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domingo, 15 de marzo de 2020

Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad Capítulo 107

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Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad


La muerte es mi enemiga
La muerte es mi enemiga por AnnieAMC

Capítulo 107: La verdad, Parte 4


La escalera en espiral de hojas de dieffenbachia gigante se sintió como tierra del bosque bajo los zapatos de Harry, no tan resistente como el concreto, pero lo suficiente para soportar su peso. Harry mantuvo un ojo atento sobre los tentáculos, aunque permanecieron pasivos.

Cuando Harry llegó hasta el fondo de la escalera en espiral de hojas, los tentáculos de repente lo azotaron y sujetaron los brazos y piernas de Harry.

Tras una breve lucha, Harry cesó toda resistencia.

"Interesante," dijo el Profesor Quirrell, mientras bajaba flotando, sin tocar ninguna de las hojas o tentáculos de la planta. "Me doy cuenta de que no pareces tener problema para perder contra una planta."

Harry observó con más atención al Profesor de Defensa, viéndolo sin los lentes del pánico. El Profesor Quirrell estaba derecho y moviéndose, volando sin aparente dificultad; la sensación de peligro que emanaba era fuerte. Sin embargo sus ojos seguían hundidos en su cráneo, sus brazos delgados y marchitos. La enfermedad no había sido un farol, y la hipótesis obvia era que el Profesor de Defensa había comido otro unicornio recientemente para recuperar temporalmente algo de su fuerza.

Y el Profesor de Defensa también estaba hablando con la máscara del Profesor Quirrell, no como el Señor Voldemort, lo que podría no ser una mala señal desde la perspectiva de Harry. Harry no sabía por qué - a menos que fuera que el Profesor de Defensa todavía lo necesitaba para algo - pero ciertamente parecía a favor de los propios intereses de Harry seguir la corriente.

"Usted específicamente me dejó caminar hacia esta trampa, Profesor," Harry respondió, justo del modo en que él había hablado con el Profesor Quirrell. Roles, máscaras, debe recordar cómo solía ser entre nosotros... "Por cuenta propia, yo habría usado mi escoba."



"Quizá. ¿Cómo habría solucionado este reto un estudiante ordinario de primer año? De tener su varita, claro está." La planta ahora estaba extendiendo sus tentáculos hacia el Profesor Quirrell, pero el Profesor Quirrell se limitaba a levitar lejos de su alcance.

Harry había recordado que la Profesora Sprout mencionó algo sobre una planta de Lazo del Diablo, sobre la cual el libro de primer año decía que le gustaban los lugares fríos, y oscuros como las cuevas - aunque cómo podía eso ser verdad sobre una planta con hojas era un misterio para otra ocasión.

"Como deducción, diría que esta es una planta de Lazo del Diablo y que podría retirarse ante la luz o el calor. ¿Así que quizá alguien de primer año podría usar Lumos? Hoy yo usaría Inflammare, sin embargo no aprendí ese hechizo hasta Mayo."

Un giro de la varita del Profesor de Defensa, y un haz de líquido salpicado salió de ella, golpeando a la planta cerca de la base de sus tentáculos, sonando primero un golpe seco y luego un siseo apagado. Todos los tentáculos tocando a Harry lo soltaron frenéticamente y empezaron a palmear las crecientes heridas apareciendo en la piel de la planta, como si intentara remover el estimulante del dolor; algo sobre la planta dio la impresión de que estaba gritando sin producir sonido.

El Profesor Quirrell finalizó su descenso flotante. "Ahora teme a la luz, calor, ácido, y a mí."

Harry brincó desde la hoja final y llegó hasta el suelo, tras una cuidadosa mirada a su túnica y luego al piso para estar seguro que nada del ácido había caído por ahí. Harry había comenzado a sospechar que el Profesor Quirrell estaba intentando establecer un punto, aunque Harry desconocía cuál podía ser ese dichoso punto. "Pensé que estábamos en una misión, Profesor. No se lo puedo impedir, ¿pero es inteligente gastar tanto tiempo jugando conmigo?"

"Oh, tenemos tiempo," afirmó el Profesor Quirrell, sonando divertido. "Habría un gran alboroto si fuéramos a ser descubiertos aquí, protegidos por un Inferius. No te comportaste como si hubieras escuchado tal alboroto en tu partido de Quidditch, antes de llegar a este tiempo y hablar con Snape como lo hiciste."

Un ligero escalofrío cayó sobre Harry, al comprender esto. Cualquier cosa que hubiese hecho para vencer al Profesor Quirrell no había perturbado la escuela, o al menos el juego de Quidditch, porque no había interrumpido el juego de Quidditch. Incluso si se podían llamar suficientes fuerzas para subyugar al Señor Voldemort, no sería fácil de lograr sin que se diera cuenta la Profesora McGonagall o el Profesor Flitwick o cualquier otro durante el juego de Quidditch...

Combatir a un enemigo inteligente era difícil.

E incluso así... incluso así le pareció a Harry que si se ponía en los zapatos del Profesor Quirrell, él no estaría teniendo conversaciones ociosas y aplicando juegos mentales. El Profesor Quirrell estaba ganando algo al tomarse su tiempo aquí. ¿Pero qué? ¿Había algún otro proceso que tenía que ser completado?

"Por cierto, ¿ya me traicionaste?" preguntó el Profesor Quirrell.

"No te he traicionado todavía," Harry siseó.

El Profesor de Defensa hizo un gesto apuntando con la pistola que ahora estaba sosteniendo en su mano izquierda, y Harry caminó hacia la gran puerta de madera al otro lado del cuarto, y la abrió.

...

La siguiente cámara era más pequeña en diámetro, con un techo más alto. La luz brillando desde los rincones arqueados eran blancos, en vez de azules.

Alrededor de ellos aleteaban cientos de llaves aladas, atravesando el aire con frenesí. Tras observar por unos segundos, fue claro que solamente una llave era de color dorado como una Snitch - aunque se estaba moviendo más lento que una Snitch en un juego real de Quidditch.

Al otro lado del cuarto había una puerta conteniendo una gran, prominente cerradura.

Contra la pared izquierda descansaba una escoba, la montura de combate escolar la Barredora Siete.

"Profesor," Harry expresó, viendo fijamente el montón de llaves aleteando, "usted se comprometió a responder mis preguntas. ¿De qué va exactamente todo esto? Si uno cree que ha asegurado una puerta para que no sea abierta sin una llave, se mantiene la llave en un lugar seguro y sólo le da una copia a las entradas autorizadas. Uno no le da alas a la llave y luego deja una escoba preparada contra la pared. ¿Así que qué rayos estamos haciendo aquí y qué está pasando? Es una deducción obvia que el espejo mágico es el único factor real protegiendo la Piedra, ¿pero por qué el resto de esto - y por qué alentar a los de primer año a venir aquí?"

"No estoy verdaderamente seguro," explicó el Profesor de Defensa. Había entrado al cuarto y se había estacionado muy a la derecha de Harry, manteniendo la distancia entre ellos. "Sin embargo deberé responder, como prometí que lo haría. El método de Dumbledore es hacer una docena de cosas que parecen locas, y luego únicamente ocho de ellas, o quizá nueve, ocultan un significado más profundo. Mi suposición es que Dumbledore tenía la intención de pretender que yo era invitado a enviar a un estudiante como mi apoderado. Precisamente para que el Señor Voldemort, como Dumbledore lo concibe, estuviera menos tentado a considerarse astuto de hacerlo así. Imagina a Dumbledore primero considerando el asunto de cómo proteger la Piedra. Imagina a Dumbledore considerando dónde poner los verdaderos peligros para proteger el Espejo. Imagina que él se imagina a un joven estudiante tropezando con aquellos peligros para mi beneficio. Creo que eso es lo que Dumbledore estaba intentando evitar, al aparentar  que la estrategia es una invitación, y no muy astuta. A menos, por supuesto, que yo haya malentendido lo que Dumbledore cree que el Señor Voldemort piensa." El Profesor Quirrell sonrió siniestro, y se veía tan natural, en él, como cualquier mueca que le hubiese mostrado a Harry antes. "La planeación no es algo natural para Dumbledore, sin embargo lo intenta porque debe. A esa tarea Dumbledore le pone inteligencia, dedicación, la habilidad para aprender de sus errores, y una absoluta falta de talento innato. Él es maravillosamente difícil de predecir por esa única razón."

Harry se giró, observando la puerta en el lado opuesto del cuarto. Para Dumbledore no era un juego, Profesor. "Mi deducción es que la solución intencional es que los de primer año ignoren la escoba y usen Wingardium Leviosa para coger la llave ya que este no es un juego de Quidditch y no hay reglas que prohíban eso. ¿Así que cuál hechizo exageradamente poderoso va a liberar en esta ocasión, entonces?"

Hubo un breve silencio excepto por las llaves aleteando.

Harry se alejó varios pasos del Profesor Quirrell. "Probablemente no debí haber dicho eso."

"Oh, no," el Profesor Quirrell dijo. "Creo que es algo bastante razonable para pronunciar cuando el Mago Oscuro más poderoso del mundo estaba parado a menos de una docena de pasos de ti."

El Profesor Quirrell metió su varita dentro de la manga de su otra mano, la mano que a veces sostenía la pistola.

Entonces el Profesor de Defensa se metió la mano dentro de su boca y extrajo lo que parecía ser un diente. Arrojó el falso diente muy alto en el aire, y cuando volvió a bajar, se había transformado en una varita que provocó una chispa de reconocimiento dentro de la mente de Harry, como si alguna parte de él reconociera esa varita como si fuera... parte de él...

Trece pulgadas y media, acebo, con un núcleo de pluma de fénix. Harry había memorizado la información cuando el fabricante de varitas Olli-algo se la había entregado, porque había parecido como Relevante para la Trama. El evento, y el pensamiento subyacente que había tenido, ambos parecían a la distancia de otra vida.

El Profesor de Defensa levantó esa varita, y describió en el aire una runa flamante que era puros bordes dentados y malevolencia; Harry retrocedió otro paso por instinto. Luego el Profesor Quirrell habló. "Az-reth. Az-reth. Az-reth."

La flamante runa empezó a derramar un fuego que era... perverso, como si los bordes dentados de la runa se hubiesen convertido en la naturaleza misma del fuego. El fuego resplandecía en escarlata, y sus sombras eran más rojas que la sangre, con un fulgor tan abrasador como el de un soplete. Ese brillo en sus sombras parecía incorrecto por sí mismo, como si nada con una sombra tan roja debiera ser capaz de producir tanta luz; y el escarlata abrasador estaba cruzado con venas de negro que parecían absorber la luz del fuego. Dentro del fuego ennegrecido, delineado por el choque de escarlata y oscuridad, figuras animales se iban retorciendo brutalmente de un depredador a otro, cobra a hiena a escorpión.

"Az-reth. Az-reth. Az-reth." Cuando el Profesor Quirrell hubo repetido la palabra seis veces, había surgido tanto fuego negro-escarlata como el volumen de un pequeño arbusto.

El cambiar del fuego maldito se fue haciendo más lento cuando el Profesor Quirrell fijó sus ojos, adquiriendo una sola forma, la forma de un fénix de sangre quemada y ennegrecida.

Y algo le dijo a Harry con una certeza terrible que si el fénix de ardiente negro chocaba con Fawkes, el verdadero fénix iba a morir y nunca iba a renacer.

El Profesor Quirrell hizo un único gesto con su varita, y el fuego ennegrecido salió ardiendo a través del cuarto. Se estrelló contra la puerta y su cerradura, y con un mero aleteo de sus alas escarlatas y ardientes, casi toda la puerta y parte del arco fue consumido. Luego el escarlata manchado avanzó volando y brillante.

Harry apenas y alcanzó a echar un vistazo a través del hoyo para observar unas grandes estatuas que empezaban a levantar espadas y mazos, cuando el fuego ennegrecido cayó sobre las estatuas, y estas se rompieron y quemaron.

Cuando terminó, el fénix de fuego ennegrecido se devolvió por el hoyo, y flotó cerca del hombro izquierdo del Profesor Quirrell, las garras escarlatas con la intensidad del sol quedando a una pulgada de su túnica.

"Adelante," declaró el Profesor Quirrell. "Ahora es seguro."

Harry avanzó, necesitando invocar los patrones cognitivos de su lado oscuro para mantener la calma lo suficiente como para caminar. Harry pisó los luminosos bordes de las partes remanentes de la puerta, y oteó el tablero de las enormes y arruinadas piezas de ajedrez. Las baldosas de mármol que alternaban de negro a blanco empezaban a cinco metros de la puerta arruinada, y se extendían de pared a pared, aunque se detenían antes de cinco metros de la siguiente puerta al otro lado del cuarto. El techo era significativamente más alto que el alcance máximo de las estatuas.

"Habría deducido que," Harry habló, y los patrones cognitivos de su lado oscuro mantuvieron su voz calmada, "¿la solución intencionada era volar sobre las estatuas usando la escoba del cuarto anterior, ya que en realidad no se necesitaba para obtener la llave?"

Detrás de él, el Profesor Quirrell se rió, y era la risa del Señor Voldemort. "Procede," ordenó una voz que se hacía más fría y aguda. "Ve al siguiente cuarto. Deseo ver lo que vas a pensar allí."

Planeado por Dumbledore para los de primer año, Harry se recordó a sí mismo, SERÁ seguro, y caminó a través del arruinado tablero de ajedrez, puso su mano sobre la aldaba de esa puerta, y la empujó hacia adentro.

...

Medio segundo después, Harry cerró la puerta con un portazo y brincó para atrás.

Le requirió a Harry varios segundos dominar su respiración, y dominarse a sí mismo. Detrás de la puerta surgieron fuertes bramidos, y grandes estruendos cuando el mazo de roca aporreó el suelo.

"Supongo," Harry dijo con una voz que también era más fría, "ya que difícilmente Dumbledore pondría un trol de montaña real aquí, que el siguiente reto es una ilusión de mi peor memoria. Como un Dementor, con la memoria proyectada hacia el mundo exterior. Muy gracioso, Profesor."

El Profesor Quirrell avanzó hacia la puerta, y Harry se hizo para un lado. El lado oscuro de Harry o el simple instinto le advertían que no se fuera acercar a ese fuego negro-escarlata que estaba flotando sobre el hombro del Profesor Quirrell. A su lado la sensación de peligro era tan fuerte como la del propio Profesor.

El Profesor Quirrell abrió la puerta de par en par, y echó un vistazo. "Mmm," el Profesor Quirrell dijo. "Nada más el trol, como afirmaste. Ah, bueno. Tenía la esperanza de aprender algo más interesante sobre ti que eso. Lo que yace dentro es un Kokorhekkus, también conocido como el boggart común."

"¿Un boggart? Qué es lo que eso - no, supongo que ya sé lo que hace."

"Un boggart," explicó el Profesor Quirrell, y su voz nuevamente era la de un Profesor de Hogwarts enseñando, "gravita hacia los lugares oscuros que rara vez son abiertos, como las alacenas olvidadas dentro de un ático. Busca estar a solas, y se manifestará en cualquier forma que crea pueda hacerte huir."

"¿Hacerme huir?" Harry protestó. "Yo maté al trol."

"Retrocediste de un brinco para salir del cuarto sin pensar. Un boggart busca el susto instintivo, no la amenaza razonable. Por eso no selecciona algo más creíble. En cualquier caso, el Encantamiento estándar contra un boggart es, por supuesto, Fuego Endemoniado." El Profesor Quirrell hizo un gesto, y el fuego oscurecido se alejó de su hombro y perforó la puerta.

De adentro del cuarto surgió un único chillido, y luego nada.

Avanzaron hacia el cuarto que solía pertenecer al boggart, El Profesor Quirrell fue por delante en esta ocasión. Con el falso trol de montaña desaparecido, el cuarto no era más que otra enorme cámara iluminada por las frías luces azules sin origen.

La mirada del Profesor Quirrell parecía distante, pensativa. Cruzó el cuarto sin esperar a Harry, y abrió de par en par la puerta en el lado opuesto de la pared.

Harry lo siguió después, y no muy de cerca.

...

La siguiente cámara contenía un caldero, un estante con ingredientes embotellados, tablas de cortar, varas para revolver, y otros aparatos de Pociones. La luz proviniendo de los rincones arqueados era blanca en vez de azul, probablemente porque la visión de color era importante para fabricar Pociones. El Profesor Quirrell ya estaba parado al lado de los aparatos, escrutando un largo pergamino que había recogido. La puerta para entrar a la siguiente cámara era protegida por una cortina de fuego púrpura que habría parecido mucho más amenazadora, de no haber parecido pálida y débil en comparación a la flama ennegrecida que flotaba sobre el hombro del Profesor Quirrell.

La suspensión de la incredulidad de Harry ya se había ido de vacaciones a estas alturas, por lo que no protestó sobre cómo los sistemas de seguridad del mundo real tenían el objetivo de distinguir entre el personal autorizado y los que no estaban autorizados, lo que significaba poner retos que se comportan diferente alrededor de aquellos que se suponía no debían estar allí. Por ejemplo, un reto de seguridad bueno iba a comprobar si los que iban a entrar conocían la combinación de la cerradura que sólo se le había comunicado a las personas autorizadas, y un reto de seguridad malo iba a comprobar si los que entraban podían preparar una poción de acuerdo a unas instrucciones escritas que estaban convenientemente incluidas.

El Profesor Quirrell arrojó el pergamino hacia Harry, y flotó hacia el suelo en medio de los dos. ¿Qué piensas de esto?" inquirió el Profesor Quirrell, quien entonces retrocedió un paso para que así Harry pudiera avanzar y recoger el pergamino.

"No," Harry declaró tras una lectura rápida del pergamino. "Comprobar si los que entran pueden resolver un rompecabezas ridículamente sencillo de lógica sobre el orden de los ingredientes aún no es un reto que se comporte diferente para el personal autorizado y los que no están autorizados. No importa si usan un rompecabezas de lógica más interesante sobre tres ídolos o una línea de personas usando sombreros coloridos, de todos modos no están llegando al meollo del asunto."

"Mira el reverso," indicó Profesor Quirrell.

Harry le dio la vuelta al pergamino que medía más de medio metro.

En el reverso, escrita con letras diminutas, estaba la lista de instrucciones para preparar la poción más larga que Harry había visto en su vida. "Qué rayos-"

"Una poción de refulgencia, para apagar el fuego púrpura," el Profesor Quirrell explicó. "Se fabrica al añadir los mismos ingredientes, una y otra vez, en maneras ligeramente diferentes. Imagine a un grupo de ansiosos jóvenes de primer año, pasando a través de las otras cámaras, pensando que están a punto de alcanzar el espejo mágico, y entonces toparse con esta tarea. Este cuarto tiene en efecto la firma del Maestro de Pociones."

Harry dedicó una mirada significativa a la figura de fuego negro sobre el hombro del Profesor Quirrell. "¿El fuego no puede vencer al fuego?"

"Sí puede," contestó el Profesor Quirrell. "No estoy seguro de que deba hacerlo. ¿Supones que este cuarto tiene trampa?"

Harry no quería quedarse atascado preparando esta poción por diversión, o por cual fuera la razón que el Profesor Quirrell lo estaba llevando a través de estas cámaras tan lentamente. La receta de esta poción tenía treinta y cinco ocasiones separadas para añadir campanulas, catorce veces para añadir 'un mechón de cabello brillante'... "Quizá la poción libera un gas letal que es fatal para los magos adultos pero no para los niños. O cualquiera de los cientos de trucos mortales, si de repente nos ponemos serios. ¿Ahora vamos en serio?"

"Este cuarto fue moldeado por la mano de Severus Snape," El Profesor Quirrell expuso, una vez más mostrándose pensativo. "Snape no es un mero espectador en este juego, para nada. Carece de la inteligencia de Dumbledore, pero posee la intención asesina que Dumbledore nunca tuvo."

"Bueno, sea lo que sea que esté pasando aquí, no evita que pasen los niños," Harry observó. "Muchos de primer año lo atravesaron. Y si de algún modo puedes mantener a todos por fuera excepto a los niños, entonces eso, desde la perspectiva de Dumbledore, fuerza al Señor Voldemort a poseer a un niño para entrar. No le veo el sentido, considerando los objetivos de Dumbledore."

"En efecto," el Profesor Quirrell dijo, frotando el puente de su nariz. "Sin embargo verás, niño, este cuarto carece de las alarmas y señales de aviso que fueron puestos en los cuartos anteriores. No hay protecciones sutiles para ser vencidas. Es como si fuera invitado a no hacer la Poción y simplemente entrar - aunque Snape sabe que el Señor Voldemort se dará cuenta de esto. Si de hecho hubiese una trampa aquí para cualquiera que no fabrique la poción, entonces sería más sabio poner las mismas protecciones, y no dejar señales de que este cuarto es diferente de los otros."

Harry escuchó, frunciendo el ceño por la concentración. "Así que... el único objetivo de no poner las redes de detección es para hacer que usted no arrase con este cuarto."

"Tengo la expectativa de que Snape tenga la expectativa de que yo voy a deducir lo mismo," el Profesor de Defensa afirmó. "Y llegados a ese punto no puedo predecir en qué nivel él cree que yo voy a jugar. Soy paciente, y me di a mí mismo bastante tiempo para este empeño. Pero Snape no me conoce, él sólo conoce al Señor Voldemort. A veces a visto al Señor Voldemort aullar por la frustración, y actuar por impulsos que parecen contraproducentes. Considera este asunto desde la perspectiva de Snape: acaso el Maestro de Pociones le está diciendo al Señor Voldemort que debe ser paciente y seguir las instrucciones si quiere entrar, como si el Señor Voldemort no fuera más que un estudiante. Para mí sería fácil de acatar, sonriendo mientras lo hago, y tomar mi venganza después. Pero Snape desconoce que el Señor Voldemort encuentra fácil pensar de ese modo." El Profesor Quirrell miró a Harry. "Niño, me viste flotar en el aire junto al Lazo del Diablo, ¿no es así?"

Harry asintió. Entonces se dio cuenta de que estaba confundido. "Mi libro de Encantamientos afirma que es imposible para los magos hacerse levitar a sí mismos."

"Sí," prosiguió el Profesor Quirrell, "eso es lo que tu libro de Encantamientos dice. Ningún mago puede levitar por sí mismo, o cualquier objeto soportando su propio peso; es como intentar alzarse a ti mismo desde tus propios cordones. Y aún así solamente el Señor Voldemort puede volar - ¿cómo? Responde tan pronto como puedas."

Si la pregunta pudiera ser resuelta por un estudiante de primer año - "Usted hizo que alguien más lanzara los encantamientos de escoba sobre su ropa interior, y luego lo Desmemorizo."

"No exactamente," aclaró el Profesor Quirrell. "Los encantamientos de escoba requieren una forma larga y estrecha, que debe ser sólida. La ropa no servirá."

Las cejas de Harry se arrugaron. "¿Cuán larga tiene que ser la forma? ¿Puedes volar atando algunos palos de escoba cortos a un arnés de tela, y volar usando eso?"

"En efecto, al principio yo amarré varas encantadas a mis brazos y piernas, aunque eso fue solamente para enseñarme a mí mismo un nuevo modo de volar." el Profesor Quirrell echó para atrás la manga de su túnica, revelando un brazo desnudo. "Como puedes ver, no tengo nada bajo mi manga."

Harry absorbió esta limitación extra. "¿Hizo que alguien le lanzara encantamientos de escoba sobre sus huesos?"

El Profesor Quirrell suspiró. "Y esa fue una de las habilidades más temidas de Voldemort, o así me informaron. Después de tantos años, y alguna cantidad de Legeremancia reluctante, todavía no comprendo verdaderamente lo que está mal con las personas ordinarias... Pero tú no eres uno de ellos. Es momento de que empieces a contribuir a esta expedición. Recientemente has conocido más a Severus Snape que yo. Dime tu propio análisis de este cuarto."

Harry vaciló, intentando mostrarse pensativo.

"Voy a mencionar," amenazó Profesor Quirrell, mientras el fénix de fuego ennegrecido sobre su hombro extendía su cabeza y contemplaba a Harry, "que si conscientemente me permites fallar, lo voy a considerar una traición. Te recuerdo que la Piedra es clave para la resurrección de la Señorita Granger, y que tengo como rehenes las vidas de cientos de estudiantes."

"Lo recuerdo," Harry declaró, y ante esta presión el maravilloso cerebro inventivo de Harry tuvo un pensamiento.

Harry no estaba seguro de si debía comunicarlo.

El silencio se alargó.

"¿Se te ha ocurrido algo?" preguntó el Profesor Quirrell. "Responde en Lengua Parsel."

No, esto no iba a ser fácil, no contra un oponente que te podía forzar a revelar la verdad literal en cualquier momento. "Severus, al menos el Severus de la actualidad, respeta mucho tu inteligencia," Harry elaboró. "Creo... creo que él podría tener la expectativa de que Voldemort crea que Severus creería que Voldemort no puede pasar esta prueba de paciencia, sin embargo Severus tendría la expectativa de que Voldemort la pase."

El Profesor Quirrell asintió. "Esa es una teoría plausible. ¿Crees tú en ella? Responde en Lengua Parsel."

"Ssí," Harry siseó. Podría no ser seguro ocultar información, ni siquiera pensamientos e ideas... "Por lo tanto, el objetivo de este cuarto es demorar al Señor Voldemort durante una hora. Y si yo quisiera matarlo, creyendo lo que Dumbledore cree, la cosa obvia por intentar sería el Beso del Dementor. O sea, ellos creen que usted es un alma sin cuerpo - por cierto, ¿es verdad?"

El Profesor Quirrell no reaccionó. "Dumbledore no consideraría este método," el Profesor de Defensa dijo tras un rato. "Sin embargo Severus sí podría." El Profesor Quirrell empezó a poner su dedo una y otra vez sobre su mejilla, su mirada distante. "Tienes poder sobre los Dementores, niño, ¿puedes decirme si hay alguno cerca?"

Harry cerró sus ojos. Si había vacíos en el mundo, él no los podía sentir. "Ninguno que yo pueda sentir."

"Responde en Lengua Parsel."

"No ssiento a ningún devorador de vidass."

"¿Pero estabas siendo honesto conmigo al sugerir la posibilidad? ¿No tenías intención de engañarme?"

"Fui honessto. Ssin engañoss."

"Quizá hay algunos medios por los cuales un Dementor podría ser ocultado, con órdenes de asaltar y devorar un alma poseída si ven alguna..." el Profesor Quirrell seguía tocando su mejilla. "No es imposible que yo califique. O que le ordenen devorar a cualquiera que pase este cuarto demasiado rápido, o a cualquiera que no sea un niño. Teniendo en cuenta que tengo a Hermione y otros cientos de estudiantes como rehenes sobre ti, ¿usarías tu poder sobre los Dementores para defender mi persona, si un Dementor hiciera su aparición? Responde en Lengua Parsel."

"No lo ssé," Harry siseó.

"Loss devoradoress de vida no pueden desstruirme, creo," siseó el Profesor Quirrell. "Y yo ssimplemente voy a abandonar esste cuerpo ssi sse acercan demassiado. Regressaré máss pronto essta vez, y luego nada me detendrá. Voy a torturar a tuss padress durante añoss, como casstigo a tu entrometimiento. Cientoss de esstudiantess reheness morirán, incluyendo aquelloss que llamass amigosss. Ahora te pregunto de nuevo. ¿Vass a ussar tu poder ssobre loss devoradoress de vida para protegerme, ssi un devorador de vida aparece?"

"Ssí," Harry susurró. La tristeza y horror que Harry se había estado tragando volvieron a elevarse, y su lado oscuro no guardaba patrones para lidiar con esas emociones. Por qué, Profesor Quirrell, por qué tiene que ser así...

El Profesor Quirrell sonrió. "Eso me recuerda. ¿Ya me has traicionado?"

"No lo he traicionado todavía."

El Profesor Quirrell se dirigió hacia el equipo de Pociones, y empezó a cortar una raíz con una mano, el cuchillo moviéndose tan rápido que casi se volvía invisible y sin ningún esfuerzo aparente. El fénix de Fuego Endemoniado flotó hacia la esquina opuesta del cuarto y allí esperó. "Considerando todas las incertidumbres en este asunto, parece más sabio invertir el tiempo en este cuarto para pasarlo como alguien de primer año," concluyó el Profesor de Defensa. "Bien podríamos hablar mientras esperamos. ¿Tienes inquietudes, niño? Te prometí que respondería, así que pregunta."

...

Capítulo 106             Capítulo 108


Nota del autor


Aquellos de ustedes con grandes disputas sobre los secretos del Profesor de Defensa deberían apostar ahora, o callar para siempre.

Nota del Traductor (8 de Marzo de 2.020)


El próximo capítulo es bastante largo. creo que lo más probable es que lo publique el 29 de Marzo en mi Patreon y el 5 de Abril en mi blog y FFN. De verdad, es bastante largo.

Faltan 15 capítulos para el final de Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad.

Esta entrada fue posible gracias a Rocio Tou, Sergio Andres Rodriguez Vargas, Nkp, Richard Nole, y Kbrem.


Si lo deseas puedes apoyarme en el Patreon de Rhaidot.


Gracias por leer.

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