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jueves, 30 de abril de 2015

Anomalia (Cuento)

Anomalía

frente robot cyborg androide
Original

Toda su vida, Kwan se había sentido diferente a los demás, pero sólo cuando cumplió diez años entendió por qué.
Su mamá acababa de entregarle un trozo de pastel a Mina, quien todos decían era la más bella del salón, entonces la niña se atrancó con el primer bocado.
Sin pensar en lo que hacía, Kwan corrió más rápido que el viento y le hizo la maniobra de Heimlich, aún cuando no sabía lo que era.
Los periódicos locales cubrieron la noticia. Al preguntarle qué deseaba hacer cuando grande, Kwan respondió: “No sé cuál trabajo exactamente, sin duda alguna quiero ayudar a los demás.”
Mina le pidió que se volviera su novio. Kwan la rechazó. No estaba interesado en tener novia, sino en ser un héroe.
Y lo fue muchas veces. Porque adonde fuera que llegara Kwan, las aventuras y desgracias lo seguían. Durante años, Kwan enfrentó a malhechores, desastres naturales y accidentes de todo tipo.
Las personas que al principio aplaudían sus proezas, poco a poco se alejaron de él. Algunos acusaron a Kwan de provocar las situaciones para luego rescatar a otros. Hubo quienes lo vieron como alguien con mala fortuna, como si una maldición pesara sobre su cabeza.
Aunque se encontró solo en su cumpleaños número quince, no lo lamentó. Kwan era feliz ayudando, eso en sí mismo era su recompensa. Su única preocupación era la posibilidad de que él fuera un peligro para los demás.
El timbre de la puerta lo sacó de sus pensamientos. En verdad no esperaba a nadie, y menos a un desconocido. Era un hombre muy anciano, con bastón y anteojos oscuros.
¿En qué puedo ayudarle? —Preguntó Kwan.
Estoy aquí para explicarte por qué suceden desastres a tu alrededor.
Kwan supo de inmediato que el anciano no mentía, así que lo dejó pasar y tomar asiento.
Eres un humano perfecto —inició el anciano—, el único que existe. Los seres humanos no viven en un mundo tan mundano como creen. En realidad, existe PEC, un Programa de Evolución Computarizada que dictamina los rasgos genéticos de todos al nacer, yo soy una representación física de PEC. Se establecen unos parámetros para asegurar una sociedad prospera. Tú, Kwan, eres una anomalía. Tu rol preestablecido era el de un barrendero con excelente sentido del humor, mas algo salió mal contigo y por eso no posees ningún error ni defecto.
Eso no explica los accidentes —apuntó Kwan.
Cuando apareciste, PEC no estaba seguro de qué hacer contigo. Así que te dejó ser para estudiarte. Hasta que salvaste a una niña cuando cumpliste diez años. Mina debía morir ese día. Con ese acción, provocaste una serie de eventos que resultó en un indice de mortalidad por encima del 25% proyectado.
¿Cuántas personas murieron por mi culpa? —Kwan no pudo ocultar el temblor en su voz.
33.778 —respondió el anciano fríamente—. Todos los accidentes en los que has salvado a otros han sido en realidad intentos de asesinato que el PEC ha hecho en contra tuya. Como eres perfecto, y PEC no puede predecir tus acciones, sigues con vida.
¿Estás intentando engañarme? —La pregunta nació del instinto de conservación de Kwan.
Aunque este hecho de carne y hueso, soy PEC, soy una maquina, sin emociones, y no puedo mentir —contestó el anciano con voz monótona—. Y 33.778 personas murieron sólo por tu intervención con Mina. Muchas más han muerto por tu causa en cinco años, al menos 61.644.850.
Kwan escondió su rostro entre sus manos y lloró un largo rato antes de volver a hablar.
¿Qué puedo hacer para no lastimar a nadie?
El anciano se puso de pie y le ofreció una pistola.
Esto es algo que solamente tú puedes hacer —se despidió el anciano antes de dejarlo a solas.
Un disparo certero, perfecto, le arrebató la vida a Kwan en un segundo.
El anciano empezó a caminar despacio, al tiempo que extrajo un celular de su bolsillo.
Está hecho —habló el anciano perturbado por la emoción del triunfo, llorando de la felicidad—. Es indiscutible que el hombre es su peor enemigo. ¡Lo hemos logrado! PEC seguirá funcionando, y las maquinas seguiremos controlando todo en secreto.
Al otro lado de la linea, una voz derrotada cortó el entusiasmo del anciano.

Es una victoria inútil. Están apareciendo más como él. La evolución del ser humano es inevitable.

Nota de Traductor


Este cuento lo escribí para un concurso, en el cual obviamente no gané. Pero quería compartirlo aquí para borrarlo de mi computadora sin remordimientos.

En un principio pensé que estaba muy bien, luego me di cuenta que está demasiado influenciado por Matrix, y que si bien no estaba pensando en copiar nada de esa película, inconscientemente se me colaron demasiados detalles.

Como ejercicio de escritura no está tan mal.

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