Capítulo 72 Capítulo 74
Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad
Harry Potter y Hermione por charsiew space |
Capítulo 73: Auto-Actualización, Lo Sagrado y lo Mundano, Parte 8
El chorro de fuego rojo cogió a Hannah de lleno en el rostro, volteándola de pies a cabeza y aporreando su cabeza directamente con la pared de piedra, donde su pálida cara pareció dilatarse por un instante, enmarcada por hebras voladoras de cabello café-dorado, antes de que ella colapsara en el suelo sobre su propia túnica, cuando la tercera y final descarga de resplandecientes espirales verdes derribó el Encantamiento Escudo de sus enemigos.
Los días de Marzo siguieron pasando, llenos con lecturas y tarea, desayuno y almuerzo y cena.
El chico de Gryffindor las miró fijamente a las ocho, tensión en cada línea marcada de su cuerpo, su rostro trabajando sin hacer ruido; y luego sus manos liberaron del agarre las solapas del chico de Slytherin, y él se fue caminando sin que nadie dijera una palabra. (Bueno, Lavender casi había pronunciado una palabra - su boca apenas se estaba abriendo en indignación, quizá porque ella no había tenido oportunidad de declamar su discurso - aunque afortunadamente Hermione la vio y le hizo el gesto que significaba CÁLLATE.)
Y también había que dormir, por supuesto. No querías olvidarte de dormir solamente porque parecía algo muy normal.
"¡Innervate!" exclamó la joven voz de Susan Bones, y los ojos de Hermione se abrieron de par en par y sus labios inhalaron aire con una bocanada, sus pulmones sintiéndose pesados como si un enorme peso yaciera sobre su pecho. A su lado, Hannah ya estaba sentada, agarrando su cabeza entre sus manos y haciendo una mueca de dolor. Daphne les había advertido que esta sería una batalla 'difícil', creando una cierta trepidación en Hermione, y lo mismo en todas ellas. Excepto quizá Susan, quien nada más se presento a la hora señalada para el encuentro, y caminó a su lado sin hablar, y luchó contra el abusón de séptimo año hasta ser la última chica de pie. Tal vez el Gryffindor se había sentido reluctante de combatir a la última hija de Bones, o quizá Susan simplemente había tenido mucha suerte; de cualquier modo, cuando Hermione había intentado sentarse de nuevo, se había dado cuenta que su pecho se sentía pesado porque había, de hecho, un cuerpo bastante largo esparcido sobre ella.
Y no querías olvidar la magia tampoco, aún si el momento actual de lanzar un hechizo nada más formaba una muy pequeña parte de tu día. Era el punto central de Hogwarts, después de todo.
"De acuerdo, ¿qué tal si todas montamos en monopatines?" propuso Lavender. "Podríamos llegar a otros lugares más rápido que si vamos caminando. Y nos veríamos realmente asombrosas sobre monopatines, los artefactos Muggle pueden no ser tan rápidos como las escobas pero se ven más geniales - deberíamos votar al respecto -"
En cuanto a las fracciones de tiempo remanentes, las completarías de acuerdo a tu naturaleza: chismear sobre romances de los estudiantes mayores, o libros y secciones de estudio.
Hermione extendió una mano temblorosa para coger su libro de Hogwarts: Una Historia de donde había caído, el siempre confortador libro estaba sólo a un paso de distancia de donde ella había acabado sobre el suelo, después de que la chica mayor la había "tropezado" contra una pared. Y luego la bruja de Gryffindor más grande que ella se había alejado caminando sin voltear a mirar, nada más susurrando "... de Salazar -" una palabra que hería más que cualquier cosa que los Slytherins dijeran sobre los sangre sucia, 'sangre sucia' no era más que una extraña frase del mundo mágico pero Hermione conocía la palabra que la Gryffindor había pronunciado. No podía acostumbrarse, simplemente no podía acostumbrarse a ser odiada. Todavía dolía mucho cada vez que pasaba, y de algún modo dolía incluso más proviniendo de parte de los Gryffindors que se suponía eran los buenos.
Harry había dividido ocho de sus soldados entre los otros ejércitos, como se había ordenado; voluntariamente él había renunciado a dos Tenientes Caóticos, enviando a Dean Thomas al Ejército Dragón y luego intercambiando a Seamus Finnigan con ella por Blaise Zabini, quien Harry había afirmado estaba siendo "sub-utilizado" en Rayo de Sol. Lavender había elegido reunir a la mayor parte de S.P.I.H.B. en Rayo de Sol; Tracey había decidido permanecer con Caos.
"¿Para que puedas utilizar tus encantos sobre el General Potter?" inquirió Lavender, mientras Hermione las ignoraba a las dos tanto como podía. "Tengo que decir, Traces(1), que creo que nuestra General Rayo de Sol ya lo tiene bastante amarrado - tendrías mejor suerte convenciendo a Hermione que los tres deberían tener uno de aquellos, ya sabes, arreglos -"
Nadie había descubierto aún lo que Draco Malfoy estaba tramando.
"¿Certeza?" replicó Harry Potter, sonando bastante reluctante. "Sabes que un racional no tiene certeza de algo nunca, Hermione, ni siquiera de que dos y dos son cuatro. En realidad no puedo leer la mente de Malfoy, y si pudiera, no tendría la certeza de que él no es un Oclumante perfecto. Todo lo que puedo afirmar es que por lo que he observado en Malfoy, es mucho más plausible de lo que Daphne Greengrass cree, que de hecho él esté intentando mostrar a los Slytherins un mejor camino. Deberíamos... deberíamos intentar seguir esa corriente, Hermione."
(Bueno, Harry parecía pensar que Draco Malfoy era un buen chico. Sin embargo el problema era que Harry también tenía la tendencia de confiar en personas como el Profesor Quirrell.)
...
"Profesor Quirell," Harry explicó, "me preocupa el odio que la Casa de Slytherin parece estar desarrollando por Hermione Granger."
Estaban sentados en la oficina del Profesor de Defensa, Harry sentado bastante lejos del escritorio del Profesor (y la sensación de desastre inminente era todavía notable, a pesar de ello), el estante para libros vacíos aún enmarcando la cabeza casi calva del Profesor Quirrell. La taza balanceada sobre la apretada mano de Harry estaba llena del obscuro, probablemente costoso té Chino del Profesor Quirrell, y revelaba algo sobre la manera que Harry había estado pensando últimamente que él tuviera que hacer una decisión consciente para beber.
"¿Y esto me importa por qué razón?" replicó el Profesor Quirrell, sorbiendo su té.
"Sí, bueno," insistió Harry, "Nada más voy a ignorar eso - oh, deje eso, Profesor Quirrell, usted ha estado planeando restaurar la reputación de la Casa de Slytherin al menos desde el primer Viernes de este año."
Pudo haber un pequeño asomo de sonrisa, en los bordes de aquellos finos y pálidos labios; y también podría ser, que no había nada. "Creo que la Casa de Slytherin saldrá bien al final, Sr. Potter, sin importar el destino de una niña. Sin embargo estoy de acuerdo en que la situación actual no es favorable para su pequeña amiga. Los abusones de dos Casas, muchos de ellos pertenecientes a poderosas y bien conectadas familias, ven a la Señorita Granger como una amenaza a su reputación y una vergüenza a su orgullo. Tan poderoso como sea ese motivo para herirla, palidece comparado con la envidia pura de los Gryffindors, quienes ven a una extraña ganando los laureles del heroísmo que ellos han soñado desde la infancia." Ahora la sonrisa en los labios del Profesor Quirrell era definitiva, aunque pequeña. "Y luego están aquellos de la Casa de Slytherin que escucharon que el fantasma de Salazar Slytherin los ha abandonado en favor de una sangre sucia. Me pregunto si usted tan siquiera puede concebir, Sr. Potter, ¿cómo irán a reaccionar ellos? Aquellos que no creen van a asesinar alegremente a la Señorita Granger por el insulto. Y en cuanto a aquellos Slytherins que muy en el fondo, en algún lugar silencioso dentro de sí mismos, se cuestionan si quizá podría ser verdad... su pánico interno es algo que se debe tener en cuenta." El Profesor Quirrell sorbió su té equitativamente. "Cuando tenga más experiencia, Sr. Potter, usted verá las consecuencias de sus planes por adelantado. Como es usted ahora, está siendo mal servido por su ignorancia voluntaria de toda la naturaleza humana que le parece poco placentera."
Harry sorbió su propio té.
"Ah..." dudo Harry. "Profesor Quirrell... ¿ayuda?"
"Ya he ofrecido mi ayuda a la Señorita Granger," respondió el Profesor Quirrell, "tan pronto como preví el problema que se desarrollaría. Mi estudiante me pidió, para decirlo amablemente, que me alejara de sus asuntos. De seguro le ha comunicado lo mismo a usted. Como en verdad tengo poco para ganar o perder en este asunto, no tengo la intención de presionar al respecto." El Profesor de Defensa se encogió de hombros, su taza de té sostenida de la manera exactamente correcta, por lo que la superficie del líquido ni siquiera produjo ondas cuando el Profesor Quirrell se apoyó contra su silla. "No se preocupe demasiado, Sr. Potter. Aunque las emociones corren a toda velocidad alrededor de la Señorita Granger, ella está en menos peligro del que usted podría imaginar. Cuando sea mayor, aprenderá que la primera y principal cosa que hace cualquiera persona ordinaria es nada."
...
El sobre que el Sistema de Slytherin le había entregado a Daphne a la hora del almuerzo estaba sin firmar, como siempre; el pergamino en su interior nombraba un tiempo y un lugar y rezaba, simplemente, "Difícil."
Eso no fue lo que preocupo a Daphne. Lo que había preocupado a Daphne era que Millicent parecía no estar mirando en su dirección o la de Tracey durante el almuerzo de ese día. Nada más contemplaba fijamente hacia adelante donde estaba su plato y comía. Millicent había levantado la vista sólo una vez, que Daphne se diera cuenta, en la dirección de la mesa de Hufflepuff, y luego bajó la mirada de nuevo muy rápido; aunque Daphne estaba demasiado lejos para ver la expresión en su rostro, ya que Millicent se había sentado bastante lejos de Tracey y de ella.
Daphne había reflexionado sobre ello durante el almuerzo, con una sensación de malestar en el estómago diferente a cualquier cosa que hubiera sentido antes, y que había causado que dejara de comer a la mitad de su primer plato.
...Lo que Veo tiene que llegar a ocurrir... probablemente hace que ser comida por Lethifolds parezca una fiesta de té...
No fue una decisión consciente que Daphne hiciera, nada como lo que se suponía que los Slytherins debían hacer, sin sopesar los beneficios para ella misma.
En vez de eso -
Daphne le contó a Hannah y Susan y todas las demás, que su informante le había advertido que su próximo abusón iba a atacar a las Hufflepuffs en particular, y que el abusón planeaba arriesgarse a despertar la ira de los profesores para realmente herir ya fuera a Hannah o Susan, como seriamente, y que era mejor si las dos se quedaban por fuera en esta ocasión.
Hannah había accedido a quedarse por fuera.
Susan había -
...
"¿Qué estás haciendo aquí? " gritó la General Granger, aunque fue un medio grito y murmullo al mismo tiempo.
La redonda cara de Susan no cambió, como si la chica de Hufflepuff de repente hubiera desarrollado esa falta de expresividad experimentada que la propia Madre de Daphne usaba. "¿Estoy aquí, realmente?" Susan replicó con calma.
"¡Dijiste que no ibas a venir!"
"¿Yo dije eso?" inquirió Susan. Jugó con su varita casualmente en una mano, apoyándose contra la pared de piedra del corredor donde estaban esperando, su cabello café-rojizo de alguna manera se ajustaba a sí mismo en perfecto orden contra los bordes amarillos de la túnica de la bruja. "Me preguntó por qué. Tal vez no quería que Hannah concibiera ideas extrañas. Lealtad de Hufflepuff, ya sabes."
"Si no te vas," insistió la General Rayo de Sol, "¡voy a abortar la misión, y todas vamos a regresar a nuestros aposentos de estudio, Señorita Bones!"
"¡Oye!" protestó Lavender. "No hicimos una votación para -"
"Está bien por mí," comentó Susan, quien mantenía su mirada fija sobre el otro final del corredor donde se fusiona con el corredor embaldosado del cual les habían informado provendría el abusón. "Me quedaré aquí por mi cuenta, en ese caso."
"Por qué -" dudó Daphne. Su corazón estaba en su garganta... Si intento cambiarlo, si cualquiera procura cambiarlo, realmente terribles, horrendas, no buenas, cosas extremadamente malas van a ocurrir. Y luego terminarán pasando de todos modos... "¿Por qué estás haciendo esto?"
"No es propio de mí," reconoció Susan. "Lo sé. Sin embargo -" Susan se encogió de hombros. "Las personas no siempre se comportan como ellas mismas, ya sabes."
Ellas suplicaron.
Ellas imploraron.
Susan ni siquiera les siguió hablando, nada más se quedó observando, esperando.
Daphne estaba a punto de llorar, se seguía preguntando si ella había causado esto, si intentar cambiar el Destino estaba haciendo que sucediera aún peor -
"Daphne," pidió Hermione, su voz sonando más aguda que lo usual, "ve a traer a un profesor. Corre."
Daphne se giró sobre sus tobillos y empezó a correr en la dirección opuesta del corredor de piedra, y luego se dio cuenta, y se giró de vuelta a donde estaban todas las chicas observándola excepto Susan, y Daphne, sintiéndose como si estuviera a punto de vomitar, declaró, "No puedo..."
"¿Qué?" exclamó Hermione.
"Creo que se pone peor cada vez que intentas combatirlo," respondió Daphne. Así era como funcionaba en las obras de teatro, a veces.
Hermione se la quedó viendo fijamente, y luego dijo, "Padma."
La otra chica de Ravenclaw simplemente salió corriendo de allí sin protestar. Daphne la miró irse, sabiendo que Padma no era tan buena para correr como ella, y ahora se estaba cuestionando si quizá esa resultaba ser la única razón por la cual la ayuda llegaría demasiado tarde...
"Los abusones están aquí," Susan anunció lacónicamente. "Oh, tienen un rehén."
Todas se giraron, y observaron, y reconocieron -
Tres grandes abusones, los ojos de Daphne reconocieron a Reese Belka quien era una teniente de primera en uno de los ejércitos de séptimo año, y Randolph Lee quien era el número dos en el club de duelo de Hogwarts, y peor que los otros, Robert Jugson III, en su sexto año, cuyo padre era casi ciertamente un Mortífago.
Los tres estaban rodeados por Encantamientos de Escudo, halos azules que resplandecían bajo la superficie de un halo de otro color y mostraban ocasionalmente otras facetas encima, escudos de varias capas como si los tres hubieran considerado que estaban peleando con duelistas serios y habían gastado energía de acuerdo a ello.
Y detrás de ellos, sujetada y sostenida por cuerdas brillantes, estaba Hannah Abbott. Sus ojos estaban abiertos y en pánico y su boca se estaba moviendo, aunque no podían escuchar nada a través del Quietus que ellos habían puesto antes.
Entonces Jugson hizo un gesto despreocupado con su varita, y las cuerdas brillantes arrojaron a Hannah hacia ellas, se produjo un pequeño zumbido cuando el cuerpo de Hannah voló a través de la barrera de Silencio, la varita de Susan estaba apuntando a Hannah instantáneamente y la voz de Susan murmuró "Wingardium Leviosa" -
"¡Corran!" chilló Hannah, al tiempo que era gentilmente bajada hacia el suelo.
Sin embargo el corredor detrás de ellas y en frente de ellas ahora estaba bloqueado con un resplandeciente campo gris, un hechizo de barrera que Daphne no reconoció.
"¿Necesito explicar de qué va esto?" Lee expuso con fingida jovialidad. El duelista de séptimo año estaba enseñando una sonrisa que no alcanzaba sus ojos. "Bueno, nada más por si acaso, ustedes pequeñas inconveniencias, y eso la incluye a usted Señorita Greengrass, han sido bastante problemáticas y han contado suficientes mentiras. Trajimos a su pequeña amiga tan sólo para estar seguros de que nos encargamos de todas ustedes, ¿aunque supongo que la otra chica Ravenclaw se está escondiendo a la vuelta de la esquina o sujeta del techo en algún lugar? Bueno, no tiene importancia. Esta es su -"
"Suficiente cháchara," interrumpió Robert Jugson III, "tiempo para el dolor," y levantó su varita. "¡Cluthe! "
Simultáneamente Susan apuntó con su varita y exclamó "¡Prismatis!" y una pequeña esfera arcoíris se formó en medio del aire casi al instante, la barrera miniatura tan condensada y brillante que permaneció intacta incluso cuando el maleficio de Jugson la golpeó y rebotó hacia Belka, cuya varita relampagueó para desviar el voltio negro; y entonces un momento después el resplandor de muchos colores había desaparecido.
Los ojos de Daphne se abrieron de par en par por un momento; ella nunca había pensado en usar Esfera Prismática así -
"¿Jugsy, cariño?" comentó Belka. Sus labios abiertos por una sonrisa viciosa. "Pensé que habíamos discutido esto. Primero las vencemos, luego jugamos."
"P-por favor," suplicó Hermione Grange con voz que desfallecía, "permitan que se vayan - yo, yo, yo prometo que voy a -"
"Oh, en serio," la cortó Lee con tono de molestia. "¿Estás a punto de ofrecerte a ti misma para dejar que las demás se vayan? Ya las tenemos a todas ustedes."
Jugson sonrió entonces. "Podría ser divertido," opinó el Mortífago junior de sexto año, suavemente y con amenaza. "¿Qué tal si lames uno de mis zapatos, sangre sucia, y una de tus amigas se puede ir? Escoge a la que te guste más, deja que las otras salgan lastimadas."
"No," dijo la joven voz de Susan Bones, "eso no va a pasar," y con un rápido movimiento cegador la chica de Hufflepuff saltó hacia la izquierda justo cuando un rayo rojo paralizador emergía de la varita de Belka, Daphne apenas y podía ver los movimientos de Susan quien pareció apoyarse en la pared del corredor y luego brincar como si fuera una bola de hule y sus piernas se estrellaron contra la cara de Jugson, aunque no atravesó el escudo el chico de sexto año se tambaleó hacia atrás con el impacto y Susan lo siguió hacia abajo y su pie se estampó contra el brazo que sostenía la varita del chico, otra vez siendo repelida por el escudo, "¡Elmekia!" clamó Lee y Parvati gritó "¡Prismatis!" y la pared arcoíris se formó pero el chorro azul ardiente lo cruzó como si no estuviera allí, el voltio no golpeó a Susan por centímetros, hubo un tornado de movimiento que Daphne no pudo seguir durante el cual Belka fue derribada desde sus pies, sin embargo la bruja nada más giró a un lado para ponerse de pie y luego -
Daphne lo vio venir, y sus labios empezaron a formar la palabra "Pris-" pero ya era demasiado tarde.
Tres fulgurantes ráfagas se estrellaron contra Susan al mismo tiempo, ella tenía su varita levantada como si pensara que podía contraatacar y se produjo un destello blanco cuando los maleficios golpearon la madera mágica, pero entonces las piernas de Susan convulsionaron y la enviaron volando contra una pared del corredor. Su cabeza se impactó y emitió un extraño sonido de rotura, y luego Susan cayó y permaneció sin moverse con su cabeza en un ángulo bastante inusual, su varita aún apretada en una mano estirada.
Hubo un momento de silencio congelado.
Parvati se arrastró hacia donde yacía, presionó un pulgar contra el punto del pulso en la muñeca de Susan, y luego - lentamente, temblando, Parvati se puso de pie, sus ojos abiertos de par en par -
"Vitalis revelio," pronunció Lee al tiempo que Parvati abría su boca, y el cuerpo de Susan fue rodeado por un cálido resplandor rojo. Ahora el chico de séptimo año estaba sonriendo siniestramente. "Probablemente no es más que una clavícula rota, diría yo. Sin embargo, buen intento."
"Merlín, ellas son engañosas," comentó Jugson.
"Por un segundo me tuvieron comiendo de su mano, queridas." La chica de séptimo año no estaba riendo para nada.
"¡Tonare! " gritó Daphne, alzando su varita sobre su cabeza y enfocándose con más fuerza de lo que había hecho en toda su vida. "¡Rava calvaria! Lucis -"
Ella ni siquiera vio el maleficio que la derribó.
...
Hermione sintió la sacudida del Innervate haciendo que despertara, y por alguna estrategia intuitiva ella no giró para ponerse de pie de inmediato; había sido una batalla completamente imposible y aunque no se le ocurría qué podía hacer algún instinto le informó que saltar para ponerse de pie no era lo correcto.
Sólo una grieta, Hermione abrió sus ojos, y los tenues rayos de sol que penetraron en ellos le mostraron a Parvati retrocediendo de los tres abusones, la última chica de pie que Hermione podía ver.
Y sus ojos también le enseñaron a Tracey caída no muy lejos de ella, y la varita de Hermione todavía seguía en su mano; y así, esperando que la chica de Slytherin enseñara más sentido común del que usualmente hacía uso, Hermione hizo los movimientos de varita tan sutilmente como pudo, y apenas moviendo sus labios, susurró, "Innervate."
Hermione sintió que el hechizo funcionó, sin embargo Tracey no se movió. Hermione esperó que fuera porque Tracey estaba siendo astuta, y esperando para...
¿Qué podían hacer ellas?
Hermione no lo sabía, y el pánico que había guardado durante los momentos de lucha estaba empezando a devorarla por dentro ahora que estaba quieta, ahora que estaba intentando pensar, ahora que podía ver que era absolutamente imposible.
Ahí fue cuando Hermione escuchó un costalazo, y aunque estaba por fuera de su campo de visión, ella supo que Parvati había caído.
Un momento de silencio llegó, y pasó.
"¿Ahora qué?" interrogó la voz del chico aterrador y suave.
"Ahora despertamos a la sangre sucia," indicó la precisa voz del chico aterrador y formal, "y descubrimos quién está realmente detrás de ellas, no el fantasma de Salazar Slytherin."
"No, queridos," dijo la voz de la chica aterradora y dulce, "primero las sujetamos a todas con máxima seguridad -"
Y entonces se produjo un sonido como de trueno y los ojos de Hermione se abrieron de par en par por la conmoción antes de que pudiera detenerse, y en su campo de visión ampliado pudo ver al chico aterrador y suave convulsionando cuando arcos amarillos de energía se arrastraron hacia él como gigantes gusanos resplandecientes. Su varita salió volando de su mano mientras él colapsó en el suelo, retorciéndose, y un momento después yació inmóvil.
"¿Ya están todos los demás dormidos?" interrogó una voz. "Bien."
Susan Bones se levantó del piso cerca de donde el chico aterrador y suave había estado, su cuello seguía doblado de manera extraña. Ella giró su cabeza alrededor de sus hombros, un movimiento casual y relajado, y su cabeza estuvo enderezada de nuevo.
La chica de primer año de cara redonda estaba de pie encarando a los dos abusones que quedaban con una mano posada sobre su cadera.
Sonriendo siniestramente.
Y rodeada por un halo de facetas azules.
"¡Poción multijugos!" espetó la chica abusona.
"¡Polyfluis Reverso!" rugió el chico abusón que quedaba.
Algo con la forma de una bufanda reflejada surgió de su varita -
Pasó sin resistencia a través del halo rodeando a Susan -
Por un instante, ella brilló con un extraño color de espejo, como un reflejo de sí misma -
Y luego el brillo se desvaneció.
La joven chica se quedó ahí de pie, mano sobre su cadera.
"Equivocado," informó Susan. "Y esta es la verdad, en caso de que no la hayas escuchado antes -"
En su pequeña mano una varita se alzó, borrosa a causa del halo azul que la rodeaba.
"No te metes con los 'Puffs'," declaró Susan, y con un destello gris tan luminoso que hirió los ojos medio cerrados de Hermione, la verdadera batalla inició.
No duró mucho tiempo.
Algo del techo fue derretido.
La chica abusona chilló para obtener una tregua, que ellos se irían y cogerían a Jugson consigo, y Susan rugió las sílabas de una maldición que Hermione reconoció como el Hórrido Marchitamiento de Abi-Dalzim que era ilegal en siete países.
Eventualmente la chica abusona yacía inconsciente e incapaz de despertar sobre el suelo, y el último chico abusón había huido abandonando los cuerpos de sus compañeros detrás suyo, y Susan estaba apoyada contra una pared, cubierta de sudor y su túnica seca porque se había chamuscado aunque tenía parches mojados, jadeando por respirar, y apretando su hombro derecho usando su mano izquierda.
Tras un rato Susan se enderezó, y se giró para mirar a sus compañeras brujas dormidas sobre el piso.
Bueno, ellas debían haber estado dormidas sobre el piso.
Lavender ya estaba sentada con los ojos tan grandes como sandías.
"Eso..." dudó Lavender.
"Fue..." comentó Tracey.
"¿Qué?" espetó Hermione.
"O sea, ¿qué?" exclamó Parvati.
"¡Genial!" celebró Lavender.
"Oh, demonios," protestó Susan Bones. Su rostro ya se veía un poco pálido bajo el sudor, y ahora se estaba poniendo más pálido, viéndose casi horriblemente blanco. "Ah... ¿podría convencerlas a todas que acaban de alucinar eso?"
Hubo un rápido intercambio de miradas. Hermione observó a Parvati, Parvati contempló a Lavender, con brevedad Lavender cruzó sus ojos con los de Tracey.
Las cuatro volvieron a mirar a Susan y negaron con sus cabezas.
"Oh, demonios," se quejó Susan otra vez. "¡Vean voy a regresar en un par de minutos pero realmente me tengo que ir ahora por favor no cuenten nada adiós!"
Y Susan penetró el corredor corriendo, moviéndose increíblemente rápido, antes de que cualquiera pudiera pronunciar otra palabra.
"No, seriamente, ¿qué?" reiteró Parvati.
"Innervate," pronunció Hermione, apuntando su varita a Daphne, cuyo cuerpo ella no había visto antes; y Lavender apuntó su varita hacia el cuerpo de Hannah enunciando lo mismo.
Los ojos de Hannah se abrieron y frenéticamente intentó girar para ponerse de pie, pero colapsó en el suelo a la mitad del movimiento.
"¡Está bien, Hannah!" la calmó Lavender. "Ganamos."
"¿Nosotras qué?" exclamó Hannah dando un pequeño saltó sobre el suelo.
Daphne no se había movido, sin embargo Hermione pudo ver que su pecho se alzaba y descendía, y el ritmo de la respiración parecía lo suficientemente normal. "Creo que está bien," declaró Hermione, "aunque -" Se tomó un momento para tragar saliva, su boca seguía seca. Todo esto se había salido demasiado, demasiado, demasiado fuera de control. "Creo que debemos llevar a Daphne con Madam Pomfrey..."
"Claro, claro, nada más dame un segundo aquí y yo probablemente estaré bien," interrumpió Parvati.
"Disculpen," Hannah habló con un tono que era amable, aunque firme. "¿Cómo ganamos? ¿Y por qué el techo se ve todo derretido?"
Hubo una pausa.
"Susan lo hizo," contestó Tracey.
"Sí," añadió Parvati, voz apenas temblorosa al ponerse de pie y sacudir su túnica de bordes rojos, "resulta que Susan Bones es la Heredera de Hufflepuff y ella abrió la Cámara del Trabajo Duro y la Práctica de Helga Hufflepuff perdida desde hace mucho tiempo."
"¿Oh?" comentó Hannah, quien se estaba palpando a sí misma por todo su cuerpo para asegurarse que todo estaba funcionando. "Pensé que eso era algo que la Profesora Sprout decía para enseñar una Importante Lección Moral - ¿Susan es?"
Lentamente, Hermione estaba empezando a sentir un poco mejor. No habían sido más que treinta segundos de terror extremo, al menos en las partes que ella había estado consciente. "De hecho," Hermione explicó cuidadosamente, mientras su mente empezaba a trabajar de nuevo, "Estoy bastante segura de que únicamente es algo que la Profesora Sprout inventó, no estaba en Hogwarts: Una Historia ni en ningún otro libro que haya leído -"
"¡Ella es una doble bruja!" gritó Tracey, su voz tan aguda que se quebró. "¡Ella es! ¡Ella es una de ellos! ¡Lo ha sido todo este tiempo!"
"¿Qué?" aulló Parvati, volteándose para observar a Tracey. "Esa es la cosa más desquiciada -"
"¡Por supuesto!" concordó Lavender, ya de pie por completo e iniciando una serie de saltos emocionados. "¡Debí haberme dado cuenta!"
"¿Susan es una qué?" preguntó Hermione.
"¡Una doble bruja!" respondió Tracey.
"Verás," explicó Lavender, hablando muy rápidamente, "Siempre ha habido historias, sobre estos niños que son nacidos como súper magos que pueden lanzar hechizos que nadie más puede, y hay toda una escuela secreta escondida dentro de Hogwarts con clases que únicamente ellos pueden ver e ir para -"
"¡No son más que cuentos!" gritó Parvati. "¡Así no es como funciona la vida real! O sea, claro, yo también leí esos libros -"
"Denme un minuto, por favor," pidió Hermione. Quizá su mente estaba sintiéndose más lenta de lo que ella había creído. "Quieren decir que aunque ustedes ya están dentro de una escuela mágica y todo lo demás, ¿aún quieren ir a una doble escuela mágica?"
Lavender la miró, confundida. "¿Qué?" replicó Lavender. "¿Quién no querría tener súper poderes mágicos extra? ¡Sería como tener todo este asombro destino y más! ¡Significa que tú eres especial! "
Hannah asintió antes eso, levantando la vista desde donde se había agachado al lado de Daphne para asegurarse que la chica no tuviera huesos rotos. "Desearía que yo fuera una doble bruja," Hannah reconoció, y luego, sonando un poco triste, "aunque yo no creo que exista tal cosa, realmente... ¿qué vieron hacer a Susan, exactamente? Me refiero, ¿están seguras de que no estaban imaginando cosas tras haber sido paralizadas?"
Hermione en verdad, verdaderamente no podía hallar las palabras para ese momento.
"Oh, no," apremió Tracey. La chica de Slytherin giró para ver la entrada hacia el corredor, su túnica revoloteando a su alrededor. "¡Oh no! ¡Tenemos que salir de aquí! ¡Tenemos que escapar antes de que Susan regrese con alguien que pueda usar sobre nosotras un Súper Encantamiento Desmemorizador!"
"¡Susan no haría tal cosa!" protestó Parvati. "O sea, si es que tan siquiera existiera -"
"¿QUÉ ESTÁ PASANDO AQUÍ?" rugió una chillona voz aguda, cuando el Profesor Flitwick entró como una tromba dentro del corredor parcialmente derretido pareciendo un pequeño, peligroso paquete comprimido de pura furia académica, y una Padma de rostro cenizo con la boca abierta detrás de él.
...
"¿Qué sucedió?" Susan espetó a la chica que se veía exactamente como ella, excepto por la túnica chamuscada empapada con sudor.
"¡Oh, gran pregunta!" contestó la otra Susan Bones mientras se quitaba rápidamente lo que había quedado de su ropa prestada. Un momento después la chica empezó la Metamorfosis para recobrar su acostumbrada forma de Nymphadora Tonks. "Lo siento pero no se me ocurrió nada así que tienes tres minutos para decidir una respuesta para eso -"
,,,
Como observó después Daphne Greengrass con algo de acidez, la falla en el ingenioso plan de Hermione para asegurarse de que los puntos de Casa fueran reducidos equitativamente de las cuatro Casas en caso de ser atrapadas, era que no las salvaba de las detenciones.
Todas se pusieron de acuerdo en mantener sus bocas cerradas sobre los misteriosos poderes de Susan - incluso Tracey, cuando Susan amenazó con un Súper Encantamiento Desmemorizador si ella no se comprometía. Infortunadamente, ellas descubrieron a la hora de la cena que alguien se había olvidado de informar a los abusones sobre su acuerdo, y también que Susan Bones había sacrificado su alma para obtener tremendos poderes prohibidos que ahora habitaban el cascarón de su cuerpo y por eso fue que terminaron todas en detención.
"¿Hermione?" Harry Potter le habló desde el asiento al lado suyo en la mesa del comedor, con voz especulativa. "Por favor no te ofendas, y comprenderé si dices que no es asunto mío, sin embargo creo que todo esto está empezando a salirse de control."
Hermione siguió machacando la porción de pastel de chocolate sobre su plato hasta que se volvió una papilla sin forma de pastel y glaseado. "Sí," Hermione admitió, su voz podría estar un poco exacerbada, "eso fue lo que le comenté al Profesor Flitwick mientras me disculpaba con él, que sabía que las cosas se habían salido de control, y él gritó: ¿En serio, Señorita Granger? ¿Así lo cree? con un chillido tan fuerte que mis orejas se encendieron. O sea mis orejas de hecho se encendieron en llamas. El Profesor Flitwick las tuvo que apagar de nuevo."
Harry tuvo que poner su mano sobre su frente. "Disculpa," Harry se excusó. Su rostro estaba perfectamente sereno. "A veces se me dificulta un poco acostumbrarme a ese tipo de cosas. Oye, Hermione, ¿recuerdas cuando éramos jóvenes e inocentes y todavía pensábamos que el mundo era un lugar relativamente comprensible?"
Hermione bajó su tenedor y lo contempló por un momento. "¿A veces desearías ser un Muggle, Harry?"
"¿Eh?" espetó Harry. "¡Bueno, por supuesto que no! O sea, incluso si fuera un Muggle, probablemente yo habría intentado dominar el mundo eventualmenteeeeeeeee-" entonces Hermione le dirigió una mirada y el chico se tragó a toda prisa sus palabras para continuar, "me refiero por supuesto a optimizar, ¡sabes que eso es lo que realmente quiero decir, Hermione! Mi punto es, no es como si mis metas fueran a cambiar de un modo u otro. Pero con magia va a ser mucho más fácil hacer que las cosas ocurran en comparación a estar limitado al conjunto de las capacidades Muggle. Si lo piensas lógicamente, ese es el por qué estoy yendo a Hogwarts en vez de ignorar todo esto y estudiar una carrera en nanotecnología."
Hermione, habiendo terminado su Salsa de Pastel de Chocolate artesanal, empezó a sumergir sus zanahorias allí y a comerlas.
"¿Por qué preguntas?" inquirió Harry. "¿Acaso tú desearías estar de regreso en el mundo Muggle?"
"No exactamente," Hermione contestó, mientras mordía tanto la zanahoria como el chocolate. "Simplemente estaba, bueno, sintiéndome extraña sobre haber querido ser una bruja... ¿Querías ser un mago cuando eras pequeño?"
"Por supuesto," Harry respondió prontamente. "Yo también quería poderes psíquicos y súper fuerza y huesos reforzados con adamantium y mi propio castillo volador y a veces me sentía triste de que tendría que conformarme con ser un científico famoso y un astronauta."
Hermione asintió. "Sabes," ella dijo suavemente, "creo que las brujas y los magos que crecen aquí en realidad no aprecian la magia apropiadamente..."
"Bueno, por supuesto que no lo hacen," Harry la interrumpió, "eso es lo que nos da nuestra ventaja. ¿No es eso obvio? O sea seriamente, eso fue sumamente obvio para mí durante los primeros cinco minutos que estuve caminando dentro del Callejón Diagon." Había una expresión de confusión sobre el rostro del chico, como si no pudiera entender por qué ella le estaba prestando atención a algo tan ordinario.
Capítulo 72 Capítulo 74
Nota del traductor
(1) Traces: Un apodo para Tracey que significa "Rastros", lo que podría ser cariño pero también un poco insultante en el contexto de la frase, dando a entender que a pesar de sus acciones, Tracey sólo puede seguir el rastro dejado por Hermione.
Rocio Tou y Sergio Andres Rodriguez Vargas, muchas gracias por su aporte en Patreon, francamente hace una gran diferencia.
Espero no haberlos hecho esperar demasiado. Sigo en recuperación de mi cirugía, con mi trabajo de vendedor de medio tiempo, gastando la energía que me queda en HPMOR, y lamentando no tener las fuerzas para trabajar en mi propia escritura todavía.
He tenido que cambiar mi alimentación de manera radical tras mi operación. O como saludable o me muero de una manera vergonzosa. En la última semana, dos familiares diferentes, me dijeron respectivamente que, estoy muy gordo, y que estoy muy delgado. Ni siquiera perder peso del modo recomendado por los médicos puede ser simple. Ahora comprendo un poco más al gato de Schrödinger.
Ya casi llegamos al momento más épico del arca de Hermione, eso me tiene emocionado.
Tengo más cosas para contar, pero no el animo para relatar. Estoy procurando estar más activo en Twitter, pero ahora mismo en un gran reto.
Muchas gracias por leer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario