Capítulo 41 Capítulo 43
Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad
Capítulo 42
Coraje
"Draco tienes que dejarme caer." "De acuerdo." Draco, the Drop Lord 2 |
"¿Romántico?"
Hermione dijo. "¡Ambos son chicos!"
"Vaya,"
Daphne replicó, sonando algo sorprendida. "¿O sea que los
Muggles realmente sí
odian eso? Pensé que era algo que los Mortífagos habían
inventado."
"No,"
añadió una chica mayor de Slytherin que Hermione no reconoció, "es
verdad, tienen que casarse en secreto, y si alguna vez son
descubiertos, los queman en una estaca juntos. Y si eres una chica
que cree que es romántico, te queman también."
"¡Eso
no puede ser!" objetó una chica de Gryffindor, mientras
Hermione intentaba descubrir que pronunciar ante eso. "¡No
quedaría
ninguna chica Muggle entonces!"
Ella
había seguido leyendo en silencio, y Harry Potter había seguido
procurando disculparse, y así se había interiorizado en Hermione
que Harry se había dado cuenta, posiblemente por primera vez en su
vida, que había hecho algo molesto; y que Harry, definitivamente por
primera vez en su vida, estaba aterrorizado
al pensar que la había perdido como una amiga; y ella comenzó a
sentirse (a) culpable y (b) preocupada por la dirección que los
crecientes ofrecimientos desesperados de Harry estaban tomando. Pero
ella seguía sin idea de qué tipo de disculpa era apropiada, así
que decidió que las chicas de Ravenclaw votarían al respecto – y
esta vez ella no arreglaría el resultado, aunque no mencionó esa
parte – a lo cual Harry había accedido instantáneamente.
Al día siguiente,
prácticamente cada chica en Ravenclaw por encima de los trece años
había votado que Draco debía dejar caer a Harry.
Hermione se había
sentido medianamente decepcionada de que fuera tan simple, sin
embargo era obviamente justo.
Ahora
mismo, como fuera, de pie justo afuera de las grandes puertas del
castillo en medio de la mitad de la población femenina de Hogwarts,
Hermione estaba empezando a sospechar que había cosas
pasando aquí que ella no entendía y que desesperadamente esperaba
que ninguno de sus compañeros generales hubiera escuchado jamás.
...
No podías ver
realmente los detalles desde allá arriba, nada más el hecho general
de un mar de rostros femeninos expectantes.
"No tienes ni
idea de qué va esto, ¿o sí?" preguntó Draco, sonando
divertido.
Harry
había leído una buena cantidad de libros que no se suponía que
leyera, sin mencionar unos cuantos encabezados del Quibbler.
"¿Niño-Que-Vivió
embaraza a Draco Malfoy?" propuso Harry.
"De
acuerdo, sí
sabes de que se trata," confirmó Draco. "¿Pensé que los
Muggles odiaban eso?"
"Únicamente
los que son idiotas," contestó Harry. "Sin embargo, este,
no somos, ah, ¿un poco jóvenes?"
"No
demasiado jóvenes para ellas,"
respondió Draco. Espetó. "¡Chicas!"
Caminaron
silenciosamente hacia el borde del techo.
"Entonces
yo
estoy
haciendo esto para vengarme de ti," dijo Draco, "¿pero por
qué estás haciendo esto tú?"
La mente de Harry
hizo un calculo a la velocidad de la luz, sopesando los factores, si
aún era demasiado pronto...
"¿Honestamente?"
preguntó Harry. "Porque quería que ella trepara las paredes de
hielo, pero no
era
mi intención que cayera del techo. Y, este, como que realmente sí
me siento mal al respecto. O sea, supongo que en verdad empecé a
verla como una rival amistosa después de un tiempo. Así que esta es
una disculpa real hacia ella, no un complot ni nada."
Hubo una pausa.
Entonces -
"Sí,"
admitió Draco. "Lo comprendo."
Harry no sonrió.
Puede ser que hubiera sido la no-sonrisa más difícil de su vida.
Draco observó el
borde del techo, e hizo una mueca. "Esto va a ser mucho más
complicado de hacer a propósito que por accidente, ¿no es así?"
...
La otra mano de
Harry agarró el techo a causa de un reflejo aterrorizado, sus dedos
blancos sobre la fría, fría piedra.
Podías saber con tu
mente consciente que habías bebido la Poción de Caída de Pluma.
Saberlo con tu mente inconsciente era un asunto enteramente
diferente.
Era tan aterrador
como Harry había pensado que debió ser para Hermione, lo que era
justicia.
"Draco,"
habló Harry, controlar su voz no era fácil, pero las chicas de
Ravenclaw les habían pasado un guión, "¡Tienes que dejarme
ir!"
"¡De acuerdo!"
exclamó Draco, y soltó el brazo de Harry.
La otra mano de
Harry araño el borde, y entonces, sin tomar ninguna decisión, sus
dedos fallaron, y Harry cayó.
Hubo un breve
momento cuando el estómago de Harry intentó saltar hacia su
garganta, y su cuerpo intentó orientarse desesperadamente ante la
ausencia de alguna forma posible para hacerlo.
Hubo un breve
momento cuando Harry pudo sentir la Poción de Caída de Pluma
surtiendo efecto, comenzando a bajar la velocidad, una especie de
temblorosa, mullida sensación.
Y
entonces algo jaló
a Harry y lo aceleró otra vez hacia abajo más
rápido que la gravedad
-
La boca de Harry ya
estaba abierta y empezó a gritar mientras una parte de su cerebro
intentaba pensar en algo creativo que pudiera hacer, parte de su
cerebro se esforzaba por calcular cuánto tiempo le quedaba para ser
creativo, y una diminuta parte trasera de su cerebro se daba cuenta
de que ni siquiera iba a finalizar el calculo sobre el tiempo que le
quedaba antes de estrellarse contra el suelo -
...
Harry estaba
intentando desesperadamente controlar su hiperventilación, y no
estaban ayudándolo los chillidos de las chicas, ahora yaciendo por
grupos sobre el suelo y las unas sobre las otras.
"Santos
cielos," dijo en hombre desconocido, el de las ropas viejas y
cara ligeramente cicatrizada, quien estaba sosteniendo a Harry en sus
brazos. "De todas las formas que imaginé en que podríamos
reencontrarnos algún día, no esperé que sería contigo cayendo del
cielo."
Harry recordó la
última cosa que había visto, el cuerpo desfalleciendo, y logró
jadear, "Profesor... Quirrell..."
"Él
estará bien dentro de un par de horas," informó el hombre
desconocido que cargaba a Harry. "Nada más está exhausto. No
hubiera pensado que fuera posible... tiene que haber derribado como a
doscientas
estudiantes
sólo para asegurarse que había alcanzado a quien fuera que te
hubiera echado el maleficio..."
Gentilmente, el
hombre bajó a Harry y lo puso de pie, apoyándolo por un rato.
Harry cuidadosamente
se balanceó a sí mismo, y asintió al hombre.
Él lo soltó, y
Harry prontamente se cayó.
El hombre lo ayudó
a pararse de nuevo. Cerciorándose, a cada momento, de ubicarse entre
Harry y las chicas que se estaban levantando del suelo, su cabeza
constantemente observando en esa dirección.
"Harry,"
el hombre inquirió en voz baja, y muy seriamente, "'¿tienes
alguna idea de por qué estas chicas podrían haber querido matarte?"
"No asesinato,"
corrigió una voz cansada. "Únicamente estupidez."
Esta vez fue el
hombre desconocido quien pareció a punto de desmayarse, conmoción
total sobre su rostro.
El Profesor Quirrell
ya estaba sentado sobre la hierba en la que había caído.
"¡Santos
cielos!" espetó el hombre. "Usted no debería estar -"
"Sr.
Lupin, su preocupación es exagerada. Ningún mago, sin importar qué
tan poderoso, lanza un Encantamiento tal usando meramente la fuerza.
Uno debe hacerlo siendo eficiente."
Sin embargo, el
Profesor Quirrell no se puso de pie.
"Gracias,"
Harry susurró. Y luego, "Gracias," hacia el hombre que
estaba a su lado.
"¿Qué
sucedió?" interrogó el hombre.
"Debí haberlo
previsto por mí mismo," el Profesor Quirrell explicó, su voz
erizada con desaprobación. "Algún número de chicas quiso
invocar al Sr. Potter hacia sus propios, particulares brazos.
Individualmente, supongo, todas ellas pensaron que estaban siendo
gentiles."
Oh.
"Considérelo
una lección sobre la preparación, Sr. Potter," advirtió el
Profesor Quirrell. "De no haber yo insistido
en que hubiera más de un adulto testificando este pequeño evento, y
que ambos
tuviéramos nuestras varitas afuera, el Sr. Lupin no hubiera estado
disponible para hacerlo descender lentamente, y usted hubiera sido
gravemente lastimado."
"¡Señor!"
protestó el hombre – el Sr. Lupin, aparentemente. "¡No
debería pronunciar tales cosas al niño!"
"Quien es -"
Harry empezó a hablar.
"La única otra
persona que estaba disponible para vigilar, aparte de mí,"
explicó el Profesor Quirrell. "Le presento a Remus Lupin, quien
está aquí temporalmente para instruir a los estudiantes en el
Encantamiento Patronus. Aunque se me ha dicho que ustedes dos ya se
habían conocido."
Harry estudió al
hombre, intrigado. Hubiera recordado esa cara ligeramente
cicatrizada, esa extraña, gentil sonrisa.
"¿Dónde nos
conocimos?" preguntó Harry.
"En el Valle de
Godric," respondió el hombre. "Cambié varios de tus
pañales."
...
La
oficina temporal del Sr. Lupin era un pequeño cuarto de piedra con
un diminuto escritorio de madera, y Harry no podía ver sobre qué
estaba sentado el Sr. Lupin, sugiriendo que era un pequeño banquillo
igual al que estaba en frente de su escritorio. Harry supuso que el
Sr. Lupin no estaría en Hogwarts por mucho tiempo, o que usaría
mucho esta oficina, así que él le pidió a los elfos de casa que no
desperdiciaran esfuerzos. Enseñaba bastante de una persona que
intentara no molestar a los elfos de casa. Específicamente, revelaba
que había sido Seleccionado en Hufflepuff, ya que, hasta donde Harry
sabía, Hermione era la única no-Hufflepuff que se preocupaba sobre
molestar a los elfos de casa. (El propio Harry consideraba que sus
reparos eran harto tontos. Quien fuera que hubiera creado a los elfos
de casa en primer lugar había sido un malvado innombrable,
obviamente; pero eso no significaba que Hermione estaba haciendo lo
correcto ahora
al negar a seres conscientes el trabajo penoso que ellos habían sido
moldeados para disfrutar.)
"Por
favor toma asiento, Harry," el hombre solicitó en voz baja. Su
túnica formal era de baja calidad, no del todo andrajosa, sin
embargo visiblemente gastada por el pasar del tiempo en una forma que
el simple Encantamiento Reparador no podía arreglar; raída
era la palabra que llegaba a la mente. Y a pesar de eso, de algún
modo, había una dignidad sobre él que no hubiera podido ser
obtenida por túnicas más finas y costosas, eso no hubiera encajado
con túnicas finas, esa era la exclusiva propiedad de lo raído.
Harry había escuchado
sobre la humildad, mas nunca antes había visto la cosa real – nada
más la modestia satisfecha de las personas que pensaban que era
parte de su estilo de vida y querían que tú lo notaras.
Harry se sentó
sobre el pequeño banquillo de madera en frente del corto escritorio
del Sr. Lupin.
"Gracias por
venir," el hombre apuntó.
"No,
gracias a usted
por
salvarme," recató Harry. "Déjeme saber si alguna vez
necesita que se realice algo imposible."
El hombre pareció
titubear. "Harry, puedo... ¿hacerte una pregunta personal?"
"Puede
preguntar, ciertamente," Harry contestó. "Tengo muchas
inquietudes para usted, también."
El Sr. Lupin
asintió. "Harry, ¿tus padrastros te están tratando bien?"
"Mis
padres,"
Harry corrigió. "Tengo cuatro. Michael, James, Petunia, y
Lily."
"Ah,"
suspiró el Sr. Lupin. Y luego, "Ah" otra vez. Estaba
parpadeando con mucha fuerza. "Yo... es bueno escuchar eso,
Harry, Dumbledore no le contó a ninguno de nosotros dónde
estabas... Temía que él hubiera pensado que estabas obligado a
tener padrastros malvados, o algo por el estilo... "
Harry
no estaba del todo seguro de que la preocupación del Sr. Lupin
hubiera estado equivocada, considerando su primer encuentro con
Dumbledore; pero todo había resultado bastante bien, así que no
mencionó nada. "Qué hay de mis..." Harry buscó una
palabra que no los pusiera ni por encima ni por debajo... "¿otros
padres? Quiero conocer, bueno, todo."
"Una ardua
tarea," Expresó el Sr. Lupin. Pasó una mano a través de su
frente. "Bueno, comencemos por el principio. Cuando naciste,
James estaba tan feliz que no podía tocar su varita sin que brillara
de color dorado, durante una semana entera. Y aún después de eso,
cada vez que te cargaba, o veía que Lily te cargaba, o con tan sólo
pensar en ti, ocurriría de nuevo -"
...
Cada cierto tanto
Harry miraba su reloj, y hallaba que otros treinta minutos habían
pasado. Se sentía ligeramente mal por hacer que Remus se perdiera la
cena, especialmente porque el propio Harry nada más regresaría a
las 7pm después, sin embargo eso no era suficiente para detener a
ninguno de los dos.
Finalmente Harry
reunió a base de fastidio suficiente coraje para inquirir el tema
crítico, mientras Remus estaba en el medio de un discurso extendido
sobre el maravilloso Quidditch de James que Harry no tenía el
corazón para aplastar más directamente.
"Y
fue ahí cuando," Remus explicó, sus ojos brillando
resplandecientes, "¡James logró hacer un triple
Zambullido Mulhanney en reversa
con un
giro hacia atrás extra!
Toda la muchedumbre enloqueció, incluso algunos de los Hufflepuffs
estaban gritando -"
Supongo
que tenías que estar ahí,
Harry pensó – no que haber estado ahí hubiera ayudado en modo
alguno – e intervino, "¿Sr. Lupin?"
Algo en la voz de
Harry debió alcanzar al hombre, porque se detuvo a la mitad de la
frase.
"¿Era mi padre
un abusón?" interrogó Harry.
Remus observó a
Harry por un momento largo. "Por un tiempo," Remus
respondió. "Se le pasó bastante rápido. ¿Dónde escuchaste
eso?"
Harry no replicó,
estaba intentando pensar en algo verdadero para decir que desviara la
sospecha, sin embargo no pensó tan rápido.
"No importa,"
continuó Remus, y suspiró. "Puedo deducir quién." La
cara débilmente cicatrizada estaba arrugada por la desaprobación.
"Que cosa para comentarle a un -"
"¿Mi
padre tenía alguna circunstancia extenuante?" Harry insistió.
"Una pobre vida en el hogar, ¿o algo por el estilo? O él era
sólo... ¿naturalmente repugnante?" ¿Frío?
La mano de Remus
peinó su cabello, el primer gesto nervioso que Harry le había
visto. "Harry," Remus dijo, "¡no puedes juzgar a tu
padre por lo que hizo cuando era un niño!"
"Yo
soy
un niño," Harry replicó, "y me juzgo a
mí mismo."
Remus parpadeó dos
veces ante eso.
"Quiero
saber por
qué,"
Harry prosiguió. "Quiero comprender,
porque para mí, ¡parece que no hay ninguna excusa posible para
eso!" La voz temblando un poco. "Por favor dígame
cualquier cosa que sepa sobre por qué lo hizo, aún si no suena
bien." Así
yo no caeré en la misma trampa, sea cual sea.
"Era
lo que tú hacías si pertenecías a Gryffindor," Remus declaró,
lentamente, reluctante. "Y... Yo no lo pensé así en el pasado,
creí que era lo contrario, pero... pudo haber sido Black
quien hizo que James
se aficionara a eso, en verdad... Black deseaba tanto mostrarle a
todos que estaba en contra de Slytherin, veras, todos queríamos
creer que la sangre no era el destino -"
...
"No, Harry,"
rechazó Remus. "desconozco el por qué Black persiguió a Peter
en vez de correr. Fue como si ese Black realizara una tragedia nada
más por el bien de la tragedia." La voz del hombre era
inestable. "No hubo pista, ni advertencia, todos nosotros
pensamos – pensar lo que iba a ser -" La voz de Remus se
cortó.
Harry estaba
llorando, no podía evitarlo, dolía más cuando lo escuchabas de la
boca de Remus que otra cosa que hubiera sentido antes. Harry había
perdido dos padres que no recordaba, conocidos únicamente a través
de historias. Remus Lupin había perdido a sus cuatro mejores amigos
en menos de veinticuatro horas; y para la perdida del último amigo
que le quedaba, Peter Pettigrew, no había existido razón alguna.
"A veces me
duele pensar que está en Azkaban," Remus finalizó, su voz era
casi un susurro. "Estoy feliz, Harry, de que a los Mortífagos
no se les permita tener visitantes. Significa que no tengo que
sentirme avergonzado por no ir."
Harry tuvo que
tragar saliva varias veces antes de poder hablar. "¿Puede
contarme sobre Peter Pettigrew? Él era el amigo de mi padre, y
parece – que yo debería saber, que debería recordarlo -"
Remus
asintió, agua titilando en sus propios ojos. "Creo, Harry, que
si Peter hubiera sabido que terminaría de ese modo -" la voz
del hombre se atragantó. "Peter le tenía más miedo al Señor
Oscuro que cualquiera de nosotros, y de haber sabido que terminaría
así, no creo que lo hubiera hecho. Sin embargo Peter conocía el
riesgo,
Harry, conocía que el riesgo era real, que podía
pasar, y aún así permaneció al lado de James y Lily. Cuando estuve
en Hogwarts solía cuestionarme por qué Peter no había sido
seleccionado en Slytherin, o quizá Ravenclaw, porque Peter adoraba
tanto los secretos, no podía resistirlos, descubriría cosas de las
personas, cosas que querrían mantener escondidas -" Una
expresión burlona y seca recorrió brevemente la cara de Remus. "Mas
él no usaba
esos secretos, Harry. Él sólo quería saber. Y entonces la sombra
del Señor Oscuro cayó sobre todo, y Peter se quedó con James y
Lily y puso sus talentos para un buen uso, y comprendí por qué el
Sombrero lo había enviado a Gryffindor." La voz de Remus se
puso fiera, y orgullosa. "Es fácil
estar del lado de tus amigos si eres un héroe como Godric, intrépido
y fuerte como las personas creen que tendrían que ser los
Gryffindors. Pero si Peter tenía más miedo que todos nosotros, ¿no
lo hace eso también el más valiente?"
"Sí lo hace,"
Harry concordó. Su propia voz se le iba casi al punto de no poder
hablar. "Si pudiera, Sr. Lupin, si tiene tiempo, hay alguien más
que creo debería escuchar la historia de Peter Pettigrew, un
estudiante de primer año en Hufflepuff, llamado Neville Longbottom."
"El hijo de
Alice y Frank," dijo Remus, su voz poniéndose triste. "Ya
veo. No es una historia feliz, Harry, pero puedo contarla de nuevo,
si crees que lo ayudara."
Harry asintió.
Cayó un breve
silencio.
"¿Acaso
Black tenía algún
asunto
sin terminar con Peter Pettigrew?" Harry preguntó. "¿Algo
que lo haría buscar al Sr. Pettigrew, aún si no era un asunto de
vida o muerte? ¿Como un secreto que el Sr. Pettigrew conociera, que
Black quería también averiguar, o querría matarlo para
esconderlo?"
Algo brilló en los
ojos de Remus, sin embargo el hombre maduro sacudió su cabeza, y
respondió, "No realmente."
"Eso
significa que sí
hay algo," dedujo Harry.
Esa sonrisa burlona
y seca apareció de nuevo por debajo del bigote parcialmente gris.
"Tienes un poco de Peter dentro de ti, ya veo. Mas no es
importante, Harry."
"Soy
un Ravenclaw, no se supone
que resista la tentación de los secretos. Y," Harry añadió
seriamente, "si era algo digno de provocar que Black fuera
capturado, no puedo evitar pensar que podría ser importante."
Remus
asintió con mucha incomodidad. "Supongo que te lo podría
revelar cuando seas mayor, pero en serio, Harry, ¡no
es importante! Nada más algo de nuestros días de escuela."
Harry
no estaba seguro de qué lo había llevado en la dirección correcta;
pudo haber sido algo en el tono nervioso de Remus, o la forma en que
el hombre pronunció cuando
seas mayor,
lo que encendió el repentino salto de intuición de Harry...
"De hecho,"
declaró Harry, "pienso que ya lo descubrí, lo siento."
Remus levantó sus
cejas. "¿Lo hiciste?" Se oía un poco escéptico.
"Eran amantes,
¿no es así?"
Se produjo una pausa
incomoda.
Remus asintió
lenta, gravemente.
"Una vez,"
Remus explicó. "Hace mucho tiempo. Un asunto triste, que
terminó en una vasta tragedia, o así nos pareció cuando estábamos
jóvenes." La infeliz confusión era palpable en su rostro. "Sin
embargo había pensado que desde hace tiempo eso había quedado
finalizado y enterrado bajo una amistad adulta, hasta el día en que
Black asesinó a Peter."
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