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viernes, 24 de abril de 2020

Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad Capítulo 117

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Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad


Minerva McGonagall
Minerva McGonagall en Aminoapps

Capítulo 117: Conclusión, Algo Para Proteger, Minerva McGonagall


Llegó la mañana siguiente, y todos los estudiantes se habían reunido en silencio alrededor de las cuatro Mesas de Hogwarts, Harry James Potter-Evans-Verres entre ellos. Había colapsado de cansancio la noche anterior y había despertado en la enfermería hoy al amanecer, todavía confundido, con la Piedra Filosofal por debajo de su calcetín izquierdo.

Parecía como si una plaga hubiese devastado la Mesa de Profesores.

El trono de Dumbledore ya no estaba en la Mesa de Profesores, no había sido reemplazado, dejando vacío el centro de la Mesa de Profesores.

Severus Snape estaba sentado en una silla flotante, el equivalente mágico de una silla de ruedas.
La Profesora Sprout estaba ausente. De acuerdo a lo que le habían dicho a Harry la noche anterior, una corte de Legeremantes la iba a examinar para ver si quedaba alguna compulsión remanente, pero probablemente no se le iba a presentar ningún cargo. Harry le había enfatizado a la Profesora McGonagall y a los Aurores, con tanto ahínco como pudo, que la Profesora Sprout probablemente no era más que una víctima. El Niño-Que-Vivió pronunció que no había visto evidencia de culpa intencional de Sprout dentro de la mente de Voldemort.

El Profesor Flitwick no estaba, era de presumir que seguía estando al lado de Hermione.

La Profesora Sinistra no estaba y Harry no sabía por qué o dónde.

El entumecimiento que rodeaba la mente de Harry era como una manta isotérmica, protectora aunque no cómoda. Había escenas en su mente sobre túnicas cayendo y sangre derramada, apareciendo por un instante antes de ser empujadas a un lado. Lo iba a procesar después, no ahora. Algún otro momento sería mejor, Harry-futuro tendría una mejor ventaja comparativa con el duelo.

Dentro de algún lugar de Harry residía el temor de que no fuera a doler, que no había precio para ser pagado. Pero ese temor también podía ser aplazado hacia el futuro.

Ningún desayuno apareció sobre las mesas. Los estudiantes sentados cerca de Harry estaban esperando con aterrado silencio. Desde anoche se había prohibido que los búhos pudieran entrar o salir de Hogwarts.

Las puertas del Gran Comedor se abrieron una vez más, y las cruzó la Directora Adjunta Minerva McGonagall. Tenía una túnica de negro formal, y su cabeza estaba desnuda, desprovista de su acostumbrado sombrero de bruja. Su cabello gris-café-dorado estaba sujeto en una trenza enrollada, como en preparación para un sombrero que le iba a ser puesto encima después; aunque por ahora Harry vio su cabeza desnuda por primera vez.

Minerva McGonagall llegó hasta el atril que estaba frente a la Mesa de Profesores.

Todos los ojos estaban puestos sobre ella.

"Me temo que tengo muchas noticias," Minerva inició. Su voz era triste, conteniendo su precisión Escocesa. "Y en su mayoría son terribles. Primero. La razón por la que les estoy hablando yo es que el Director de Hogwarts, Albus," su voz se detuvo, "Percival Wulfric Brian Dumbledore, se ha perdido. Quien-Tú-Sabes lo atrapó por fuera del Tiempo, y no sabemos si alguna vez lo podremos traer hacia nosotros. Nosotros, nosotros hemos perdido, a quien podría ser, el más grandioso Director, que Hogwarts llegó a tener."

Un horror susurrante surgió de entre las mesas, ningún jadeo o quejido audible, simplemente el sonido de muchas respiraciones contenidas; la mayoría de Gryffindor, y algunas de Hufflepuff y también de Ravenclaw. Las malas noticias ya habían sido conocidas, sin embargo ahora habían sido confirmadas por la autoridad.

"Segundo. Quien-Tú-Sabes regresó brevemente, pero de nuevo está muerto. Todo lo que resta de él son sus manos sujetas alrededor de la garganta de la Señorita Granger. Él ya no será una amenaza, o así lo creemos." Minerva McGonagall volvió a respirar. "Tercero. El Profesor Quirrell murió con su varita en mano, enfrentando a Quien-Tú-Sabes. Fue encontrado cerca de donde Quien-Tú-Sabes pereció otra vez, fue víctima de la Maldición Asesina de Quien-Tú-Sabes." Otro susurro de horror verificado, ahora de las cuatro mesas.

Minerva volvió a respirar. "Anoche también perdimos a quien puede haber sido el más grandioso Profesor de Defensa en la historia de Hogwarts. Solamente con sus méritos escolásticos... Nuestro Profesor de Defensa utilizó muchos nombres, pero su nombre verdadero era David Monroe. Como era el último miembro de la Noble y Más Antigua Casa de Monroe, su funeral - su segundo funeral, y el verdadero - será realizado frente al Más Antiguo Salón del Wizengamot, dentro de dos días. Aún así un velorio será realizado para el Profesor de Defensa de Hogwarts, para nuestro Profesor Quirrell, en este castillo. Ese hombre también murió como un maestro de Hogwarts, tan noblemente como un maestro de Hogwarts podría haberlo hecho."

Harry escuchó en silencio, tragándose las lágrimas que otra vez subían hasta sus ojos. Ni siquiera era verdad, ni mucho menos inesperado; y aún así le dolía escucharlo. Sentado a su lado, Anthony Goldstein puso una amable mano sobre la mano de Harry, y Harry la dejó ahí.

"Cuarto. Una noticia de excesiva e inesperada felicidad. Hermione Granger está viva y en perfecta salud, dueña de su cuerpo y mente. La Señorita Granger está siendo observada en San Mungo para ver si hay alguna consecuencia inesperada tras lo que le pasó a ella, sin embargo parece estar increíblemente bien considerando su condición previa."

Tendría que haber producido más júbilo de parte de Ravenclaw y Gryffindor, si las noticias hubiesen sido parte de otro conjunto, o de haber sido más inesperadas. En el momento, Harry vio unas cuantas sonrisas, pero fueron breves. Quizá habían saltado de alegría antes, aunque por ahora únicamente hubo silencio. Harry comprendió eso. Él tampoco estaba celebrando, no ahora mismo.

"Finalmente -" Minerva McGonagall vaciló, luego levantó su voz. "Me temo que tengo la más grave de las noticias para compartir con algunos de nuestros estudiantes. Parece que Quien-Tú-Sabes invocó a aquellos que alguna vez fueron sus seguidores; y muchos de ellos obedecieron, ya fuera por una lealtad terriblemente equivocada, o por miedo a lo que le sucedería a sus familias si se rehusaban. Un sacrificio era requerido, aparentemente, para completar la resurrección de Quien-Tú-Sabes; o tal vez Quien-Tú-Sabes culpó a sus otrora seguidores de su derrota. Treinta y siete cuerpos fueron encontrados, más seguidores por fuera de Azkaban de los que se pensaba que tenía Quien-Tú-Sabes. Me temo -" Minerva McGonagall volvió a flaquear. "Me temo que entre los muertos hay padres de muchos de nuestros estudiantes -"

no no no no no no NO NO NO NO

Como empujado por un magneto terrible, los ojos de Harry fueron atraídos hacia la imagen de horror absoluto que era el rostro de Draco Malfoy, al mismo tiempo que el reconfortante envoltorio de algodón alrededor de los pensamientos de Harry se desgarró como el papel.

Cómo pudo no haberlo pensado, cómo pudo no haberse dado cuenta -

En algún lugar del Gran Comedor, alguien ya estaba gritando, y aún así el cuarto parecía muy silencioso.

"Sheila, Flora, y Hestia Carrow. Perdieron sus dos padres anoche. Estudiantes que también perdieron a alguno de sus padres incluyen a Robert Jugson. Ethan Jugson. Sara Jugson. Michael MacNair. Riley y Randy Rookwood. Lily Lu. Sasha Sproch. Daniel Gibson. Jason Gross. Elsie Ambrose -"

Quizá Lucius se dio cuenta, quizá fue lo suficientemente inteligente como para no ir, quizá se dio cuenta que Voldemort fue el que había atacado a Draco -

"- Theodore Nott. Vincent Crabbe. Gregory Goyle. Draco Malfoy. Esto concluye la lista."
Un estudiante sentado en la mesa de Gryffindor dio un grito de alegría, y de inmediato fue abofeteado por la bruja de Gryffindor que estaba sentada a su lado con tanta fuerza que un Muggle habría perdido un diente.

"Menos treinta puntos para Gryffindor y detención durante el primer mes del próximo año," la Profesora McGonagall dijo, su voz tan dura como para romper la piedra.

"¡Mentiras!" aulló un Slytherin alto, que se había levantado de la mesa. "¡Mentiras! ¡Mentiras! El Señor Oscuro va a regresar, y él, él les va a enseñar el significado de -"

"Sr. Jugson," habló la voz de Severus Snape. También era vacilante, no sonaba para nada como el Maestro de Pociones, no era fuerte y aún así el Slytherin guardó silencio. "Robert. El Señor Oscuro asesinó a tu padre."

Robert Jugson dejó escapar un grito de furia terrorífico y salió del lugar corriendo, y Draco Malfoy se dobló sobre sí mismo como una casa al colapsar y produjo sonidos que nadie escuchó, porque los murmullos ya habían empezado.

Harry se levantó quince centímetros de la banca y luego se detuvo.

qué le puedes decir a Draco no hay nada que le puedas decir a Draco no puedes ir para allá y pretender que eres su amigo

quieres hacer lo correcto quieres hacerlo mejor pero no puedes hacerlo justo ahora de ninguna manera puedes hacer que sea correcto lo que le hiciste a él y a Vincent y a Gregory y a Theodore

El mundo alrededor de Harry se nubló, apenas y vio a Padma Patil ponerse de pie y llegar hasta la mesa de Slytherin junto a Draco, o Seamus yendo hacia Theodore.

Y porque Harry había leído la colección de ciencia ficción y fantasía de su padre, porque ya había leído esta escena una docena de veces cuando le había pasado a otros protagonistas, había una imagen dentro de la mente de Harry de Ojoloco Moody, del cicatrizado hombre llamado Alastor. Y la imagen de Ojoloco estaba recitando, justo en la misma voz que había usado para hablar en la memoria de Albus Dumbledore, que los Mortífagos habían estado apuntando sus varitas a Harry, que ya habían elegido tomar la Marca Oscura, que habían sido culpables más allá de la redención y tal vez más allá de la imaginación de Harry, que habían sobrepasado la protección deontológica de las personas buenas y se convirtieron a sí mismos en objetivos si había una razón fuerte para sacrificarlos. Que había sido necesario para salvar a los padres inocentes de Harry de la tortura y Azkaban, que había sido necesario proteger el mundo de Voldemort. Que los Aurores y jueces ordinarios habían hecho cosas mucho más cuestionables que matar Mortífagos jurados con las manos manchadas de sangre que te apuntaban con sus varitas, durante el curso de ejecutar la justicia ordinaria que era menos clara pero aún necesaria para la sociedad. Si no era correcto hacer lo que Harry había hecho, si no era correcto hacer cosas mucho más moralmente ambiguas de lo que Harry había hecho, entonces la sociedad como la conocían los seres humanos no podía existir. Nadie con sentido común podía culpar a Harry por haberlo hecho, Neville no lo iba a culpar, la Profesora McGonagall no lo iba a culpar, Dumbledore no lo iba a culpar, incluso Hermione le diría que había sido lo correcto por hacer cuando ella lo supiera.

Y todo eso era verdad.

Así como también era verdad que alguna parte de la mente de Harry había calculado que eliminar a la élite política de los puristas de sangre haría más sencillo y más conveniente la nueva reconstrucción de la Bretaña mágica. No había sido una consideración importante, sin embargo había sido calculada de todos modos en aquellos instantes de pensamiento rápido, una proyección de las consecuencias a largo plazo para ver si eso podía llevar a la catástrofe, y una decisión que de hecho había calificado como buena. Y esa proyección había olvidado que los Mortífagos tenían hijos en Hogwarts o que uno de ellos tenía la cara del padre de Draco. No habría cambiado nada. No habría cambiado nada de nada. Pero esa era la verdad del cálculo que la mente de Harry había realizado, al disponer únicamente de segundos para pensar.

Al menos Harry podía, si los sobrevivientes de los Mortífagos estaban en algún tipo de dificultad financiera, hacer algo al respecto sin problema. Transformar oro, y usar la Piedra para hacerlo permanente - a menos que hacer tanto oro fuera problemático para la economía mágica a largo plazo, o fuera a causar protestas por parte de los duendes que no comprendieran la economía del mercado monetario - aunque no era como si Harry no tuviera servicios útiles para vender -

Ahora otro manto de algodón estaba siendo desgarrado de los pensamientos de Harry.
"Parece probable," Minerva continuó, su voz no era fuerte pero cortaba los demás sonidos, "que algunos de nuestros estudiantes también hayan sido privados anoche de aquellos quienes eran sus guardianes. Si alguno de ustedes termina bajo el cuidado de Hogwarts, por favor no olviden que tomaré las responsabilidades de mi posición con extrema seriedad. Se les extenderá toda cortesía. La bóveda de sus familias será administrada con eficiencia y honestidad. Tan bien como pueda, voy a tratar a cada uno de ustedes como a mis propios hijos - y los voy a proteger tan bien como protegería a mis propios hijos, ni más, ni menos. Espero que eso quede claro para TODOS EN HOGWARTS."

Los estudiantes asintieron rápidamente.

"Bien," Minerva concluyó. Su voz se hundió. "Entonces hay una cosa más que debe ser hecha."
Con triste y solemne aire, la Profesora Sinistra emergió de una entrada lateral. Estaba vestida con una túnica blanca en vez de su usual marrón, y en vez de su acostumbrado sombrero de bruja, estaba usando un sombrero cuadrado de muchas borlas cuyos colores se habían desvanecido hasta ser casi grises.

En sus manos, la Profesora Sinistra cargaba el Sombrero Seleccionador.

Con el aire de alguien ejecutando una ceremonia que no había cambiado durante siglos, Aurora Sinistra se arrodilló, sobre una rodilla, ante Minerva McGonagall, presentando el Sombrero Seleccionador con ambas manos.

Minerva McGonagall cogió el Sombrero Seleccionador de entre las manos de la Profesora Sinistra, y lo puso sobre su propia cabeza.

Hubo un largo silencio.

"¡DIRECTORA!"

"Como Albus Dumbledore no está muerto," Minerva dijo, voz tan baja que los estudiantes tuvieron que esforzarse para escucharla, "sino que únicamente fue apartado de nosotros, yo acepto esta posición solamente en la capacidad de Directora Interina - hasta el regreso de Dumbledore."

Un graznido perforador dividió el Gran Comedor, y Fawkes estuvo allí, sobrevolando las Cuatro Mesas describiendo un lento arco espiral. Paso sobre cada una de las mesas, entonando en su voz de ave, un canto de lealtad absoluta que iba a durar más tiempo que la muerte de los meros fuegos físicos. Esperen, el canto parecía decir. Esperen hasta su regreso, y sean verdaderos.

Fawkes circuló alrededor de Minerva McGonagall tres veces, alas emplumadas que la rozaban al tiempo que las lágrimas empezaron a descender por sus mejillas; luego el ave salió volando por una venta sobre el Gran Comedor, y se había ido.

...

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Nota del Traductor (17 de Abril de 2.020)


Estoy bastante preocupado por mi novia. Una vecina de ella murió hace poco a causa del COVID-19 y además su familia tiene un negocio de repuestos para automóviles que debe mantenerse abierto para uso de la policía y ambulancias y otros estamentos estatales. Me la paso escribiendo y secándome las lágrimas por la angustia, ciertamente preferiría ser yo el que estuviera corriendo ese riesgo.

El siguiente episodio está alrededor de las 1.000 palabras, a ritmo de cuarentena, debería publicarlo el 18 de Abril de 2.020 para los Patrocinadores y el 25 de Abril en el blog de Rhaidot y FFN.

Faltan 5 capítulos para el final de Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad.

Esta entrada fue posible gracias a Rocio Tou, Sergio Andres Rodriguez Vargas, Nkp, Richard Nole, Kbrem y Claudio Andres Cayulao Martinez.


Si lo deseas puedes apoyarme siendo un Patrocinador de Rhaidot.


Gracias por leer.

2 comentarios:

Emanuel Gomez dijo...

Ánimo por ti y por tu novia. No te preocupes, ya pronto todo volverà a ser como antes o al menos la situación mejorará ^^ ¡te donaría pero soy muy pobre! Tu traducción me anima un montón a pasar el rato y es un momentito de agradable satisfacción, así que gracias.

Rhaidot dijo...

Muchas gracias por tu comentario Emanuel, tu lectura ya es bastante apoyo, no te preocupes :)