Buscar este blog

sábado, 25 de abril de 2020

Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad Capítulo 118

Capítulo 117             Capítulo 119


Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad


hermione y harry
Hermione y Harry por methodsofrationality

Capítulo 118: Conclusión, Algo Para Proteger, Profesor Quirrell


El Sol resplandeció sobre el verde Escocés, creando chispas blancas por cada gota de lluvia reflejada sobre la hoja que había quedado en la posición correcta, un claro cielo azul para un funeral.

Harry había declinado dar la eulogía. Había declinado por segunda vez. El Profesor Flitwick se lo había pedido semanas atrás en Mayo, para dar a Harry tiempo de escribir sus líneas antes de que fuera necesario hablar; y Harry había dicho que no entonces, también.

Así que recayó sobre alguien de sexto año en Gryffindor, Oliver Habryka, quien tenía el cuarto puesto más alto de puntos totales Quirrell entre todos los estudiantes, y quien había sido General de un ejército. El chico de diecisiete años era alto y no especialmente apuesto dentro de su sólida túnica negra; en vez de una corbata roja, estaba usando una corbata púrpura como la que solía favorecer a veces el Profesor Quirrell.

Hablando, bajo las circunstancias, ex tempore. Las eulogias previas, escritas con bastante anticipación, habían sido descartadas; Oliver Habryka tenía un pergamino en su mano izquierda, aunque ni siquiera lo estaba mirando.

"El Profesor Quirrell estaba muy enfermo," pronunció el niño alto, su voz temblorosa provocando que los estudiantes guardaran silencio, ocasionalmente interrumpido por un sollozo apagado. "Creo que si el Profesor Quirrell hubiese podido combatir en la plenitud de su poder, Quien-Tú-Sabes no lo habría podido vencer tan fácilmente, o ni siquiera lo habría podido vencer. Dicen que David Monroe era el único a Quien-Tú-Sabes le llegó a tener miedo, en su momento. Pero," la voz de Oliver se rompió, "El Profesor Quirrell no estaba en la plenitud de su poder. Estaba muy enfermo. Tenía problemas para caminar sin ayuda. Y fue a enfrentar al Señor Oscuro, solo."

Hubo una pausa, entonces, mientras los estudiantes lloraron.

Oliver se limpió sus lágrimas con su manga, y habló de nuevo. "No sabemos exactamente lo que sucedió," dijo Oliver. "Imaginó que el Señor Oscuro se rió de él. Quizá se burló del Profesor, por retarlo cuando ni siquiera se podía poner de pie. Bueno, él no se está riendo ahora, claro que no."

Hubo fieros asentimientos de cabeza de parte de los estudiantes; todos los que Harry pudo ver, eran de Gryffindor y Slytherin.

"Tal vez el Señor Oscuro sabía alguna manera de curar al Profesor Quirrell, Quien-Tú-Sabes regresó de la muerte después de todo. Tal vez le ofreció la vida al Profesor Quirrell si estaba dispuesto a servirlo. El Profesor Quirrell sonrió, y le replicó al Señor Oscuro que era tiempo de jugar a Quién Era El Mago Más Peligroso En El Mundo."

Si no lo sabes, no te inventes nada. Sin embargo Harry nada dijo. Era lo que el Señor Voldemort podría haber intentado, era lo que el Profesor Quirrell podría haber respondido.

"Y todavía no nos están comunicando nada," Oliver prosiguió, "pero podemos suponer lo que ocurrió después. Todos sabemos que Hermione Granger, quien era una de las mejores estudiantes del Profesor, fue asesinada por un trol durante este año, tiene que haber sido el Señor Oscuro quien lo organizó, así como la culpó a ella por el Encantamiento Congelador de Sangre. El Profesor Quirrell sabía que el Señor Oscuro estaba detrás de ello, así que robó el cuerpo de la Señorita Granger y lo preservó, lo mantuvo a salvo -"

En eso no estaba tan errado.

"Entonces el Profesor Quirrell fue a enfrentar al Señor Oscuro. El Señor Oscuro asesinó al Profesor Quirrell. Y Hermione Granger regresó a la vida. Dicen que esta viva y entera, y quizá mejor que antes. Cuando el Señor Oscuro intentó apoderarse de ella, todo lo que quedó de él fueron su túnica quemada y sus manos sobre la garganta de la Señorita Granger. Así como Harry Potter fue protegido de la Maldición Asesina por el amor y sacrificio de su madre, el Profesor Quirrell yendo por voluntad propia, a encarar, al Señor Oscuro sin ayuda, debe haber llamado, el espíritu de Hermione Granger, de vuelta, de donde fuera, que ella estuviera -" la voz de Oliver se estaba rompiendo.

"No solamente por eso," Harry exclamó desde su silla en la primera fila, ronca su propia voz. Tenía que decir algo en ese punto, antes de que se fuera salir de control. Si es que ya no se había salido de control. "David Monroe era un mago poderoso, más poderoso que de los que todos sabían excepto él y yo. No creo que puedas revivir a alguien con tan sólo sacrificarte a ti mismo. Nadie debería intentar hacer algo así."

Una historia tan bella. Tendría que haber sido verdad. Tendría que haber sido verdad.

"No sé mucho sobre la persona detrás del Profesor," Oliver Habryka habló, tras lograr recuperar el control sobre sí mismo. "Sé que David Monroe no era un hombre feliz. Nunca fue capaz de invocar el Encantamiento Patronus."

Las lágrimas se estaban reuniendo otra vez en los ojos de Harry. No era correcto, no era justo, Voldemort había asesinado a tantas personas, tendría que haber muerto junto con sus seguidores, no merecía un tratamiento especial. Pero no había sido únicamente por la debilidad de Harry, había sido por los horrocruxes, Voldemort no podía ser asesinado directamente. Así que Harry lo podía admitir, estaba contento, estaba contento que el Profesor Quirrell no se hubiese ido por completo...

"Sin embargo yo, sé," prosiguió Oliver, con lágrimas resplandeciendo sobre sus mejillas, "que el Profesor Quirrell, es feliz, donde sea que esté, ahora es feliz."

Sobre la mano izquierda de Harry, una pequeña esmeralda fulguró brillante bajo el sol de la mañana.

No el Cielo, no alguna estrella lejana, no un lugar diferente sino una mejor persona, te lo voy a enseñar, algún día le voy a enseñar a cómo ser feliz -

El chico alto echó un vistazo al pergamino que sostenía en su mano izquierda, la primera vez que lo consultaba. "El Profesor Quirrell," Oliver recitó, ahora con voz fiera y veloz, "era, por mucho, el mejor Profesor de Batalla Mágica que Hogwarts haya tenido jamás. Salazar Slytherin no podría haber sido ni la mitad de buen maestro, sin importar qué hechizos conociera. El Profesor Quirrell nos dijo al principio del año que lo que nos iba a enseñar siempre sería nuestra fundación firme en las artes de Defensa. Y así será. Por siempre. Le vamos a enseñar a los estudiantes nuevos del próximo año, sin importar quién sea nuestro nuevo maestro. Los estudiantes mayores le enseñarán a los estudiantes más jóvenes. Esa es la solución de la maldición sobre la posición de Defensa. No nos vamos a quedar esperando a que la autoridad nos enseñe. Y nos vamos a asegurar que las enseñanzas del Profesor Quirrell nunca mueran en Hogwarts."

Harry miró hacia donde la Profesora - no, la Directora McGonagall - estaba sentada, y observó que la Directora asintió en silencio, con expresión que era de tristeza y severidad y orgullo.

"Aún no nos han dejado ver a la Señorita Granger," Oliver concluyó. Su voz temblorosa. "La Niña-Que-Revivió. Pero siempre voy a pensar en el Profesor de Defensa cuando la vea. Su sacrificio vive en ella, así como nuestras enseñanzas van a vivir dentro de nosotros." Oliver miró hacia donde estaba sentado Harry por un instante, luego volvió a bajar sus ojos hacia el pergamino. "¡Para el Profesor Quirrell, entonces, el mejor Slytherin que ha existido, lo que todo Slytherin debería ser! ¡Tres hurra para él!"

"¡Hurra! ¡Hurra! ¡Hurra!"

Nadie se quedó en silencio esta vez, ni uno solo de los estudiantes que Harry pudo ver.

...

Capítulo 117             Capítulo 119


Nota del Traductor (18 de Abril de 2.020)


Estoy escuchando Wild Side, el opening de Beastars, una y otra vez.

El siguiente episodio está alrededor de las 10.000 palabras, a ritmo de cuarentena, debería publicarlo el 24 de Abril de 2.020 para los Patrocinadores y el 1 de Mayo en el blog de Rhaidot y FNN.

Faltan 4 capítulos para el final de Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad.

Esta entrada fue posible gracias a Rocio Tou, Sergio Andres Rodriguez Vargas, Nkp, Richard Nole, Kbrem y Claudio Andres Cayulao Martinez.


Si lo deseas puedes apoyarme siendo un Patrocinador de Rhaidot.


Gracias por leer.


viernes, 24 de abril de 2020

Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad Capítulo 117

Capítulo 116             Capítulo 118


Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad


Minerva McGonagall
Minerva McGonagall en Aminoapps

Capítulo 117: Conclusión, Algo Para Proteger, Minerva McGonagall


Llegó la mañana siguiente, y todos los estudiantes se habían reunido en silencio alrededor de las cuatro Mesas de Hogwarts, Harry James Potter-Evans-Verres entre ellos. Había colapsado de cansancio la noche anterior y había despertado en la enfermería hoy al amanecer, todavía confundido, con la Piedra Filosofal por debajo de su calcetín izquierdo.

Parecía como si una plaga hubiese devastado la Mesa de Profesores.

El trono de Dumbledore ya no estaba en la Mesa de Profesores, no había sido reemplazado, dejando vacío el centro de la Mesa de Profesores.

Severus Snape estaba sentado en una silla flotante, el equivalente mágico de una silla de ruedas.
La Profesora Sprout estaba ausente. De acuerdo a lo que le habían dicho a Harry la noche anterior, una corte de Legeremantes la iba a examinar para ver si quedaba alguna compulsión remanente, pero probablemente no se le iba a presentar ningún cargo. Harry le había enfatizado a la Profesora McGonagall y a los Aurores, con tanto ahínco como pudo, que la Profesora Sprout probablemente no era más que una víctima. El Niño-Que-Vivió pronunció que no había visto evidencia de culpa intencional de Sprout dentro de la mente de Voldemort.

El Profesor Flitwick no estaba, era de presumir que seguía estando al lado de Hermione.

La Profesora Sinistra no estaba y Harry no sabía por qué o dónde.

El entumecimiento que rodeaba la mente de Harry era como una manta isotérmica, protectora aunque no cómoda. Había escenas en su mente sobre túnicas cayendo y sangre derramada, apareciendo por un instante antes de ser empujadas a un lado. Lo iba a procesar después, no ahora. Algún otro momento sería mejor, Harry-futuro tendría una mejor ventaja comparativa con el duelo.

Dentro de algún lugar de Harry residía el temor de que no fuera a doler, que no había precio para ser pagado. Pero ese temor también podía ser aplazado hacia el futuro.

Ningún desayuno apareció sobre las mesas. Los estudiantes sentados cerca de Harry estaban esperando con aterrado silencio. Desde anoche se había prohibido que los búhos pudieran entrar o salir de Hogwarts.

Las puertas del Gran Comedor se abrieron una vez más, y las cruzó la Directora Adjunta Minerva McGonagall. Tenía una túnica de negro formal, y su cabeza estaba desnuda, desprovista de su acostumbrado sombrero de bruja. Su cabello gris-café-dorado estaba sujeto en una trenza enrollada, como en preparación para un sombrero que le iba a ser puesto encima después; aunque por ahora Harry vio su cabeza desnuda por primera vez.

Minerva McGonagall llegó hasta el atril que estaba frente a la Mesa de Profesores.

Todos los ojos estaban puestos sobre ella.

"Me temo que tengo muchas noticias," Minerva inició. Su voz era triste, conteniendo su precisión Escocesa. "Y en su mayoría son terribles. Primero. La razón por la que les estoy hablando yo es que el Director de Hogwarts, Albus," su voz se detuvo, "Percival Wulfric Brian Dumbledore, se ha perdido. Quien-Tú-Sabes lo atrapó por fuera del Tiempo, y no sabemos si alguna vez lo podremos traer hacia nosotros. Nosotros, nosotros hemos perdido, a quien podría ser, el más grandioso Director, que Hogwarts llegó a tener."

Un horror susurrante surgió de entre las mesas, ningún jadeo o quejido audible, simplemente el sonido de muchas respiraciones contenidas; la mayoría de Gryffindor, y algunas de Hufflepuff y también de Ravenclaw. Las malas noticias ya habían sido conocidas, sin embargo ahora habían sido confirmadas por la autoridad.

"Segundo. Quien-Tú-Sabes regresó brevemente, pero de nuevo está muerto. Todo lo que resta de él son sus manos sujetas alrededor de la garganta de la Señorita Granger. Él ya no será una amenaza, o así lo creemos." Minerva McGonagall volvió a respirar. "Tercero. El Profesor Quirrell murió con su varita en mano, enfrentando a Quien-Tú-Sabes. Fue encontrado cerca de donde Quien-Tú-Sabes pereció otra vez, fue víctima de la Maldición Asesina de Quien-Tú-Sabes." Otro susurro de horror verificado, ahora de las cuatro mesas.

Minerva volvió a respirar. "Anoche también perdimos a quien puede haber sido el más grandioso Profesor de Defensa en la historia de Hogwarts. Solamente con sus méritos escolásticos... Nuestro Profesor de Defensa utilizó muchos nombres, pero su nombre verdadero era David Monroe. Como era el último miembro de la Noble y Más Antigua Casa de Monroe, su funeral - su segundo funeral, y el verdadero - será realizado frente al Más Antiguo Salón del Wizengamot, dentro de dos días. Aún así un velorio será realizado para el Profesor de Defensa de Hogwarts, para nuestro Profesor Quirrell, en este castillo. Ese hombre también murió como un maestro de Hogwarts, tan noblemente como un maestro de Hogwarts podría haberlo hecho."

Harry escuchó en silencio, tragándose las lágrimas que otra vez subían hasta sus ojos. Ni siquiera era verdad, ni mucho menos inesperado; y aún así le dolía escucharlo. Sentado a su lado, Anthony Goldstein puso una amable mano sobre la mano de Harry, y Harry la dejó ahí.

"Cuarto. Una noticia de excesiva e inesperada felicidad. Hermione Granger está viva y en perfecta salud, dueña de su cuerpo y mente. La Señorita Granger está siendo observada en San Mungo para ver si hay alguna consecuencia inesperada tras lo que le pasó a ella, sin embargo parece estar increíblemente bien considerando su condición previa."

Tendría que haber producido más júbilo de parte de Ravenclaw y Gryffindor, si las noticias hubiesen sido parte de otro conjunto, o de haber sido más inesperadas. En el momento, Harry vio unas cuantas sonrisas, pero fueron breves. Quizá habían saltado de alegría antes, aunque por ahora únicamente hubo silencio. Harry comprendió eso. Él tampoco estaba celebrando, no ahora mismo.

"Finalmente -" Minerva McGonagall vaciló, luego levantó su voz. "Me temo que tengo la más grave de las noticias para compartir con algunos de nuestros estudiantes. Parece que Quien-Tú-Sabes invocó a aquellos que alguna vez fueron sus seguidores; y muchos de ellos obedecieron, ya fuera por una lealtad terriblemente equivocada, o por miedo a lo que le sucedería a sus familias si se rehusaban. Un sacrificio era requerido, aparentemente, para completar la resurrección de Quien-Tú-Sabes; o tal vez Quien-Tú-Sabes culpó a sus otrora seguidores de su derrota. Treinta y siete cuerpos fueron encontrados, más seguidores por fuera de Azkaban de los que se pensaba que tenía Quien-Tú-Sabes. Me temo -" Minerva McGonagall volvió a flaquear. "Me temo que entre los muertos hay padres de muchos de nuestros estudiantes -"

no no no no no no NO NO NO NO

Como empujado por un magneto terrible, los ojos de Harry fueron atraídos hacia la imagen de horror absoluto que era el rostro de Draco Malfoy, al mismo tiempo que el reconfortante envoltorio de algodón alrededor de los pensamientos de Harry se desgarró como el papel.

Cómo pudo no haberlo pensado, cómo pudo no haberse dado cuenta -

En algún lugar del Gran Comedor, alguien ya estaba gritando, y aún así el cuarto parecía muy silencioso.

"Sheila, Flora, y Hestia Carrow. Perdieron sus dos padres anoche. Estudiantes que también perdieron a alguno de sus padres incluyen a Robert Jugson. Ethan Jugson. Sara Jugson. Michael MacNair. Riley y Randy Rookwood. Lily Lu. Sasha Sproch. Daniel Gibson. Jason Gross. Elsie Ambrose -"

Quizá Lucius se dio cuenta, quizá fue lo suficientemente inteligente como para no ir, quizá se dio cuenta que Voldemort fue el que había atacado a Draco -

"- Theodore Nott. Vincent Crabbe. Gregory Goyle. Draco Malfoy. Esto concluye la lista."
Un estudiante sentado en la mesa de Gryffindor dio un grito de alegría, y de inmediato fue abofeteado por la bruja de Gryffindor que estaba sentada a su lado con tanta fuerza que un Muggle habría perdido un diente.

"Menos treinta puntos para Gryffindor y detención durante el primer mes del próximo año," la Profesora McGonagall dijo, su voz tan dura como para romper la piedra.

"¡Mentiras!" aulló un Slytherin alto, que se había levantado de la mesa. "¡Mentiras! ¡Mentiras! El Señor Oscuro va a regresar, y él, él les va a enseñar el significado de -"

"Sr. Jugson," habló la voz de Severus Snape. También era vacilante, no sonaba para nada como el Maestro de Pociones, no era fuerte y aún así el Slytherin guardó silencio. "Robert. El Señor Oscuro asesinó a tu padre."

Robert Jugson dejó escapar un grito de furia terrorífico y salió del lugar corriendo, y Draco Malfoy se dobló sobre sí mismo como una casa al colapsar y produjo sonidos que nadie escuchó, porque los murmullos ya habían empezado.

Harry se levantó quince centímetros de la banca y luego se detuvo.

qué le puedes decir a Draco no hay nada que le puedas decir a Draco no puedes ir para allá y pretender que eres su amigo

quieres hacer lo correcto quieres hacerlo mejor pero no puedes hacerlo justo ahora de ninguna manera puedes hacer que sea correcto lo que le hiciste a él y a Vincent y a Gregory y a Theodore

El mundo alrededor de Harry se nubló, apenas y vio a Padma Patil ponerse de pie y llegar hasta la mesa de Slytherin junto a Draco, o Seamus yendo hacia Theodore.

Y porque Harry había leído la colección de ciencia ficción y fantasía de su padre, porque ya había leído esta escena una docena de veces cuando le había pasado a otros protagonistas, había una imagen dentro de la mente de Harry de Ojoloco Moody, del cicatrizado hombre llamado Alastor. Y la imagen de Ojoloco estaba recitando, justo en la misma voz que había usado para hablar en la memoria de Albus Dumbledore, que los Mortífagos habían estado apuntando sus varitas a Harry, que ya habían elegido tomar la Marca Oscura, que habían sido culpables más allá de la redención y tal vez más allá de la imaginación de Harry, que habían sobrepasado la protección deontológica de las personas buenas y se convirtieron a sí mismos en objetivos si había una razón fuerte para sacrificarlos. Que había sido necesario para salvar a los padres inocentes de Harry de la tortura y Azkaban, que había sido necesario proteger el mundo de Voldemort. Que los Aurores y jueces ordinarios habían hecho cosas mucho más cuestionables que matar Mortífagos jurados con las manos manchadas de sangre que te apuntaban con sus varitas, durante el curso de ejecutar la justicia ordinaria que era menos clara pero aún necesaria para la sociedad. Si no era correcto hacer lo que Harry había hecho, si no era correcto hacer cosas mucho más moralmente ambiguas de lo que Harry había hecho, entonces la sociedad como la conocían los seres humanos no podía existir. Nadie con sentido común podía culpar a Harry por haberlo hecho, Neville no lo iba a culpar, la Profesora McGonagall no lo iba a culpar, Dumbledore no lo iba a culpar, incluso Hermione le diría que había sido lo correcto por hacer cuando ella lo supiera.

Y todo eso era verdad.

Así como también era verdad que alguna parte de la mente de Harry había calculado que eliminar a la élite política de los puristas de sangre haría más sencillo y más conveniente la nueva reconstrucción de la Bretaña mágica. No había sido una consideración importante, sin embargo había sido calculada de todos modos en aquellos instantes de pensamiento rápido, una proyección de las consecuencias a largo plazo para ver si eso podía llevar a la catástrofe, y una decisión que de hecho había calificado como buena. Y esa proyección había olvidado que los Mortífagos tenían hijos en Hogwarts o que uno de ellos tenía la cara del padre de Draco. No habría cambiado nada. No habría cambiado nada de nada. Pero esa era la verdad del cálculo que la mente de Harry había realizado, al disponer únicamente de segundos para pensar.

Al menos Harry podía, si los sobrevivientes de los Mortífagos estaban en algún tipo de dificultad financiera, hacer algo al respecto sin problema. Transformar oro, y usar la Piedra para hacerlo permanente - a menos que hacer tanto oro fuera problemático para la economía mágica a largo plazo, o fuera a causar protestas por parte de los duendes que no comprendieran la economía del mercado monetario - aunque no era como si Harry no tuviera servicios útiles para vender -

Ahora otro manto de algodón estaba siendo desgarrado de los pensamientos de Harry.
"Parece probable," Minerva continuó, su voz no era fuerte pero cortaba los demás sonidos, "que algunos de nuestros estudiantes también hayan sido privados anoche de aquellos quienes eran sus guardianes. Si alguno de ustedes termina bajo el cuidado de Hogwarts, por favor no olviden que tomaré las responsabilidades de mi posición con extrema seriedad. Se les extenderá toda cortesía. La bóveda de sus familias será administrada con eficiencia y honestidad. Tan bien como pueda, voy a tratar a cada uno de ustedes como a mis propios hijos - y los voy a proteger tan bien como protegería a mis propios hijos, ni más, ni menos. Espero que eso quede claro para TODOS EN HOGWARTS."

Los estudiantes asintieron rápidamente.

"Bien," Minerva concluyó. Su voz se hundió. "Entonces hay una cosa más que debe ser hecha."
Con triste y solemne aire, la Profesora Sinistra emergió de una entrada lateral. Estaba vestida con una túnica blanca en vez de su usual marrón, y en vez de su acostumbrado sombrero de bruja, estaba usando un sombrero cuadrado de muchas borlas cuyos colores se habían desvanecido hasta ser casi grises.

En sus manos, la Profesora Sinistra cargaba el Sombrero Seleccionador.

Con el aire de alguien ejecutando una ceremonia que no había cambiado durante siglos, Aurora Sinistra se arrodilló, sobre una rodilla, ante Minerva McGonagall, presentando el Sombrero Seleccionador con ambas manos.

Minerva McGonagall cogió el Sombrero Seleccionador de entre las manos de la Profesora Sinistra, y lo puso sobre su propia cabeza.

Hubo un largo silencio.

"¡DIRECTORA!"

"Como Albus Dumbledore no está muerto," Minerva dijo, voz tan baja que los estudiantes tuvieron que esforzarse para escucharla, "sino que únicamente fue apartado de nosotros, yo acepto esta posición solamente en la capacidad de Directora Interina - hasta el regreso de Dumbledore."

Un graznido perforador dividió el Gran Comedor, y Fawkes estuvo allí, sobrevolando las Cuatro Mesas describiendo un lento arco espiral. Paso sobre cada una de las mesas, entonando en su voz de ave, un canto de lealtad absoluta que iba a durar más tiempo que la muerte de los meros fuegos físicos. Esperen, el canto parecía decir. Esperen hasta su regreso, y sean verdaderos.

Fawkes circuló alrededor de Minerva McGonagall tres veces, alas emplumadas que la rozaban al tiempo que las lágrimas empezaron a descender por sus mejillas; luego el ave salió volando por una venta sobre el Gran Comedor, y se había ido.

...

Capítulo 116             Capítulo 118


Nota del Traductor (17 de Abril de 2.020)


Estoy bastante preocupado por mi novia. Una vecina de ella murió hace poco a causa del COVID-19 y además su familia tiene un negocio de repuestos para automóviles que debe mantenerse abierto para uso de la policía y ambulancias y otros estamentos estatales. Me la paso escribiendo y secándome las lágrimas por la angustia, ciertamente preferiría ser yo el que estuviera corriendo ese riesgo.

El siguiente episodio está alrededor de las 1.000 palabras, a ritmo de cuarentena, debería publicarlo el 18 de Abril de 2.020 para los Patrocinadores y el 25 de Abril en el blog de Rhaidot y FFN.

Faltan 5 capítulos para el final de Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad.

Esta entrada fue posible gracias a Rocio Tou, Sergio Andres Rodriguez Vargas, Nkp, Richard Nole, Kbrem y Claudio Andres Cayulao Martinez.


Si lo deseas puedes apoyarme siendo un Patrocinador de Rhaidot.


Gracias por leer.

miércoles, 22 de abril de 2020

Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad Capítulo 116

Capítulo 115             Capítulo 117


Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad


hpmor 116 español
Imágenes de HPMOR en Pinterest

Capítulo 116: Conclusión, Algo Para Proteger, Parte 0


Al principio Anna había estado contenta de ver que la Copa de Quidditch estaba durando tanto - como una Gryffindor ella no era más que una espectadora en la Copa de Casas, pues Gryffindor nunca ganaba. En contraste, la Copa Mundial de Quidditch del año pasado, para la cual su familia había comprado unas entradas bastante costosas, había terminado en diez minutos lo que era horrendo. Los juegos modernos de Quidditch se habían vuelto demasiado cortos, la Snitch era atrapada demasiado pronto. Era un problema ampliamente discutido entre los aficionados: los encantamientos de escoba habían avanzado, mientras que la Snitch había permanecido con la misma velocidad de regulación, siendo el resultado que los juegos de Quidditch se habían vuelto más y más cortos. En los niveles profesionales el deporte de Quidditch había sido reducido a un concurso sobre quién tenía los bolsillos más llenos para la escoba experimental de carreras de su Buscador, y el resto de jugadores muy bien podrían haber estado mirando desde las bancas.

Todos sabían que algo tenía que ser hecho, la situación había estado empeorando durante siglos y ahora era intolerable. Sin embargo el Comité de Quidditch de la Confederación Internacional de Magos estaba atascado en la acrimonia usual de su organización, gritando disputas entre los Alemanes y los Búlgaros, y de alguna manera nadie se ponía de acuerdo sobre cómo arreglar exactamente las reglas. Para Anna el camino correcto parecía obvio, nada más había que hacer la Snitch lo bastante rápida como para restaurar los juegos a las cuatro-cinco hora del principio del siglo diecinueve de la Edad Dorada del Quidditch. Excepto que los Belgas pensaban que la duración de un juego profesional debía ser de dos horas como en La Belle Époque cuando Bélgica había dominado el Quidditch, y los italianos lunáticos querían regresar a los juegos de Quidditch de una semana de duración del siglo catorce, e incluso los puristas de sangre más locos de Bretaña seguían hablando de los ocasionales partidos de Quidditch de un día como prueba de que las escobas realmente no podían haber mejorado tanto ya que todo era mejor en los tiempos remotos que no era como funcionaba el Interdicto de Merlín.

Ella estaba cien por ciento en el bando de Harry Potter de que era tiempo para que Hogwarts se rindiera con esos perezosos charlatanes y diera un cambio a las reglas por su cuenta, empezando aquí y ahora. Pero no eliminando la Snitch, eso era retroceder todo el camino hasta el Kwidditch del siglo once. No tenía importancia que una Directora de Hufflepuff hubiese introducido la innovación porque uno de sus estudiantes había querido participar del juego sin ser bueno en ninguno de los roles usuales. La Snitch había pegado a nivel internacional porque era más emocionante cuando el juego podía terminar al siguiente minuto.

Anna había estado discutiendo a pleno pulmón por los últimos treinta minutos, olvidando por completo prestar atención al juego. Gracias a una coincidencia afortunada había estado sentada cerca del Niño-Que-Vivió y su letrero, por lo que había logrado establecer su posición desde el principio.

Era consciente, en el fondo de su mente, que si las reglas de Quidditch realmente cambiaban aquí y ahora, entonces esto era lo más importante que iba a llegar a hacer. Ella casi podía sentir la presión del Tiempo girando a su alrededor como si el destino del mismo Quidditch estuviera siendo moldeado ese mismo día, y ella estaba parada al centro de todo... aunque ella no había obtenido calificaciones lo suficientemente altas en Adivinación como para de hecho sentir algo así, por supuesto.

Apenas y se dio cuenta cuando el Niño-Que-Vivió se levantó para ir al baño.

El Niño-Que-Vivió sí llamó su atención cuando volvió arrastrando los pies; Harry Potter se veía algo cansado y tembloroso, aunque su uniforme parecía tan liso como si hubiese acabado de ponerse uno nuevo.

Ella se dio cuenta media hora después, cuando Harry Potter pareció tambalearse un poco, y luego se dobló sobre sí mismo, sus manos cubriendo su frente; parecía que estuviera rascando la cicatriz en su frente. El pensamiento la hizo preocuparse ligeramente; todos sabían que estaba pasando algo con Harry Potter, y si la cicatriz de Potter le estaba doliendo entonces era posible que un horror sellado estuviera a punto de explotar en su frente para salir y comérselos a todos. Ella descartó ese pensamiento, y continuó explicando los datos del Quidditch a los históricamente ignorantes a pleno pulmón.

Definitivamente se dio cuenta cuando Harry Potter se levantó, manos todavía sobre su frente, manos que dejó caer para revelar su famosa cicatriz en forma de rayo que ahora estaba de color rojo brillante e inflamada. Estaba sangrando, y la sangre se escurría desde la frente hasta caer por la nariz de Potter.

Ella dejó de hablar a la mitad de una frase. Otras personas se giraron para ver lo que ella miraba.

"¿Profesora McGonagall?" Harry Potter llamó con voz temblorosa. Había lágrimas en las esquinas de sus ojos, lo que la sorprendió; el Niño-Que-Vivió no parecía el tipo de persona que iba a estallar en lágrimas. Harry Potter elevó más su voz, como si para él fuera difícil hablar. "Ah, ¿Profesora McGonagall?"

La Profesora McGonagall le dio la espalda a su discusión con el equipo de Quidditch de Hufflepuff. Los ojos de la Jefa de Casa de Gryffindor se abrieron por completo ante la conmoción, y entonces ella empujó a las personas para que salieran de su camino, casi corriendo. "¡Harry!" ella exclamó. "¡Tu cicatriz!"

El silencio se estaba esparciendo, en un círculo creciente.

"Creo," Harry dijo, su voz todavía temblando pero con más fuerza, "creo que él ha vuelto. Creo que estoy viendo - a través de la mente de Voldemort -"

Anna retrocedió un paso ante el nombre de Quien-Tú-Sabes y casi se tropezó con una banca. Un chico mayor que ella sentado a su lado dejó escapar un grito de desesperación, y el Niño-Que-Vivió chilló aún con más fuerza.

"¡LOS ESTÁ MATANDO!" gritó Harry Potter.

La mitad del estadio de Quidditch se volteó a observar.

"¡El ritual!" gritó Harry Potter. "¡Sangre de sus sirvientes! ¡La sangre, la vida! Él los invocó, tomó sus cabezas, su sangre, la vida, para renovar la suya - ¡EL SEÑOR OSCURO SE LEVANTA, VOLDEMORT HA REGRESADO!"

Madam Hooch sopló con su estridente silbato, parando las escobas de Quidditch que todavía no habían dejado de moverse. Ella misma no estaba segura de que no fuera un chiste; si lo era, Niño-Que-Vivió o no, iba a estar metido en más problemas de lo que ella podía imaginar.

La Profesora McGonagall alzó su varita en posición para un Encantamiento Silenciador y Harry Potter atrapó su mano.

"Espere -" Harry Potter jadeó, voz más baja, aunque lo suficientemente clara como para que las personas cerca de ella pudieran escuchar con claridad. "Puede ser detenido - veo su mente, su error - puede ser detenido ahora - ¡EL CAMINO SIGUE ABIERTO! ¡ELLA LO ESTÁ SIGUIENDO! ¡ELLA A QUIEN VOLDEMORT ASESINÓ!" La voz de Harry se elevó más todavía, mientras que la propia boca de Anna quedó abierta por la repentina confusión. "¡REGRESA! ¡REGRESA, REGRESA, REVIVE Y DETENLO! ¡DETENLO, HERMIONE!"

Y luego Harry Potter guardó silencio. Él echó un vistazo alrededor hacia las personas que lo observaban.

Acababa de decidir que tenía que tratarse de una broma de increíble mal gusto, cuando un distante pero tremendo CRUJIDO llenó el aire.

Harry Potter se tambaleó, y cayó sobre sus rodillas, al tiempo que el corazón de Anna saltó hasta su garganta. Una explosión de murmullos excitados surgió a su alrededor.

Ella todavía podía escuchar las palabras de la boca de Harry Potter, cuando la Profesora McGonagall se arrodilló al lado de él. "Funcionó," Harry Potter jadeó muy alto, "ella lo venció, él se ha ido."

"¿Qué?" gritó la Profesora McGonagall, luego miró alrededor. "¡Silencio! ¡Silencio, todos ustedes! Harry, ¿qué sucedió?"

Harry Potter estaba hablando velozmente aunque con fuerza. "Voldemort - intentó revivir - invocó a los Mortífagos y los asesinó, robó su sangre y vida - el cuerpo de Hermione estaba allí, no sé por qué, quizá Voldemort estaba planeando usarla para algo - Voldemort regresó, se resucitó a sí mismo, sin embargo Hermione lo siguió de vuelta y ella lo destruyó, él se ha ido, ha terminado. Ocurrió en un cementerio cerca de Hogwarts, está," Harry Potter se puso de pie, aún tambaleando, "creo que fue en esa dirección." Harry Potter apuntó en la dirección general de donde había venido el CRUJIDO, "No estoy seguro de cuán lejos. El sonido tardó veinte segundos en llegar aquí, así que tal vez dos minutos sobre una escoba -"

Con un movimiento tan ágil que parecía inconsciente, la Profesora McGonagall cambió de postura y pronunció "Expecto Patronum." Ella se dirigió hacia el gato fulgurante que apareció entonces. "Ve con Albus, dile que tiene que volver de inmediato -"

"¡Dumbledore se ha ido!" gritó Harry Potter. "¡El Director se ha ido, Profesora McGonagall! ¡El Señor Oscuro lo atrapó, le devolvió alguna clase de trampa que el Director había planeado y ahora Dumbledore está atrapado fuera del Tiempo, se ha ido!"

Los murmullos horrorizados alrededor crecieron hasta el tope.

"¡Ve con Albus!" La Profesora McGonagall le ordenó a su Patronus.

El gato de luz de luna nada más se quedó mirando a McGonagall con tristeza, y Anna dejó de respirar a causa del inesperado horror, sintiendo como si alguien la hubiese golpeado en el estómago. Era real, todo era real, no se trataba de una broma.

"¡Profesora McGonagall, Hermione está viva!" Harry Potter alzó su voz de nuevo. "¡Ella realmente está viva y no es un Inferius ni nada por el estilo, y sigue allí en el cementerio!"

"¡Una escoba!" La Profesora McGonagall bramó. Se giró hacia los jugadores que seguían flotando estáticos sobre el campo de Quidditch. "Necesito una escoba. ¡YA!"

A pesar de todo, Anna levantó una mano en muda protesta, luego se detuvo a sí misma, al mismo tiempo que los Buscadores de Ravenclaw y Slytherin descendieron a toda prisa (con excelente sentido de la estrategia, puesto que ellos no habían estado haciendo nada).

Harry Potter ya estaba sacando otra escoba de su monedero, una para varias personas.

La Profesora McGonagall vio esto, y asintió firmemente. "Usted se queda aquí, Sr. Potter, a menos que haya una excelente razón para que me deba acompañar. Yo voy a ir de inmediato."

"¡No debes!" chilló el Profesor Flitwick, quien tuvo que empujar a varios con su pequeña figura para cruzar la multitud, y ocasionalmente correr bajo las piernas de alguien. Sus ojos estaban abiertos como platos, parecía a punto de desmayarse. "¡Tienes que permanecer en Hogwarts, Minerva! Tú - tú eres la -" El Profesor Flitwick parecía tener problemas para hablar.

La Profesora McGonagall se dio la vuelta para encarar al Profesor Flitwick, y se detuvo, la sangre huyendo de su cara.

Luego tomó la escoba de la mano de Harry Potter, y se la entregó al pequeño Profesor semi-duende. "Filius," ella dijo ásperamente. Todo el pánico incipiente había desaparecido de su voz, ahora hablaba con el hosco acento Escocés que usaba para sus lecciones del Lunes. "Busca el cementerio del cual habló el Sr. Potter, encuentra a la Señorita Granger. Llevala mediante Aparición a San Mungo y quédate con ella."

"Creo -" Harry Potter espetó con voz rota. "Creo que allí se usó Transformación en combate - el Profesor Quirrell intentó combatir a Voldemort - tome precauciones -"

Filius Flitwick asintió sin pausa al abordar la escoba.

"¡El Profesor Quirrell está muerto!" gimió Harry Potter. La angustia que cargaba su voz era clara. "¡Él está muerto! ¡El Señor Oscuro lo mató! Su cuerpo -" Harry Potter se ahogó. "Está allí, en el cementerio."

Anna volvió a tambalearse, sintiendo que le habían dado otro puñetazo en las entrañas. El Profesor Quirrell había sido - uno de sus Profesores favoritos, de todos los tiempos, la había hecho revaluar todo lo que creía de un Slytherin, había sabido de una manera distante que probablemente iba a morir muy pronto pero escuchar que él estaba realmente, verdaderamente muerto...

El Niño-Que-Vivió se sentó sobre las bancas, como si sus piernas ya no lo pudieran sostener.

La Profesora McGonagall se giró hacia la multitud, tocando su garganta con su varita. "EL QUIDDITCH SE HA ACABADO," resonó su voz amplificada. "REGRESEN A SUS DORMITORIOS -"

"¡No!" gritó Harry Potter.

La Profesora McGonagall se giró para verlo.

Lágrimas se derramaban sobre las mejillas del Niño-Que-Vivió, parecía como si la interrupción lo hubiese sorprendido tanto a él como a los demás. "Era el último plan del Profesor Quirrell," Harry Potter exclamó, su voz rota. El Niño-Que-Vivió contempló a los jugadores de Quidditch que ahora flotaban cerca, como si estuviera hablando con ellos directamente. "Su último plan."

Harry Potter salió flotando para la enfermería por la varita de la Profesora McGonagall. Los otros Profesores se fueron corriendo a quién sabe dónde, dejando atrás únicamente a las Profesoras Sinistra y Hooch. En el estadio, los rumores corrían por doquier; Anna repitió todo lo que pudo recordar tan bien como pudo. Algo le había pasado a Dumbledore, algunos Mortífagos habían sido invocados y asesinados (no, Harry Potter no había dicho cuáles), el Profesor Quirrell había enfrentado directamente al Señor Oscuro y así había muerto, Quien-Tú-Sabes había regresado y muerto de nuevo, el Profesor Quirrell estaba muerto, él estaba muerto.

A su debido tiempo la mayoría de los estudiantes se fueron para sus dormitorios, a intentar dormir.
Anna se quedó en el estadio, y miró el resto del juego, ignorando la necesidad que su cuerpo tenía de dormir, y sus ojos que a veces se nublaban por las lágrimas.

El equipo de Ravenclaw luchó con valentía.

Pero no había un equipo de Quidditch en el mundo que hubiese podido derrotar a Slytherin ese día.

El amanecer se estaba insinuando en el cielo cuando Slytherin ganó su juego final, la Copa de Quidditch, y la Copa de Casas.

...

Capítulo 115             Capítulo 117


Nota del Traductor (15 de Abril de 2.020)


El siguiente episodio está alrededor de las 2.000 palabras, a ritmo de cuarentena, debería publicarlo el 17 de Abril de 2.020 en Patreon y el 24 de Abril en el blog de Rhaidot y FNN.

Faltan 6 capítulos para el final de Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad.

Esta entrada fue posible gracias a Rocio Tou, Sergio Andres Rodriguez Vargas, Nkp, Richard Nole, Kbrem y Claudio Andres Cayulao Martinez.


Si lo deseas puedes apoyarme siendo un Patrocinador de Rhaidot.


Gracias por leer.

domingo, 19 de abril de 2020

Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad Capítulo 115

Capítulo 114             Capítulo 116


Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad



Capítulo 115: Cállate y Haz Lo Imposible, Parte 2


Algo como un estado de fuga había caído sobre la mente de Harry. Se sentía parcialmente agotado, parcialmente ausente de sí mismo. Elementos de su mente estaban dormidos, quizá dormidos deliberadamente por alguna parte que era lo suficientemente inteligente como para predecir lo que iba a pasar. Lo que acababa de hacer -

El pensamiento fue silenciado, dejando espacio para tener consciencia de otras cosas.
Harry estaba de pie en el medio de un cementerio desordenado, lápidas esparcidas sin ninguna organización.

Bajo la luz de la luna y las estrellas, se podía ver las túnicas negras sobre el suelo, rodeadas por texturas que no encajaban del todo con la tierra del cementerio, humedad teñida de rojo bajo los destellos de la luna. Algunas cabezas se habían salido de las túnicas, revelando pelo que era largo o corto, oscuro o brillante, que era todo lo que se podía ver bajo la luna. Las máscaras de plata permanecieron haciendo parecer que todo el cabello tenía su origen desde esos cráneos y no desde rostros humanos -

El pensamiento fue silenciado, dejando espacio para tener consciencia de otras cosas.

Una niña dentro de un uniforme de Hogwarts con bordes rojos dormía sobre el altar. Cerca del altar, las cosas de Harry yacían amontonadas.

Sobre el suelo yacía un hombre demasiado alto con rostro inhumano, sangre derramándose desde los muñones de sus muñecas.

Tan pronto como el Señor Oscuro Voldemort despierte, va a destruir todo lo que tú amas. Dumbledore ya no está aquí para detenerlo.

No puede ser metido a una prisión, pues puede abandonar su cuerpo en cualquier momento.

No puede ser asesinado permanentemente, no sin antes destruir más de cien horrocruxes, una de los cuales es la placa del Pioneer.

Materiales: Una varita, esta vez se te permite apuntar y hablar.

Tienes cinco minutos.

Resuelve.

Harry arrastró los pies hacia el altar, se arrodilló a su lado, y recogió su monedero.

Caminó hacia donde yacía Voldemort.

La sensación de aprehensión había disminuido, tras Voldemort haber caído inconsciente por el maleficio. Ahora, cuando Harry se aproximó, se elevó hasta una altura terrible, haciendo llamear el dolor en su cicatriz.

Harry ignoró el chillido interno. Esa había sido la última memoria de Tom Riddle grabada a fuego dentro del cerebro de Harry, el último patrón cognitivo que había sido transferido sobre el bebé infante antes de que Tom Riddle hubiese explotado: una sensación de horror agrandado e impotencia asociados con la resonancia que se había salido de control. Ahora Harry sabía el significado, de esa sensación de aprehensión, y eso la hacía más fácil de ignorar. Había deducido que el efecto de la resonancia golpeaba con más fuerza al que lanzaba el hechizo, con poder proporcional al poder del hechicero, y había acertado con su apuesta.

Harry posó su mirada sobre el cuerpo de Voldemort, y respiró profundamente - a través de su boca, porque un olor como el cobre sobre el cual Harry no quería pensar le estaba entrando por la nariz.
Harry se arrodilló al lado de Voldemort, sacó su kit médico de su monedero, y puso un torniquete de cierre automático sobre la muñeca izquierda del cuerpo, luego otro torniquete para la muñeca derecha.

Se sintió mal, mostrar esa preocupación por Voldemort. Alguna parte de Harry era consciente, en el fondo de su mente, que a un gran número de personas le acababa de pasar algo extremadamente malo. Lo que habría sido un balance justo, lo que habría sido justicia, era que Voldemort hubiese sufrido el mismo destino sin un instante de duda. Lo que Harry estaba haciendo se sentía como si Batman estuviera  demostrando que le preocupa más el Guasón que las víctimas del Guasón; se sentía como una historieta de cómic donde los escritores buscaban excusas una y otra vez para justificar la moralidad de no matar a los Grandes Villanos con Nombre mientras que había gente inocente muriendo al fondo de los paneles. Mostrar más amabilidad para el villano jefe que para sus secuaces, poner más atención por su destino que por lo ocurrido a sus seguidores de menor estatus, era una falla de la naturaleza humana.

Así que se sintió incorrecto cuando Harry se paró al lado del cuerpo, los torniquetes cerrados fuertemente sobre las muñecas de Voldemort; se sintió como si Harry estuviera haciendo algo que exhibía una ética monstruosa.

Aún cuando cualquier estrategia de pensamiento sensata decía que el cuerpo de Voldemort no debía morir. El alma que él había creado para sí mismo tenía que estar anclada en este cerebro, no se le debía permitir flotar libre.

Harry retrocedió un paso, alejándose del cuerpo inconsciente de Voldemort, respirando profundamente a través de su boca. Fue al montón de sus cosas, para ponerse su túnica y otros objetos, empezando con ubicar su Giratiempo alrededor de su cuello una vez más, preparando su propio escape y regreso en caso de ser requerido...

Más de cien horrocruxes.

Eso había sido una locura, no había otra palabra para ello, una señal de la deformada manera de pensar de Voldemort sobre la muerte. Un experto en seguridad Muggle lo habría llamado seguridad más allá de la cerca, cómo construir una cerca de más de cien metros en el medio del desierto. Solamente un atacador muy complaciente intentaría trepar esa cerca. Cualquiera que fuera sensato nada más daría un rodeo alrededor de la cerca, y hacer la cerca más alta no iba a impedir eso.

Una vez que se te olvidaba tener miedo ante lo imposible que se suponía debía ser el problema, ni siquiera era difícil, no al compararlo con el problema anterior.

Los padres de Neville, por ejemplo, habían recibido el Crucio hasta quedar locos permanentemente. Doscientos horrocruxes avanzados no iban a impedir esa demencia, nada más iban a crear un eco de la misma mente dañada.

Habría sido ética justificada usar la Maldición Cruciatus, de ser esa la única manera de detener a Voldemort para siempre. Habría sido justicia, balance, habría mostrado que la vida del Guasón no era más valiosa que la de sus secuaces más malvados...

Todo lo que Harry necesitaba era convocar el Encantamiento Patronus, enviarlo a... ¿Alastor Moody?... Y pedirle que viniera aquí. Bueno, no, era mu fácil de adivinar que el Encantamiento Patronus no iba a funcionar si era lanzado con esa intención. Tal vez nada más informar a Moody, y usar su Giratiempo una vez que saliera del rango de las protecciones de Voldemort.

Y entonces Voldemort podría recibir el Crucio hasta quedar permanentemente loco.

Ni siquiera era el destino menos misericordioso. Eso habría sido arrojar la varita de Voldemort dentro del hoyo central en Azkaban, si la varita permanecía conectada a la vida y magia de Voldemort sin importar a dónde se fuera su fantasma para intentar huir.

Harry se giró para encarar al Voldemort acostado. Caminó, y continuó controlando su respiración, ignorando la ardiente sensación en su garganta. Alguna parte de él sabía que Voldemort también era el Profesor Quirrell, aunque ahora su cuerpo fuera diferente. Aunque el cambio de personalidad había sido perfecto y eso indicaba que el Profesor Quirrell no había sido más que otra máscara...

Sin embargo Voldemort no había planeado asesinar a Harry con dolor. No había pensado en atacar a Harry con el Cruciatus de sus seguidores, antes cuando Harry estaba siendo molesto. Eso significaba algo, cuando tu oponente era Voldemort. Quizá le quedaba algo de camaradería hacia el otro Tom Riddle.

...sería incorrecto tener eso en cuenta.

¿Lo sería?

Harry levantó la vista hacia las estrellas. Aquí bajo la atmósfera las estrellas fulguraban, estaban ancladas en el falso domo del cielo nocturno, esparcidas a través de la estela de la Vía Láctea que resplandecía como un largo listón, como si estuvieran lo suficientemente cerca para que pudieras volar sobre una escoba y tocarlas.

¿Qué querrían ellos que él hiciera en esta coyuntura, los hijos de los hijos de los hijos?

La respuesta para eso también se sintió obvia, si no era únicamente la parte de Harry a la que todavía le importaba el Profesor Quirrell la que estaba hablando.

Harry había necesitado hacer lo que había hecho, había evitado mayores males, Harry no habría podido detener a Voldemort si los Mortífagos hubiesen disparado primero. Sin embargo esa cosa que Harry había hecho no era algo que pudiera ser balanceado por una tragedia innecesaria que le fuera a pasar a otro ser pensante, incluso si ese ser era Voldemort. No sería más que un elemento más para las lamentaciones de la muy antigua Tierra.

El pasado era el pasado. Hacías lo que tenías que hacer, y no hacías ni una pizca más de daño que el necesario. Ni siquiera cosas para balancear, y hacerlo todo más simétrico.

Los hijos de los hijos de los hijos no querrían que Voldemort muriera, incluso si sus secuaces sí habían muerto. Los descendientes no querrían que Voldemort fuera herido, si no era para lograr algo en comparación al hecho de que él fuera a sufrir.

Harry respiró profundamente, y lo dejó ir - no su odio - no del todo su odio - no había sido capaz de odiar a su creador ni siquiera en el momento final  - pero aún así, Harry dejó ir algo. La sensación de que él tenía que odiar a Voldemort, que estaba obligado a sentir odio, por la interminable lista de crímenes que Voldemort había cometido sin una buena razón, ni siquiera para su propia felicidad...

Todo está bien, las estrellas le susurraron. Está bien que no lo odies. Eso no te hace una mala persona.

Al final, solamente había una opción que él iba a tomar, y puesto que Harry ya lo sabía, no tenía sentido agonizar al respecto. Si era la mejor opción, únicamente el tiempo lo podría responder.

Harry respiró profundamente, acumulando la magia dentro de sí. El hechizo que iba a lanzar no necesitaba ser preciso, sin embargo era el hechizo más poderoso que había logrado dominar.

Harry volvió a pensar sobre lo injusto que era que Voldemort no pudiera morir junto a sus seguidores, sintió el ligero rastro de frialdad en su sangre acompañado de pensamientos crueles. Y luego Harry lo dejó ir, dejó que todo desapareciera bajo la luz de las estrellas, porque su lado oscuro nunca había sido más que un patrón heredado cognitivo, no era más que un mal hábito de pensamiento que tenía que romper.

Harry prefirió contemplar a Hermione respirando sobre el altar, y permitió que las lágrimas finalmente cayeran de sus ojos. Qué sería de Hermione ahora, qué camino iba a escoger ella después de esto, Harry no lo podía adivinar; pero ella estaría ahí para tener una decisión, la amistad entre ellos no había destruido su existencia. No se había dado cuenta de cuán endeble había sido su esperanza, hasta que se dio cuenta de la sorpresa que sintió cuando esa esperanza se hizo realidad. A veces las cosas salían mejor de lo esperado.

Y Harry cogió ese pensamiento, también, y lo introdujo en la magia que estaba acumulando.
El poder que estaba acumulando estaba vibrando dentro de él, como si todo su cuerpo fuera parte de su varita, o bien los ojos de Harry estaban viendo borrosos o había realmente una luminosidad blanca temblando sobre el acebo. Y Harry pensó en la forma del hechizo que iba a lanzar, no tenía un control perfecto pero el patrón que necesitaba era simple, nada más necesitaba incluir -

Todo, olvida todo, Tom Riddle, Profesor Quirrell, olvida tu vida por entero, olvida tu memoria episódica por completo, olvida la decepción y la amargura y las decisiones incorrectas, olvida a Voldemort -

Y el el último momento antes de lanzar Harry el hechizo, tuvo un pensamiento final, una nota de gracia -

Aunque si alguna vez tuviste una memoria verdaderamente feliz, no de herir personas o reírse ante su sufrimiento, sino la cálida sensación de ayudar a alguien o de recibir ayuda, aún si no son muchas, quizá solamente de cuando eras un niño, pero si tienes cualquier memoria verdaderamente feliz entonces solamente puedes recordar esas -

Algo brillante dentro de él se encendió ante su decisión, sabiendo que había tomado la elección correcta, y Harry también introdujo eso dentro de su varita -

"¡OBLIVIATE!"

Y todo surgió de Harry hacia el hechizo.

Harry se cayó de lado, dejando caer su varita, gritos ahogados proviniendo de su garganta, sus manos yendo impotentes hacia su cicatriz, al tiempo que la explosión de dolor empezó a desaparecer. Únicamente y de manera vaga sus ojos vieron que el aire estaba lleno de copos de nieve luminosos, motas flotantes de luz plateada que eran como pequeñas partículas del Encantamiento Patronus.

Sólo un momento duró la luz plateada, y luego se desvaneció.

El Profesor Quirrell se había ido.

Nada excepto un pequeño remanente.

Y ese espíritu, lo que quedaba, no sería tan diferente del espíritu del propio Harry.

La Profecía estaba completa.

Ellos se habían reconstruido entre sí a su propia imagen.

Harry empezó a sollozar, luego, en posición fetal sobre la tierra.

Y lloró por un largo rato.

Y eventualmente Harry se tambaleó sobre sus pies y recogió su varita de nuevo, porque el trabajo de ese día todavía no estaba finalizado.

...

Harry puso su varita directamente sobre el muñón de la muñeca de Voldemort; hizo que su cicatriz ardiera con un dolor constante, pero ninguno de los dos explotó.

Y Harry comenzó una Transformación.

Lentamente - aunque más rápido de que lo Harry había sido capaz de Transformar el cuerpo de Hermione, la última vez - el hombre-serpiente paralizado cambió, se reformó. Mientras la Transformación progresaba, especialmente cuando la cabeza del hombre-serpiente empezó a volverse vidriosa y empequeñecer, el dolor en la cicatriz de Harry se desvaneció.

Sería un hechizo para mantener incluso tanto cuando Harry estuviera despierto o dormido; y después, cuando Harry fuera mayor y más poderoso y quizá tuviera algo de ayuda, él iba a remover la Transformación del Tom Riddle con mente en blanco y sanar su cuerpo con el poder de la Piedra. Después de que futuro-Harry hubiese descubierto qué hacer con un casi completamente amnésico mago que seguía teniendo malos hábitos de pensamiento y algunos patrones de emociones altamente negativas - un lado oscuro, por así decir - además de una gran cantidad de conocimiento declarativo y de procedimiento sobre magia poderosa. Harry había hecho su mejor esfuerzo para no Desmemorizar esa parte, porque la podría necesitar, algún día.

Y mientras tanto, así como la magia no había definido un unicornio Transformado como muerto y no había activado las protecciones, los horrocruxes de Voldemort no iban a definir a un Voldemort Transformado como muerto y no iban a intentar traerlo de vuelta.

Esa era la esperanza, al menos.

La cicatriz de Harry volvió a chamuscar una última vez cuando el anillo de acero fue ubicado sobre su dedo meñique, exhibiendo la pequeña esmeralda verde en contacto con su piel. Luego su cicatriz se calló, y no volvió a doler.

Una roca solevantada sirvió a Harry como silla, quien se tambaleó hacia ella y se sentó quedando inmóvil, descansando de buena gana, mostrando la fatiga que amenazaba las esquinas de su mente. No había terminado, había más por hacer.

Nuevamente Harry respiró profundamente, todavía inhalando a través de su boca, pronunció "Lumos," y echó un vistazo alrededor del cementerio.

Túnicas negras y cabezas cortadas con máscaras de calavera, rodeadas por charcos de sangre -
Hermione Granger, dormida sobre el altar.

La túnica vacía de Voldemort y sus manos sangrantes, yaciendo donde el Señor Oscuro había caído.
Quirinus Quirrell con su túnica desgarrada, caído sin ceremonia donde la Maldición Asesina lo había alcanzado.

Harry imaginó que alguien más veía esta escena, intentaba entender, y sacudía su cabeza, porque no tendría sentido, para nada.

Entonces Harry se levantó de la roca con esfuerzo, haciendo una mueca mientra su mente, junto con su cuerpo, protestaban. No había sangrado ni había sido golpeado mucho el día de hoy, pero por alguna razón el cuerpo de Harry se sentía como si todo el estrés hubiese sido un ataque directo.

Harry arrastró los pies hacia donde había caído Voldemort, y recogió la mano izquierda de Voldemort del suelo.

Incluso en la mano izquierda, ahí podías ver los finos rasgos de las escamas de serpiente; era definitivamente Voldemort. Eso estaba bien.

Harry fue hacia el altar donde yacía la durmiente Hermione, y gentilmente ubicó la mano cercenada alrededor del cuello de Hermione, moviendo cuidadosamente los dedos para sujetar su garganta. Fue difícil de hacer, Hermione parecía tan pacífica e inocente cuando estaba durmiendo, y la mano cercenada de Voldemort parecía tan fea; sin rodeos Harry silenció esa parte de su mente que estaba pensando eso, ya que no tenía sentido en el contexto actual.

Unos cuantos Encantamientos Seccionadores debilitados sirvieron para dañar el fino y casi perfecto corte dejado por las nanofibras, lo que era algo crítico; no tendría sentido que el muñón de la mano fuera igual a los muñones de los cuellos. Los múltiples Diffindo lograron desperdigar pequeños fragmentos de la muñeca de Voldemort sobre la túnica de Hermione, lo que, Harry tuvo que recordarse a sí mismo, también era parte del plan.

Harry repitió esto con la mano derecha, organizando que fuera simétrica con la izquierda.

Harry usó Inflammare para quemar la túnica de Voldemort, y luego esparció los restos de la túnica quemada alrededor de Hermione.

La pistola de Voldemort, y su varita, fueron comidas por el monedero de Harry. Harry ubicó la Piedra de la Permanencia dentro de su bolsillo ordinario, no estaba seguro de lo que la Piedra podría hacerle a su monedero.

El montón de cosas que estaban dentro de la túnica de Quirrell, también cerca del altar, contenía la varita que el Profesor de Defensa había usado cuando estaba siendo Quirrell. Harry fue hacia donde estaba tirado Quirrell, y enderezó el cuerpo lo mejor que pudo, y puso la varita de Quirrell dentro de su mano. Lágrimas predecibles salieron de los ojos de Harry, y él se las limpió con su manga.

Nuevamente Harry respiró profundamente, todavía inhalando a través de su boca, pronunció "Lumos," y una vez más echó un vistazo alrededor del cementerio.

Túnicas negras, cabezas cortadas con máscaras de calavera, y Hermione Granger yaciendo sobre un altar con las manos cercenadas de Voldemort agarrando la garganta de ella, y la túnica de Voldemort quemada y desperdigada alrededor de ella. Quirinus Quirrell yacía muerto con su túnica partida y desgarrada, su varita dentro de su mano derecha.

Eso sería suficiente.

Ahora sólo quedaba el problema de llamar la atención.

Harry casi estaba sin magia para este punto. Aunque todavía le quedaba lo necesario para Transformar una hoja en la forma desinflada de un globo meteorológico de tres metros.

El monedero de Harry produjo una botella de oxiacetileno, y un taco de dinamita, y un carrete de mecha. Estar preparado, esa es la canción de marcha de los Boy Scout, estar preparado para una vida que incluye troles de montaña y quién sabe qué más...

Harry infló el globo meteorológico con el oxiacetileno. Eso produciría una presión exacerbada muy ruidosa cuando hubiese detonado, quizá tan fuerte como una explosión sónica.

Unió el taco de dinamita - eso sería excesivo, para una detonación, pero tendría sentido.

Unió la mecha con duración de sesenta segundos al taco de dinamita, pero no lo encendió todavía.
Harry se puso su Capa de Invisibilidad, que había estado entre las cosas amontonadas a un lado del altar de sacrificio.

Obtuvo su escoba de su monedero, y la montó.

Harry lanzó un Encantamiento Silenciador sobre Hermione Granger - no iba a mermar todo el ruido, ni por asomo, y no era como si fuera a ser herida permanentemente si sus tímpanos explotaban, pero aún así pareció lo más amable.

Y eso fue todo. El Encantamiento Silenciador lo había logrado. Harry iba a estar sin magia por lo menos durante una hora.

Harry montó la escoba, elevándose lentamente en el aire, llevando consigo el globo meteorológico lleno de oxiacetileno. El castillo de Hogwarts fue visible, brillando distante bajo la luz de la luna a unos cuantos kilómetros, cuando Harry se elevó por encima de los árboles; y Harry midió la distancia lo mejor que pudo, y el ángulo del cual sería visto desde Hogwarts.

Cuando se había levantado muy por encima del bosque, Harry usó un encendedor para encender la mecha de la dinamita unida al globo meteorológico lleno de oxiacetileno. Luego Harry hizo girar la escoba y se alejó como una flecha - aunque no directamente hacia el castillo, eso podría acercarlo demasiado a la ruta que Harry-pasado y el Profesor Quirrell habían recorrido, no tendría sentido que el Profesor hubiese sentido otro Harry -

Harry sintió una pesada cuchillada de tristeza, y la rechazó.

Treinta y un mil, treinta y dos mil, treinta y tres mil...

Cuando Harry llegó a cuarenta, no queriendo arriesgar sus propios tímpanos, echó un vistazo a su reloj de pulsera, memorizando el tiempo exacto, y giró su Giratiempo una vez.

...

Capítulo 114             Capítulo 116


Nota del Traductor (12 de Abril de 2.020)


Voy a tomarme un día para hacer cosas varias relacionadas a HPMOR y el blog. El siguiente episodio está alrededor de las 2.000 palabras, a ritmo de cuarentena, debería publicarlo el 15 de Abril de 2.020 en Patreon y el 22 de Abril en el blog de Rhaidot y FNN.

Faltan 7 capítulos para el final de Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad.

Esta entrada fue posible gracias a Rocio Tou, Sergio Andres Rodriguez Vargas, Nkp, Richard Nole, y Kbrem.


Si lo deseas puedes apoyarme siendo un Patrocinador de Rhaidot.


Gracias por leer.


viernes, 17 de abril de 2020

Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad Capítulo 114

Capítulo 113             Capítulo 115


Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad


Harry contra Voldemort


Capítulo 114: Cállate y Haz Lo Imposible


Advertencia: Si realmente quieren disfrutar el reto al final del capítulo anterior, les recomiendo que escriban su idea antes de leer este episodio.

...

La luna gibosa cabalgaba alta sobre el cielo sin nubes, las estrellas de la Vía Láctea visibles en toda su majestad dentro de la oscuridad, todas ellas brillaban sobre el cementerio para ser testigos desde distancias inimaginables.

En el instante en que Harry se dio cuenta que no había ninguna manera de salvarlos a todos, las voces de su mente desaparecieron, se volvieron una sola, un único propósito apoderándose de cada fracción de su mente.

Cincuenta segundos.

Cuarenta segundos.

Los ojos de Harry recorrieron lentamente el aire, hasta que su mirada aterrizó sobre el Primer Mortífago, el que estaba más cerca de él.

¿Treinta segundos?

¿Veinte segundos?

"El tiempo cassi sse acaba -" siseó Voldemort.

"Yo conozco ssecretoss que a ussted le gusstaría ssaber," Harry siseó. No miró directamente al Señor Oscuro cuando habló. "Pero el conocimiento máss valiosso para ussted, creo, sserían miss ideass ssobre cómo podría sser destruido el mundo. Aún assí, revelar taless penssamientos a ussted podría llevar a la desstrucción del mundo. No conozco la profecía, ssin embargo ssi hay profecía, ess máss probable de lo ussual que contarsselo a ussted pueda caussar esse efecto en vez de cualquier acción que yo missmo pueda hacer. O contarsselo a ussted podría prevenir la desstrucción del mundo, ya que ussted parece motivado a lograrlo. No sse me permite tomar tal decissión por mí missmo. Necessitaría desspertar y conssultar a la niña-chica amiga. El Juramento lo requiere."

Hubo una larga pausa. El Señor Oscuro, flotando por encima y detrás de la curva de los Mortífagos con las varitas alzadas, empezó a reírse como Salazar Slytherin había pensado que una serpiente se reiría, fría diversión en la forma de un siseo. "¿Ssabess cómo desstruir el mundo, entoncess?"

"Deliberadamente no puedo intentar imaginar métodoss. Ussted podría tener un ssirviente que robe miss penssamientoss. El Juramento lo prohíbe. Pero ssosspecho que podría dessarrollar método, ssi niña-chica me dice que lo intente."

Los ojos de Harry pasaron lentamente de un Mortífago a otro, y luego a otro.

Más risa serpentina. "Asstuto. Tieness miss cumplidoss por penssar en tal táctica. Pero no."

"Ssé que es molessto, aunque con el mundo y su eternidad en riessgo, no debería ussted -"

"Hay mayor riessgo para el mundo al permitir taless complicacioness, demorando tu final. Voy a esstudiar lass cienciass Muggle por mi cuenta, pensaré en todo lo que tú podríass haber imaginado. Ahora dime loss ssecretoss que me puedass revelar, o essto termina."

Lentamente, la visión de Harry recorrió el cementerio en cuidadosos arcos, ignorando al Señor Oscuro excepto como una oscuridad flotante dentro de su visión periférica. Su boca siguió hablando mientras él únicamente prestaba atención a medias. "He conssiderado idea que ussted podría no haber conssiderado, maesstro. Ssu intento de assessinarme podría fallar en un cierto modo esspecífico a pessar de todass ssuss precaucioness, quizá llevando a la desstrucción del mundo desspuéss. Normalmente no lo conssideraría probable, pero con una profecía a la mano, muy bien podría sser assí."

Voldemort se quedó quieto, en el aire. "¿Cómo?"

"No esstoy obligado a decirlo."

Una ira fría comenzó a hervir a través de la réplica serpentina. "Aunque comprendo bien tu dessesperación y la asstucia que intentass, essto empieza a irritarme. No me voy a contener para matarte, pues esso ssigue ssiendo un riessgo máss grande a que no me digass tuss penssamientoss para la desstrucción del mundo. ¡Habla!"

"No. El Juramento no me obliga a ninguna acción possitiva."

Entonces el Señor Oscuro miró a Harry Potter desde arriba, quien le echó un vistazo breve a la cara enojada antes de que sus ojos pasaran al siguiente Mortífago. Algunos pasaban el peso de un pie al otro ligeramente, sin embargo seguían quietos, y no hablaban mientras mantenían sus varitas firmes. Las máscaras de esqueleto plateado no podían ser leídas.

Luego el Señor Oscuro empezó a reír de nuevo. "¿Ssobrevivir tu muerte, creess que podríass? No, niño, mis horrocruxess no esstán enlazadoss contigo. Lo ssabría ssi lo esstuvieran. ¿O hay otra razón por la que creess que podríass ssobrevivir máss allá de miss medioss para assegurar tu muerte?"

Harry no se permitió distraerse. Las fallas repetidas no importaban, porque únicamente llevaban a la siguiente acción de la cadena - pero de todos modos necesitaba una siguiente acción -

"Ahora pronuncia un ssecreto," el Señor Oscuro siseó, "o yo -"

"Devoradoress de vida ssiempre te persseguirán, ssiempre te odiarán, te van a busscar a donde ssea que vayass, ssi lo que acabo de hacer fue exitosso, ¡He provocado que sse lancen ssobre ti! Ssecreto del Encantamiento Guardián esstará lejoss de ti por un largo tiempo, ¡tal vez por ssiempre! ¡La mejor defenssa contra loss devoradoress de vida morirá conmigo!"

"Essto sse esstá poniendo trisste..." la voz del Señor Oscuro cambió. "Ah. Ya veo. Los devoradoress de vida ressponden a lass expectativass. Me dicess que sseré cazado, tengo la expectativa de sser cazado, elloss me cazarán. Lo cual ess raro, aunque no algo de lo que no sse haya esscuchado. Ssecreto valiosso, ssí. Puedo ver muchoss ussoss." Una sonrisa cruel. "Te voy a permitir sseleccionar una perssona para que ssea ssalvada."

"Yo."

"Te diría que muerass con dignidad, pero conociéndome a mí missmo, ssé que ess fútil. Hass dessperdiciado mi preciosso regalo al molesstarme, y te lo quito. ¿Algún otro ssecreto?"

"Ssí. Unoss realmente interessantes, de hecho. Algunoss sson muy improbabless para sser desscubiertoss por ussted, por mucho tiempo o nunca. Ssi le cuento todo lo que no va a arriessgar el mundo, ¿podría no atormentar a ninguno de miss amigoss o familia? Todo esste discurso inició porque ussted no me dejó ningún camino para ssalvarloss a todoss."

El Señor oscuro se quedó quieto en el aire por un largo rato.

Y los ojos de Harry siguieron cruzando el cementerio lentamente, con su mano sujetando su varita con fuerza.

En el instante en que Harry se dio cuenta de que no podía salvarlos a todos -

No podía pronunciar ningún hechizo. Pero la Transformación no requería palabras.

No había material de contacto para su varita excepto el aire, que no podía ser Transformado. Sin embargo Voldemort no sabía sobre la Transformación parcial, que Harry podía usar para Transformar una pequeña partícula del propio material de la punta de su varita.

"Estáss alargando el tiempo," el Señor Oscuro concluyó. "¿Nada máss para demorar tu muerte? ¿O con otro propóssito?"

Harry nada dijo, su otro trabajo haciéndose más lento pues su mente estaba buscando una continuación a la conversación que pudiera funcionar incluso contra la voluntad del Señor Oscuro -

"¡Habla y revela tu propóssito, o essto termina ahora y tuss amigoss ssufrirán toda ssu vida!"

"Baje el arma Muggle y no apunte ssu varita en mi dirección," Harry siseó, poniendo tanto peligro helado como pudo en la voz de serpiente. "No de órdeness a ssuss ssirvientess. Yo posseo capacidadess de lass cualess ussted ess ignorante. Puedo ussar una de essass capacidadess para caussar una explossión enorme cassi en un insstante, ssin pronunciar hechizo. Mataría ssu cuerpo nuevo, y a todoss ssuss ssirvientess, La Piedra quién ssabe en dónde quedaría."

Con su nivel actual de práctica Harry podía Transformar un milímetro cúbico tan rápido como podía concentrar su magia y determinación.

Un milímetro cúbico de antimateria.

No era algo que pudiera destruir el mundo.

Voldemort parecía estar labrado en piedra. "Ess una finta, tiene que sserlo."

"No miento. Hablo en Lengua de Sserpiente, Le digo, puedo hacerlo cassi insstantáneamente, antess de que cualquier hechizo pueda sser lanzado ssobre mí, creo. Ussted aún no ssabe lo ssuficiente de ciencia. El poder que yo domino ess máss fuerte que el processo que alimenta a las esstrellass."

"El Juramento te detendrá," siseó Voldemort. "No puedess arriessgar el mundo. ¡No puedess tomar riessgoss, ninguno, con ideass ingeniossass!"

"No voy a arriessgar el mundo. Ya esstimé el tamaño de la explossión, no va a sser del tamaño del mundo."

"¡Esso NO lo ssabess, tonto! ¡No puedess esstar SSEGURO!" El siseo de Voldemort se estaba poniendo más agudo.

"Tengo una certeza razonable. El Juramento no me va a detener."

Se incrementó la furia en la expresión de Voldemort, y a pesar de ello su siseó cargaba una nota de temor. "Voy a caussar dolor máss allá de la imaginación ssobre todoss loss que te importan -"

"Cállesse. Voy a ignorar todass essass amenazass, como la teoría de juegoss afirma que debería hacerlo. La única razón por la que ussted hace amenazass ess porque esspera que yo responda." Eso, también, Harry lo había comprendido verdaderamente ante la adversidad más extrema. "Ofrezca algo que yo quiero, maesstro. A cambio de ssu nuevo cuerpo, a cambio de sseguir en possessión de la Piedra, a cambio de lass vidass de ssuss ssirvientess."

La boca de Harry estaba funcionando de modo automático, su verdadera atención estaba en otra parte.

Por debajo de los destellos de luna un delgado fragmento de plata, una fracción de una línea...

Desde un diminuto punto en la punta de la varita de Harry, con un milímetro cúbico de base, estirado como una delgada línea de tela de araña Transformada. Se habría roto de inmediato, con un solo movimiento; no habría sido notada, si alguien hubiese notado su resplandor. Menos de un décimo de milímetro de sección transversal, la pequeña figura representada por la línea extendida de tela de araña era algo que Harry podía Transformar velozmente, diez centímetros de extensión para un volumen total de un milímetro cúbico; y Harry podía Transformar un milímetro cúbico en una fracción de segundo. Estaba forzando la Transformación hacia afuera, la extendía a través del aire tan pronto como podía sin arriesgar la Transformación en sí misma.

El rastro de la línea de tela de araña se envolvía alrededor de las túnicas de los Mortífagos a la altura del cuello, formando un patrón de hilos.

La cara de Voldemort era de flemática. "No debess ssalir de aquí con vida. Lass perssonass ssenssatass esstarían de acuerdo, essto te lo digo en Lengua de Sserpiente. Pero a todoss tuss amigoss voy a tratar con amabilidad y loss voy a proteger bajo mi reinado, ssi accedess a morir ahora como una buena perssona debería hacerlo."

El último Mortífago fue envuelto. El patrón de la tela de araña ya estaba completo. La red había dado vueltas alrededor de todos los cuellos de los Mortífagos. El fin de esos hilos había sido anclado a un círculo central; y ese círculo central tenía a su vez tres hilos que surgían desde su centro. Todo el patrón seguía tocando la línea base saliendo de la varita de Harry.

En un pocos segundos, esos hilos casi invisibles que reflejaban la luz de la luna se volvieron negros.
Los filamentos se estrecharon, se hicieron más fuertes, y más afilados que un alambre de acero; una trenza de nanotubos de carbono, cada tubo individual a partir de una sola molécula.

Harry siseó, "También quiero que prometa que va a tratar a lass nacioness con amabilidad durante ssu reinado. No aceptaré menoss que esso."

Voldemort flotó estático en el aire, su rostro de serpiente mostrando una furia sin límite.

Dos hilos finales salieron del patrón oscuro, hilos negros ya en forma de nanotubos. Se movieron ligeramente a través del aire hacia el propio Señor Oscuro, hacia la manga que estaba sobre la mano izquierda de Voldemort que sostenía la pistola, hacia la manga sobre la mano derecha que sostenía la varita de tejo, hilos ubicados por lo alto para darles tiempo de caer lentamente a través del aire. Los hilos dieron la vuelta, se cerraron sobre sí mismos, ataron nudos deslizables. Empezaron a endurecerse, acercarse a las mangas, pues Harry estaba acortando su Transformación -

Harry sintió el cosquilleo del poder de Voldemort empezando a tocar su propio poder en el fondo de su mente; al mismo tiempo que los ojos del Señor Oscuro se abrieron de par en par, y su boca se abrió.

Y Harry Transformó los hilos negros que se estaban estirando desde el centro de patrones negros para que fueran menos de un cuarto de su tamaño anterior, reduciendo el círculo, jalando con fuerza todo lo que tenía atado, cerrando los nudos.

(Túnicas negras, cayendo.)

Harry no estaba mirando allí, no vio las máscaras cayendo, ni la sangre, en el fondo de su mente sintió las explosiones de magia similares a las que sintió cuando Hermione murió pero las ignoró, los ojos de Harry únicamente vieron las manos del Señor Oscuro cayendo junto con su pistola y varita, y luego la varita de Harry se estaba alzando, apuntando -

Harry gritó, "¡STUPORFY!"

El voltio rojo con el mismo color del Maleficio Paralizador voló hacia Voldemort, fulgurando a través del cementerio casi más rápido de lo que el ojo podía ver.

Sin ninguna vacilación a pesar de sus heridas el Señor Oscuro bajo y luego giró a la derecha en el aire.

Y el voltio rojo del Paralizador con Viraje secreto del Profesor Flitwick giró en medio del aire y se estrelló contra Voldemort.

El dolor ardiente golpeó como un relámpago la cicatriz de Harry, lo hizo chillar y un halo rojo apareció a través de su visión, a pesar de todo Harry dejó caer su varita por puro dolor y fatiga.

Cuando Harry dejó caer su varita, el dolor empezó a mermar -

...

Capítulo 113             Capítulo 115


Nota del Traductor (10 de Abril de 2.020)


El siguiente episodio está alrededor de las 3.000 palabras, a ritmo de cuarentena, debería publicarlo el 12 de Abril de 2.020 para los Patrocinadores y el 19 de Abril en el blog de Rhaidot y FNN.

Faltan 8 capítulos para el final de Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad.

Esta entrada fue posible gracias a Rocio Tou, Sergio Andres Rodriguez Vargas, Nkp, Richard Nole, y Kbrem.


Si lo deseas puedes apoyarme siendo un Patrocinador de Rhaidot.


Gracias por leer.

miércoles, 15 de abril de 2020

Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad Capítulo 113

Capítulo 112             Capítulo 114


Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad


harry potter examen final
Examen final por smellinawin

Capítulo 113: Examen Final


La luna gibosa cabalgaba alta sobre el cielo sin nubes, las estrellas de la Vía Láctea visibles en toda su majestad dentro de la oscuridad: Todo eso iluminaba treinta y siete máscaras brillando sobre las túnicas negras, y la túnica más oscura era la del Señor Voldemort, cuyos ojos fulguraban rojos.

"Bienvenidos, mis Mortífagos," habló la voz del Señor Voldemort, llana y aguda y terrible. "¡No, no me vean a mí, tontos! ¡Ojos sobre el niño Potter! Diez años, han pasado, diez años desde la última vez que nos encontramos. Y aún así han respondido a mi llamado como si hubiese sido ayer..." El Señor Oscuro Voldemort se acercó a una figura encapuchada, palpó la máscara con sus dedos. "Dentro de una burla Transformada a toda prisa y no la verdadera armadura del Mortífago, con un Encantamiento infantil para distorsionar su voz. Explíquese, Sr. Honor."

"Nuestras viejas máscaras y túnicas..." dijo la túnica cuya máscara el Señor Oscuro había tocado. Aún con el distorsionado timbre de la máscara, el temor era audible. "Nosotros... nosotros no estábamos combatiendo con ellas, Maestro, una vez que desapareciste... así que no mantuve sus encantamientos... y luego me invocaste para aparecer aquí, enmascarado, y yo... siempre tuve fe en ti, Maestro, pero no sabía que ibas a regresar este día... lamento verdaderamente haberte disgustado..."

"Suficiente." El Señor Oscuro se ubicó detrás de otra figura, que parecía temblar, aunque siguió encarando con su máscara al Niño-Que-Vivió, y su varita firme. "Podría hacerme el de la vista gorda ante tal negligencia, si hubiesen seguido mi agenda por otros medios... Sr. Consejero. Y aún así yo regreso para encontrar - ¿qué? ¿Un país conquistado en mi nombre?" La aguda voz se hizo más aguda. "¡No! ¡Los encuentro jugando a la política ordinaria en el Wizengamot! ¡Encuentro a sus hermanos todavía abandonados en Azkaban! Es una decepción para mí... Confieso que estoy decepcionado... Ustedes pensaron que yo me había ido, que la Marca Oscura estaba muerta, y abandonaron mi propósito. ¿Es eso correcto, Sr. Consejero?"

"¡No, Maestro!" chilló esa figura enmascarada. "Sabíamos que iba a regresar - pero, pero no podíamos combatir a Dumbledore sin usted -"

"Crucio."

Un horrible grito surgió de la máscara, perforando la noche, continuando durante largos, largos segundos.

"Levántate," el Señor Oscuro ordenó a la figura que había colapsado sobre el suelo. "Mantén tu varita apuntando a Harry Potter. No me mientas de nuevo."

"Sí, Maestro," sollozó la figura, empujándose a sí misma para ponerse de pie.

Voldemort volvió a caminar detrás de las figuras de túnicas negras. "Supongo que se están preguntando qué es lo que Harry Potter está haciendo aquí... Por qué es un invitado a mi fiesta de renacimiento."

"¡Yo sé, Maestro!" exclamó una de las túnicas. "¡Usted quiere demostrar su poder al asesinarlo, en frente de todos nosotros, para no dejar duda de cual de los dos es el más fuerte! ¡Para mostrar que su Maldición Asesina puede asesinar incluso al tan llamado Niño-Que-Vivió!"

Hubo una pausa. Ninguna de las figuras encapuchadas se atrevió a hablar.

Lentamente, el Señor Oscuro Voldemort, dentro de su túnica negra de cuello alto, se giró para encarar al Mortífago que acababa de hablar.

"Eso," murmuró Voldemort con una voz tan fría como la muerte, "es demasiado tonto como para que yo lo deje pasar por alto, Sr. Cetrino. ¿Usted escuchó la teoría de cómo morí, e intentó provocarme para que yo repitiera un error?" El Señor Voldemort estaba flotando, elevándose muy por encima del suelo. "¿Será que terminaste por preferir tu pereza a mi dominio, Macnair?"

El Mortífago que había hablado de repente estaba rodeado por un halo azul. Giró, apuntó su varita hacia el Señor Oscuro, y gritó "¡Avada Kedavra!"

Voldemort simplemente se hizo a un lado en medio del aire, esquivando el voltio verde.

"¡Avada Kedavra!" gritó el Mortífago. Su mano que no sostenía una varita estaba realizando otros gestos, más capas de colores se estaban construyendo sobre su halo protector con cada gesto que completaba. "¡Ayúdenme, hermanos míos! Si todos nosotros -"

El Mortífago cayó en siete pedazos llameantes sobre el suelo, los pedazos de carne con los bordes cauterizados aún estaban resplandeciendo.

"Ojos y varitas sobre Harry Potter, todos ustedes," Voldemort repitió, su voz ahora era baja y peligrosa. "Y Macnair actuó por pura estupidez, pues yo domino sus Marcas, como siempre lo voy a hacer. Yo soy inmortal."

"Maestro," inquirió otra túnica. "La chica sobre el altar - ¿está aquí para servirnos en una Fiesta Oscura? No parece digna de tan alegre ocasión. Podría encontrar a alguien mejor, Maestro, si me permitiera irme por un momento -"

"No, Sr. Amistoso," lo interrumpió Voldemort, sonando más bien divertido. "Esa pequeña bruja que ven sobre el altar no es otra que Hermione Granger -"

"¿Qué?" gritó otra de las túnicas negras, y luego, "Lo lamento, Maestro, lo lamento, suplicó su -"

"Crucio." El gritó únicamente duró unos pocos segundos, y Voldemort lo había ejecutado como si fuera parte del protocolo. Después la voz de Voldemort regresó a ser algo divertida. "He revivido a esta sangre sucia a través de la Más Oscura de las magias, para mis propios propósitos. No le van a presentar ni el más mínimo de los problemas, ninguno de ustedes. Van a desear estar muertos si descubro que le han hecho daño a mi pequeño experimento. Esta orden es absoluta, sin importar las circunstancias - incluso si ella se escapa, por ejemplo." Una fría y aguda risa, como si fuera un chiste que nadie más entendía.

"Maestro," una de las túnicas habló con la débil voz distorsionada de su máscara de esqueleto. "Maestro, por favor - nunca me atrevería a desafiarte, soy obediente como puedes ver - pero Maestro, te lo suplico, permite que me vaya, para servirte mejor después - vine aquí apresurado, abandonando - Maestro, con tantos de nosotros ausentes, otros se van a hacer preguntas, van a señalar las ausencias, a los que han desaparecido. Pronto no habrá excusa que yo pueda ofrecer."

Una aguda y fría risa. "Ah, Sr. Blanco, el más delincuente de mis sirvientes. Aún no he decidido si vas a sobrevivir a tu castigo. Tengo menos necesidad de ti de lo que alguna vez tuve, Sr. Blanco. Dentro de dos días los Mortífagos van a caminar por las calles abiertamente. Mis poderes se han incrementado, y este mismo día he eliminado a Dumbledore." Más jadeos de conmoción se elevaron de entre los Mortífagos, a los que Voldemort no prestó atención. "Mañana voy a asesinar a Bones, Crouch, Moody, y Scrimgeour, si es que no han huido. El resto de ustedes irá al Ministerio y el Wizengamot, y van a lanzar Maldiciones de Imperius como yo se los indique. Hemos terminado de esperar. ¡Para la noche de mañana me habré declarado Amo y Señor de Bretaña!"

Inhalaciones de aire surgieron de entre las máscaras reunidas, sin embargo una de ellas se estaba riendo.

"¿Me encuentras divertido, Sr. Grim?"

"Mis disculpa, Maestro," respondió la figura con túnica que se había reído, su varita perfectamente apuntada hacia donde estaba parado Harry. "Me alegró escuchar que habías despachado a Dumbledore. Escapé de Bretaña cobardemente por temor a él, habiendo perdido fe en tu regreso."

La risa de Voldemort resonó dentro del cementerio. "Tu candor se gana mi misericordia, Sr. Grim. Me sorprendió verte aquí esta noche; eres más competente de lo que sospeché. Pero antes de centrar nuestra atención en asuntos más felices, hay una cierta tarea que debemos atender. Dime, Sr. Grim, si el Niño-Que-Vivió hace un juramento contigo, ¿podrías confiar en él?"

"Maestro... no lo comprendo..." contestó el Sr. Grim. Uno o dos Mortífagos giraron sus máscaras hacia Voldemort antes de volver a fijar rápidamente su mirada de esqueleto sobre Harry.

"Responde," Voldemort siseó. "Este no es un truco, Sr. Grim, y vas a contestar con la verdad o afrontar las consecuencias. Conoces los antecedentes del niño, ¿no es así? ¿Conoces lo que todos saben de él? Si el niño escogiera libremente hacer un juramento contigo, incluso sabiendo que eres un Mortífago, ¿podrías confiar en su palabra? ¡Responde!" La voz de Voldemort fue casi un chillido.

"Yo... sí, Maestro, supongo que podría..."

"Bien" Voldemort dijo fríamente. "El potencial para confiar debe existir, para ser sacrificado. Y para el que va a ser testigo del Juramento Inquebrantable... ¿quién de ustedes deberá sacrificar su magia? Será un Juramento bastante largo... mucho más largo de lo usual... mucha magia será requerida para eso..." Voldemort sonrió con su horrenda sonrisa. "El Sr. Blanco tendrá que hacerlo."

"¡No, por favor! ¡Maestro, se lo suplico! Le he servido mejor que cualquiera - tan bien como pude -"

"Crucio," pronunció Voldemort, y el Sr. Blanco gritó a través de la distorsión de su máscara por lo que pareció un minuto entero. "¡Agradece que te voy a dejar con vida! Ahora acérquense al niño, Sr. Grim, Sr. Blanco. ¡Por detrás de él, idiota! ¡No debes bloquear las varitas de los otros! Y el resto de ustedes, deben disparar si Harry Potter intenta escapar, incluso si significa golpear a sus compañeros Mortífagos."

El Sr. Blanco se demoró en llegar, la túnica negra parecía temblar, mientras que el Sr. Grim se puso con agilidad en posición.

"¿Cuál debe ser el Juramento, Maestro?" preguntó la voz del Sr. Grim.

"Ah, sí," Voldemort explicó. El Señor Oscuro siguió caminando detrás del semicírculo de Mortífagos. "Hoy - aunque difícilmente espero que alguno de ustedes me crea - hoy estamos haciendo el trabajo del Merlín, mis Mortífagos. ¡Sí! Ante nosotros se interpone un grave peligro, quien en su torpe locura ha sido profetizado como la causa de una destrucción tal que yo apenas y la puedo imaginar. ¡El Niño-Que-Vivió! ¡El niño que provoca miedo a los Dementores! El ganado que cree suyo este mundo tendría que haber estado más preocupado cuando vieron eso. ¡Inútiles, todos ellos!"

"Perdóneme -" dijo con vacilación una de las voces en túnica negra. "Maestro - seguramente, de ser ese el caso - Maestro, ¿por qué no simplemente lo matamos de inmediato?"

Voldemort se rió, una extraña risa de amargura. Cuando habló su voz era precisa. "Esta es la intención del Juramento, Sr. Grim, Sr. Blanco, Harry Potter. Escuchen bien y comprendan el Juramento que deben pronunciar, pues su intención también los obliga, y los tres deben compartir un entendimiento de su significado. Vas a jurar, Harry Potter, que no vas a destruir el mundo, ni vas a tomar riesgos que puedan destruir el mundo. Este Juramento podría no forzarte en una acción positiva, teniendo en cuenta eso, este Juramento no fuerza tu mano a cometer ninguna estupidez. ¿Comprenden eso, Sr. Grim, Sr. Blanco? Estamos lidiando con una profecía de destrucción. ¡Una profecía! Se pueden cumplir a sí mismas en maneras retorcidas. Debemos ser cautelosos para que el Juramento mismo no vaya a ser la causa de la profecía. No nos atrevemos a permitir que este Juramento fuerce a Harry Potter a quedarse inmóvil si algún desastre ya ha sido provocado por su mano, porque debe tomar algunos riesgos menores si va a intentar detenerlo. Ni el Juramento lo debe forzar a escoger un riesgo de verdadera y vasta destrucción, por encima de una certeza inferior de destrucción. Sin importar toda la estupidez de Harry Potter," la voz de Voldemort se alzó, "toda su imprudencia, todos sus grandiosos planes y buenas intenciones - ¡no se va a arriesgar a que lleven al desastre! ¡No deberá apostar el destino de la Tierra! ¡Ninguna investigación que lleve a la catástrofe! ¡Ningún sello que se vaya a abrir, ninguna puerta al ser abierta!" la voz de Voldemort volvió a bajar. "A menos que este mismo Juramento lleve a la destrucción del mundo, en cuyo caso, Harry Potter, debes ignorar ese punto en particular. No vas a confiar únicamente en tu propia determinación, se lo debes contar honesta y plenamente a la amiga en que confías, y ver si ella está de acuerdo. Tal es el significado e intención del Juramento. Únicamente fuerza a las acciones que Harry Potter pueda elegir por sí mismo, habiendo descubierto que él es un instrumento profético de la destrucción. Pues la capacidad para elegir también debe existir, para ser sacrificada. ¿Lo comprende, Sr. Blanco?"

"Yo - yo creo que sí - oh, Maestro, por favor, no permita que el Juramento sea tan largo -"

"Silencio, tonto, el día de hoy serás más útil que en toda tu vida. ¿Sr. Grim?"

"Creo, Maestro, que debe ser repetido para mí."

Voldemort sonrió con esa sonrisa demasiado ancha, y lo volvió a explicar de nuevo usando palabras diferentes.

"Y ahora," Voldemort dijo fríamente, "Harry Potter, vas a mantener tu varita apuntada hacia abajo, y permitir que el Sr. Grim toque su varita con la tuya; y vas a pronunciar las palabras que yo te indique. Si Harry Potter dice cualquier otra palabra, lo deben cortar, todos los demás."

"Sí, Maestro," replicó el coro de treinta y cuatro personas.

Harry estaba helado, y tiritando, y no solamente porque estaba desnudo durante la noche. No comprendía por qué Voldemort no lo había matado ya. Parecía haber una única línea llevando a ese futuro, y era la línea escogida por Voldemort, y Harry no sabía qué ocurría después.

"Sr. Blanco," indicó Voldemort. "Con tu varita toca la mano de Harry Potter, y repite estas palabras. Magia que fluye dentro de mí, ata este Juramento."

El Sr. Blanco repitió esas palabras. Incluso a través del efecto de distorsión de su máscaras, sonaba como si se le estuviera rompiendo el corazón.

Detrás de Voldemort los obeliscos cantaron, un lenguaje que Harry desconocía; tres veces repitieron sus palabras, luego guardaron silencio.

"Sr. Grim," prosiguió Voldemort. "Piensa en las razones por las que podrías confiar en este niño, si él hubiera realizado este Juramento por voluntad propia. Piensa en ese potencial para confiar, y tienes que sacrificarlo mientras dices..."

"Por la confianza que tengo en ti," pronunció el Sr. Grim, "quedas atado."

Y luego fue el turno de Harry Potter para repetir las palabras del Señor Voldemort, y así lo hizo Harry.

"Yo juro..." Harry habló. Su voz temblaba, pero pudo hablar. "Que no voy a... por ningún acto propio... destruir el mundo... No voy a arriesgarme... a no destruir el mundo... si mi mano es forzada... podré tomar el camino... de la destrucción menor por encima de la destrucción mayor... a menos que me parezca que este Juramento en sí mismo... lleve al final del mundo... y si la amiga... en quien yo honestamente confío... está de acuerdo con esto. Por mi propia voluntad..." Harry lo pudo sentir, a medida que el rito era invocado, las brillantes cuerdas de poder envolviendo su varita y la varita del Sr. Grim, envueltas alrededor de su mano donde la varita del Sr. Blanco la había tocado, envueltas alrededor de su yo en algún nivel abstracto y perturbador. Harry pudo sentirse a sí mismo invocando su poder de libre albedrío, y supo que sus próximas palabras lo iban a sacrificar, que esta era absolutamente la última oportunidad para arrepentirse.

"...así sea," dijo la helada voz del Señor Voldemort.

"...así sea," Harry repitió, y supo en ese momento que el contenido del Juramento ya no era algo que él pudiera decidir hacer o no, era simplemente la manera en que su cuerpo y mente se iban a mover. No era un Juramento que pudiera romper incluso al sacrificar su vida en el proceso. Como agua fluyendo al bajar de una montaña o una calculadora sumando números, solamente era una cosa que Harry Potter iba a hacer.

"¿El Juramento funcionó, Sr. Blanco?"

El Sr. Blanco sonó como si estuviera llorando. "Sí, Maestro... He perdido tanto, por favor, ya he sido castigado bastante."

"Regresen a sus lugares..." ordenó Voldemort. "Bien. Todos los ojos sobre el niño Potter, prepárense para disparar en el instante que intente huir, o levantar su varita, o pronunciar cualquier palabra..." El Señor Oscuro flotó muy alto en el aire, la figura de la túnica más negra echando un vistazo al cementerio. Otra vez la pistola en su mano izquierda, y su varita en su derecha. "Mejor. Ahora vamos a matar al Niño-Que-Vivió."

El Sr. Blanco se tambaleó. El Sr. Grim se estaba riendo de nuevo, y así lo hicieron otros.

"No hice todo eso para ser gracioso," Voldemort gruñó fríamente. "Estamos lidiando con una profecía, tontos. Estamos cortando las hebras del destino una por una; con cuidado, mucho cuidado, sin saber en dónde podríamos encontrar nuestra primera resistencia. Este es el orden en que el siguiente acto será ejecutado. Primero Harry Potter será paralizado, entonces sus extremidades serán cortadas y las heridas cauterizadas. El Sr. Amistoso y el Sr. Honor lo examinarán en busca de alguna magia inusual. Uno de ustedes deberá disparar al niño muchas veces con mi arma Muggle, y luego todos los que entre ustedes puedan invocar la Maldición Asesina la usarán contra él. Sólo entonces el Sr. Grim aplastará su cráneo con la substancia mundana de una lápida. Yo revisaré su cadáver, que después será quemado con Fuego Endemoniado, y luego exorcizamos el área circundante en caso de que haya dejado un fantasma. Yo mismo voy a proteger este lugar hasta que hayan pasado seis horas, pues no me fio por completo de los escudos que puse contra viajes en el Tiempo; y cuatro entre ustedes tendrán que investigar los alrededores buscando señales de cualquier cosa que sea digna de atención. Incluso después de eso debemos permanecer vigilantes ante cualquier señal de la presencia renovada de Harry Potter, en caso de que Dumbledore haya dejado algún truco inimaginable en reserva. Si se les ocurre cualquier idea que yo no haya tenido para asegurarse de que la amenaza de Harry Potter sea eliminada, hablen ahora y los recompensaré enormemente... ¡hablen ahora, en el nombre de Merlín!"

Hubo un silencio paralizante en medio del cementerio; nadie se atrevió a hablar.

"Inútiles, todos ustedes," Voldemort dijo con amargo desdén. "Ahora le voy a hacer a Harry Potter una pregunta final, y él responderá esa pregunta solamente para mis oídos, en Lengua Parsel. Derriben al niño de inmediato si responde con cualquier cosa que no sea un siseo, si intenta pronunciar una palabra en lengua humana." Luego Voldemort siseó, "Poder que yo no conozco, sse dijo que tú tendríass. Lass Artess Muggle ahora lass he aprendido de ti, y lass voy a sseguir esstudiando. Tu poder ssobre los devoradoress de vida debe sser comprendido por uno missmo, o assí lo afirmasste. Ssi hay cualquier poder que tú posseass, que yo también pueda obtener, dímelo ahora. De lo contrario, tengo la intención de atormentar a algunoss de loss que te importan. Algunass vidass ya te he prometido, pero otrass no. Tuss ssirvientess ssangre ssucia en tu pequeño ejército. Tuss preciossoss padress. Todoss ssufrirán por lo que parecerá una eternidad; y luego loss voy a enviar, rotoss, dentro de la prissión de loss devoradoress de vida para que recuerden dicha tortura, hassta que sse pudran y mueran. Por cada poder dessconocido que me expliquess cómo dominar, o algún otro ssecreto que yo dessee conocer, puedess nombrar a uno máss entre aquelloss para que ssean protegidoss y cuidadoss durante mi reinado. Ess también una promessa que pretendo cumplir." La expresión de sonrisa de Voldemort resurgió como si fueran los colmillos abiertos de una serpiente, y el significado que esa expresión tenía entre serpientes, una promesa de que cualquier cosa en el camino de esos colmillos sería consumido por ellos. "No pierdass el tiempo en penssamientoss de esscape, ssi te importan elloss. Tieness ssessenta ssegundoss para empezar a contarme algo que yo quiera ssaber, y luego comienza tu muerte."

...

Capítulo 112             Capítulo 114


Nota del Traductor (8 de Abril de 2.020)


Este es tu examen final.
Tienes tiempo hasta que la traducción de HPMOR haya sido completada.
Tu solución debe permitir que Voldemort sea capaz de asesinar a Harry,
para salvar el mundo de la destrucción, a pesar de que la profecía se debe cumplir,
a pesar de que Voldemort sea un villano.

Faltan 38.000 palabras para llegar hasta el último capítulo,
por lo que calculo que en un mes exacto será publicado el final.
Todas las ideas/relatos serán añadidas en un capítulo especial omake,
nuestro regalo de despedida exclusivo de la comunidad de habla hispana.

Tengan en cuenta lo siguiente:
1. Nadie va a venir a ayudar a Harry.
Todos sus aliados creen que Harry está presente en un juego de Quidditch.
2. Puedes escribir mínimo una sola línea, máximo una página;
piensa que se trata de una lluvia de ideas.
3. Voldemort es malvado y no puede ser persuadido de ser bueno;
la función utilitaria del Señor Oscuro no puede ser cambiada mediante el diálogo.
Está libre de restricciones morales y sus objetivos son salvar y gobernar el mundo.
4. Pueden tomar como ejemplo los capítulos 11 y 64 de HPMOR para ver qué
es un omake.
5. Recuerden las limitaciones del Giratiempo y las profecías, sean creativos para
que Voldemort evite la destrucción del mundo, aún si no puede cambiar el pasado,
aún si las Profecías siempre se cumplen de un modo u otro.
6. Es imposible mentir en Lengua Parsel.

Dentro de estas limitaciones,
se le permite a Voldemort alcanzar su máximo potencial racional,
sin importar cuales sean sus otras fallas.
Por supuesto 'la solución racional',
si estás usando la palabra 'racional' correctamente,
no es más que manera elegante de decir 'la mejor solución'
o 'la solución que me gusta' o 'la solución que creo que deberíamos usar',
y usualmente deberías pronunciar alguno de esos sinónimos.
(Únicamente utilizamos la palabra 'racional' para hablar sobre formas de pensar,
consideradas aparte de cualquier solución en particular.)

Y por el Principio de Vinge,
si sabes exactamente lo que una mente inteligente haría,
significa que tú también debes ser inteligente.
Preguntar a alguien "¿Cuál sería el mejor movimiento según un jugador óptimo?"
no debería producir mejores respuestas que "¿Qué crees tú que es lo mejor?"
En términos prácticos,
a lo que me refiero cuando digo que a Voldemort se le permite alcanzar
su máximo potencial racional, es que Voldemort puede resolver este problema
del modo en que TÚ lo harías.
Si puedes explicar exactamente cómo hacer algo,
a Voldemort se le permite pensarlo.
Pero no sirve como solución decir, por ejemplo,
"Voldemort debería persuadir a Harry de no ser un elemento de destrucción"
si no sabes cómo lograr eso.

Solamente UNA IDEA por persona por favor, puedes comentar en FFN,
el blog o las redes sociales de Rhaidot.

Para la mejor experiencia, te recomiendo no investigar lo que sucede en los
próximos episodios, de hecho, deberías escribir tu solución antes de leer los
siguientes episodios, intenta completar este examen por cuenta propia,
sin mirar las respuestas de los demás,
y espera hasta el capítulo 124 para ver cómo lo hiciste.
Les deseo la mejor de las suertes, o mejor dicho la mejor de las habilidades

...

ACLARACIÓN:
Si estás ocupado con exámenes pendientes,
aunque el efecto del espectador sea algo real,
espero que el efecto colectivo de
'todos con asuntos de vida más urgentes quédense por fuera del esfuerzo colectivo'
altere las probabilidades muy poco
(incluso si nadie más participa, yo tengo una idea que pienso escribir.)

Así que si no tienes el tiempo, entonces por favor no participes.

Como cualquier escritor, disfruto el delicioso sabor del sufrimiento de mis lectores,
más fino que cualquier chocolate; pero yo no te quiero *herir*.
Igualmente, si odias odias odias este tipo de retos, ¡no participes!
La idea es que lo disfrutes. Nada más sigue leyendo como si nada.
Les recuerdo que tienen un mes para pensar.
Usen el Abstente de Proponer Soluciones, Luke.
(Referencia al capítulo 25 de HPMOR)
Y real y verdaderamente, lo digo en serio,
Voldemort no puede desarrollar una consciencia de repente,
por lo que está convencido que Harry debe morir,
ni salvar el mundo evitando que la profecía se cumpla, porque
en el mundo de Harry Potter todas las profecías siempre se vuelven realidad

El siguiente episodio está alrededor de las 2.000 palabras, a ritmo de cuarentena, debería publicarlo el 10 de Abril de 2.020 para los Patrocinadores y el 17 de Abril en el blog de Rhaidot y FNN.

Faltan 9 capítulos para el final de Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad.

Esta entrada fue posible gracias a Rocio Tou, Sergio Andres Rodriguez Vargas, Nkp, Richard Nole, y Kbrem.


Si lo deseas puedes apoyarme en el Patreon de Rhaidot.


Gracias por leer.