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domingo, 14 de junio de 2015

Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad Capítulo 42

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Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad


Capítulo 42

Coraje

draco resbalón
"Draco tienes que dejarme caer."
"De acuerdo."
Draco, the Drop Lord 2

"¿Romántico?" Hermione dijo. "¡Ambos son chicos!"

"Vaya," Daphne replicó, sonando algo sorprendida. "¿O sea que los Muggles realmente odian eso? Pensé que era algo que los Mortífagos habían inventado."

"No," añadió una chica mayor de Slytherin que Hermione no reconoció, "es verdad, tienen que casarse en secreto, y si alguna vez son descubiertos, los queman en una estaca juntos. Y si eres una chica que cree que es romántico, te queman también."

"¡Eso no puede ser!" objetó una chica de Gryffindor, mientras Hermione intentaba descubrir que pronunciar ante eso. "¡No quedaría ninguna chica Muggle entonces!"

Ella había seguido leyendo en silencio, y Harry Potter había seguido procurando disculparse, y así se había interiorizado en Hermione que Harry se había dado cuenta, posiblemente por primera vez en su vida, que había hecho algo molesto; y que Harry, definitivamente por primera vez en su vida, estaba aterrorizado al pensar que la había perdido como una amiga; y ella comenzó a sentirse (a) culpable y (b) preocupada por la dirección que los crecientes ofrecimientos desesperados de Harry estaban tomando. Pero ella seguía sin idea de qué tipo de disculpa era apropiada, así que decidió que las chicas de Ravenclaw votarían al respecto – y esta vez ella no arreglaría el resultado, aunque no mencionó esa parte – a lo cual Harry había accedido instantáneamente.

Al día siguiente, prácticamente cada chica en Ravenclaw por encima de los trece años había votado que Draco debía dejar caer a Harry.

Hermione se había sentido medianamente decepcionada de que fuera tan simple, sin embargo era obviamente justo.

Ahora mismo, como fuera, de pie justo afuera de las grandes puertas del castillo en medio de la mitad de la población femenina de Hogwarts, Hermione estaba empezando a sospechar que había cosas pasando aquí que ella no entendía y que desesperadamente esperaba que ninguno de sus compañeros generales hubiera escuchado jamás.

...

No podías ver realmente los detalles desde allá arriba, nada más el hecho general de un mar de rostros femeninos expectantes.

"No tienes ni idea de qué va esto, ¿o sí?" preguntó Draco, sonando divertido.

Harry había leído una buena cantidad de libros que no se suponía que leyera, sin mencionar unos cuantos encabezados del Quibbler.

"¿Niño-Que-Vivió embaraza a Draco Malfoy?" propuso Harry.

"De acuerdo, sabes de que se trata," confirmó Draco. "¿Pensé que los Muggles odiaban eso?"

"Únicamente los que son idiotas," contestó Harry. "Sin embargo, este, no somos, ah, ¿un poco jóvenes?"

"No demasiado jóvenes para ellas," respondió Draco. Espetó. "¡Chicas!"

Caminaron silenciosamente hacia el borde del techo.

"Entonces yo estoy haciendo esto para vengarme de ti," dijo Draco, "¿pero por qué estás haciendo esto ?"

La mente de Harry hizo un calculo a la velocidad de la luz, sopesando los factores, si aún era demasiado pronto...

"¿Honestamente?" preguntó Harry. "Porque quería que ella trepara las paredes de hielo, pero no era mi intención que cayera del techo. Y, este, como que realmente me siento mal al respecto. O sea, supongo que en verdad empecé a verla como una rival amistosa después de un tiempo. Así que esta es una disculpa real hacia ella, no un complot ni nada."

Hubo una pausa.

Entonces -

"Sí," admitió Draco. "Lo comprendo."

Harry no sonrió. Puede ser que hubiera sido la no-sonrisa más difícil de su vida.

Draco observó el borde del techo, e hizo una mueca. "Esto va a ser mucho más complicado de hacer a propósito que por accidente, ¿no es así?"

...

La otra mano de Harry agarró el techo a causa de un reflejo aterrorizado, sus dedos blancos sobre la fría, fría piedra.

Podías saber con tu mente consciente que habías bebido la Poción de Caída de Pluma. Saberlo con tu mente inconsciente era un asunto enteramente diferente.

Era tan aterrador como Harry había pensado que debió ser para Hermione, lo que era justicia.

"Draco," habló Harry, controlar su voz no era fácil, pero las chicas de Ravenclaw les habían pasado un guión, "¡Tienes que dejarme ir!"

"¡De acuerdo!" exclamó Draco, y soltó el brazo de Harry.

La otra mano de Harry araño el borde, y entonces, sin tomar ninguna decisión, sus dedos fallaron, y Harry cayó.

Hubo un breve momento cuando el estómago de Harry intentó saltar hacia su garganta, y su cuerpo intentó orientarse desesperadamente ante la ausencia de alguna forma posible para hacerlo.

Hubo un breve momento cuando Harry pudo sentir la Poción de Caída de Pluma surtiendo efecto, comenzando a bajar la velocidad, una especie de temblorosa, mullida sensación.

Y entonces algo jaló a Harry y lo aceleró otra vez hacia abajo más rápido que la gravedad -

La boca de Harry ya estaba abierta y empezó a gritar mientras una parte de su cerebro intentaba pensar en algo creativo que pudiera hacer, parte de su cerebro se esforzaba por calcular cuánto tiempo le quedaba para ser creativo, y una diminuta parte trasera de su cerebro se daba cuenta de que ni siquiera iba a finalizar el calculo sobre el tiempo que le quedaba antes de estrellarse contra el suelo -

...

Harry estaba intentando desesperadamente controlar su hiperventilación, y no estaban ayudándolo los chillidos de las chicas, ahora yaciendo por grupos sobre el suelo y las unas sobre las otras.

"Santos cielos," dijo en hombre desconocido, el de las ropas viejas y cara ligeramente cicatrizada, quien estaba sosteniendo a Harry en sus brazos. "De todas las formas que imaginé en que podríamos reencontrarnos algún día, no esperé que sería contigo cayendo del cielo."

Harry recordó la última cosa que había visto, el cuerpo desfalleciendo, y logró jadear, "Profesor... Quirrell..."

"Él estará bien dentro de un par de horas," informó el hombre desconocido que cargaba a Harry. "Nada más está exhausto. No hubiera pensado que fuera posible... tiene que haber derribado como a doscientas estudiantes sólo para asegurarse que había alcanzado a quien fuera que te hubiera echado el maleficio..."

Gentilmente, el hombre bajó a Harry y lo puso de pie, apoyándolo por un rato.

Harry cuidadosamente se balanceó a sí mismo, y asintió al hombre.

Él lo soltó, y Harry prontamente se cayó.

El hombre lo ayudó a pararse de nuevo. Cerciorándose, a cada momento, de ubicarse entre Harry y las chicas que se estaban levantando del suelo, su cabeza constantemente observando en esa dirección.

"Harry," el hombre inquirió en voz baja, y muy seriamente, "'¿tienes alguna idea de por qué estas chicas podrían haber querido matarte?"

"No asesinato," corrigió una voz cansada. "Únicamente estupidez."

Esta vez fue el hombre desconocido quien pareció a punto de desmayarse, conmoción total sobre su rostro.

El Profesor Quirrell ya estaba sentado sobre la hierba en la que había caído.

"¡Santos cielos!" espetó el hombre. "Usted no debería estar -"

"Sr. Lupin, su preocupación es exagerada. Ningún mago, sin importar qué tan poderoso, lanza un Encantamiento tal usando meramente la fuerza. Uno debe hacerlo siendo eficiente."

Sin embargo, el Profesor Quirrell no se puso de pie.

"Gracias," Harry susurró. Y luego, "Gracias," hacia el hombre que estaba a su lado.

"¿Qué sucedió?" interrogó el hombre.

"Debí haberlo previsto por mí mismo," el Profesor Quirrell explicó, su voz erizada con desaprobación. "Algún número de chicas quiso invocar al Sr. Potter hacia sus propios, particulares brazos. Individualmente, supongo, todas ellas pensaron que estaban siendo gentiles."

Oh.

"Considérelo una lección sobre la preparación, Sr. Potter," advirtió el Profesor Quirrell. "De no haber yo insistido en que hubiera más de un adulto testificando este pequeño evento, y que ambos tuviéramos nuestras varitas afuera, el Sr. Lupin no hubiera estado disponible para hacerlo descender lentamente, y usted hubiera sido gravemente lastimado."

"¡Señor!" protestó el hombre – el Sr. Lupin, aparentemente. "¡No debería pronunciar tales cosas al niño!"

"Quien es -" Harry empezó a hablar.

"La única otra persona que estaba disponible para vigilar, aparte de mí," explicó el Profesor Quirrell. "Le presento a Remus Lupin, quien está aquí temporalmente para instruir a los estudiantes en el Encantamiento Patronus. Aunque se me ha dicho que ustedes dos ya se habían conocido."

Harry estudió al hombre, intrigado. Hubiera recordado esa cara ligeramente cicatrizada, esa extraña, gentil sonrisa.

"¿Dónde nos conocimos?" preguntó Harry.

"En el Valle de Godric," respondió el hombre. "Cambié varios de tus pañales."

...

La oficina temporal del Sr. Lupin era un pequeño cuarto de piedra con un diminuto escritorio de madera, y Harry no podía ver sobre qué estaba sentado el Sr. Lupin, sugiriendo que era un pequeño banquillo igual al que estaba en frente de su escritorio. Harry supuso que el Sr. Lupin no estaría en Hogwarts por mucho tiempo, o que usaría mucho esta oficina, así que él le pidió a los elfos de casa que no desperdiciaran esfuerzos. Enseñaba bastante de una persona que intentara no molestar a los elfos de casa. Específicamente, revelaba que había sido Seleccionado en Hufflepuff, ya que, hasta donde Harry sabía, Hermione era la única no-Hufflepuff que se preocupaba sobre molestar a los elfos de casa. (El propio Harry consideraba que sus reparos eran harto tontos. Quien fuera que hubiera creado a los elfos de casa en primer lugar había sido un malvado innombrable, obviamente; pero eso no significaba que Hermione estaba haciendo lo correcto ahora al negar a seres conscientes el trabajo penoso que ellos habían sido moldeados para disfrutar.)

"Por favor toma asiento, Harry," el hombre solicitó en voz baja. Su túnica formal era de baja calidad, no del todo andrajosa, sin embargo visiblemente gastada por el pasar del tiempo en una forma que el simple Encantamiento Reparador no podía arreglar; raída era la palabra que llegaba a la mente. Y a pesar de eso, de algún modo, había una dignidad sobre él que no hubiera podido ser obtenida por túnicas más finas y costosas, eso no hubiera encajado con túnicas finas, esa era la exclusiva propiedad de lo raído. Harry había escuchado sobre la humildad, mas nunca antes había visto la cosa real – nada más la modestia satisfecha de las personas que pensaban que era parte de su estilo de vida y querían que tú lo notaras.

Harry se sentó sobre el pequeño banquillo de madera en frente del corto escritorio del Sr. Lupin.

"Gracias por venir," el hombre apuntó.

"No, gracias a usted por salvarme," recató Harry. "Déjeme saber si alguna vez necesita que se realice algo imposible."

El hombre pareció titubear. "Harry, puedo... ¿hacerte una pregunta personal?"

"Puede preguntar, ciertamente," Harry contestó. "Tengo muchas inquietudes para usted, también."

El Sr. Lupin asintió. "Harry, ¿tus padrastros te están tratando bien?"

"Mis padres," Harry corrigió. "Tengo cuatro. Michael, James, Petunia, y Lily."

"Ah," suspiró el Sr. Lupin. Y luego, "Ah" otra vez. Estaba parpadeando con mucha fuerza. "Yo... es bueno escuchar eso, Harry, Dumbledore no le contó a ninguno de nosotros dónde estabas... Temía que él hubiera pensado que estabas obligado a tener padrastros malvados, o algo por el estilo... "

Harry no estaba del todo seguro de que la preocupación del Sr. Lupin hubiera estado equivocada, considerando su primer encuentro con Dumbledore; pero todo había resultado bastante bien, así que no mencionó nada. "Qué hay de mis..." Harry buscó una palabra que no los pusiera ni por encima ni por debajo... "¿otros padres? Quiero conocer, bueno, todo."

"Una ardua tarea," Expresó el Sr. Lupin. Pasó una mano a través de su frente. "Bueno, comencemos por el principio. Cuando naciste, James estaba tan feliz que no podía tocar su varita sin que brillara de color dorado, durante una semana entera. Y aún después de eso, cada vez que te cargaba, o veía que Lily te cargaba, o con tan sólo pensar en ti, ocurriría de nuevo -"

...

Cada cierto tanto Harry miraba su reloj, y hallaba que otros treinta minutos habían pasado. Se sentía ligeramente mal por hacer que Remus se perdiera la cena, especialmente porque el propio Harry nada más regresaría a las 7pm después, sin embargo eso no era suficiente para detener a ninguno de los dos.

Finalmente Harry reunió a base de fastidio suficiente coraje para inquirir el tema crítico, mientras Remus estaba en el medio de un discurso extendido sobre el maravilloso Quidditch de James que Harry no tenía el corazón para aplastar más directamente.

"Y fue ahí cuando," Remus explicó, sus ojos brillando resplandecientes, "¡James logró hacer un triple Zambullido Mulhanney en reversa con un giro hacia atrás extra! Toda la muchedumbre enloqueció, incluso algunos de los Hufflepuffs estaban gritando -"

Supongo que tenías que estar ahí, Harry pensó – no que haber estado ahí hubiera ayudado en modo alguno – e intervino, "¿Sr. Lupin?"

Algo en la voz de Harry debió alcanzar al hombre, porque se detuvo a la mitad de la frase.

"¿Era mi padre un abusón?" interrogó Harry.

Remus observó a Harry por un momento largo. "Por un tiempo," Remus respondió. "Se le pasó bastante rápido. ¿Dónde escuchaste eso?"

Harry no replicó, estaba intentando pensar en algo verdadero para decir que desviara la sospecha, sin embargo no pensó tan rápido.

"No importa," continuó Remus, y suspiró. "Puedo deducir quién." La cara débilmente cicatrizada estaba arrugada por la desaprobación. "Que cosa para comentarle a un -"

"¿Mi padre tenía alguna circunstancia extenuante?" Harry insistió. "Una pobre vida en el hogar, ¿o algo por el estilo? O él era sólo... ¿naturalmente repugnante?" ¿Frío?

La mano de Remus peinó su cabello, el primer gesto nervioso que Harry le había visto. "Harry," Remus dijo, "¡no puedes juzgar a tu padre por lo que hizo cuando era un niño!"

"Yo soy un niño," Harry replicó, "y me juzgo a mí mismo."

Remus parpadeó dos veces ante eso.

"Quiero saber por qué," Harry prosiguió. "Quiero comprender, porque para mí, ¡parece que no hay ninguna excusa posible para eso!" La voz temblando un poco. "Por favor dígame cualquier cosa que sepa sobre por qué lo hizo, aún si no suena bien." Así yo no caeré en la misma trampa, sea cual sea.

"Era lo que tú hacías si pertenecías a Gryffindor," Remus declaró, lentamente, reluctante. "Y... Yo no lo pensé así en el pasado, creí que era lo contrario, pero... pudo haber sido Black quien hizo que James se aficionara a eso, en verdad... Black deseaba tanto mostrarle a todos que estaba en contra de Slytherin, veras, todos queríamos creer que la sangre no era el destino -"

...

"No, Harry," rechazó Remus. "desconozco el por qué Black persiguió a Peter en vez de correr. Fue como si ese Black realizara una tragedia nada más por el bien de la tragedia." La voz del hombre era inestable. "No hubo pista, ni advertencia, todos nosotros pensamos – pensar lo que iba a ser -" La voz de Remus se cortó.

Harry estaba llorando, no podía evitarlo, dolía más cuando lo escuchabas de la boca de Remus que otra cosa que hubiera sentido antes. Harry había perdido dos padres que no recordaba, conocidos únicamente a través de historias. Remus Lupin había perdido a sus cuatro mejores amigos en menos de veinticuatro horas; y para la perdida del último amigo que le quedaba, Peter Pettigrew, no había existido razón alguna.

"A veces me duele pensar que está en Azkaban," Remus finalizó, su voz era casi un susurro. "Estoy feliz, Harry, de que a los Mortífagos no se les permita tener visitantes. Significa que no tengo que sentirme avergonzado por no ir."

Harry tuvo que tragar saliva varias veces antes de poder hablar. "¿Puede contarme sobre Peter Pettigrew? Él era el amigo de mi padre, y parece – que yo debería saber, que debería recordarlo -"

Remus asintió, agua titilando en sus propios ojos. "Creo, Harry, que si Peter hubiera sabido que terminaría de ese modo -" la voz del hombre se atragantó. "Peter le tenía más miedo al Señor Oscuro que cualquiera de nosotros, y de haber sabido que terminaría así, no creo que lo hubiera hecho. Sin embargo Peter conocía el riesgo, Harry, conocía que el riesgo era real, que podía pasar, y aún así permaneció al lado de James y Lily. Cuando estuve en Hogwarts solía cuestionarme por qué Peter no había sido seleccionado en Slytherin, o quizá Ravenclaw, porque Peter adoraba tanto los secretos, no podía resistirlos, descubriría cosas de las personas, cosas que querrían mantener escondidas -" Una expresión burlona y seca recorrió brevemente la cara de Remus. "Mas él no usaba esos secretos, Harry. Él sólo quería saber. Y entonces la sombra del Señor Oscuro cayó sobre todo, y Peter se quedó con James y Lily y puso sus talentos para un buen uso, y comprendí por qué el Sombrero lo había enviado a Gryffindor." La voz de Remus se puso fiera, y orgullosa. "Es fácil estar del lado de tus amigos si eres un héroe como Godric, intrépido y fuerte como las personas creen que tendrían que ser los Gryffindors. Pero si Peter tenía más miedo que todos nosotros, ¿no lo hace eso también el más valiente?"

"Sí lo hace," Harry concordó. Su propia voz se le iba casi al punto de no poder hablar. "Si pudiera, Sr. Lupin, si tiene tiempo, hay alguien más que creo debería escuchar la historia de Peter Pettigrew, un estudiante de primer año en Hufflepuff, llamado Neville Longbottom."

"El hijo de Alice y Frank," dijo Remus, su voz poniéndose triste. "Ya veo. No es una historia feliz, Harry, pero puedo contarla de nuevo, si crees que lo ayudara."

Harry asintió.

Cayó un breve silencio.

"¿Acaso Black tenía algún asunto sin terminar con Peter Pettigrew?" Harry preguntó. "¿Algo que lo haría buscar al Sr. Pettigrew, aún si no era un asunto de vida o muerte? ¿Como un secreto que el Sr. Pettigrew conociera, que Black quería también averiguar, o querría matarlo para esconderlo?"

Algo brilló en los ojos de Remus, sin embargo el hombre maduro sacudió su cabeza, y respondió, "No realmente."

"Eso significa que hay algo," dedujo Harry.

Esa sonrisa burlona y seca apareció de nuevo por debajo del bigote parcialmente gris. "Tienes un poco de Peter dentro de ti, ya veo. Mas no es importante, Harry."

"Soy un Ravenclaw, no se supone que resista la tentación de los secretos. Y," Harry añadió seriamente, "si era algo digno de provocar que Black fuera capturado, no puedo evitar pensar que podría ser importante."

Remus asintió con mucha incomodidad. "Supongo que te lo podría revelar cuando seas mayor, pero en serio, Harry, ¡no es importante! Nada más algo de nuestros días de escuela."

Harry no estaba seguro de qué lo había llevado en la dirección correcta; pudo haber sido algo en el tono nervioso de Remus, o la forma en que el hombre pronunció cuando seas mayor, lo que encendió el repentino salto de intuición de Harry...

"De hecho," declaró Harry, "pienso que ya lo descubrí, lo siento."

Remus levantó sus cejas. "¿Lo hiciste?" Se oía un poco escéptico.

"Eran amantes, ¿no es así?"

Se produjo una pausa incomoda.

Remus asintió lenta, gravemente.


"Una vez," Remus explicó. "Hace mucho tiempo. Un asunto triste, que terminó en una vasta tragedia, o así nos pareció cuando estábamos jóvenes." La infeliz confusión era palpable en su rostro. "Sin embargo había pensado que desde hace tiempo eso había quedado finalizado y enterrado bajo una amistad adulta, hasta el día en que Black asesinó a Peter."

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