Capítulo 60 Capítulo 62
Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad
Capítulo 61
El Experimento de
la Prisión Stanford, Parte 11, Secretos y Sinceridad
A través de la
flama verde se arremolinaron, a través de la red Floo giraron, el
corazón de Minerva corriendo con un latido de horror que no había
sentido en diez años y tres meses, los corredores entre el espacio
los tosieron y escupieron en el vestíbulo de Gringotts (el receptor
Floo más seguro en el Callejón Diagon, la conexión más difícil
de interceptar, el camino más rápido para salir de Hogwarts sin un
fénix). Un asistente duende se giró hacia ellos, sus ojos se
ensancharon, él comenzó una inclinación ligeramente respetuosa -
¡Determinación,
Destinación, Deliberación!
Y los dos
Aparecieron en el callejón justo en la parte trasera del Lugar de
Mary, varitas afuera y alzadas, girando espalda contra espalda y las
palabras de un Encantamiento Anti-Desilusionador ya surgiendo de los
labios de Severus.
El callejón estaba
vacío.
Cuando ella se giró
para ver a Severus, su varita ya estaba golpeando su propia cabeza
produciendo un sonido similar al del romper un huevo, al tiempo que
sus labios conjuraban palabras de invisibilidad; él adquirió los
colores que lo rodeaban, se convirtió en un difuminado de lo que
estaba alrededor, el borrón se movía y se igualaba con lo que había
detrás de él y entonces ya no hubo nada allí.
Ella bajó su varita
y dio un paso adelante para recibir su propio Desilusionador -
Atrás de ella, el
inconfundible sonido de una explosión de fuego.
Ella giró y vio a
Albus allí, su larga varita ya esgrimida y levantada en su mano
derecha. Sus ojos estaban ensombrecidos bajo sus gafas de media luna,
y Fawkes sobre sus hombros había desplegado sus alas coloreadas por
el fuego dispuesto para volar y pelear.
"¡Albus!"
ella exclamó. "Pensé -" Ella acababa de verlo partir para
Azkaban, y pensó que ni siquiera un fénix podía regresar de allí
con tanta facilidad.
Entonces se dio
cuenta.
"Ella escapó,"
confirmó Albus. "¿Tu Patronus lo alcanzó?"
El latido en su
corazón creció en fuerza, el horror en sus venas se solidificó.
"Él dijo que estaba aquí, en el lavabo -"
"Tengamos la
esperanza de que haya hablado con la verdad," la interrumpió
Albus, la varita golpeó suavemente su cabeza produciendo una
sensación de agua goteando sobre ella, y un momento después los
cuatro (incluso Fawkes había sido vuelto invisible, aunque a veces
veías un chasquido de algo como fuego en el aire) estaban corriendo
hacia el frente del restaurante. Hicieron una pausa ante la puerta
mientras Albus susurró algo, y un momento después uno de los
clientes visibles a través de la ventana se levantó con una
expresión vaga sobre su rostro y abrió la puerta como si fuera a
echar una mirada rápida en busca de algún amigo; y los tres
entraron por ahí, pasaron corriendo a un lado de los inocentes
clientes (Severus ya estaba identificando sus caras, sabía Minerva,
y Albus descubriría cualquier Desilusionador) hacia la señal que
apuntaba al lavamanos -
Una envejecida
puerta de madera marcada con la señal de un inodoro, se abrió de
par en par con un portazo, y los cuatro rescatadores invisibles
penetraron en el lugar.
El pequeño aunque
limpio cuarto de madera estaba vacío, se veían frescas gotas de
agua en el fregadero, sin embargo no había rastro de Harry,
únicamente una hoja de papel dejada sobre la tapa cerrada del
inodoro.
Ella no pudo
respirar.
La hoja de papel se
elevó en el aire pues Albus la cogió, y un momento después fue
arrojada en su dirección.
M: ¡Qué me
pidió el sombrero que le dijera?
- H
"Ah,"
Minerva pronunció en voz alta por la sorpresa, su mente requiriendo
un momento para ubicar la pregunta, no era el tipo de cosa que
olvidabas mas ella no había estado pensando en ese modo,
realmente – "Soy una jovenzuela impúdica y que debía salirme
de sus dominios."
"¿Eh?"
titubeó en el aire la voz de Albus, como si incluso él pudiera ser
sorprendido.
Y luego la cabeza de
Harry Potter apareció, suspendida en el aire a un lado del inodoro,
su rostro frío y alerta, el Harry demasiado-adulto que ella había
visto a veces, ojos que apuntaban para atrás y adelante y alrededor.
"Qué está
pasando -" el niño inició.
Albus, visible una
vez más junto con ella y Fawkes, avanzó hacia adelante en un
instante, su mano izquierda se extendió y arrancó un cabello de la
cabeza de Harry (produciendo un chillido asombrado por parte del
niño), Minerva aceptó el cabello en su propia mano, y un momento
después Albus levantó al niño mayormente invisible en sus brazos y
hubo un estallido de fuego rojo-dorado.
Y Harry Potter
estaba a salvo.
Minerva dio unos
cuantos pasos hacia adelante, se apoyó contra la pared donde Albus y
Harry habían estado, intentando recuperar su serenidad.
Ella había...
perdido algunos hábitos, en diez años desde que la Orden del Fénix
se había disuelto.
A su lado, Severus
brillo hasta ser visible. Su mano derecha ya estaba extrayendo el
matraz de entre su túnica, su mano izquierda ya estirándose hacia
ella demandante. Ella le dio el cabello de Harry, y tras un momento,
lo soltó dentro del matraz de la inacabada Poción Multijugos, que
de inmediato empezó a fermentar y burbujear al tiempo que alcanzaba
la potencia que le permitiría a Severus actuar su parte como la
carnada.
"Eso
fue inesperado," el Maestro de Pociones dijo lentamente. "¿Por
qué nuestro Director no retiró al Sr. Potter antes,
me preguntó, si iba a llegar tan lejos como para retorcer el Tiempo?
No debió haber nada previniendo que lo hiciera así... en efecto, tu
Patronus debió haber hallado al Sr. Potter ya a salvo..."
Ella no había
pensado en eso, un descubrimiento diferente había saltado al frente
de su mente. No era ni de cerca tan horroroso como el que Bellatrix
Black hubiera escapado de Azkaban, sin embargo -
"¿Harry
tiene una capa
de invisibilidad? "
ella espetó.
El Maestro de
Pociones no respondió; se estaba encogiendo.
...
Tick-snick,
drip-blip, ding-ring-ting-
Todavía
la molestaba, aunque se había relegado fuera de su atención tras un
tiempo; y cuando y si ella se volvía Directora, tenía el propósito
de Silenciarlos a todos. ¿Cuál Director de Hogwarts, ella se
cuestionaba, había sido el primero en ser tan inconsiderado como
para crear un dispositivo que hacía ruido,
para pasarlo a sus sucesores?
Estaba sentada en la
oficina del Director usando un escritorio que ella misma había
Transformado rápidamente, haciendo algunos de las cientos de
pequeños papeleos necesarios que mantenían a Hogwarts girando sin
parar; se podía perder en ello fácilmente, y evitaba que pensara en
otras cosas. Albus había señalado una vez, sonando más bien
burlón, que Hogwarts parecía funcionar con mayor agilidad cuando
había una crisis externa sobre la cual ella intentaba no pensar...
...hace diez años,
esa fue la última vez que Albus había pronunciado eso.
Hubo un campaneo que
indicaba a un visitante que se aproximaba.
Minerva siguió
leyendo su pergamino actual.
La puerta se abrió
de par en par, revelando a Severus Snape, quien dio tres pasos hacia
adentro y demandó sin hacer pausa alguna, "¿Alguna palabra de
parte de Ojo-Loco?"
Albus ya se estaba
levantando de su silla, al tiempo que ella guardó sus pergaminos y
deshizo el escritorio. "El Patronus de Moody se está reportando
al yo que está en Azkaban," Albus declaró. "Su Ojo no vio
nada; y si el Ojo de Vance no ve una cosa, entonces tal cosa no
existe. ¿Tu reporte?"
"Nadie ha
intentado tomar mi sangre por la fuerza," Severus respondió.
Entregó una rápida mueca de una sonrisa. "Excepto el Profesor
de Defensa."
"¿Qué?"
exclamó Minerva.
"Me vio como un
impostor antes de que yo pudiera abrir mis labios, y con bastante
razón me atacó de inmediato, demandando saber la localización del
Sr. Potter." Otra mueca como imitación de sonrisa. "Gritar
que yo era Severus Snape no pareció tranquilizarlo, por alguna
razón. Creo que ese hombre me mataría por un Sickle y daría a
cambio cinco Knuts. Tuve que paralizar a nuestro buen Profesor
Quirrell, lo que no fue sencillo, y entonces él reaccionó
pobremente al maleficio. 'Harry Potter', naturalmente alarmado, salió
corriendo y le dijo al propietario, y el Profesor de Defensa fue
llevado a San Mungos -"
"¿San
Mungos?"
"- donde
dijeron que él probablemente había estado trabajando demasiado
durante semanas antes de colapsar, tal era su estado de agotamiento.
Tu precioso Profesor de Defensa está bien, Minerva, el paralizador
puede haberle ayudado al forzarlo a tomar un par de días de
descanso. Después decliné la oferta de usar un Floo a Hogwarts, y
regresé al Callejón Diagon y anduve por ahí; pero nadie parece
haber querido tomar la sangre del Sr. Potter el día de hoy."
"Nuestro
Profesor de Defensa está en las mejores manos, de eso estoy seguro,"
declaró Albus. "Asuntos más importantes comandan nuestra
atención, Minerva."
Le requirió
considerable esfuerzo traer su atención de vuelta, mas al final
volvió a sentarse, y Severus hizo un gesto para conjurar una silla
para sí mismo, y los tres se sentaron juntos para iniciar su
concilio.
Se sentía como un
impostor que había usado Poción Multijugos, sentada entre aquellos
dos. La guerra no era su arte, ni la intriga. Ella tenía que
esforzarse para mantenerse un paso por delante de los gemelos
Weasley, y a veces ella fallaba en eso. Estaba sentada aquí, en
últimas, únicamente porque había escuchado la profecía...
"Enfrentamos,"
el Director habló primero, "un misterio realmente alarmante.
Sólo puedo pensar en dos magos que hayan organizado este escape."
Minerva
apenas y logró respirar. "¿Hay una oportunidad de que no
sea Quien-Tú-Sabes?"
"Me temo que
sí," reiteró el Director.
Ella
echó una mirada a su lado y vio que Severus parecía tan confundido
como ella misma. ¿Temer
que el Señor Oscuro no estuviera de regreso? Ella habría dado casi
cualquier cosa para que eso fuera verdad.
"Así que,"
Albus expuso pesadamente, "nuestro primer sospechoso es
Voldemort, levantándose de nuevo y en busca del poder para
resucitarse a sí mismo. He estudiado muchos libros que desearía no
haber leído, investigando cada posible opción para regresar, y he
hallado no más que tres. Su camino más fuerte para la vida es la
Piedra Filosofal, que Flamel asevera ni siquiera Voldemort podría
crear por su cuenta; por ese camino se elevaría más grande y más
terrible que antes. No hubiera pensado que Voldemort fuera capaz de
resistirse a la tentación de la Piedra, todavía menos porque una
trampa tan obvia es un reto a su inteligencia. Sin embargo su segunda
opción es casi tan poderosa: La carne de su sirviente, dada por
voluntad; la sangre de su enemigo, tomada por la fuerza; y el hueso
de su ancestro, legado sin saberlo. Voldemort es un perfeccionista -"
Albus le echó una ojeada a Severus, quien asintió para mostrar su
acuerdo, "- y ciertamente él buscaría la combinación más
poderosa: la carne de Bellatrix Black, la sangre de Harry Potter, y
el hueso de su padre. La opción final de Voldemort es seducir a una
victima y drenar su vida por un largo periodo de tiempo; en cuyo caso
Voldemort sería débil comparado a su poder anterior. Su motivación
para llevarse misteriosamente a Bellatrix es clara. Y si la está
manteniendo a ella en reserva, para usarla nada más en caso de que
no pueda obtener la Piedra, eso explicaría por qué ningún intento
de secuestro fue hecho sobre Harry éste día."
Minerva miró otra
vez de reojo a Severus, lo vio escuchando atentamente pero sin
sorpresa.
"Lo
que no
es claro," el Director continuó, "es cómo
Voldemort pudo haber organizado éste escape. Una muñeca muerta fue
dejada en lugar de Bellatrix, se suponía que su escape pasara
desapercibido; y aún cuando eso salió mal, los Dementores no
pudieron encontrarla tras su primera advertencia. Azkaban ha
permanecido impenetrable durante siglos, y no puedo imaginar medio
alguno por el cual Voldemort podría haber logrado esto."
"Eso significa
poco," Severus dijo, sin expresión. "Para que el Señor
Oscuro haga lo que nosotros no podemos imaginar requiere solamente
que él tenga una mejor imaginación."
Albus asintió con
severidad. "Infortunadamente hay ahora otro mago que se ríe de
las imposibilidades. Un mago quien, no hace mucho, desarrolló un
nuevo y poderoso Encantamiento que pudo haber cegado a los Dementores
ante el escape de Bellatrix Black. Y está implicado por otras
razones, también."
El
corazón de Minerva estaba perdiéndose algunos latidos, no supo
cómo,
o por
qué,
pero una terrible aprehensión estaba cayendo sobre ella en cuanto a
quién
-
"¿Quién
sería ese?"
inquirió Severus, sonando confundido.
Albus se recostó en
el asiento y pronunció las fatales palabras, las mismas que ella
tanto temía: "Harry James Potter-Evans-Verres."
"¿Potter?"
cuestionó el Maestro de Pociones, lo más conmocionado que ella lo
había llegado a escuchar con esa voz que usualmente era como la
seda. "Director, ¿es acaso uno de sus chistes? ¡Él está en
su primer año en Hogwarts! Un berrinche y unas cuantas bromas
infantiles con una capa invisible no lo hacen -"
"No es un
chiste," intervino Minerva, su voz apenas por encima de un
murmullo. "Harry ya está haciendo descubrimientos originales en
Transformación, Severus. Aunque desconocía que también estaba
investigando Encantamientos."
"Harry no es un
estudiante de primer año ordinario," el Director declaró
solemnemente. "Él está marcado como el igual del Señor
Oscuro, y tiene poder que el Señor Oscuro no conoce."
Severus la estaba
contemplando, y tenías que conocerlo bien para reconocer que su
mirada era suplicante. "¿Debo tomar esto seriamente?"
Minerva simplemente
asintió.
"¿Alguien
más
conoce éste... nuevo y poderoso Encantamiento?" Severus
interrogó.
El Director le lanzó
una mirada apologética -
De alguna manera
ella supo, lo supo antes que él lo revelara, y tuvo deseos de gritar
con toda la fuerza de sus pulmones.
- y él contestó,
"Quirinus Quirrell."
"Por
qué,"
ella clamó, con una voz que debió haber derretido la mitad de los
dispositivos en la oficina, "el
Sr. Potter tan siquiera le CONTÓ a nuestro Profesor de Defensa sobre
este nuevo y brillante Encantamiento para salir de prisiones -"
El Director pasó
una mano fatigada y arrugada a través de su frente igualmente
arrugada. "Quirinus estaba ahí por casualidad, Minerva. Ni
siquiera yo lo vi como algo malo en su momento." El Director
titubeó. "Y Harry afirmó que este Encantamiento era demasiado
peligroso para ser explicado a alguno de nosotros; y cuando le volví
a preguntar, este día, insistió que todavía no lo había explicado
a Quirinus, ni había bajado sus barreras de Oclumancia ante la
presencia del Profesor de Defensa -"
"¿El
Sr. Potter es un Oclumante?
¿Le diste una capa de invisibilidad y es inmune al Veritaserum y
es amigo de los gemelos Weasley?
Albus, ¿tienes alguna idea de lo que has soltado sobre ésta
escuela?" Su voz era ya casi un grito. "¡Para su séptimo
año no quedará nada de Hogwarts excepto un hueco humeante en el
suelo!"
Albus volvió a
recostarse en su gran silla acolchada, y comentó, sonriendo, "No
te olvides del Giratiempo."
Ella gritó
entonces, pero en voz baja.
Severus arrastró
las palabras, "¿Debería enseñarle a fabricar Poción
Multijugos, Director? Pregunto únicamente en aras de ser exhaustivo,
en caso de que no esté satisfecho con la magnitud de su desastre
local."
"Quizá el
próximo año," respondió Albus. "Mis queridos amigos, la
pregunta ante nosotros es si Harry Potter ha participado en la salida
de Bellatrix Black de Azkaban, que es demasiado espíritu juvenil
incluso para mis tolerantes estándares."
"Excúseme,
Director," Severus declaró con una de las sonrisas más secas
que ella le había visto dirigir hacia Albus, "sin embargo
registraré mi opinión de que la respuesta para eso es no. Éste es
el trabajo del Señor Oscuro, puro y simple."
"Entonces por
qué," Albus replicó, y ahora no había nada de humor en su
voz, "cuando planeé retirar a Harry inmediatamente después de
su llegada al Callejón Diagon, ¿descubrí que esto resultaría en
una paradoja?"
Minerva se hundió
aún más dentro de su silla, dejó caer su codo izquierdo encima del
brazo duro y sin acolchar, apoyó su cabeza dentro de su mano, y
cerró sus ojos en desesperación.
Había
un proverbio que circulaba, entre unos pocos, que rezaba que sólo un
Auror entre treinta estaba calificado para investigar casos que
involucraban Giratiempos; y que de aquellos pocos, la mitad que ya
no estaban locos, pronto lo estarían.
"Así que usted
sospecha," la voz de Severus conjeturaba, "que Potter fue
del Callejón Diagon a Azkaban, entonces regresó en el tiempo al
Callejón Diagon después para ser recogido por nosotros -"
"Precisamente,"
explicó la voz de Albus. "Aunque también es posible que
Voldemort o sus sirvientes observaran para asegurarse de que Harry si
llegó al Callejón Diagon, antes de que ellos iniciaran su intento
contra Azkaban. Y que tuvieran a alguien con un Giratiempo que
pudiera enviar el mensaje de su éxito, para dar inicio al secuestro.
En efecto, fue mi sospecha de esta posibilidad que causó que yo te
enviara a ti y a Minerva en su propia misión, antes de que yo mismo
fuera a Azkaban. Pensé que su fuga fracasaría, mas si retirar a
Harry Potter significara observar el hecho de su eventual fracaso,
entonces yo mismo no podría haber ido a Azkaban tras haber
interactuado con él, pues el futuro de Azkaban no puede tocar su
pasado. Cuando, dentro de Azkaban, no recibí reporte alguno de tu
parte o de Minerva, ni de Flitwick a quien le pedí que intentara
contactarse con ustedes, supe que su interacción con Harry Potter
había sido una interacción con el futuro de Azkaban, indicando que
alguien estaba enviando mensajes a través del tiempo -"
Entonces la voz de
Albus se detuvo.
"Pero
Director," arguyó Severus, "usted
regresó del futuro de Azkaban e interactuó con nosotros..."
La voz del Maestro
de Pociones se apagó.
"Sin
embargo Severus, si yo hubiera recibido
reporte de tu parte y de Minerva sobre la seguridad de Harry, yo no
habría, en primer lugar, regresado en el tiempo para -"
"Director, creo
que debemos dibujar diagramas para ésto."
"De acuerdo,
Severus."
Hubo el sonido de
pergaminos siendo esparcidos sobre la mesa, y luego las plumas
garrapateando, y más argumentos.
Minerva se quedó
sentada en su silla, cabeza reposando dentro de su mano, ojos
cerrados.
Había una historia
que ella había escuchado una vez sobre un criminal que había
poseído un Giratiempo que el Departamento de Misterios había
sellado para él, en un caso extremo de mal juicio sobre quien
necesitaba uno; y hubo un Auror que había sido asignado a rastrear a
éste desconocido criminal del tiempo, a quien también se le dio un
Giratiempo; y la historia terminó con ambos en el ala de San Mungo
para Demencias Totalmente Irrecuperables.
Minerva sentada allí
con sus ojos cerrados, esforzándose por no escuchar, intentando no
pensar sobre ello, y procurando no enloquecerse.
Tras un rato, cuando
la discusión pareció haber mermado, ella habló en voz alta, "El
Giratiempo del Sr. Potter está restringido a las horas entre las
nueve PM y la medianoche. ¿Acaso el caparazón fue alterado, Albus?"
"No
según mis Encantamientos más discernidores," contestó Albus.
"Pero los caparazones son cosas nuevas; y derrotar las
precauciones de los Innombrables sin dejar rastro de la derrota...
podría no
ser imposible."
Ella abrió sus
ojos, y contempló a Severus y al Director mirando con intensidad a
un pergamino cubierto con garabatos enredados que sin duda alguna la
habrían enloquecido de haberlos comprendido.
"¿Han
llegado ustedes a alguna conclusión?"
Minerva preguntó. "Y por favor no me revelen cómo llegaron
hasta allí."
Severus y el
Director se miraron entre sí, entonces se giraron para verla a ella.
"Hemos
concluido," el Director explicó con gravedad, "que bien
Harry estuvo involucrado o no lo estuvo; que bien Voldemort tiene
acceso a un Giratiempo o no lo tiene; y que sin importar lo que
pudiera haber pasado dentro de Azkaban, nadie habría visitado la
tumba de Little Hangleton durante el periodo en que Moody la estuvo
vigilando dentro de mi propio pasado."
"En
resumen," arrastró Severus las palabras, "no sabemos nada,
querida Minerva; aunque al menos parece probable
que otro Giratiempo estuvo involucrado, de alguna manera. Mi propia
sospecha es que Potter ha sido sobornado, engañado, o amenazado para
que envíe mensajes de regreso en el tiempo, quizá incluso sobre
éste escape de prisión. No haré la sugerencia obvia de quién está
jalando sus hilos. Pero sugiero que a las nueve de la noche de hoy,
comprobemos si Potter es capaz de viajar las seis horas completas
hacia atrás hasta las tres de la tarde, para ver si había usado su
Giratiempo."
"Eso parece
sabio de hacer en cualquier caso," reconoció Dumbledore. "Mira
que se haga, Minerva, y ordena a Harry que vaya a mi oficina al
tiempo que le convenga, después de eso."
"¿Sin embargo
ustedes todavía sospechan que Harry haya estado involucrado
directamente en el escape mismo de la prisión?" Minerva
inquirió.
"Posible mas
improbable," contestó Severus, al mismo tiempo que Albus
respondió, "Sí."
Minerva
se pinchó la punta de su nariz, respiró profundamente, lo dejó
salir. "Albus, Severus, ¡qué posible razón
tiene el Sr. Potter para hacer semejante cosa!"
"Ninguna que yo
pueda pensar," admitió Albus, "sin embargo es un hecho que
solamente la magia de Harry, de todos los medios conocidos para mí,
podrían haber -"
"Alto,"
pidió Severus. Toda expresión desaparecida de su cara. "Un
pensamiento se me ocurre, debo revisar -" El Maestro de Pociones
cogió un puñado de polvos Floo, cruzó con zancadas largas el
cuarto hacia la chimenea – Albus agitó su varita a toda prisa para
encenderla – y luego tras una flama verde, y las palabras "Oficina
del Jefe de la Casa de Slytherin," Severus se había ido.
Ella y Albus se
miraron entre sí y se encogieron de hombros; y Albus regresó a
estudiar el pergamino.
Fueron sólo unos
minutos después que Severus surgió por fuera del Floo, sacudiendo
rastros de ceniza de sí mismo.
"Bueno,"
expresó el Maestro de Pociones. Otra vez un rostro sin emociones.
"Me temo que el Sr. Potter sí tiene un motivo."
"¡Habla!"
solicitó Albus.
"Encontré a
Lesath Lestrange en la sala común de Slytherin, estudiando,"
expuso Severus. "No fue reluctante a verme a los ojos. Y parece
que al Sr. Lestrange no le gustaba pensar en sus padres dentro de
Azkaban, dentro del frío y la oscuridad, con los Dementores chupando
su vida, hiriéndolos cada segundo de cada día, y le dijo así al
Sr. Potter con tales palabras, y le suplicó a él que los sacara de
allí. Ya que, ven ustedes, el Sr. Lestrange había escuchado que el
Niño-Que-Vivió podía hacer cualquier cosa."
Ella y Albus
intercambiaron oteadas.
"Severus,"
Minerva opinó, "de seguro...
ni siquiera Harry...
tiene más sentido común que eso..."
Su voz se fue
apagando.
"El Sr. Potter
piensa que es un Dios," Severus afirmó sin expresión, "y
Lesath Lestrange se arrodilló ante él para rezar y llorar de todo
corazón."
Minerva se quedó
observando a Severus, sintiendo el estómago revuelto. Había
estudiado religión Muggle – era la razón más común para
necesitar el Encantamiento Desmemorizador para los padres Muggles de
algunos magos – y ella sabía suficiente como para comprender lo
que Severus acababa de explicar.
"En cualquier
caso," prosiguió el Maestro de Pociones. "Busqué dentro
del Sr. Lestrange para ver si sabía cualquier cosa sobre el escape
de su madre. No había escuchado nada. Pero en el instante que lo
descubra, concluirá que la persona responsable fue Harry Potter."
"Ya veo..."
Albus habló despacio. "Gracias, Severus. Estas son buenas
noticias."
"¿Buenas
noticias?"
Minerva espetó.
Albus
la oteó, su rostro ahora tan inexpresivo como el de Severus; y ella
recordó, conmocionada, que el propio Albus – "Es la mejor
razón posible que puedo imaginar para remover a Bellatrix de
Azkaban," Albus señaló con calma. "Y si no
es Harry, recordemos, que entonces ciertamente se trata del propio
Voldemort haciendo sus primeros movimientos. Sin embargo no seamos
apresurados a juzgar mientras hay tanto que desconocemos todavía,
mas pronto lo sabremos."
Albus una vez más
se levantó de su escritorio, dio zancadas largas para llegar a la
chimenea aún encendida, lanzó otro puñado de polvo verde, y metió
su cabeza dentro de las flamas. "Departamento de Refuerzo de la
Ley Mágica," él pronunció, "Oficina de la Directora."
Tras un momento, la
voz de Madam Bones surgió clara y afilada, "¿Qué ocurre,
Albus? Estoy algo ocupada."
"Amelia,"
dijo Albus, "Te suplicó que compartas cualquier descubrimiento
que hayas hecho con relación a éste asunto."
Hubo una pausa.
"Oh," replicó la fría voz de Madam Bones desde el
resplandeciente fuego, "¿y es esa una vía en doble sentido
entonces, Albus?"
"Podría
serlo," el mago anciano declaró con serenidad.
"Si cualquier
Auror muere a causa de tu reticencia, viejo entrometido, te haré el
completo responsable."
"Entiendo,
Amelia," Albus arguyó, "sin embargo no deseo dar un inicio
innecesario a la alarma e incredulidad -"
"¡Bellatrix
Black
ha escapado de Azkaban!
¿Qué alarma o incredulidad piensas que yo llamaría innecesaria,
en vista de los acontecimientos?"
"Puede
ser que te haga recordar tus palabras," comentó el mago anciano
dentro de las flamas verdes. "Porque si descubro que mis temores
no son infundados, yo te lo revelaré.
Ahora, Amelia, te suplico, si has hallado cualquier cosa sobre este
asunto, por favor compártela."
Hubo otra pausa, y
luego la voz de Madam Bones añadiendo, "Tengo información que
conseguí dentro de cuatro horas en el futuro, Albus. ¿Aún la
quieres?"
Albus hizo una pausa
-
(sopesando, Minerva
sabía, la posibilidad de que él podría querer regresar más de dos
horas a partir de este instante; pues no se podía enviar información
más que seis horas para atrás en el tiempo, sin importar la cadena
de Giratiempos,)
- y finalmente dijo,
"Sí, por favor."
"Tuvimos un
golpe de suerte," declaró la voz de Madam, "una de las
Aurores que atestiguó el escape era una hija de Muggles, y ella nos
contó que el hechizo de Fuego-Volador, como lo estábamos llamando,
podría no ser ningún hechizo en realidad, sino un artefacto
Muggle."
Como un puño en el
estómago, así fue como se sintió, y la pesadez en la panza de
Minerva se redobló. Cualquiera que observara una batalla de la
Legión del Caos sabía de que manos se trataba...
La voz de Madam
Bones continuó. "Trajimos a Arthur Weasley de la Oficina Contra
el Uso Incorrecto de los Artefactos Muggles – él sabe más sobre
artefactos Muggle que cualquier otro mago con vida – le dimos la
descripción de los Aurores en la escena, y lo descifró. Fue un
artefacto Muggle llamado un cabezón, y lo llaman así porque tienes
que estar mal de la cabeza para pilotar uno. Apenas hace seis años
uno de sus cabezones explotó, asesinó cientos de Muggles en un
instante y casi hace arder la Luna en llamas. Weasley afirma que los
cabezones usan un tipo especial de ciencia llamada reacción opuesta,
así que el plan es desarrollar un maleficio que evitará que esa
ciencia funcione alrededor de Azkaban."
"Gracias,
Amelia," Albus manifestó gravemente. "¿Es eso todo?"
"Voy
a revisar si obtenemos algo para dentro de seis horas," contestó
la voz de Madam Bones, "de ser así no me lo comentarán a mí,
pero les ordenaré que te lo informen a ti. ¿Tienes tú
algo que quieras revelarme, Albus? ¿Cuál de las posibilidades
será?"
"No aún,
Amelia," Albus respondió, "mas podría tener una palabra
para ti pronto."
Se levantó del
fuego, entonces, que volvió a convertirse en ordinarias llamas
amarillas. Cada minuto de los años del mago anciano, casa segundo
natural desde su nacimiento y cada segundo que el Giratiempo había
añadido, todo eso más unas cuantas décadas extras por el estrés,
fue visible sobre las lineas de su cara.
"¿Severus?"
el mago anciano preguntó. "¿Qué fue en realidad?"
"Un cohete,"
afirmó el mestizo Maestro de Pociones, quien había crecido en el
pueblo Muggle de Spinner's End. "Una de las más impresionantes
tecnologías Muggle."
"¿Qué
tan probable es que Harry
conozca tales artes?" inquirió Minerva.
Severus
arrastró las palabras, "Oh, un niño como el Sr. Potter conoce
todo
sobre los cohetes; eso, querida Minerva, es una certeza. Debes
recordar que las cosas se hacen diferente en el mundo Muggle."
Severus hizo una mueca. "Sin embargo los cohetes son
peligrosos, y costosos..."
"Harry
ha robado y escondido una cantidad desconocida de dinero de su bóveda
en Gringotts, quizá miles de Galeones," comentó el Director,
recibiendo sendas miradas gemelas de desaprobación, "Ese
no fue mi plan, pero cometí el error de enviar al Profesor de
Defensa a supervisar a Harry en el retiro de cinco Galeones para
regalos de Navidad..." El Director se encogió de hombros. "Sí,
estoy de acuerdo, pura tontería en retrospectiva, continuemos."
En silencio Minerva
golpeó su cabeza unas cuantas veces contra el respaldo de su silla.
"A
pesar de todo, Director," Severus expuso. "Sólo porque los
Mortífagos nunca usaron artefactos Muggle en la primera guerra, eso
no significa que él
sea ignorante. Cayeron cohetes sobre Bretaña como armas, en el lado
Muggle de la guerra de Grindelwald. Si él pasó el verano de
aquellos años en un orfanato Muggle, como usted nos contó,
Director... entonces él, también, ha escuchado de los cohetes. Y si
ha estado oyendo reportes del Sr. Potter y sus batallas burlescas
usando artefactos Muggle, ciertamente aprendería las fuerzas de su
enemigo e intentaría multiplicarlas para sí mismo. Justo
así es como él piensa; cualquier poder que vea él procurará tomar
para sí mismo."
El mago anciano
seguía de pie quieto, completamente inmóvil, incluso los pelos de
su barba congelados como si fueran cables sólidos; y le llegó el
pensamiento a Minerva, el pensamiento más aterrador que ella había
tenido en su vida, que Albus Dumbledore estaba petrificado en ese
lugar por el horror.
"Severus,"
Albus Dumbledore clamó, con voz casi rota, "¿te das cuenta de
lo que afirmas? ¡Si Harry Potter y Voldemort luchan su guerra con
armas Muggle no quedará nada de este mundo excepto fuego!"
"¿Qué?"
espetó Minerva. Ella había escuchado de las pistolas, por supuesto,
mas esas
ni siquiera eran tan peligrosas para una bruja experimentada -
Severus habló como
si ella no estuviera en el cuarto. "Entonces quizá, Director,
él está enviando una advertencia deliberada a Harry Potter de
exactamente eso; diciendo que cualquier ataque con armas Muggle será
respondido con retaliación similar. Comande al Sr. Potter cesar su
uso de tecnología Muggle en sus batallas; eso le mostrará que el
mensaje ha sido recibido... y no le de más ideas." Severus hizo
una mueca. "Aunque, pensando en ello, el Sr. Malfoy – y por
supuesto la Señorita Granger – bueno, pensándolo mejor parece más
sabio una prohibición total sobre la tecnología -"
El
mago anciano presionó ambas manos contra su frente, y de sus labios
surgió una voz inestable, "Comienzo a esperar
que sea Harry quien esté detrás de éste escape... oh, Merlín nos
defienda a todos, qué he hecho, qué he hecho, ¿qué sucederá con
el mundo?"
Severus
se encogió de hombros. "De los rumores que he escuchado,
Director, las armas Muggle son apenas ligeramente peores que los
más... recónditos
aspectos de la hechicería -"
"¿Peores?"
Minerva se quedó con la boca abierta, y luego la cerró
forzosamente.
"Peor que
cualquier peligro en estos años de declinación," añadió
Albus. "No peor que aquello que borró a Atlántida del Tiempo."
Minerva se lo quedó
mirando fijamente, sintiendo el sudor deslizarse por toda su espina
dorsal.
Severus continuó,
todavía dirigiéndose a Albus. "Todos los Mortífagos excepto
Bellatrix lo habrían traicionado, todos los que lo apoyaban le
habrían dado la espalda, todos los poderes del mundo convergerían
para destruirlo, de haber sido él imprudente con cualquier potencia
verdaderamente peligrosa. ¿Es ésto acaso tan diferente, entonces?"
Algo de movimiento,
algo de color, había regresado al rostro del mago anciano. "Quizá
no..."
"Y en cualquier
caso," Severus dijo con una sonrisa ligeramente condescendiente,
"las armas Muggle no son fáciles de obtener, no por miles de
Galeones o miles de miles."
¿Acaso
Harry no sólo Transforma los dispositivos que usa en sus batallas?
pensó Minerva, pero antes de que ella pudiera abrir su boca para
preguntar -
La chimenea eructó
llamas verdes, en ese momento, y la cara de Pius Thicknesse, el
asistente de Madam Bones, apareció allí adentro. "¿Jefe
Supremo?" interrogó Thicknesse. "Tengo un reporte para
usted, transmitido desde -" Los ojos de Thicknesse titubearon
sobre Minerva y Severus, "hace seis minutos."
"Seis horas en
el futuro, te refieres," aclaró Albus. "Éstos dos lo
pueden escuchar; entrega tu reporte."
"Sabemos cómo
fue hecho," expuso Thicknesse. "En la celda de Bellatrix
Black, escondida en una esquina, había un vial de pociones; y
comprobando los rastros de fluidos remanentes mostró que se trataba
de una poción de Animago."
Hubo una larga
pausa.
"Ya veo..."
Albus concluyó con pesadez.
"¿Disculpe?"
inquirió Minerva. Ella no entendía.
La
cabeza de Thicknesse se giró hacia ella. "Un Animago, Madam
McGonagall, en su forma Animal, son de menor interés para los
Dementores. Todos los prisioneros son revisados antes de su ingreso
a Azkaban; y de ser Animagos, su forma Animal es destruida. Sin
embargo no habíamos considerado que alguien protegido por un
Encantamiento Patronus mientras tomaba la poción y realizaba la
meditación, podría ser capaz de convertirse en Animal después
de estar dentro de Azkaban -"
"Hasta donde
sé," Severus interrumpió, luciendo su cara de desprecio
acostumbrada, "la meditación de Animago requiere considerable
tiempo."
"Bueno,
Sr. Snape," ladró Thicknesse, "los registros enseñan que
Bellatrix Black era una Animaga antes
de ser sentenciada a Azkaban y su forma fue destruida; ¡por lo que
tal vez su segunda
meditación no necesitó tanto tiempo como la primera!"
"No habría
considerado que fuera posible para ningún prisionero de Azkaban
hacer tal cosa..." Albus reflexionó. "Mas Bellatrix Black
era una hechicera poderosa antes de su encarcelamiento, y ella podría
haberlo hecho si cualquier bruja podía hacerlo. ¿Puede Azkaban ser
protegido contra éste método?"
"Sí,"
afirmó la confiada cabeza de Pius Thicknesse. "Nuestro experto
asevera que es casi inimaginable que una meditación de Animago
pudiera ser realizada en menos de tres horas, sin importar la
experiencia. Todas las visitas a los prisioneros que se les permita
recibirlas serán limitadas a dos horas de ahora en adelante, y los
Dementores nos informarán si cualquier Encantamiento Patronus es
mantenido en las áreas de la prisión por más tiempo que eso."
Albus se mostró
infeliz ante eso último, pero asintió. "Ya veo. No habrá más
intentos de esa clase, por supuesto, mas no relajen su vigilancia. Y
cuando a Amelia se le cuente sobre ésto, dile que tengo información
para ella."
La cabeza de Pius
Thicknesse se desvaneció sin otra palabra.
"¿No habrá
más intentos...?" preguntó Minerva.
"Porque,
querida Minerva," Severus arrastró las palabras, no habiéndose
quitado del todo su habitual desprecio, "si el Señor Oscuro
hubiera planeado liberar algún otro de sus sirvientes de Azkaban, él
no habría dejado el vial de poción para indicarnos cómo fue
hecho." Severus hizo una mueca. "Confieso que... a pesar de
todo no veo por qué ese vial fue dejado allí."
"Es algún tipo
de mensaje..." Albus habló despacio. "Y no puedo ver qué
significa, para nada..." Él tamborileó con sus dedos sobre el
escritorio.
Por un largo minuto
o tres, el mago anciano se quedó contemplando la nada, con una
arruga en el rostro; mientras Severus también se quedó sentado en
silencio.
Entonces
Albus sacudió su cabeza por la desesperación, e inquirió,
"Severus, ¿comprendes tú
ésto?"
"No,"
respondió el Maestro de Pociones, y con una sonrisa sardónica, "lo
que probablemente es mejor para todos nosotros; lo que sea que él
pretendía
que concluyéramos de ello, esa parte de su plan ha fallado."
"Están
seguros, ahora, de que se trata de Quien-Tú... ¿es Voldemort?"
interrogó Minerva. "¿No podría ser otro Mortífago que
concibió éste astuto plan?"
"¿Y que
supiera también sobre cohetes?" Severus replicó secamente. "No
creo que los otros Mortífagos estuvieran tan encariñados con los
Estudios Muggle. Se trata de él."
"Ajá, es él,"
Albus expuso. "Azkaban ha permanecido impenetrable durante años,
para caer únicamente ante una poción de Animago ordinario. Es
demasiado astuto y también imposible, lo que fue desde siempre la
firma de Voldemort desde que era conocido como Tom Riddle. Cualquiera
que desee forjar esa firma tendría que ser tan inteligente como el
propio Voldemort. Y no hay nadie más en el mundo que accidentalmente
sobrestimaría mi ingenio, y dejarme un mensaje del cual yo no puedo
comprender nada."
"A menos que él
lo haya evaluado con exactitud," Severus explicó con tono
neutral, "en cuyo caso todo ésto es justamente lo que él
pretendía que usted pensara."
Albus suspiró. "En
efecto. Pero aún si él me ha engañado perfectamente, podemos al
menos estar confiados en la conclusión de que no fue Harry Potter."
Debió haber sido un
alivio, y aún así Minerva sintió el escalofrío recorrer su espina
dorsal y sus venas, sus pulmones y sus huesos.
Ella recordaba
conversaciones como ésta.
Ella recordaba
conversaciones como ésta hace diez años atrás, de un tiempo cuando
la sangre había corrido a chorros través de Bretaña, cuando los
magos y brujas a los que había enseñado alguna vez en clase habían
sido masacrados por cientos, recordaba las casas ardiendo y los
gritos de los niños y los destellos de luz verde -
"¿Qué le
dirás a Madam Bones?" ella susurró.
Albus se levantó de
su escritorio y caminó hasta el centro del cuarto, su mano tocando
ligeramente los dispositivos, aquí un instrumento de luz, por allí
un instrumento de sonido; ajustó sus gafas con una mano, usó la
otra mano para acomodar la larga barba plateada contra su túnica, y
entonces finalmente el mago antiguo dio la vuelta y los encaró.
"Le contaré lo
poco que conozco sobre el Arte Oscura llamada horrocrux, por la cual
una alma es privada de la muerte," explicó Albus Dumbledore,
con una voz suave que pareció llenar todo el cuarto, "y le
revelaré lo que podría ser hecho con la carne de la sirviente."
"Le informaré
que voy a reconstituir la Orden del Fénix."
"Le diré que
Voldemort ha regresado."
"Y que la
Segunda Guerra Mágica ha empezado."
...
Algunas horas
después...
El anticuado reloj
sobre la pared en el despacho de la Subdirectora tenía manecillas
doradas, y números plateados que conformaban la cara del reloj; sin
hacer sonido cosquilleaba y se sacudía a través de sus movimientos,
pues tenía un encantamiento Silenciador sobre sí.
La mano dorada de la
hora se aproximaba al número nueve, la mano dorada del minuto hacia
lo mismo, los dos componentes enlazados del Tiempo acercándose entre
ellos, pronto estarían en el mismo lugar y nunca colapsarían.
Eran las 8:43 PM, y
se acercaba el momento cuando el Giratiempo de Harry se abriría,
para ser comprobado en la única forma que ningún hechizo imaginable
podía engañar, a menos que el hechizo pudiera sobrepasar las leyes
del Tiempo mismo. Ningún cuerpo o mente, ningún conocimiento o
substancia, podía alargar unas siete horas extras en un mismo día.
Ella improvisaría un mensaje, y le pediría a Harry llevar el
mensaje de regreso en seis horas para el Profesor Flitwick a las 3PM,
y ella le preguntaría al Profesor Flitwick si lo había recibido a
esa hora.
Y el Profesor
Flitwick le indicaría que en efecto él lo había recibido a las
3PM.
Y
ella le diría a Severus y Albus que tuvieran un poco
más de fe en Harry la próxima vez.
La Profesora
McGonagall invocó el Encantamiento Patronus, y le ordenó a su
resplandeciente gato, "Ve donde el Sr. Potter, y pronuncia lo
siguiente para él: Sr. Potter, por favor venga a mi oficina tan
pronto como escuche ésto, sin hacer nada más en el camino."
Capítulo 60 Capítulo 62
...
Nota del
Traductor
El próximo capítulo lo tendré listo como mínimo en dos semanas.
Tiene el mote de final para la saga de la Prisión de Standford pero
no se apresuren a celebrar, porque después siguen las Conclusiones y
ese es un capítulo de extensión larga que podría tardarme un mes
en traducir. Y sumando el omake, faltan dos meses para que yo por fin
empiece a trabajar en la versión PDF de HPMOR. Si quieren hacer
recomendaciones de dónde puedo ponerlo disponible para comodidad de
todos, hagan un comentario para hacérmelo saber. Creo que en primer
lugar lo pondré en mi blog, mas sigo abierto a sugerencias.
Éste capítulo es muy intenso, podemos ver todo desde la perspectiva
de Minerva y conocer más a Dumbledore y Severus. Una vez más, en
éste episodio podemos ver como usando las pistas correctas se puede
llegar a una conclusión equivocada.
Tras leer la parte sobre lo perfeccionista que es Voldemort y cómo
era lógico que buscara a su sirviente más fiel y fuerte, me hace
pensar que la verdadera causa de la caída del Voldemort canon es
haber escogido la mano de Colagusano. Es un pensamiento muy divertido
para mí, no sé para otros. Igualmente, el intercambio sobre el desastre local que es Harry, precioso.
Creo que no me quedó tan mal el Photoshop de Minerva, para ser cosa elaborada en minutos desde luego.
Ya casi llega Diciembre época de feliz reencuentro con mi novia y
eso me pone de buen humor. También les deseo a ustedes felices
fiestas.
Agradecimientos especiales a MadameNullaRen, SrtaPoetry y Dorabel
Essa que me enviaron comentarios que me alegraron mucho.
Como siempre, gracias por leer.
...
Escrito
por Less
Wrong / Eliezer Yudkowsky
Traducido
al español por +Rhaidot
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