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viernes, 1 de septiembre de 2017

Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad Capítulo 65

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Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad


serpiente quirrell
Serpiente Quirrell por Randolph Lee

Capítulo 65: Mentiras Contagiosas

Hermione Granger había leído alguna vez, que una de las claves para permanecer delgada era prestar atención a la comida que ingieres, para que tú mismo te dieras cuenta de que la estabas comiendo, y así estar satisfecha con la comida. Esta mañana se había preparado una tostada, y puso mantequilla en la tostada, y canela sobre la mantequilla, y realmente debió haber sido suficiente como para que ella notara, esta vez, lo sabroso que estaba en frente de ella...
Sin notar la canela o la mantequilla, sin notar la comida o que ella estaba comiendo, Hermione tragó otra mordida de tostada, y dijo, "¿Puedes intentar explicar eso de nuevo? Sigo completamente asombrada."
"Es algo muy simple, si piensas como un Slytherin en el Lado de la Luz," respondió el niño que todos los demás en la escuela, exceptuando solamente a ellos dos, ahora creían que era su verdadero amor. La cuchara de Harry Potter movió distraídamente su cereal para el desayuno; él no había cogido muchas porciones esta mañana, no que Hermione hubiera visto. "Cada cosa buena en el mundo trae su propia oposición en existencia. Los fénix no son la excepción."
Hermione dio otra mordida sin notar sobre la tostada con mantequilla y canela, y pronunció, "¿Cómo puede alguien no entender que Fawkes piensa que eres una persona lo suficientemente buena como para montar sobre tu hombro? ¡Él no haría eso con un Mago Tenebroso! ¡Simplemente no lo haría!"
Y ella no le había gritado a nadie sobre el toque que Fawkes hizo en su propia mejilla, porque sabía que no sería correcto - que si un fénix te tocaba, no se suponía que fueras presumida al respecto, para eso no eran los fénix.
Sin embargo ella realmente había esperado que aplastará los rumores sobre Harry Potter volviéndose malo y Hermione Granger siguiendo su descenso.
Y no había sido así.
Y ella verdaderamente no podía comprender por qué no.
Harry comió otra mordida de su cereal, sus ojos poniéndose distantes, ya sin encontrarse con los de ella. "Piensalo del siguiente modo: No vas a la escuela un día, y mientes y le cuentas a tu profesora que estabas enferma. La profesora te pide que le traigas una nota del doctor, por lo que falsificas una. La profesora te informa que va a llamar al doctor para estar segura, así que le das un numero falso para el doctor, y consigues un amigo que pretenda ser el doctor cuando ella llame -"
"¿Hiciste qué?"
Harry alzó la mirada de su cereal, y estaba sonriendo. "No estoy diciendo que yo realmente hice eso, Hermione..." Entonces sus ojos abruptamente bajaron de vuelta a su cereal. "No. No es más que un ejemplo. Las mentiras se propagan, a eso es lo que me refiero. Tienes que contar más mentiras para cubrirlas, mentir sobre cada hecho que conecte a la primera mentira. Y si sigues mintiendo, y sigues intentando cubrir la verdad, tarde o temprano tienes que empezar a mentir incluso sobre las leyes general del pensamiento. Como, alguien te está vendiendo algún tipo de medicina alternativa que no funciona, y cualquier estudio experimental a doble ciego confirmará que no funciona. Por lo que si alguien quiere seguir defendiendo la mentira, tienen que hacer que dejes de creer en el método experimental. Como, que el método experimental únicamente es para el tipo de medicina meramente científica, no para la asombrosa medicina alternativa como la de ellos. O que una persona buena y virtuosa debería creer tan fuerte como puede, sin importar que diga la evidencia. O que la verdad no existe y no existe tal cosa como la realidad objetiva. Un montón de sabiduría popular como esa no está simplemente equivocada, es anti-epistemológica, está sistemáticamente equivocada. Por cada regla de la racionalidad que te dice cómo encontrar la verdad, hay alguien ahí afuera que necesita que tú creas lo opuesto. Si alguna vez cuentas una mentira, la verdad siempre será tu enemigo; y hay muchas personas por ahí afuera diciendo mentiras -" La voz de Harry se detuvo.
"¿Qué tiene que ver eso con Fawkes?" ella inquirió.
Harry retiró su cuchara de su cereal, y apuntó en la dirección de la Mesa de Profesores. "El Director tiene un fénix, ¿correcto? ¿Y él es el Jefe de Magos del Wizengamot? Por lo que tiene oponentes políticos, como Lucius. Ahora, ¿crees que la oposición nada más se va a hacer a un lado y rendirse, porque Dumbledore tiene un fénix y ellos no? ¿Crees que ellos admitirán que Fawkes es tan siquiera evidencia de que Dumbledore es una buena persona? Por supuesto que no. Tienen que inventar algo para hacer que Fawkes sea... no importante. Por ejemplo, que los fénix únicamente siguen a las personas que se lanzan directo a cualquiera que crean que es malo, por lo que tener un fénix nada más significa que eres un idiota o un fanático peligroso. O, que los fénix nada más siguen a las personas que son puro Gryffindor, tan Gryffindor que no tienen las virtudes de otras Casas. O que sólo muestra cuánto coraje cree un animal mágico que tú tienes, nada más, y que no sería justo juzgar a los políticos basado en eso. Tienen que decir algo para negar los fénix. Apuesto que Lucius ni siquiera tuvo que inventarse nada nuevo. Apuesto que todo ya había sido dicho antes, hace siglos, desde la primera vez que apareció alguien con un fénix montando en su hombro, y alguien más quería que las personas no tomaran eso en cuenta como evidencia. Apuesto que para cuando llegó Fawkes ya era sabiduría popular, habría parecido extraño tomar en consideración a quién le cae bien o no un fénix. Sería como un periódico Muggle poniendo a prueba los candidatos políticos para probar su nivel de literatura científica. Por cada fuerza de Bondad que existe en el universo, hay alguien más que se beneficia de que las personas no lo tomen en cuenta, o de encerrarlo dentro de una caja estrecha donde nadie lo pueda alcanzar."
"Pero -" Hermione dijo. "Bueno, veo por qué Lucius Malfoy no quiere que nadie crea que Fawkes importa, ¿sin embargo por qué cualquiera que no sea un tipo malo lo creería?"
Harry Potter se encogió ligeramente de hombros. Su cuchara cayó de nuevo sobre su cereal, y lo siguió removiendo sin pausa. "¿Por qué apela cualquier tipo de cinísmo a las personas? Porque parece una marca de madurez, de sofisticación, como que has visto todo y sabes mucho. O porque reducir algo se siente como si te elevaras a ti mismo. O porque ellos mismos no tienen un fénix, por lo que su instinto político les dice que no hay ventaja para ser ganada al decir cosas buenas sobre los fénix. O porqué ser cínico se siente como conocer un secreto verdadero que las personas comunes no conocen..." Harry Potter observó en dirección de la Mesa de Profesores, y su voz bajó hasta casi ser un susurro. "Creo que quizá eso es lo que él no logra entender - que es cínico sobre todo lo demás, excepto sobre el cínismo mismo."
Sin pensar, Hermione también miró en dirección a la Mesa de Profesores, pero el asiento del Profesor de Defensa seguía vacío, como lo había estado el Lunes y el Martes; la Subdirectora había pronunciado, en la mañana, que las clases de hoy del Profesor Quirrell serían canceladas.
Después, cuando Harry hubo comido unas cuantas mordidas de tarta de melaza y luego abandonado la mesa, Hermione contempló a Anthony y Padma, quienes habían estado comiendo cerca por mera coincidencia ciertamente no espiando ni nada por el estilo.
Anthony y Padma le regresaron la mirada.
Padma habló con vacilación, "¿Soy yo, o Harry Potter ha comenzado a hablar como un tipo de libro más complicado en los últimos días? O sea, no es que lo haya estado escuchando por mucho tiempo -"
"No eres tú solamente," interrumpió Anthony.
Hermione no pronunció nada, sin embargo su preocupación seguía incrementándose. Lo que le hubiera ocurrido a Harry Potter en el día del fénix, lo había cambiado; había algo nuevo en él ahora. No frialdad, sino dureza. A veces lo captaba contemplando por fuera de la ventana hacia la nada, una expresión de siniestra determinación sobre su rostro. En la clase de Herbología del Lunes, una Trampa de Venus de Fuego se había salido de control; y Harry había tacleado a Terry para quitarlo de la trayectoria de una bola de fuego al tiempo que la Profesora Sprout había lanzado un Encantamiento de Flama Congelante; y cuando Harry se había levantado del suelo simplemente había regresado a su lugar como si nada interesante hubiera ocurrido. Y cuando por una vez ella obtuvo una mejor calificación que Harry en su examen de Transformación, más tarde ese mismo Lunes, Harry le había sonreído como para felicitarla, en vez de rechinar sus dientes; y… eso la había molestado un montón.
Estaba empezando a sentir que Harry...
...se estaba alejando de ella...
"Él parece mucho mayor de repente," añadió Anthony. "No como un verdadero adulto, no puedo imaginar a Harry como un adulto, sin embargo es como si de un momento a otro se hubiera convertido en una versión cuatro años mayor de... lo que sea que él es."
"Bueno," Padma dijo. Delicadamente ella untó una torta con sabor de chocolate con algo de glaseado. "Creo que para Dragón y Rayo de Sol lo mejor es aliarse durante la próxima batalla o el Sr. Harry Potter va a aplastarnos. Fuimos aliados la última vez, y aún así Caos casi obtuvo la victoria -"
"Sí," concordó Anthony. "Está en lo correcto, Señorita Patil. Informe al General Dragón que queremos tener una reunión con ustedes -"
"¡No!" rechazó Hermione. "No deberíamos tener porque confabular contra el General Potter nada más para tener una oportunidad. Eso no tiene sentido, especialmente ahora que nadie puede usar cosas Muggle. Siguen siendo veinticuatro soldados en cada ejército."
Ni Padma ni Anthony comentaron nada al respecto.


...


Toc-toc, toc-toc.
"Adelante, Sr. Potter," ella dijo.
La puerta crujió al abrirse, y Harry Potter se deslizó dentro de su oficina; cerró la puerta detrás de él con una mano, y sin palabras se sentó en la almidonada silla que ahora yacía en frente de su escritorio. Ella Transformaba esa silla tan a menudo que a veces cambiaba para reflejar su humor, sin ningún movimiento de varita o encantamiento o incluso intención consciente. Ahora mismo, esa silla se había vuelto tan profundamente almidonada, que cuando Harry se sentó se hundió por completo, como si la silla lo estuviera abrazando.
Harry no pareció darse cuenta. Había un aire de calmada determinación sobre el niño; sus ojos sostenían directamente los de ella, y no los bajaron en ningún momento. "¿Me llamaste?" preguntó el niño.
"Lo hice," respondió la Profesora McGonagall. "Tengo dos piezas de buenas noticias para usted, Sr. Potter. Primero - ¿ha conocido al Sr. Rubeus Hagrid, en algún momento? ¿El guardabosques? Él fue un viejo amigo de sus padres."
Harry vaciló. Luego, "El Sr. Hagrid me habló un poco cuando llegué aquí," Harry contestó. "Creo que fue el Martes de mi primera semana de escuela. Él no mencionó que conocía a mis padres, sin embargo. En ese momento pensé que nada más quería presentarse al Niño-Que-Vivió... ¿Tenía alguna clase de agenda secreta? Él no parecía ser de ese tipo..."
"Ah..." ella dijo. Le tomó un momento reunir sus pensamientos. "Es una larga historia, Sr. Potter, pero el Sr. Hagrid fue acusado falsamente de asesinar a un estudiante, hace cinco décadas. La varita del Sr. Hagrid fue rota, y fue expulsado. Luego, cuando el Profesor Dumbledore se volvió Director, le dio al Sr. Hagrid un lugar aquí como Guardián de las Llaves y Terrenos."
Los ojos de Harry la vieron con intensidad. "Usted afirmó que hace cinco décadas fue la última vez que un estudiante murió en Hogwarts, y usted tenía la certeza de que hace cinco décadas fue la última vez que alguien escuchó el mensaje secreto del Sombrero Seleccionador."
Ella sintió un ligero escalofrío - ni siquiera el Director o Severus podrían haber hecho esa conexión con tanta rapidez - y añadió, "Sí, Sr. Potter. Alguien abrió la Cámara de los Secretos, pero no se creyó en ello, y el Sr. Hagrid recibió la culpa de la muerte resultante. Sin embargo, el Director ha localizado el encantamiento adicional en el Sombrero Seleccionador, y lo ha mostrado a un panel especial del Wizengamot. Como resultado, la sentencia del Sr. Hagrid ha sido revocada - justo esta mañana, de hecho - y se le permitirá adquirir una nueva varita." Ella titubeó. "Nosotros... aún no le hemos contado al Sr. Hagrid de esto, Sr. Potter. Estábamos esperando hasta que el proceso estuviera completo, para no darle falsas esperanzas tras tanto tiempo. Sr. Potter... ¿nos preguntabamos si le podíamos contar al Sr. Hagrid el hecho de que fue usted quien le ayudó...?"
Ella vio en sus ojos que lo estaba sopesando -
"Recuerdo como el Sr. Hagrid lo cargaba cuando usted era un bebé," ella comentó. "Creo que él estaría muy feliz de saberlo."
Pudo ver, entonces, sobre la cara de Harry, el momento cuando decidió que Rubeus no sería de uso alguno para él.
Harry negó con su cabeza. "Bastante malo es que alguien pueda llegar a deducir que hay un Lengua de Serpiente en el grupo de estudiantes del presente año," Harry explicó. "Creo que sería más prudente mantenerlo tan secreto como sea posible."
Ella recordó a James y Lily, quienen nunca dudaron regresar la amistad que el enorme, brusco hombre les había ofrecido, a pesar de que James era el heredero de una Casa pudiente o Lily una encantadora Maestra de Encantamientos en ciernes, y Rubeus un mero semi-gigante cuya varita había sido rota...
"¿Por qué usted no espera que él resulte ser útil, Mr. Potter?"
Hubo silencio. Ella no había tenido la intención de pronunciar eso en voz alta.
La tristeza cruzó el rostro de Harry. "Probablemente," Harry respondió en voz baja. "Sin embargo no creo que él y yo nos fuéramos a llevar muy bien, ¿lo cree usted?"
Algo pareció atascarse en su garganta.
"Hablando de hacer uso de las personas," Harry declaró. "Parece ser que voy a tener una guerra con un Señor Oscuro próximamente. Así que aprovechando que estoy en su oficina, me gustaría pedir que mi ciclo de sueño sea extendido a treinta horas por día. Neville Longbottom quiere empezar a practicar duelo, hay un Hufflepuff mayor que le ofreció enseñarle, y me invitaron a unirme. Además hay otras cosas que quiero aprender a hacer también - y si usted o el Director creen que debería estudiar algo en particular, con el objetivo de llegar a ser un hechicero poderoso cuando crezca, informenme. Por favor den las indicaciones del caso a Madam Pomfrey para administrar la poción apropiada, o lo que sea que ella necesite hacer -"
"¡Sr. Potter! "
Los ojos de Harry miraron fijamente sus propios ojos. “¿Sí, Minerva? Sé que no fue tu idea, pero quisiera sobrevivir al uso que el Director está haciendo de mí. Por favor no seas un obstáculo para eso."
Casi la rompió. "Harry," ella susurró con voz fallecida, "¡los niños no tendrían que pensar de ese modo!"
"Usted está en lo correcto, ellos no tendrían por qué," Harry replicó. "Un montón de niños tienen que crecer demasiado pronto, sin embargo, no solamente yo; y la mayoría de niños que son así probablemente cambiarían lugares conmigo en cinco segundos. No voy a compadecerme a mí mismo, Profesora McGonagall, no cuando hay otras personas por ahí que tienen problemas reales y yo no soy uno de ellos."
Ella tragó saliva, con fuerza, y dijo, "Sr. Potter, a treinta horas el día, usted - se volverá viejo, usted envejecerá más rápido -" Como Albus.
"Y en mi quinto año tendré alrededor de la misma edad fisiológica que Hermione," le cortó Harry. "No parece tan terrible." Se produjo una sonrisa torcida en la cara de Harry. "Honestamente, probablemente quisiera esto incluso si no hubiera un Señor Oscuro. Los magos viven por un largo tiempo, y ya sean los magos o los Muggles probablemente se llegará más allá de lo establecido para el siguiente siglo. No hay razón para no empacar tantas horas como me sea posible en un mismo día. Tengo cosas que planeo hacer, y es mejor si son realizadas con prontitud."
Hubo una larga pausa.
"De acuerdo," Minerva comentó. Fue casi como un murmullo. Ella alzó su voz. "De acuerdo, Sr. Potter, le preguntaré al Director, y si él está de acuerdo, será realizado."
Los ojos de Harry se estrecharon por un momento. "Ya veo. Entonces por favor debe recordarle al Director que Godric Gryffindor, en sus palabras finales, afirmó que había sido para él el camino correcto a recorrer, y que no le diría a nadie más que eligiera incorrectamente, ni siquiera al más joven de los estudiantes en Hogwarts."
Y ella supo con una sensación de vacío que cualquier oportunidad que hubiera de que Albus detuviera esto, cualquier cosa de esto, acababa de Desvanecerse hacia la nada. Eso fue lo que Albus le había recitado a ella cuando objetó que Cameron Edward era demasiado joven, y luego cuando objetó que Peter Pevensie era demasiado joven, y finalmente ella había dejado de objetar. "¿Quién le contó eso, Sr. Potter?" No Albus - de seguro Albus nunca le diría eso a ningún estudiante -
"He estado leyendo mucho últimamente," Harry respondió. Su cuerpo empezó a levantarse de la envolvente silla, cuando se paró en seco. "¿Me atrevo a preguntar sobre la segunda parte de buenas noticias?"
"Oh," ella contestó. "Ah - el Profesor Quirrell ha despertado y dice que usted puede -"


...


La enfermería de Hogwarts era un brillante espacio abierto, con luz celestial llegando por los cuatro lados a pesar de aparentar estar localizada en el medio del castillo. Camas blancas desplegadas a lo largo en filas, únicamente tres de ellas ocupadas en la actualidad. Un muchacho mayor y una muchacha mayor en lados opuestos, ambos yaciendo con los ojos cerrados, probablemente inconscientes y hechizados mientras algún Encantamiento o Poción procuraba reconfigurar sus cuerpos de maneras inconfortables; y el tercer ocupante tenía la cortina puesta alrededor de su cama, lo que presumiblemente era una buena cosa. Madam Pomfrey lo había empujado con un fuerte agarrón y le ordenó no hacer tonterías, y Harry había necesitado recordarse a sí mismo que algunas personas todavía no sabían quién era el Niño-Que-Vivió - era eso, o la identidad de Madam Pomfrey estaba ligada con absoluto dominio a su propio hospital, etcétera, lo que fuera.
Tras las camas en fila había cinco puertas, llevando a los cuartos privados que contenían pacientes que debían quedarse por días en vez de horas, pero cuya condición no requería una transferencia a San Mungos.
Sin ventanas, sin cielo, sin iluminación excepto una sola antorcha sin humear en una de las sólidas paredes de piedra; ese era el cuarto detrás de la puerta del medio. Harry se había preguntado si los profesores podían pedir a Hogwarts que se cambiara a sí misma; o si la enfermería siempre había tenido un cuarto así disponible, para personas que no disfrutaran de la luz.
En el centro del cuarto, entre dos estanterías que parecían haber sido talladas del mismo mármol gris que las paredes, descansaba una cama blanca de hospital, viéndose vagamente anaranjada bajo la luz de antorcha sin humo; y dentro de esa cama, una sábana blanca puesta sobre sus rodillas y vistiendo una bata de hospital, estaba sentado el Profesor Quirrell con su espalda ligeramente apoyada contra la cabecera de la cama.
Había algo atemorizante sobre ver al Profesor Quirrell en una de las camas de Madam Pomfrey, incluso si el Profesor de Defensa parecía no estar lastimado. Incluso sabiendo que el Profesor Quirrell había arreglado deliberadamente su propia aparente derrota en las manos de Severus, para darse a sí mismo una excusa para recuperar su fuerza tras Azkaban. Harry nunca había realmente visto a alguien morir en una cama de hospital, pero había visto demasiadas películas. Era ponerse íntimo con la mortalidad, y se suponía que el Profesor de Defensa no era un mortal.
Madam Pomfrey le había dicho a Harry que tenía absolutamente prohibido molestar a su paciente.
Harry había replicado, "Entiendo", lo que técnicamente no era comprometerse a obedecer.
La severa y anciana sanadora se había girado entonces, y empezó a explicar al Profesor Quirrell que absolutamente no se debía sobreexcitar o... ponerse molesto...
Madam Pomfrey entonces había perdido el hilo, se dio la vuelta apresuradamente, y huyó del cuarto.
"No está mal," Harry observó, después de que la puerta se había cerrado detrás de la fugitiva matrona médica. "Tengo que aprender cómo hacer eso, alguna vez."
El Profesor Quirrell sonrió con una sonrisa que absolutamente no contenía humor, y pronunció, su voz sonando mucho más seca que su usual sequedad, "Gracias por su crítica artística, Sr. Potter."
Harry contempló dentro de los pálidos ojos azules, y pensó que el Profesor Quirrell se veía...
...más viejo.
Era sutil, podría no haber sido otra cosa que la imaginación de Harry, podría haber sido la pobre iluminación. Sin embargo el cabello sobre la frente de Quirinus Quirrell podría haber retrocedido un poco, lo que le quedaba de cabello podría ser más fino y gris, un avance de la calvicie que había sido visible en la parte de atrás de su cabeza. Su rostro podría haberse hundido un poco más.
Los pálidos ojos azules seguían siendo afilados e intensos.
"Me alegra," Harry declaró con lentitud, "ver que usted parece estar en buena salud."
"Las apariencias pueden ser engañosas, por supuesto," comentó el Profesor Quirrell. Él Dio un chasquido con sus dedos, y cuando su mano acabó el gesto estaba sosteniendo su varita. "¿Creería usted que la mujer piensa que ha confiscado esto de mí?"
Seis encantamientos invocó el Profesor de Defensa entonces; seis de los treinta que había usado para salvaguardar sus importantes conversaciones en el Cuarto de Mary.
Harry alzó sus cejas, cuestionando silenciosamente.
"Eso es todo lo que puedo hacer por ahora," informó el Profesor de Defensa. "Espero que probará ser suficiente. De todos modos, hay un proverbio: Si no desea que una cosa sea escuchada, no la diga. Considere aplicarla en total medida. ¿Me contaron que usted intentó verme?"
"Sí," Harry contestó. Hizo una pausa, reunió sus pensamientos. "¿Acaso el Director, o cualquiera, le comunicó que no podremos salir a almorzar?"
"Algo por el estilo," respondió el Profesor de Defensa. Y sin cambiar de expresión, "Por supuesto lo lamente mucho al escucharlo."
"Es más extremo que eso, de hecho," señaló Harry. "Estoy confinado dentro de Hogwarts y sus terrenos indefinidamente. No puedo salir sin un guardián y con una buena razón. No podré ir a casa para el verano, y quizá nunca más. Tenía la esperanza de... hablar con usted, al respecto."
Hubo una larga pausa.
El Profesor de Defensa exhaló un aliento como un pequeño suspiro, y dijo, "Simplemente tendremos que confiar en el conocido hecho de que la Subdirectora matará personalmente a cualquiera que intente reportarme. Sr. Potter, tengo la intención de mantener esta conversación encaminada para que podamos concluir con premura, ¿lo ha entendido?"
Harry asintió, y -
Bajo la luz de una sola antorcha, ensombrecida hacia el final rojizo del espectro óptico, las escamas verdes de la serpiente tenían poco lustre, y menos aún las vendas de blanco y azul. Oscura parecía la serpiente, bajo esa luz. Los ojos, que habían parecido pozos grises antes, ahora reflejaban la luz de la antorcha, y parecían más brillantes que el resto de la serpiente.
"Entoncess," silbó la criatura venenosa. "¿Qué desseass decir?"
Y Harry siseó, "El Director cree que el anterior Sseñor de la mujer ess el que la robó de prissión."
Harry había pensado sobre todo en este ocasión, y cuidadosamente, antes de haber decidido que revelaría al Profesor Quirrell únicamente que el Director creía eso; y no pronunciaría nada sobre la profecía que había lanzado a Voldemort contra los padres de Harry, ni que el Director estaba reconstruyendo la Orden del Fénix... era un riesgo, un riesgo significativo, sin embargo Harry necesitaba un aliado en esto.
"¿Él cree que esse esstá con vida?" la serpiente finalmente habló. La dividida, bifurcada lengua chasqueó rápidamente de un lado a otro, sardónica y serpentina risa. "De algún modo no esstoy ssorprendido."
"Ssí," Harry siseó con sequedad, "muy divertido, esstoy sseguro. Excepto que ahora esstoy atrapado en Hogwartss por loss ssiguientess sseiss añoss, ¡por sseguridad! He decidido que, en efecto, busscaré poder; y esstar confinado no me ayuda en esso. Debo convencer al Director que el Sseñor Osscuro no ha desspertado todavía, que esscape fue el trabajo de otro poder -"
De nuevo el veloz chasquido de la lengua de la serpiente; la risa serpentia fue más fuerte, más seca, en esta ocasión. "Esstupidez de amateur."
"¿Dissculpe?" siseó Harry.
"Vess equivocación, pienssass en desshacer, reiniciar el tiempo para volver a empezar. Aún assí ni ssiquiera el reloj de arena puede desshacer el tiempo. En cambio debe moversse hacia adelante. Ussted pienssa en convencer a otross de que esstán equivocadoss. Mucho máss fácil ssería convencerloss de que esstán en lo correcto. Assí que conssidera, niño: ¿qué nueva ocurrencia haría que el director decidiera que esstáss sseguro una vez máss, avanzando ssimultáneamente en tus otrass agendass?"
Harry contempló a la serpiente, confundido. Su mente intentando comprender y revelar el acertijo -
"¿No ess obvio?" silbó la serpiente. Otra vez la lengua chasqueó en sardónica risa. "Para liberarte a ti missmo, para obtener poder en Bretaña, ussted debe sser vissto derrotando al Sseñor Osscuro."

...

Bajo la parpadeante luz de antorcha rojiza anaranjada, una serpiente verde oscilaba sobre una cama blanca de hospital, mientras el niño miraba fijamente dentro de sus ojos ámbar.
"Assí," Harry siseó finalmente. "Vamoss a esstar claross ssobre lo que ha ssido propuessto. Ussted ssugiere que pongamoss un imposstor para impersonar al Sseñor Osscuro."
"Algo assí. La mujer que resscatamoss cooperará, debería sser máss convincente cuando ella ssea vissta a ssu lado." Más chasquidos de lengua sardónicos. "Ussted ess ssecuesstrado de Hogwartss hacia una localización pública, muchoss tesstigoss, barrerass mágicass para mantener a loss protectoress por fuera. Sseñor Osscuro da el anuncio de que finalmente ha recobrado forma físsica, trass haber errado como esspíritu durante añoss; dice que ha ganado un poder aún máss grande que antess, que ni ssiquiera tú puedess detenerlo ahora. Te ofrece tener un duelo nuevamente. Invocass el Encantamiento guardián, Sseñor Osscuro sse ríe de ti, afirma que él no ess ningún come-vidass. Lanza Maldición Assessina ssobre ti, tú bloqueass, los esspectadoress ven al Sseñor Osscuro explotar -"
"¿Lanza Maldición Assessina?" Harry siseó incrédulo. "¿Hacia mí? ¿Una vez máss? ¿Una ssegunda vez? Nadie creería que el Sseñor Osscuro possiblemente podría sser assí de esstúpido -"
"Tú y yo ssomoss las únicass doss perssonass en el paíss que noss daríamoss cuenta de esso," silbó la serpiente. "Créeme en éssto, niño."
"¿Qué tal ssi hay una tercera, algún día?"
La serpiente osciló pensativamente. "Podría esscribir diferente guión, ssi lo desseass. Cualquier esscenario, podría dejar abierta possibilidad de que el Sseñor Osscuro regrese una vez máss - la nación debe creer que ssiguen dependiendo de ti para protegerloss."
Harry contempló las vacilantes profundidades rojas en los ojos de la serpiente.
"¿Bueno?" silbó la oscilante forma.
El pensamiento obvio era que seguir con las tramas y engaños del Profesor de Defensa una segunda vez, girando incluso una vez más una mentira complicada para cubrir el primer error, y crear otra vulnerabilidad fatal si alguien llegaba a descubrir la verdad alguna vez, sería exactamente el mismo tipo de estupidez putativa del Señor Oscuro usando la Maldición Asesina de nuevo. Ni siquiera requirió que su lado Hufflepuff lo tuviera que señalar, Harry lo pensó con su propia voz mental.
Sin embargo también había un cierto cuestionamiento sobre si la moraleja apropiada a aprender de la última experiencia era decir no inmediatamente al Profesor de Defensa, o...
"Penssaré al resspecto," siseó Harry. "No ressponderé de inmediato, essta vez, enumerare riessgoss y beneficioss primero -"
"Entiendo," silbó la serpiente. "Pero recuerda essto, niño, otross eventoss procederán ssin ti. La vacilación ssiempre es fácil, rara vez útil."

...

El niño emergió del cuarto privado hacia la enfermería principal, dedos nerviosos recorriendo a través de su despeinado cabello negro mientras pasaba a un lado de las camas blancas, ocupadas y desocupadas.
Poco después, el niño emergió de la enfermería de Hogwarts por entero, pasando al lado de Madam Pomfrey y saludandola distraídamente con la cabeza.
El niño salió del corredor, luego hacia un corredor más largo, y luego se detuvo y se apoyó contra la pared.
La cosa era que...
...él realmente no quería estar atrapado en Hogwarts por los próximos seis años; y cuando lo considerabas...
... el Incidente con Rescatando a Bellatrix De Azkaban no estaba solamente imponiendo costos sobre Harry. Otras personas sufrirían, viviendo en temor del regreso del Señor Oscuro, gastando recursos desconocidos para tomar precauciones desconocidas. Harry podía demandar que escribieran el guión de tal manera que no pareciera plausible que el Señor Oscuro fuera a regresar una tercera vez. Y entonces las personas vivirían relajadas, todo habría terminado.
A menos que por supuesto de hecho hubiera un Señor Oscuro ahí afuera para ser temido. Había una profecía después de todo.
El niño apoyándose contra la pared suspiró suavemente, y empezó a caminar de nuevo.
Harry casi lo había olvidado, pero había logrado mostrar al Profesor Quirrell la baraja de cartas que le había sido dada el Domingo en la noche por 'Papá Noel', dentro del cual en teoría el Rey de Corazones era un traslador que lo llevaría al Instituto de las Brujas de Salem en América. Aunque por supuesto Harry no le contó al Profesor Quirrell quién le había enviado la carta, ni qué se suponía que hacía, antes de pedir al Profesor Quirrell si era posible saber a dónde lo llevaría el traslador.
El Profesor de Defensa se había transformado de vuelta a forma humana, y examinó el Rey de Corazones, tocándolo un par de veces con su varita.
Y de acuerdo al Profesor Quirrell...
...el traslador enviaría al usuario a algún lugar de Londres, sin embargo no podía precisar más que eso.
Harry le había mostrado al Profesor Quirrell la nota que había acompañado la baraja de cartas, sin mencionar nada sobre las notas anteriores.
El Profesor Quirrell le echó una ojeada, soltó una seca carcajada, y observó que si leías la nota cuidadosamente, no decía explícitamente que el traslador lo llevaría al Instituto de las Brujas de Salem.
Necesitabas aprender a poner atención a ese tipo de sutilezas, dictaminó el Profesor Quirrell, si querías ser un mago poderoso cuando crecieras; o, en efecto, si querías tan siquiera llegar a crecer.
El niño suspiró otra vez mientras arrastraba los pies hacia las clases.
Estaba comenzando a preguntarse si todas las escuelas mágicas también eran así, o si solamente Hogwarts era la que tenía un problema.

Capítulo 64             Capítulo 66



NOTA DEL TRADUCTOR

El siguiente capítulo debería estar listo en una semana, no es muy largo. Cruzo los dedos para que no haya imprevistos.

Agradecimientos a Natalia MerVel, AlenDarkStar y Gashicalmy por sus comentarios. La verdad pasé un buen rato con vuestras teorías, algunas muy locas y otras peligrosamente cerca de verdades futuras. (Insertar risa malévola)

Mi propio libro “El Cazador” o The Hunter“ en inglés será publicado próximamente y eso desde luego me tiene muy dichoso. ¡Les recomiendo descargar la app de Living a Book para que lo puedan ver en cuanto aparezca!

En mi blog ya puede verse la primera imagen promocional como imagen de fondo. ¡Diego Robledo es un gran ilustrador!

Creo que eso es todo por ahora. Sobre el capítulo en sí mismo no me ocurre qué comentar, excepto que ese Quirrell es un caso aparte.

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