Páginas

miércoles, 13 de mayo de 2020

Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad Capítulo 123

Capítulo 122


Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad


harry potter dios
"Cada vez que alguien clama una suplica que no puedo responder, me siento culpable por no ser Dios." Fuente

Capítulo 123: Archivos Omake 5, Diabolus Ex Machina


LA ESTRELLA INVISIBLE
(Como fue propuesto por Emanuel Gomez y Piers, escrito y editado por mí)

La luna gibosa cabalgaba alta sobre el cielo sin nubes, las estrellas de la Vía Láctea visibles en toda su majestad dentro de la oscuridad, todas ellas brillaban sobre el cementerio para ser testigos desde distancias inimaginables.

En el instante en que Harry se dio cuenta que no había ninguna manera de salvarlos a todos, las voces de su mente desaparecieron; sucumbió por completo ante la desesperanza, el motor de su imaginación sólo produjo un silencio absoluto.

Cincuenta segundos.

Cuarenta segundos.

Los ojos de Harry se posaron sobre las estrellas, tan brillantes y silenciosas, tan lejanas de él.

¿Treinta segundos?

¿Veinte segundos?

"El tiempo cassi sse acaba -" siseó Voldemort.

“No sse me ocurre nada.” Admitió Harry desolado.

“Entoncess el ressto de tuss sseress queridoss ssufrirán.”

“Por favor, ssólo un poco máss de tiempo. Miss circunsstanciass no sson lass mejoress para penssar ahora missmo. Tal vez ssi esstuviera en otro lugar...”

“Denegado. Ssi no tieness ninguna idea ingeniossa para mí, entoncess debess morir.”

Desesperado, Harry volvió a levantar la vista hacia las estrellas, y una sola idea embargó su mente.

“¡Por favor! El hechizo de la placa Pioneer, déjeme ver lass esstrellass assí de cerca, una última vez. Esstoy sseguro de que podré penssar mejor esstando allí.”

Voldemort lo midió de arriba a abajo con sus ojos rojos y despiadados.

“¿Busscass extender tu tiempo de modo innecessario, o planeass un ataque antess, durante o desspuéss del hechizo?” Preguntó Voldemort precavido.

“No. Ssólo quiero un mejor lugar para penssar, esso ess todo.” Respondió Harry con la sinceridad que sólo la Lengua Parsel podía dar.

Voldemort asintió. Sin dejar de volar, se acercó a Harry dando una vuelta y quedando a su espalda, asegurándose de no quedar en la línea de fuego de sus Mortífagos. Harry sintió el poder de Voldemort crecer y expandirse a su alrededor, sin llegarlo a tocar, y aún así provocando malestar en su cicatriz.

En un parpadeo, la oscuridad del espacio envolvió a Harry. Las estrellas se volvieron fulgurantes amigos cercanos. Voldemort desapareció de su vista.

“Te concedo un minuto máss. No desspreciess loss favoress que el Sseñor Voldemort te ha concedido, niño, assí que pienssa, por el bien de loss que amass tanto.” Al hablar, la voz del Señor Oscuro resonaba por todos lados con eco, haciendo imposible identificar su localización exacta.

Harry respiró profundamente, y dejó que todos los secretos salieran de su boca. En cierto nivel sabía que estaba poniendo en peligro al resto del mundo a cambio de salvar a unos pocos, pero sentía que su enemigo había ganado y ya no tenía más opciones. Harry habló y habló, con sus ojos fijos sobre las estrellas, ignorando las lágrimas en sus ojos, concentrado en salvar a tantos miembros de su familia y amigos como fuera posible.

En una rara muestra de misericordia, pero lógica considerando que estaba matando a la única persona que no quería matar, Voldemort ordenó que los hechizos de sueño más poderosos fueran lanzados sobre Harry antes de proceder con su asesinato. Luego fue paralizado, sus extremidades cortadas, recibió varias disparos, la Maldición Asesina, su cráneo fue aplastado con una lápida y su cadáver incinerado con Fuego Endemoniado.

...

Los Dementores responden a las expectativas de las personas.

La Transformación Parcial no es un imposible.

El Paralizador con Viraje secreto del Profesor Flitwick no era importante, pero era un secreto al fin y al cabo.

Voldemort apenas y había visto la punta del iceberg en cuanto al potencial de la ciencia aplicada a la magia. Por fortuna para él, Harry había sido demasiado joven para usar dicho potencial, aunque sin duda alguna su conocimiento había sido un peligro. Casi sentía escalofríos al pensar en que el niño podría haber vencido contra él de haber tenido sólo un poco más de poder, gracias a la ciencia Muggle.

La ciencia era un camino que se abría delante de Voldemort y que parecía no tener fin. Una fuente inagotable de poder y entretenimiento, digno del tiempo y de las energías de un verdadero inmortal.

Sin embargo, el conocimiento más grandioso de todos, Harry lo había entregado en medio de una retahíla de revelaciones, una pieza del rompecabezas que casi le pasó desapercibida al estar Voldemort maravillado ante las otras ingeniosas ideas del niño. Una revelación que por sí sola era invaluable. Voldemort lamentó no poder perdonar la vida al niño, era destruir una parte de sí mismo, era destruir al único ser pensante con el potencial para ser su igual. Pero, justamente, el conocimiento que el niño poseía, y sus buenas intenciones, lo convertían en un peligro que no podía ser ignorado.

Conmovido, a su pesar, Voldemort le entregó al niño lo mejor que le podía dar sin ponerse en riesgo a sí mismo.

“Reconozco que hass hecho tu mejor essfuerzo para darme tuss ideass ingeniossass. Como recompenssa, pondré la Marca Osscura ssobre todoss tuss sseress queridoss, y no permitiré que miss Mortífagoss ni nadie loss lasstime el ressto de ssuss vidass.” Le prometió Voldemort al niño, que perdió la consciencia con una medio sonrisa dibujada en el rostro.

La primera en recibir la Marca Oscura fue la niña Granger. Después confeccionó una lista empezando con los padres adoptivos del niño y terminando con todos los estudiantes de Hogwarts. Al final, casi por capricho, también incluyó a los Profesores. ¿Qué importaba si luego se oponían a él como la Orden del Fénix? Aquellos con la Marca y la protección del Señor Oscuro serían discriminados entre los rebeldes, la desconfianza reinaría entre ellos, y nunca serían un frente unido contra el régimen que él iba a construir.

Después de cumplir con su palabra, se permitió regocijarse en una reflexión de su futuro.

Las estrellas eran enormes acumulaciones de materiales brutos valiosos que infortunadamente se habían encendido.

Eso le había revelado el niño, y eso le había demostrado que la profecía del fin del mundo no se podía evitar, y que en realidad no era algo malo para él, todo lo contrario.

No era el niño quien iba a destrozar las mismísimas estrellas, sino él.

Había un relato muy antiguo, un mito sobre un mago más antiguo que la Atlántida, conocido como el Mago del Inicio, que nunca había tenido sentido para Voldemort, hasta ahora.

...

El primer paso fue dominar la Capa de la Invisibilidad, lo que fue pan comido.

El segundo paso fue encontrar la Varita de Saúco. Voldemort ya había deducido que estaba en posesión de Dumbledore, pues era quien había derrotado a Grindelwald. Sin embargo, encontrar la Varita de Saúco no fue tan sencillo. El perro fiel de Dumbledore, Ojoloco Moody, intentó escapar del país con ella, para mantenerla lejos de las manos de su justo nuevo dueño.

¿Pero qué podía hacer Ojoloco contra él, realmente? Su ojo mágico le permitía percibir a sus perseguidores de lejos, sin embargo su pata de palo no lo hacía un corredor veloz.

El Sr. Grim acertó en la apuesta al decir que Ojoloco sería capturado siete días después. Por eso, Voldemort lo premió al convertirlo en el nuevo Jefe del Departamento de Aplicación de la Ley Mágica. Y al Sr. Blanco lo hizo su asistente, nada más por diversión.

Así Voldemort se halló a sí mismo como poseedor de las Reliquias de la Muerte. Con los tres artefactos legendarios combinados, y con la ayuda del telescopio espacial Hubble, Voldemort pudo ver con claridad el Cinturón de Asteroides entre Marte y Júpiter, y sobretodo, el asteroide gigante Agartha.

¿Cuánto tiempo se iba a demorar en llegar allí?

¿Qué iba a encontrar allí?

La primera cuestión era más enigmática que la segunda. Voldemort sólo veía dos posibilidades, una tremendamente buena, y otra tremendamente mala. En el mejor de los casos, allí encontraría el Corazón de Júpiter, un artefacto legendario que ahora Voldemort creía podía ser una computadora, en la cual se habían escrito (y se podían reescribir) las reglas arbitrarias de la magia.

De ser así, ya no tenía razón para temer a ninguna oposición. Iba a establecer una nueva regla de la magia: nadie podría realizar magia de ocultación excepto él. Así, destruiría el Estatuto Internacional del Secreto, sería invencible con respecto a cualquier otro mago, mantendría a los Muggles bajo control y, por encima de todo eso, él mismo no destruiría al mundo al hacerse a sí mismo demasiado poderoso.

Un hechizo simple pero inquebrantable.

Desde luego, había otras reglas que podía crear, y otras que podría alterar, para ser un Dios todopoderoso y omnipresente. Pero debía considerar con mucho cuidado cada manipulación de la computadora original.

Ahora, en el peor de los casos, en el asteroide gigante Agartha encontraría a Ialda Baoth, el Mago del Inicio, a quien tendría que derrotar para evitar la destrucción de todos los seres vivos, incluido él mismo. ¿Por qué era conocida como el Mago del Inicio aunque todo indicaba que se trataba de una mujer? A lo mejor Voldemort tendría que preguntárselo en persona si quería una respuesta.

Tras un tiempo, Voldemort consideró que también era posible que el peor escenario y el mejor escenario fueran igualmente verdaderos. En ese caso, tendría que pasar por encima del Mago del Inicio para convertirse en Dios. Cada vez que pensaba en eso, sonreía.

Los años pasaron para Voldemort. Distribuía su tiempo entre el Programa Espacial Mágico, dirigir el Ministerio, y repeler la patética rebelión de la Niña-Que-Revivió. Al menos no podía decir que estuviera aburrido.

Sólo era cuestión de tiempo. Tarde o temprano, él llegaría a tener el poder para destrozar a las mismísimas estrellas.

...

Capítulo 121


Nota del Traductor (6 de Mayo de 2.020)


Cuando Eliezer Yudkowsky publicó el capítulo 113 de Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad titulado Examen Final, recibió una avalancha de comentarios enojados, incluyendo el mío. Al final de ese capítulo, Yudkowsky propuso un reto a sus lectores: escribir en los comentarios de dicho capítulo, con un plazo de 60 horas, una estrategia para que Harry pudiera vencer a Voldemort y sus Mortífagos al estar desnudo y no tener nada excepto su varita y la magia de un niño de 11 años.

Como dije, me sentí muy enojado porque sentí que el problema era imposible. Luego Yudkowsky explicó que sólo debían participar aquellos que tuvieran tiempo y buena disposición. Entonces pedí disculpas y propuse mi solución en un comentario. Algunos de mis apuntes fueron tenidos en cuenta, creo, sobretodo en relación a las Reliquias de la Muerte, pero el método verdadero fue un resultado del esfuerzo colectivo de la comunidad, demostrando que sin importar cuán poderoso o inteligente sea un solo individuo, no puede vencer al esfuerzo combinado de un grupo con motivación y suficiente entrenamiento,

Cuando empecé a trabajar en el libro final de la traducción de HPMOR, me pareció interesante hacer el ejercicio contrario. Puesto que la comunidad de habla Inglesa ya había encontrado una solución positiva, ¿por qué no buscar una solución negativa? Así que puse el reto al final del capítulo 113 para encontrar una solución en la que Voldemort pudiera vencer y salvar la tierra a pesar de ser el villano. Un lector, Emanuel Gomez junto con su amigo Piers, escribió una propuesta que me pareció la más indicada para cumplir el reto, por lo que decidí utilizarla para basarme en la escritura de este omake.

Esto es lo último que voy a trabajar en HPMOR, y me siento triste y alegre por igual. De ahora en adelante voy a enfocarme en ser un escritor, en producir mis propios relatos. Siento como si fuera un pájaro al que tiraron del nido y debe volar o estrellarse contra el suelo.

A todos los que me acompañaron en el maravilloso viaje de la traducción, mis profundos y sinceros agradecimientos. A los que estén interesados en seguirme acompañando, sin garantía de éxito pero con la promesa de no rendirme, pueden ir al al blog de Rhaidot o ir un paso más allá y convertirse en Patrocinadores.

Existe un fanfic llamado Significant Digits (Dígitos Significantes) escrito por Alexander Deebus que según el propio Yudkowsky es “El mejor fic de continuación de HPMOR.” También está Luminosity por Alicorn que es como leer la saga de Crepúsculo pero racional. Para cualquiera que haya disfrutado HPMOR y pueda leer en Inglés, se los recomiendo mucho. O si alguien quiere seguir mis pasos de traductor y hacer esos dos grandes favores a la comunidad racional en español, tienen mi bendición.

El mismo día que hago público este omake, 6 de Mayo, también voy a entregar a los Patrocinadores los archivos EPUB y PDF del último libro de HPMOR (del capítulo 100 al 122) y también los archivos omakes. Para todos los demás, deberían estar disponibles en mi blog el 13 de Mayo para ser descargados en la sección de HPMOR.

Por su apoyo a lo largo de la traducción, gracias a todos, en especial a mis Patrocinadores: Rocio Tou, Sergio Andres Rodriguez Vargas, Nkp, Kbrem y Claudio Andres Cayulao Martinez.


Si lo deseas puedes apoyarme siendo un Patrocinador de Rhaidot.


2 comentarios:

  1. Bueno teniendo en cuenta que participé en la publicación de este omake al menos quiero dejar un comentario breve, hoy 13 de mayo a punto de 14. Por pura coincidencia hoy es el cumpleaños de mi amigo Piers y fue genial que lo publicaras en el blog coincidiendo, aunque no lo hayas sabido xD

    Gracias por tu trabajo, fue algo genial poder ver las aventuras de esta versión tan asombrosa del niño-que-vivió y gracias por incluir una parte de lo que escribimos, me gusta pensar como tú y que fue un trabajo en comunidad por amor a esta historia y a la narrativa en general ^^

    Te deseo lo mejor para tus propios trabajos y mucha suerte con todo ^^

    ResponderEliminar
  2. Fue una feliz coincidencia. Muchas gracias por tu apoyo y tus buenos deseos. También te deseo buena suerte :)

    ResponderEliminar

Nos sentiremos halagados de recibir tus opiniones.