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jueves, 19 de diciembre de 2013

Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad Capítulo 19

Capítulo 18             Capítulo 20

HARRY POTTER Y LOS MÉTODOS DE LA RACIONALIDAD

Capítulo 19
Gratificación postergada (1)

Harry Potter y la oscuridad en su interior
"No hubo una fuente original, ni un primer movimiento, el aplauso inició por todos lados al tiempo como un tronido masivo." Fuente original


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¡Sangre para el dios de la sangre! ¡Cráneos para J. K. Rowling! (2)

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Draco tenía una expresión severa sobre su rostro, y su túnica de bordes verdes se veía mucho más formal, seria, y mejor arreglada que las exactamente idénticas túnicas usadas por los dos chicos detrás de él.

"Habla," pidió Draco.

"¡Sí! ¡Habla!"

"¡Escuchaste al jefe! ¡Habla!"

"Ustedes dos, por otro lado, cállense."

La última sesión de clases del Viernes estaba a punto de iniciar, en ese vasto auditorio donde las cuatro Casas aprendían Defensa, eh, Batalla Mágica.

La última sesión de clases del Viernes.

Harry estaba esperando que esta clase no fuera estresante, y que el brillante Profesor Quirrell se daría cuenta que quizá este no era el mejor momento para singularizar a Harry por lo que fuera. Harry se había recuperado un poco, pero...

...pero sólo en este caso, era probablemente lo mejor liberar un poco de estrés primero.

Harry se recostó en su silla y le otorgó una mirada de gran solemnidad a Draco y sus secuaces.

"¿Preguntas, cuál es nuestro objetivo?" Harry declamó. "Puedo responder en una palabra. Esa palabra es victoria. Victoria a toda costa – Victoria a pesar de todos los terrores - Victoria, sin importar que tan largo y difícil pueda ser el camino, porque sin victoria no hay -"

"Habla sobre Snape," Draco siseó. "¿Qué hiciste?"

Harry sacudió la falsa solemnidad y le dio a Draco una mirada más seria.

"Lo viste," Harry explicó. "Todos lo vieron. Chasquee mis dedos."

"¡Harry! ¡No te burles de mí!"

Así que había sido promovido a Harry. Interesante. Y de hecho Harry estaba bastante seguro de que se suponía que él tendría que notarlo, y sentirse mal si no correspondía de algún modo...

Harry se toco sus orejas y le mandó un significante vistazo a los secuaces.

"Ellos no hablaran," afirmó Draco.

"Draco," Harry replicó, "Voy a ser cien por ciento honesto aquí y te diré que ayer no quede particularmente impresionado con la astucia del Sr. Goyle."

Sr. Goyle se contrajo de dolor.

"Yo tampoco," aceptó Draco. "Le expliqué que terminé en deuda contigo por eso." (El Sr. Goyle se retorció adolorido otra vez.) "Pero hay una gran diferencia entre esa clase de error y ser indiscreto. Eso realmente es algo para lo que ellos han sido entrenados para entender desde la niñez."

"De acuerdo entonces," Harry admitió. Bajo su voz, aunque los ruidos de fondo se habían mermado en la presencia de Draco. "Deduje uno de los secretos de Severus e hice un poco de chantaje."

La expresión de Draco se endureció. "Bueno, ahora cuéntame algo que no le hayas dicho en estricta confidencia a los idiotas de Gryffindor, queriendo eso decir que esa era la historia que tú deseabas esparcir por toda la escuela."

Harry hizo una mueca involuntaria y supo que Draco lo había atrapado.

"¿Qué ha revelado Severus?" Harry preguntó.

"Que él no se había dado cuenta de qué tan sensibles eran los sentimientos de los niños jóvenes," Draco respondió. "¡Aún en Slytherin! ¡Aún a !"

"¿Estás seguro," Harry maquinó, "que quieres saber algo que tu Jefe de Casa preferiría que no sepas?"

"Sí," Draco contestó sin titubear.

lunes, 9 de diciembre de 2013

La Silla del Amor



SILLA DEL AMOR


Y como Melissa lo puso, ¡Rhaidot tiene cómic! Estos personajes resultaron de una conversación que tuvimos mientras leíamos a García Márquez y jugábamos al Dominó. ¡Já! En realidad está basado levemente en nuestra propia situación como pareja. Si les gusta a lo mejor dibujemos unos cuantos más.

EDICIÓN: Corregimos algunos dialogos y agregamos unos bordes para acentuar el efecto de que están hablando utilizando una cámara web.

jueves, 5 de diciembre de 2013

Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad Capítulo 18

Capítulo 17             Capítulo 19

HARRY POTTER Y LOS MÉTODOS DE LA RACIONALIDAD

Capítulo 18
Las Jerarquías de Dominancia

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Habla la Verdad

 
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Cualquier J. K. Rowling suficientemente avanzado es indistinguible de la magia.

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"Eso no suena como la clase de cosa que yo haría, ¿o sí?"

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Era hora del desayuno en la mañana del Viernes. Harry le dio otra enorme mordida a su tostada y luego intentó hacerle recordar a su cerebro que zamparse su desayuno no lo haría llegar a los calabozos más pronto. De todos modos tenían una hora completa de estudio entre el desayuno y el inicio de Pociones.

¡Pero calabozos! ¡En Hogwarts! La imaginación de Harry ya estaba esbozando las grietas, los puentes estrechos, las antorchas en candelabros, y parches de musgo brillante. ¿Habría ratas? ¿Habría dragones?

"Harry Potter," llamó una silenciosa voz detrás de él.

Harry miró por encima de su hombro y se encontró contemplando a Ernie Macmillan, inteligentemente vestido en una túnica de bordes amarillos y viéndose un poco preocupado.

"Neville pensó que debía advertirte," Ernie habló en voz baja. "Creo que él está en lo correcto. Ten cuidado del Maestro de Pociones en nuestra clase de hoy. Los Hufflepuffs mayores nos dijeron que el Profesor Snape puede ser muy antipático con las personas que no le caen bien, y principalmente no le caen bien los que no son de Slytherins. Si le pasas de listo con él... podría ser verdaderamente malo para ti, por lo que he escuchado. Sólo mantén tu cabeza abajo y no le des ninguna razón para que se fije en ti."

Hubo una pausa mientras Harry procesaba esto, y luego alzó sus cejas. (Harry deseaba alzar una ceja, como Spock, pero nunca había sido capaz de lograrlo.) "Gracias," Harry expresó. "Puede que me hayas evitado un montón de problemas."

Ernie asintió, y regresó a la mesa de Hufflepuff.

Harry continuó comiendo su tostada.

Alrededor de cuatro mordidas después alguien dijo "Perdóname," y Harry se volteó para ver a un Ravenclaw mayor que él, que se veía un poco preocupado -

Tiempo después, Harry estaba finalizando su tercer plato de tocino. (Había aprendido a comer pesado al desayuno. Siempre podía comer un almuerzo ligero si es que no terminaba usando el Giratiempo.) Y aún así hubo otra voz detrás de él pronunciando "¿Harry?"

"Sí," Harry contestó cansadamente, "Procuraré no llamar la atención del Profesor Snape -"

"Oh, eso es irremediable," interrumpió Fred.

"Completamente irremediable," concordó George.

"Así que hicimos que los elfos domésticos te hornearan un pastel," reveló Fred.

"Vamos a poner una vela en el pastel por cada punto de casa que pierdas para Ravenclaw," informó George.

"Y haremos una fiesta para ti en la mesa de Gryffindor durante el almuerzo," dijo Fred.

"Esperamos que eso te anime después," concluyó George.

Harry tragó su última mordida de tocino y se volteó. "De acuerdo," habló Harry. "No iba a preguntar esto después del Profesor Binns, de verdad que no, ¿pero si el Profesor Snape es así de malo por qué no ha sido despedido?"

"¿Despedido?" indagó Fred.

"¿Te refieres, a dejarlo ir?" cuestionó George.

"Sí," Harry afirmó. "Es lo que haces con los malos profesores. Los despides. Entonces contratas a un mejor profesor en su lugar. Ustedes no tienen sindicatos o contratos indefinidos aquí, ¿o sí?"

Fred y George estaban paralizados en casi el mismo modo en que los ancianos cazadores-recolectores tribales podrían haberse paralizado si hubieras intentado contarles sobre calculo.

"No lo sé," respondió Fred tras un rato. "Nunca había pensado sobre ello."

"Yo tampoco," agregó George.

"Sí," suspiró Harry, "Me dicen eso a menudo. Los veo al almuerzo, chicos, y no me culpen si no hay velas en ese pastel."

Fred y George se rieron al tiempo, como si Harry hubiera dicho algo divertido, y le hicieron una reverencia y regresaron a Gryffindor.

Harry retrocedió a la mesa del desayuno y agarró un cupcake. Su estomago ya se sentía lleno, pero tenía el presentimiento de que esa mañana podría necesitar muchas calorías. (1)

Mientras se comía su cupcake, Harry pensó en el peor profesor que había conocido hasta ahora, el Profesor Binns de Historia. El Profesor Binns era un fantasma. De lo que Hermione había dicho sobre fantasmas, no parecía que ellos fueran completamente consciente de sí mismos. No había descubrimientos famosos hechos por fantasmas, o algún trabajo original, sin importar quienes fueran en vida. Los fantasmas tendían a tener problemas recordando el siglo presente. Hermione había explicado que ellos eran como retratos accidentales, impresos en la materia circundante por un estallido de energía psíquica acompañando la repentina muerte de un mago.

Harry se había chocado con algunos profesores estúpidos durante sus abortadas incursiones dentro de la educación estándar Muggle – su padre había sido un poco más quisquilloso cuando se trataba de seleccionar estudiantes de posgrado como tutores, por supuesto – pero la clase de Historia fue la primera vez que había encontrado un profesor que literalmente no era sensitivo.

Y lo mostró, también. Harry se había rendido tras cinco minutos y empezó a leer un libro de texto. Cuando fue claro que el "Profesor Binns" no iba a objetar, Harry había llegado hasta su monedero y cogido tapones para los oídos.

¿Los fantasmas no requerían un salario? ¿Era por eso? ¿O era literalmente imposible despedir a alguien de Hogwarts incluso si moría?

Ahora parecía que el Profesor Snape iba a ser absolutamente horrible a cualquiera que no fuera un Slytherin y ni siquiera se le había ocurrido a nadie terminar su contrato.

Y el Director le había prendido fuego a una gallina.

"Discúlpame," le llegó una preocupada voz detrás suyo.

"Lo juro," Harry anunció sin voltearse, "este lugar es casi un ocho y medio por ciento tan malo como Papá dijo que sería Oxford."