Capítulo 107 Capítulo 109
Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad
Observador de las estrellas por Chaos Legion |
Capítulo 108: La verdad, Parte 5, Respuestas y Acertijos
El Profesor de Defensa había puesto un caldero, haciéndolo flotar con un movimiento de varita hasta que quedó donde él quiso, con otro movimiento encendió un fuego por debajo del caldero. Un breve movimiento circular del dedo del Profesor de Defensa había dado vida a un largo cucharón, y había continuado revolviendo el caldero sin ser sostenido. Ahora el Profesor de Defensa estaba midiendo una pila de flores que estaban en un gran envase, que Harry supuso eran campanulas; los pétalos índigo parecían brillar bajo la luz blanca de las paredes, y se curvaban para dentro de un modo que dio la impresión de que deseaban privacidad. Las primeras flores fueron añadidas a la poción con prontitud, y luego el contenido del caldero se fue revolviendo por sí mismo.
El Profesor de Defensa asumió una posición desde la cual podía ver a Harry al girar su cabeza ligeramente, y Harry supo que estaba dentro de la visión periférica del Profesor de Defensa.
En la esquina un fénix de Fuego Endemoniado aguardaba, algo de la piedra a su alrededor empezó a resplandecer al irse derritiendo velozmente. Las alas ardientes despedían una luz escarlata que daba a todo en el cuarto un tinte sangriento, y reflejaban chispas en los cristales.
"Se desperdicia el tiempo," declaró el Profesor Quirrell. "Realiza tus preguntas ahora, si es que las tienes."
Por qué, Profesor Quirrell, por qué, por qué tiene que ser así, por qué tiene que convertirse a sí mismo en un monstruo, por qué el Señor Voldemort, sé que podría no querer las mismas cosas que yo, pero no puedo imaginar que usted quiera que este sea el mejor camino para salirse con la suya...
Eso era lo que el cerebro de Harry quería saber.
Lo que Harry necesitaba saber era... alguna manera de averiguar lo que estaba por venir. Sin embargo el Profesor de Defensa había dicho que no iba a hablar de sus planes futuros. De por sí era bastante extraño que el Profesor de Defensa estuviera dispuesto a hablar sobre cualquier cosa, eso tenía que contradecir una de sus Reglas...
"Estoy pensando," Harry dijo en voz alta.
El Profesor Quirrell sonrió ligeramente. Estaba usando un matraz para moler el primer ingrediente mágico de la poción, un fulgurante hexágono rojo. "Yo lo comprendo bastante," comentó el Profesor de Defensa. "Pero no lo pienses demasiado tiempo, niño."
Objetivos: Prevenir que el Señor Voldemort le haga daño a las personas, encuentra una manera de poderlo matar o neutralizar, pero primero debes obtener la Piedra y resucitar a Hermione...
...convence al Profesor Quirrell de PARAR ESTO...
Harry tragó saliva, ahogando la emoción, intentando no permitir que el agua llegara hasta sus ojos. Las lágrimas probablemente no iba a provocar una impresión favorable en el Señor Voldemort. El Profesor Quirrell ya estaba frunciendo el ceño, aunque desde la dirección de su mirada él estaba examinando una hoja colorada con vividas capas de blanco, verde, y púrpura.
No había ningún modo obvio de alcanzar ninguna de las metas, no todavía. Todo lo que Harry podía hacer era realizar las preguntas que parecieran más probables para obtener información útil, incluso si Harry ni siquiera tenía un plan todavía.
¿Así que nada más lo vamos a interrogar sobre lo que parezca más interesante? inquirió el lado Ravenclaw de Harry. Apoyo eso por completo.
Cállate, Harry le espetó a la voz; y luego, tras mayor reflexión, decidió que ya no estaba pretendiendo que esa voz estaba ahí.
Cuatro temas vinieron a la mente de Harry como prioritarios desde el punto de vista de la curiosidad sobre cosas importantes. Cuatro preguntas, entonces, cuatro puntos mayores, para intentar encajar mientras la poción era fabricada.
Cuatro preguntas...
"Hago mi primera pregunta," Harry inició. "¿Qué sucedió realmente en la noche del 31 de Octubre, 1981?" Por qué fue esa noche diferente de las otras noches... "Me gustaría la historia entera, por favor."
La cuestión de cómo y por qué el Señor Voldemort había sobrevivido a su aparente muerte parecía probablemente importante para la planeación futura.
"Esperaba que fueras a preguntar eso," el Profesor Quirrell dijo, dejando caer una campanula y una resplandeciente piedra blanca dentro de la poción. "Para empezar, todo lo que te conté sobre el hechizo horrocrux es verdadero; como deberías haberte dado cuenta, puesto que lo expliqué en Lengua Parsel."
Harry asintió.
"Segundos después de aprender los detalles del hechizo, percibiste la falla central, y te preguntaste cómo podía ser mejorado el hechizo. ¿Crees que el joven Tom Riddle era diferente a ti?"
Harry sacudió su cabeza.
"Bueno, pues lo era," afirmó el Profesor Quirrell. "Cada vez que me siento tentado a caer en la desesperación por ti, me recordé a mí mismo que yo era el doble de idiota cuando tenía tu edad. Cuando tenía quince años hice un horrocrux como cierto libro me había enseñado, usando la muerte de Abigail Myrtle bajo los ojos del basilisco de Slytherin. Planeé hacer un nuevo horrocrux cada año tras salir de Hogwarts, y decidí que ese fuera mi plan de respaldo en caso de que mis otras esperanzas de inmortalidad no rindieran frutos. En retrospectiva, el joven Tom Riddle estaba buscando una aguja en un pajar. El pensamiento de hacer un horrocrux mejor, de no estar contento con el hechizo que ya había aprendido... este pensamiento no se me ocurrió hasta que tuve una idea sobre la estupidez de la gente ordinaria, y me di cuenta de cuáles de sus tonterías había imitado. Pero a su debido momento aprendí el hábito que heredaste de mí, cuestionar en cada instancia cómo se podría hacer mejor. ¿Estar contento con el hechizo que había aprendido en un libro, cuando no tenía más que un pequeño parecido a lo que yo realmente deseaba? ¡Absurdo! Así que me propuse desarrollar un hechizo mejor."
"¿Tienes verdadera inmortalidad, ahora?" Harry era consciente de que, incluso con todo lo demás que estaba pasando, esta era una pregunta más importante que la guerra y la estrategia.
"En efecto," respondió el Profesor Quirrell. Detuvo su trabajo con la Poción y se giró para ver a Harry a los ojos; había una expresión de exaltación en ese rostro que Harry nunca había visto antes. "En todas las Artes Oscuras que pude hallar, en todos los secretos interdictos al cual el Monstruo de Slytherin me dio acceso, en todo el conocimiento oculto recordado entre los magos, nada más encontré pistas e insinuaciones de lo que yo necesitaba. Así que yo lo renové y yo lo inventé, y desarrollé un nuevo ritual basado en nuevos principios. Mantuve ese ritual ardiendo en mi mente durante años, haciéndolo perfecto en mi imaginación, cuestionando su significado y haciendo ajustes apropiados, esperando que la intención fuera estable. Al fin me atreví a invocar mi ritual, un ritual de sacrificio inventado, basado en un principio sin comprobar por toda la magia conocida. Y yo viví, y aún vivo." El Profesor de Defensa habló muy triunfante, como si pensara que el acto en sí mismo era tan grande que ninguna palabra jamás sería capaz de hacerle justicia. "Todavía utilizo la palabra 'horrocrux', aunque solamente por algo sentimental. Es una cosa enteramente nueva, la más grande de todas mis creaciones."
"Como una de las preguntas que prometió responder, le preguntó cómo lanzar ese hechizo," Harry demandó.
"Denegado." El Profesor de Defensa se giró de vuelta a su poción, dejando caer un puñado de pluma blanca y una campanula. "Había pensado tal vez enseñarte cuando fueras mayor, pues ningún Tom Riddle estaría satisfecho con menos que eso; sin embargo he cambiado de opinión."
La memoria era algo difícil de llamar, a veces, y Harry había estado intentando recordar si el Profesor Quirrell había mencionado algún indicio sobre este tema antes. Algo sobre la frase del Profesor Quirrell encendió una memoria: Quizá te lo cuente cuando seas mayor...
"Todavía hay objetos físicos para tu inmortalidad," Harry pronunció en voz alta. "Al menos mantiene eso del hechizo horrocrux anterior, que es otra razón por la que aún los llamas horrocrux." Era peligroso decir eso en voz alta, pero Harry necesitaba saber. "De estar equivocado, siempre lo puede negar en Lengua Parsel."
El Profesor Quirrell estaba sonriendo maliciosamente. "Tu deducción ess correcta, niño, aunque esso no te ssirve para nada."
Infortunadamente, esa no era una vulnerabilidad difícil de cubrir para un Enemigo inteligente. Normalmente Harry no habría dicho lo que estaba apunto de decir, en caso de que el Enemigo no hubiese pensado en ello por su cuenta, pero en este caso el Enemigo ya lo había hecho. "Un horrocux tirado en un volcán activo, con algún tipo de peso para que se hunda hasta el manto de la Tierra," Harry habló con pesadez. "El mismo lugar en que consideré tirar un Dementor si no lo podía destruir. Y entonces usted me preguntó en qué otro lugar escondería yo algo si no quisiera que nadie más lo volviera a encontrar jamás. Un horrocrux enterrado varios kilómetros, en un anónimo metro cúbico de la corteza de la Tierra. Un horrocrux lo tiró en la Fosa de las Marianas. Un horrocrux flotando muy alto en la estratosfera, transparente. Incluso usted no sabe en dónde están, porque Desmemorizó los detalles exactos de su memoria. Y el último horrocrux es la placa del Pioneer 11 que usted modificó al meterse a la NASA. Así es como obtiene la imagen de las estrellas, cuando lanza este hechizo de luz estelar. Fuego, tierra, agua, aire, vacío." Algo de un acertijo, el Profesor de Defensa lo había llamado, y por lo tanto Harry lo había recordado. Algo de un Riddle.
"En efecto," confirmó el Profesor de Defensa. "Me sorprendí un poco cuando lo recordaste tan rápido, aunque supongo que no hace diferencia alguna; los cinco están más allá de mi alcance, o el tuyo."
Eso podría no ser cierto, especialmente si había alguna manera de rastrear la conexión mágica y determinar la localización... aunque era de presumir que Voldemort había hecho su mejor esfuerzo para ocultar dicho rastro ... pero lo que la magia había hecho, la magia podría ser capaz de derrotar. El Pioneer 11 podría estar lejos para los estándares de los magos, sin embargo la NASA sabía exactamente dónde estaba, y probablemente era mucho más fácil de alcanzar si podías usar magia para decir a la ecuación de cohete de Tsiolkovsky que se fuera a dar un paseo...
Una repentina nota de preocupación invadió la mente de Harry. No había regla diciendo que el Profesor de Defensa necesitaba haber dicho la verdad sobre cuál sonda interestelar había convertido en horrocrux, y si Harry recordaba correctamente, la comunicación y ubicación de la sonda Pioneer 10 se había perdido poco después de volar cerca de Júpiter.
¿Por qué el Profesor Quirrell no había convertido ambas en un horrocrux?
El siguiente pensamiento obvio cayó sobre Harry. Era algo que no debía ser sugerido, si el Enemigo no lo había considerado. Pero parecía extremadamente probable que el Enemigo ya lo hubiese pensado.
"Ressponda, maesstro," Harry siseó, "¿desstruir essoss cinco objetoss lo assessinaría?"
"¿Por qué preguntass?" siseó el Profesor de Defensa, con un ritmo en el siseó que la Lengua Parsel tradujo como diversión serpentina. "¿Acasso ssospechass que la resspuessta ess no?"
Harry no sabía cómo contestar, aunque tenía la tremenda sospecha de que de todos modos no importaba.
"Tu ssospecha ess correcta, niño. Desstruir aquelloss cinco no me va a volver mortal."
La garganta de Harry volvió a ponerse seca. Si el hechizo no tenía un costo desastroso asociado... "¿Cuántoss máss objetoss consstruyó?"
"Ordinariamente no lo diría, pero ess claro que ya lo hass adivinado." La sonrisa del Profesor de Defensa se hizo más ancha. "La resspuessta ess que no lo ssé. Dejé de contar desspuéss de loss ciento ssiete. Ssimplemente lo convertí en un hábito cada vez que mataba a alguien en privado."
Más de ciento siete asesinatos, en privado, antes de que el Señor Voldemort hubiese dejado de contar. Y noticias todavía peores - "¿Tu hechizo de inmortalidad aún requiere una muerte humana? ¿Por qué?"
"Gran creación mantiene la vida y magia dentro de disspossitivoss creadoss al ssacrificar vida y magia de otross." Otra vez la risa de serpiente. "Me gusstó tanto la desscripción falssa del previo hechizo horrocrux, tan decepcionado cuando me di cuenta de la verdad, penssamientoss de verssión mejorada ssalieron de esse modo."
Harry no estaba seguro de por qué el Profesor de Defensa le estaba dando toda esta información de vital importancia, sin embargo tenía que haber una razón, y eso lo estaba poniendo nervioso. "Así que realmente eres un espíritu incorpóreo poseyendo a Quirinus Quirrell."
"Ssí. Regressaré pronto, ssi esste cuerpo ess assessinado. Esstaré muy molessto, y vengativo. Te comunico esto, niño, para que no intentes hacer nada estúpido."
"Lo comprendo," Harry dijo. Hizo lo mejor para organizar sus pensamientos, recordar lo que quería preguntar a continuación, mientras el Profesor de Defensa volvió a poner sus ojos sobre su poción. La mano izquierda del hombre estaba desmenuzando caparazones de mar aplastados sobre el caldero, mientras su mano derecha dejó caer otra campanula. "¿Entonces qué pasó el 31 de Octubre? Usted... intentó convertir al bebé Harry Potter en un horrocrux, ya fuera del antiguo tipo o del nuevo. Usted lo hizo deliberadamente, porque le dijo a Lily Potter," Harry respiró profundamente. Ahora que sabía por qué los escalofríos estaban ahí, los podía soportar. "Muy bien, acepto tu trato. Tú mueres, y el niño vive. Ahora tira tu varita para que pueda matarte." En retrospectiva, era claro que Harry había recordado ese evento principalmente desde la perspectiva del Señor Voldemort, y únicamente al final la había visto a través de los ojos de Harry Potter bebé. "¿Qué fue lo que hizo? ¿Por qué lo hizo?"
"La profecía de Trelawney," el Profesor Quirrell respondió. Su mano tocó suavemente una campanula con una tira de cobre antes de introducirla. "Pasé largos días meditando, después de que Snape me trajo la profecía. Las profecías nunca son cosas triviales. Y cómo lo podría explicar de tal modo que no te haga pensar cosas estúpidas... bueno, tendré que decirlo, y si te comportas como un estúpido voy a molestarme. Estaba fascinado por la afirmación de la profecía de que alguien sería mi igual, porque podría significar que esa persona sería capaz de tener una conversación inteligente conmigo. Tras cincuenta años de estar rodeado por la estupidez más demente, ya no me importaba si mi reacción podría ser considerada un cliché literario. No iba a dejar pasar esa oportunidad sin reflexionar antes. Y entonces, verás, yo tuve una idea ingeniosa." El Profesor Quirrell suspiró. "Se me ocurrió una manera de cumplir la Profecía por mi mano, para mi propio beneficio. Iba a marcar al bebé como mi igual al invocar el antiguo hechizo horrocrux de tal modo que mi espíritu fuera a quedar impreso sobre la hoja en blanco que era el bebé; sería una copia más pura de mí, puesto que no habría una personalidad anterior para mezclarse con la nueva. Algunos años después, cuando me hubiese aburrido de gobernar Bretaña y pasado a otras cosas, iba a acordar con el otro Tom Riddle para que pareciera que me había vencido, y él gobernaría sobre la Bretaña que había salvado. Jugaríamos esa partida entre nosotros por siempre, manteniendo nuestras vidas interesantes en medio de un mundo de tarados. Sabía que un dramaturgo habría predicho que los dos íbamos a terminar destruidos el uno al otro; pero reflexioné mucho al respecto, y decidí que ambos simplemente íbamos a declinar jugar ese drama. Esa fue mi decisión y estaba confiado en que sería de ese modo; ambos Tom Riddle, pensé, serían demasiado inteligentes para recorrer ese camino verdaderamente. La profecía parecía indicar que si destruía todo excepto un remanente de Harry Potter, entonces nuestros espíritus no serían tan diferentes, y podríamos existir en el mismo mundo."
"Algo resultó mal," Harry concluyó. "Algo que hizo explotar el techo de la casa de los Potter en el Valle de Godric, me dio la cicatriz sobre mi frente, y dejó tu cuerpo carbonizado."
El Profesor Quirrell asintió. Sus manos casi habían dejado de preparar la Poción. "La resonancia en nuestra magia," El Profesor Quirrell dijo en voz baja. "Cuando hube moldeado el espíritu del bebé a semejanza mía..."
Harry recordó el momento en Azkaban cuando la Maldición Asesina del Profesor Quirrell se había estrellado con su Patronus. El ardor, la agonía desgarradora en su frente, como si su cabeza hubiese estado apunto de partirse en dos.
"No puedo contar las veces que he pensado sobre esa noche, repasando mi error, pensando en cosas más sabias que pude haber hecho," continuó el Profesor Quirrell. "Después decidí que tendría que haber soltado mi varita de mi mano y cambiado a mi forma de Animago. Pero esa noche... esa noche, por instinto intenté controlar la fluctuación caótica de mi magia, incluso mientras me sentía a mí mismo quemándome desde adentro. Esa fue la decisión equivocada, y fracasé. Por lo que mi cuerpo fue destruido, al tiempo que borraba la mente infante de Harry Potter; ambos destruyendo al otro excepto en un pequeño remanente. Y entonces..." La expresión del Profesor Quirrell fue controlada. "Y entonces, cuando recuperé la consciencia dentro de mis horrocrux, resultó que mi más grande creación no funcionó como yo esperaba. Tendría que haber sido capaz de flotar libre de mis horrocrux y poseer a cualquier víctima que me diera su consentimiento, o que fuera demasiado débil para rehusarse. Esa fue la parte de mi creación que falló en su objetivo. Al igual que con el hechizo horrocrux original, únicamente sería capaz de entrar a una víctima que tuviera contacto físico con un horrocrux... y yo había escondido mis horrocrux sin numerar en lugares donde nadie sería capaz de hallarlos. Tu instinto es correcto, este no sería un buen momento para reírse."
Harry permaneció muy callado.
La fabricación de la Poción había llegado a una pausa temporal, un espacio donde no se añadían más ingredientes y se dejaba el caldero hervir por un tiempo. "Pasé la mayor parte de mi tiempo contemplando las estrellas," el Profesor Quirrell prosiguió, con voz más baja. El Profesor de Defensa le había dado la espalda a la poción, y fijado su mirada sobre las iluminadas paredes blancas del cuarto. "Mi única esperanza eran los horrocrux que había escondido en la idiotez sin remedio de mi juventud. Imbuidos en antiguos guardapelos, en vez de pedruscos anónimos; guardados bajo fuentes de veneno en el centro de un lago de Inferi, en vez de trasladarlos dentro del mar. si alguien hallaba alguno de esos, y penetraba sus protecciones ridículas... sin embargo eso parecía una esperanza distante. No estaba seguro de que fuera a volver a tener un cuerpo. Aún así era inmortal. El peor de todos los destinos había sido evitado, mi gran creación al menos había logrado eso. Me quedaba poca esperanza, y poco temor. Decidí que no me iba a enloquecer, ya que no parecía haber ventaja en ello. En vez de eso, observé las estrellas y pensé, mientras el Sol iba disminuyendo lentamente detrás de mí. Reflexioné sobre los errores de mi vida pasada; eran tantos, ante esa perspectiva. En mi imaginación construí poderosos nuevos rituales que podría intentar, si era libre de usar mi magia una vez más, y ahora confiado en mi inmortalidad. Contemplé antiguos acertijos con mayor profundidad que antes, pues ahora sí había conocido la verdadera paciencia. Sabía que si me ganaba la libertad, sería mucho más poderoso que en mi vida anterior; aunque la mayor parte de mí ya no esperaba ser libre." El Profesor Quirrell volvió a encarar la poción. "Nueve años y cuatro meses después de esa noche, un aventurero errante llamado Quirinus Quirrell superó las protecciones de uno de mis primeros horrocrux. El resto ya lo sabes. Y ahora, niño, bien podrías decir lo que ambos sabemos que estás pensando."
"Pues," Harry dudó. "No parece como algo muy inteligente para pronunciar -"
"En efecto, Sr. Potter. No es algo astuto para decirme. Ni siquiera un poco. En lo más mínimo. Pero yo sé que usted lo está pensando, y lo va a seguir pensando y yo lo voy a seguir sabiendo hasta que usted lo diga. Así que hable."
"Entonces. Pues. Me doy cuenta que esto es algo que es más obvio de concluir que de predecir, y ciertamente no estoy sugiriendo que intente corregir el error ahora, pero si es un Señor Oscuro que escucha sobre un niño que hace parte de una profecía para derrotarlo, hay un cierto hechizo que no se puede bloquear, imparable, y que siempre funciona en cualquier cosa con un cerebro -"
"Sí gracias Sr. Potter se me ha ocurrido ese pensamiento varias veces los últimos nueve años." El Profesor Quirrell cogió otra campanula y la empezó a desmenuzar dentro de su puño. "Hice ese el principio central de mi curriculum de Batalla Mágica tras haberlo aprendido del modo difícil. No era la primera Regla de la lista del Tom Riddle más joven. Solamente con la dura experiencia aprendemos qué principios tienen prioridad sobre otros principios; como meras palabras todas suenan igualmente persuasivas. En retrospectiva habría sido mejor enviar a Bellatrix al hogar de los Potter en vez de ir yo en persona; sin embargo tenía una Regla diciéndome que debía encargarme de tales asuntos por mí mismo y no intentar enviar a mis tenientes de confianza. Sí, consideré la Maldición Asesina; pero me pregunté si lanzar la Maldición Asesina sobre un infante haría que la maldición fuera a rebotar y me iba a golpear de algún modo, cumpliendo así la profecía. ¿Cómo lo iba a saber?"
"Entonces usar un hacha, es difícil que le rebote un hechizo de profecía cumplida con un hacha," Harry dijo y luego se calló.
"Yo decidí el camino más seguro para cumplir la profecía en mis propio términos," el Profesor Quirrell explicó. "Sobra decir, la próxima vez que escuche una profecía que no me guste, la voy a hacer pedazos en cada punto posible de intervención, en vez de seguir su corriente." El Profesor Quirrell estaba aplastando una rosa para exprimir su jugo, todavía usando su puño. "Y ahora todos creen que el Niño-Que-Vivió es de alguna manera inmune a la Maldición Asesina, aún cuando las Maldiciones Asesinas no destruyen casas ni dejan cuerpos achicharrados por ahí, porque no se les ha ocurrido que el Señor Voldemort podría haber usado otro hechizo."
De nuevo Harry guardó silencio. Se le ocurrió a Harry que había otra manera obvia en que el Señor Voldemort podría haber evitado su error. Algo que podría haber sido más fácil de ver desde una crianza Muggle, en vez de la manera de los magos de ver las cosas.
Harry todavía no había decidido comunicar su pensamiento al Profesor Quirrell; había ventajas y desventajas en señalar ese error en particular.
Tras un rato el Profesor Quirrell cogió el siguiente ingrediente de la Poción, una hebra de lo que se veía como pelo de unicornio. "Te voy a hacer una advertencia," prosiguió el Profesor Quirrell. "No tengas la expectativa de que voy a ser demorado otros nueve años, si de alguna manera destruyes este cuerpo. Ya he ubicado más de un horrocrux en mejores lugares, y ahora hasta eso es innecesario. Gracias a ti, descubrí dónde hallar la Piedra de la Resurrección. La Piedra de la Resurrección no trae de vuelta a los muertos, por supuesto; sin embargo contiene una magia más antigua que la mía para proyectar la esencia de un espíritu. Y ya que yo soy aquel que ha derrotado la muerte, la Reliquia de Cadmus me ha reconocido como su maestro, y ha respondido a mi voluntad. Ya la he incorporado dentro de mi más grande creación." El Profesor Quirrell sonrió ligeramente. "Hace muchos años que consideré convertir ese dispositivo en un horrocrux, pero en su momento no lo hice, ya que me di cuenta que el anillo tenía magia de naturaleza desconocida... ah, tales son las ironías que la vida juega sobre nosotros. Pero divago. Tú, niño, tú provocaste eso, tú liberaste mi espíritu para volar a donde le plazca y seducir a la víctima más oportuna, al ser demasiado casual con tus secretos. Es una catástrofe para cualquiera que se me oponga, y tú lo causaste con un dedo empapado de té. Este mundo sería un lugar más seguro para los demás, si hubieses aprendido la rectitud que los hijos de magos absorben en su niñez. Y todo essto que acabo de decir ess la verdad."
Harry cerró sus ojos, y su propia mano le hizo un masaje sobre su frente; si él se hubiese podido contemplar desde lejos, se habría dado cuenta que era como ver un espejo del Profesor Quirrell al pensar profundamente.
El problema de derrotar al Profesor Quirrell parecía cada vez más difícil, incluso para los estándares de problemas imposibles que Harry ya había resuelto. Si comunicar esa dificultad era lo que el Profesor Quirrell estaba intentando lograr, estaba teniendo éxito. Harry estaba comenzando a considerar seriamente la posibilidad de que podría ser mejor ofrecerse a gobernar Bretaña como el delegado no-homicida de Voldemort, si el propio Profesor Quirrell se comprometía a dejar de matar personas todo el tiempo. Al menos de vez en cuando.
Aunque no parecía probable que eso fuera a suceder.
Harry se quedó mirando sus manos, desde el suelo en el cual se había sentado, sintiendo tristeza cubierta por desesperación. El Señor Voldemort que le había dado a Harry su lado oscuro había pasado tanto tiempo pensando las cosas y reflexionando sobre sus propios procesos mentales... y había emergido como el calmado, de mente despejada, y aún homicida Profesor Quirrell.
El Profesor Quirrell añadió un puñado de pelo brillante a la poción de refulgencia, y eso le recordó a Harry que el tiempo continuaba en movimiento; los mechones de cabello brillante eran más raros que las campanulas.
"Voy a hacer mi segunda pregunta," Harry solicitó. "Cuénteme sobre la Piedra Filosofal. ¿Hace algo aparte de hacer las Transformaciones permanentes? ¿Es posible hacer más Piedras, y por qué es ese problema tan difícil?"
El Profesor Quirrell estaba doblado sobre la poción, y Harry no pude observar su cara. "Muy bien, te revelaré la historia de la Piedra como la he inferido yo. El único y verdadero poder de la Piedra es la imposición de permanencia, convertir una forma temporal en una substancia verdadera y perdurable - un poder absoluto más allá de los hechizos ordinarios. Conjuros como el del castillo de Hogwarts son mantenidos por un ingreso constante de magia. Incluso los Metamorfomagos no pueden manifestar uñas de oro que puedan cortar y luego vender. Existe la teoría de que la maldición de los Metamorfomagos meramente acomoda la substancia de su propia carne, como un herrero Muggle manipulando hierro con tenazas y martillo; y su cuerpo no contiene oro. Si el propio Merlín era capaz de crear oro de la nada, la historia no lo registró así. Por lo que la Piedra, podemos deducir incluso antes de investigar, debe ser una cosa muy antigua en efecto. En contraste, Nicolás Flamel apenas ha sido conocido por el mundo desde hace seis siglos. Hazme la siguiente pregunta obvia de realizar, niño, si tu deseo fuera rastrear la historia de la Piedra."
"Pues," Harry reflexionó. Frotó su frente, concentrado. Si la Piedra era antigua, pero el mundo sólo había conocido a Nicolás Flamel desde hace seis siglos... "¿Hubo algún otro mago de larga vida que hubiese desaparecido alrededor del mismo tiempo en que Nicolás Flamel apareció?"
"Cerca," declaró el Profesor Quirrell. "¿Recuerdas que hace seis siglos hubo una Dama Oscura llamada imperecedera, la hechicera Baba Yaga? Se decía que era capaz de sanar cualquier herida que le hicieran, cambiar su figura en cualquier forma que ella quisiera... ella poseía la Piedra de la Permanencia, obviamente. Y luego un año Baba Yaga accedió a enseñar Batalla Mágica en Hogwarts, bajo un antiguo y respetado pacto." El Profesor Quirrell parecía... enojado, una expresión que Harry rara vez le había visto. "Pero nadie se fiaba de ella, por lo que se invocó una maldición. Algunas maldiciones son más fáciles de invocar cuando te atan a ti y a otros por igual; la maldición de la Lengua Parsel de Slytherin es un ejemplo de tal caso, la firma de Baba Yaga, y las firmas de cada estudiante y profesor de Hogwarts, fueron puestas dentro de un antiguo dispositivo conocido como el Cáliz de Fuego. Baba Yaga juró no derramar una gota de sangre de los estudiantes, ni tomar de los estudiantes nada que les perteneciera. A cambio, los estudiantes juraron no derramar una gota de sangre de Baba Yaga ni tomar nada que le perteneciera a ella. Así que todos firmaron, con el Cáliz de Fuego como testigo para castigar al trasgresor."
El Profesor Quirrell cogió un nuevo ingrediente, una hebra suelta de oro envuelta alrededor de cuatro sustancias de aspecto fétido. "Entrando a su sexto año de Hogwarts, entonces, hubo una bruja llamada Perenelle. Y aunque Perenelle recién había entrado en la belleza de su juventud, su corazón ya era más oscuro que el de la propia Baba Yaga -"
"¿Usted la está llamando malvada a ella?" Harry interrumpió, luego cayó en cuenta de que había caído en la falacia de ad hominem tu quoque.
"Silencio, niño, yo estoy contando la historia. ¿Dónde estaba? Ah, sí, Perenelle, la bella y codiciosa. Perenelle sedujo a la Dama Oscura tras varios meses, con gentiles caricias y coqueteo y la tímida pretensión de inocencia. El corazón de la Dama Oscura fue capturado, y se volvieron amantes. Y entonces una noche Perenelle le susurró que había escuchado sobre los poderes cambia-formas de Baba Yaga y cómo este pensamiento había inflamado sus deseos; así Perenelle engañó a Baba Yaga para que trajera la Piedra en su mano, para asumir muchos disfraces durante una noche, para sus placeres. Entre otras formas que Perenelle hizo que Baba Yaga asumiera estaba la forma de un hombre; y yacieron juntas de la manera que lo hacen un hombre y una mujer. Sin embargo Perenelle había sido virgen hasta esa noche. Y ya que eran bastante anticuados en aquellos días, el Cáliz de Fuego consideró que la sangre de Perenelle había sido derramada, y que algo de ella había sido robado; así Baba Yaga fue manipulada para romper su juramento, y el Cáliz la dejó indefensa. Entonces Perenelle asesinó a la confiada Baba Yaga mientras dormía en la cama de Perenelle, asesinó a la Dama Oscura que la había amado y venido a Hogwarts en paz bajo un tratado; y ese fue el fin del pacto por el cual las Brujas y Magos Oscuros enseñaron Batalla Mágica en Hogwarts. Durante los siguientes siglos el Cáliz de Fuego ha sido usado para supervisar torneos ínter-escolares sin sentido, y por último residió en una cámara poco usada de Beauxbatons, hasta que finalmente lo robé." El Profesor Quirrell dejó caer dentro del caldero una pálida rama de rosa-beige, y su color cambió a blanco en cuanto tocó la superficie. "Pero divago. Perenelle cogió la Piedra de Baba Yaga, y asumió el disfraz y nombre de Nicolás Flamel. También mantuvo su identidad como Perenelle, llamándose a sí misma la esposa de Flamel. Los dos han aparecido en público juntos, aunque eso se puede lograr mediante diversos métodos obvios."
"¿Y la fabricación de la Piedra?" inquirió Harry, su cerebro trabajando para procesar todo esto. "Vi una receta alquímica para la Piedra, en un libro -"
"Otra mentira. Perenelle hacía parecer como si 'Nicolás Flamel' se hubiese ganado el derecho a vivir por siempre al completar una gran magia que cualquiera podía intentar. Y estaba dando a otros un falso camino para perseguir, en vez de buscar la única y verdadera Piedra como Perenelle lo había hecho con Baba Yaga." El Profesor Quirrell se veía bastante amargado. "No debería ser sorpresa que gasté varios años intentando dominar esa falsa receta. Lo próximo que vas a preguntar es por qué no secuestré, lastimé, y maté a Perenelle tras descubrir la verdad."
De hecho esa no había sido la pregunta que estaba en la mente de Harry.
El Profesor Quirrell continuó hablando. "La respuesta es que Perenelle había previsto y evitado las ambiciones de Magos Oscuros como yo. 'Nicolás Flamel' tomó públicamente Juramentos Inquebrantables para no ser coaccionado por medio alguno para entregar su Piedra - para proteger la inmortalidad de los codiciosos, declaró, como si se hubiese tratado de un servicio público. Temí que la Piedra se perdería por siempre, si Perenelle moría sin revelar dónde estaba escondida, y su Juramento evitaba los intentos de tortura. Además, tenía la esperanza de obtener el conocimiento de Perenelle, si podía hallar la estrategia correcta para extraerlo de ella. Aunque Perenelle empezó con pocos conocimientos propios, ella ha tenido como rehenes las vidas de magos más grandiosos que ella misma, entregando curaciones de heridas ligeras y serias a cambio de secretos, y pequeñas regresiones de edad a cambio de poder. Perenelle no tiene la condescendencia de entregar juventud real sobre otros - pero si oyes de un mago que vivió, con barba gris, hasta la edad de doscientos cincuenta años, puedes estar seguro de que su mano estuvo ahí. Para mi propia generación, los siglos le han dado suficiente ventaja a Perenelle como para ascender a Albus Dumbledore como contrapeso al Señor Oscuro Grindelwald. Cuando yo aparecí como el Señor Voldemort, Perenelle hizo que Dumbledore ascendiera aún más, entregando otra gota de su conocimiento acumulado cada vez que parecía que el Señor Voldemort estaba ganando ventaja. Sentí que tenía que descubrir algún modo ingenioso de solucionar esa situación, sin embargo nunca lo hice. No le hice un ataque directo, pues no estaba del todo seguro de mi creación; no era imposible que algún día yo tuviera que ir suplicando hasta ella para que revirtiera un par de años de mi edad." El Profesor Quirrell dejó caer dos campanulas al mismo tiempo en la poción, y parecieron fusionarse en cuanto tocaron el líquido que burbujeaba. "Pero ahora estoy seguro de mi creación, y he decidido que ha llegado el momento de tomar la Piedra por la fuerza."
Harry vaciló. "Me gustaría que respondiera usando la Lengua Parsel, ¿todo lo que me contó es verdadero?"
"Hassta donde yo ssé nada es falsso," respondió el Profesor Quirrell. "Relatar una historia implica llenar ciertos agujeros; no estuve ahí presente para observar cuando Perenelle sedujo a Baba Yaga. Lo bássico debería sser en ssu mayoría correcto, creo."
Harry había notado una nota de confusión. "Entonces no entiendo por qué la Piedra está aquí en Hogwarts. ¿No sería la mejor defensa esconderla bajo una roca anónima en Groenlandia?"
"Quizá ella respeta mis habilidades como un buscador particularmente bueno," repuso el Profesor de Defensa. Parecía estar enfocado en su caldero al untar una campanula con un líquido de un envase que estaba etiquetado con el símbolo de Pociones para agua de lluvia.
Somos muy similares, el Profesor de Defensa y yo, en algunas maneras aunque no en otras. Si fuera a imaginar lo que yo haría, con este problema...
"¿Acaso usó un farol para que todos creyeran que usted tenía un medio para hallar la Piedra?" Harry lo interrogó en voz alta. "¿Para que así Perenelle la pusiera dentro de Hogwarts, donde Dumbledore la podría proteger?"
El Profesor de Defensa suspiró, sin levantar la vista del caldero. "Supongo que es fútil esconder esa estratagema de ti. Sí, tras haber poseído a Quirrell y regresado, implementé una estrategia que había concebido mientras contemplaba las estrellas. Primero me aseguré de ser aceptado como Profesor de Defensa en Hogwarts, pues no quería levantar sospechas al buscar empleo después. Cuando lo obtuve, hice que una de las expediciones de Perenelle que se dedican a romper maldiciones descubrieran una inscripción falsificada aunque creíble que afirmaba que la Corona de la Serpiente podía ser usada para encontrar la Piedra sin importar dónde estuviera escondida. Inmediatamente después, antes de que Perenelle pudiera comprar la Corona, fue robada; además dejé claras indicaciones de que el ladrón había poseído el poder de hablar con las serpientes. Así que Perenelle pensó que yo podía encontrar la localización de la Piedra de manera infalible, y que necesitaba un guardián lo suficientemente poderoso como para derrotarme. Así es como la Piedra llegó a Hogwarts, en los dominios de Dumbledore. Justo como lo había planeado, naturalmente, ya que ya había obtenido acceso a Hogwarts durante un año. Creo que todo eso es lo que te concierne, sin hablar de planes futuros."
Harry frunció el ceño. El Profesor Quirrell no debió explicar eso. ¿A menos que la estrategia se hubiese vuelto irrelevante para engañar a Perenelle en el futuro...? O a menos, al responder la cuestión con tanta presteza, el Profesor de Defensa tuviera la esperanza de que las personas cayeran en un doble farol, y que la Corona de la Serpiente sí tuviera el poder de hallar la Piedra...
Harry decidió no cuestionar esta respuesta en Lengua Parsel.
Otro mechón de brillante cabello, de aspecto blanco aunque no por la vejez, fue suelto gentilmente dentro del caldero, recordando otra vez a Harry que contaban con un límite de tiempo. Aunque Harry lo consideró, no podía ver como profundizar más esta línea de investigación; no había un medio conocido para fabricar otra Piedra Filosofal y ningún modo obvio de inventar tal cosa, lo que objetivamente era probablemente la peor noticia que Harry había escuchado en todo el día.
Harry respiró profundamente. "Voy a hacer mi tercera pregunta," Harry habló. "¿Cuál es la verdad detrás de todo este año escolar? Todos los planes que ejecutaste, todos los planes que usted conoce."
"Mmm," dijo el Profesor Quirrell, dejando caer otra campanula dentro de la poción, acompañada por una pequeña planta con forma de cruz diminuta. "Veamos... el giro de trama más sorprendente es que el Profesor de Defensa resulta ser Voldemort disfrazado."
"Bueno, obviamente," Harry replicó, con una buena dosis de amargura auto-dirigida.
"¿Entonces dónde deseas que empiece?"
"¿Por qué asesinó a Hermione?" La pregunta simplemente se le escapó.
Los pálidos ojos del Profesor Quirrell se alejaron de la poción, lo observaron a él con intensidad. "Uno pensaría que eso tendría que ser evidente - aunque supongo que no te puedo culpar por desconfiar de lo que parece evidente. Para comprender el objetivo de un plan obscuro, observa sus consecuencias y cuestiona quién las podría haber deseado. Maté a la Señorita Granger para mejorar tu posición en relación a Lucius Malfoy, ya que no estaba en mis planes que él tuviera tanto control sobre ti. Admito que estoy impresionado por lo mucho que pudiste desbaratar mi jugada inicial."
Harry dejó de apretar sus dientes, lo que demandó un esfuerzo. "¿Eso fue después de su fracasado intento por culpar a Hermione del intento de homicidio contra Draco y enviarla a ella a Azkaban por qué razón? ¿Por qué no le gustaba la influencia que ella tenía sobre mí?"
"No seas ridículo," El Profesor Quirrell arguyó. "Si mi deseo hubiese sido remover a la Señorita Granger, no habría mezclado a los Malfoy en ello. Observé tu juego con Draco Malfoy y lo encontré divertido, pero sabía que no podría continuar por mucho tiempo hasta que Lucius lo descubriera e interviniera; y entonces tus tonterías te habrían metido en grandes problemas, pues Lucius no las habría tomado a la ligera. Si hubieses sido capaz de perder durante el juicio del Wizengamot, perder como te había enseñado, entonces sólo dos semanas después, evidencia irrefutable hubiese mostrado que Lucius Malfoy, tras descubrir la aparente perfidia de su hijo, había usado el Imperius sobre la Profesora Sprout para usar el Encantamiento Congelador de Sangre sobre el Sr. Malfoy y lanzado el Encantamiento de Falsa Memoria sobre la Señorita Granger. Lucius habría sido barrido del tablero político, enviando al exilio si no a Azkaban; Draco Malfoy habría heredado la fortuna de la Casa Malfoy, y tu influencia sobre él habría sido indisputable. En vez de eso tuve que abortar ese plan a medio camino. Te las arreglaste para desviar completamente el plan real de su curso de dos maneras pues sacrificaste tu fortuna entera, y le diste a Lucius Malfoy la oportunidad perfecta de demostrar su genuina preocupación por su hijo. Tienes un anti-talento increíble para entrometerte, debo reconocer."
"Y usted también pensó," Harry replicó, incuso con los patrones de su lado oscuro tuvo que hacer un esfuerzo para mantener su voz controlada y calmada, "que dos semanas en Azkaban iban a mejorar la disposición de la Señorita Granger, y que ya no siguiera siendo una mala influencia para mí. Así que de alguna manera se las arregló para que los periódicos pidieran que fuera enviada a Azkaban, en vez de otro tipo de castigo."
Los labios del Profesor Quirrell dibujaron una tenue sonrisa. "Tienes razón, niño. Sí, pensé que podría servir como tu Bellatrix. Ese resultado en particular también te habría dado un recordatorio constante de cuánto respeto se le debía a la ley, y te habría ayudado a desarrollar una actitud apropiada hacia el Ministerio."
"Su plan era estúpidamente complicado y no tenía probabilidad de éxito." Harry sabía que tendría que haberlo dicho con más tacto, que estaba entablando lo que el Profesor Quirrell podría llamar un disparate, sin embargo en ese instante no era capaz de detenerse.
"Era menos complicado que el plan de Dumbledore para hacer que los tres ejércitos tuvieran un empate en la Batalla de Navidad, y no mucho más complicado que mi propio plan para hacerte creer que Dumbledore había chantajeado al Sr. Zabini. La perspectiva que le falta, Sr. Potter, es que estos no eran planes que necesitaban tener éxito." El Profesor Quirrell continuó revolviendo la poción con aire casual, sonriendo. "Hay planes que deben tener éxito, por lo que se debe mantener el núcleo de la idea tan simple como sea posible y tomar toda precaución. También hay planes donde es aceptable fracasar, y con esos uno se puede divertir, o probar los límites de tu habilidad para lidiar con complicaciones. No era como si al salir algo mal con esos planes yo estuviera en peligro de morir." El Profesor Quirrell dejó de sonreír. "Nuestro viaje a Azkaban era del primer tipo, y encontré menos divertidas sus tonterías allí."
"¿Qué le hizo a Hermione exactamente?" Una parte del propio Harry se sorprendió ante la neutralidad de su voz.
"Desmemorización y Encantamientos de Memoria Falsa. No me fiaba de que otros hechizos no fueran detectados por las protecciones de Hogwarts y el escrutinio que yo supe que su mente iba a recibir." Una sombra de frustración cruzó el rostro del Profesor Quirrell. "Parte de lo que justamente llamas complicación es porque la primera versión de mi plan no salió como yo quería, y la tuve que modificar. Me acerqué a la Señorita Granger en los pasillos bajo la apariencia de la Profesora Sprout, para ofrecerle que se uniera a una conspiración. Mi primer intento de persuasión falló. La Desmemoricé y lo intenté otra vez con una nueva presentación. El segundo cebo falló. El tercer cebo falló. El décimo cebo falló. Estaba tan frustrado que empecé a recorrer todo mi repertorio de disfraces, incluyendo aquellos que eran más apropiados para el Sr. Zabini. Aún así nada funcionó. La niña no iba a violar su infantil código."
"Usted no tiene derecho a llamarla infantil, Profesor." La voz de Harry sonó extraña en sus propios oídos. "Su código funcionó. Evitó que usted la pudiera engañar. El objetivo de tener mandatos éticos deontológicos es que los argumentos para violar dicho comportamiento sean a menudo menos confiables de lo que aparentan. Usted no puede criticar las reglas de ella cuando funcionaron exactamente como ella lo planeó." Tras resucitar a Hermione, Harry le iba a contar que el propio Señor Voldemort no había sido capaz de tentarla para que hiciera lo incorrecto, y que por eso la había matado.
"Tienes razón, supongo," admitió el Profesor Quirrell. "Hay un dicho sobre cómo incluso un reloj parado está en lo correcto dos veces al día, y no creo que la Señorita Granger estuviese siendo de hecho razonable. De todos modos, Regla Diez: uno no debe despotricar sobre la indignidad de la oposición después de que te han superado. Como fuera. Tras dos horas de intentos fallidos, me di cuenta que estaba siendo demasiado terco, y que no necesitaba que la Señorita Granger fuera a ejecutar la parte exacta que yo había planeado para ella. Me rendí con mi intención original, y más bien le di a la Señorita Granger Memorias Falsas de observar al Sr. Malfoy tramando algo contra ella bajo circunstancias que afirmaban que ella no te lo podía contar a ti o a las autoridades. Al final fue el Sr. Malfoy quien me dio la oportunidad que yo necesitaba, por pura suerte." El Profesor Quirrell dejó caer una campanula y un pedazo de pergamino dentro del caldero.
"¿Por qué las alarmas indican que el Profesor de Defensa había asesinado a Hermione?"
"Yo tenía al trol de montaña como un diente falso cuando Dumbledore me estaba identificando ante las protecciones de Hogwarts como el Profesor de Defensa." Una ligera sonrisa. "Ninguna otra arma viviente puede ser Transformada; únicamente el trol puede sobrevivir las seis horas de encantamiento requeridas para evitar ser rastreado por un Giratiempo. El hecho de que un trol de montaña fuese usado como arma de asesinato era un signo claro de que el asesino había necesitado conseguir un arma que pudiera ser Transformada con seguridad. Combinada con la evidencia de las alarmas, y el propio conocimiento de Dumbledore sobre cómo me había identificado ante Hogwarts, podrías haber deducido quién era el responsable - en teoría. Sin embargo, la experiencia me ha enseñado que tales acertijos son mucho más difíciles de resolver cuando no conoces la solución de antemano, y lo consideré un pequeño riesgo. Ah, eso me recuerda, yo también tengo una pregunta." El Profesor de Defensa estaba observando a Harry con intensidad. "¿Qué fue lo que me delató al final, en el corredor a las afueras de estas cámaras?"
Harry hizo a un lado otras emociones para sopesar el costo y beneficio de responder honestamente, llegó a la conclusión que el Profesor de Defensa estaba entregando más información de la que iba a recibir a cambio (¿por qué?) y que lo mejor era no dar una apariencia reticente. "Lo principal," Harry contestó, "fue que era demasiado improbable que todos hubiesen llegado al corredor de Dumbledore al mismo tiempo. Intenté seguir la hipótesis de que todos los que habían llegado tenían que haber sido coordinados, incluso usted."
"Pero yo dije que estaba siguiendo a Snape," el Profesor de Defensa lo cuestionó. "¿Eso no fue plausible?"
"Lo fue, sin embargo..." Harry explicó. "Pues. Las leyes que gobiernan lo que constituyen una buena explicación no hablan de excusas plausibles que oyes después. Hablan de las probabilidades que asignamos por adelantado. Por eso la ciencia hace que las personas hagan predicciones por adelantado, en vez de confiar en explicaciones que se le ocurren a las personas después. Y yo no habría predicho por adelantado que usted fuera a seguir a Snape y aparecer de ese modo. Incluso de haber sabido que usted podría poner un rastreador en la varita de Snape, no habría tenido la expectativa de que usted de hecho lo hiciera y luego lo hubiera seguido. Ya que su explicación no se sintió como algo que yo pudiera predecir por adelantado, siguió siendo una improbabilidad. Me empecé a preguntar si quien controlaba a Sprout también había arreglado que usted estuviera allí. Y luego me di cuenta que la nota para mí realmente no había sido escrita por mi futuro-yo, y eso me lo reveló por completo."
"Ah," dijo el Profesor de Defensa, y suspiró. "Bueno, creo que al final de cuentas fue lo mejor. Lo comprendiste demasiado tarde; y también habría habido otros inconvenientes y beneficios si hubieses permanecido ignorante."
"¿En nombre de la Tierra qué estaba intentando lograr? La razón por la cual me esforcé tanto para darle sentido es que todo parecía tan raro."
"Eso tendría que haber señalado hacia Dumbledore, no a mí mismo," informó el Profesor Quirrell, y arrugó el ceño. "De hecho la Señorita Greengrass no debía llegar a ese corredor hasta varias horas después... aunque supongo que, ya que hice que el Sr. Malfoy le diera la pista que hice para ella, no es demasiada sorpresa que unieran fuerzas. De haber llegado el Sr. Nott aparentemente solo, los eventos se habrían desarrollado menos como una farsa. Pero me considero a mí mismo un especialista en el control de batallas mágicas, y fui capaz de asegurar que el combate fuera como yo lo deseaba. Supongo que sí terminó viéndose un poco ridículo." El Profesor de Defensa dejó caer una rebanada de durazno y una campanula dentro del Caldero. "Aunque dejemos la discusión sobre el Espejo para cuando lo alcancemos. ¿Tienes más preguntas en relación a la lamentable y ojalá temporal ausencia de la Señorita Granger?"
"Sí," Harry afirmó con voz controlada. "¿Qué le hizo a los gemelos Weasley? Dumbledore pensó - o sea, la escuela vio al Director ir con los Weasley después de que Hermione fue arrestada. Dumbledore pensó que usted, como Voldemort, se había cuestionado el por qué Dumbledore lo había hecho así, y que había investigado a los gemelos Weasley, encontró y robó su mapa, y después los Desmemorizó"
"Dumbledore estaba muy en lo correcto," El Profesor Quirrell declaró, sacudiendo su cabeza como por la conmoción. "También fue un completo tonto por dejar el Mapa de Hogwarts en posesión de esos dos idiotas. Tuve una nada placentera sorpresa tras haber recuperado el Mapa; ¡mostraba correctamente tu nombre y el mío! Los idiotas Weasley pensaron que se trataba de un mero error, especialmente después de que recibiste tu Capa y tu Giratiempo. Si Dumbledore hubiese dejado el Mapa para sí mismo - si los Weasleys alguna vez se lo llegan a comentar a Dumbledore - aunque no lo hicieron, por fortuna."
Mostraba correctamente tu nombre y el mío -
"Me gustaría ver eso," Harry solicitó.
Sin apartar sus ojos del caldero, el Profesor Quirrell sacó un pergamino doblado de entre su túnica, siseando "Muesstra lo que noss rodea", y arrojó el pergamino doblado hacia Harry. Cruzó el aire sin pausa, un aire de peligro incrementándose sobre los sentidos de Harry cuando se movió hacia él, y luego se dejó caer gentilmente a los pies de Harry.
Harry recogió el pergamino y lo desdobló.
Al principio el pergamino pareció vacío. Luego, como si un lápiz invisible se moviera sobre el Mapa, los bordes de paredes y puertas aparecieron, todo parecía dibujado a mano. La escritura estaba rodeada por una serie de cámaras, la mayoría aparecían vacías; la última cámara en la serie tenía un confuso garabato en el centro, como si el Mapa estuviera intentando indicar su propia confusión; y la penúltima cámara mostraba dos nombre dentro, escritos en posiciones dentro de la cámara que se ajustaban con el lugar en que estaba sentado Harry y donde estaba parado el Profesor Quirrell.
Tom M. Riddle.
Tom M. Riddle.
Harry quedó con la vista fija sobre el pergamino, un escalofrío nada placentero cayendo sobre él. Una cosa era escuchar al Señor Voldemort afirmar que tu nombre era Tom Riddle; y otra muy diferente era descubrir que la magia de Hogwarts estaba de acuerdo. "¿Alteró esste mapa para obtener esste ressultado, o apareció assí y le caussó ssorpressa?"
"Fue una ssorpressa," replicó el Profesor Quirrell, con una nota subyacente de risa silbada. "Ssin engañoss."
Harry dobló el Mapa y lo tiró de vuelta hacia la dirección del Profesor Quirrell; alguna fuerza lo atrapó en el aire antes de que pudiera tocar el suelo, y puso el Mapa de nuevo dentro de la túnica del Profesor Quirrell.
El Profesor de Defensa habló. "También debo añadir que Snape estaba guiando a la Señorita Granger y sus subordinadas contra los abusones, y a veces intervino para protegerlos."
"Ya lo sabía."
"Interesante," dijo el Profesor Quirrell. "¿Acaso Dumbledore también descubrió esto? Responde en Lengua Parsel."
"No hassta donde yo ssé," siseó Harry.
"Fascinante," comentó el Profesor Quirrell. "También puede interesarte saber esto: El fabricante de pocioness tuvo que ayudar en ssecreto porque ssu plan era contrario al plan del jefe de esscuela."
Harry consideró esto, mientras el Profesor Quirrell sopló la poción como para que se fuera a enfriar, aunque el fuego seguía ardiendo bajo el caldero; luego añadió un puñado de tierra y una gota de agua y una campanula. "Por favor explique," Harry pidió.
"¿Alguna vez se te ocurrió cuestionar por qué Dumbledore escogió a Severus Snape como el Jefe de la Casa de Slytherin? Creer que era para cubrir su trabajo como espía de Dumbledore no explica nada. Snape podría haber sido únicamente el Maestro de Pociones, y no el Jefe de Slytherin. ¡Snape podría haber sido el Guardián de las llaves y los Terrenos, si lo único necesario era que estuviera dentro de Hogwarts! ¿Por qué el Jefe de la Casa de Slytherin? ¿De seguro pensaste que eso no podía tener buen efecto sobre los Slytherins, de acuerdo a las pretensiones morales de Dumbledore?"
Harry no había tenido el pensamiento exactamente en aquellos términos, no... "Me cuestioné algo similar. No puse el dilema en esa forma precisamente."
"Y ahora que lo has hecho, ¿es la solución obvia?"
"No," Harry respondió.
"Decepcionante. No has aprendido lo suficiente sobre cinismo, no has comprendido la flexibilidad de lo que los moralistas llaman moralidad. Para entender un plan, mira las consecuencias y pregúntate si pudieron ser intencionadas. Dumbledore estaba saboteando la Casa de Slytherin deliberadamente - no me mires así, niño, yo esstoy diciendo la verdad. Durante la última Guerra Mágica, los Slytherins fueron mayoría dentro de mis subordinados, y otros Slytherins en el Wizengamot me apoyaron. Miralo desde la perspectiva de Dumbledore, y recuerda que él no tiene una comprensión natural de los comportamientos de Slytherin. Piensa en Dumbledore poniéndose cada vez más triste sobre esta Casa de Hogwarts que parece la fuente de tanta maldad. Y luego qué sucede, Dumbledore pone como Jefe de Casa de Slytherin la persona de Snape. ¡Snape! ¡Severus Snape! ¡Un hombre que no podía enseñar nada a su Casa sobre astucia o ambición, un hombre que impondría una disciplina laxa y haría a sus niños débiles! ¡Un hombre que ofendería a los estudiantes de otras Casas, quien arruinaría el nombre de todos los Slytherin! ¡Un hombre cuyo apellido era desconocido en la Bretaña mágica y ciertamente no un noble, que iba vestido casi en harapos! ¿Crees que Dumbledore era ignorante de las consecuencias? ¿Cuando Dumbledore fue el que lo provocó, y tenía motivos para provocarlo? Creo que Dumbledore se dijo a sí mismo que más vidas serían salvadas durante la siguiente Guerra Mágica si los futuros Mortífagos de Voldemort eran debilitados." El Profesor Quirrell dejó caer un cubo de hielo dentro del caldero, derritiéndose lentamente al tocar la superficie de espuma. "Continúa el proceso durante el tiempo suficiente, y ningún niño querría ir a Slytherin. La Casa sería retirada, y si el Sombrero llamara el nombre, se volvería una marca de ignominia entre los niños que después serían distribuidos entre las otras tres Casas. Desde ese día, Hogwarts tendría tres Casas sobresalientes de coraje y academia e industria, sin ninguna Casa de Niños Malos dentro de la mezcla; como si los Fundadores de Hogwarts hubiesen sido lo suficientemente sabios desde el principio para rehusar a Salazar Slytherin su compañía. Eso, espero, era la intención final de Dumbledore; un sacrificio a corto plazo para beneficio del bien mayor." El Profesor Quirrell sonrió sardónico. "Y Lucius lo dejó pasar sin protestar o tan siquiera, como yo esperaba, darse cuenta de que algo estaba mal. Me temo que en mi ausencia mis anteriores sirvientes fueron bastante sobrepasados en esta batalla de ingenio."
Harry estaba teniendo algo de dificultad para aceptar esto, pero decidió, tras algo de consideración, que ahora no era el momento para intentar resolverlo. El que el Señor Voldemort lo creyera no era decisivo; Harry tendría que evaluar esta acusación por su cuenta.
La mención del Profesor Quirrell sobre sus sirvientes le había recordado a Harry de algo más que él estaba... obligado, Harry supuso, a preguntar. Las malas noticias eran predecibles. En cualquier otro día habría sido horrible. Hoy no era más que un balde de agua bajo la lluvia. "Bellatrix Black," Harry interrogó. "¿Cuál era la verdad sobre ella?"
"Ella estaba rota por dentro antes de conocerme," el Profesor Quirrell explicó. Cogió lo que parecía ser una banda de goma de color blanco-gris y lo sostuvo sobre el caldero; mientras la goma era sostenida por encima del caldero, se volvió negra. "Usar Legeremancia sobre ella fue un error. Sin embargo ese vistazo me mostró cuán fácil sería hacer que ella se enamorara de mí, así que lo hice. Desde entonces fue la más leal de mis sirvientes, la única en la que casi podía confiar. No tenía intención de darle a ella lo que quería de mí; así que la entregue a los hermanos Lestrange para su uso, y los tres fueron felices en su propia manera especial."
"Lo dudo," la boca de Harry pronunció, mayormente en piloto automático. "Si eso fuera verdad, Bellatrix no habría recordado quienes eran los hermanos Lestrange, cuando la encontramos en Azkaban."
El Profesor Quirrell se encogió de hombros. "Puede que tengas razón."
"¿Qué rayos estábamos haciendo ahí realmente?"
"Descubrir dónde había puesto Bellatrix mi varita. Les había contado a los Mortífagos sobre mi inmortalidad, con la esperanza - que resultó ser fútil - de que iban a seguir unidos al menos por unos cuantos días si parecía que yo moría. Las instrucciones de Bellatrix eran recuperar mi varita de donde mi cuerpo hubiese sido destruido; y llevar esa varita a cierta tumba donde mi espíritu se iba a manifestar frente a ella."
Harry tragó saliva. Le llegó la imagen de Bellatrix Black esperando, esperando, esperando en el cementerio, con desesperación creciente... no era una sorpresa que ella no hubiese estado pensando de manera estratégica cuando atacó la casa de los Longbottom. "¿Qué hizo con Bellatrix una vez que estuvo afuera?"
"La envíe a un lugar tranquilo para que pudiera recuperar fuerzass," El Profesor Quirrell afirmó. Una fría sonrisa. "Todavía tengo un uso más para ella, o mejor dicho cierta porción de ella, y sobre mis planes futuros no voy a responder preguntas."
Harry respiró profundamente, intentando mantener el control. "¿Hubo otros planes secretos durante este año escolar?"
"Oh, un número bastante grande, aunque no muchos que tuvieran que ver contigo, me parece. La verdadera razón por la que demandé la enseñanza del Encantamiento Patronus para los de primer año era para poner un Dementor frente a ti, y luego me las arregle para que tu varita cayera donde el Dementor aún te pudiera drenar. No lo hice por malicia, únicamente tenía la essperanza de que fuerass a recuperar algunass de tuss verdaderass memoriass. Por eso también organicé que ciertas brujas te hicieran caer durante el episodio del techo, para que pareciera que yo pudiera salvar tu vida; en caso de que cualquier sospecha cayera sobre mí durante el incidente con el Dementor que había planeado para poco después. Tampoco hubo malicia allí. Organicé algunos de los ataques sobre el grupo de la Señorita Granger, para que los ataques pudieran ser derrotados; tampoco me gustan los abusones. Creo que essos sson todoss loss planess ssecretoss con relación a ti de esste año esscolar, a menoss de que sse me haya olvidado algo."
Lección de vida aprendida, comentó su parte Hufflepuff. Intenta resistir la tentación de meterte sin razón en la vida de otras personas. Como, ya sabes, la vida de Padma Patil. Si no quieres acabar como él, claro está.
Un puñado de polvo rojo-café fue rociado gentilmente sobre el caldero de pociones, y Harry realizó su cuarta y última pregunta, la que parecía tener la menor prioridad, pero aún era importante.
"¿Cuál era su objetivo durante la Guerra Mágica?" Harry inquirió. "O sea, qué -" Su voz vaciló. "¿Cuál era el objetivo de todo ese asunto?" Su cerebro repetía sin fin, Por qué, por qué, por qué el Señor Voldemort...
El Profesor Quirrell levantó una ceja. "Te contaron sobre David Monroe, ¿no es así?"
"Sí usted era tanto David Monroe como el Señor Voldemort durante la Guerra Mágica, entendí esa parte. Usted asesinó a David Monroe, se hizo pasar por él, y eliminó a la familia de David Monroe para que no pudieran señalar ninguna diferencia -"
"En efecto."
"Planeaba controlar al lado ganador de la Guerra Mágica, sin importar cuál lado fuera el vencedor. ¿Pero por qué uno de los lados tenía que ser Voldemort? Yo, o sea me refiero a que, ¿no sería más fácil obtener apoyo del público con alguien menos... con alguien menos Voldemort?"
El mortero del Profesor Quirrell produjo un inusual golpe sonoro al aplastar las alas blancas de una mariposa, para luego hacer una mezcla con otra campanula. "Yo había planeado," el Profesor Quirrell habló con dureza, "que el Señor Voldemort perdiera contra David Monroe. La falla de esa estrategia fue la absoluta miseria de -" El Profesor Quirrell se detuvo. "No, tengo que empezar por el principio. Escucha, niño, cuando hube desarrollado mi más grande creación y alcanzado el máximo poder de mi magia, pensé que había llegado el momento para tomar el poder político en mis manos. Sería inconveniente, ciertamente, e iba a desperdiciar mi tiempo de formas que no eran divertidas. Sin embargo sabía que los Muggles eventualmente iban a destruir al mundo o declarar la guerra contra los magos o ambas cosas, y algo se tenía que hacer si no quería recorrer un mundo muerto o vacío durante mi eternidad. Habiendo obtenido inmortalidad necesitaba una nueva ambición para ocupar mis décadas, y prevenir que los Muggles fueran a arruinar todo parecía una meta de dificultad aceptable. Es una fuente de continua sorpresa para mí que yo, de entre todas las personas, sea el único que realmente toma acción con ese propósito. Aunque supongo que tiene sentido que los insectos mortales no se preocupen por el fin de su mundo; ¿por qué tendrían que hacerlo, cuando ellos van a morir de todos modos, y se pueden evitar a sí mismos la inconveniencia de intentar hacer algo difícil en su vida? Pero estoy divagando. Vi cómo Dumbledore había subido al poder tras derrotar a Grindelwald, así que decidí hacer lo mismo. Desde hace mucho había tomado mi venganza contra David Monroe - fue un molesto compañero mío en Slytherin - así que se me ocurrió robar su identidad, y eliminar a su familia para poder ser el heredero de su Casa. Y también concebí un gran enemigo con el que David Monroe pudiera combatir, el más terrible Señor Oscuro que pude imaginar, más astuto de lo que se podía calcular; mucho más peligroso que Grindelwald, pues su inteligencia sería perfeccionada en todos los puntos en que Grindelwald había sido débil y auto-destructivo. Un Señor Oscuro que haría lo más inteligente para romper las alianzas que lo fueran a enfrentar, un Señor Oscuro que podría demandar la lealtad absoluta de sus seguidores a través de sus habilidades oratorias. El más aterrador Señor Oscuro que alguna vez había amenazado a Bretaña o el mundo, ese era a quien David Monroe iba a derrotar."
El mortero del Profesor Quirrell aplastó una campanula y luego una pálida flor diferente con otros dos golpes. "Sin embargo, aunque algunas veces había jugado el rol de Mago Oscuro en mis viajes, nunca había adoptado la identidad completa de un Señor Oscuro con subordinados y una agenda política. No tenía práctica en esa tarea, y estaba prevenido por la historia de Dark Evangel y el desastre de su primera apariencia pública. De acuerdo a su propio relato, ella tenía la intención de llamarse a sí misma la Catástrofe Andante y la Apóstol de la Oscuridad, pero en la emoción del momento se introdujo a sí misma como la Apóstrofo de la Oscuridad. Después de eso tuvo que destruir dos aldeas hasta las cenizas para que la empezaran a tomar en serio."
"Así que usted decidió intentar un experimento a pequeña escala primero," Harry dedujo. Un malestar le surgió desde adentro, porque en ese momento Harry comprendió, se vio en su propio reflejo; el siguiente paso no era más que lo que el propio Harry habría hecho, de no tener ni una pizca de ética, de haber estado totalmente vacío por dentro. "Usted creó una identidad desechable, como si fueran las ruedas de apoyo en una bicicleta para niños, para aprender de sus errores."
"En efecto. Antes de ser un Señor Oscuro verdaderamente terrible con el cual David Monroe pudiera combatir, primero construí para practicar la persona de un Señor Oscuro con brillantes ojos rojos, innecesariamente cruel con sus subalternos, persiguiendo una agenda política de pura ambición personal sin disimular sobre el purismo de la sangre tan incoherente como los argumentos de los borrachos en el Callejón Knockturn. Mis primeros servidores fueron contratados en una taberna, les di capas y máscaras de calaveras, y les ordené que se hicieran llamar los Mortífagos."
La sensación de malestar y comprensión se hizo más aguda, justo en la boca del estómago de Harry. "Y usted se hizo llamar Voldemort."
"Justo así, General Caos." El Profesor Quirrell estaba haciendo una mueca, parado al lado del caldero. "Quería que fuera un anagrama de mi nombre, pero eso únicamente habría funcionado si de manera conveniente me hubieran dado el segundo nombre de 'Marvolo', e incluso así habría sido difícil. Nuestro verdadero segundo nombre es Morfin, por si tienes curiosidad. Aunque vuelvo a divagar. Pensé que la carrera de Voldemort no iba a durar más que unos cuantos meses, un año a lo sumo, antes de que los Aurores derribaran a sus subalternos y el desechable Señor Oscuro desapareciera. Como te das cuenta, había sobrestimado por mucho a mis enemigos. Y no era capaz del todo de torturar a mis seguidores cuando me traían malas noticias, sin importar qué hicieran los Señor Oscuros en las obras de teatro. No era capaz del todo de argumentar los principios sobre la pureza de sangre tan incoherente como si fuera un borracho en el Callejón Knockturn. No estaba intentando ser astuto cuando envié a mis subordinados en sus misiones, pero tampoco les di órdenes que carecieran de todo sentido -" El Profesor Quirrell enseñó una mueca de tristeza que, en otro contexto, podría haber sido considerada encantadora. "Tras el primer mes, Bellatrix Black se postró ante mí, y tres meses después Lucius Malfoy estaba negociando conmigo bebiendo del más costoso Whiskey de Fuego. Suspiré, perdí toda esperanza sobre los magos, y empecé a oponerme como David Monroe contra este aterrador Señor Voldemort."
"Y luego qué sucedió -"
Un gruñido hizo contorsionar el rostro del Profesor Quirrell. "¡La absoluta falta de eficiencia de todas las instituciones en la civilización de la Bretaña mágica fue lo que sucedió! ¡No es algo que puedas comprender, niño! ¡Yo mismo no lo comprendo! ¡Tienes que verlo con tus propios ojos y aún así no lo podrás creer! Habrás observado, quizá, que cuando tus compañeros estudiantes hablan de las ocupaciones de sus familias, tres de cada cuatro mencionan trabajos en alguna parte del Ministerio. Te preguntarás cómo puede un país lograr emplear a tres de cada cuatro en la burocracia. La respuesta es que si no fueran un estorbo entre sí para realizar sus trabajos, ¡ninguno de ellos tendría nada que hacer! Los Aurores son competentes como guerreros individuales, combaten Magos Oscuros y sólo los mejores sobreviven para entrenar nuevos reclutas, sin embargo su liderazgo era un desmadre absoluto. El Ministerio estaba tan ocupado diligenciando papeles que el país no tenía una oposición efectiva contra los ataques de Voldemort excepto Dumbledore, un montón de irregulares sin entrenamiento, y yo mismo. Un perezoso, incompetente, indolente cobarde, Mundungus Fletcher, era considerado un componente clave de la Orden del Fénix - porque, al estar desempleado, ¡no necesitaba hacer maromas con otro trabajo! Probé a debilitar los ataques de Voldemort, para ver si era posible que él perdiera; ¡de inmediato el Ministerio redujo el número de Aurores enviados a combatir! Había leído el Pequeño Libro Rojo de Mao, había entrenado a mis Mortífagos en tácticas de guerrilla - ¡para nada! ¡Para nada! Estaba atacando toda la Bretaña Mágica y en cada batalla mis fuerzas iban a superar en número a su oposición! Desesperado, ordené a mis Mortífagos que fueran asesinando sistemáticamente a cada miembro incompetente del Departamento de Aplicación de la Ley Mágica. Un mangoneador de papeles tras otro fueron aceptando cargos más altos de forma voluntaria a pesar del destino de sus predecesores, frotando sus manos con alegría ante el prospecto de una promoción. Cada uno de ellos pensó que podrían llegar a algún acuerdo con el bando del Señor Voldemort. Tardamos siete meses en asesinar a los suficientes para hacer una diferencia positiva, y ni un solo Mortifago me cuestionó al respecto. Y entonces, incluso con Bartemius Crouch convertido en Director y Amelia Bones Como Jefa de los Aurores, aún era demasiado poco. Lo habría hecho mejor combatiendo solo. La ayuda de Dumbledore no valía la pena a causa de sus restricciones morales, y la ayuda de Crouch no valía la pena ante su respeto por la ley." El Profesor Quirrell incrementó el fuego bajo la poción.
"Y eventualmente," Harry concluyó a través del malestar en su corazón, "se dio cuenta que se estaba divirtiendo más como Voldemort."
"Es el rol menos molesto que he llegado a interpretar. Si el Señor Voldemort ordena algo es porque debe ser hecho, las personas lo obedecen y no discuten con él. No tenía que reprimir mi impulso de usar Cruciatus sobre los idiotas; por una vez todo era parte del rol. Si alguien hacía el juego menos placentero para mí, nada más pronunciaba Avadakedavra sin importar que fuera sabio estratégicamente o no, y nunca me volvían a molestar." El Profesor Quirrell rebanó un gusano en pequeños pedazos sin prestar mucha atención. "Sin embargo mi verdadera epifanía llegó cierto día cuando David Monroe estaba intentando conseguir un permiso para el ingreso de un instructor en tácticas de combate proveniente de Asia, y un funcionario del Ministerio lo rechazó, sonriendo con disimulo. Le pregunté al funcionario del Ministerio si entendía que esta medida tenía el propósito de salvar su vida y el funcionario del Ministerio se limitó a sonreír más. Entonces me enojé e hice a un lado máscaras y precaución, usé mi Legeremancia, introduje mis dedos en el pozo negro de su estupidez y arranqué la verdad de su mente. No lo entendía y yo quería entender. Con mi dominio sobre la Legeremancia forcé su pequeño cerebro de funcionario a vivir varias alternativas, viendo lo que su cerebro de funcionario pensaría de Lucius Malfoy, o el Señor Voldemort, o Dumbledore estando frente a él." Las manos del Profesor Quirrell se movieron con más lentitud, pues estaba pelando con delicadeza tiras de una vela de cera. "Lo que finalmente comprendí ese día es complicado, niño, por eso no lo comprendí antes de ese punto de mi vida. Para ti voy a intentar hacer una descripción de todos modos. Hoy sé que Dumbledore no yace en la cima del mundo, a pesar de ser el Hechicero Supremo de la Confederación Internacional. Las personas hablan mal de él abiertamente, con orgullo lo critican en su cara, de una manera en la que no se atreverían a desafiar a Lucius Malfoy. Tú has actuado irrespetuosamente hacia Dumbledore, niño, ¿acaso sabes por qué lo hiciste?"
"No estoy... del todo seguro," Harry contestó. Tener los patrones neuronales residuales de Tom Riddle eran una hipótesis ciertamente obvia.
"Lobos, perros, incluso las gallinas, luchan por el dominio entre ellos. Lo que entendí finalmente, de la mente de ese funcionario, era que para él Lucius Malfoy tenía dominio, El Señor Voldemort tenía dominio, y David Monroe y Albus Dumbledore no lo tenían. Al tomar el lado del bien, al luchar atado a la luz, nos hicimos a nosotros mismos inofensivos. En Bretaña, Lucius Malfoy tenía dominio, pues él podía cobrar sus préstamos, o enviar burócratas del Ministerio contra tu tienda, o crucificarte en el Diario el Profeta, si abiertamente te oponías a su voluntad. Y el mago más poderoso en el mundo no tiene dominio, porque todos saben que él es," los labios del Profesor Quirrell se curvaron, "un héroe de las historias, modesto al extremo y demasiado humilde para la venganza. Dime, niño, ¿has visto algún drama donde el héroe, antes de consentir salvar a su país, demande tanto oro como un abogado podría recibir por un caso en la corte?"
"De hecho hay un montón de héroes así en la ficción Muggle, nombraré a Han Solo nada más para empezar -"
"Bueno, en los dramas mágicos no es así. Todos son héroes humildes como Dumbledore. Es la fantasía de un esclavo poderoso que nunca se va a elevar sobre ti realmente, nunca va a demandar tu respeto, nunca va a pedir ni siquiera un pago. ¿Lo comprendes ahora?"
"Yo... creo que sí," Harry declaró. Frodo y Samsagaz del Señor de los Anillos parecían encajar por completo en el arquetipo del héroe inofensivo. "¿Usted cree que así es como las personas piensan de Dumbledore? No creo que los estudiantes lo vean como un hobbit."
"Dentro de Hogwarts, Dumbledore sí castiga ciertas transgresiones contra su voluntad, por lo que es temido hasta cierto grado - aunque los estudiantes todavía se sienten libre de burlarse de él en algo más que susurros. Afuera de este castillo, se mofan de Dumbledore; empezaron a llamarlo loco, y él se apeó a esa parte como un tonto. Ponte en el rol de un salvador más allá de una obra de teatro, y las personas te verán como un esclavo cuyos servicios ellos merecen y que pueden criticar para su divertimento; pues es el privilegio de los maestros quedarse sentados y contribuir señalando correcciones mientras los esclavos trabajan. Únicamente en los antiguos relatos Griegos, cuando los hombre eran menos sofisticados en sus auto-engaños, podrías ver el héroe que también tenían orgullo. Hector, Aeneas, aquellos eran héroes que retenían su derecho a la venganza sobre quienes los hubiesen insultado, que podían demandar oro y joyas como pago de sus servicios sin provocar indignación. Y si el Señor Voldemort hubiese conquistado Bretaña, podría haber tenido la condescendencia de mostrarse noble en la victoria; y nadie habría tomado su buena voluntad por descontado, ni arrojado correcciones en su dirección si su trabajo no era del agrado de ellos. De haber vencido, habría tenido verdadero respeto. Comprendí ese día en el Ministerio que al envidiar a Dumbledore, me había mostrado tan fantasioso como el propio Dumbledore. Entendí que había estado buscando en los lugares incorrectos todo ese tiempo. Debes saber que esto es verdad, niño, pues fuiste capaz de hablar mal de Dumbledore mucho más de lo que hablaste mal de mí. Incuso en tus propios pensamientos, puedo apostar, pues los instintos corren profundamente. Sabías que te podría costar bastante el burlarte del fuerte y vengativo Profesor Quirrell, mientras que no había costo en faltar el respeto al débil e inofensivo Dumbledore."
"Gracias," Harry habló a través del dolor, "por esa valiosa lección, Profesor Quirrell, me doy cuenta que está en lo correcto sobre lo que mi mente estaba haciendo." Aunque las memorias de Tom Riddle probablemente tenían algo que ver con la manera en que a veces atacaba a Dumbledore sin razón, Harry no se había comportado así alrededor de la Profesora McGonagall... quien tenía el poder de reducir Puntos de Casa y no tenía el aire de tolerancia de Dumbledore... no, seguía siendo verdad, Harry incluso habría sido más respetuoso de Dumbledore en sus propios pensamientos de no haber parecido seguro ser irrespetuoso.
Entonces ese había sido David Monroe, y ese había sido el Señor Voldemort...
Eso aún no había respondido la pregunta más inquietante, y Harry no estaba seguro de que hacerla fuera sabio. Si, de algún modo, el Señor Voldemort no había pensado sobre eso, y después el Profesor Quirrell aún no lo había pensado tras nueve años de meditación, entonces no era sabio pronunciarlo... o quizá sí lo fuera; las agonías de la Guerra Mágica no habían sido buenas para Bretaña.
Harry se decidió, y dijo. "Una cosa que me confunde es por qué la Guerra Mágica duró tanto tiempo," Harry se aventuró. "O sea, quizá estoy subestimando las dificultades que estabas enfrentando como el Señor Voldemort -"
"Quieres saber por qué no usé el Imperius sobre algunos de los magos más fuertes que pudieran usar Imperius sobre otros, asesinar a los más fuertes que pudieran resistir mi Imperius, y apoderarme del Ministerio en, oh, quizá tres días."
Harry asintió en silencio.
El Profesor Quirrell se veía contemplativo; su mano estaba tamizando recortes de hierba dentro del caldero, poco a poco. Ese ingrediente, si Harry recordaba correctamente, estaba como al 80% para finalizar la receta.
"Yo mismo me lo he cuestionado," el Profesor de Defensa explicó por fin, "cuando escuché sobre la profecía de Trelawney por boca de Snape, y contemplé tanto el pasado como el futuro. Si tú le hubieses preguntado a mi yo pasado por qué no había usado el Imperius, él habría dicho que era necesario ser visto para gobernar, comandar abiertamente la burocracia del Ministerio, antes de que fuera a llegar el momento de poner sus ojos sobre otros países. Habría señalado sobre cómo una victoria rápida y silenciosa podría haber traído más retos en el futuro. Habría afirmado que Dumbledore presentaba un gran obstáculo debido a su increíble destreza defensiva. Y habría tenido excusas similares para cada camino rápido que había considerado. De algún modo nunca era el tiempo correcto para llevar mis planes a su fase final, siempre había una cosa más por hacer antes. Entonces escuché la profecía y supe que había llegado el tiempo, pues el Tiempo mismo me estaba mirando a mí. Que el lapso para dudar se había acabado. Y miré para atrás, y me di cuenta que por alguna razón esto había estado sucediendo durante años. Yo creo..." El pedazo ocasional de hierba seguía cayendo de su mano, sin embargo el Profesor Quirrell no parecía prestar nada de atención a eso. "Yo pensé, cuando estaba contemplando mi pasado bajo la luz de las estrellas, que me había acostumbrado demasiado a jugar contra Dumbledore. Dumbledore era inteligente, con diligencia intentaba ser astuto, él no esperaba a que yo diera un golpe sino que de hecho me sorprendía. Hacía bizarros movimientos que llegaban a desarrollarse de maneras fascinantes e impredecibles. En retrospectiva, había muchos planes obvios para destruir a Dumbledore; pero creo que una parte de mí no quería regresar a jugar solitario en vez de ajedrez. Fue cuando tuve el prospecto de crear otro Tom Riddle contra el cual jugar, alguien incluso más digno que Dumbledore, que por primera vez estuve dispuesto a contemplar el fin de mi guerra. Sí, en retrospectiva eso suena estúpido, sin embargo a veces nuestras emociones son tan tontas que buscamos razones para no admitirlas. Nunca me habría comportado con tal talante deliberadamente. Habría violado las Reglas Nueve, Dieciséis, Veinte, y Veintidós y eso es demasiado incluso si te estás divirtiendo. Aunque decidir reiteradamente que había una cosa más por hacer, una ventaja más por ser ganada, una pieza más que yo simplemente tenía que poner en su lugar, antes de abandonar un periodo gozoso de mi vida y avanzar hacia el más tedioso liderazgo de Bretaña... bueno, incluso yo no soy inmune a un error como ese, si no me doy cuenta de que lo estoy cometiendo."
Y ahí fue cuando Harry supo lo que iba a ocurrir al final de esto, después de que la Piedra Filosofal hubiese sido robada.
Al final de esto, el Profesor Quirrell lo iba a asesinar.
El Profesor Quirrell no lo quería matar. Era posible que Harry fuera la única persona en todo el mundo contra la cual el Profesor Quirrell no sería capaz de usar una Maldición Asesina. Pero el Profesor Quirrell pensaba que tenía que hacerlo, por alguna razón.
Por eso era que el Profesor Quirrell había decidido que era necesario tomar el camino largo para fabricar la poción de refulgencia. Por eso era que el Profesor Quirrell había sido persuadido tan fácilmente para responder estas preguntas, hasta hablar finalmente sobre su vida con alguien que lo podría comprender. Justo como el Señor Voldemort había demorado acabar la Guerra Mágica para jugar un poco más contra Dumbledore.
Harry no podía recordar exactamente lo que el Profesor Quirrell había dicho antes sobre no asesinar a Harry. No había sido algo directo como 'Absolutamente no estoy planeando matarte de cualquier forma, modo, o manera a menos que positivamente insistas en hacer algo estúpido'. El propio Harry había estado reluctante a presionar demasiado sobre esa promesa y prefirió términos más ambiguos porque Harry ya sabía que necesitaría neutralizar al Señor Voldemort y no había querido un lenguaje más preciso para revelar ese hecho, en caso de que fueran a realizar promesas que los fueran a obligar verdaderamente. Así que ciertamente había vacíos legales, fuera lo que fuera que se había dicho.
No hubo una conmoción en particular con esta conclusión, nada más se incrementó la sensación de urgencia; alguna parte de Harry ya había sabido esto, y simplemente había estado esperando una excusa para hacerlo un conocimiento deliberado. Hubo demasiadas cosas pronunciadas por el Profesor Quirrell que él no habría revelado a cualquiera que tuviera una expectativa de vida superior a unas cuantas horas. La sobrecogedora insolación y soledad de la vida que el Profesor Quirrell había descrito podría explicar porque estaba dispuesto a violar sus Reglas y conversar con Harry, dado que Harry iba a morir pronto y que el mundo no funcionaba como una obra de teatro donde el villano que siempre revelaba sus planes iba a fracasar en asesinar al héroe después. Ciertamente la muerte de Harry tenía que estar dentro de aquellos planes futuros en algún momento.
Harry tragó saliva, controlando su respiración. El Profesor Quirrell acababa de añadir un mechón de pelo de caballo a la poción de refulgencia, y eso estaba casi al final de la poción, si Harry recordaba correctamente. Tampoco quedaban muchas campanulas para ser añadidas.
Probablemente era momento de dejar de preocuparse sobre el riesgo y desarrollar esta conversación con menos moderación, considerando todo.
"Si yo señalo uno de los errores del Señor Voldemort," Harry inquirió, "¿acaso él me va a castigar por eso?"
El Profesor Quirrell levantó sus cejas. "No si el error es real. Te sugiero que no me quieras moralizar. Aunque no voy a maldecir al mensajero de malas noticias, ni al subordinado que hace un intento honesto de señalar un problema. Incluso como el Señor Voldemort nunca fui capaz de cometer tal estupidez. Por supuesto, hubo algunos tontos que confundieron mi política con debilidad, que intentaron ascender al hacerme quedar mal con consejos en público, pensando que yo estaba obligado a tolerar sus críticas." El Profesor Quirrell sonrió reminiscencia. "Los Mortífagos estaban mejor sin ellos, y no te recomiendo que cometas el mismo error."
Harry asintió, un ligero escalofrío lo recorrió. "Pues, cuando me contó lo que sucedió en el Valle de Godric, en la Noche de Brujas, en 1981 o sea, pues... Creo que observé otra falla en su razonamiento. Un camino por el cual pudo evitar el desastre. Pero, pues, creo que usted tiene un punto ciego, un tipo de estrategias que no consideró, y que tampoco vio después -"
"Espero que no estés apunto de decir algo como 'intenta no matar personas'," el Profesor Quirrell lo interrumpió. "Me pondré muy infeliz si ese es el caso."
"No ess diferencia de valoress. Error verdadero, dado sus objetivoss. ¿Me va a lasstimar, si me comporto como el professor con ussted, y le ensseño una lección? ¿O ssi el error ess ssimple y obvio, y lo hace ssentir esstúpido?"
"No," siseó el Profesor Quirrell. "No ssi la lección ess verdadera."
Harry tragó saliva. "Pues. ¿Por qué no intentó comprobar el sistema horrocrux antes de tener que utilizarlo?"
"¿Comprobar?" replicó el Profesor Quirrell. Levantó la vista de la poción que estaba revolviendo, y su voz contenía indignación. "¿A qué te refieres, con comprobar?"
"¿Por qué no intentó comprobar que el sistema horrocrux estuviera funcionando correctamente, antes de que lo fuera a necesitar en la Noche de Brujas?"
El Profesor Quirrell se mostró disgustado. "Eres un ridículo - yo no quería morir, Sr. Potter, ¡y esa era la única manera de comprobar mi más grande creación! ¿Qué bien me habría hecho arriesgar mi vida antes en vez de después? ¿Cómo habría estado mejor así?"
Harry tragó la saliva en su garganta. "Había un camino para comprobar ssu ssisstema horrocrux ssin morir. La lección general es importante. ¿La ve ahora?"
"No," el Profesor Quirrell declaró tras un rato. El Profesor de Defensa pasó a desmenuzar una de las últimas campanulas junto con una hebra de largo cabello rubio y luego las tiró dentro de la poción, que ahora estaba burbujeando con más brillo. Únicamente quedaban dos campanulas más sobre la mesa de Pociones. "Y espero que su lección sea sensata, por su propio bien."
"Suponga, Profesor, que descubro cómo invocar el hechizo mejorado del horrocrux y estuviera dispuesto a usarlo. ¿Qué haría yo con eso?"
El Profesor Quirrell respondió de inmediato. "Buscarías a alguna persona cuya moralidad te parezca aberrante y con cuya muerte te puedas convencer a ti mismo de que vas a salvar otras vidas, y lo matarías para crear un horrocrux."
"¿Y entonces qué?"
"Harías más horrocruxes," contestó el Profesor de Defensa. Cogió una vasija que parecía contener escamas de dragón.
"Antes de eso," Harry dijo.
Tras un tiempo el Profesor de Defensa sacudió su cabeza. "Todavía no lo veo, y es mejor que dejes de jugar conmigo y me lo cuentes de una vez."
"Habría fabricado horrocruxes para mis amigos. Si usted alguna vez se hubiera preocupado realmente por una sola persona en todo el mundo, de haber existido una sola persona que le pudiera dar significado a su inmortalidad, alguien con quien usted quisiera vivir por siempre a su lado -" la garganta de Harry se ahogó. "Entonces, entonces la idea de hacer un horrocrux para alguien más no habría sido un pensamiento tan contra-intuitivo." Harry estaba parpadeando con fuerza. "Tiene un punto ciego para estrategias que involucran hacer cosas buenas para otras personas, hasta el punto que le impide alcanzar sus metas egoístas. Usted cree que... no es su estilo, supongo. Esa... parte particular de la imagen que tiene de usted mismo... por esa parte suya usted tuvo que pagar esos nueve años."
El gotero que sostenía el Profesor de Defensa que contenía aceite de menta iba añadiendo líquido al caldero, gota por gota.
"Ya veo..." el Profesor de Defensa dijo lentamente. "Ya veo. Debí haber enseñado a Rabastan el ritual de horrocrux avanzado, y haberlo forzado a comprobar mi invento. Sí, eso es extremadamente obvio en retrospectivo. De hecho, pude haber ordenado a Rabastan para que hubiese intentado marcarse a sí mismo en algún bebé desechable, para ver qué ocurría, antes de ir yo mismo al Valle de Godric para crearte." El Profesor Quirrell sacudió su cabeza por el desconcierto. "Bueno. Me alegra darme cuenta de esto ahora y no diez años antes; ya tenía bastante con lo que regañar a mi persona en ese momento."
"Usted no ve maneras bondadosas de hacer las cosas que quiere hacer," Harry insistió. Sus oídos escucharon una nota de desesperación en su propia voz. "Incluso cuando una estrategia bondadosa sería más efectiva no la puede ver porque tiene una imagen propia de no ser bondadoso."
"Es una observación justa," reconoció el Profesor Quirrell. "En efecto, ahora que lo has señalado, acabo de pensar en algunas cosas bondadosas que podría hacer este mismo día, para hacer avanzar mi agenda."
Harry nada más se lo quedó mirando.
El Profesor Quirrell estaba sonriendo. "Su lección es buena, Sr. Potter. De ahora en adelante, hasta que se convierta en un hábito, seguiré buscando con diligencia estrategias astutas que involucren hacer cosas bondadosas para otros. Ir y practicar actos de buena voluntad, tal vez, hasta que mi mente vaya allí con facilidad."
Fríos escalofríos bajaron por la espina dorsal de Harry.
El Profesor Quirrell lo había dicho sin la más mínima vacilación visible.
El Señor Voldemort tenía la certeza absoluta de que nunca podría ser redimido. No tenía ni la más mínima pizca de miedo porque eso le fuera a pasar.
La penúltima campanula fue arrojada dentro de la poción, con gentileza.
"¿Alguna otra lección valiosa que le quieras enseñar al Señor Voldemort, niño?" inquirió el Profesor Quirrell. Había levantado la vista de la poción, y con una sonrisa siniestra como si supiera exactamente lo que Harry estaba pensando.
"Sí," Harry contestó, su voz casi rompiéndose. "Si obtener la felicidad es su meta, entonces hacer cosas bondadosas para otras personas se siente mejor que hacerlas para uno mismo -"
"¿Realmente crees que nunca se me ocurrió eso, niño?" La sonrisa había desaparecido. "¿Crees que soy estúpido? Tras mi graduación de Hogwarts recorrí el mundo durante años antes de regresar a Bretaña como el Señor Voldemort. Me he puesto tantos rostros que ya perdí la cuenta. ¿Crees que nunca intenté jugar el papel del héroe, nada más para ver cómo se sentía? ¿Te has topado con el nombre de Alexander Chernyshov? Bajo ese disfraz, me dirigí a un desamparado hoyo infernal gobernado por un Mago Oscuro, y liberé a los desdichados habitantes de su dominio. Derramaron lágrimas de gratitud para mí. No sentí nada en particular. Incluso me quedé y maté a los siguientes cinco Magos Oscuros que intentaron apoderarse de ese lugar. Me gasté mis propios Galeones - bueno, no mis propios Galeones, aunque se aplica el mismo principio - para embellecer su pequeño país e introducir una sombra de orden. Se arrodillaron aún más, y a uno de cada tres infantes le pusieron el nombre de Alexander. Seguí sin sentir nada, por lo que me di por satisfecho, lo consideré un intento bien hecho, y seguí con mi vida."
"¿Y fue feliz como el Señor Voldemort, entonces?" La voz de Harry se había elevado, puesto salvaje.
El Profesor Quirrell dudó, luego se encogió de hombros. "Parece ser que ya conoces la respuesta para eso."
"¿Entonces por qué? ¿Por qué ser Voldemort si ni siquiera lo hace feliz?" La voz de Harry se rompió. Yo soy usted, yo estoy basado en usted, ¡así que yo sé que el Profesor Quirrell no es solamente una máscara! ¡Yo sé que él es alguien que usted podría haber sido realmente! ¿Por qué no seguir siéndolo? Elimine la maldición del Profesor de Defensa y sólo quédese aquí, use la Piedra Filosofal para asumir la apariencia de David Monroe y permita que el Quirinus Quirrell real sea libre, si se compromete a dejar de matar personas juro que no le voy a contar a nadie quién es realmente, nada más sea el Profesor Quirrell, ¡por siempre! Sus estudiantes lo van a apreciar, los estudiantes de mi padre lo aprecian a él -"
El Profesor Quirrell se estaba carcajeando sobre el caldero mientras lo revolvía. "Hay quizá quince mil magos viviendo en la Bretaña Mágica, niño. Solía haber más. Hay una razón para que ellos teman pronunciar mi nombre. ¿Me vas a perdonar eso porque te gustaron mis lecciones de Batalla Mágica?"
Lo secundo, opinó el Hufflepuff interior de Harry. Seriamente, ¿qué rayos?
Harry mantuvo su cabeza levantada, aunque estaba temblando. "No me corresponde a mí perdonar cualquier cosa que usted haya hecho. Sin embargo eso es mejor a otra guerra."
"Ja," replicó el Profesor de Defensa. "Si alguna vez encuentras un Giratiempo capaz de regresar cuarenta años y que pueda alterar la historia, asegurate de decirle eso a Dumbledore antes de que rechace la petición de Tom Riddle como Profesor de Defensa. Aunque por desgracia, me temo que el Profesor Riddle no habría encontrado felicidad duradera dentro de Hogwarts."
"¿Por qué no?"
"Porque habría seguido rodeado de idiotas, y no habría podido matarlos," El Profesor Quirrell dijo apacible. "Matar a los idiotas es mi más grande alegría en la vida, y te voy a agradecer que no hables mal de esa costumbre hasta que la hayas intentado con tu propia mano."
"Tiene que haber algo que lo haga más feliz que eso," Harry insistió, su voz rota de nuevo. "Tiene que haberlo."
"¿Por qué?" preguntó el Profesor Quirrell. "¿Acaso hay alguna ley científica que no haya encontrado todavía? Cuéntamela."
Harry abrió su boca, pero no pudo encontrar palabra alguna, tenía que haber algo tenía que haber algo si tan sólo pudiera encontrar lo que era correcto para decir -
"Y tú," prosiguió el Profesor Quirrell, "tampoco tienes derecho a hablarme sobre la felicidad. La felicidad no es lo que tú consideras precioso por encima de todo. Decidiste eso en el principio, desde el mismo comienzo de este año, cuando el Sombrero Seleccionador te ofreció Hufflepuff. De lo que estoy seguro, porque recibí una oferta y advertencia similares hace muchos años, y la rechacé al igual que tú. Más allá de esto hay poco para hablar, entre los Tom Riddle." El Profesor de Defensa se giró hacia el caldero.
Antes de que Harry pudiera pensar en cualquier replica, el Profesor Quirrell dejó caer la última campanula, y una explosión de burbujas brillantes hirvió en la superficie del caldero.
"Creo que hemos terminado aquí," el Profesor Quirrell declaró. "Si tienes más preguntas, tendrán que esperar."
Harry se puso de pie temblando; al tiempo que el Profesor Quirrell cogió el caldero y derramó una enormemente ridícula cantidad de líquido refulgente, más de lo que parecía necesario para llenar una docena de calderos, sobre el fuego púrpura que protegía la puerta.
El fuego púrpura desapareció con un parpadeo.
"Ahora por el Espejo," anunció el Profesor Quirrell, y sacó la Capa de Invisibilidad de entre su túnica, y la hizo caer flotando ante los zapatos de Harry.
...
Capítulo 107 Capítulo 109
Nota del Traductor (24 de Marzo de 2.020)
Ad hominem tu quoque puede traducirse como la falacia de la hipocresía o de la inconsistencia personal. Como cuando alguien dice que comer hamburguesas es malo para la salud, pero esa misma persona come hamburguesas todo el tiempo; si bien eso demuestra que la persona es hipócrita, eso no implica que las hamburguesas sean saludables, sino que la persona carece del auto-control suficiente.
El siguiente episodio está alrededor de las 5.000 palabras, a ritmo de cuarentena, debería publicarlo el 27 de Marzo de 2.020 en Patreon y el 3 de Abril en mi blog y FNN.
Espero que todos estén tomando las medidas necesarias para cuidarse durante esta crisis. Sean racionales.
Faltan 14 capítulos para el final de Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad.
Esta entrada fue posible gracias a Rocio Tou, Sergio Andres Rodriguez Vargas, Nkp, Richard Nole, y Kbrem.
Si lo deseas puedes apoyarme en el Patreon de Rhaidot.
Gracias por leer.
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