Capítulo 17 Capítulo 19
HARRY POTTER Y LOS MÉTODOS DE LA RACIONALIDAD
Capítulo 18
Las Jerarquías de Dominancia
HARRY POTTER Y LOS MÉTODOS DE LA RACIONALIDAD
Capítulo 18
Las Jerarquías de Dominancia
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Cualquier J. K. Rowling suficientemente
avanzado es indistinguible de la magia.
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"Eso no suena como la clase de
cosa que yo haría, ¿o sí?"
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Era hora del desayuno en la mañana del
Viernes. Harry le dio otra enorme mordida a su tostada y luego
intentó hacerle recordar a su cerebro que zamparse su desayuno no lo
haría llegar a los calabozos más pronto. De todos modos tenían una
hora completa de estudio entre el desayuno y el inicio de Pociones.
¡Pero calabozos! ¡En Hogwarts! La
imaginación de Harry ya estaba esbozando las grietas, los puentes
estrechos, las antorchas en candelabros, y parches de musgo
brillante. ¿Habría ratas? ¿Habría dragones?
"Harry Potter," llamó una
silenciosa voz detrás de él.
Harry miró por encima de su hombro y
se encontró contemplando a Ernie Macmillan, inteligentemente vestido
en una túnica de bordes amarillos y viéndose un poco preocupado.
"Neville pensó que debía
advertirte," Ernie habló en voz baja. "Creo que él está
en lo correcto. Ten cuidado del Maestro de Pociones en nuestra clase
de hoy. Los Hufflepuffs mayores nos dijeron que el Profesor Snape
puede ser muy antipático con las personas que no le caen bien, y
principalmente no le caen bien los que no son de Slytherins. Si le
pasas de listo con él... podría ser verdaderamente malo para ti,
por lo que he escuchado. Sólo mantén tu cabeza abajo y no le des
ninguna razón para que se fije en ti."
Hubo una pausa mientras Harry procesaba
esto, y luego alzó sus cejas. (Harry deseaba alzar una ceja, como
Spock, pero nunca había sido capaz de lograrlo.) "Gracias,"
Harry expresó. "Puede que me hayas evitado un montón de
problemas."
Ernie asintió, y regresó a la mesa de
Hufflepuff.
Harry continuó comiendo su tostada.
Alrededor de cuatro mordidas después
alguien dijo "Perdóname," y Harry se volteó para ver a un
Ravenclaw mayor que él, que se veía un poco preocupado -
Tiempo después, Harry estaba
finalizando su tercer plato de tocino. (Había aprendido a comer
pesado al desayuno. Siempre podía comer un almuerzo ligero si es que
no terminaba usando el Giratiempo.) Y aún así hubo otra voz detrás
de él pronunciando "¿Harry?"
"Sí," Harry contestó
cansadamente, "Procuraré no llamar la atención del Profesor
Snape -"
"Oh, eso es irremediable,"
interrumpió Fred.
"Completamente irremediable,"
concordó George.
"Así que hicimos que los elfos
domésticos te hornearan un pastel," reveló Fred.
"Vamos a poner una vela en el
pastel por cada punto de casa que pierdas para Ravenclaw,"
informó George.
"Y haremos una fiesta para ti en
la mesa de Gryffindor durante el almuerzo," dijo Fred.
"Esperamos que eso te anime
después," concluyó George.
Harry tragó su última mordida de
tocino y se volteó. "De acuerdo," habló Harry. "No
iba a preguntar esto después del Profesor Binns, de verdad que no,
¿pero si el Profesor Snape es así de malo por qué no ha
sido despedido?"
"¿Despedido?" indagó Fred.
"¿Te refieres, a dejarlo ir?"
cuestionó George.
"Sí," Harry afirmó. "Es
lo que haces con los malos profesores. Los despides. Entonces
contratas a un mejor profesor en su lugar. Ustedes no tienen
sindicatos o contratos indefinidos aquí, ¿o sí?"
Fred y George estaban paralizados en
casi el mismo modo en que los ancianos cazadores-recolectores
tribales podrían haberse paralizado si hubieras intentado contarles
sobre calculo.
"No lo sé," respondió Fred
tras un rato. "Nunca había pensado sobre ello."
"Yo tampoco," agregó George.
"Sí," suspiró Harry, "Me
dicen eso a menudo. Los veo al almuerzo, chicos, y no me culpen si no
hay velas en ese pastel."
Fred y George se rieron al tiempo, como
si Harry hubiera dicho algo divertido, y le hicieron una reverencia y
regresaron a Gryffindor.
Harry retrocedió a la mesa del
desayuno y agarró un cupcake. Su estomago ya se sentía lleno, pero
tenía el presentimiento de que esa mañana podría necesitar muchas
calorías. (1)
Mientras se comía su cupcake, Harry
pensó en el peor profesor que había conocido hasta ahora, el
Profesor Binns de Historia. El Profesor Binns era un fantasma. De lo
que Hermione había dicho sobre fantasmas, no parecía que ellos
fueran completamente consciente de sí mismos. No había
descubrimientos famosos hechos por fantasmas, o algún trabajo
original, sin importar quienes fueran en vida. Los fantasmas tendían
a tener problemas recordando el siglo presente. Hermione había
explicado que ellos eran como retratos accidentales, impresos en la
materia circundante por un estallido de energía psíquica
acompañando la repentina muerte de un mago.
Harry se había chocado con algunos
profesores estúpidos durante sus abortadas incursiones dentro de la
educación estándar Muggle – su padre había sido un poco más
quisquilloso cuando se trataba de seleccionar estudiantes de posgrado
como tutores, por supuesto – pero la clase de Historia fue la
primera vez que había encontrado un profesor que literalmente no era
sensitivo.
Y lo mostró,
también. Harry se había rendido tras cinco minutos y empezó a leer
un libro de texto. Cuando fue claro que el "Profesor Binns"
no iba a objetar, Harry había llegado hasta su monedero y cogido
tapones para los oídos.
¿Los fantasmas no requerían un
salario? ¿Era por eso? ¿O era literalmente imposible despedir a
alguien de Hogwarts incluso si moría?
Ahora parecía que el Profesor Snape
iba a ser absolutamente horrible a cualquiera que no fuera un
Slytherin y ni siquiera se le había ocurrido a nadie terminar
su contrato.
Y el Director le había prendido fuego
a una gallina.
"Discúlpame," le llegó una
preocupada voz detrás suyo.
"Lo juro," Harry anunció sin
voltearse, "este lugar es casi un ocho y medio por ciento tan
malo como Papá dijo que sería Oxford."
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Harry pisó con fuerza los corredores
de piedra, viéndose ofendido, molesto, e injuriado todo a la vez.
"¡Calabozos!" Harry chilló.
"¡Calabozos! ¡Estos no son calabozos! ¡Esto es un
sótano! ¡Un sótano! "
Algunas de las chicas de Ravenclaw lo
miraron extrañadas. Los chicos ya estaban acostumbrados a él para
ese momento.
Era como si el nivel en que se
encontraba el salón de Pociones estuviera localizado en lo que era
llamado los "calabozos" por la sencilla razón de que
estaba debajo del suelo y era ligeramente más frío que el castillo
principal.
¡En Hogwarts! ¡En Hogwarts!
¡Harry había estado esperando toda su vida y aún estaba
esperando y si había algún lugar sobre la faz de la Tierra que
tuviera calabozos decentes tendría que ser Hogwarts! ¿Tendría
Harry que construir su propio castillo si quería ver un pequeño
abismo sin fondo?
Poco tiempo después llegaron al salón
de Pociones y Harry se animó considerablemente.
El salón de Pociones tenía extrañas
criaturas preservadas flotando en enormes frascos sobre estanterías
que cubrían cada centímetro de espacio entre las paredes de los
armarios. Harry había avanzado lo suficiente en su lectura como para
identificar algunas de las criaturas, como el Zabriskan Fontema.
Aunque la araña de cincuenta centímetros se veía como una
Acromántula pero era demasiado pequeña para ser una. Intentó
preguntarle a Hermione, pero ella no estaba muy interesada en ver ni
cerca hacia donde él estaba señalando.
Harry estaba mirando una gran bola de
polvo con ojos y pies cuando el asesino penetró en el cuarto.
Ese fue el primer pensamiento que cruzó
la mente de Harry cuando vio al Profesor Severus Snape. Había algo
silencioso y letal en el modo en que este hombre caminaba entre los
escritorios de los niños. Su túnica estaba desaliñada, su pelo
manchoso y grasiento. Había algo en él que era como una
reminiscencia de Lucius, aunque ellos dos no se parecían remotamente
en nada, y tú podías tener la impresión que donde Lucius te
mataría con impecable elegancia, este hombre simplemente te mataría.
"Siéntense," ordenó el
Profesor Severus Snape. "Ahora."
Harry y unos cuantos niños que había
estado de pie hablando los unos con los otros se precipitaron hacia
los escritorios. Harry había planeado terminar sentado al lado de
Hermione pero de algún modo se encontró sentándose en el
escritorio más cercano al lado de Justin Finch-Fletchley (era una
sesión Doble, Ravenclaw y Hufflepuff) lo que lo ponía dos
escritorios a la izquierda de Hermione.
Severus se sentó detrás del
escritorio del profesor, y sin la más mínima transición o
introducción, llamó, "Hannah Abbott."
"Aquí," respondió Hannah
con voz ligeramente temblorosa.
"Susan Bones."
"Presente."
Y así siguió, nadie se atrevió a
pronunciar una palabra discordante, hasta:
"Ah, sí. Harry Potter. Nuestra
nueva... celebridad."
"La celebridad está presente,
señor."
La mitad de la clase se estremeció, y
algunos de los más listos repentinamente parecieron querer correr
hacia la puerta mientras el salón de clases aún existiera.
Severus sonrió anticipadamente y llamó
al siguiente estudiante en su lista.
Harry exhaló un suspiro mental. Eso
había pasado demasiado rápido para que el pudiera hacer algo al
respecto. Oh bueno. Claramente a este hombre no le gustaba, por
alguna razón. Y cuando Harry pensó sobre ello, era mucho mejor que
este profesor de Pociones lo molestara a él que, digamos,
Neville o Hermione. Harry era mucho mejor para defenderse a sí
mismo. Sí, probablemente era lo mejor.
Cuando el llamado a lista fue
completado, Severus barrió con su mirada penetrante a toda la clase.
Sus ojos estaban tan vacíos como un cielo nocturno sin estrellas.
"Ustedes están aquí,"
Severus explicó con apagada voz que los estudiantes en la parte de
atrás tuvieron problemas para escuchar, "para aprender la sutil
ciencia del arte exacto de hacer pociones. Aquí habrá muy poco de
estúpidos movimientos de varita y muchos de vosotros dudaréis que
esto sea magia. No espero que lleguéis a entender la belleza de un
caldero hirviendo suavemente, con sus vapores relucientes, el
delicado poder de los líquidos que se deslizan a través de las
venas humanas,” esto en un acariciador, tono de regodeo,
“hechizando la mente, engañando los sentidos,” esto sólo se
estaba poniendo más y más raro. “Puedo enseñaros cómo
embotellar la fama, preparar la gloria, hasta detener la muerte - si
sois algo más que los alcornoques a los que habitualmente tengo que
enseñar."
Severus se las arregló para notar la
mirada de escepticismo sobre la cara de Harry, o al menos sus ojos
saltaron inesperadamente a donde Harry estaba sentado.
"¡Potter!" espetó el
profesor de Pociones. "¿Qué obtendré si añado polvo de
raíces de asfódelo a una infusión de ajenjo?"
Harry parpadeó. "¿Estaba eso en
Dibujos mágicos y Pociones?" cuestionó. "Acabo de
terminar de leerlo, y no recuerdo nada que utilizara ajenjo -"
La mano de Hermione se alzó y Harry le
disparó una mirada feroz que causó que esa mano se levantara
incluso más alto.
"Bah, bah." Severus habló
con voz de seda. "Es evidente que la fama no lo es todo."
"¿En serio?" Harry preguntó.
"Pero usted nos acaba de explicar que nos enseñará como
embotellar la fama. Diga, ¿cómo funciona eso, exactamente?
¿La bebes y te conviertes en una celebridad?"
Tres cuartos de la clase se
estremecieron.
La mano de Hermione descendió
lentamente. Bueno, eso no era sorprendente. Ella podría ser su
rival, pero ella no era la clase de chica que seguiría adelante
cuando se había vuelto claro que el profesor estaba intentando
humillarlo deliberadamente.
Harry se estaba esforzando en mantener
su temperamento bajo control. La primera replica que había cruzado
su mente había sido 'Abracadabra'.
"Vamos a intentarlo de nuevo,"
prosiguió Severus. "Potter, ¿dónde
buscarías si te digo que me
encuentres
un bezoar?"
"Eso tampoco está en el libro de
texto," Harry respondió, "pero en un libro Muggle leí que
un tricobezoar es una masa de pelo solidificada encontrada en el
estómago humano, y los Muggles solían creer que curaría cualquier
veneno -" (2)
"Incorrecto," Severus
interrumpió. "Un bezoar es encontrado en el estómago de una
cabra, no está hecho de pelo, y curará la mayoría de venenos pero
no todos."
"No dije que esa era la
respuesta, dije que eso fue lo que leí en un libro Muggle -"
"Nadie está interesado en tus
patéticos libros Muggle. Último intento. ¿Cuál es la
diferencia, Potter, entre
acónito y luparia?"
Con eso fue suficiente..
"Sabe," Harry habló con voz
helada, "en uno de mis muy fascinantes libros Muggle,
ellos describen un estudio en que las personas logran verse
inteligente al hacer preguntas sobre hechos aleatorios que únicamente
ellos saben. Aparentemente los espectadores sólo se dieron cuenta
que los interrogadores sabían y los interrogados no, y fallaban en
ajustarse a la injusticia subyacente en el juego. Así que, Profesor,
¿puede contarme cuántos electrones están presentes en el extremo
orbital de un aromo de carbón?"
La sonrisa de Severus se anchó
ampliamente. "Cuatro," contestó. "Es un hecho inútil
que nadie debería molestarse en escribir, sin embargo. Y para su
información, Potter, asfódelo y ajenjo
producen una poción para dormir tan
poderosa que es conocida como Filtro de Muertos
en Vida. En lo que se refiere a acónito
y luparia, es la misma planta, que también es llamada aconitum, como
usted sabría si hubiera leído Mil Hierbas Mágicas y Hongos.
Pensó que no necesitaba abrir el libro antes de venir, ¿eh, Potter?
Todos ustedes deberían estar copiando eso para que no sean tan
ignorantes como él." Severus hizo una pausa, viéndose bastante
complacido consigo mismo. "Y eso serán... ¿cinco puntos? No,
que sean diez puntos de Ravenclaw por su descaro."
Hermione jadeó, junto con un número
de otros.
"Profesor Severus Snape,"
Harry expresó. "No creo haber hecho algo para haberme ganado su
enemistad. Si hay algún problema que usted tenga conmigo sobre el
que yo no sepa, le sugiero que nosotros -"
"Cállese, Potter. Diez puntos
menos para Ravenclaw. El resto, abran sus libros en la página 3."
Hubo únicamente una ligera, solamente
una tenue sensación de quemadura en la parte de atrás de la
garganta de Harry, y para nada hubo humedad en sus ojos. Si llorar no
era una estrategia efectiva para destruir a este profesor de Pociones
entonces llorar no tenía razón de ser.
Muy despacio, Harry se sentó derecho
en su asiento. Era como si toda su sangre hubiera sido drenada y
reemplazada con nitrógeno líquido. Sabía que había estado
intentando controla su temperamento pero ya no podía recordar por
qué.
"Harry," susurró Hermione
frenéticamente dos escritorios más allá, "alto, por favor,
todo está bien, no los contaremos -"
"¿Hablando en clase, Granger?
Tres -"
"Así que," habló con una
voz más fría que el Kelvin cero, "¿cómo hace uno para
diligenciar una queja formal contra un profesor abusivo? Va uno y
habla con la Directora Adjunta, escribe una carta al Consejo
Directivo... ¿le importaría explicarme cómo funciona?"
La clase estaba completamente
congelada.
"Detención por un mes, Potter,"
Severus habló, sonriendo incluso más ampliamente.
"Me niego a reconocer su autoridad
como un profesor y no asistiré a ninguna detención que usted me
otorgue."
Las personas dejaron de respirar.
La sonrisa de Severus se desvaneció.
"Entonces tú serás -" su voz se detuvo en seco.
"¿Expulsado, iba usted a decir?"
Harry, por otro lado, estaba sonriendo finamente. "Pero parece
que usted duda de su habilidad para llevar a cabo esa amenaza, o teme
las consecuencias si lo hace. Yo, por el otro lado, no tengo duda ni
temor del prospecto de encontrar una escuela con profesores menos
abusivos. O quizá debería contratar tutores privados, como es mi
acostumbrada práctica, y que me enseñen a mi máxima velocidad de
aprendizaje. Tengo suficiente dinero en mi bóveda. Algo sobre
recompensas en un Señor Oscuro que yo derroté. Pero hay
profesores en Hogwarts que me gustan bastante, por lo que creo que
será más fácil si hallo el modo de deshacerme de usted."
"¿Deshacerse de mí?"
Severus dijo, ahora también sonriendo finamente. "Que
presunción tan divertida. ¿Cómo se supone que usted hará eso,
Potter?"
"Entiendo que hay un número de
quejas sobre usted de parte de estudiantes y de sus padres," una
suposición pero una segura, "lo que únicamente deja la
cuestión de por qué usted no se ha ido aún. ¿Están las finanzas
de Hogwarts tan apretadas como para permitirse un verdadero profesor
de Pociones? Yo podría pagarlo, de ser así. Estoy seguro de que
podrían encontrar un mejor profesor si ofrecieran el doble de su
actual salario."
Dos polos de hielo irradiaron un helado
invierno a través del salón de clases.
"Descubrirá," Severus
explicó suavemente, "que el Consejo Directivo no apoyará en lo
más mínimo su oferta."
"Lucius..." Harry supuso.
"Por eso es que usted aún está aquí. Quizá debería
charlar con Lucius sobre ello. Creo que él desea encontrarse
conmigo. ¿Me pregunto si tengo algo que él quiere?"
Hermione sacudió su cabeza
frenéticamente. Harry lo notó por la esquina de su ojo, pero toda
su atención estaba sobre Severus.
"Eres un chico tonto,"
Severus aseveró. No estaba sonriendo para nada, ya. "No tienes
nada que Lucius valore más que mi amistad. Y si lo tuvieras, tengo
otros aliados." Su voz se endureció. "Y encuentro
potencialmente improbable que no fueras Seleccionado en Slytherin.
¿Cómo fue que te las arreglaste para quedarte por fuera de mi Casa?
Ah, sí, porque el Sombrero Seleccionador clamó que estaba
bromeando. Por primera vez en la historia registrada. ¿Qué estabas
hablando realmente con el Sombrero Seleccionador, Potter?
¿Tenías algo que este quería?"
Harry contempló fijamente la fría
mirada de Severus y recordó que el Sombrero Seleccionador le había
advertido no ver a nadie a los ojos mientras estuviera pensando sobre
- Harry bajó su mirada hacia el escritorio de Severus.
"¡Pareces extrañamente
reluctante a verme a los ojos, Potter!"
Un impacto de repentino entendimiento -
"¡Así que era usted de quien el Sombrero Seleccionador
me estaba advirtiendo!"
"¿Qué?" interrogó la voz
de Severus, sonando efectivamente sorprendida, aunque por supuesto
Harry no lo vio a la cara.
Harry se levantó de su escritorio.
"Siéntate, Potter," ordenó
una voz enojada de algún lugar por encima de donde él no estaba
mirando.
Harry lo ignoró, y miró alrededor del
salón de clases. "No tengo intención de permitir que un
profesor poco profesional arruine mi tiempo en Hogwarts," Harry
anunció mortalmente calmado. "Creo que abandonaré esta clase,
y ya sea que contraté un tutor para enseñarme Pociones mientras
estoy aquí, o si el Consejo en verdad es de mente muy cerrada,
aprenderé en el verano. Si alguno de ustedes decide que no desea ser
abusados por este hombre, mis clases estarán abiertas para ustedes."
"¡Siéntate, Potter!"
Harry cruzó a zancadas el cuarto y
sujetó el pomo de la puerta.
Este no se giró.
Harry se volteó lentamente, y atrapó
fugazmente a Severus sonriendo groseramente antes de recordar desviar
la mirada.
"Abra esta puerta."
"No," replicó Severus.
"Me está haciendo sentir
amenazado," dijo una voz tan helada que no sonó como Harry para
nada, "y eso es un error."
La voz de Severus se rió. "¿Qué
pretendes hacer sobre ello, chiquillo?"
Harry tomó seis largos pasos
alejándose de la puerta, hasta que estuvo cerca de la parte trasera
de los escritorios.
Luego Harry se enderezó a sí mismo y
elevó su mano derecha en un terrible movimiento, dedos listos para
chasquear.
Neville gritó y se ocultó bajo su
escritorio. Otros niños retrocedieron o instintivamente alzaron sus
brazos para escudarse.
"¡Harry no!" chilló
Hermione. "¡Lo que sea que le vayas a hacer, no lo hagas!"
"¿Han enloquecido todos
ustedes? " ladró la voz de Severus.
Lentamente, Harry bajó su mano. "No
iba a herirlo, Hermione," Harry explicó, su voz un poco más
baja. "Sólo iba a estallar la puerta."
Aunque ahora que Harry lo recordaba, no
debías Transformar cosas que fueran a ser quemadas, lo que quería
decir que regresar en el tiempo y hacer que Fred o George
Transformarán algunas cuidadosamente medidas cantidades de
explosivos podría de hecho no haber sido una buena idea...
"Silencio," pronunció
la voz de Severus. (3)
Harry intentó preguntar "¿Qué?"
y descubrió que no salió ningún sonido.
"Esto se ha vuelto ridículo. Creo
que se te ha permitido meterte a ti mismo en suficientes problemas
por un día, Potter. Eres el estudiante más perturbador y rebelde
que haya visto, y no recuerdo cuántos puntos tiene Ravenclaw en este
momento, pero estoy seguro de que puedo lograr eliminarlos todos.
Diez puntos menos para Ravenclaw. Diez puntos menos para Ravenclaw.
¡Diez puntos menos para Ravenclaw! ¡Cincuenta puntos menos para
Ravenclaw! ¡Ahora siéntese y vea al resto de la clase tomar su
lección!"
Harry puso su mano dentro de su
monedero e intentó decir 'marcador' pero por supuesto ninguna
palabra salió. Por un breve momento eso lo detuvo; y luego se le
ocurrió a Harry deletrear M-A-R-C-A-D-O-R usando movimientos de
dedos, lo cual funcionó. B-L-O-C y tenía un bloc de papel. Harry se
acercó a un escritorio vacío, no en el que se había sentado
originalmente, y garabateó un breve mensaje. Arrancó la hoja de
papel, guardó el marcador y el bloc en un bolsillo de su túnica
para tenerlos a la mano, y mostró su mensaje, no a Snape, sino al
resto de la clase.
ME VOY
¿ALGUIEN MÁS
NECESITA SALIR?
"Estás loco, Potter,"
Severus aseguró con frío desprecio.
Aparte de eso, nadie habló.
Harry le dirigió una irónica
reverencia al escritorio del profesor, camino hacia una pared, y con
un movimiento suave abrió la puerta de un armario, entró, y cerró
de un portazo la puerta detrás suyo.
Se pudo escuchar el apagado sonido de
alguien chasqueando sus dedos, y luego nada.
En el salón de clases, loes
estudiantes se miraron entre ellos confundidos y asustados.
La cara del Maestro de Pociones estaba
completamente enfurecida. Cruzó el salón con terribles pasos largos
y abrió la puerta del armario con un jalón.
El armario estaba vacío.
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Una hora antes, Harry escuchó desde
adentro del armario cerrado. No le llegó sonido alguno de afuera,
pero tampoco había punto en tomar riesgos.
C-A-P-A, sus dedos deletrearon.
Una vez que fue invisible, cuidados y
lentamente entreabrió la puerta y fisgoneó. No parecía haber nadie
en el salón de clases.
La puerta no estaba bloqueada.
Fue cuando Harry estuvo afuera del
peligroso lugar y dentro del corredor, invisible y salvo, que algo
de la ira disminuyó y se dio cuenta de lo que acababa de hacer.
Lo que acababa de hacer.
El rostro invisible de Harry estaba
petrificado en absoluto horror.
Acababa de oponerse a un profesor tres
ordenes de magnitud más allá de lo que hubiera hecho antes. Había
amenazado con irse de Hogwarts y podría tener que cumplirlo. Había
perdido todos los puntos que Ravenclaw tenía y luego había usado el
Giratiempo...
Su imaginación le mostró a sus padres
gritándole por ser expulsado, la Profesora McGonagall decepcionada
de él, y fue demasiado doloroso y no lo pudo soportar y no podía
pensar en ninguna forma de salvarse -
Harry se permitió pensar que si
enojarse lo había metido en todos esos problemas, entonces tal vez
cuando estuviera enojado pensaría alguna forma de salir, las cosas
parecían más claras de algún modo cuando él estaba enojado.
Y el pensamiento que Harry no se
permitió pensar era que él no era capaz de enfrentar su futuro si
no estaba enojado.
Así que lanzó sus pensamientos hacía
atrás y recordó la ardiente humillación -
Bah, bah. Es evidente que la fama no
lo es todo.
Diez puntos de Ravenclaw por su
descaro.
La helada calma se esparció a través
de sus venas como una onda reflejada y regresando desde un
interruptor automático, y Harry exhaló
profundamente.
De acuerdo. De regreso a la cordura.
De hecho se estaba sintiendo un poco
decepcionado de su no-enojado yo colapsando así y queriendo nada más
que salirse del problema. El Profesor Severus Snape era el problema
de todos. Normal-Harry había olvidado eso y deseaba un modo
de protegerse a sí mismo. ¿Y dejar a todas las demás
victimas aguantando? La pregunta no era cómo protegerse a sí mismo,
la pregunta era cómo destruir al profesor de Pociones.
Así que este es mi lado oscuro,
¿cierto? Era un termino lleno de prejuicio, teniendo en cuenta que
mi lado claro parece ser más egoísta y cobarde, sin mencionar
confundido y alarmista.
Y ahora que estaba pensando claramente,
era igualmente claro que hacer a continuación. Ya se había otorgado
una hora extra para prepararse, y podía conseguir cinco horas más
si lo requería...
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Minerva McGonagall esperaba en la
oficina del Director.
Dumbledore estaba sentado en su
acolchado trono detrás de su escritorio, vestido con cuatro capas de
túnicas formales de lavanda. Minerva se sentó en una silla delante
de él, en posición opuesta a Severus quien ocupaba otra silla.
Encarando a los tres había un taburete vacío.
Estaban esperando por Harry Potter.
Harry, Minerva pensó
desesperadamente, ¡prometiste que no morderías a ningún
profesor!
Y en su mente ella pudo ver muy
claramente la replica, la cara enojada de Harry y su indignada
respuesta: ¡Dije que no mordería a nadie que no me mordiera
primero!
Hubo un llamado en la puerta.
"¡Adelante!" Dumbledore
contestó.
La puerta se abrió de par en par, y
Harry Potter entró. Minerva casi suelta un alarido. El chico se veía
calmado, tranquilo, y en completo control de sí mismo.
"Buenos dí-" La voz de Harry
se cortó repentinamente. Se le cayó la mandíbula.
Minerva siguió la mirada de Harry, y
vio que Harry estaba contemplando a Fawkes donde el fénix estaba
sentado sobre su percha dorada. Fawkes exhibió sus alas rojo-doradas
como si se trataran de la vacilación de una flama, y agachó su
cabeza en un calculado saludo con la cabeza para el chico.
Harry se volteó a mirar fijamente a
Dumbledore.
Dumbledore le guiñó un ojo.
Minerva sintió que ella se estaba
perdiendo algo.
Una inesperada incertidumbre cruzó el
rostro de Harry. Su calma tambaleó. El miedo se asomó en sus ojos,
luego la ira, y luego el chico estaba calmado de nuevo.
Un escalofrío recorrió la espina
dorsal de Minerva. Algo no estaba bien allí.
"Por favor siéntate," pidió
Dumbledore. Su cara estaba seria de nuevo.
Harry se sentó.
"Así que, Harry," inició
Dumbledore. "Este día he escuchado un reporte de parte del
Profesor Snape. ¿Te importaría contarme con tus propias palabras
qué fue lo que pasó?"
La mirada de Harry se desvió
desdeñosamente hacia Severus. "No es complicado," relató
el chico, sonriendo ligeramente. "Intentó abusar de mí en el
mismo modo que ha estado abusando a todo no-Slytherin en la escuela
desde el día en que Lucius se lo impuso a usted. En cuanto a los
otros detalles, pido una conversación privada con usted en relación
a ello. Difícilmente se puede esperar que un estudiante que está
reportando un comportamiento abusivo de parte de un profesor pueda
hablar francamente en frente de dicho profesor, después de todo."
Esta vez Minerva no pudo ocultar su
respiración agitada.
Severus simplemente se rió.
Y la cara del Director se puso más
grave. "Sr. Potter," el Director aclaró, "uno no
habla de un profesor de Hogwarts en tales términos. Me temo que
usted actúa bajo una terrible equivocación. El Profesor Severus
Snape tiene mi plena confianza, y le sirve a Hogwarts por mi
requerimiento, no por el de Lucius Malfoy."
El silencio duro unos momentos.
Cuando el chico habló de nuevo su voz
era hielo. "¿Me estoy perdiendo algo aquí?"
"Un buen número de cosas, Sr.
Potter," contestó el Director. "Debería entender, para
empezar, que el propósito de esta reunión es discutir cómo
disciplinarlo por los eventos de esta mañana."
"Este hombre a aterrorizado su
escuela por años. Hablé con los estudiantes y recolecté historias
para asegurarme de que habría suficiente para una campaña
publicitaria para agrupar a los padres en contra suya. Algunos de los
estudiantes más jóvenes lloraron mientras me las contaron. ¡Yo
casi lloro cuando las escuché! ¿Usted le permitió a este
abusador correr libremente? ¿Usted le hizo esto a sus estudiantes?
¿Por qué?" (4)
Minerva tragó un bulto en su garganta.
Ella había – pensado que, a veces, pero de algún modo ella nunca
-
"Sr. Potter," dijo el
Director, su voz más severa, "esta reunión no es sobre el
Profesor Snape. Es sobre usted y su displicencia por la disciplina
escolar. El Profesor Snape ha sugerido, y concuerdo con él, que tres
meses completos de detención serán un apropiado -"
"Declinado," Harry
interrumpió fríamente.
Minerva estaba sin palabras.
"Esto no es una petición, Sr.
Potter," el Director explicó. Toda, la fuerza entera de la
penetrante mirada del mago estaba concentrada en el chico. "Este
es tu castig-"
"Usted me explicará por qué
permitió que este hombre lastimara a los niños bajo su cuidado, y
si su explicación no es suficiente entonces comenzaré mi campaña
publicitaria con usted como el objetivo."
El cuerpo de Minerva se balanceó con
la fuerza de ese golpe, con la pura crudeza de ese lese majeste.
(5)
Incluso Severus se veía sorprendido.
"Eso, Harry, sería extremadamente
imprudente," Dumbledore elaboró despacio. "Soy la pieza
primaria oponiéndose a Lucius en el tablero. Si tú hicieras algo
así eso lo fortalecería enormemente, y no pensé que ese fuera el
lado que habías escogido."
El chico permaneció quieto por un
largo momento.
"Esta conversación se vuelve cada
vez más privada," Harry habló. Su mano se sacudió en la
dirección de Severus. "Bótelo de aquí."
Dumbledore sacudió su cabeza. "Harry,
¿no te dije que Severus Snape goza de toda mi confianza?"
El rostro del chico mostró su
sorpresa. "¡El abuso de este hombre lo hace vulnerable! ¡No
soy el único que podría iniciar una campaña publicitaria contra
usted! ¡Esto es una locura! ¿Por qué está haciendo esto?"
Dumbledore suspiro. "Lo lamento,
Harry. Tiene que ver con cosas que tú no estás, en este momento,
listo para escuchar."
El chico contempló a Dumbledore. Luego
se volteó a mirar a Severus. Luego de nuevo a Dumbledore.
"Eso es locura," el
chico afirmó lentamente. "Usted no lo ha refrenado porque
piensa que él es parte del patrón. Que Hogwarts necesita un
Maestro de Pociones malvado para ser una apropiada escuela mágica,
al igual que necesita un fantasma para enseñar Historia."
"Eso no suena como la clase de
cosa que yo haría, ¿o sí?" cuestionó Dumbledore, sonriendo.
"Inaceptable," Harry replicó
categóricamente. Su mirada era fría y oscura. "No toleraré el
acoso o el abuso. He considerado muchas formas posibles de lidiar con
este problema, pero lo haré simple. O este hombre se va, o yo lo
haré."
Minerva jadeó otra vez. Algo extraño
parpadeo en los ojos de Severus.
Ahora fueron los ojos de Dumbledore los
que se volvieron fríos. "Expulsión, Sr. Potter, es la amenaza
final que puede ser usada contra un estudiante. No se acostumbra que
sea usada como amenaza de parte de los estudiantes contra el
Director. Esta es la la mejor escuela mágica en todo el mundo, y una
educación aquí no es una oportunidad dada a todos. ¿Está usted
bajo la impresión de que Hogwarts no puede salir adelante sin
usted?"
Y Harry se quedó allí sentado,
sonriendo ligeramente.
Un repentino horror cayó sobre
Minerva. Seguramente Harry no lo haría -
"Usted olvida," Harry
amenazó, "que usted no es el único que puede ver patrones.
Esto se vuelve más privado. Ahora envíelo -"
Harry sacudió una mano hacia Severus otra vez, y luego se detuvo a
mitad de la frase y en la mitad del gesto.
Minerva pudo ver en el rostro de Harry,
el momento cuando lo recordó.
Ella le había contado, después de
todo.
"Sr. Potter," reiteró el
Director, "una vez más, Severus Snape cuenta con mi plena
confianza."
"Usted se lo reveló,"
susurró el chico. "Grandísimo tonto."
Dumbledore no reaccionó al insulto.
"¿Revelar qué?"
"Que el Señor Oscuro está vivo."
"¿En el nombre de Merlín de
qué estás hablando, Potter?" gritó Severus en tono de
puro asombro e indignación.
Harry lo miró brevemente. "Oh,
con que sí somos un Slytherin, entonces," Harry opinó.
"Lo estaba comenzando a dudar."
Y luego hubo silencio.
Finalmente Dumbledore habló. Su voz
era dulce. "Harry, ¿de qué estás hablando?"
"Lo siento, Albus," Minerva
murmuró.
Severus y Dumbledore se voltearon a
verla.
"La Profesor McGonagall no me lo
contó," añadió la voz de Harry, más apresurado y menos
calmado de lo que había estado. "Lo deduje. Se lo dije, puedo
ver los patrones también. Lo deduje, y ella controló su reacción
al igual que Severus lo hizo. Pero su control estuvo una pizca por
debajo de la perfección, y pude darme cuenta de que era control, no
algo genuino."
"Y le conté," prosiguió
Minerva, su voz temblando un poco, "que usted, y yo, y Severus
eramos los únicos que lo sabíamos."
"Lo que ella hizo como una
concesión para prevenir que yo simplemente fuera por ahí haciendo
preguntas, como amenacé en hacerlo si ella no hablaba," Harry
relató. El chico se rió entre dientes brevemente. "Realmente
tendría que haberme acercado a uno de ustedes cuando estuviera solo
y expresar que ella me lo había dicho todo, para ver si dejaban
escapar algo más. Probablemente no habría funcionado, pero habría
valido la pena." El chico sonrió otra vez. "La amenaza aún
está sobre la mesa y espero ser instruido completamente en
algún punto."
Severus le estaba dando a ella una
mirada de absoluto desprecio. Minerva alzó su barbilla y lo toleró.
Sabía que se lo merecía.
Dumbledore se recostó en su acolchado
trono. Minerva no había visto sus ojos tan fríos desde el día en
que su hermano había muerto. "Y amenazas con abandonarnos a
Voldemort si no cumplimos sus deseos."
La voz de Harry era una afilada navaja.
"Lamento informarle que usted no es el centro del universo. No
estoy amenazando con alejarme de la Bretaña mágica. Estoy
amenazando con alejarme de usted. No soy un pequeño y manso
Frodo. Está es mi misión y si usted quiere estar adentro
jugará con mis reglas."
La cara de Dumbledore aún estaba
congelada. "Estoy comenzando a dudar su idoneidad como el héroe,
Sr. Potter."
Harry a su vez lo vio con ojos
igualmente fríos. "Yo estoy comenzando a dudar su idoneidad
como mi Gandalf, Sr. Dumbledore. Boromir fue al menos un error
plausible. ¿Qué está haciendo este Nazgúl en mi
Comunidad?"
Minerva estaba completamente perdida.
Ella miró a Severus, para ver si él estaba siguiendo esto, y vio
que Severus había apartado su rostro del campo de visión de Harry y
estaba sonriendo.
"Supongo," Dumbledore elaboró
lentamente, "que desde su perspectiva es una pregunta razonable.
Por lo que, Sr. Potter, si el Profesor Snape lo deja a usted en paz
de ahora en adelante, ¿será esta la última vez que este asunto
surja, o lo encontraré aquí cada semana con una nueva demanda?"
"¿Dejarme a mí en paz?"
La voz de Harry estaba indignada. "¡No soy su única victima y
ciertamente no soy el más vulnerable! ¿Se ha olvidado usted de
que tan indefensos son los niños? ¿De cuánto se pueden lastimar?
¡De ahora en adelante Severus tratará a todo estudiante de
Hogwarts con la apropiada cortesía profesional, o usted buscará
otro Maestro de Pociones, o se buscará otro héroe!"
Dumbledore empezó a reír. Con toda su
garganta, con calidez, una risa divertida, como si Harry hubiera
realizado un baile cómico en frente de él.
Minerva no se atrevió a moverse. Sus
ojos vacilaron y ella pudo ver que Severus estaba igualmente inmóvil.
La expresión de Harry creció en
frialdad. "Usted está equivocado conmigo, Director, si piensa
que esto es un chiste. Esto no es una petición. Este es su castigo."
"Sr. Potter -" Minerva
alcanzó a pronunciar. Ella ni siquiera sabía que iba a decir.
Simplemente no lo podía dejar pasar.
Harry le hizo un gesto de silencio y
continuó hablando con Dumbledore. "Y si esto le parece
descortés," Harry avanzó, su voz ligeramente menos dura, "no
pareció menos descortés cuando usted me lo dijo a mí. Usted no
tendría que hablarle así a nadie a quien considere un verdadero ser
humano en lugar de un niño subordinado, y yo lo trataré con la
misma cortesía que usted me trató a mí -"
"Oh, en efecto, muy bien
efectuado, ¡este es mi castigo si alguna vez hubo uno! Por supuesto
usted está aquí haciendo chantaje es para salvar a sus compañeros
estudiantes, ¡no para salvarse usted mismo! ¡No puedo imaginar por
qué lo pensé de otro modo!" Dumbledore reía incluso más
fuerte ahora. Golpeó con su puño tres veces sobre el escritorio.
La mirada de Harry era de
incertidumbre. Su rostro se volteó hacía ella, dirigiéndose a ella
por primera vez. "Discúlpeme," Harry cuestionó. Su voz
parecía estar temblando. "¿Necesita él tomar su medicación o
algo por el estilo?"
"Ah..." Minerva no tenía
idea de que podía ella decir.
"Bueno," Dumbledore clamó.
Se limpió las lágrimas que se habían formado en sus ojos.
"Perdónenme. Lamento la interrupción. Por favor continué con
el chantaje."
Harry abrió su boca, luego la cerró
de nuevo. Se veía un poco inseguro. "Ah... él también tiene
que dejar de leer las mentes de los estudiantes."
"Minerva," Severus clamó, su
voz letal, "usted -"
"El Sombrero Seleccionador me
advirtió," lo cortó Harry.
"¿Qué?"
"No puedo revelar nada más. Como
sea creo que eso es todo. He terminado."
Silencio.
"¿Ahora qué?" Minerva
preguntó, cuando se volvió aparente que nadie más iba a pronunciar
palabra.
"¿Ahora qué?" Dumbledore
repitió. "Pues que, ahora el héroe gana, por supuesto."
"¿Qué?" corearon
Severus, Minerva, y Harry.
"Bueno, ciertamente él nos ha
arrinconado," Dumbledore afirmó, sonriendo felizmente. "Pero
Hogwarts sí necesita un malvado Maestro de Pociones, o no
sería una apropiada escuela mágica, ¿verdad? ¿Qué tal si el
Profesor Snape es únicamente malvado hacia los estudiantes de quinto
año en adelante?"
"¿Qué?" cantaron
ellos tres de nuevo.
"Si son las víctimas más
vulnerables por las que usted está preocupado. Quizá estés en lo
correcto, Harry. Tal vez he olvidado con el pasar de las
décadas lo que es ser un niño. Por lo que haremos un compromiso.
Severus continuara otorgándole injustos puntos a Slytherin e
imponiendo una laxa disciplina en su Casa, y él seguirá siendo
horrible a los estudiantes no-Slytherin que estén en su quinto año
y adelante. Para los otros él será aterrador, pero no abusivo. Él
prometerá leer sólo las mentes cuando la seguridad de los
estudiantes lo requiera. Hogwarts tendrá su Maestro de Pociones, y
las víctimas más vulnerables, como usted lo pone, estarán a
salvo."
Minerva McGonagall estaba tan
sorprendida como jamás lo había estado en su vida. Ella ojeó a
Severus con incertidumbre, cuyo rostro había quedado completamente
neutral, como si él no pudiera decidir que clase de expresión
tendría que estar poniendo.
"Supongo que es aceptable,"
Harry admitió. Su voz sonaba un poco rara.
"No puede estar hablando en
serio," Severus habló, su voz tan inexpresiva como su rostro.
"Estoy muy a favor de esto,"
Minerva dijo lentamente. Estaba tan a favor que su corazón estaba
palpitando salvajemente bajo tu túnica. "¿Pero que podríamos
contarle a los estudiantes? Ellos podrían no haber cuestionado esto
mientras Severus estaba... siendo horribles con todos, pero -"
"Harry puede explicarle a los
estudiantes que él descubrió un terrible secreto de Severus he hizo
algo de chantaje," elaboró Dumbledore. "Es verdad, después
de todo; él descubrió que Severus estaba leyendo mentes, y él
ciertamente nos chantajeó."
"¡Esto es una locura!"
explotó Severus.
"¡Mua ja ja!" celebró
Dumbledore.
"Ah..." Harry opinó
incierto. "¿Y si alguien me pregunta por qué los de quinto año
y más allá fueron dejados a un lado? No los culparía por estar
airados, y esa parte no fue exactamente mi idea -"
"Diles," propuso Dumbledore,
"que no fuiste tú quien sugirió el compromiso, que fue todo lo
que pudiste conseguir. Y luego te rehusarás a declarar algo más.
Eso, también, es verdad. Hacer esto es todo un arte, lo iras
aprendiendo con la práctica."
Harry asintió despacio. "¿Y los
puntos que él le quitó a Ravenclaw?"
"No deben ser regresados."
Fue Minerva quien lo dijo.
Harry se la quedó viendo.
"Lo siento, Sr. Potter," ella
se disculpó. Ella lo lamentaba, pero tenía que ser hecho. "Tienen
que haber algunas consecuencias por su mal comportamiento o esta
escuela se caerá a pedazos."
Harry se encogió de hombros.
"Aceptable," concordó categóricamente. "Pero en el
futuro Severus no atacará a las conexiones de mi Casa quitándome
puntos, ni desperdiciará mi valioso tiempo con detenciones. De
llegar a sentir que mi comportamiento requiere corrección, él puede
comunicar sus preocupaciones a la Profesor McGonagall."
"Harry," Minerva indagó,
"¿continuaras sometiéndote a la disciplina escolar, o vas a
estar por encima de la ley, como lo estaba Severus?"
Harry la vio. Algo cálido tocó su
mirada, brevemente antes de que fuera aplastado. "Continuaré
siendo un estudiante ordinario para cada miembro del colegio que no
sea un loco o un malvado, teniendo en cuenta que ellos no estén bajo
la presión de otros que sí lo estén." Harry observó un
instante hacia Severus, luego se volvió hacia Dumbledore. "Dejen
a Minerva en paz, y seré un estudiante regular de Hogwarts en su
presencia. Sin privilegios especiales o inmunidades."
"Hermoso," Dumbledore
concluyó sinceramente. "Manifestado como por un verdadero
héroe."
"Y," ella agregó, "el
Sr. Potter debe disculparse públicamente por sus acciones de hoy."
Harry le otorgó otra mirada. Esta con
poco de escepticismo.
"La disciplina de la escuela ha
sido gravemente lastimada por sus acciones, Sr. Potter," Minerva
aseguró. "Tiene que ser restaurada."
"Creo, Profesora McGonagall, que
usted sobrestima considerablemente la importancia de lo que usted
llama disciplina escolar, comparado a tener Historia enseñada por un
profesor vivo o no torturar a sus estudiantes. Mantener el estado
actual de la jerarquía y reforzar sus reglas parece mucho más sabio
y moral e importante cuando tú están en la cima y haciendo el
refuerzo que cuando estás en el fondo, y puedo citar estudios sobre
este efecto si es requerido. Podría seguir durante varias horas
sobre este punto, pero lo dejaré hasta allí."
Minerva sacudió su cabeza. "Sr.
Potter, usted subestima la importancia de la disciplina porque usted
no está en necesidad de ella -" Ella hizo una pausa. Eso no
había salido bien, y Severus, Dumbledore, e incluso Harry le estaban
dando extrañas miradas. "Para aprender, me refiero. No todos
los niños pueden aprender ante la ausencia de autoridad. Y serán
los otros niños los que sufrirán, Sr. Potter, si ven su ejemplo
como uno a ser seguido."
Los labios de Harry se curvaron en una
torcida sonrisa. "El primer y último recurso es la verdad. La
verdad es que no me debí haber molestado, no tendría porque haber
interrumpido la clase, no tuve por qué haber hecho lo que hice, y
establecí un mal ejemplo para todos. La verdad es que también
Severus Snape se comportó de un modo impropio para un profesor de
Hogwarts, y que de ahora en adelante él será más atento de los
sentimientos heridos de los estudiantes de cuarto año y menores.
Ambos podríamos salir y hablar la verdad. Puedo vivir con eso."
"¡En tus sueños, Potter!"
espetó Severus.
"Después de todo," argumento
Harry, sonriendo siniestramente, "si los estudiantes ven que las
reglas son para todos... para los profesores también, no sólo
para los pobres estudiantes indefensos que no consiguen nada excepto
sufrimiento del sistema... por lo que, los efectos positivos en la
disciplina escolar deberían ser tremendos."
Hubo una breve pausa, y luego
Dumbledore se rió. "Minerva está pensando que estás más en
lo cierto de lo que ciertamente tienes derecho a estar."
"El sentido común a veces es
confundido con la Legeremancia," respondió Dumbledore.
"Discutiré este asunto con Severus, y ninguna disculpa será
requerida de tu parte a menos que él se disculpe también. Y ahora
declaro este tema concluido, al menos hasta el almuerzo." Hizo
una pausa. "Sin embargo, Harry, me temo que Minerva desea hablar
contigo sobre un asunto adicional. Y eso no es el resultado de
ninguna presión de mi parte. Minerva, ¿serías tan amable?"
Minerva se levantó de su silla y casi
se cayó. Había demasiada adrenalina en su sangre, su corazón
estaba palpitando demasiado rápido.
"Fawkes," llamó Dumbledore,
"acompáñala, por favor."
"Yo no -" ella empezó a
decir.
Dumbledore le dirigió una mirada, y
ella guardó silencio.
El fénix salió disparado a través
del cuarto como una fluida lengua de flamas dando un salto, y
aterrizó sobre su hombro. Ella se sintió la calidez a través de su
túnica, por todo su cuerpo.
"Por favor venga conmigo, Sr.
Potter," ella pidió, firmemente esta vez, y salieron por la
puerta.
................................................
Se quedaron de pie sobre las escaleras
rotatorias, descendiendo en silencio.
Minerva no sabía que decir. Ella no
conocía a esta persona que estaba parada a su lado.
Y Fawkes comenzó a canturrear.
Era tierna, y suave, como una fogata
sonaría si tuviera una melodía, y se apoderó de la mente de
Minerva, facilitando, calmando, suavizando lo que tocaba...
"¿Qué es eso? "
Harry susurró a su lado. Su voz era inestable, tambaleándose,
cambiando de tono.
"La canción del fénix,"
contestó Minerva, sin estar realmente consciente de lo que estaba
diciendo, toda su atención estaba sobre la extraña música
tranquila. "Ella, también, cura."
Harry alejó su rostro de ella, pero
ella alcanzó a entrever algo que agonizaba.
El descenso pareció tomar demasiado
tiempo, o tal vez era la música la que se tomaba un tiempo muy
largo, y cuando ellos salieron por la apertura donde una gárgola
había estado, ella estaba sujetando la mano de Harry firmemente
entre las de ella.
Mientras la gárgola regresaba a su
lugar, Fawkes abandonó el hombro de ella, y se abalanzó a flotar en
frente de Harry.
Harry contempló a Fawkes como alguien
hipnotizado por la siempre-cambiante luz de fuego.
"¿Qué voy a hacer, Fawkes?"
murmuró Harry. "No los podría haber protegido de no haber
estado enojado."
Las alas del fénix siguieron
batiéndose, continuó flotando en ese lugar. No había otro sonido
excepto el de las alas al agitarse. Entonces hubo un destello como el
de un fuego resplandeciente y volviendo a surgir, y Fawkes se había
ido.
Ambos parpadearon, como despertando de
un sueño, o quizá volviendo a dormir de nuevo.
Minerva bajó la mirada.
El rostro joven de Harry Potter la vio
a ella.
"¿Son los fénix personas?"
cuestionó Harry. "Quiero decir, ¿son lo suficientemente listos
como para contar como personas? ¿Podría hablar con Fawkes si yo
supiera cómo?"
Minerva parpadeó varias veces. Luego
parpadeó de nuevo. "No," Minerva negó, su voz temblando.
"Los fénix son criaturas de poderosa magia. Esa magia le da a
su existencia un pesado significado que ningún simple animal podría
poseer. Ellos son fuego, luz, sanación, renacimiento. Pero al final,
no."
"¿Dónde puedo conseguir uno?"
Minerva se agachó y lo abrazó. Ella
no lo había planeado, pero no tuvo otra opción en esta cuestión.
Cuando se levantó ella encontró
difícil hablar. Pero tenía que preguntar. "¿Qué pasó hoy,
Harry?"
"Tampoco sé las respuestas a
ninguna de las preguntan importantes. Aparte de eso de verdad
preferiría no pensar sobre ello por un tiempo."
Minerva tomó su mano entre las suyas
otra vez, y anduvieron el resto del camino en silencio.
Fue un corto viaje, ya que naturalmente
la oficina de la Directora Adjunta estaba cerca de la oficina del
Director.
Minerva se sentó detrás de su
escritorio.
Harry se sentó en frente de su
escritorio.
"Así que," Minerva susurró.
Ella hubiera dado casi cualquier cosa para no tener que hacer esto, o
no ser la que tuviera que hacerlo, o porque fuera en otro momento
pero no este. "Hay una cuestión de disciplina escolar. De la
cual usted no está exento."
"¿A saber?" interrogó
Harry.
Él no lo sabía. No lo había
descubierto todavía. Sintió como se le cerraba la garganta. Pero
había trabajo para hacer y ella no lo eludiría.
"Sr. Potter," pidió la
Profesora McGonagall, "Necesito ver su Giratiempo, por favor."
Toda la paz del fénix se desvaneció
de su rostro y Minerva se sintió como si lo acabara de apuñalar.
"¡No!" Harry exclamó.
Su voz llena de pánico. "¡Lo necesito, No seré capaz de
asistir a Hogwarts, no podré dormir!"
"Usted podrá dormir," ella
replicó. "El Ministerio ha enviado el caparazón protector para
su Giratiempo. Lo encantaré para que se abra únicamente entre las
horas de 9PM y medianoche."
La cara de Harry se retorció. "Pero
– pero yo -"
"Sr. Potter, ¿cuántas veces ha
usado usted el Giratiempo desde el Lunes? ¿Cuántas horas?"
"Yo..." Harry dudó. "Un
momento, déjeme sumarlo -" Bajó la mirada hacia su reloj.
Minerva sintió un ataque de tristeza.
Ella lo había pensado así. "No fue solamente dos veces al
días, entonces. Sospecho que si le preguntara a sus compañeros de
dormitorio, descubriría que usted ha estado esforzándose para
permanecer el tiempo suficiente para irse a dormir a una hora
razonable, y despertando cada vez más y más temprano cada mañana.
¿Correcto?"
El rostro de Harry le informó de todo
lo que ella necesitaba saber.
"Sr. Potter," ella explicó
gentilmente, "hay estudiantes a quienes no se les puede confiar
un Giratiempo, porque se vuelven adictos a ellos. Les damos pociones
que prolonguen sus ciclos de sueño por la cantidad de tiempo
necesaria, pero terminan usando el Giratiempo para más que asistir a
sus clases. Y por eso debemos quitárselos. Sr. Potter, usted ha
usado el Giratiempo como su solución para todo, frecuentemente de un
modo muy tonto. Lo usó para recuperar la Recordadora. Se desvaneció
en un armario de un modo aparente para otros estudiantes, en lugar de
regresar después de que usted estuviera afuera y venir a mí a hacia
alguien más para que llegara y abriera la puerta."
Por la mirada en el rostro de Harry él
no había pensado en ello.
"Y más importante," ella
prosiguió, "usted debió simplemente haberse quedado sentado en
clase del Profesor Snape. Y verla. E irse al final de la clase. Como
usted habría hecho de no haber poseído un Giratiempo. Hay algunos
estudiantes a quienes no se les puede confiar un Giratiempo, Sr.
Potter. Usted es uno de ellos. Lo siento."
"¡Pero lo necesito!"
Harry espetó bruscamente. "¿Qué tal si hay Slytherins
amenazándome y tengo que escapar? Me mantiene a salvo -"
"Todo estudiante en este castillo
corre el mismo riesgo, y le puedo asegurar que que logran sobrevivir.
Ningún estudiante ha muerto es este castillo desde hace cincuenta
años. Sr. Potter, usted me entregará su Giratiempo y lo hará
ahora."
El rostro de Harry se desfiguró en
agonía, pero extrajo el Giratiempo de su túnica y se lo dio.
De su escritorio, Minerva sacó uno de
los caparazones protectores que habían sido enviados a Hogwarts.
Ella destapó la cobertura para envolverla alrededor del reloj de
arena del Giratiempo, y luego ella impuso su varita sobre la
cobertura para completar el encantamiento.
"¡Esto no es justo!"
Harry chilló. "Hoy salvé a la mitad de of Hogwarts del
Profesor Snape, ¿es correcto que yo sea castigado por ello? Vi la
expresión en su cara, ¡usted odiaba lo que él estaba
haciendo!"
Minerva no habló por unos momentos.
Ella estaba encantando.
Cuando terminó y alzó la vista, ella
sabía que su cara esa severa. Tal vez era algo equivocado para
hacer. Y entonces de nuevo era lo indicado para hacer. Había un niño
obstinado en frente suyo, y eso no quería decir que el
universo estaba roto.
"¿Justo, Sr. Potter?"
ella espetó. "¡Tuve que diligenciar dos reportes con el
Ministerio sobre el uso público de un Giratiempo en dos días
consecutivos! ¡Sea extremadamente agradecido de que se le
permitió retener el Giratiempo incluso en forma restringida! ¡El
Director hizo una llamada Floo para suplicarles personalmente y si
usted no fuera El-Niño-Que-Vivió probablemente eso no hubiera
bastado!"
Harry quedó boquiabierto ante ella.
Ella sabía que él estaba viendo el
rostro furibundo de la Profesora McGonagall.
Los ojos de Harry se desbordaron con
lágrimas.
"Lo siento," él susurró, su
voz ahora ahogada y rota. "Lamento, haberla, decepcionado..."
"También lo siento, Sr. Potter,"
ella sentenció duramente, y le entregó el nuevo restringido
Giratiempo. "Puede irse."
Harry se volteó y huyó de su oficina,
sollozando. Escuchó sus pies repiqueteando en el distante pasillo, y
luego el sonido cortante cuando la puerta se cerró con un portazo.
"También lo siento, Harry,"
ella le murmuró al silencioso cuarto. "También lo siento."
................................................
Quince minutos habían pasado de la
hora del almuerzo.
Nadie le estaba hablando a Harry.
Algunos de los Ravenclaws le estaban disparando miradas de ira, otros
de simpatía, unos cuantos de los más jóvenes hasta lo veían con
admiración, pero nadie le estaba hablando. Ni siquiera Hermione
había intentado acercarse.
Fred y George se habían ubicado
cautelosamente cerca. No habían pronunciado nada. La oferta era
clara, y su opción. Harry les había dicho que iría cuando fuera el
momento del postre, no antes. Ellos habían asentido y alejado
rápidamente.
Era probablemente la mirada totalmente
inexpresiva que el rostro de Harry estaba haciendo.
Los otros seguramente pensaron que él
estaba controlando su ira, o desaliento. Ellos sabían, porque habían
visto a Flitwick venir y llevarlo, que él había sido llamado a la
oficina del Director.
Harry estaba intentando no sonreirá,
porque si sonreía, empezarían a reírse, y si comenzaba a reírse,
no se detendría hasta que las buenas personas con camisas blancas
vinieran a llevárselo a rastras.
Era demasiado. Simplemente todo era
demasiado. Harry casi se había ido al Lado Oscuro, su lado oscuro
había hecho cosas que en retrospectiva parecían dementes, su lado
oscuro había ganado una victoria imposible que podría haber sido
real y que podría haber sido un puro capricho de un Director loco,
su lado oscuro había protegido a sus amigos. Él ya no podía lidiar
más con ello. Necesitaba que Fawkes cantara para él otra vez.
Necesitaba usar el Giratiempo para irse y tomarse una hora silenciosa
para recuperarse pero eso ya no era una opción y la pérdida era
como un hoyo en su existencia pero él no podía pensar en ello
porque podría iniciar a reírse.
Veinte minutos. Todos los estudiantes
que iban almorzar habían llegado, casi ninguno se había ido.
El tintineo de una cuchara recorrió el
Gran Comedor.
"Si pudiera tener su atención por
favor," Dumbledore expresó. "Harry Potter tiene algo que
él quisiera compartir con todos nosotros."
Harry respiró profundamente y se
levantó. Camino hacia la Mesa de Profesores, con todos los ojos
posados sobre él.
Harry se volteó y miró hacía las
cuatro mesas.
Se estaba volviendo más y más difícil
no sonreír, pero Harry mantuvo su cara inexpresiva mientras habló
su breve y memorizado discurso.
"La verdad es sagrada," Harry
clamó con voz apagada. "Una de mis más atesoradas posesiones
es un botón en el que se puede leer 'Habla la verdad, incluso si tu
voz tiembla'. Esta, entonces, es la verdad. Recuerden eso. No estoy
diciendo esto porque me hayan obligado a hacerlo, lo digo porque es
la verdad. Lo que hice en la clase del Profesor Snape fue tonto,
estúpido, infantil, y una violación inexcusable de las reglas de
Hogwarts. Interrumpí el salón de clases y privé a mis compañeros
estudiantes de su irreemplazable tiempo de aprendizaje. Todo porque
fallé en controlar mi temperamento. Tengo la esperanza de que ni uno
de ustedes siga mi ejemplo. Yo ciertamente intentaré no seguirlo de
nuevo."
Muchos de los estudiantes observando a
Harry tenían solemnes, infelices miradas sobre sus rostros, como las
que uno podría esperar ver en una ceremonia marcando la derrota de
un campeón caído. En las partes más jóvenes la mesa de Gryffindor
esas miradas eran casi universales.
Hasta que Harry alzó su mano.
Él no la levantó alto. Eso podría
haber parecido perentorio. Evidentemente él no la levantó hacia
Severus. Harry sólo alzó su mano al nivel de su pecho, y suavemente
chasqueó sus dedos, un gesto que fue más visto que oido. Fue
posible que la mayoría de la Mesa de Profesores no lo viera para
nada.
Este demostrativo gesto de rebeldía
obtuvo repentinas sonrisa de los estudiantes más jóvenes y los
Gryffindors, y heladas miradas de desprecio de parte de los de
Slytherin, y ceños y expresiones preocupadas de todos los demás.
Harry mantuvo su cara inexpresiva.
"Gracias," él remató. "Eso es todo."
"Gracias, Sr. Potter," dijo
el Director. "Y ahora el Profesor Snape tiene algo que compartir
con todos nosotros también."
Apaciblemente Severus se puso de pie
desde su lugar en la Mesa de Profesores. "Se ha traído a mi
atención," él deliberó, "que mis propias acciones
jugaron una parte en provocar la conocidamente inexcusable ira del
Sr. Potter, y en la discusión resultante me he dado cuenta de que he
olvidado qué tan fácilmente pueden ser lastimados los sentimientos
de los jóvenes e inmaduros -"
Hubo un sonido de muchas personas
emitiendo sofocos ahogados al mismo tiempo.
Severus continuó como si no hubiera
escuchado. "El salón de clases de Pociones es un lugar
peligroso, y aún siento que la disciplina estricta es necesaria,
pero de ahora en adelante seré más consciente de la... fragilidad
emocional... de los estudiantes en cuarto año y menores. Mi
reducción de puntos de Ravenclaw aún permanece, mas revocaré la
detención del Sr. Potter. Gracias."
Hubo un solitario aplaudo desde la
dirección de Gryffindor y más rápido que el rayo la varita de
Severus estaba en su mano y "¡Quietus!" silenció
al ofendedor.
"Aún demandaré disciplina y
respeto en todas mis clases," Severus siseó fríamente,
"y cualquiera que tonteé conmigo lo lamentará."
Él se sentó.
"¡Gracias también!" el
Director Dumbledore celebró alegremente. "¡Prosigamos!"
Y Harry, aún sin expresión, comenzó
a caminar de regreso hacia su silla en Ravenclaw.
Hubo una explosión de conversaciones.
Dos palabras eran claramente identificables al principio. La primera
fue un inicial "Qué -" construyendo muchas frases
diferentes tales como "Qué acaba de pasar -" y "Qué
demonios -" La segunda fue "¡Scourgify!"
mientras los estudiantes limpiaban la comida derramada y bebidas
escupidas sobre ellos mismos, el mantel, y los unos sobre los otros.
Algunos estudiantes estaban llorando
abiertamente. Así lo hacia la Profesora Sprout.
En la mesa de Gryffindor, donde un
pastel esperaba con cincuenta y una velas sin encender, Fred murmuró,
"Creo que podríamos estar fuera de nuestra liga aquí, George."
Y desde ese día en adelante, sin
importar lo que Hermione intentará contarle a cualquiera, sería una
leyenda aceptada de Hogwarts que Harry Potter podría hacer que
cualquier cosa pasará al chasquear sus dedos.
................................................
Notas del traductor
(2) Bezoar
(3) “Silencio” en español
en el original.
(4) En inglés Harry habla de
una “ newspaper campaign”, lo que indica que muy apropiadamente
para el año (1991) una campaña que recurrirá a los periódicos,
pero “campaña periódico” no suena muy bien para usarlo en la
traducción.
(5) Lesa majestad, delito de
orden público que atenta contra los reyes o la cabeza del gobierno,
llamese primer ministro o presidente. Pueden leer más aquí
Estas dos semanas logré un buen ritmo
de traducción, el mejor hasta ahora. Cuando logró hacer dos páginas
diarias, sin prisas ni errores, todo brilla espléndidamente :D
El siguiente capítulo es muy especial.
Fue el capítulo que me hizo brincarme como veinte capítulos por
pura y mórbida curiosidad, ¿qué excusa les puedo dar? ¡Quirrell
es lo máximo! Nunca habría pensado decir eso tras el primer libro
de Harry Potter, lol.
Esta semana estuve escuchando el álbum
Random Access Memories de Daft Punk, muy bueno como
música de fondo para escribir. Y también para leer HPMOR, claro
Diseñé un botón de “Habla la
verdad, incluso si tu voz tiembla” porque se me hizo muy asombroso
andar por ahí con uno de ellos, así podríamos discernir a los
racionales de los que no ;)
Hasta el próximo capítulo y que
tengan muchos éxitos, sigan aferrándose a sus sueños cada día un
poco más :)
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