Capítulo 115 Capítulo 117
Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad
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Capítulo 116: Conclusión, Algo Para Proteger, Parte 0
Al principio Anna había estado contenta de ver que la Copa de Quidditch estaba durando tanto - como una Gryffindor ella no era más que una espectadora en la Copa de Casas, pues Gryffindor nunca ganaba. En contraste, la Copa Mundial de Quidditch del año pasado, para la cual su familia había comprado unas entradas bastante costosas, había terminado en diez minutos lo que era horrendo. Los juegos modernos de Quidditch se habían vuelto demasiado cortos, la Snitch era atrapada demasiado pronto. Era un problema ampliamente discutido entre los aficionados: los encantamientos de escoba habían avanzado, mientras que la Snitch había permanecido con la misma velocidad de regulación, siendo el resultado que los juegos de Quidditch se habían vuelto más y más cortos. En los niveles profesionales el deporte de Quidditch había sido reducido a un concurso sobre quién tenía los bolsillos más llenos para la escoba experimental de carreras de su Buscador, y el resto de jugadores muy bien podrían haber estado mirando desde las bancas.
Todos sabían que algo tenía que ser hecho, la situación había estado empeorando durante siglos y ahora era intolerable. Sin embargo el Comité de Quidditch de la Confederación Internacional de Magos estaba atascado en la acrimonia usual de su organización, gritando disputas entre los Alemanes y los Búlgaros, y de alguna manera nadie se ponía de acuerdo sobre cómo arreglar exactamente las reglas. Para Anna el camino correcto parecía obvio, nada más había que hacer la Snitch lo bastante rápida como para restaurar los juegos a las cuatro-cinco hora del principio del siglo diecinueve de la Edad Dorada del Quidditch. Excepto que los Belgas pensaban que la duración de un juego profesional debía ser de dos horas como en La Belle Époque cuando Bélgica había dominado el Quidditch, y los italianos lunáticos querían regresar a los juegos de Quidditch de una semana de duración del siglo catorce, e incluso los puristas de sangre más locos de Bretaña seguían hablando de los ocasionales partidos de Quidditch de un día como prueba de que las escobas realmente no podían haber mejorado tanto ya que todo era mejor en los tiempos remotos que no era como funcionaba el Interdicto de Merlín.
Ella estaba cien por ciento en el bando de Harry Potter de que era tiempo para que Hogwarts se rindiera con esos perezosos charlatanes y diera un cambio a las reglas por su cuenta, empezando aquí y ahora. Pero no eliminando la Snitch, eso era retroceder todo el camino hasta el Kwidditch del siglo once. No tenía importancia que una Directora de Hufflepuff hubiese introducido la innovación porque uno de sus estudiantes había querido participar del juego sin ser bueno en ninguno de los roles usuales. La Snitch había pegado a nivel internacional porque era más emocionante cuando el juego podía terminar al siguiente minuto.
Anna había estado discutiendo a pleno pulmón por los últimos treinta minutos, olvidando por completo prestar atención al juego. Gracias a una coincidencia afortunada había estado sentada cerca del Niño-Que-Vivió y su letrero, por lo que había logrado establecer su posición desde el principio.
Era consciente, en el fondo de su mente, que si las reglas de Quidditch realmente sí cambiaban aquí y ahora, entonces esto era lo más importante que iba a llegar a hacer. Ella casi podía sentir la presión del Tiempo girando a su alrededor como si el destino del mismo Quidditch estuviera siendo moldeado ese mismo día, y ella estaba parada al centro de todo... aunque ella no había obtenido calificaciones lo suficientemente altas en Adivinación como para de hecho sentir algo así, por supuesto.
Apenas y se dio cuenta cuando el Niño-Que-Vivió se levantó para ir al baño.
El Niño-Que-Vivió sí llamó su atención cuando volvió arrastrando los pies; Harry Potter se veía algo cansado y tembloroso, aunque su uniforme parecía tan liso como si hubiese acabado de ponerse uno nuevo.
Ella se dio cuenta media hora después, cuando Harry Potter pareció tambalearse un poco, y luego se dobló sobre sí mismo, sus manos cubriendo su frente; parecía que estuviera rascando la cicatriz en su frente. El pensamiento la hizo preocuparse ligeramente; todos sabían que estaba pasando algo con Harry Potter, y si la cicatriz de Potter le estaba doliendo entonces era posible que un horror sellado estuviera a punto de explotar en su frente para salir y comérselos a todos. Ella descartó ese pensamiento, y continuó explicando los datos del Quidditch a los históricamente ignorantes a pleno pulmón.
Definitivamente se dio cuenta cuando Harry Potter se levantó, manos todavía sobre su frente, manos que dejó caer para revelar su famosa cicatriz en forma de rayo que ahora estaba de color rojo brillante e inflamada. Estaba sangrando, y la sangre se escurría desde la frente hasta caer por la nariz de Potter.
Ella dejó de hablar a la mitad de una frase. Otras personas se giraron para ver lo que ella miraba.
"¿Profesora McGonagall?" Harry Potter llamó con voz temblorosa. Había lágrimas en las esquinas de sus ojos, lo que la sorprendió; el Niño-Que-Vivió no parecía el tipo de persona que iba a estallar en lágrimas. Harry Potter elevó más su voz, como si para él fuera difícil hablar. "Ah, ¿Profesora McGonagall?"
La Profesora McGonagall le dio la espalda a su discusión con el equipo de Quidditch de Hufflepuff. Los ojos de la Jefa de Casa de Gryffindor se abrieron por completo ante la conmoción, y entonces ella empujó a las personas para que salieran de su camino, casi corriendo. "¡Harry!" ella exclamó. "¡Tu cicatriz!"
El silencio se estaba esparciendo, en un círculo creciente.
"Creo," Harry dijo, su voz todavía temblando pero con más fuerza, "creo que él ha vuelto. Creo que estoy viendo - a través de la mente de Voldemort -"
Anna retrocedió un paso ante el nombre de Quien-Tú-Sabes y casi se tropezó con una banca. Un chico mayor que ella sentado a su lado dejó escapar un grito de desesperación, y el Niño-Que-Vivió chilló aún con más fuerza.
"¡LOS ESTÁ MATANDO!" gritó Harry Potter.
La mitad del estadio de Quidditch se volteó a observar.
"¡El ritual!" gritó Harry Potter. "¡Sangre de sus sirvientes! ¡La sangre, la vida! Él los invocó, tomó sus cabezas, su sangre, la vida, para renovar la suya - ¡EL SEÑOR OSCURO SE LEVANTA, VOLDEMORT HA REGRESADO!"
Madam Hooch sopló con su estridente silbato, parando las escobas de Quidditch que todavía no habían dejado de moverse. Ella misma no estaba segura de que no fuera un chiste; si lo era, Niño-Que-Vivió o no, iba a estar metido en más problemas de lo que ella podía imaginar.
La Profesora McGonagall alzó su varita en posición para un Encantamiento Silenciador y Harry Potter atrapó su mano.
"Espere -" Harry Potter jadeó, voz más baja, aunque lo suficientemente clara como para que las personas cerca de ella pudieran escuchar con claridad. "Puede ser detenido - veo su mente, su error - puede ser detenido ahora - ¡EL CAMINO SIGUE ABIERTO! ¡ELLA LO ESTÁ SIGUIENDO! ¡ELLA A QUIEN VOLDEMORT ASESINÓ!" La voz de Harry se elevó más todavía, mientras que la propia boca de Anna quedó abierta por la repentina confusión. "¡REGRESA! ¡REGRESA, REGRESA, REVIVE Y DETENLO! ¡DETENLO, HERMIONE!"
Y luego Harry Potter guardó silencio. Él echó un vistazo alrededor hacia las personas que lo observaban.
Acababa de decidir que tenía que tratarse de una broma de increíble mal gusto, cuando un distante pero tremendo CRUJIDO llenó el aire.
Harry Potter se tambaleó, y cayó sobre sus rodillas, al tiempo que el corazón de Anna saltó hasta su garganta. Una explosión de murmullos excitados surgió a su alrededor.
Ella todavía podía escuchar las palabras de la boca de Harry Potter, cuando la Profesora McGonagall se arrodilló al lado de él. "Funcionó," Harry Potter jadeó muy alto, "ella lo venció, él se ha ido."
"¿Qué?" gritó la Profesora McGonagall, luego miró alrededor. "¡Silencio! ¡Silencio, todos ustedes! Harry, ¿qué sucedió?"
Harry Potter estaba hablando velozmente aunque con fuerza. "Voldemort - intentó revivir - invocó a los Mortífagos y los asesinó, robó su sangre y vida - el cuerpo de Hermione estaba allí, no sé por qué, quizá Voldemort estaba planeando usarla para algo - Voldemort regresó, se resucitó a sí mismo, sin embargo Hermione lo siguió de vuelta y ella lo destruyó, él se ha ido, ha terminado. Ocurrió en un cementerio cerca de Hogwarts, está," Harry Potter se puso de pie, aún tambaleando, "creo que fue en esa dirección." Harry Potter apuntó en la dirección general de donde había venido el CRUJIDO, "No estoy seguro de cuán lejos. El sonido tardó veinte segundos en llegar aquí, así que tal vez dos minutos sobre una escoba -"
Con un movimiento tan ágil que parecía inconsciente, la Profesora McGonagall cambió de postura y pronunció "Expecto Patronum." Ella se dirigió hacia el gato fulgurante que apareció entonces. "Ve con Albus, dile que tiene que volver de inmediato -"
"¡Dumbledore se ha ido!" gritó Harry Potter. "¡El Director se ha ido, Profesora McGonagall! ¡El Señor Oscuro lo atrapó, le devolvió alguna clase de trampa que el Director había planeado y ahora Dumbledore está atrapado fuera del Tiempo, se ha ido!"
Los murmullos horrorizados alrededor crecieron hasta el tope.
"¡Ve con Albus!" La Profesora McGonagall le ordenó a su Patronus.
El gato de luz de luna nada más se quedó mirando a McGonagall con tristeza, y Anna dejó de respirar a causa del inesperado horror, sintiendo como si alguien la hubiese golpeado en el estómago. Era real, todo era real, no se trataba de una broma.
"¡Profesora McGonagall, Hermione está viva!" Harry Potter alzó su voz de nuevo. "¡Ella realmente está viva y no es un Inferius ni nada por el estilo, y sigue allí en el cementerio!"
"¡Una escoba!" La Profesora McGonagall bramó. Se giró hacia los jugadores que seguían flotando estáticos sobre el campo de Quidditch. "Necesito una escoba. ¡YA!"
A pesar de todo, Anna levantó una mano en muda protesta, luego se detuvo a sí misma, al mismo tiempo que los Buscadores de Ravenclaw y Slytherin descendieron a toda prisa (con excelente sentido de la estrategia, puesto que ellos no habían estado haciendo nada).
Harry Potter ya estaba sacando otra escoba de su monedero, una para varias personas.
La Profesora McGonagall vio esto, y asintió firmemente. "Usted se queda aquí, Sr. Potter, a menos que haya una excelente razón para que me deba acompañar. Yo voy a ir de inmediato."
"¡No debes!" chilló el Profesor Flitwick, quien tuvo que empujar a varios con su pequeña figura para cruzar la multitud, y ocasionalmente correr bajo las piernas de alguien. Sus ojos estaban abiertos como platos, parecía a punto de desmayarse. "¡Tienes que permanecer en Hogwarts, Minerva! Tú - tú eres la -" El Profesor Flitwick parecía tener problemas para hablar.
La Profesora McGonagall se dio la vuelta para encarar al Profesor Flitwick, y se detuvo, la sangre huyendo de su cara.
Luego tomó la escoba de la mano de Harry Potter, y se la entregó al pequeño Profesor semi-duende. "Filius," ella dijo ásperamente. Todo el pánico incipiente había desaparecido de su voz, ahora hablaba con el hosco acento Escocés que usaba para sus lecciones del Lunes. "Busca el cementerio del cual habló el Sr. Potter, encuentra a la Señorita Granger. Llevala mediante Aparición a San Mungo y quédate con ella."
"Creo -" Harry Potter espetó con voz rota. "Creo que allí se usó Transformación en combate - el Profesor Quirrell intentó combatir a Voldemort - tome precauciones -"
Filius Flitwick asintió sin pausa al abordar la escoba.
"¡El Profesor Quirrell está muerto!" gimió Harry Potter. La angustia que cargaba su voz era clara. "¡Él está muerto! ¡El Señor Oscuro lo mató! Su cuerpo -" Harry Potter se ahogó. "Está allí, en el cementerio."
Anna volvió a tambalearse, sintiendo que le habían dado otro puñetazo en las entrañas. El Profesor Quirrell había sido - uno de sus Profesores favoritos, de todos los tiempos, la había hecho revaluar todo lo que creía de un Slytherin, había sabido de una manera distante que probablemente iba a morir muy pronto pero escuchar que él estaba realmente, verdaderamente muerto...
El Niño-Que-Vivió se sentó sobre las bancas, como si sus piernas ya no lo pudieran sostener.
La Profesora McGonagall se giró hacia la multitud, tocando su garganta con su varita. "EL QUIDDITCH SE HA ACABADO," resonó su voz amplificada. "REGRESEN A SUS DORMITORIOS -"
"¡No!" gritó Harry Potter.
La Profesora McGonagall se giró para verlo.
Lágrimas se derramaban sobre las mejillas del Niño-Que-Vivió, parecía como si la interrupción lo hubiese sorprendido tanto a él como a los demás. "Era el último plan del Profesor Quirrell," Harry Potter exclamó, su voz rota. El Niño-Que-Vivió contempló a los jugadores de Quidditch que ahora flotaban cerca, como si estuviera hablando con ellos directamente. "Su último plan."
Harry Potter salió flotando para la enfermería por la varita de la Profesora McGonagall. Los otros Profesores se fueron corriendo a quién sabe dónde, dejando atrás únicamente a las Profesoras Sinistra y Hooch. En el estadio, los rumores corrían por doquier; Anna repitió todo lo que pudo recordar tan bien como pudo. Algo le había pasado a Dumbledore, algunos Mortífagos habían sido invocados y asesinados (no, Harry Potter no había dicho cuáles), el Profesor Quirrell había enfrentado directamente al Señor Oscuro y así había muerto, Quien-Tú-Sabes había regresado y muerto de nuevo, el Profesor Quirrell estaba muerto, él estaba muerto.
A su debido tiempo la mayoría de los estudiantes se fueron para sus dormitorios, a intentar dormir.
Anna se quedó en el estadio, y miró el resto del juego, ignorando la necesidad que su cuerpo tenía de dormir, y sus ojos que a veces se nublaban por las lágrimas.
El equipo de Ravenclaw luchó con valentía.
Pero no había un equipo de Quidditch en el mundo que hubiese podido derrotar a Slytherin ese día.
El amanecer se estaba insinuando en el cielo cuando Slytherin ganó su juego final, la Copa de Quidditch, y la Copa de Casas.
...
Capítulo 115 Capítulo 117
Nota del Traductor (15 de Abril de 2.020)
El siguiente episodio está alrededor de las 2.000 palabras, a ritmo de cuarentena, debería publicarlo el 17 de Abril de 2.020 en Patreon y el 24 de Abril en el blog de Rhaidot y FNN.
Faltan 6 capítulos para el final de Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad.
Esta entrada fue posible gracias a Rocio Tou, Sergio Andres Rodriguez Vargas, Nkp, Richard Nole, Kbrem y Claudio Andres Cayulao Martinez.
Si lo deseas puedes apoyarme siendo un Patrocinador de Rhaidot.
Gracias por leer.
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