Bienvenidos a la segunda parte de la colaboración imaginaria entre Stephen King y Pixar.
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King le prometió a Pixar un clásico del horror, pero produjo una obra ejemplar de Gore. Las personas se asquearon hasta vomitar con la idea de una rata cocinera, capaz de manipular a los seres humanos jalándolos de sus cabellos. La premisa no sólo era escalofriante, además era brillante. La frase "cualquiera puede cocinar" resonó en la mente de todos al salir de cine, y nadie comió tranquilo durante mucho tiempo. King le atribuyó su escritura, a la inspiración que le dio su breve y alocada relación con Lindsey Lohan.
Otra cinta de ciencia ficción que le permitió a Pixar vender un montón de juguetes. King escribió Wall-E mientras recorría Europa como mochilero, haciéndose pasar por un famoso cantante de rock. A pesar de estar más cerca de los cincuenta que de los cuarenta, el escritor tuvo más sexo desenfrenado que un adolescente en los setenta. Y a raíz de su exagerada actividad sexual se lesionó la espalda, lo que se convirtió en un catalizador para su siguiente guión.
Stephen King se representó a sí mismo de una manera cruda y brutal en Up. Tras lastimarse por tanto sexo, se sintió más viejo y débil que nunca. El divorcio de su esposa y la perdida de la custodia de sus hijos fue bellamente representa con la trágica soledad de Carl Fredricksen. Pixar hizo mucho dinero con el sufrimiento del escritor, aunque King terminó ganando más de lo que esperaba. Su esposa Tabitha, conmovida por la película más autobiográfica de su ex-marido, decidió darle una nueva oportunidad. Éste, sin rechistar, aceptó todas las condiciones de la mujer de su vida.
"Cuando estás con tu vaquero se que estás protegido." Le decía su esposa a King, y tenía más razón de lo que cualquiera hubiera terminado. Para Pixar se trataba de seguir explotando la franquicia, para King lo importante era darle un punto final, un cierre, como él tanto repitió. Fue claro que la nueva vida de King influyó mucho en Toy Story 3, una historia de nuevos comienzos, de amistad, de amor filial, de desesperanza y esperanza a la vez. En definitiva, fue una tercera parte que tocó nuestros corazones. La mañana siguiente a la triunfante premier, King salió a hacer ejercicio cerca de su casa, corriendo al borde de la carretera para poder aspirar el aire puro de las montañas. Infortunadamente, el hombre que condujo directo hacía él no estaba ebrio de naturaleza, sino de alcohol.
Stephen King creyó que había muerto. Y por un par de minutos lo estuvo. Se salvó gracias a su determinación, ese fue el diagnostico de los doctores. Cuando le preguntaron porque luchó tanto por vivir, respondió que no iba a darle el gusto a Dios de llevárselo cuando, después de casi treinta años, volvía a tener un cuerpo saludable. Así que King regresó de la tumba, y escribió la que, hasta la fecha, a sido lo más cercano a una mala película de Pixar. Se siente mal odiarla, mas es inevitable. No hay nada original ni hermoso, son 106 minutos de una trama complica sin sentido y explosiones gratuitas. Los fans la odiaron, los críticos la aplastaron, y nadie más que King se sintió orgulloso de ella, porque asegura que es una metáfora de su encuentro con la muerte. Nadie más que él ha defendido esa idea, y son muchos los que se preguntan si se había pegado muy duro en la cabeza.
En cambio, todos creen que esta sí es la película por la que Stephen King merecía vivir. Mostrándonos por primera vez a una protagonista femenina, las audiencias pudieron gozar una batalla contra el destino que los logró enternecer hasta el punto de llorar. Algunos fans extremos de King, la desprecian por tener los pies más en el género de acción que de terror, pero son una minoría, porque la mayoría opina que esta es, probablemente, su Magnus Opus.
La más reciente creación del grupo King/Pixar. No es una mala película, al contrario, es una precuela que cumple lo que promete. Sin embargo, no estuvo a la altura de Brave. Monsters University es como la primera novia que tuvimos, compartimos buenos momentos con ella, pero ya no queremos pensar en esos momentos.
Sin duda alguna, la gente quiere más de Stephen King, el superviviente, el luchador, el que se salió del mal camino. ¿Lo volveremos a ver? Con cuatro obras que Pixar ya está animando -The Good Dinosaur (2015), Inside Out (2015), Finding Dory (2016), Día de muertos (2016)- y otras dos que King se encuentra escribiendo al tiempo -The Incredibles 2 y Cars 3- nada más que el tiempo dirá si la magia todavía sigue allí.
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Bueno, y así llegamos al fin de esta extraña fotoplastía literaria. Pasé un buen rato haciéndola, espero que haya sido de su agrado. Tal vez haga una tercera parte en muchos años, cuando Pixar haya producido siete películas más, esperemos que Stephen King siga vivo para entonces.
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