Capítulo 18 Capítulo 20
HARRY POTTER Y LOS MÉTODOS DE LA RACIONALIDAD
Capítulo 19
Gratificación postergada (1)
HARRY POTTER Y LOS MÉTODOS DE LA RACIONALIDAD
Capítulo 19
Gratificación postergada (1)
"No hubo una fuente original, ni un
primer movimiento, el aplauso inició por todos lados al tiempo como
un tronido masivo." Fuente original
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¡Sangre para el dios de la sangre!
¡Cráneos para J. K. Rowling! (2)
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Draco tenía una expresión severa
sobre su rostro, y su túnica de bordes verdes se veía mucho más
formal, seria, y mejor arreglada que las exactamente idénticas
túnicas usadas por los dos chicos detrás de él.
"Habla," pidió Draco.
"¡Sí! ¡Habla!"
"¡Escuchaste al jefe! ¡Habla!"
"Ustedes dos, por otro lado,
cállense."
La última sesión de clases del
Viernes estaba a punto de iniciar, en ese vasto auditorio donde las
cuatro Casas aprendían Defensa, eh, Batalla Mágica.
La última sesión de clases del
Viernes.
Harry estaba esperando que esta clase
no fuera estresante, y que el brillante Profesor Quirrell se daría
cuenta que quizá este no era el mejor momento para singularizar a
Harry por lo que fuera. Harry se había recuperado un poco, pero...
...pero sólo en este caso, era
probablemente lo mejor liberar un poco de estrés primero.
Harry se recostó en su silla y le
otorgó una mirada de gran solemnidad a Draco y sus secuaces.
"¿Preguntas, cuál es nuestro
objetivo?" Harry declamó. "Puedo responder en una palabra.
Esa palabra es victoria. Victoria a toda costa – Victoria a pesar
de todos los terrores - Victoria, sin importar que tan largo y
difícil pueda ser el camino, porque sin victoria no hay -"
"Habla sobre Snape,"
Draco siseó. "¿Qué hiciste?"
Harry sacudió la falsa solemnidad y le
dio a Draco una mirada más seria.
"Lo viste," Harry explicó.
"Todos lo vieron. Chasquee mis dedos."
"¡Harry! ¡No te burles de
mí!"
Así que había sido promovido a Harry.
Interesante. Y de hecho Harry estaba bastante seguro de que se
suponía que él tendría que notarlo, y sentirse mal si no
correspondía de algún modo...
Harry se toco sus orejas y le mandó un
significante vistazo a los secuaces.
"Ellos no hablaran," afirmó
Draco.
"Draco," Harry replicó, "Voy
a ser cien por ciento honesto aquí y te diré que ayer no quede
particularmente impresionado con la astucia del Sr. Goyle."
Sr. Goyle se contrajo de dolor.
"Yo tampoco," aceptó Draco.
"Le expliqué que terminé en deuda contigo por eso." (El
Sr. Goyle se retorció adolorido otra vez.) "Pero hay una
gran diferencia entre esa clase de error y ser indiscreto. Eso
realmente es algo para lo que ellos han sido entrenados para entender
desde la niñez."
"De acuerdo entonces," Harry
admitió. Bajo su voz, aunque los ruidos de fondo se habían mermado
en la presencia de Draco. "Deduje uno de los secretos de Severus
e hice un poco de chantaje."
La expresión de Draco se endureció.
"Bueno, ahora cuéntame algo que no le hayas dicho en estricta
confidencia a los idiotas de Gryffindor, queriendo eso decir que esa
era la historia que tú deseabas esparcir por toda la
escuela."
Harry hizo una mueca involuntaria y
supo que Draco lo había atrapado.
"¿Qué ha revelado Severus?"
Harry preguntó.
"Que él no se había dado cuenta
de qué tan sensibles eran los sentimientos de los niños jóvenes,"
Draco respondió. "¡Aún en Slytherin! ¡Aún a mí!"
"¿Estás seguro," Harry
maquinó, "que quieres saber algo que tu Jefe de Casa preferiría
que no sepas?"
"Sí," Draco contestó sin
titubear.
Interesante. "Entonces sí
vas a enviar a tus secuaces lejos de aquí en primer lugar, porque no
estoy seguro de que pueda creer todo lo que tú crees sobre ellos."
Draco asintió. "Está bien."
El Sr. Crabbe y el Sr. Goyle se veían
muy infelices. "Jefe -" alcanzó a hablar el Sr. Crabbe.
"No le han dado ninguna razón al
Sr. Potter para confiar en ustedes," Draco regañó. "¡Váyanse!"
Ellos se fueron.
"En particular," Harry
elaboró, bajando su voz incluso más, "No estoy enteramente
confiado de que ellos simplemente no reportaran lo que yo diga a
Lucius."
"¡Padre no haría eso!"
Draco exclamó, viéndose genuina mente espantado. "¡Ellos son
míos!"
"Lo siento, Draco," Harry
explicó. "Es que no me fio de creer todo lo que tú crees sobre
tu padre. Imagina que fuera tu secreto y que yo te dijera que mi
padre no haría eso."
Draco asintió lentamente. "Estás
en lo correcto. Yo lo siento, Harry. Estuvo mal de mi parte
pedirte que lo hicieras."
¿Cómo me promovieron tanto? ¿No
debería él estarme odiando? Harry tenía la sensación de estar
observando algo explotable... sólo deseaba que su cerebro no
estuviera tan exhausto. Ordinariamente él habría amado arriesgarse
con esta mano en algún complicado complot.
"Como sea," Harry comentó.
"Intercambiemos. Te daré un dato que no sea de dominio público,
y que no ira a parar al dominio público, y en particular
no ira a parar a manos de tu padre, y a cambio tu me contaras lo que
tú y Slytherin piensan sobre todo este asunto."
"¡Trato hecho!"
Ahora hacer esto tan vago como sea
posible... algo que no hiciera mucho daño incluso si todos lo
sabían... "Lo que dije era verdad. Yo sí descubrí uno de los
secretos de Severus, e hice algo de chantaje. Pero Severus no fue la
única persona involucrada."
"¡Lo sabía!" Draco
aclamó exultante.
A Harry se le hundió el estómago.
Aparentemente había revelado algo muy significante y él no conocía
que era. Esto no era una buena señal.
"Muy bien," Draco habló.
Estaba sonriendo ampliamente. "La reacción en Slytherin fue
así. Primero, todos los idiotas decían, '¡Odiamos a Harry Potter!
¡Vamos a golpearlo!'"
Harry se atragantó. "¿Qué está
mal con el Sombrero Seleccionador? Eso no es Slytherin, es
Gryffindor -"
"No todos los niños son
prodigios," Draco admitió, aunque estaba sonriendo de un modo
conspiratorio indecente, como si estuviera sugiriendo que en privado
estaba de acuerdo con la opinión de Harry. "Y tomó como quince
segundos para que alguien les explicara por qué podría no ser un
gran favor para Snape, así que estás a salvo. De cualquier manera,
tras eso hubo una segunda segunda oleada de idiotas, aquellos que
estaban diciendo, 'Parece que Harry Potter sólo era otro
buen-samaritano después de todo.'"
"¿Y entonces?" Harry
preguntó, sonriendo aunque no tenía idea de por qué eso era
estúpido.
"Y luego las personas de verdad
inteligentes empezaron a hablar. Era obvio que habías encontrado una
forma de poner mucha presión sobre Snape. Y mientras podría
ser más de una casa... el siguiente pensamiento obvio es que
tenía algo que ver con el dominio desconocido que Snape tiene sobre
Dumbledore. ¿Estoy en lo cierto?"
"Sin comentarios," Harry
contestó. Al menos su cerebro estaba procesando esta parte
correctamente. La Casa de Slytherin se había preguntando por
qué Severus no había sido despedido. Y habían llegado a la
conclusión de que Severus estaba chantajeando a Dumbledore. ¿Podría
esa ser la verdad...? Pero Dumbledore no había actuado como si se
tratara de eso...
Draco siguió hablando. "Y lo
siguiente que las personas inteligentes señalaron fue que si
pudieras poner suficiente presión en Snape como para que dejara en
paz a la mitad de Hogwarts, eso significaba que probablemente tenías
suficiente poder como para deshacerte de él por completo, si lo
hubieras querido. Lo que le hiciste fue una humillación, igual a
como él intentó humillarte – pero nos dejaste a nuestro Jefe de
Casa."
Harry hizo que su sonrisa creciera.
"Y luego las personas realmente
inteligentes," Draco continuó, su rostro serio, "se
apartaron y tuvieron una pequeña discusión por su cuenta, y alguien
apuntó que sería una cosa muy estúpida dejar a un enemigo
moviéndose tan cerca. Si pudieras romper su dominio sobre
Dumbledore, la cosa obvia para hacer era simplemente hacerlo.
Dumbledore botaría a Snape de Hogwarts y quizá incluso lo hubiera
asesinado, él hubiera estado muy agradecido contigo, y tú no
te tendrías que haberte preocupado por Snape entrando furtivamente
en tu dormitorio en la noche con interesantes pociones."
La cara de Harry era neutral. Él no
había pensado en ello y real, realmente tendría que haberlo hecho.
"¿Y de esto has concluido...?"
"¡El dominio de Snape era uno de
los secretos de Dumbledore y tú obtuviste este secreto! "
Draco se veía exultante. "No puede ser lo suficientemente
poderoso como para destruir a Dumbledore enteramente, o Snape ya lo
habría usado. Snape se rehúsa a usar su dominio para cualquier cosa
excepto permanecer como rey de la Casa de Slytherin en Hogwarts, y él
no siempre consigue lo que quiere a pesar de tenerlo, por lo que debe
tener sus limites. ¡Pero tiene que ser realmente bueno!
¡Padre ha estado intentando que Snape se lo cuente por años! "
"Y," Harry supuso, "ahora
Lucius cree que tal vez yo puedo decírselo. Ya recibiste un
búho -"
"Lo recibiré esta noche,"
Draco interrumpió, y se rió. "Escribirá," su voz tomó
una diferente, más formal cadencia, "Mi amado hijo: Ya te he
hablado del importante potencial de Harry Potter. Como ya te has dado
cuenta, su importancia se ha vuelto más grande y más urgente. Si
ves cualquier posible camino de amistad o de presión con él, debes
recorrerlo, y todos los recursos de Malfoy están a tu disposición
si son necesarios."
Cielos. "Bueno," Harry
soslayó, "sin comentarios sobre si sí o no tu complicada
edificación de teoría es verdadera, solamente déjame decirte que
nosotros aún no somos tan buenos amigos."
"Lo sé," Draco aceptó.
Entonces su rostro se puso muy serio, y bajo su voz a pesar de
estar dentro de su barrera. "Harry, ¿se te ha ocurrido que si
conoces algo que Dumbledore no quiere que sepas, Dumbledore podría
simplemente haberte matado? Y habría convertido a El-Niño-Que-Vivió
en un valioso mártir en lugar de un potencial competente líder,
también."
"Sin comentario," Harry
repitió de nuevo. No había pensado en esa última parte, tampoco.
No parecía ser el estilo de Dumbledore... pero...
"Harry," Draco arguyó,
"obviamente tienes un increíble talento, ¡pero careces
de entrenamiento y sin mentores haces estúpidas cosas algunas veces
y realmente necesitas un consejero que sepa cómo hacer esto o vas
a salir lastimado!" El rostro de Draco era fiero.
"Ah," Harry pensó en voz
alta. "¿Un consejero como Lucius?"
"¡Como yo!" celebró
Draco. "Te prometo guardar tus secretos de Padre, de todos,
¡y te ayudaré a descubrir lo que sea que quieras hacer!"
Guau.
Harry vio que zombi-Quirrell estaba
tambaleándose a través de la puerta.
"La clase está a punto de
iniciar," anunció Harry. "Pensaré lo que me acabas de
decir, hay muchas ocasiones en las que sí desearía haber
tenido todo tu entrenamiento, es sólo que no sé cómo puedo confiar
en ti tan prontamente -"
"No deberías," Draco agregó,
"es demasiado pronto. ¿Ves? Te daré buenos consejos incluso si
me perjudica. Pero quizá sí tendríamos que apresurarnos y
volvernos amigos cercanos."
"Estoy abierto a eso,"
admitió Harry, quien ya estaba intentando descubrir cómo
aprovecharlo.
"Otro pequeño consejo,"
Draco adoctrinó apresuradamente mientras Quirrell avanzaba con los
hombros caídos hacia su escritorio, "ahora mismo todos en
Slytherin se están haciendo preguntas sobre ti, por lo que si nos
estás cortejando, que es lo que yo creo que estás haciendo,
deberías hacer algo que envíe señales de amistad hacia Slytherin.
Pronto, como hoy o mañana."
"¿Dejar que Severus siga
otorgando puntos de Casa extra para Slytherin no fue suficiente?"
No había ninguna razón para que Harry no pudiera tomar crédito por
eso.
Los ojos de Draco vacilaron al caer en
cuenta, luego él dijo rápidamente, "No es lo mismo, confía en
mi, tiene que ser algo obvio. Empuja a tu rival sangre sucia Granger
contra una pared o algo así, todos en Slytherin sabrán lo que
quiere decir -"
"¡Así no es como
funcionan las cosas en Ravenclaw, Draco! Si tienes que empujar a
alguien contra una pared quiere decir que tu cerebro es demasiado
débil para derrotarlos del modo correcto y todos en Ravenclaw
saben que -"
La pantalla sobre el escritorio de
Harry parpadeó al encenderse, provocando un repentino diluvio de
nostalgia por la televisión y las computadoras.
"Ahem," carraspeó la voz del
Profesor Quirrell, pareciendo hablar personalmente a Harry desde la
pantalla. "Por favor tomen sus asientos."
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Y todos los niños se sentaron y
contemplaron las pantallas repetidoras sobre sus escritorios, o
bajaron la vista directamente a la gran plataforma de mármol blanco
donde el Profesor Quirrell se levantó, apoyándose sobre su
escritorio encima de la pequeña tarima de un mármol más oscuro.
"Hoy," habló el Profesor
Quirrell, "había planeado enseñarles su primer hechizo
defensivo, un pequeño escudo que fue el ancestro del actual Protego.
Pero tras considerarlo un poco he cambiado el plan para la lección
de hoy bajo la luz de eventos recientes."
La mirada del Profesor Quirrell
recorrió las filas de sillas. Harry se contrajo adolorido desde
donde estaba sentado, en la fila de atrás. Tenía el presentimiento
de que él sabía quién iba a ser citado a continuación.
"Draco, de la Noble y Más Antigua
Casa de Malfoy," llamó el Profesor Quirrell.
Uf.
.
"¿Sí, Profesor?" indagó
Draco. Su voz estaba amplificada, parecía provenir de la pantalla
sobre el escritorio de Harry, la cual mostraba la cara de Draco
mientras hablaba. Luego la pantalla regresó hacia el Profesor
Quirrell, quién cuestionó:
"¿Es tu ambición convertirte en
el próximo Señor Oscuro?"
"Esa es una extraña pregunta,
Profesor," reparó Draco. "O sea, ¿quién sería lo
suficientemente tonto como para admitirlo?"
Unos cuantos estudiantes se rieron,
pero no muchos.
"En efecto," concordó el
Profesor Quirrell. "Así que mientras no hay punto en
preguntárselo a ninguno de ustedes, no me sorprendería en lo más
mínimo si hubiera un estudiante o dos en mis clases que cultivaran
ambiciones se ser el siguiente Señor Oscuro. Después de todo, yo
quería ser el siguiente Señor Oscuro cuando yo era un joven
Slytherin."
Esta vez la risa fue mucho más
generalizada.
"Bueno, es la Casa de los
ambiciosos, al fin y al cabo," el Profesor Quirrell concluyó,
sonriendo. "No me di cuenta hasta más adelante que de verdad
disfrutaba Batalla Mágica, y que mi real ambición era convertirme
en un gran mago luchador y algún día enseñar en Hogwarts. En
cualquier caso, cuando tenía trece años, leí a través de las
secciones históricas de la librería de Hogwarts, escudriñando las
vidas y destinos de Señores Oscuros pasados, e hice una lista de
todos los errores que yo no cometería cuando yo fuera
un Señor Oscuro -"
Harry soltó una risotada antes de
poder controlarse.
"Sí, Sr. Potter, muy divertido.
Por lo que, Sr. Potter, ¿puede imaginar cuál fue el primer punto en
esa lista?"
Grandioso. "Um... ¿nunca
usar un modo complicado de lidiar con un enemigo cuando sólo puedes
hacerles Abracadabra?"
"El término, Sr. Potter,
es Avada Kedavra," La voz del Profesor Quirrell sonó un
poco más aguda por alguna razón, "y no, eso no estaba
en la lista que hice a los trece. ¿Le importaría adivinar de
nuevo?"
"Ah... ¿nunca presumirle a nadie
tu malvado plan maestro?"
El Profesor Quirrell se rió. "Ah,
ese era mi número dos. Vaya, Sr. Potter, ¿hemos estado
leyendo los mismos libros?"
Hubo más risas, con un trasfondo de
nerviosismo. Harry apretó su mandíbula con fuerza y no pronunció
palabra. Una negación no lograría nada.
"Pero no. El primer punto
era, 'Yo no iré por ahí provocando fuertes, viciosos enemigos.' La
historia del mundo sería muy diferente si Mornelithe Falconsbane o
Hitler hubieran comprendido ese punto elemental. Ahora si, Sr.
Potter – sólo si por casualidad usted alberga alguna
ambición similar a la que yo tuve cuando era un joven Slytherin –
de todos modos, espero que no sea su ambición convertirse en un
estúpido Señor Oscuro."
"Profesor Quirrell," Harry
afirmó, apretando sus dientes, "soy un Ravenclaw y no es
mi ambición ser estúpido, punto final. Sé que lo que hice fue
tonto. ¡Pero no fue Oscuro! ¡Yo no fui quién arrojó
el primer puño en esa pelea!"
"Usted, Sr. Potter, es un idiota.
Pero así lo era yo a su edad. Además anticipé su respuesta y
alteré el plan para la lección de hoy de acuerdo a ello. Sr.
Gregory Goyle, ¿tendría la amabilidad de salir adelante, por
favor?"
Hubo una sorprendida pausa en el salón
de clases. Harry no había estado esperando eso.
Tampoco, a juzgar por lo que se veía,
lo había hecho el Sr. Goyle, quien parecía bastante incierto y
preocupado cuando abordó la plataforma de mármol y se aproximó a
la tarima.
El Profesor Quirrell se enderezó y no
siguió apoyándose en el escritorio. Se veía súbitamente fuerte, y
sus manos formaron puños y se acomodó en lo que claramente una pose
de artes marciales.
Los ojos de Harry se abrieron de par en
par ante esa visión, y se dio cuenta por qué el Sr. Goyle había
sido convocado.
"La mayoría de magos,"
explicó el Profesor Quirrell, "no se molestan mucho con lo que
un Muggle denominaría artes marciales. ¿No es una varita más
fuerte que un puño? Esta actitud es estúpida. Las varitas son
sostenidas en puños. Si quieres ser un gran mago luchador debes
aprender artes marciales a un nivel que impresionaría a un Muggle.
Ahora demostraré una cierta técnica de vital importancia, la cual
aprendí en un dojo, una escuela Muggle de artes marciales, de
la cual hablaré más dentro de poco. Por ahora..." El Profesor
Quirrell adelantó varios pasos, aún en posición, avanzando en
donde estaba parado el Sr. Goyle. "Sr. Goyle, le pediré que me
ataqué."
"Profesor Quirrell," titubeo
el Sr. Goyle, su voz ahora amplificada al igual que la del profesor,
"puedo preguntarle que nivel -"
"Sexto dan. Usted no será
lastimado ni tampoco yo. Y si ve una oportunidad, por favor tómela."
(3)
El Sr. Goyle asintió, viéndose mucho
más aliviado.
"Noten," señaló el Profesor
Quirrell, "que el Sr. Goyle estaba temeroso de atacar a alguien
que no supiera artes marciales en un nivel aceptable, por temor de
que yo, o él, resultara lastimado. La actitud del Sr. Goyle es
exactamente correcta y se ha ganado tres puntos Quirrell por ello.
Ahora, ¡a luchar!"
El joven chico avanzó como una saeta,
puños volando, y el Profesor bloqueó cada golpe, retrocediendo
bailando, Quirrell pateó y Goyle bloqueó y giró e intentó hacer
tropezar a Quirrell con una pierna barredor y Quirrell saltó por
encima y estaba pasando todo muy rápido para que Harry le diera
sentido a lo que estaba pasando y entonces Goyle estaba sobre su
espalda empujando con sus piernas y Quirrell estaba volando a
través del aire y luego golpeó el suelo con el hombro y giró.
"¡Alto!" gritó el Profesor
Quirrell desde el suelo, sonando un poco asustado. "¡Tu ganas!"
El Sr. Goyle se levantó tan
bruscamente que se tambaleó, casi tropezando y cayendo por el
impulso abortado de su carga apresurada hacia el Profesor Quirrell.
Su rostro mostraba una enorme sorpresa.
El Profesor Quirrell arqueó su espalda
y brincó a sus pies usando un peculiar movimiento para levantarse
que no hacía uso de sus manos.
Hubo silencio en el salón de clases,
un silencio nacido de una total confusión.
"Sr. Goyle," cuestionó el
Profesor Quirrell, "¿qué técnica de vital importancia he
demostrado?"
"Como caer correctamente cuando
alguien te arroja," respondió el Sr. Goyle. "Es una de las
primeras lecciones que aprendes -"
"Eso también," intervino el
Profesor Quirrell.
Hubo una pausa.
"La técnica de vital importancia
que he demostrado," elaboró el Profesor Quirrell, "fue
como perder. Puede irse, Sr. Goyle, gracias."
El Sr. Goyle bajó de la plataforma, se
veía aturdido. Harry se sentía igual.
El Profesor Quirrell regresó a su
escritorio y volvió a apoyarse sobre este. "A veces olvidamos
las cosas más básicas, ya que ha pasado mucho tiempo desde que lo
aprendimos. Me di cuenta que había hecho lo mismo con mi propio plan
de clases. No le enseñas a los estudiantes a lanzar hasta que no les
hayas enseñado como caer. Y no debo enseñarles a pelear si no
comprenden como perder."
El rostro del Profesor Quirrell se
endureció, y Harry creyó ver un indicio de dolor, un toque de
arrepentimiento, en aquellos ojos. "Aprendí cómo perder en un
dojo en Asia, en donde, como cualquier Muggle sabe, es donde
viven todos los buenos artistas marciales. Este dojo enseñaba
un estilo el cual tenía una reputación entre magos luchadores de
que se adaptaba bien al duelo mágico. El Maestro de ese dojo
– un hombre anciano para estándares Muggle – era el más grande
profesor vivo. Él no tenía idea de que la magia existía, por
supuesto. Me presenté para estudiar allí, y fui uno de los pocos
estudiantes aceptados ese año, de entre muchos contendientes. Pudo
haber un poco de influencia especial involucrada."
Hubo algunas risas en el salón de
clases. Harry no las compartió. Eso no había sido correcto.
"En cualquier caso. Durante una de
mis primeras lecciones, tras haber sido vencido de una forma
particularmente humillante, perdí el control y ataqué a mi
compañero de entrenamiento -"
Uy.
"- afortunadamente con mis puños,
en vez de mi magia. El Maestro, inesperadamente, no me expulsó de
inmediato. Pero me dijo que había una debilidad en mi temperamento.
Me la explicó, y yo supe que él estaba en lo correcto. Y luego
anunció que yo aprendería cómo perder."
La cara del Profesor Quirrell no tenía
expresión.
"Bajo sus estrictas ordenes, todos
los estudiantes del dojo se alinearon. Uno por uno, se
aproximaron a mí. Yo no debía defenderme. Yo sólo tenía
que suplicar misericordia. Uno por uno, ellos me abofetearon, o me
golpearon, y me empujaron al suelo. Algunos de ellos me escupieron.
Me llamaron cosas horribles en su lenguaje. Y a cada uno, yo tenía
que responder, ¡Yo perdí!' y cosas similares, tales como '¡Te pido
que te detengas!' y '¡Admito que eres mejor que yo!'"
Harry estaba intentando imaginarse esto
y simplemente fallaba en hacerlo. No era posible que algo así le
pasara al digno Profesor Quirrell.
"Incluso entonces yo era un
prodigio en Batalla Mágica. Solamente con magia sin varita pude
haberlos matado a todos en ese dojo. No lo hice. Aprendí a perder.
Hoy en día recuerdo esas como unas de las horas menos placenteras de
mi vida. Y cuando deje ese dojo ocho meses después - lo cual no era
ni de cerca tiempo suficiente, pero era todo lo que me podía
permitir gastar – el Maestro me dijo que tenía la esperanza de que
yo hubiera comprendido por qué había sido necesario. Y le aseguré
que había sido una de las lecciones más valiosas que había llegado
a aprender. Lo que fue, y aún es, verdad."
El rostro del Profesor Quirrell se
agrió. "Se estarán preguntando dónde está este maravilloso
dojo, y si pueden estudiar allí. No pueden. Porque no mucho
después, otro aspirante a estudiante llegó a ese lugar oculto, a
esa remota montaña. El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado."
Se oyó el ruido de muchas
respiraciones exhaladas en forma simultánea. Harry se sintió
enfermo del estómago. Él sabía lo que venía.
"El Señor Oscuro llegó a la
escuela abiertamente, sin disfraz, ojos rojos brillantes y todos. Los
estudiantes intentaron prohibirle el paso y el simplemente se
Apareció a través de ellos. Hubo terror allí, pero disciplina, y
el Maestro salió. Y el Señor Oscuro demandó – no pidió, sino
que demandó – ser enseñado."
El rostro del Profesor Quirrell era
como de granito. "Quizá el Maestro había leído demasiados
libros contando la mentira de que un verdadero artista marcial podía
derrotar aun a los demonios. Por la razón que fuera, el Maestro se
rehusó. El Señor Oscuro preguntó por qué no podía convertirse en
estudiante. El Maestro le contestó que no tenía paciencia, y ahí
fue cuando el Señor Oscuro le arrancó la lengua."
Hubo un jadeo colectivo.
"Pueden adivinar que pasó a
continuación. Los estudiantes intentaron lanzarse sobre el Señor
Oscuro y fueron derribados, paralizados donde estaban. Y luego..."
La voz del Profesor Quirrell falleció
por un momento, luego se reanudó.
"Hay una Maldición Imperdonable,
la Maldición Cruciatus, que causa un dolor insoportable. Si el
Cruciatus es extendido más allá de unos cuantos minutos produce
demencia permanente. Uno por uno, el Señor Oscuro usó el Cruciatus
en los estudiantes del Maestro hasta llevarlos a la locura, y luego
los remató con una Maldición Asesina, mientras el Maestro fue
forzado a mirar. Cuando todos sus estudiantes murieron así, el
Maestro fue el siguiente. Aprendí esto del único estudiante
sobreviviente, a quien el Señor Oscuro había dejado con vida para
que contara el relato, y quien había sido un amigo mío..."
El Profesor Quirrell se giró, y cuando
volvió a verlos de frente un momento después, una vez más parecía
calmado y compuesto.
"Los Magos Oscuros no pueden
controlar sus temperamentos," afirmó el Profesor Quirrell
calmadamente. "Es casi una debilidad universal de la especie, y
cualquiera que hace de luchar contra ellos un habito pronto aprende a
confiar en ello. Comprendan que el Señor Oscuro no ganó ese
día. Su meta era aprender artes marciales, y se fue sin una sola
lección. El Señor Oscuro fue tonto al desear que esta historia
fuera repetida. No mostraba su fuerza, sino una vulnerabilidad
explotable."
La penetrante mirada del Profesor
Quirrell se enfocó en un solo niño del salón de clases.
"Harry Potter," el Profesor
Quirrell llamó.
"Sí," Harry habló, su voz
ronca.
"¿Qué precisamente hizo
usted mal el día de hoy, Sr. Potter?"
Harry se sintió como si fuera a
vomitar. "Perdí mi temperamento."
"Eso no es preciso,"
corrigió el Profesor Quirrell. "Lo describiré más
exactamente. Hay muchos animales que tienen lo que es llamado
concursos de dominio. Se chocan los unos con los otros con sus
cuernos – intentando derribarse el uno al otro, no desangrarse el
uno al otro. Luchan con sus zarpas – con las garras enfundadas.
¿Pero por qué con sus garras enfundadas? ¿De seguro, si usaran sus
garras, tendrían una mejor oportunidad de ganar? Pero entonces su
enemigo podría desenfundar sus garras también, y en lugar de
resolver el concurso de dominio con un ganador y un perdedor, ambos
podrían terminar severamente heridos."
Los ojos del Profesor Quirrell parecían
ir directamente a Harry desde la pantalla repetidora. "Lo que
usted demostró hoy, Sr. Potter, es que – a diferencia de aquellos
animales que mantienen sus garras enfundadas y aceptan los resultados
– usted no sabe cómo perder un concurso de dominio. Cuando un
profesor de Hogwarts lo retó, usted no retrocedió. Cuando
pareció que usted iba a perder, usted desenvainó sus garras,
desatento del peligro. Lo intensificó, y luego lo intensificó
otra vez. Inició como una bofetada hacia usted de parte del
Profesor Snape, quien era obviamente dominante sobre usted. En lugar
de perder, usted contraatacó con otra bofetada y perdió diez puntos
de Ravenclaw. Pronto usted estaba hablando de abandonar Hogwarts. El
hecho de que usted lo intensificara aún más allá hacia alguna
dirección desconocida, y que de algún modo venciera al final, no
cambia el hecho de que usted es un idiota."
"Entiendo," Harry aceptó. Su
garganta estaba seca. Eso había sido preciso. Tan preciso que
era aterrador. Ahora que el Profesor Quirrell lo había
declarado, Harry pudo ver en retrospectiva que era una descripción
exactamente acertada de lo que había pasado. Cuando alguien
hacia un modelo tuyo así de bueno, tenías que cuestionarte si
estaba en lo correcto sobre otras cosas también, como tu intención
de matar.
"La próxima vez, Sr. Potter, que
usted elija intensificar un concurso en vez de perder, podría perder
todas las apuestas que depositó sobre la mesa. No puedo
adivinar cuales fueron en este día. Puedo suponer que fueron muy
altas, demasiado altas para la perdida de diez puntos de Casa."
Como el destino de toda la Bretaña
Mágica. Eso era lo que él había hecho.
'Usted protestará que estaba
intentando ayudar a toda Hogwarts, una meta mucho más importante
digna de grandes riesgos. Eso es una mentira. Si usted hubiera
sido -"
"Si yo hubiera recibido la
bofetada, esperado, y elegido el mejor momento posible para hacer mi
movimiento," Harry clamó, su voz ronca. "Pero eso habría
significado perder. Dejarlo ser dominante sobre mí. Fue lo
que el Señor Oscuro no pudo hacer con el Maestro del cual él quería
aprender."
El Profesor Quirrell asintió. "Veo
que ha entendido perfectamente. Y por eso, Sr. Potter, el día de hoy
usted va aprender cómo perder."
"Yo -"
"No escucharé ninguna objeción,
Sr. Potter. Es evidente a la vez que necesita esto y que es lo
suficientemente fuerte como para resistirlo. Le aseguro que su
experiencia no será tan cruel como por la que yo pasé, aunque usted
podría recordarlo como los peores quince minutos de su joven vida."
Harry tragó saliva. "Profesor
Quirrell," dijo con una voz diminuta, "¿podemos hacer esto
en otra ocasión?"
"No," el Profesor Quirrell
advirtió fácilmente. "Usted lleva cinco días de su educación
en Hogwarts y ya ha pasado todo esto. Hoy en Viernes. Nuestra próxima
clase de defensa es el Miércoles. Sábado, Domingo, Lunes, Martes,
Miércoles... No, nosotros no tenemos tiempo para esperar."
Algunos cuantos se rieron de esto, pero
muy pocos.
"Por favor considérelo una orden
de su profesor, Sr. Potter. Lo que me gustaría decir es que de otro
modo no te enseñaré ningún hechizo ofensivo, porque entonces
escucharé que ha lastimado severamente o inclusive asesinado a
alguien. Infortunadamente se me ha dicho que sus dedos ya son armas
poderosas. No los chasquee en ningún momento de esta lección."
Más risas diseminadas, sonando harto
nerviosas.
Harry sintió que podría llorar.
"Profesor Quirrell, si hace algo similar a lo que estaba
hablando, me va a hacer enojar, y realmente preferiría no enojarme
otra vez hoy -"
"El punto no es evitar
enfadarse," el Profesor Quirrell sentenció, su cara se veía
grave. "La Ira es natural. Usted necesita aprender a perder aún
cuando este enojado. O al menos a pretender perder para que
pueda planear su venganza. Como yo hice con el Sr. Goyle hoy,
a menos por supuesto que alguno de ustedes piense que él es
de verdad mejor -"
"¡No lo soy!" gritó el Sr.
Goyle desde su escritorio, oyéndose un poquito frenético. "¡Sé
que usted no perdió realmente! ¡Por favor no planeé ninguna
venganza!"
Harry sintió que le dolía la barriga.
El Profesor Quirrell no conocía su misterioso lado oscuro.
"Profesor, en serio necesitamos hablar sobre esto después de
clase -"
"Lo haremos," el Profesor
Quirrell interrumpió en tono de promesa. "Tras aprender a cómo
perder." Su rostro no era de broma. "Está de más decir
que excluiré cualquier cosa que lo pueda lastimar o causarle
significante dolor. El dolor provendrá de la dificultad de perder,
en vez de contraatacar e intensificar la batalla hasta ganar."
La respiración de Harry era
entrecortada, jadeante por el pánico. Estaba más aterrado que lo
que había estado tras abandonar el salón de clases de Pociones.
"Profesor Quirrell," se las arregló para expresar, "No
quiero que lo despidan por esto -"
"No lo seré," el Profesor
Quirrell concluyó, "si usted les cuenta después que fue
necesario. Y esto es lo que confío usted hará." Por un momento
la voz del Profesor Quirrell se volvió muy seca. "Créame,
ellos han tolerado cosas peores en sus pasillos. Este caso será
excepcional únicamente en que ocurre dentro de un salón de clases."
"Profesor Quirrell," Harry
susurró, pero pensó que su voz aún era repetida en todos lados,
"¿usted en verdad cree que si yo no hago esto, podría herir a
alguien?"
"Sí," el Profesor Quirrell
contesto sin aspavientos.
"Entonces," Harry sintió
nauseas, "Lo haré."
El Profesor Quirrell se giró para
encarar a los Slytherins. "Así que... con toda la aprobación
de su profesor, y en tal forma que Snape no puede ser culpado por sus
acciones... ¿alguno de ustedes desea mostrar su dominio sobre
El-Niño-Que-Vivió? ¿Empujarlo por ahí, tumbarlo al suelo,
escucharlo suplicar por misericordia?"
Cinco manos se alzaron.
"Aquellos con las manos
levantadas, ustedes son unos absolutos idiotas. ¿Qué parte de
pretender perder no comprendieron? Si Harry Potter se
convierte en el próximo Señor Oscuro él los cazará y asesinará
en cuanto se gradúe."
Las cinco manos descendieron
abruptamente de vuelta a sus escritorios.
"No lo haré," Harry negó,
su voz saliendo desfallecida. "Juró que nunca tomaré venganza
sobre aquellos que me ayuden a aprender a perder. ¿Profesor
Quirrell... podría por favor... dejar de hacer eso?"
El Profesor Quirrell suspiró. "Yo
lo lamento, Sr.
Potter. Me doy cuenta que usted debe encontrar esto igualmente
molesto sea su intención o no convertirse en un Señor Oscuro. Pero
estos niños también tienen una importante lección de vida
que aprender. ¿Sería aceptable si lo recompensara con un punto
Quirrell como disculpa?"
"Que sean dos," Harry
propuso.
Hubo una corriente de risas
sorprendidas, apaciguando algo de la tensión.
"Hecho," aceptó el Profesor
Quirrell.
"Y después de que me gradúe voy
a cazarlos y hacerles cosquillas."
Hubo más risas, sin embargo el
Profesor Quirrell no sonrió.
Harry se sintió como si estuviera
luchando cuerpo a cuerpo con una anaconda, intentando forzar la
conversación hacía el camino estrecho que haría que las personas
se dieran cuenta que él no era un Señor Oscuro después de todo...
¿por qué el Profesor Quirrell sospechaba tanto de él?
"Profesor," declaró la voz
sin amplificar de Draco. "Tampoco es mi propia ambición
convertirme en un estúpido Señor Oscuro."
Hubo un chocante silencio en el salón
de clases.
¡No tienes que hacer esto!
Harry casi espetó en voz alta, pero se restringió a tiempo; Draco
podría no desear que se supiera que él lo estaba haciendo por su
amistad con Harry... o por el deseo de mostrarse amistoso...
Llamar eso un
deseo de mostrarse amistoso hizo que Harry se sintiera pequeña,
y malvado. Si Draco había tenido la intención de impresionarlo,
estaba funcionando perfectamente.
El Profesor Quirrell se dirigió a
Draco gravemente. "¿A usted le preocupa que no pueda
pretender perder, Sr. Malfoy? ¿Qué esta falencia que describe al
Sr. Potter también lo describa a usted? Seguramente su padre
le ha enseñado mejor que eso."
"Cuando se trata de hablar,
quizá," replicó Draco, ahora en la pantalla repetidora. "No
cuando se trata de ser empujado y tumbado al suelo. Quiero ser
completamente fuerte como usted, Profesor Quirrell."
Las cejas del Profesor Quirrell se
levantaron y se quedaron así. "Me temo, Sr. Malfoy," él
clamó tras un rato, "que los acuerdos que hice con el Sr.
Potter, involucrando algunos Slytherins mayores a quienes se les dirá
después lo estúpidos que fueron, no se aplicaran a usted.
Pero es mi opinión profesional que usted ya es muy fuerte. De llegar
a escuchar que usted ha fallado, como el Sr. Potter falló el día de
hoy, haré los arreglos apropiados y le pediré disculpas a usted y a
quien sea que haya lastimado. No creo que esto será necesario, sin
embargo."
"Lo entiendo, profesor," dijo
Draco.
El Profesor Quirrell observó a toda la
clase. "¿Alguien más desea volverse fuerte?"
Algunos estudiantes vieron alrededor
suyo nerviosamente. Algunos, Harry pensó desde la fila de atrás,
parecieron que fueran a abrir sus bocas pero nada salió de ellas. Al
final, nadie habló.
"Draco Malfoy será uno de los
generales de las armadas de primer año," anunció el Profesor
Quirrell, "de dignarse él a ocuparse en esa actividad
extracurricular. Y ahora, Sr. Potter, por favor acérquese."
................................................
Sí, el Profesor Quirrell lo
había dicho, debía ser en frente de todos, en frente de tus
amigos, porque ahí fue donde Snape te confrontó y ahí es donde
debes aprender a perder.
Así que los de primer año miraron. En
silencio mágicamente forzado, y con la petición tanto de Harry
como del profesor de no intervenir. Hermione veía hacia otro lado,
pero ella no había formulado palabra alguna o dado alguna clase de
mirada significante, tal vez porque ella también había estado en
Pociones.
Harry se paró en una lona azul, como
la que podría ser encontrada en un dojo Muggle, la cual el Profesor
Quirrell había puesto sobre el piso par cuando Harry fuera
derribado.
Harry estaba aterrado de lo que podría
hacer. Si el Profesor Quirrell estaba en lo correcto sobre su
intención de matar...
La varita de Harry yacía sobre el
escritorio del Profesor Quirrell, no porque Harry conociera algún
hechizo con el cual pudiera defenderse, sino porque de otro modo
(Harry dedujo) podría haber intentado sacarle un ojo a alguien. Su
monedero yacía allí, conteniendo su protegido pero aún
potencialmente frágil Giratiempo.
Harry le había suplicado al Profesor
Quirrell Transformarle unos guantes de boxeo y trabarlos en sus
manos. El Profesor Quirrell le había otorgado una mirad de
silenciosa comprensión, y se había rehusado.
No atacaré sus ojos, no atacaré
sus ojos, no atacaré sus ojos, sería el fin de mi vida en Hogwarts,
sería arrestado, Harry se recitaba a si mismo, intentando
taladrar el pensamiento en su cerebro, con la esperanza de que se
quedara allí si su intención de matar surgía.
El Profesor Quirrell regresó,
escoltando a trece estudiantes más grandes de Slytherins de
diferentes años. Harry reconoció a uno de ellos como el que había
golpeado con un pastel. Otros dos de esa confrontación también
estaban presentes. El que había dicho que se detuvieran, que
realmente no tendrían que hacer esto, no estaba presente.
"Repito," aleccionó el
Profesor Quirrell, oyéndose muy severo, "Potter no debe
ser herido seriamente. Cualquiera y todos los accidentes serán
tratados como deliberados. ¿Lo han comprendido?"
Los Slytherins mayores asintieron,
sonriendo.
"Entonces por favor siéntanse
libres de darle unos buenos ganchos a El-Niño-Que-Vivió," el
Profesor Quirrell comentó, con una torcida sonrisa que únicamente
los de primer año entendieron.
Por alguna clase de consenso mutuo, el
pastel-atacado estaba al frente del grupo.
"Potter," presentó el
Profesor Quirrell, "conozca al Sr. Peregrine Derrick. Él es
mejor que usted y está a punto de demostrarle eso."
Derrick avanzó hacia adelante y el
cerebro de Harry gritó discordante, él no debía escapar, él no
debía contraatacar -
Derrick se detuvo a un brazo de
distancia de Harry.
Harry aún no estaba enojado, sólo
asustado. Y eso quería decir que tenía ante él a un adolescente
que era medio metro exacto más alto que él, con músculos
claramente definidos, vello facial, y una mueca terrible de
anticipación.
"Pídele que no te lastime,"
el Profesor Quirrell sugirió. "A le mejor si ve que eres lo
suficientemente patético, decidirá que eres aburrido, y se ira."
Los Slytherins más grandes que estaban
viendo se rieron.
"Por favor," Harry imploró,
su voz desfalleciendo, "no, me, lastimes..."
"Eso no sonó muy sincero,"
opinó el Profesor Quirrell.
La sonrisa de Derrick se anchó. El
torpe imbécil se estaba mostrando muy superior y...
...la temperatura de la sangre Harry
estaba descendiendo...
"Por favor no me lastimes,"
Harry probó de nuevo.
El Profesor Quirrell sacudió su
cabeza. "¿Como en el nombre de Merlín te las arreglaste para
hacer que eso se oyera como un insulto, Potter? Únicamente hay una
respuesta posible que puede esperar del Sr. Derrick."
Derrick se lanzó deliberadamente, y le
dio un empellón a Harry.
Harry trastabilló unos cuantos pies y,
antes de que pudiera detenerse, se enderezó fríamente.
"Incorrecto," señaló el
Profesor Quirrell, "incorrecto, incorrecto, incorrecto."
"Tú me agrediste, Potter,"
Derrick amenazó. "Discúlpate."
"¡Lo siento!"
"No te escucho muy
arrepentido," dijo Derrick.
Los ojos de Harry se abrieron de par en
par por la indignación, sí había logrado producir un tono
de sumisión -
Derrick lo empujó, con fuerza, y Harry
cayó a la lona sobre sus manos y rodillas.
La tela azul tambaleaba en la visión
de Harry, no muy lejos.
Estaba comenzando a dudar los
verdaderos motivos del Profesor Quirrell en enseñar esta tan
proclamada lección.
Un pie se deposito sobre las posaderas
de Harry y un momento después Harry fue tumbado hacia fuertemente
hacia un lado, enviándolo desmadejado sobre su espalda.
Derrick se rió. "Esto es
divertido," celebró.
Todo lo que tenía que hacer era decir
que había terminado. Y reportar todo el asunto a la oficina del
Director. Eso sería el fin de este Profesor de Defensa y su
funesta estadía en Hogwarts y... la Profesora McGonagall se
enfadaría por ello, pero...
(Una imagen de la cara de la Profesora
McGonagall destelló frente a sus ojos, ella no parecía enfadada,
sólo triste -)
"Ahora reconozca que él es mejor
que usted, Potter," indicó la voz del Profesor Quirrell.
"Tú eres, mejor, que, yo."
Harry empezó a ponerse de pie y
Derrick puso un pie sobre su pecho y lo tumbó de nuevo sobre la
lona.
El mundo se estaba volviendo
transparente como el cristal. Lineas de acción y sus consecuencias
se extendieron ante él con devastadora claridad. El tonto no se
esperaba que él respondiera, un rápido golpe en la entrepierna lo
paralizaría el tiempo suficiente para -
"Una vez más," ordenó el
Profesor Quirrell y con un inesperado y fino movimiento Harry giró y
se levantó de un salto y se arremolinó hacía donde aguardaba su
verdadero enemigo, el Profesor de Defensa -
El Profesor Quirrell recitó, "Usted
no tiene paciencia."
Harry vaciló. Su mente, bien afilada
en el pesimismo, dibujó el retrato de un sabio anciano con sangre
brotándole de su boca después de que Harry le hubiera arrancado la
lengua -
Al momento siguiente, Derrick tumbó a
Harry a la lona de nuevo y se sentó sobre él, extrayéndole la
respiración a Harry de inmediato.
"¡Alto!" Harry grito. "¡Por
favor ya no más!"
"Mejor," aprobó el Profesor
Quirrell. "Eso inclusive se escuchó sincero."
Lo había sido. Eso había sido
lo horrible, lo nauseabundo, había sido sincero. Harry se
estaba ahogando velozmente, miedo y helada ira fluyendo a través de
él -
"Pierda," comandó el
Profesor Quirrell.
"Yo, pierdo," Harry se forzó
a exhalar.
"Me gusta," Derrick clamó
desde encima suyo. "Pierde un poco más."
................................................
Manos empujaron a Harry, mandándolo a
tropezones cruzando el circulo de Slytherins más grandes hacia otro
grupo de manos que lo empujaron otra vez. Harry había pasado hace
rato el punto de procurar no llorar, y ahora nada más estaba
intentando no caer.
"¿Qué eres, Potter?"
preguntó Derrick.
"Un, yo-perdedor, yo pierdo, me
rindo, tu ganas, tú eres m-mejor, que yo, por favor alto -"
Harry trastabilló sobre un pie y se
estrelló contra el suelo, sus propias manos no capaces del todo para
protegerle. Estuvo aturdido un instante, luego comenzó a luchar por
ponerse de pie otra vez -
"¡Suficiente!" ordenó
la voz del Profesor Quirrell, se oía lo suficientemente afilada como
para cortar el hierro. "¡Aléjense del Sr. Potter!"
Harry vio las sorprendidas miradas en
sus rostros. El frío en su sangre, que había estado creciendo y
mermando, sonrió en helada satisfacción.
Entonces Harry colapsó en la lona.
El Profesor Quirrell habló. Hubo
jadeos entre los Slytherins mayores.
"Y creo que el heredero de Malfoy
tiene algo que quiere explicar a ustedes también," finalizó el
Profesor Quirrell.
La voz de Draco principió a hablar. Su
voz sonaba casi tan aguda como la del Profesor Quirrell, había
adquirido la misma cadencia que Draco había usado para imitar a su
padre, y decía cosas como que podían haber puesto a la Casa de
Slytherin en peligro y quien sabe cuántos aliados nada más en la
escuela y una total falta de consciencia, abusones astutos y bobos
eran lo mismo, útiles para nada más que ser lacayos y algo en
el rombencéfalo de Harry, a pesar de todo lo que sabía, estaba
designando a Draco como un aliado. (4)
Harry estaba adolorido por todos lados,
estaba probablemente magullado, su cuerpo se sentía frío, su mente
por completo exhausta. Se esforzó por pensar en la canción de
Fawkes, pero sin el fénix presente no podía recordar la melodía y
cuando procuraba imaginársela no podía pensar en nada más que en
una pájaro piando.
Luego Draco dejo de hablar y el
Profesor Quirrell les ordenó a los Slytherins mayores que podían
retirarse, y Harry abrió sus ojos y luchó por sentarse, "Esperen,"
Harry murmuró, forzando las palabras a salir, "hay algo, yo
quiero, decir, a ellos -"
"Esperen al Sr. Potter," el
Profesor Quirrell exclamó fríamente hacia los marchantes
Slytherins.
Harry se balanceó sobre sus pies. Él
fue muy cuidadoso en no mirar hacia la dirección en que se
encontraban sus compañeros de clase. No quería contemplar cómo
ellos lo observaban ahora. Él no quería ver su lastima.
Por eso Harry optó por mirar a los
Slytherins más grandes, quienes aún estaban en estado de trauma.
Ellos se lo quedaron viendo. El pavor estaba en sus rostros.
Su lado oscuro, cuando estuvo en
control, había frenado su imaginación hasta este momento, y siguió
fingiendo perder.
Harry inició, "Nadie hará -"
"Deténgase," lo interrumpió
el Profesor Quirrell. "Si va a decir lo que creo que es, por
favor espere hasta que ellos se hayan ido. Ellos se enteraran
después. Todos nosotros tenemos una lección que aprender, Sr.
Potter."
"De acuerdo," Harry aceptó.
"Ustedes. Váyanse."
Los Slytherins mayores huyeron y la
puerta se cerró tras ellos.
"Nadie debe tomar algún tipo de
venganza contra ellos," Harry demandó roncamente. "Eso es
una petición para cualquiera que se considere mi amigo. Tenía que
aprender mi lección, ellos me ayudaron a aprenderla, ellos también
tenían una lección para aprender, ha terminado. Si cuentas esta
historia, asegúrense de agregar esta parte también."
Harry se volteó a contemplar al
Profesor Quirrell.
"Perdiste," determinó el
Profesor Quirrell, su voz gentil por primera vez. Se escuchaba
extraño proviniendo del profesor, como si no se supusiera que su voz
fuerza capaz de hacer algo así.
Harry había perdido. Hubo
partes cuando la helada ira se había desvanecido enteramente,
remplazada por el miedo, y durante aquellos momentos él le había
suplicado a los Slytherins más grandes y lo había dicho de
verdad...
"¿Y aún estás vivo?"
interrogó el Profesor Quirrell, aún con esa extraña gentileza.
Harry se las arregló para asentir.
"No todas las derrotas son como
esta," elaboró el Profesor Quirrell. "Hay compromisos y
rendiciones negociadas. Hay otras formas de aplacar a los abusones.
Hay toda una forma de arte para manipular a otros al dejarlos ser
dominantes sobre ti. Pero primero, perder debe ser pensable.
¿Recordaras cómo perder?"
"Sí."
"¿Serás capaz de perder?"
"Yo... creo que sí..."
"También lo creo así." El
Profesor Quirrell hizo una reverencia tan baja que su corto cabello
casi tocó el piso. "Felicitaciones, Harry Potter, has ganado."
No hubo una fuente original, ni un
primer movimiento, el aplauso inició por todos lados al tiempo como
un tronido masivo.
Harry no pudo sacarse la sorpresa de su
cara. Arriesgo una mirada de soslayo hacia sus compañeros de clase,
y vio como sus rostros no mostraban lastima sino admiración. El
aplauso nacía de Ravenclaw y Gryffindor y Hufflepuff y aún de
Slytherin, probablemente porque Draco Malfoy estaba aplaudiendo
también. Algunos estudiantes se habían levantando de sus sillas y
la mitad de Gryffindor se había parado sobre sus escritorios.
Por lo que Harry se quedó ahí de pie,
oscilando, dejando que su respeto se derramara sobre él, sintiéndose
más fuerte, y quizá un poco curado.
El Profesor Quirrell espero que el
aplauso muriera. Tomó bastante tiempo.
"¿Sorprendido, Sr. Potter?"
Preguntó el Profesor Quirrell. Su voz se oía divertida. "Usted
acaba de descubrir que el mundo real no siempre funciona como
en sus peores pesadillas. Sí, si usted hubiera sido algún pobre
chico anónimo siendo abusado, entonces ellos probablemente lo
habrían respetado menos después, teniéndole lastima mientras lo
confortaban desde sus encumbrados percheros. Así es la
naturaleza humana, me temo. Pero ellos ya lo reconocen a usted
como una figura de poder. Y ellos lo vieron confrontar su miedo y
seguirlo confrontando, aún cuando pudo haberse escapado en cualquier
momento. ¿Pensó usted menos de mí cuando le conté que yo
deliberadamente soporté ser escupido?"
Harry sintió una sensación ardiente
en su garganta y frenéticamente tomó medidas drásticas. Él no
confiaba en este milagroso respeto lo suficiente como para comenzar a
llorar en frente de todos.
"Su extraordinario logro en
mi clase merece una extraordinaria recompensa, Harry Potter. Por
favor acepte mis cumplidos en nombre de mi Casa, y recuerde desde
este día en adelante que no todos en Slytherins somos iguales. Hay
Slytherins, y luego hay Slytherins." El Profesor Quirrell estaba
sonriendo muy ampliamente cuando dijo esto. "Cincuenta y un
puntos para Ravenclaw."
Hubo una pausa de sorpresa y luego un
pandemónium se desató entre los estudiantes de Ravenclaw, aullando
y silbando y gritando.
(Y en el mismo momento Harry sintió
algo incorrecto sobre aquello, la Profesora McGonagall había
estado en lo correcto, debía haber consecuencias, tenía que
haber un costo y un precio a pagar, no sólo podías poner todo igual
a como estaba antes -)
Pero Harry vio las exaltadas
expresiones en Ravenclaw y supo que no le era posible decir que no.
Su cerebro le hizo una sugerencia. Era
una buena sugerencia. Harry ni siquiera podía creer que su cerebro
aún estuviera entero, y más increíble que pudiera producir buenas
sugerencias.
"Profesor Quirrell," Harry
declaró, tan claro como pudo a través de su garganta en llamas.
"Usted es todo lo que un miembro de su Casa debería ser, y creo
que usted debe ser lo que Salazar Slytherin tenía en mente cuando
ayudó a fundar Hogwarts. Le agradezco a usted y a su Casa,"
Draco estaba asintiendo muy ligeramente y girando sus dedos con
sutileza, sigue adelante, "y pienso que esto se merece
tres vivas para Slytherin. ¿Conmigo, todos?" Harry hizo una
pausa. "¡Viva!" Sólo unos cuantos se animaron a
unirse la primera vez. "¡Viva!" Esta vez la mayoría
de Ravenclaw participó. "¡Viva!" Esa fue la
mayoría de Ravenclaw, unos pocos Hufflepuffs y más o menos un
cuarto de Gryffindor.
La mano de Draco hizo un pequeño,
rápido, gesto de pulgar arriba.
La mayoría de Slytherins tenía una
expresión de pura sorpresa. Unos cuantos contemplaban al Profesor
Quirrell asombrados. Blaise Zabini estaba observando a Harry con una
calculada, intrigada expresión.
El Profesor Quirrell hizo una
reverencia. "Gracias, Harry Potter," él dijo, aún
con ancha sonrisa. Se volteó hacia el resto de la clase. "Ahora,
créanlo o no, aún tenemos media hora de clase, y eso es suficiente
para introducir el Escudo Simple. Sr. Potter, por supuesto, va a
salir y tomar un buen y merecido descanso."
"Yo puedo -"
"Idiota," El Profesor
Quirrell regañó cariñosamente. La clase ya se estaba riendo. "Sus
compañeros pueden enseñarle después, o le daré clases privadas de
ser necesario. Pero en este instante, usted va irse por la
tercera puerta de la izquierda en la parte de atrás del salón,
donde encontrará una cama, una variedad de excepcionalmente
deliciosos bocadillos, y una lectura extremadamente ligera de la
librería de Hogwarts. No puede llevarse nada más con usted,
particularmente no sus libros de texto. Ahora váyase."
Harry se fue.
................................................
Notas del Traductor
(2) Referencia muy clara para
los que conozcan Warhammer. Los que no, se pueden asustar con este vídeo
(3) Para ser Sexto Dan en karate
hay que tener entre 25-30 años en las artes marciales y haber sido
entrenador.
(4) Rombencéfalo
Otra portada hecha por dinosaurusgede
A partir de este capítulo, este Fic se
vuelve un viaje de adrenalina, por lo que no recomiendo que sea leído
por aquellos que sufran del corazón. Al menos no sin su
desfibrilador al lado. Pero en un tono más serio, sí es un capítulo
difícil de leer, en especial para quienes de un modo u otro fuimos
victimas de alguna clase de abuso. La escena de Harry siendo
vapuleado por estos niños más grandes que él, llega un punto en
que se me hace espeluznante, es muy realista, sin embargo, creo que
el autor se las arregló para trazar la linea justo en el limite de
lo insoportable. Y además que Harry-racional necesitaba pasar por
esa experiencia para no convertirse en otro Tom Riddle.
Hace unos días intercambié mails con
Yudkowsky y como resultado: ¡ya somos la versión aprobada por el
autor en español! Creo que nos merecemos una felicitación, tanto
quienes trabajamos en ella como quienes nos apoyan leyendo este fic y
manifestándose con sus comentarios. Además que ya vamos por las
12.000 lecturas en FNN y vamos con un promedio de 100 lecturas por
día. Me parece asombrosa esta enorme acogida. Gracias de verdad a
todos los que han valorado nuestro esfuerzo y nos seguirán
acompañando hasta el final.
Como es usual, yo me voy a tomar mis
vacaciones de ano nuevo. Por lo que reanudaré la traducción de
HPMOR dentro de un mes. Espero que todos también tengan un merecido
descanso y que la pasen muy bien con sus familias.
Y... ¡parece ser que Yudkowsky me ha
dado un cameo en el capítulo 100! “...Draco alzó un dedo, como
había visto al Inspector León hacer en obras de teatro, "Yo
infiero que estamos buscando por algo que únicamente sale de
noche."” ¡No veo la hora de traducir ese capítulo!
Así que al menos yo he recibido mi
gratificación postergada :D
Espero que ustedes reciban la suya muy
pronto también ;)
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