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jueves, 2 de marzo de 2017

Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad Capítulo 63

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Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad


Capítulo 63

El Experimento de la Prisión Stanford, Conclusiones


harry y hermione
Harry y Hermione

...

Conclusión, Hermione Granger:

Ella estaba empezando a cerrar sus libros y guardar su tarea para prepararse para dormir, Padma y Mandy hacían otro tanto con sus propios libros al otro lado de la mesa, cuando Harry Potter ingresó caminando a la sala común de Ravenclaw; y fue sólo entonces cuando ella se dio cuenta, que no lo había visto desde el desayuno.

Esa sorpresa fue rápidamente sobrepasada por una mucho más alarmante.

Había una criatura alada rojo-dorada sobre el hombro de Harry, una brillante ave de fuego.

Y Harry se veía triste y agotado y realmente cansado como si el fénix fuera la única cosa que lo mantenía de pie, pero todavía quedaba algo de calor sobre él, si te cruzabas con sus ojos podrías haber pensado que estabas mirando al Director de alguna manera, ese fue la impresión que recorrió la mente de Hermione aunque no tenía ningún sentido.

Harry Potter atravesó la sala común de Ravenclaw con largas zancadas, pasó sofás llenos de niñas observadoras, pasó círculos de cartas de niños contempladores, dirigiéndose a ella.

En teoría ella no estaba hablando con Harry Potter todavía, su semana no acababa hasta mañana, sin embargo lo que fuera que estuviera pasando era claramente más importante que eso -

"Fawkes," Harry dijo, justo cuando ella estaba a punto de abrir la boca, "esa niña de ahí es Hermione Granger, no está hablando conmigo ahora mismo porque soy un idiota, mas si quieres estar sobre el hombro de una buena persona ella es mejor que yo."

Tanta fatiga y dolor en la voz de Harry Potter -

Pero antes de que ella pudiera descubrir qué hacer al respecto, el fénix saltó del hombro de Harry como un fósforo en cámara rápida, resplandeciendo hacia ella; había un fénix volando frente a sí y con la mirada fija sobre ella con ojos de luz y flama.

"¿Caw?" cuestionó el fénix.

Hermione se lo quedó mirando, sintiendo que estaba enfrentando una pregunta en un examen para el cual había olvidado estudiar, la pregunta más importante y ella había estado toda su vida sin estudiar, no sabía qué responder.

"Yo -" ella comentó. "Nada más tengo doce, no he hecho nada todavía -"

El fénix simplemente planeó a su alrededor, rotando alrededor sólo con la fuerza de las puntas de sus alas como el ser de luz y aire que era, y se remontó de vuelta al hombro de Harry Potter, donde se asentó con bastante firmeza.

"Niño tonto," dijo Padma al frente de ella, viéndose indecisa entre reír o hacer una mueca, "los fénix no son para niñas inteligentes que hacen su tarea, son para idiotas que se lanzan directo contra cinco abusones de Slytherin más grandes. Hay una razón por la que los colores de Gryffindor son el rojo y el dorado, sabes."

Hubo muchas risas amistosas en la sala común de Ravenclaw.

Hermione no fue una de las que se rió.

Tampoco Harry.

Harry había puesto una mano sobre su propia cara. "Dile a Hermione que lo lamento," le pidió a Padma, su voz casi cayendo a un susurro. "Explícale que olvidé que los fénix son animales, no entienden de tiempo y planeación, no comprenden a las personas que van a hacer cosas buenas más adelante – no estoy seguro de que tan siquiera entiendan lo que una persona es, todo lo que ven es lo que la gente hace. Fawkes no sabe lo que significa doce. Di a Hermione que lo siento – yo no debí – nada me sale bien hoy, ¿no es así?"

Harry se giró para irse, el fénix todavía sobre su hombro, empezando a arrastrarse lentamente hacia la escalera que llevaba a su dormitorio.

Y Hermione no podía dejarlo así, simplemente no podía dejarlo así. No sabía si era por su competición con Harry o algo más. Nada más no podía permitir que acabara con el fénix dándole la espalda.

Ella tenía que -

Su mente interrogó frenéticamente a toda su excelente memoria, encontrando sólo una cosa –

"¡Iba a correr en frente del Dementor para intentar salvar a Harry!" gritó un poco desesperada al ave rojo-dorada. "O sea, ¡de hecho comencé a correr y todo! Eso fue estúpido y valiente, ¿correcto?"

Con un trino tronador el fénix se lanzó una vez más desde el hombro de Harry, de vuelta hacia ella como una llamarada esparciéndose, le dio la vuelta tres veces como si fuera el centro de un infierno, y por tan sólo un momento rozó su mejilla con su ala, antes de remontarse de vuelta a Harry.

Hubo murmullos en la sala común de Ravenclaw.

"Te lo dije," Harry pronunció en voz alta, y entonces inició la subida de las escaleras hacia su dormitorio; parecía trepar con mucha velocidad, como si sus pies fueran más ligeros por alguna razón, por lo que tras un parpadeó Fawkes y él se habían ido.

Hermione levantó una mano temblorosa hasta su mejilla donde Fawkes la había tocado con su ala, un poco de calor residía ahí como un pequeño pedazo de piel que había sido encendido en llamas gentilmente.

Había respondido la pregunta del fénix, ella supuso, sin embargo se sintió como si hubiera pasado el examen raspando, como si hubiera obtenido un 62 y hubiera podido obtener un 104 de haberse esforzado más.

Si tan siquiera lo hubiera intentado.

Ella no lo había estado intentando de verdad, cuando reflexionó al respecto.

Nada más haciendo su tarea -

¿A quién has salvado?

...

Conclusión, Fawkes:

Pesadillas, el niño había esperado, gritos y suplicas y aullidos huracanados de desolación, el descargo de los horrores que yacían en su memoria, y de esa forma, quizá, volverse parte del pasado.

Y el niño sabía que las pesadillas llegarían.

La próxima noche, llegarían.

El niño soñó, y en sus sueños el mundo estaba en llamas, Hogwarts estaba en llamas, su casa estaba en llamas, las calles de Oxford estaban en llamas, todas resplandeciendo con flamas doradas que brillaban mas no consumían, y todas las personas caminando a través de las iluminadas calles estaban resplandeciendo con una luz blanca más radiante que el fuego, como si ellos mismos fueran flamas, o estrellas.

Los otros niños de primer año fueron a la cama, y lo vieron por sí mismos, la maravilla cuyo rumor ellos ya habían escuchado, que en su cama Harry Potter yacía silencioso y sin movimiento, una sonrisa gentil sobre su cara, mientras acomodado sobre su almohada un ave rojo-dorada lo observaba, con alas luminosas que aleteaban sobre él como una manta sobre su cabeza.

El ajuste de cuentas había sido pospuesto una noche más.

...

Conclusión, Draco Malfoy:

Draco alisó su túnica, asegurándose de que el borde verde estuviera alineado. Agitó su varita sobre su propia cabeza y pronunció un Encantamiento que Padre le había enseñado mientras otros niños seguían jugando con el lodo, un Encantamiento que lograba que ni una sola mota de polvo o hilo deshilachado fuera a ensuciar su túnica de mago.

Draco recogió el misterioso sobre que Padre le había enviado mediante búho, y lo guardó dentro de su túnica. Ya había usado Incendio y Everto sobre la misteriosa nota.

Y entonces se dirigió al desayuno, para sentarse exactamente cuando la aguja del reloj señalara el momento en que apareciera la comida, si lo podía lograr, para que así pareciera que los demás habían estado esperando su aparición para comenzar a comer. Porque cuando eres el heredero de Malfoy eras el primer en todo, incluyendo el desayuno, ese era el por qué.

Vincent y Gregory estaban esperando por él a las afueras de su cuarto privado, listos antes de que él lo estuviera – aunque no, por supuesto, vestidos tan finamente.

La sala común de Slytherin estaba desierta, de todos modos cualquiera que se hubiera levantado tan temprano se dirigía directo a desayunar.

Los pasillos del calabozo estaban silenciosos excepto por sus propios pasos, vacío y retumbante.

El Gran Comedor era un alboroto de alarma a pesar de que habían llegado pocos, algunos niños pequeños lloraban, los estudiantes corrían de un lado para otro entre las mesas o de pie y agrupados se gritaban los unos a los otros, un prefecto de bordes rojos estaba parado entre dos estudiantes de bordes verdes y les gritaba y Snape daba largas zancadas hacia el desastre -

El ruido disminuyó un poco en cuanto las personas vieron a Draco, pues algunas de las caras se giraron para contemplarlo, y guardaron silencio.

La comida apareció sobre las mesas. Nadie la miró.

Y Snape se giró sobre sus talones, abandonó su objetivo, y se dirigió directo hacia Draco.

Un nudo de temor sujetó el corazón de Draco, le había sucedido algo a Padre – no, de seguro Padre le habría dicho – lo que fuera que estuviera sucediendo, por qué Padre no le había contado -

Había bolsas de fatiga bajo los ojos de Snape, Draco vio a su Jefe de Casa acercarse, el Maestro de Pociones nunca se había vestido finamente (por decir lo menos) sin embargo su túnica estaba más sucia y más desarreglada esta mañana, manchada con grasa extra.

"¿No has escuchado?" cuchicheó su Jefe de Casa al aproximarse. "Por el amor de Merlín, Malfoy, ¿no te llega el periódico?"

"Qué pasa, Profe-"

"¡Bellatrix Black escapó de Azkaban!"

"¿Qué?" preguntó Draco conmocionado, al tiempo que Gregory atrás de él pronunció algo que realmente no debió y Vincent nada más quedó con la boca abierta.

Snape lo estaba mirando fijamente con ojos como rendijas, entonces asintió bruscamente. "Lucius no te contó nada, entonces. Ya veo." Snape soltó un bufido, le dio la espalda -

"¡Profesor!" exclamó Draco. Las implicaciones empezaban a caer sobre él, su mente girando frenéticamente. "Profesor, qué debería hacer yo – Padre no me instruyó -"

"Entonces le sugiero," Snape lo cortó en tono burlón, sin dejar de dar zancadas largas, "que usted les comunique eso, Malfoy, ¡como su padre deseaba!"

Draco volvió a observar a Vincent y Gregory, aunque no supo por qué se tomó la molestia, por supuesto que se veían más confundidos de lo que él estaba.

Y Draco caminó hacia la mesa de Slytherin, y se sentó en un extremo lejano, que todavía seguía vacío de comensales.

Draco puso una tortilla de salchichas sobre su plato, comenzando a comer con movimientos automáticos.

Bellatrix Black había escapado de Azkaban.

¿Bellatrix Black había escapado de Azkaban...?

Draco no sabía que hacer con eso, era tan totalmente inesperado como el Sol apagándose – bueno, se esperaba que el Sol se apagara en seis billones de años pero esto era tan inesperado como el Sol apagándose mañana. Padre no lo habría hecho, Dumbledore no lo habría hecho, nadie debería haber sido capaz de hacerlo – qué significaba – ¿de qué uso le sería Bellatrix a cualquiera tras diez años en Azkaban – incluso si volvía a ser fuerte, para qué servía una hechicera poderosa que estaba completamente loca y fanáticamente devota a un Señor Oscuro que ya no estaba por los alrededores?

"Oiga," dijo Vincent desde su asiento al lado de Draco, "No lo comprendo, jefe, ¿por qué hicimos eso?"

"¡Nosotros no lo hicimos, imbécil!" espetó Draco. "Oh, en el nombre de Merlín, si incluso crees que nosotros – ¿tu padre nunca te contó alguna historia sobre Bellatrix Black? Ella torturó a Padre una vez, ella torturó a tu padre, ella torturó a todos, ¡el Señor Oscuro le ordenó una vez que se hiciera Crucio a sí misma y ella lo hizo! Ella no hacía cosas locas para inspirar miedo y obediencia en el populacho, ¡ella hacía cosas locas porque es una loca! ¡Es una perra eso es lo que es!"

"Oh, ¿en serio?" preguntó una voz incensada a espaldas de Draco.

Draco no levantó la vista. Gregory y Vincent estarían cuidando su espalda.

"¡Hubiera pensado que estarías feliz -"

"- al escuchar que una Mortífaga había sido liberada, Malfoy!"

Amycus Carrow había sido siempre una de las otras personas problemáticas; Padre le había dicho a Draco que se asegurará de nunca estar a solas en el mismo cuarto con Amycus...

Draco se giró y le dio a Flora y Hestia Carrow su mueca despreciativa Número Tres, la que indicaba que él pertenecía a una Casa Noble y Más Antigua y que ellas no y sí, eso importaba. Draco habló en su dirección general, ciertamente no los iba a dignificar al dirigirse a ellos en particular, "Hay Mortífagos por un lado y hay Mortífagos por el otro," y entonces se giró de nuevo hacía su comida.

Hubo dos jadeos rabiosos en unisono, y luego dos pares de zapatos salieron como trombas hacia el otro lado de la mesa de Slytherin.

Fue unos pocos minutos después que Millicent Bulstrode corrió hacia ellos, visiblemente sin aliento, y explicó, "Sr. Malfoy, ¿ya escuchó?"

"¿Sobre Bellatrix Black?" replicó Draco. "Sí -"

"No, ¡sobre Potter!"

"¿Qué?"

"Potter iba por ahí con un fénix sobre su hombro ayer en la noche, parecía como si lo hubieran arrastrado por cincuenta kilómetros de lodo, ¡dicen que el fénix lo llevó a Azkaban para intentar detener a Bellatrix y que luchó a duelo con ella e hicieron explotar la mitad de la fortaleza!"

"¿Qué?" exclamó Draco. "Oh, no hay forma de que eso sea -"

Draco se paró en seco.

Había dicho eso un número de veces sobre Harry Potter y había empezado a notar un patrón.

Millicent salió corriendo para informar a alguien más.

"Usted no cree que en verdad -" inició Gregory.

"Honestamente ya no sé que creer," concluyó Draco.

Unos pocos minutos después, después de que Theodore Nott se hubiera sentado a su lado y William Rosier se hubiera ido a sentarse con los gemelos Carrow, Vincent lo codeó suavemente y añadió, "Allí."

Harry Potter había entrado al Gran Comedor.

Draco lo observó con atención.

No se veía alarma sobre el rostro de Harry, ni sorpresa o conmoción, nada más parecía...

Era la misma mirada distante, absorbida que Harry vestía cuando estaba intentando descubrir la respuesta a una pregunta que Draco aún no podía comprender.

Draco se levantó a toda prisa de la banca en la mesa de Slytherin, ordenando "Quédense atrás," y caminó con toda la decorosa velocidad hacia Harry.

Harry pareció darse cuenta de su acercamiento justo cuando estaba dirigiéndose hacia la mesa de Ravenclaw, y Draco -

- le dio una rápida ojeada a Harry -

- y luego siguió de largo, directo a la salida del Gran Comedor.

Fue un minuto después que Harry se asomó alrededor de la esquina del pequeño recoveco de piedra donde Draco había esperado, podría no engañar a todos mas crearía una negación plausible.

"Quietus," pronunció Harry. "Draco, qué -"

Draco extrajo el sobre de su túnica. "Tengo un mensaje para ti de parte de Padre."

"¿Eh?" soltó Harry, y recibió el sobre de Draco, y lo abrió rasgándolo en una manera no muy pulcra, y sacó una hoja de pergamino y la desdobló y -

Harry ingirió una profunda bocanada de aire.

Luego Harry observó a Draco.

Entonces Harry bajo de nuevo la vista al pergamino.

Hubo una pausa.

Harry preguntó, "¿Lucius te pidió que reportaras mi reacción ante esto?"

Draco se pausó por un momento, sopesando, y luego abrió su boca -

"Veo que lo hizo," dijo Harry, y Draco se maldijo a sí mismo, debió ser mejor, sólo que había sido difícil decidirse. "¿Qué le vas a contar?"

"Que estabas sorprendido," contestó Draco.

"¿Sorprendido," Harry replicó categóricamente. "Sí. Bueno. Informa eso."

"¿Qué está sucediendo?" inquirió Draco. Y luego, cuando vio a Harry con cara de conflicto, "Si estás lidiando con Padre a mis espaldas -"

Y Harry, sin una palabra, le dio a Draco el papel.

Había escrito:

Sé que fuiste tú.

"QUÉ RAYOS -"

"Iba a preguntarte eso a ti," pronunció Harry. "¿Tienes alguna idea de lo que pasa con tu Papá?"

Draco contempló a Harry.

Entonces Draco cuestionó, "¿Lo hiciste?"

"¿Qué?" clamó Harry. "Qué posible razón tendría yo – cómo lo haría -"

"¿Lo hiciste, Harry?"

"¡No!" Harry respondió. "¡Por supuesto que no!"

Draco había escuchado con cuidado, pero no había detectado ninguna duda o temor.

Así que Draco asintió, y añadió, "No tengo ni idea de lo que Padre está pensando mas no puede, o sea no hay posibilidad de que pueda ser bueno. Y, este... las personas también dicen por ahí que..."

"¿Qué están diciendo, Draco?" preguntó Harry con cautela

"En verdad un fénix te llevó a Azkaban para intentar evitar que Bellatrix Black escapara -"

...

Conclusión: Neville Longbottom

Harry apenas y acababa de sentarse en la mesa de Ravenclaw por primera vez, esperando agarrar una porción de comida rápida. Sabía que necesitaba irse y reflexionar sobre cosas, mas había un pequeño remanente de la paz del fénix (incluso después del encuentro con Draco) a la cual quería seguirse aferrando, un bello sueño del cual no recordaba nada excepto que había sido hermoso; y la parte de él que no se sentía pacífica estaba esperando que todos los yunques terminaran de caer sobre él, para que cuando se alejara para pensar y estar a solas por un tiempo, pudiera procesar todos los diversos desastres de una sola vez.

La mano de Harry cogió un tenedor, levantó una porción de puré de papás hacia su boca –

Y hubo un chillido.

A cada rato alguien más gritaba cuando escuchaba las noticias, pero las orejas de Harry reconocieron este en particular -

Harry se levantó de la banca en un instante, dirigiéndose hacia la mesa de Hufflepuff, una horrible pesadez hundiéndose en el fondo de su estómago. Fue una de esas cosas que no consideró cuando decidió cometer el crimen, porque el Profesor Quirrell había planeado que nadie lo supiera; y ahora, después, Harry justo – no lo había considerado

Esto, Hufflepuff comentó con amarga intensidad, también es tu culpa.

Mas para cuando Harry llegó allí, Neville estaba sentado y comiendo empanadas y salchichas fritas con Salsa de Higo Chiflado.

Las manos del niño de Hufflepuff estaban temblando, sin embargo cortó la comida, y la comió, sin dejarla caer.

"Hola, General," Neville saludó, su voz tan sólo un poco insegura. "¿Tuviste un duelo con Bellatrix Black anoche?"

"No," Harry contestó. Su voz también era insegura, por alguna razón.

"No pensé que fuera verdad," repuso Neville. Hubo un sonido de raspado mientras su cuchillo cortó la salchicha de nuevo. "Voy a cazarla y asesinarla, ¿puedo contar con tu ayuda?"

Hubo varias bocas abiertas provenientes de la masa de Hufflepuffs que se había reunido alrededor de Neville.

"Si ella viene por ti," Harry declaró con voz ronca, si todo fuera un terrible error, si todo fuera una mentira, "te defenderé incluso con mi vida," no permitiré que salgas herido por lo que hice, sin importar qué, "pero no te ayudaré a perseguirla, Neville, los amigos no se ayudan a cometer suicidio entre ellos."

El tenedor de Neville hizo una pausa en su camino hacia la boca.

Luego Neville puso la porción de comida dentro de su boca, masticando otra vez.

Y Neville tragó.

Y Neville dijo, "No me refería a ahora mismo, me refiero a después de que me gradúe de Hogwarts."

"Neville," Harry replicó, manteniendo su voz bajo un muy cuidadoso control, "Creo, que incluso después de graduarte, eso podría ser simplemente una idea estúpida. Tienen que haber Aurores mucho más experimentados que la están rastreando – " oh, espera, eso no es bueno

"¡Escúchale!" exclamó Ernie Macmillan, y luego una chica de Hufflepuff que se veía mayor y estaba de pie cerca de Neville añadió, "Nevvy, por favor, piensa el respecto, ¡él está en lo correcto!"

Neville se levantó.

Neville dijo, "Por favor no me sigan."

Neville se alejó caminando de todos ellos; Harry y Ernie estiraron una mano hacia él involuntariamente, y algunos otros Hufflepuffs también lo hicieron.

Y Neville se sentó en la mesa de Gryffindor, distantemente (pues se tuvieron que esforzar para escuchar) oyeron a Neville expresar, "Voy a cazarla y asesinarla después de que me gradúe, ¿alguien quiere ayudar?" y al menos cinco voces respondieron "Sí" y entonces Ron Weasley añadió fuertemente, "Pónganse en la fila, todos ustedes, recibí un búho de Mamá esta mañana, ella me pidió que le avisara a todos que ella la reclamó primero" y alguien replicó "¿Molly Weasley contra Bellatrix Black? A quién cree ella que está bromeando -" y Ron cogió un plato y arrojó un pastelillo –

Alguien tocó suavemente a Harry en el hombro, y él se giró y vio a una desconocida chica de bordes verdes mayor que él, quien le entregó un sobre de pergamino y rápidamente se alejó.

Harry contempló el sobre por un momento, luego empezó a caminar hacia la pared más cercana. Eso no era muy privado, pero debía bastar, y Harry no quería dar la impresión de tener mucho que esconder.

Esa había sido una entrega del Sistema Slytherin, lo que usabas si querías comunicarte sin que alguien más se pudiera enterar de que ustedes dos habían hablado. El remitente le daba un sobre a alguien que tuviera reputación de ser un mensajero confiable, junto con diez Knuts; esa primera persona tomaría cinco Knuts y pasaría el sobre a otro mensajero junto con los otros cinco Knuts, y el segundo mensajero abriría ese sobre y hallaría otro sobre con un nombre escrito en este y entregaría ese sobre a esa persona. De ese modo ninguno de los dos que pasaban el mensaje podían conocer tanto el remitente como al destinatario, por lo que nadie más sabía que esos dos habían estado en contacto...

Cuando Harry llegó a la pared, puso el sobre dentro de su túnica, lo abrió poniéndolo sobre los dobleces de la tela, y con cuidado echó un vistazo al pergamino que extrajo.

Decía,

Salón de clases a la izquierda de Transformación, 8 de la mañana.

- LL.

Harry se lo quedó mirando, procurando recordar si conocía a alguien con las iniciales de LL.

Su mente buscó...

Buscó...

Encontró -

"¿La chica del Quibbler?" Harry susurró incrédulo, y entonces cerró su boca. Ella nada más tenía diez años, ¡ni siquiera debería estar en Hogwarts!

...

Conclusión: Lesath Lestrange.

Harry estaba de pie en el desusado salón de clases al lado de Transformación a las 8AM, esperando, al menos se las había arreglado para meter algo de comida dentro de sí mismo antes de encarar el siguiente desastre, Luna Lovegood...

La puerta del salón de clases se abrió, y Harry vio, y se dio a sí mismo una fuerte patada mental.

Una cosa más que no había considerado, una cosa más que realmente debió ver venir.

La túnica formal de bordes verdes del chico estaba desarreglada, había manchas rojas sobre ella que se parecían bastante a pequeños puntos de sangre seca, y una esquina de su boca tenía la apariencia de haber sido cortada y sanada, por Episkey o algún otro Encantamiento médico menor que no borraba el daño del todo.

La cara de Lesath Lestrange estaba cubierta de lagrimas, lagrimas frescas y lagrimas medio secas, y había agua en sus ojos, una promesa de que había más por venir. "Quietus," pronunció el chico mayor, y luego "Homenum Revelio" y algunas otras cosas, mientras Harry pensó frenéticamente y con poca suerte.

Y entonces Lesath bajó su varita y la enfundó dentro de su túnica, y despacio esta vez, el chico mayor se puso de rodillas sobre el polvoriento piso del salón de clases.

Inclino su cabeza por completo, hasta que su frente también tocó el polvo, y Harry habría dicho algo mas estaba mudo.

Lesath Lestrange habló, con una voz rota, "Mi vida es tuya, mi Señor, y mi muerte también."

"Yo," Harry titubeó, había un gran bulto en su garganta y tenía problemas para hablar, "yo -" no tuve nada que ver con ello, debía afirmar eso, debía aseverarlo ahora mismo, pero de todos modos incluso el Harry inocente habría tenido problemas para hablar también -

"Gracias," susurró Lesath, "gracias, mi Señor, oh, gracias," el sonido de un sollozo ahogado surgió desde el chico arrodillado, Harry nada más podía ver de él el cabello de la parte de atrás de su cabeza, nada de su cara. "Soy un tonto, mi Señor, un bastardo desagradecido, indigno de servirte, no puedo humillarme lo necesario, porque yo – le grité a usted tras recibir su ayuda, porque pensé que usted me estaba rechazando, ni siquiera me di cuenta hasta esta mañana que había sido un idiota total por pedírselo en frente de Longbottom -"

"No tuve nada que ver con eso," Harry declaró.

(Fue muy difícil decir una mentira grande como esa.)

Lentamente Lesath levantó su cabeza desde el suelo, miró a Harry.

"Comprendo, mi Señor," replicó el chico mayor, su voz temblando un poco, "usted no confía en mí astucia, y en efecto me mostré a mí mismo como un tarado... Nada más quería comunicarle, que no soy un desagradecido, que sé que debe haber sido muy complicado salvar a una sola persona, que ellos estarán alerta ahora, que usted no puede – sacar a Padre – sin embargo no soy desagradecido, nunca seré un desagradecido con usted de nuevo. Si alguna vez tiene un uso para un sirviente indigno como yo, llámeme en donde quiera que esté, y yo responderé, mi Señor -"

"Yo no estuve involucrado de ninguna manera."

(Mas se volvía más fácil cada vez.)

Lesath levantó la vista hacia Harry, dijo inseguro, "¿Puedo retirarme de tu presencia, mi Señor...?"

"No soy tu Señor."

Lesath replicó, "Sí, mi Señor, comprendo," y se levantó a sí mismo del suelo, se enderezó e hizo una reverencia profunda, luego se alejó sin dar la espalda a Harry hasta que se giró para abrir la puerta del salón de clases.

Cuando la mano de Lesath tocó el pomo, hizo una pausa.

Harry no pudo ver el rostro de Lesath, cuando el chico más grande que él preguntó, "¿La envió con alguien que la cuide bien? ¿Ella inquirió por mi de algún modo?"

Y Harry contestó, su voz perfectamente calmada, "Por favor deja de hacer eso. No estuve involucrado de ninguna manera."

"Sí, mi Señor, lo siento, mi Señor," se despidió la voz de Lesath; y el chico de Slytherin abrió la puerta y salió y la cerró detrás de él. Sus pies aceleraron pues empezó a correr, pero no tan rápido como para que Harry no pudiera escuchar que empezaba a sollozar.

¿Lloraría? Se preguntó Harry. De no saber nada, de ser inocente, ¿lloraría en este momento?

Harry no lo sabía, por lo que simplemente siguió mirando la puerta.

Y una parte increíblemente burda de sí mismo pensó, Ajá, completamos una misión y obtuvimos un secuaz -

Cállate. Si alguna vez quieres volver a votar en cualquier cosa... cállate.

...

Conclusión, Amelia Bones:

"Entonces su vida no está en peligro, supongo," concluyó Amelia.

El sanador, un viejo hombre de ojos severos quien vestía una túnica blanca (era un hijo de Muggle y hacía honor a alguna extraña tradición de Muggles, de la cual Amelia nunca había cuestionado nada, aunque en privado consideraba que lo hacía parecer demasiado a un fantasma), negó con su cabeza y declaró, "Definitivamente no."

Amelia miró a la forma humana reposando inconsciente sobre la cama del sanador, la carne quemada y arrancada, que una delgada tela cubría por mera modestia y que acababa de ser removida porque ella lo había ordenado.

Podría ser que hiciera una recuperación total.

Podría ser que no.

El sanador había afirmado que era demasiado pronto para saberlo.

Entonces Amelia miró a la otra bruja en el cuarto, la detective.

"Y tu afirmas," Amelia resumió, "que la materia ardiente fue Transformada a partir de agua, y es presumible que fuera en la forma de un hielo."

La detective asintió con su cabeza, y añadió, sonando confundida, "Pudo haber sido mucho peor, de no ser por -"

"Que amable de su parte," ella espetó, y luego presionó una mano temblorosa contra su frente. No... no, se había hecho con la intención de ser amable. Para la etapa final del escape no tenía sentido intentar seguirlos engañando. Quien fuera que hubiera hecho esto, entonces, había estado procurando mitigar el daño – y había estado pensando en términos de los Aurores respirando el humo, no en que alguien fuera a ser atacado con el fuego. De haber seguido estado en control, sin duda, habría maniobrado el cabezón con más misericordia.

Sin embargo Bellatrix Black había montado el cabezón para salir de Azkaban sola, todos los Aurores observando se habían puesto de acuerdo en eso, tenían activados sus Encantamientos Anti-Desilusionadores y únicamente había una mujer en ese cabezón, aunque el cabezón tenía asientos para dos.

Alguna persona buena e inocente, capaz de invocar el Encantamiento Patronus, había sido engañado para rescatar a Bellatrix Black.

Algún inocente había combatido contra Bahry Una-Mano, subyugando con cuidado a un Auror experimentado sin herirlo de manera significativa.

Algún inocente había Transformado el combustible para el artefacto Muggle sobre el cual se suponía que los dos debían montar para salir de Azkaban, haciéndolo a partir de agua congelada para el beneficio de sus Aurores.

Y entonces su utilidad para Bellatrix Black había acabado.

Habrías esperado que cualquiera capaz de subyugar a Bahry Una-Mano habría podido ver venir esa parte. Pero desde un principio no habrías esperado que alguien capaz de invocar el Encantamiento Patronus intentara rescatar a Bellatrix Black.

Amelia bajó su mano por encima de sus ojos, cerrándolos por un momento en un silencio afligido. Me pregunto quién era, y cómo Quien-Tú-Sabes lo habrá manipulado... qué historia habría podido llegar a contar...

Ella ni siquiera se dio cuenta hasta un momento después que el pensamiento indicaba que estaba empezando a creer. Quizá porque, sin importar cuán difícil fuera creer en Dumbledore, se estaba volviendo más arduo no reconocer la mano de esa fría, oscura inteligencia.

...

Conclusión, Albus Dumbledore:

Pudo haber sido tan sólo cincuenta y siete segundos antes de que acabara el desayuno y haber necesitado cuatro giros de su Giratiempo, mas al final, Albus Dumbledore lo había logrado.

"¿Director?" chilló la correcta voz del Profesor Filius Flitwick, al tiempo que el anciano mago pasó a su lado para llegar a su asiento. "El Sr. Potter dejó un mensaje para usted."

El mago anciano se paró en seco. Miró de forma inquisitiva al Profesor de Encantamientos.

"El Sr. Potter declaró que tras despertar, se dio cuenta de cuán injustas habían sido las cosas que había dicho después de que Fawkes gritó. El Sr. Potter clarificó que no se refería a nada más, nada más se disculpaba por esa parte."

El mago anciano siguió mirando a su Profesor de Encantamientos, y aún no habló.

"¿Director?" chilló Filius.

"Dile que lo agradezco," pidió Albus Dumbledore, "pero que es más sabio escuchar a un fénix que a los astutos magos ancianos," y se sentó en su lugar tres segundos antes de que toda la comida desapareciera.

...

Conclusión, Profesor Quirrell:

"No," Madam Pomfrey espetó al niño, "¡usted no puede verlo! ¡Usted no puede molestarlo! ¡Usted no podrá hacerle ni siquiera una pequeña pregunta! ¡Él debe guardar cama y no hacer nada durante tres días al menos!"

...

Conclusión, Minerva McGonagall:

Ella se dirigía a la enfermería, y Harry Potter se iba de allí, cuando se cruzaron entre sí.

La mirada que él le dirigió no fue de rabia.

Ni de tristeza.

No decía mucho realmente.

Era como... como si él la observara justo el tiempo suficiente como para dejar en claro que no estaba evitando verla deliberadamente.

Y entonces miró para otro lado antes de que pudiera descubrir que mirada darle a cambio; como si él la quisiera liberar de eso, también.

Él no pronunció nada mientras la pasó caminando.

Ella tampoco.

¿Qué hubiera sido posible decir?

...

Conclusión, Fred y George Weasley:

En realidad sí gritaron muy fuerte, cuando giraron en la esquina y vieron a Dumbledore.

No fue porque el Director hubiera aparecido de la nada y los estuviera contemplando con expresión severa. Dumbledore siempre estaba haciendo eso.

Sin embargo el mago estaba vestido con una túnica negra formal y se veía muy antiguo y muy poderoso y les estaba dedicando a los dos una AFILADA MIRADA.

"¡Fred y George Weasley!" habló Dumbledore con una Voz de Poder.

"¡Sí, Director!" ellos respondieron, poniéndose bien derechos y dándole un rasposo saludo militar que habían visto en alguna foto vieja.

"¡Escúchenme bien! Ustedes son amigos de Harry Potter, ¿no es así?"

"¡Sí, Director!"

"Harry Potter está en peligro. No debe ir más allá de las protecciones de Hogwarts. Escúchenme, hijos de Weasley, les suplico que me oigan: saben que soy tan Gryffindor como ustedes mismos, que yo también sé que hay reglas por encima de las reglas. Sin embargo esta, Fred y George, esta única cosa es de la más terrible importancia, no debe haber excepción en esta ocasión, ¡pequeña o grande! ¡Si ayudan a Harry a abandonar Hogwarts él podría morir! Si los envía a ustedes en una misión, pueden irse, si les pide que le traigan objetos, pueden ayudarlo, mas si les solicita que saquen a su persona de contrabando por fuera de Hogwarts, ¡deben rehusarse! ¿Lo comprenden?"

"¡Sí, Director!" Ellos respondieron sin tan siquiera pensarlo, realmente, y entonces intercambiaron miradas inciertas entre ellos -

Los brillantes ojos azules del Director se intensificaron sobre ellos. "No. No sin pensarlo. Si Harry les pide que lo saquen, se deben rehusar, si les solicita que le señalen el camino, deben negarse. No les voy a ordenar que lo reporten ante mí, porque sé que ustedes nunca lo harían. Pero díganle de parte mía que puede acudir a , si es de tan tamaña importancia, y yo lo protegeré en su salida. Fred, George, lamento cargar su amistad así, mas se trata de su vida."

Los dos se miraron entre sí por un largo rato, sin comunicarse, sólo pensando las mismas cosas al mismo tiempo.

Volvieron a contemplar a Dumbledore.

Pronunciaron, con un escalofrío sacudiéndolos al mencionar el nombre, "Bellatrix Black."

"Pueden asumir con seguridad," reconoció el Director, "que al menos es así de malo."

"De acuerdo -"

"- entendido."

...

Conclusión, Alastor Moody y Severus Snape:

Cuando Alastor Moody había perdido su ojo, había comandado los servicios de un gran erudito Ravenclaw, Samuel H. Lyall, de quien Moody desconfiaba ligeramente menos que lo promedio porque Moody se había refrenado de reportarlo como un hombre lobo sin registrar; y había pagado a Lyall para que compilara una lista de cada ojo mágico conocido, y cada pista conocida sobre su localización.

Cuando Moody recibió la lista, no se molesto en leer la mayoría; porque en la cima de la lista estaba el Ojo de Vance, datado de una era anterior a Hogwarts, y en ese momento en la posesión de un poderoso Mago Oscuro que gobernaba algún pequeño hoyo infernal olvidado que no estaba en Bretaña o algún otro lugar donde tuviera que preocuparse sobre tontas reglas.

Así fue como Alastor Moody había perdido su pie izquierdo y adquirido el Ojo de Vance, y cómo las oprimidas almas de Urulat habían sido liberadas por un periodo de dos semanas antes que otro Mago Oscuro llegara aprovechando el vacío de poder.

Consideró ir en busca del Pie Izquierdo de Vance, pero se había decidido en contra tras darse cuenta que sería justo lo que ellos esperarían.

Ahora Ojo-Loco Moody se estaba girando lentamente, siempre girando, inspeccionando el cementerio de Little Hangleton. Debería haber sido mucho más siniestro, ese lugar, mas bajo la clara luz del día no parecía más que un herboso lugar marcado por lapidas ordinarias, demarcadas por las rejas torcidas de frágil metal, fáciles de escalar que los Muggles usaban en vez de protecciones mágicas. (Moody no podía comprender lo que los Muggles estaban pensando en ese punto, si estaban pretendiendo tener protecciones, o qué, y había decidido no preguntar si los criminales Muggles respetaban la pretensión.)

Moody en realidad no necesitaba girar para estudiar el cementerio.

El Ojo de Vance veía todo el globo del mundo en cada dirección a su alrededor, sin importar a dónde estuviera apuntando.

Sin embargo no había una razón en particular para permitir que un otrora Mortífago como Severus Snape supiera eso.

A veces las personas llamaban a Moody 'paranoico'.

Moody siempre les replicaba que sobrevivieran a cien años de cazar Magos Oscuros y luego volvieran a decirlo en su cara.

Ojo-Loco Moody había reflexionado una vez cuánto le había demorado, en retrospectiva, alcanzar lo que ahora consideraba un nivel de precaución decente – sopesando cuánto le había tomado volverse bueno en vez de afortunado – y había empezado a sospechar que la mayoría de personas morían antes de llegar allí. Moody había expresado una vez este pensamiento a Lyall, quien había hecho algo de cifras y análisis, y le contó a su vez que un típico cazador de Magos Oscuros moriría, en promedio, ocho veces y media en el camino para volverse 'paranoico'. Esto explicaba bastante, asumiendo que Lyall no estuviera mintiendo.

Ayer, Albus Dumbledore había informado a Ojo-Loco Moody que el Señor Oscuro había usado artes oscuras innombrables para sobrevivir la muerte de su cuerpo, y ahora estaba despierto y a sus anchas, buscando recuperar su poder e iniciar una nueva Guerra Mágica.

Alguien más podría haber reaccionado con incredulidad.

"No puedo creer que nunca me hablaras sobre esta cosa de la resurrección," Ojo-Loco Moody dijo con considerable acerbo. "¿Te das cuenta de cuánto me voy a tardar haciéndolo a la tumba de cada ancestro de cada Mago Oscuro que he asesinado y que fuera lo suficientemente listo como para hacer un horrocrux? No acabas de hacerme esto, ¿o sí?"

"Refuerzo la dosis anualmente," Severus Snape explicó con calma, quitando la tapa al tercer frasco de diecisiete según lo que el hombre había declarado, y empezó a sacudir su varita sobre este. "Las otras tumbas ancestrales que hemos sido capaces de localizar fueron envenenadas con sólo las sustancias de larga duración, ya que algunos de nosotros no tenemos tanto tiempo libre como usted."

Moody observó el fluido cayendo en espiral por fuera del vial y desapareciendo, para aparecer dentro de los huesos donde alguna vez hubo médula. "Mas crees que vale la pena el esfuerzo de la trampa, en vez de solamente desaparecer los huesos."

"Él tiene otros caminos para la vida, de percibir que esta está bloqueada," Snape comentó secamente, descorchando una cuarta botella. "Y antes de que pregunte, debe ser la tumba original, el lugar del primer entierro, el hueso removido durante el ritual y no antes. Por lo tanto él no puede retirarlo antes; y tampoco tiene sentido sustituir el esqueleto de un ancestro más débil. Él se daría cuenta de que ha perdido toda potencia."

"¿Quién más sabe sobre esta trampa?" Moody demandó.

"Usted. Yo. El Director. Nadie más."

Moody soltó un bufido. "Bah. ¿Albus le contó a Amelia, Bartemius, y a esa mujer McGonagall sobre el ritual de resurrección?"

"Sí -"

"Si Voldie descubre que Albus sabe sobre el ritual de resurrección y que Albus les contó, Voldie descubrirá que Albus me lo dijo a , y Voldie sabe que yo pienso en este tipo de cosas." Moody sacudió su cabeza en disgusto. "¿Cuáles son los otros caminos por los que Voldie puede regresar a la vida?"

La mano de Snape hizo una pausa en la quinta botella (todo se hacía bajo el Encantamiento Desilusionador, por supuesto, pero eso significaba menos que nada para Moody, sólo te marcaba dentro de su Ojo como intentando-esconderse), y el otrora Mortífago respondió, "Usted no necesita saberlo."

"Estás aprendiendo, hijo," declaró Moody con moderada aprobación. "¿Qué hay dentro de las botellas?"

Snape abrió la quinta botella, hizo un gesto con su varita para que la sustancia empezara a flotar hacia la tumba, y dijo, "¿En esta? Un narcótico Muggle llamado LSD. Una conversación que tuve ayer puso en mi mente cosas Muggle, y el LSD parecía la opción más interesante, así que me apresuré a obtener un poco. De ser incorporado dentro de la poción de resurrección, sospecho que sus efectos serán permanentes."

"¿Qué es lo que hace?" inquirió Moody.

"Se dice que los efectos son imposibles de describir a alguien que no la haya usado," Snape arrastró las palabras, "y yo no la he usado."

Moody asintió con aprobación al tiempo que Snape abrió el sexto vial. "¿Qué hay de ese?"

"Poción de amor."

"¿Poción de amor?" replicó Moody.

"No del tipo estándar. Su objetivo es activar un vinculo de doble vía entre una irresistiblemente dulce mujer Veela llamada Verdandi quien el Director espera podría ser capaz de redimir incluso a alguien como él, de sentir entre ellos amor verdadero."

"¡Bah!" espetó Moody. "Ese puñetero tonto y sentimental -"

"De acuerdo," Severus Snape concordó con calma, su atención enfocada en su trabajo.

"Dime que al menos tienes algo de veneno de Malaclaw ahí."

"Segundo vial."

"Polvo de iocaina."

"En la botella catorce o quince."

"Estupefacción de Bahl," Moody dijo, nombrando un narcótico extremadamente adictivo con efectos colaterales interesantes sobre las personas con tendencias de Slytherin; Moody había visto una vez a un Mago Oscuro adicto tomar medidas ridículas para lograr que una victima pusiera sus manos sobre un cierto traslador específico, en vez de solamente hacer que alguien le arrojara al objetivo un Knut con trampa en su próxima visita al pueblo; y tras pasar por todo ese trabajo, el adicto había hecho el esfuerzo aún mayor de poner un segundo Portus, en el mismo traslador, que había, al ser tocado por segunda vez, transportado a la victima de regreso a un lugar seguro. Hasta el día de hoy, incluso teniendo en cuenta la droga, Moody no podía imaginar lo que posiblemente había estado pasando dentro de la mente del hombre al momento de lanzar el segundo Portus.

"Décimo vial," respondió Snape.

"Veneno de Basilisco," ofreció Moody.

"¿Qué?" espetó Snape. "¡El veneno de serpiente es un componente positivo de la poción de resurrección! ¡Sin mencionar que disolvería el hueso y todas las otras substancias! Y dónde podríamos nosotros conseguir -"

"Cálmate, hijo, nada más estaba revisando si podíamos confiar en ti."

Ojo-Loco Moody continuó su (secretamente innecesario) lento girar, estudiando la tumba, y el Maestro de Pociones continuó vertiendo.

"Un momento," Moody habló de repente. "Cómo sabes que aquí es realmente donde -"

"Porque tiene escrito 'Tom Riddle' sobre la lápida mortuoria fácilmente movible," Snape declaró con sequedad. "Y acabo de ganarle diez Sickles al Director, quien apostó que usted lo pensaría antes de la quinta botella. Ahí quedó la vigilancia constante."

Hubo una pausa.

"Cuanto le llevó a Albus darse cuen-"

"Tres años después de que descubrimos el ritual," contestó Snape, en un tono que no era del todo su sardónico arrastrar de palabras. "En retrospectiva, debimos haberte consultado antes."

Snape destapó la novena botella.

"Envenenamos todas las otras tumbas también, con sustancias de larga duración," remarcó el otrora Mortífago. "Es posible que estemos en la tumba correcta. Él podría no haber planeado por adelantado cuando estaba masacrando a su familia, y él no puede mover la tumba por sí mismo -"

"La verdadera localización ya no tiene la apariencia de una tumba," Moody señaló categóricamente. "Él movió las demás tumbas aquí y usó el Encantamiento de Memoria con los Muggles. Ni siquiera a Bellatrix Black se le informaría hasta un momento antes de iniciar el ritual. Nadie conoce la verdadera localización excepto él."

Ellos continuaron con su fútil trabajo.

...

Conclusión, Blaise Zabini:

La sala común de Slytherin podía ser descrita exacta y precisamente como una zona remilitarizada; el momento en que atravesaras el hueco en el retrato verías que la mitad izquierda de la sala estaba Definitivamente No Hablando con la mitad de la derecha y viceversa. Era muy claro, no necesitaba ser explicado a nadie, que no tenías la opción de no elegir un lado.

En la mesa que estaba justo en la mitad del cuarto, Blaise Zabini se sentó solo, sonriendo satisfecho al realizar su tarea. Ahora tenía una reputación, y tenía la intención de conservarla.

...

Conclusión, Daphne Greengrass y Tracey Davis:

"¿Vas a hacer algo interesante hoy?" preguntó Tracey.

"No," respondió Daphne.

...

Conclusión, Harry Potter:

Si ibas lo suficientemente alto en Hogwarts, no veías muchas personas alrededor, nada más corredores y ventanas y escaleras y el ocasional retrato, y de vez en cuando una vista interesante, como una estatua de bronce de una criatura peluda que parecía un niño pequeño, sosteniendo una peculiar lanza plana...

Si ibas lo suficientemente alto en Hogwarts, no veías muchas personas alrededor, lo que le caía como anillo al dedo a Harry.

Había lugares mucho peores para estar atrapado, Harry supuso. De hecho no se podía pensar de un lugar mejor para estar atrapado que un castillo antiguo con una estructura fractal siempre cambiante que significaba que nunca se te acabarían los lugares para explorar, lleno de personas interesantes y de libros interesantes y conocimiento importante desconocido para la ciencia Muggle.

Si a Harry no le hubieran dicho que no se podía ir, probablemente le habría saltado encima a la oportunidad de pasar más tiempo en Hogwarts, habría hecho planes y conspirado para conseguirlo. Hogwarts era literalmente optimo, no en todos los reinos de posibilidades quizá, pero ciertamente sobre el planeta Tierra, era la Localización de Diversión Máxima.

Cómo podía el castillo y sus terrenos parecer mucho más pequeños, mucho más confinado, ¿cómo podía el resto del mundo volverse mucho más interesante e importante, en el instante en que a Harry le habían informado que no se le permitía irse? Había pasado meses aquí y no había sufrido de claustrofobia entonces.

Conoces la investigación al respecto, observó alguna parte de sí mismo, no es más que los efectos del estándar de la escasez, como esa vez que tan pronto que un país volvió ilegal los detergentes de fosfato, personas a las que nunca le importó condujeron al país más próximo para comprar grandes cantidades de detergente de fosfato, y las encuestas demostraron que calificaban los detergentes de fosfato como más gentiles y efectivos e incluso más fáciles de colar... y si le dabas a elegir a niños de dos años entre un juguete al frente de ellos y uno protegido por una barrera a la que tenían que dar la vuelta, ignorarían el juguete fácil de alcanzar e irían por el que estaba detrás de la barrera... los vendedores saben que pueden vender cosas con tan sólo informar al cliente que podría no estar disponible... todo estaba en el libro Influencia de Cialdini, todo lo que estás sintiendo en este momento, la hierba es siempre más verde en el lado que no está permitido.

Si Harry no le hubieran ordenado que tenía que quedarse, probablemente habría saltado a la oportunidad de quedarse en Hogwarts durante el verano...

...pero no por el resto de su vida.

Ese era justamente el problema, realmente.

¿Quién sabía si todavía había un Señor Oscuro Voldemort que él tuviera que derrotar?

¿Quién sabía si Él-Que-No-Debe-Ser-Nombrado seguía existiendo fuera de la imaginación de un mago posiblemente-no-sólo-pretendiendo-estar-loco?

El cuerpo del Señor Voldemort había sido hallado quemado como un chicharrón, realmente no podía haber tal cosa como las almas. ¿Cómo podía el Señor Voldemort seguir con vida? ¿Cómo sabía Dumbledore que él seguía con vida?

Y si no había un Señor Oscuro, Harry no podía derrotarlo, y estaría atrapado dentro de Hogwarts para siempre.

...tal vez se le permitiría escapar legalmente tras graduarse de su séptimo año, dentro de seis años y cuatro meses y tres semanas más. No era tan largo al compararlo con otras longitudes de tiempo, nada más parecía el tiempo suficiente como para que decayeran los protones.

Sin embargo no se trataba de sólo eso.

No era únicamente la libertad de Harry la que estaba en juego.

El Director de Hogwarts, Jefe de Magos del Wizengamot, Jefe Supremo de la Confederación Internacional de Magos, estaba sonando silenciosamente la alarma.

Una alarma falsa.

Una alarma falsa que Harry había disparado.

Sabes, opinó la parte de él que refinaba sus habilidades, ¿no llegaste a reflexionar, una vez, como cada diferente profesión tiene una forma diferente de ser excelente, como un excelente profesor no es igual a un excelente plomero; pero todos tienen en común ciertos métodos para no ser estúpidos; y que la más importante de tales técnicas es encarar tus pequeños errores antes de que se conviertan en GRANDES errores?

...aunque esto ya parecía calificar como un GRAN error, de hecho...

El punto es, prosiguió su monitor interior, es que se está poniendo literalmente peor cada minuto. La forma en que los espías llevan a las personas a su bando es que, hacen que cometan un pequeño pecado, y luego usaban el pequeño pecado para chantajearlos y hacerlos cometer un pecado más grande, y entonces ellos usaban ESE pecado para obligarlos a hacer cosas aún más grandes y entonces el chantajista se apoderaba de sus almas.

¿No llegaste a pensar una vez sobre como la persona que estaba siendo chantajeada, de haber sido capaces de prever todo el camino, simplemente habrían decidido recibir el puño en el primero paso, recibir el golpe de exponer ese primer pecado? ¿No decidiste que harías eso, si cualquiera alguna vez intentaba chantajearte para hacer algo mayor con el propósito de ocultar algo pequeño? ¿Ves la similitud aquí, Harry James Potter-Evans-Verres?

Únicamente que no era pequeño, ya no era pequeño, habría un montón de personas muy poderosas extremadamente enojadas con Harry, no sólo por la falsa alarma también por liberar a Bellatrix de Azkaban, si el Señor Oscuro existía y sí venía tras él después, esa guerra ya podría estar perdida -

¿No crees que estarían impresionados por tu honestidad y racionalidad y clarividencia al detener esta bola de nieve antes de que siga creciendo?

De hecho, Harry no lo creía así; y tras un momento de reflexión, cual fuera la parte de sí mismo con la que estaba hablando, tuvo que admitir que eso era un optimismo absurdo.

Sus pies errantes lo llevaron cerca de una ventana abierta, y Harry fue para allá, y apoyó sus brazos sobre el borde, y bajó la mirada a los terrenos de Hogwarts desde las alturas.

Café que pertenecía a los árboles infructuosos, amarillo que pertenecía a la hierba muerta, hielo-colorado que pertenecía a los riachuelos y arroyos congelados... quien fuera el oficial escolar que lo hubiera nombrado 'El Bosque Prohibido' en verdad no había entendido el mercadeo, el nombre te hacía dar más ganas de ir allá. El sol se estaba hundiendo en el cielo, pues Harry ya había estado pensando durante algunas horas, pensando principalmente los mismos pensamientos una y otra vez, mas con claves diferentes en cada ocasión, no como si sus pensamientos estuvieran yendo en círculos, sino trepando una espiral, o la estuvieran descendiendo.

Todavía no podía creer que hubiera pasado por todo Azkaban – había apagado su Patronus antes de que robara toda su vida, había paralizado a un Auror, descubrió cómo esconder a Bella de los Dementores, había encarado a doce Dementores y los había hecho retroceder espantados, inventó la escoba asistida por cohete, y la montó – había pasado por todo eso sin tan siquiera darse ánimos a sí mismo aunque fuera una vez al pensar, tengo que hacer esto... porque... ¡le prometí a Hermione que regresaría del almuerzo! Se sintió como una oportunidad irrevocablemente perdida; como si, al haberlo hecho mal esa vez, él nunca sería capaz de hacerlo correctamente sin importar qué tipo de reto enfrentara la próxima ocasión, o qué promesa hiciera. Porque entonces lo estaría haciendo incómoda y deliberadamente para compensar por haberlo olvidado la primera vez, en lugar de hacer las declaraciones heroicas que podría haber hecho de haber recordado su promesa a Hermione. Como si ese único giro equivocado fuera irrevocable, nada más tenías una oportunidad, tenías que hacerlo correctamente desde el primer intento...

Debió recordar la promesa a Hermione antes de ir a Azkaban.

Una vez más, ¿por qué había decidido hacer eso?

Mi hipótesis en desarrollo es que eres estúpido, dijo Hufflepuff.

Ese no es un análisis de fallo útil, pensó Harry.

Si quieres un poco más de detalle, replicó Hufflepuff, el Profesor de Defensa de Hogwarts estaba en modo '¡Saquemos a Bellatrix Black de Azkaban!' y tú eras como '¡Claro!'

Un momento, ESO no es justo -

Oye, notó Hufflepuff, ¿te diste cuenta, que una vez que ves todo desde la cima, y los árboles individuales como que se desenfocan juntos, que puedes ver la verdadera forma del bosque?

¿Por qué lo había hecho...?

No por algún calculo de costo-beneficio, de eso seguro. Había estado demasiado avergonzado como para sacar una hoja de papel y empezar a calcular utilidades esperadas, le preocupó que el Profesor Quirrell dejara de respetarlo si decía que no o si tan siquiera dudaba demasiado en ayudar a una damisela en peligro.

Había pensado, en algún lugar muy profundo de sí mismo, que si tu misterioso profesor te ofrecía la primer misión, la primera oportunidad, la llamada a la aventura, y lo rechazabas, entonces tu misterioso profesor se alejaría de ti disgustado, y nunca recibías otra oportunidad de ser un héroe...

...sí, eso había sido. En retrospectiva, de eso se trataba. Había ido y empezado a pensar que su vida tenía una trama y que se le presentaba un giro en el argumento, en vez de, oh, vaya, aquí hay una propuesta para liberar a Bellatrix Black de Azkaban. Esa había sido la verdadera y original razón para la decisión en el medio segundo donde había sido tomada, su cerebro reconociendo perceptiblemente la narrativa donde el decía 'no' como disonante. Y cuando reflexionabas al respecto, esa no era una forma racional de tomar decisiones. El motivo ulterior del Profesor Quirrell de obtener los últimos remanentes del conocimiento perdido de Slytherin, antes de que fueran olvidados irrevocablemente al morir Bellatrix, parecían muy impresionantes y cuerdos por comparación; un beneficio conmensurado con lo que había parecido en su momento como un pequeño riesgo.

No parecía justo, no parecía justo, que esto era lo que sucedía si él perdía su dominio sobre la racionalidad aunque fuera por una pequeña fracción de segundo, la diminuta fracción de un segundo requerido por su cerebro para decidir estar más confortable con argumentos de 'sí' que con argumentos de 'no' durante las discusiones que habían seguido.

Desde muy alto, tan alto que los árboles individuales se desenfocaban hasta parecer uno, Harry miró más allá del bosque.

Harry no quería confesar y arruinar su reputación para siempre y conseguir que todos se enojaran con él y quizá acabar siendo asesinado por el Señor Oscuro después. Él preferiría estar atrapado en Hogwarts durante seis años que enfrentar eso. Así era como se sentía. Y por lo tanto era de hecho útil, un alivio, ser capaz de aferrarse a un solo factor decisivo, que era que si Harry confesaba, el Profesor Quirrell iría a Azkaban y moriría allí.

(Una pausa, un paro, un tartamudeo en la respiración de Harry.)

Si lo parafraseabas de ese modo... vaya, incluso podías pretender ser un héroe, en vez de un cobarde.

Harry levantó sus ojos del Bosque Prohibido, los alzó hacia el claro azul cielo prohibido.

Contempló más allá de los paneles de cristal hacia la gran cosa brillante y ardiente, las cosas esponjadas, el misterioso azul sin fin en el cual estaban incrustados, ese nuevo y extraño lugar desconocido.

Eso... de hecho sí ayudaba, ayudaba bastante, pensar que sus propios problemas no eran nada en comparación a estar en Azkaban. Que había personas en el mundo que tenían verdaderos problemas y Harry Potter no era una de ellas.

¿Qué iba a hacer con respecto a Azkaban?

¿Qué iba a hacer con respecto a la Bretaña mágica?

¿... en cuál lado estaba él, ahora?

Bajo la brillante luz del día, todo lo que Albus Dumbledore había dicho ciertamente sonaba mucho más sabio que lo expresado por el Profesor Quirrell. Mejor y más brillante, más moral, más conveniente, sería lindo de ser verdad. Y la cosa para recordar era que Dumbledore creía en las cosas porque sonaban lindas, pero el Profesor Quirrell era el que estaba cuerdo.

(Otra vez esa pausa en su respiración, sucedía cada vez que pensaba en el Profesor Quirrell.)

Sin embargo solamente porque algo sonara lindo, no necesariamente lo hacía incorrecto.

Y si el Profesor de Defensa tenía una falencia en su cordura, era que su perspectiva de la vida era demasiado negativa.

¿Realmente? Inquirió la parte de Harry que había leído dieciocho millones de resultados experimentales sobre las personas siendo demasiado optimistas y confiadas en exceso. ¿El Profesor Quirrell es demasiado pesimista? ¿Tan pesimista que sus expectativas de manera rutinaria se quedan cortas con la realidad? Hay que rellenarlo y ponerlo en un museo, es único. ¿Cuál de ustedes dos planeó el crimen perfecto, y además puso todo el margen de error y contra-medidas que terminaron salvando tu trasero, sólo en caso de que saliera algo mal con el crimen perfecto? Pista pista, su nombre no era Harry Potter.

Mas "pesimista" no era la palabra correcta para describir el problema del Profesor Quirrell – si es que era un problema realmente, y no la sabiduría superior de la experiencia. Pero para Harry parecía como si el Profesor Quirrell constantemente estuviera interpretando todo bajo la peor luz posible. Si le entregabas al Profesor Quirrell un vaso que estuviera 90% lleno, él afirmaría que el 10% vacío probaba que a nadie realmente le importaba el agua.

Esa era una muy buena analogía, ahora que Harry lo pensaba. No toda la Bretaña mágica era como Azkaban, ese vaso estaba lleno bien por encima de la mitad...

Harry alzó la vista hacia el resplandeciente cielo azul.

...aunque, siguiendo con la analogía, si Azkaban existía, entonces quizá probaba que la parte 90% buena estaba ahí por otras razones, las personas intentando hacer una exhibición de amabilidad como lo había puesto el Profesor Quirrell. Porque de ser ellos verdaderamente amables no habrían construido Azkaban, habrían atacado la fortaleza para destrozarla... ¿no era así?

Harry se quedó mirando fijamente el fulgurante cielo azul. Si querías ser racional tenías que leer un montón de documentos sobre las falencias de la naturaleza humana, y algunas de esas falencias eran fallas inocentes de la lógica, y algunas se veían mucho más oscuras.

Harry miró hacia el rutilante cielo azul, y pensó sobre el experimento de Milgram.

Stanley Milgram lo había hecho para investigar las causas de la Segunda Guerra Mundial, para intentar comprender por qué los ciudadanos de Alemania habían obedecido a Hitler.

Por lo que había diseñado un experimento para investigar la obediencia, para ver si los Alemanes eran, por alguna razón, más propensos a obedecer ordenes dañinas provenientes de figuras de autoridad.

Primero realizó una versión piloto de su experimento con sujetos Americanos, como prueba de control.

Y después de eso no se había molestado en intentarlo en Alemania.

Aparato experimental: Una serie de 30 interruptores ubicados en una linea horizontal, con etiquetas que iniciaban en '15 voltios' y terminaban llegando hasta '450 voltios', con clasificaciones para cada grupo de cuatro interruptores. El primer grupo de cuatro tenía la clasificación de 'Descarga Ligera', el sexto grupo clasificado como 'Descarga de Extrema Intensidad', el séptimo grupo clasificado como 'Peligro: Descarga Severa', y a los dos últimos interruptores nada más se les había escrito 'XXX'.

Y un actor, un cómplice del experimentador, quien los verdaderos sujetos del experimento pensaban era alguien como ellos: alguien que había respondido a la misma publicidad para participar en un experimento de aprendizaje, y quien había perdido una (amañada) lotería y había sido amarrado en una silla, junto con los electrodos. Los verdaderos sujetos del experimento habían recibido una ligera descarga de los electrodos, sólo para que pudieran ver que funcionaban.

Al verdadero sujeto del experimento se le había indicado que el experimento trataba sobre los efectos del castigo sobre el aprendizaje y la memoria, y que parte de la prueba era ver si hacía una diferencia el tipo de persona que administraba el castigo; y que la persona amarrada a la silla procuraría memorizar conjuntos de palabras en par, y que cada vez que el 'estudiante' se equivocara, el 'profesor' debía administrar exitosamente una descarga más fuerte.

Al nivel de 300-voltios, el actor dejaría de intentar acertar las respuestas y empezaría a patear la pared, tras lo cual el experimentador instruiría a los sujetos que tratara la falta de respuestas como respuestas incorrectas y continuara.

Al nivel de 315-voltios los golpes en la pared serían repetidos.

Después de eso no se volvería a oír nada.

Si el sujeto objetaba o se rehusaba a presionar un interruptor, el experimentador, manteniendo un comportamiento impasible y vestido con un bata gris de laboratorio, diría 'Por favor continué', luego 'El experimento requiere que usted continué', después 'Es absolutamente esencial que usted continué', y por último 'Usted no tiene otra elección, debe seguir adelante'. Si el cuarto estimulo no funcionaba, se detenía el experimento allí.

Antes de proceder con el experimento, Milgram había descrito el proceso del experimento, y luego le preguntó a catorce estudiantes de último año de psicología qué porcentaje de sujetos consideraban ellos llegarían hasta el nivel máximo de los 450-voltios, qué porcentaje de sujetos presionaría los dos últimos interruptores marcados con XXX, después de que la victima hubiera dejado de responder.

La respuesta más pesimista había sido 3%.

De hecho el número había sido 26 de entre 40.

Los sujetos habían sudado, quejado, tartamudeado, reído nerviosamente, mordido sus labios, clavaron sus uñas dentro de su propia carne. Pero ante la incitación del experimentador, ellos habían, la mayoría de ellos, seguido administrando lo que creían era dolorosas, peligrosas, descargas eléctricas posiblemente letales. Todo el camino hasta el final.

Harry podía escuchar al Profesor Quirrell riéndose, dentro de su mente; la voz del Profesor de Defensa arguyendo algo más o menos así: Vaya, Sr. Potter, incluso yo no había sido tan cínico; sabía que los hombres traicionarían sus más atesorados principios a cambio de dinero y poder, sin embargo no me di cuenta que una mirada severa también bastaría.

Era peligroso, intentar hacer suposiciones con la psicología evolutiva si no eras un psicólogo evolutivo profesional; mas tras haber leído Harry sobre el experimento de Milgram, se le ocurrió el pensamiento de que situaciones como esa se habían presentado muchas veces en el ambiente ancestral, y que la mayoría de ancestros potenciales que intentaron desobedecer la Autoridad fueron asesinados. O que habían, al menos, sobrevivido menos que los obedientes. Las personas pensaban sobre sí mismas como buenas y morales, pero cuando se veían entre la espada y la pared, algún interruptor se cambiaba dentro de su cerebro, y de repente era mucho más difícil de lo que habían pensado desafiar heroicamente la Autoridad. Aún si podías hacerlo, no sería fácil, no sería una muestra de heroísmo sin esfuerzo. Temblarías, tu voz se quebraría, tendrías miedo; ¿serías capaz de desafiar la Autoridad incluso entonces?

Harry parpadeó, en ese momento; porque su cerebro acababa de hacer la conexión entre el experimento de Milgram y lo que Hermione había hecho en su primer día en la clase de Defensa, se había rehusado a disparar a un compañero estudiante, incluso cuando la Autoridad le había dicho que era su deber, había temblado y tenido miedo y aún así ella se había rehusado. Harry había visto suceder eso en frente de sus ojos y de todos modos no había realizado la conexión hasta ahora...

Harry bajó la mirada hacia el horizonte rojizo, el Sol se estaba hundiendo por debajo, el cielo desvaneciéndose, oscureciendo, incluso si la mayor parte del cielo seguía siendo azul, pronto se convertiría en la noche. Los colores dorado y rojo del Sol y del ocaso le recordaron a Fawkes; y Harry se preguntó, por un instante, si debía ser una cosa triste ser un fénix, y llamar y llorar y gritar sin ser escuchado.

Sin embargo Fawkes nunca se rendiría, tantas veces como muriera él siempre renacería, pues Fawkes era un ser de luz y fuego, y se lamentaba de que Azkaban perteneciera a la oscuridad tanto como lo sufría el propio Azkaban.

Si te daban un vaso medio vacío y medio lleno, entonces así es como era la realidad, esa era la verdad y era inmutable; mas de todos modos podías elegir cómo sentirte al respecto, ya fuera que sintieras desesperación por la mitad vacía o regocijo por el agua que estaba allí.

Milgram ciertamente había intentado otras variaciones de su prueba.

En el experimento dieciocho, el sujeto experimental sólo había necesitado pronunciar en voz alta las palabras para la victima amarrada en la silla, y grabar las respuestas, mientras alguien más presionaba los interruptores. Era el mismo sufrimiento aparente, el mismo golpeteo frenético seguido por el silencio; pero no eras presionando el interruptor. nada más lo veías pasar, y leías las preguntas a la persona que estaba siendo torturada.

37 de los 40 sujetos habían continuado su participación en ese experimento hasta el final, hasta los 450-voltios marcados con 'XXX' al final.

Y si tú fueras el Profesor Quirrell, podrías haber decidido sentirte cínico al respecto.

Sin embargo 3 de los 40 sujetos se habían rehusado a participar hasta las últimas consecuencias.

Las Hermiones.

Sí existían, en el mundo, las personas que no dispararían un Maleficio de Golpe Simple a un compañero estudiante incluso si el Profesor de Defensa les ordenaba hacerlo. Aquellos que habían dado refugio a los Gitanos y a los Judíos y a los homosexuales en sus áticos durante el Holocausto, y a veces llegaron a morir por ello.

¿Y eran esas personas de otra especie diferente a la humanidad? ¿Tenían algún engranaje dentro de sus cabezas, algún pedazo adicional de circuitos neurales, que los mortales inferiores no poseían? Sin embargo eso no era probable, teniendo en cuenta la lógica de la reproducción sexual que decía que los genes para una maquinaria compleja serían perturbados más allá de toda reparación, a menos que fueran universales.

Cuales fueran las partes que habían constituido a Hermione, todos tenían aquellas partes dentro de sí mismos en algún lado...

...bueno, esa era un lindo pensamiento mas no era estrictamente verdadero, pues había tal cosa como daño cerebral literal, las personas podían perder genes y la compleja maquina podría dejar de funcionar, había sociópatas y psicópatas, las personas que carecían del engranaje para que les importara. Quizá el Señor Voldemort había nacido de ese modo, o tal vez había conocido el bien y aún así escogió el mal; en este punto ya no importaba en lo más mínimo. Pero una súper-mayoría de la población debía ser capaz de aprender de lo que Hermione y la resistencia del Holocausto hizo.

Las personas que habían participado del experimento de Milgram, que habían temblado y sudado y reído nerviosamente al tiempo que terminaban presionando los interruptores marcados como 'XXX', muchos de ellos habían escrito para agradecer a Milgram, después, por lo que habían aprendido sobre ellos mismos. Esa, también, era parte de la historia, la leyenda de ese experimento legendario.

El Sol casi se había hundido debajo del horizonte, una punta dorada final asomándose sobre las remotas cimas de los árboles.

Harry la miró, esa punta del Sol, se suponía que sus gafas eran a prueba de rayos ultravioleta por lo que debía ser capaz de mirarlo directamente sin dañar sus ojos.

Harry lo contempló directamente, esa diminuta fracción de la Luz que no había sido obscurecida y bloqueada y escondida, incluso si no eran más que 3 partes de un total del 40, las otras 37 partes estaban en algún otro lugar. El 7.5% del vaso que estaba lleno, que demostraba que a las personas realmente les importaba el agua, aún si esa fuerza de preocuparse que estaba dentro de ellos era derrotada demasiado a menudo. Si a las personas en verdad no les importara, el vaso habría estado del todo vacío en realidad. Si todos hubieran sido como Quién-Tú-Sabes por dentro, secreta e ingeniosamente egoístas, no hubiera existido ni siquiera una persona que ayudara a otros durante el Holocausto.

Harry observó al ocaso, en el segundo día del resto de su vida, y supo que había cambiado de bando.

Porque ya no podía creerlo, no realmente, no tras haber ido a Azkaban. No podía hacer lo que 37 de 40 personas votarían para que él hiciera. Todos podrían tener dentro de sí lo que se requería para ser Hermione, y algún día podrían aprender; pero algún día no era ahora, no aquí, no hoy, no en el mundo real. Si estabas en el bando de las 3 de 40 personas que no eran una mayoría política, y el Profesor Quirrell había estado en lo correcto, Harry no bajaría su cabeza en sumisión cuando eso sucediera.

Había una especie de horrenda corrección en ello. No deberías ir a Azkaban y regresar sin haber cambiado tu mente sobre algo importante.

¿Así que el Profesor Quirrell está en lo correcto, entonces? Preguntó Slytherin. Dejando por fuera si él es bueno o no, ¿está en lo correcto? ¿Eres tú, para ellos, ya sea que lo sepan o no, su próximo Señor? Dejemos la parte de Oscuro por fuera, eso es él siendo cínico otra vez. ¿Mas es tu intención de ahora en adelante gobernar? Tengo que reconocer, que incluso a eso me pone nervioso.

¿Crees que se te puede confiar poder? Inquirió Gryffindor. ¿No hay una regla de que las personas que quieren poder no deberían tenerlo? Tal vez deberíamos hacer a Hermione la gobernante en vez de nosotros.

¿Crees que eres digno de manejar una sociedad sin conseguir que colapse en el caos total en menos de tres semanas? Opinó Hufflepuff. Imagina cuán ruidosamente nos gritaría Mamá si escuchara que te han elegido Primer Ministro, ahora debes cuestionarte a ti mismo, ¿estás seguro de que ella se equivocaría al respecto?

De hecho, dijo Ravenclaw, no hace falta señalar que todo este asunto político suena abrumadoramente aburrido. ¿Qué tal si dejamos todas las elecciones a Draco y nos quedamos apegados a la ciencia? Es en lo que realmente destacas, y se ha demostrado que también logra mejorar la condición humana, ya sabes.

Más despacio, pensó Harry hacia todos sus componentes, no tenemos que decidir todo ahora mismo. Se nos permite reflexionar el problema tanto como podamos antes de llegar a una solución.

La última parte del Sol se hundió bajo el horizonte.

Era extraña, esta sensación de no saber del todo quién eras, en que lado estabas, de no haberte decidido ya sobre algo tan grande como eso, había una sensación desconocida de libertad en ello...

Y eso le recordó lo que el Profesor Quirrell había respondido a su última pregunta, lo que le recordó al Profesor Quirrell, lo que le hizo difícil respirar una vez más, inició esa sensación ardiente en la garganta de Harry, enviar sus pensamientos alrededor de ese ciclo de movimiento espiral de nuevo.

¿Por qué estaba tan triste, cada vez que pensaba en el Profesor Quirrell? Harry estaba acostumbrado a conocerse a sí mismo, y desconocía por qué se sentía tan triste...

Se sentía como si hubiera perdido al Profesor Quirrell para siempre, perdido en Azkaban, así era como se sentía. Tan seguro como si el Profesor de Defensa hubiera sido devorado por los Dementores, consumido dentro de los vacíos desolados.

¡Perdido! ¿Por qué lo perdí? ¿Porque pronunció Avada Kedavra y había de hecho una razón perfectamente buena incluso si no la vi durante un par de horas? ¿Por qué no pueden las cosas regresar a como eran antes?

Pero no había sido por el Avada Kedavra. Eso podría haber jugado una parte en el colapso irreversible de una estructura de racionalizaciones y acobardamientos y no pensar sobre ciertas cosas cuidadosamente. Sin embargo no había sido el Avada Kedavra, esa no había sido la cosa perturbadora que Harry presenció.

¿Qué fue lo que vi...?

Harry observó al cielo descolorido.

Había visto al Profesor Quirrell convertirse en un criminal endurecido al enfrentar a un Auror, y el aparente cambio de personalidades había sido sin esfuerzo, y completo.

Otra mujer había conocido al Profesor de Defensa como 'Jeremy Jaffe'.

¿Cuántas personas diferentes es usted, de todos modos?

No puedo decir que me haya molestado en mantener la cuenta.

No podías evitar preguntarte...

...si el 'Profesor Quirrell' no era más que otro nombre en la lista, únicamente otra persona en la que se había convertido, inventada al servicio de alguna meta indescifrable.

De ahora en adelante Harry siempre se lo estaría cuestionando, cada vez que hablara con el Profesor Quirrell, si se trataba de una mascara, y qué motivo estaba detrás de la mascara. Con cada sonrisa seca, Harry estaría intentando ver qué estaba jalando las palancas de esos labios.

¿Es así cómo otras personas empezaran a pensar de mí, si me vuelvo demasiado Slytherin? ¿Si manipulo demasiados planes, nunca seré capaz de sonreír a nadie más, sin que ellos se pregunten qué es lo que realmente siento?

Tal vez había alguna manera de restaurar una confianza en la superficie de las apariencias y construir una relación humana posiblemente de nuevo, mas a Harry no se le ocurría cuál era esa manera.

Así fue como Harry había perdido al Professor Quirrell, no a la persona, sino la... conexión...

¿Por qué eso había dolido tanto?

¿Por qué ahora se sentía tan solitario?

¿De seguro había otras personas, quizá mejores personas, para confiar y tener amistad? La Profesora McGonagall, el Profesor Flitwick, Hermione, Draco, sin mencionar a Mamá y Papá, no era como si Harry estuviera realmente a solas...

Sólo que...

Una sensación de ahogamiento creció en la garganta de Harry cuando lo comprendió.

Únicamente la Profesora McGonagall, el Profesor Flitwick, Hermione y Draco, a veces conocían cosas que ignoraba, pero...

Ellos no se desempeñaban sobre Harry dentro de su propia esfera de poder; la genialidad que ellos poseían no era como su propio genio, y su genialidad no era como la de ellos; podría observarlos como sus iguales, mas nunca los podría ver con reverencia como sus superiores.

Ninguno de ellos había sido, ninguno de ellos podría llegar a ser...

El mentor de Harry...

Ese era quien el Profesor Quirrell había sido.

Esa fue la persona que Harry había perdido.

Y la manera en que había perdido a su primer mentor podría o no permitir a Harry que alguna vez lo llegara a recuperar. Quizá algún día conocería todos los motivos ocultos detrás del Profesor Quirrell y las dudas entre ellos desaparecerían; sin embargo aún si eso parecía posible, no parecía del todo probable.

Hubo una ráfaga de viento, a las afueras de Hogwarts, dobló los árboles vacíos, hizo ondular el corazón del lago que seguía sin congelar, produjo un sonido susurrante al deslizarse por la ventana que miraba hacia el mundo medio-crepuscular, y los pensamientos de Harry divagaron por un tiempo.

Entonces regresaron al curso otra vez, el siguiente paso de la espiral.

¿Por qué soy diferente de los otros niños de mi edad?

Si la respuesta del Profesor Quirrell a eso había sido una evasión, entonces fue una muy bien calculada. Lo suficientemente profunda y compleja, bastante llena de sugerencias y propósitos escondidos, para servir como trampa para un Ravenclaw que no podía ser engañado por menos. O tal vez el Profesor Quirrell tenía el propósito de responder honestamente. ¿Quién sabía qué motivo podría haber manipulado las manivelas de aquellos labios?

Al menos diré esto, Sr. Potter: Usted ya es un Oclumante, y creo que en poco tiempo se convertirá en un Oclumante perfecto. La identidad no significa, para los que son como nosotros, lo que significa para otras personas. Cualquiera que podamos imaginar, podemos ser; y la verdadera diferencia sobre usted, Sr. Potter, es que posee una imaginación excepcionalmente buena. Un dramaturgo debe contener a sus personajes, debe ser más grande que ellos para poder representarlos dentro de su mente. Para un actor o espía o político, el limite de su propio diámetro es el limite de quién estén pretendiendo ser, el limite de lo que puedan usar como una mascara. Mas para usted y para mí, cualquiera que podamos imaginar, podemos ser, en la realidad y no en la pretensión. Mientras usted se imaginó ser un niño, Sr. Potter, usted fue un niño. Aún así hay otras existencias que usted puede recrear, existencias más grandes, si lo desea. ¿Por qué es usted tan libre, y tan grandioso dentro de su circunferencia, cuando otros niños de su edad son pequeños y constreñidos? ¿Por qué puede usted imaginar y convertirse en otras identidades más adultas de lo que un mero niño realizando una obra de teatro debería ser capaz de componer? Eso no lo sé, y no debo revelar lo que supongo. Sin embargo lo que usted tiene, Sr. Potter, es libertad.

Si eso era una pantalla de humo era una endiabladamente buena para distraer.

Y el pensamiento todavía más preocupante era que el Profesor Quirrell no se había dado cuenta de cuán perturbado estaría Harry, cuán incorrecto ese discurso sonaría para él, cuánto daño le haría a su confianza en el Profesor Quirrell.

Debería haber siempre una persona real que eras realmente, en el centro de todo...

Harry contempló la noche descendiente, la oscuridad reunida.

¿...no era así?

...

Era casi la hora de dormir cuando Hermione escuchó las respiraciones contenidas y levantó la vista de su copia de Beauxbatons: Una Historia para ver al niño perdido, el niño que no había sido ubicado a la hora del almuerzo ese Domingo, cuya no aparición a la cena había sido acompañada por rumores – y ella no los había creído porque eran completamente ridículos, pero sintió un poco de nauseas por dentro – que se había retirado de Hogwarts para cazar a Bellatrix Black.

"¡Harry!" ella chilló, ni siquiera se dio cuenta de que estaba hablando con él directamente por primera vez en una semana, ni notó cómo algunos estudiantes se la quedaron mirando ante el sonido de su grito a través de la sala común de Ravenclaw.

Los ojos de Harry ya se había dirigido hacia ella, ya estaba caminando hacia ella, por lo que se detuvo a medias por fuera de su silla -

Unos pocos segundos después, Harry estaba sentado frente a ella, y estaba guardando su varita tras invocar una barrera de Silenciador a su alrededor.

(Y una gran cantidad de Ravenclaws estaban intentando aparentar que no estaban mirando.)

"Oye," Harry saludó. Su voz tembló. "Te extrañé. Tú... ¿vas a hablar conmigo de nuevo, a partir de ahora?"

Hermione asintió, nada más asintió, no se le ocurría qué decir. Ella extrañaba a Harry también, sin embargo se estaba dando cuenta, con una especie de sentimiento culpable, que podría haber sido mucho peor para él. Ella tenía otros amigos, Harry... no se sentía justo, a veces, que Harry únicamente hablara con ella de ese modo, por lo que se sentía obligada a hablar con él; mas Harry tenía una mirada que expresaba que cosas injustas le habían estado ocurriendo a él, también.

"¿Qué ha estado pasando?" ella inquirió. "Hay toda clase de rumores. Había personas afirmando que escapaste para combatir a Bellatrix Black, había otros aseverando que escapaste para unirte con Bellatrix Black -" y esos rumores agregaban que Hermione simplemente había inventado la cosa sobre el fénix, y ella gritó que toda la sala común de Ravenclaw lo había visto, por lo que el siguiente rumor había reclamado que también esa parte era inventada por ella, lo que era una estupidez de nivel tan inconcebible que la dejó completamente asombrada.

"No puedo hablar al respecto," Harry respondió con apenas un susurro. "No puedo hablar sobre muchas cosas. Desearía poder contártelo todo," su voz tembló, "pero no puedo... supongo, si ayuda para algo, que ya no voy a almorzar más con el Profesor Quirrell..."

Harry puso sus manos sobre su rostro, entonces, cubriendo sus ojos.

Hermione sintió la nausea recorriendo todo su estómago.

"¿Estás llorando" preguntó Hermione.

"Ajá," respondió Harry, su voz sonando un poco jadeante. "No quiero que nadie más lo vea."

Hubo un pequeño silencio. Hermione quería ayudar pero no sabía qué hacer sobre un niño que lloraba, y desconocía lo que estaba pasando; sentía como si grandes cosas ocurrieran a su alrededor – no, alrededor de Harry – y de saber cuáles eran probablemente estaría asustada, o alarmada, o algo, sin embargo no sabía nada.

"¿El Profesor Quirrell hizo algo equivocado?" ella interrogó al final.

"No es por eso que ya no puedo seguir almorzando con él," Harry contestó, todavía con ese apenas susurro con sus manos presionadas sobre sus ojos. "Esa fue la decisión del Director. Mas es cierto, que el Profesor Quirrell dijo algunas cosas que me hicieron confiar menos en él, supongo..." La voz de Harry sonaba muy inestable. "Me estoy sintiendo solitario ahora mismo."

Hermione puso su mano sobre la mejilla donde Fawkes la había tocado el día del ayer. Seguía pensando sobre ese toque, una y otra vez, quizá porque quería que fuera importante, que significara algo para ella...

"¿Hay alguna manera en que pueda ayudar?" ella cuestionó.

"Quiero hacer algo normal," Harry declaró desde atrás de sus manos. "Algo muy normal para estudiantes de primer año de Hogwarts. Algo que los de once y doce años como nosotros se suponen deben hacer. Como jugar una partida de Naipes Explosivos o algo así... ¿Supongo que en realidad no tienes los naipes o conoces las reglas?"

"Este... no conozco las reglas, de hecho..." replicó Hermione. "Sé que explotan."

"¿Entonces que tal a Gobstones?" propuso Harry.

"No conozco las reglas y te escupen. ¡Son juegos de hombres, Harry!"

Hubo una pausa. Harry restregó sus manos contra su cara para limpiarla, y entonces retiró sus manos; y la miró directamente, viéndose un poco impotente. "Bueno," Harry siguió, "¿qué hacen los magos y hechiceras de nuestra edad, cuándo juegan, ya sabes, la clase de tontos juegos sin sentido que se supone debemos jugar a nuestra edad?"

"¿Rayuela?" habló Hermione. "¿Saltar la cuerda? ¿Ataque Unicornio? ¡Yo no lo sé, yo leo libros!"

Harry empezó a reír, y Hermione comenzó a carcajearse junto con él aunque no sabía muy bien por qué, pero era gracioso.

"Creo que eso ayudó un poco," añadió Harry. "De verdad pienso que ayudó más que lo que habría logrado jugando Gobstones durante una hora, así que gracias por ser tú misma. Y sin importar nada, no voy a hacer que alguien me Desmemorice todo lo que sé de cálculo. Preferiría morir."

"¿Qué?" espetó Hermione. "Por qué - ¿por qué alguna vez llegarías a querer semejante cosa?"

Harry se levantó de la mesa, y hubo un repentino ruido restaurado de trasfondo pues su levantamiento rompió el Encantamiento Silenciador. "Estoy un poco somnoliento así que me voy a la cama," Harry dijo, ahora su voz era ordinaria y sardónica, "tengo algo de tiempo perdido que debo compensar, pero te veré al desayuno, y luego en Herbología, si todo sale bien. Sin mencionar que no sería justo echarte encima toda mi presión. Buenas noches, Hermione."

"Buenas noches, Harry," ella se despidió, sintiéndose muy confundida y alarmada. "Que tengas sueños placenteros."

Harry tambaleó un poco cuando ella habló, y luego continuó hacia las escaleras que llevaban a los dormitorios de los niños de primer año.

...

Harry encendió el Encantamiento Silenciador al máximo, sobre la cabecera de su cama, para que no fuera a despertar a nadie si gritaba.

Puso su alarma para que lo despertará para el desayuno (en caso de que ya no se hubiera levantado para esa hora, si era que lograba dormir algo).

Se tendió en la cama, cuan largo era -

- sintió el bulto debajo de su almohada.

Harry levantó la mirada hacia el toldo por encima de su cama.

Siseó bajó su respiración, "Oh, tienen que estar bromeando..."

Pasaron vario segundos antes de que Harry pudiera reunir el corazón para sentarse en la cama, cubrirse a sí mismo con la sabana para ocultar el evento de los otros niños, invocar un Lumos de baja intensidad y ver lo que estaba debajo de su almohada.

Había un pergamino, y una baraja de jugar cartas.

En el pergamino se leía,

Una pequeña ave me contó que Dumbledore ha cerrado la puerta de tu jaula.

Debo admitir, en esta ocasión, que Dumbledore puede tener la razón. Bellatrix Black ha sido liberada sobre el mundo una vez más, y esas no son buenas noticias para ninguna persona buena. De estar en los zapatos de Dumbledore, podría haber hecho lo mismo.

Sólo por si las dudas... El Instituto de las Brujas de Salem en América también acepta niños, a pesar del nombre. Son buenas personas y te protegerían incluso de Dumbledore, si lo necesitas. Bretaña sostiene que necesitas permiso de Dumbledore para emigrar a la América mágica, sin embargo la América mágica no está de acuerdo. Por lo que ante una necesidad extrema, sal por fuera de las protecciones de Hogwarts y parte en dos al Rey de Corazones de la baraja de cartas.

El que deberías recurrir a esto únicamente como medida radical se da por descontado.

Buena salud, Harry Potter.

- Papá Noel.

Harry bajo la mirada hacia el paquete de cartas.

No podía llevarlo a ningún otro lugar, no ahora mismo, los trasladores no funcionaban aquí.

Pero se sintió nervioso sobre el prospecto de recogerlo, incluso para esconderlo dentro de su baúl...

Bueno, ya había cogido el pergamino, que podría haber sido encantado con una trampa igualmente, de haberse tratado de una trampa.

Aún así.

"Wingardium Leviosa," Harry susurró, e hizo Levitar el paquete de cartas hasta un lado de donde su reloj alarma descansaba dentro de un bolsillo de la cabecera de la cama. Lidiaría con aquello mañana.

Y luego Harry volvió a recostarse en su cama, y cerró los ojos, para soñar sin ningún fénix para protegerlo, y pagar sus cuentas atrasadas.

...

Fue despertando con un jadeo de horror, no un grito, todavía no gritó esa noche, sin embargo su sabana estaba toda enredada sobre el hueco que había dejado al retorcerse en su sueño donde corría, intentando alejarse de las bocas abiertas en el espacio que lo estaban persiguiendo a través del corredor de metal iluminado por una débil lampara de gas, un largo corredor de metal apenas iluminado por una lampara de gas que no tenía fin, y él no había sabido, en el sueño, que tocar aquellos vacíos significaba morir horriblemente y dejar atrás su cuerpo que aún respiraba a pesar de estar vacío, todo lo que había sabido era que tenía que correr y correr y correr de aquellas heridas en el mundo que se deslizaban en pos de él -

Harry empezó a llorar otra vez, no fue por el horror de la persecución, sino porque corrió mientras alguien más detrás de él estaba gritando pidiendo ayuda, gritando para que regresara y la salvara, para que la ayudara, a ella se la estaban comiendo, ella iba a morir, y en el sueño Harry había corrido en vez de ayudarla.

"¡NO TE VAYAS!" La voz surgió como un grito detrás de la puerta de metal. "No, no, no, no te vayas, no te lo lleves, no no no -"

¿Por qué Fawkes había reposado sobre su hombro? Él había huido. Fawkes debería odiarlo.

Fawkes debería odiar a Dumbledore. Él había huido.

Fawkes debería odiar a todos -

El niño no estaba despierto, no estaba soñando, sus pensamientos estaban revueltos y confusos dentro de las tierras de las sombras que limitan entre el estar despierto y el estar dormido, desprotegido por los rieles que su mente despierta había impuesto sobre sí misma, las cuidadosas reglas y censuras. En esa tierra de las sombras su cerebro había despertado lo suficiente como para pensar, mas algo más estaba demasiado adormilado para actuar; sus pensamientos corrían libres y salvajes, sin restricciones por parte de su propio concepto de sí mismo, sus ideas personales de lo que no debería pensar cuando estuviera despierto. Esa era la libertad de los sueños de su cerebro, mientras su concepto de sí mismo dormía. Libre para repetir, una y otra vez, la nueva y peor pesadilla de Harry:

"¡No, no era mi intención, por favor no mueras!"

"¡No, no era mi intención, por favor no mueras!"

"¡No, no era mi intención, por favor no mueras!"

Una rabia creció dentro de él junto con el auto-aborrecimiento, una terrible furia caliente / helado y frío odio, por el mundo que le había hecho eso a ella / por sí mismo, y en su estado medio-despierto Harry fantaseó con escapes, fantaseó formas de superar el dilema moral, se imaginó a sí mismo flotando sobre el vasto horror triangular de Azkaban, y susurrando un encantamiento con silabas que nadie había llegado a escuchar sobre la Tierra, murmullos que hacían eco por todo el cielo y eran escuchados al otro lado del mundo, y hubo una llamarada de Patronus plateados que asemejaban una explosión nuclear que desgarraban a todos los Dementores en un instante y partían las paredes de metal de Azkaban, destrozaban los largos corredores y todas las débiles luces naranjadas, y un momento después su cerebro recordó que había personas adentro, y reescribió la fantasía soñada a medias para mostrar a todos los prisioneros riéndose al tiempo que salían volando en grupos alejándose de la ardiente ruina de Azkaban, la luz plateada restaurando la carne de sus miembros mientras volaban, y Harry empezó a llorar más fuerte contra su almohada, porque no podía hacerlo, porque no era Dios -

Juro sobre su vida y magia y su arte de la racionalidad, juró por todo lo que consideraba sagrado y por todas sus memorias felices, ahora había dado su juramento por lo que tenía que hacer algo, tenía que hacer algo, tenía que HACER ALGO -

Quizá era inútil.

Tal vez intentar seguir las reglas no tenía sentido.

A lo mejor nada más tenías que quemar Azkaban a como diera lugar.

Y de hecho había jurado que lo haría, por lo que eso era lo que tenía que hacer.

Simplemente haría lo que fuera para deshacerse de Azkaban, eso era todo. Si eso implicaba gobernar Bretaña, estaba bien, si eso significaba encontrar un hechizo para susurrar que hiciera eco a través del cielo, como fuera, lo importante era destruir Azkaban.

Ese era el lado en el que estaba ahora, ese era quien él era, por lo que sí, estaba hecho.

Su mente despierta demandaría muchos más detalles antes de aceptar eso como una respuesta, pero en su estado medio-durmiente se sintió como una resolución suficiente para permitir a su cansada mente caer verdaderamente dormida una vez más, y soñar con la siguiente pesadilla.

...

Conclusión Final:

Despertó con un jadeo de horror, una interrupción de su respiración que la dejó sintiéndose privada de aire y aún así sus pulmones no se movieron, ella despertó con un grito sin proferir en sus labios y no pronunció palabras, ninguna palabra surgió, pues ella no podía entender lo que había visto, no podía entender lo que había visto, era demasiado grande para que ella lo abarcara y seguía tomando forma, no podía poner palabras a esa figura sin forma y ella no pudo descargarlo, no pudo descargarlo y se volvió inocente e ignorante una vez más.

"¿Qué hora es?" ella murmuró.

Su reloj despertador con joyas de oro, el bello y mágico y costoso reloj alarma que el Director le había dado como regalo cuando la contrató en Hogwarts, susurró a su vez, "Alrededor de las dos de la mañana. Vuelve a dormir."

Sus sabanas estaban empapadas por el sudor, su ropa de noche empapada en sudor, por lo que ella cogió su varita de debajo de la almohada y se limpió antes de intentar volver a dormir, procuró regresar a dormir y eventualmente tuvo éxito.

Sybill Trelawney volvió a dormir.


Capítulo 62             Capítulo 64


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Nota del Traductor

El polvo de iocaina es una invención de la película La Novia Princesa, en la genial escena de la batalla de ingenio contra Visini.

Para mayor información sobre lo fractal 

Tras trabajar mucho tiempo en este capítulo, estoy feliz de haber culminado.

Como les avisé antes, voy a producir las versiones en PDF de HPMOR antes de regresar a la traducción principal. La división en formato PDF será del siguiente modo.

Libro 1: HJEPV y los Métodos de la Racionalidad (del capítulo 1 al 21.)

Libro 2: HJEPV y los Juegos del Profesor (del capítulo 22 al 37.)

Libro 3: HJEPV y las Sombras de la Muerte (del capítulo 38 al 63.)

Los omakes no están incluidos en dichos libros, pero sí lo estarán en el PDF final que contendrá HPMOR por completo.

En realidad no tengo un estimado de tiempo de cuánto me tardaré con los PDF, puesto que daré una revisión general a HPMOR de principio a fin, que incluye corrección ortográfica y mejoramiento de los capítulos disponibles en FFN, que bien saben siempre presentan uno que otro error de formato. Creo que un mes para todo eso es el mínimo de tiempo que me podría llevar. Estén pendientes de mi blog y de mis redes sociales para saber cómo va la batalla.

Definitivamente, cada vez que haga un estimado debería pensar que el doble de tiempo de la cantidad estimada será la que más se acerque a la realidad. Creo que debería tardarme un mes con los PDF, por lo que es mejor asumir que me demoraré realmente con ellos. Sigo aprendiendo a ser pesimista.

Sobre este capítulo, debo decir que las partes con Lesath Lestrange y la pesadilla de Harry me hicieron lagrimear los ojos, y el nombre de Sybill Trelawney jamás pareció tan ominoso.

Gracias a Frida12346 por sus recientes y acertados comentarios y a todos los demás, gracias por leer.

Por cierto, voy a participar en la convocatoria de invierno de Living a Book para libros interactivos. Para losque estén interesados en participar.

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Escrito por Less Wrong / Eliezer Yudkowsky

Traducido al español por +Rhaidot