Capítulo 39 Capítulo 41
Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad
Capítulo 40
Pretendiendo Ser
Sabio, Parte 2
ORIGINAL |
Harry, sosteniendo
la taza de té en la forma exactamente correcta que el Profesor
Quirrell había necesitado demostrar tres veces, bebió un pequeño,
cuidadoso sorbo. Al otro lado de la larga, ancha mesa que era la
pieza central del Cuarto de Mary, el Profesor Quirrell tomó un sorbo
de su propia copa, haciendo que se viera mucho más natural y
elegante. El te en sí mismo era algo cuyo nombre ni siquiera podía
pronunciar, o al menos, cada vez que Harry había intentado repetir
las palabras Chinas, el Profesor Quirrell lo había corregido, hasta
que finalmente Harry se había rendido.
Harry había
maniobrado hasta obtener un vistazo de la cuenta la última vez, y el
Profesor Quirrell había permitido que él se saliera con la suya.
Antes sintió un
impulso de beber Comedia-Té.
Aún
teniendo eso en cuenta,
Harry casi pierde la piel por la conmoción.
Y para él seguía
sabiendo como, bueno, té.
Había
una silenciosa, regañona sospecha en la mente de Harry de que el
Profesor Quirrell era consciente
de esto, y que deliberadamente estaba comprando un té ridículamente
caro que Harry no podía apreciar nada
más para molestarlo.
Al propio
Profesor Quirrell podría no gustarle tanto que digamos. Tal vez a
nadie
le gustaba ese té en realidad, y su único punto era ser
ridículamente caro y hacer que la víctima sintiera que no lo
apreciaba. De hecho, quizá era sólo un té ordinario, sólo que tú
lo solicitabas en un cierto código, y ellos ponían un falso precio
gigantesco en la cuenta...
La
expresión del Profesor Quirrell era estirada y pensativa. "No,"
el Profesor Quirrell dijo, "no
debiste haberle contado al Director sobre tu conversación con el
Señor Malfoy. Por favor procure pensar más rápido la próxima vez,
Sr. Potter."
"Lo siento,
Profesor Quirrell," Harry comentó con docilidad. "Sigo sin
verlo." Había unas veces en las que Harry se sentía como un
impostor, pretendiendo ser astuto en la presencia del Profesor
Quirrell.
"El Señor
Malfoy es el oponente de Albus Dumbledore," explicó el
Profesor Quirrell. "Al menos por el tiempo presente. Toda
Bretaña es su tablero de ajedrez, todos los magos sus piezas.
Considere: El Señor Malfoy amenazó con hacer todo a un lado,
abandonar su juego, para tomar venganza en usted si el Sr. Malfoy es
herido. ¿En cuyo caso, Sr. Potter...?"
Harry requirió más
largos segundos para entenderlo, pero era claro que el Profesor
Quirrell no le iba a dar más pistas, no que Harry las quisiera.
Entonces
la mente de Harry finalmente hizo la conexión, y quedó horrorizado.
"Dumbledore asesina a Draco, lo hace parecer como que yo
lo hice, ¿y Lucius sacrifica su juego contra Dumbledore para llegar
a mí? Eso... no parece ser el estilo
del Director, Profesor Quirrell..." La mente de Harry regresó a
una escena con una advertencia similar de parte de Draco, que había
hecho que Harry pronunciara lo mismo.
El Profesor Quirrell
se encogió de hombros, y sorbió su té.
Harry sorbió su
propio té, y se quedó sentado en silencio. El mantel puesto sobre
la mesa tenía un patrón muy pacífico, pareciendo al principio una
tela sin gracia, pero si la contemplabas por suficiente tiempo, o
guardabas silencio por un rato largo, empezabas a ver un débil
rastro de flores resplandecientes encima; las cortinas del cuarto
habían cambiado su patrón para combinar, y parecía brillar como si
fuera una brisa silenciosa. El Profesor Quirrell estaba en un humor
contemplativo ese Sábado, e igual estaba Harry, y el Cuarto de Mary,
aparentemente, no había sido negligente en notarlo.
"Profesor
Quirrell," Harry dijo de repente, "¿hay una vida después
de la muerte?"
Harry
había escogido la pregunta cuidadosamente. No, ¿usted
cree en la vida después de la muerte?
Sino simplemente, ¿hay
una vida después de la muerte? Lo
que las personas realmente
creían no se presentaban a ellos como creencias.
Las personas no pronunciaban, '¡Fuertemente creo que el cielo es
azul!' Nada más aseveraban, 'el cielo es azul'. Lo que era tu mapa
interno del mundo se sentía igual que la forma en que era
el mundo...
El Profesor de
Defensa alzó su taza de nuevo antes de contestar. Su expresión era
pensativa. "Si la hay, Sr. Potter," replicó el Profesor
Quirrell, "entonces una gran cantidad de magos han desperdiciado
una gran cantidad de esfuerzo en sus búsquedas por la inmortalidad."
"Esa no es una
respuesta real," Harry observó. Ya había aprendido a darse
cuenta de ese tipo de cosas cuando hablaba con el Profesor Quirrell.
El
Profesor Quirrell descansó su taza de té con un pequeño, agudo
sonido de viscosidad sobre su platillo. "Algunos de esos magos
eran razonablemente inteligentes, Sr. Potter, así que usted podría
tomar eso como indicativo de que una existencia después de la muerte
no es obvia. Yo mismo he investigado en ese asunto. Ha habido muchas
afirmaciones de ese tipo que esperan producir esperanza y temor.
Entre aquellos reportes cuya veracidad no está en duda, no hay nada
que no pueda ser el resultado de mera magia. Hay ciertos dispositivos
que dicen sirven para comunicarse con los muertos, sin embargo estos,
sospecho, únicamente proyectan una imagen de la mente; el resultado
parece indistinguible de la memoria porque es
la memoria. El supuesto espíritu no cuenta secretos que sabían en
vida, ni que podrían haber aprendido después de la muerte, que no
sean conocidas por el portador -"
"Razón por la
cual la Piedra de la Resurrección no es el artefacto mágico más
valioso en el mundo," supuso Harry.
"Precisamente,"
concordó el Profesor Quirrell, "aunque no le negaría una
oportunidad para intentarlo." Hubo una seca, fina sonrisa en sus
labios; y algo frío, más distante, en sus ojos. "También
hablaste con Dumbledore de eso, asumo."
Harry asintió.
Las cortinas estaban
tomando un tenue patrón azul, y un turbio rastro de elaborados copos
de nieve parecía ponerse visible sobre el mantel. La voz del
Profesor Quirrell se oía muy calmada. "El Director puede ser
muy persuasivo, Sr. Potter. Espero que no lo haya persuadido a
usted."
"Rayos
no," infirmó Harry. "No me engañó ni por un segundo."
"Espero que
no," reiteró el Profesor Quirrell, todavía con un tono muy
sosegado. "Estaría extremadamente descompuesto si descubriera
que el Director lo ha convencido de desperdiciar su vida en algún
tonto plan al contarle que la muerte es la próxima gran aventura."
"No
pienso que el Director mismo lo crea, de hecho," Harry opinó.
Sorbió su té de nuevo. "Me preguntó que podría hacer yo con
la eternidad, me dio la linea usual sobre que sería aburrido, y
aparentemente no vio ningún conflicto entre eso y su propia
declaración de tener un alma inmortal. Además, me dio todo un
discurso sobre que tan horroroso era querer la inmortalidad antes de
reclamar que tenía un alma inmortal. No puedo visualizar del todo
que debió estar sucediendo dentro de su cabeza, pero no creo que él
tenga un verdadero
modelo de sí mismo continuando eternamente en la vida después de la
muerte..."
La temperatura del
cuarto parecía estar descendiendo.
"Usted
percibe," dijo una voz como el hielo al otro lado de la mesa,
"que Dumbledore realmente no cree en lo que habla. No es que él
haya comprometido sus principios. Es que nunca los tuvo desde el
inicio. ¿Se está volviendo cínico, Sr. Potter?"
Harry
bajó sus ojos a la taza de té. "Un poco," Harry respondió
hacia su posiblemente-ultra-de-gran-calidad,
quizá-ridículamente-costoso té Chino. "Ciertamente me estoy
volviendo un poco frustrado
con... lo que sea que esté fallando dentro de las cabezas de las
personas."
"Sí,"
afirmó esa voz helada. "Yo también lo encuentro frustrante."
"¿Hay
alguna forma de hacer que las personas no
actúen así?" inquirió Harry hacia su taza de té.
"Hay en efecto
un hechizo ciertamente útil que puede resolver el problema."
Ante eso Harry alzó
la vista esperanzado, y vio una fría, fría sonrisa sobre la cara
del Profesor de Defensa.
Entonces
Harry lo captó. "O sea, aparte
de Avada Kedavra."
El Profesor de
Defensa se rió. Harry no lo hizo.
"Como
sea," Harry añadió apresuradamente, "Yo sí
pensé lo suficientemente rápido como para no sugerir la idea obvia
sobre la Piedra de la Resurrección en frente de Dumbledore. ¿Ha
visto alguna vez una piedra con una linea, dentro de un circulo,
dentro de un triangulo?"
El escalofrío
mortal pareció retroceder, doblarse sobre sí mismo, al tiempo que
el ordinario Profesor Quirrell replicó. "No que yo lo
recuerde," el Profesor Quirrell añadió después de un rato,
una pensativa mueca sobre su rostro. "¿Esa es la Piedra de la
Resurrección?"
Harry dejó a un
lado su taza de té, entonces dibujó sobre su platillo el símbolo
que había sobre el reverso de su capa. Y antes de que Harry pudiera
extraer su varita para lanzar el Encantamiento Levitador, el platillo
se fue flotando oblicuamente a través de la mesa hacia el Profesor
Quirrell. Harry realmente quería aprender esa cosa de la magia sin
varita, sin embargo eso, aparentemente, estaba muy por encima de su
actual currículum.
El Profesor Quirrell
estudió el platillo para té de Harry por un momento, luego sacudió
su cabeza; y un momento después, el platillo se fue flotando de
regreso a Harry.
Harry
puso su taza de té de regreso en el platillo, notando de manera
ausente que el símbolo que había dibujado se había desvanecido.
"Si por casualidad ve una piedra con ese símbolo," dijo
Harry, "y sí
habla con los que ya han muerto, déjeme saberlo. Tengo unas cuantas
preguntas para Merlín o cualquiera que viviera en los tiempos de
Atlantis."
"Comprendo,"
comentó el Profesor Quirrell. Luego el Profesor de Defensa levantó
su taza de té otra vez, y la sorbió hasta finalizar todo lo que
quedaba allí. "Por cierto, Sr. Potter, me temo que tendremos
que acortar la visita de hoy al Callejón Diagon. Estaba esperando
que sería – pero ya no importa. Que quede claro que hay algo más
que debo hacer esta tarde."
Harry asintió, y
acabó su propio té, entonces se levantó de su silla al mismo
tiempo que el Profesor Quirrell.
"Una última
pregunta," Harry añadió, mientras el abrigo del Profesor
Quirrell se elevaba a sí mismo del perchero e iba flotando hacia el
Profesor de Defensa. "La magia está suelta en el mundo, y ya no
confío en mis propias suposiciones como alguna vez lo hice. Así que
sobre su propia y mejor suposición y sin pretender ser sabio, ¿usted
cree que hay una vida después de la muerte?"
"Si
lo hiciera, Sr. Potter," replicó el Profesor Quirrell pasándose
el abrigo sobre sus hombros, "¿seguiría yo aquí?"
Capítulo 39 Capítulo 41
Nota del Traductor
Un capítulo corto pero muy, extremadamente muy importante y revelador.
Harry la embarró muchísimo en este capítulo. Las proporciones de su error son tremendas.
El próximo capítulo debería estar listo en una semana, en teoría. Pero lo estoy dudando, porque estoy bastante ocupado con la publicación del Cazador. Trabajando en la música, en la precuela/prólogo y en un dibujos que quisiera aportar.
Así que, dudo que lo tenga listo en una semana, sin embargo, haré todo lo posible para lograrlo.
...
Escrito por Less Wrong / Eliezer Yudkowsky
Traducido al español por Rhaidot
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