Páginas

lunes, 13 de abril de 2015

Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad Capítulo 37

Capítulo 36             Capítulo 38


Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad


Capítulo 37


Interludio: Cruzando el Limite


HPMoR Cover Art concept
HPMoR Cover Art concept

Era casi medianoche.

Quedarse despierto hasta tarde era lo que bastaba para Harry. Ni siquiera había usado el Giratiempo. Harry seguía una tradición de programar su ciclo de sueño para asegurarse que estaría despierto para cuando la Víspera de Navidad se convirtiera en el Día de Navidad; porque aunque nunca había sido tan joven como para creer en Santa Claus, una vez fue lo suficientemente joven para dudarlo.

Hubiera sido lindo que existiera una figura misteriosa que entrara a tu casa en la noche y te trajera presentes...

Entonces un escalofrío descendió por la espina dorsal de Harry.

Una intimación de algo espantoso aproximándose.

Un terror rastrero.

Una sensación de muerte.

Harry se levantó de un brinco de la cama.

Observó a través de la ventana.

"¿Profesor Quirrell?" Harry susurró muy bajo.

El Profesor Quirrell hizo un liviano gesto de asentimiento, y la ventana de Harry pareció doblarse sobre su propio marco. De inmediato el polvo frío de invierno penetró el cuarto a través de dicho espacio, junto con unos cuantos copos de nieve provenientes de un cielo manchado con grises nubes nocturnas, en medio de la negrura y las estrellas.

"No tema, Sr. Potter," dijo el Profesor de Defensa con voz normal. "He Encantado a sus padres para que duerman; no deberían despertar hasta que me haya ido."

"¡Se supone que nadie conoce dónde estoy!" exclamó Harry, todavía sosteniendo un chillido bajo. "Incluso se supone que los búhos entregan mi correo en Hogwarts, ¡no aquí!" Harry había accedido a eso de buena gana; hubiera sido tonto si un Mortífago pudiera ganar toda la guerra en cualquier momento con tan sólo enviarle por búho una granada de mano mágicamente activada.

El Profesor Quirrell estaba haciendo una mueca, desde donde permanecía de pie dentro del jardín más allá de la ventana. "Oh, yo no me preocupo, Sr. Potter. Usted está bien protegido contra Encantamientos localizadores, y es improbable que algún purista de la sangre piense en consultar una guía telefónica." Su sonrisa se volvió más ancha. "Y requirió considerable esfuerzo cruzar las protecciones que el Directors puso alrededor de su casa – aunque por supuesto cualquiera que conociera su dirección podría simplemente esperar afuera y atacar en la siguiente ocasión que usted salga."

Harry contempló al Profesor Quirrell por un tiempo. "¿Qué está haciendo aquí?" Harry preguntó finalmente.

La sonrisa abandonó la cara de Profesor Quirrell. "He venido a disculparme, Sr. Potter," el Profesor de Defensa anunció con calma. "No debí hablarle con tanta rudeza como yo -"

"No," Harry dijo. Bajó la mirada a la cobija que estaba sujetando alrededor de sus pijamas. "Sólo no."

"¿Lo he ofendido tanto así?" inquirió la voz calmada del Profesor Quirrell.

"No," Harry aclaró. "Pero lo hará si se disculpa."

"Ya veo," replicó el Profesor Quirrell, y en un instante su voz se volvió más severa. "Entonces si debo tratarlo como a un igual, Sr. Potter, debo explicar que usted ha violado gravemente la etiqueta que ha de tenerse entre Slytherins amistosos. Si por ahora no está jugando el juego contra alguien, usted no debe entrometerse en otros planes de ese modo, no sin preguntar primero. Porque usted desconoce cuál pueda ser el verdadero diseño, ni cuales son las apuestas que otros podrían perder. Lo marcarían a usted como su enemigo, Sr. Potter."

"Lo siento," Harry murmuró, en el mismo tono bajo que el Profesor Quirrell había usado.

"Disculpa aceptada," confirmó el Profesor Quirrell.

"Pero," Harry añadió, todavía en voz baja, "usted y yo en verdad debemos discutir a profundidad sobre política, en algún punto."

Profesor Quirrell suspiró. "Sé que le disgusta la condescendencia, Sr. Potter -"

Eso era algo de concesión.

"Sin embargo sería más condescendiente," continuó el Profesor Quirrell, "si no hiciera una declaración directa. Usted carece de experiencia de vida, Sr. Potter."

"¿Y acaso todos los que tienen suficiente experiencia de vida están de acuerdo con usted, entonces?" preguntó Harry con calma.

"¿Qué es buena experiencia de vida para alguien que juega Quidditch?" replicó el Profesor Quirrell, y se encogió de hombros. "Creo que usted cambiara de opinión con el tiempo, después de que cada confianza otorgada le haya fallado, y usted se haya vuelto cínico."

El Profesor de Defensa lo aseveró como si fuera la afirmación más ordinaria en el mundo, enmarcada contra la oscuridad y las estrellas y el cielo manchado de nubes, con uno o dos copos de nieve volando por encima de él en el mordiente aire invernal.

"Eso me recuerda," celebró Harry. "Feliz Navidad."

"Supongo," habló el Profesor Quirrell. "Después de todo, si no es una disculpa, entonces debe ser un regalo de Navidad. La primera que he dado en toda mi vida, de hecho."

Harry ni siquiera había iniciado el aprendizaje de Latín para así poder empezar a leer el diario experimental de Roger Bacon; y apenas y se atrevía a abrir su boca para indagar.

"Póngase su abrigo de invierno," ordenó el Profesor Quirrell, "o toma una poción calentadora si posee alguna; y encontrémonos afuera, bajo las estrellas. Tendré que ver si puedo mantenerlo un tiempo un poco más largo."

Le tomó a Harry un momento procesar las palabras, y entonces estaba corriendo por el abrigo hacia el armario.

El Profesor Quirrell mantuvo el hechizo de las luces de las estrellas funcionando por más de una hora, aunque la expresión del Profesor de Defensa se fue poniendo más tensa, y tuvo que sentarse por un tiempo. Harry protestó sólo una vez, y fue callado.

Cruzaron el limite entre la Noche de Navidad y el Día de Navidad dentro del vacío intemporal donde las rotaciones de la Tierra no significaban nada, la única y verdadera Noche Silenciosa que duraría por siempre.


Y justo como se prometió, los padres de Harry durmieron profundamente todo el tiempo, hasta que Harry estaba de regreso y a salvo en su cuarto, y el Profesor de Defensa se había ido.

Capítulo 36             Capítulo 38


Nota del traductor


En el primer párrafo de este capítulo hay una pista gigantesca sobre el lado oscuro de Harry. Probablemente sólo tenga sentido en los últimos capítulos.

Es un capítulo corto, pero lo bueno es que no tuvieron que esperar mucho. Bueno, al tener la palabra interludio en el título, era de esperarse que no fuera un episodio largo.

El próximo capítulo debería estar listo en una semana más o menos.

Hoy tenía un viaje programado a la Ciudad de Cali, sin embargo se vio aplazado por una semana. Mientras no haya realizado ese viaje mi agenda sigue en el limbo.

Muchas gracias leer, recibo mucho apoyo y animo gracias a sus comentarios :D

...

Escrito por Less Wrong / Eliezer Yudkowsky

Traducido al español por Rhaidot

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nos sentiremos halagados de recibir tus opiniones.