, ¿cómo te sientes?

[Augusto] Bien.

[Master] Perfecto. Augusto, bienvenido a Reino Virtual, un mundo habitado por criaturas mágicas y seres humanos. Sin embargo, tú serás una criatura que es extraña aún en Reino Virtual. Te llamas Astal y eres un ángel. Tienes dos poderosas alas, una espada de fuego celestial y una resistencia sobrehumana. ¿Comprendes?

[Astal] Comprendo.

[Master] Recién has llegado a Reino Virtual. Dios te ha encomendado la misión de obtener la esmeralda Amanecer, un tesoro que fue entregado a la familia Berek, reyes humanos de Reino Virtual. Has descendido del cielo en frente del castillo Berek. Sus muros pulidos y estandartes de oro deberían maravillarte por su hermosura, pero no ocurre así. Sientes que esa belleza no es más que un delgado manto bajo el cual bulle un terrible mal. Hasta ahora no comprendías porque Dios decidió quitarles su bendición a los humanos al despojarlos de la esmeralda Amanecer. ¿Lo comprendes ahora, Astal?

[Astal] Los humanos han dejado que la oscuridad se apodere de sus corazones. Los reyes ya no son dignos.

[Master] Es probable que estés en lo correcto. Por lo cual es natural que desconfíes cuando un grupo de personas, entre ellos un humano, salen del castillo y se acercan a ti.

[Humano desconocido] ¡Un ángel del cielo! Por favor, ¡ayúdanos! Nuestra princesa corre peligro.
[Astal] ¿Quiénes son ustedes? Estoy aquí para cumplir los mandatos de Dios, no para ser engañado por desconocidos.

[Humano desconocido] Mi nombre es Cymric y soy un mago al servicio del rey Berek. Ellos son Tulkas y Eldar, elfos guardabosques que han venido en representación de su raza cuando sintieron que el mal se apoderó de este castillo.

[Master] Cymric es un joven de veinte años, usa gafas y un bastón que es fuente de sus poderes; viste una túnica roja bordada con lunas negras. Tulkas es rubio y guapo, aunque su musculatura es inusual entre los de su raza. Eldar es más delgado y sus ojos son inocentes y azules como el cielo. Los elfos tienen sus arcos en la mano y espadas al cinto; visten unas calzas verdes ajustadas, puntiagudos zapatos de cuero y un jubón azul oscuro encima de la camisa, ropa ideal para camuflarse en los bosques.

[Astal] Mi nombre es Astal, ángel de las Hordas Celestiales. Estoy aquí para recuperar la esmeralda Amanecer que le fue entregada a la dinastía de Berek.

[Cymric] Las huestes del infierno se enteraron de tu llegada y enviaron un demonio que ha poseído al rey Berek.

[Tulkas] El rey no es dueño de sus actos. El demonio lo ha obligado a construir un altar perverso en el que planea sacrificar a la princesa. Si destruye el alma pura de la princesa y derrama su sangre sobre la esmeralda Amanecer, la joya se pervertirá y permitirá a los demonios apoderarse de Reino Virtual.

[Eldar] El rey Berek se ha encerrado en las mazmorras y les ha ordenado a los guardias no dejarte avanzar. Convencimos a algunos de la posesión del rey, pero otros soldados se niegan a creernos y en este momento se enfrentan los unos a los otros. Con tu fuerza, podremos penetrar en las mazmorras, salvar a la princesa y recuperar la esmeralda Amanecer. ¿Unirás fuerzas con nosotros?

[Master] ¿Qué les respondes Astal?

[Astal] Acepto. ¡Adelante! No tenemos tiempo que perder.

[Master] Los cuatro pasan por el puente levadizo cuando una reja metálica les cierra el paso. Además, varios soldados empujan las dos gruesas puertas de madera para impedirles entrar. ¿Qué ordenes les das a tu grupo? Ellos son personajes que actúan como extensiones de tu subconsciente y necesitan comandos tuyos para actuar.

[Astal] Cymric, usa tu magia para desvanecer la reja. Tulkas y Eldar disparen a los soldados que empujan las puertas, pero que intenten no matarlos. Yo me adelanto para atacar por sorpresa a los soldados que se nos oponen.

[Master] Con magistral sincronía tu grupo ejecuta tus órdenes. Cuando pisas la barbacana te encuentras con un caótico desastre. Los cultivos han sido pisoteados y los animales corren de un lado para otro. Los soldados se pelean entre sí gritando la misma consigna “¡Gloria a la casa de Berek!”. Parece ser que la peor parte se la llevan los que quieren salvar a la princesa.

[Astal] ¿Puedo volar para atacar por los aires?

[Master] No. Sólo podrás volar para llevar de regreso la esmeralda.

[Astal] Entonces atacó de manera no letal a los soldados engañados. Cuando llegue Cymric le pido que cure a los que estén mal heridos y le pido a Tulkas y Eldar que se adelanten a las mazmorras aprovechando que los soldados se van a centrar en atacarme.

[Master] Tulkas y Eldar ingresan a la torre de homenaje mientras Cymric salva a algunos soldados. Tú luchas solo. Es una enardecida batalla. Puedes lidiar con facilidad con los soldados y sus espadas de acero que se derriten al contacto con tu espada de fuego celestial. Pero desde la torre de homenaje y las torres de flanqueo te disparan ráfagas de flecha.

[Astal] Las bloqueo con mis alas.

[Master] Si las usas de esa manera evitaras ser herido pero hay un riesgo de que queden dañadas y luego no puedas volar.

[Astal] No importa. Si no ganamos esta batalla de nada servirán mis alas.

[Master] Cuando Cymric termina su labor salvadora, dispara unos cuantos proyectiles mágicos para encargarse de los arqueros. Luego te observa y hace un diagnóstico.

[Cymric] No podré curar tus alas. Mi magia no puede afectar a un ángel.

[Astal] No importa Cymric. Es hora de detener al rey y salvar a la princesa.

[Master] La torre del homenaje es la última trinchera defensiva del castillo, pero la encuentran mermada. El paso de Tulkas y Eldar se nota en la cantidad de soldados inconscientes. Ascienden por la escalera de caracol sin enfrentar más que a un par de soldados tercos. Cymric y tú apresuran el paso, ansiosos por llegar a tiempo. Fugazmente pasan aposentos con camas y comida, una capilla y, finalmente, las mazmorras. Sus ojos engañados por la oscuridad no les pueden avisar del bulto que los golpea a los dos y los tumba al suelo. ¿Atacas a lo que te derribó?

[Astal] No. Espero a que mis ojos se acostumbren a la oscuridad para ver qué o quién fue.

[Master] Reconoces el cabello rubio de Tulkas manchado de sangre. Está bastante golpeado y ha perdido el conocimiento. Entre sus brazos duerme la bella princesa a la que vinieron a rescatar. Tu alivio no dura mucho tiempo. En el fondo de la mazmorra ves el depravado altar, un montículo de huesos humanos y monedas de oro sobre el cual descansa la esmeralda Amanecer. El rey Berek está frente al altar. Es un hombre de barba y pelo cano, ojos hundidos y enloquecidos, un hombre demacrado como un esqueleto pero con la fuerza para sostener a Eldar por el cuello con una sola mano.

[Rey Berek] ¡Un alma pura! ¡Tú morirás por el bien de mi casa, guardabosques Eldar!

[Astal] Me lanzó contra el rey Berek.

[Master] Demasiado tarde. Ante tus ojos, el rey Berek desenfunda su espada y atraviesa a Eldar de un lado a otro.

[Astal] ¡No!

Riesgo de fractura: 67%

[Master] La sangre de Eldar cae sobre la esmeralda Amanecer. El rey Berek deja caer su cuerpo sin vida y estira su mano hacia la corrupta joya que poco a poco deja de ser verde resplandeciente y se tiñe de un rojo podrido.

[Cymric] ¡Astal, te haré un hechizo de vuelo para que lleves la esmeralda Amanecer al cielo y sea purificada a tiempo!

[Astal] No. Primero derrotaremos a Berek y le devolveremos la vida a Eldar.

Riesgo de fractura: 76%

[Cymric] Pero Astal, Eldar perdió la vida para que la esmeralda Amanecer no trajera sufrimiento a este mundo. Si no purificamos la joya, su muerte será en vano.

[Astal] No lo será porque vivirá. Cymric, procura liberar al rey Berek del control del demonio. Yo voy a quitarle la joya.

[Rey Berek] ¡Tontos! ¡Ni siquiera un ángel podrá detenerme con esta joya que absorberá la maldad de los corazones humanos y me hará invencible!

[Astal] Yo no soy humano. ¡Lo atacó!

[Cymric] Rey Berek, recuerde el amor de su hija y de su pueblo. ¡Libérese de la maldición de dominación!

[Master] El rey Berek repele los ataques de tu espada de fuego celestial, cuyo fuego termina por apagarse. Ahora tu arma más fuerte es una espada ordinaria.

[Rey Berek] Mi fiel Cymric, ¿qué te hizo pensar que entregué mi corazón a un demonio?

[Cymric] ¡Su majestad! ¡No puede ser!

[Rey Berek] Nunca fui poseído. ¿Por qué iba a renunciar a mí corona? El poder de esta joya me alzaba por encima del resto de los hombres. Y con este ritual, ¡me elevaré por encima de Dios!

[Master] La joya es roja por completo y su magia transfigura al rey Berek en una sombra negra y con alas de murciélago, cola de alacrán y cuernos de toro. De su boca escupe una bola de fuego. Cymric usa su magia para defenderlos pero el poder demoniaco del rey Berek lo supera: Cymric cae desmayado. Astal, tú eres el único que se interpone entre el demonio y el mundo.

Riesgo de fractura: 90%

[Astal]…

[Master] ¿Cuál es tu acción, Astal?

[Astal]…

Riesgo de fractura: 100%

Emulación de Reino Virtual interrumpida.

...

–Una verdadera lástima doctora Luisa. Creí que esta vez superaríamos la fractura y saldría de su estado catatónico.

–Tal vez en una próxima simulación doctor Nasar…

– ¡El juego aún no termina! –Jadeó James–. El paciente está actuando, sus ondas cerebrales REM presentan frecuencia y amplitud similares. ¡Sale de la catatonia y entra en un sueño virtual!

...

Fractura superada.

Reino Virtual en línea.

[Astal] Soy un ángel. Como ángel, soy una extensión de la voluntad de Dios, al igual que todo lo que existe. Pero yo puedo servir como un catalizador que responde a las plegarias de los buenos corazones. ¿Estoy en lo correcto?

[Master] Sí.

[Astal] Uso la energía de las plegarias para convertirme en una flecha de luz que salga disparada hacía la joya y ascienda hasta al cielo.

[Master] Si haces eso tú mismo serás destruido en el ataque. Y no habrá posibilidades de revivir a Eldar.

[Astal] Así sea. El sacrificio es necesario para vencer el mal. La muerte… es parte de la vida.

[Master] Te rodea la energía pura y brillante de las buenas personas. El demonio intenta escapar de tu luz pero no hay escondite tan lejano. Te estrellas como un cometa contra él y luego vuelas de nuevo hasta el cielo, extirpando el mal de este mundo. Es el fin del juego, Astal.

...

[Augusto. ¿Me escuchas?]

Sí. ¿Es usted doctora Luisa?

[En efecto. Augusto, vamos a despertarte gradualmente. Si te sientes desorientado no quiero que te asustes, es normal ¿de acuerdo?]

De acuerdo.

Para Augusto salir de Reino Virtual no fue como despertar de un sueño, fue como recuperar la consciencia durante un accidente automovilístico. Los miembros de su cuerpo lo punzaban terriblemente y terminó por gritar de dolor.

–Tranquilo Augusto –era el profesor Nasar–. El dolor es normal. Desaparecerá cuando te hayas ejercitado un poco.

–No me dijeron que me iba a doler.

–No te dijimos muchas cosas Augusto, pero fue para ayudarte.

Augusto sintió nauseas. Sus ojos se quemaban por la desmesurada luz del cuarto. Había una intravenosa conectada a su brazo y un monitor reaccionaba al pulso de su corazón y a su actividad cerebral. Tenía puesta una bata y no su ropa de estudiante. Su cabeza estaba rapada y le costaba tanto respirar que la profesora Luisa le puso una mascarilla en la boca.

– ¿Qué pasó? –Indagó Augusto–. ¿Salió mal el juego?

–Al contrario –dijo exultante James entrando al cuarto con su papada rebotando y su cola de caballo moviéndose de un lado al otro–. Ha sido una simulación perfecta. Es un placer saludar por primera vez al verdadero tú, Augusto.

–Pero ya nos habíamos saludado antes, ¿no?

–Eso fue una simulación dentro de la simulación. Lo hicimos para lograr, ¿cómo lo llama usted doctora Luisa?

–“La compleja ilusión de la presencia cognitiva”.

– ¡No entiendo! –Exclamó Augusto–. De verdad me estoy asustando.

–Augusto, escúchame atentamente –la expresión circunspecta del profesor Nasar lo calmó–. Hace cinco años fuiste diagnosticado con esquizofrenia. Los primeros meses tuviste delirios y alucinaciones. Vivías con la angustia de ser incapaz de controlar tus propios pensamientos, con voces y visiones imaginarias que te confundían y te daban órdenes contradictorias que parecían proceder del exterior de tu mente: estabas atrapado en una realidad distorsionada que te aislaba de los demás.

–No recuerdo nada de eso.

–Te encerraste dentro de ti mismo y pasaste de ser introvertido a caer en largos periodos de abstracción. La catatonía es poco frecuente en la esquizofrenia, pero en tu caso los factores biológicos, psicológicos y culturales te empujaron a ello. Esos episodios iban y venían y tu desesperación te llevó a buscar el suicidio en varias ocasiones.

– ¿Y por qué no recuerdo nada?

–Es una amnesia temporal. Poco a poco recordaras tu vida. Incluso rememoraras las alucinaciones, pero para ti serán como recordar un juego de rol, como si fueras un personaje representando una situación: no volverás a confundir la realidad.

–El juego de rol virtual nos permitió establecer la plataforma en la que podíamos extraerte de tu delirio –dijo Camilo acomodándose las gafas–. Estimulamos la toma de conciencia y responsabilidad a lo largo de Reino Virtual, te enfrentaste a decisiones que conllevaron a sus correspondientes consecuencias. De esta manera se potenció una consciencia más amplia de sus actos.

–Al interpretar al personaje de Astal te creaste un lugar propio en la alucinación –continuó Nasar–. Y para cumplir con la misión tuviste que trabajar en equipo con las manifestaciones positivas de tu yo subconsciente (Cymric, Eldar y Tulkas) para sublimarse por encima de las pulsiones destructivas de tu yo, representadas por el rey Berek. Cymric, Eldar y Tulkas eran tu deseo de enfrentarse a la realidad y de abandonar tu estado catatónico. El rey Berek era tu enfermedad, tu miedo y tu odio. El éxito dependía de tu esfuerzo para aunar tu mente dividida, en lograr enaltecer los aspectos reprimidos de tu personalidad interpretando los contradictorios aspectos reprimidos de la misma.

Los pensamientos de Augusto se fueron aclarando. La realidad virtual le había parecido tan verdadera. No podía escapar a la perspectiva de seguir atrapado dentro del juego o de su mente, una idea que lo sumía en el desasosiego y a la vez le proveía consuelo: era su último y remoto escape de la única realidad por la cual se había convertido en prófugo.

–Mi abuela y mi hermana murieron en un accidente –murmuró Augusto antes de echarse a llorar. Agradeció para sus adentros que sus salvadores guardaran silencio ante su dolor. Cuando las lágrimas se secaron y sus alas se dejaron llevar por la fuerza del viento, había olvidado porque estaba llorando. Se dejó caer frente al castillo de Berek con suavidad. Indeciso, no se atrevió a avanzar hasta que encontró un motivo para su desolación.

...

[Astal] Los humanos han dejado que la “La compleja ilusión de la presencia cognitiva” se apodere de sus corazones.


Astal entró al castillo de Berek y luchó con el mismo valor y hundimiento de un pasado olvidado y un futuro imperecedero.

Nota del autor


Este cuento originalmente lo escribí para participar en un concurso de la universidad de Málaga. No gané ni una mención, pero creo que no quedo del todo mal. Cuando releo este cuento puedo ver que funcionaría muy bien como un corto animado. Espero que les haya gustado. Increíble que lo hubiera escrito antes de verme Serial Experimental Lain, parece que estuviera muy influenciado aunque ese no sea el caso.

Sólo un día más para el final de Mad Father


Así como lo leen, ya mañana podrán disfrutar el final de Mad Father, bueno al menos el que recibí por mi elección. Hay un final secundario que luego subiré como un extra. Sin haber jugado aún ese final secundario, siento que obtuve el final malo, o al menos uno muy terrible.

Pobre Aya, tanta lucha y resulta que el Papá es una... Bueno, lo de loco estaba ahí en el título, y sin embargo sus maldades y locuras lograron sorprenderme.

Espero que les guste la primera parte del final de Mad Father, ¡mañana el gran final!

mad father aya mama despedida
Mad Father Parte 11: Salvar a Papá

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