Capítulo 90 Capítulo 92
Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad
"Necesito tu búho, tu túnica, tu varita y tu bolsa de okane." Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad por AxnoR |
Capítulo 91: Roles, Parte 2
Nota del Autor: Este capítulo no contiene un spoiler para ninguna novela de Orson Scott Card. Es una metáfora.
...
Poco después, hubo otro llamado a la puerta del depósito.
"Si de hecho le preocupa mi salud mental," el niño dijo sin levantar la vista, "usted se va a ir, me va a dejar a solas, y esperar hasta que yo baje a cenar. Esto no me va a ayudar."
La puerta se abrió, y el que había estado esperando afuera penetró dentro del recinto.
"¿En serio?" el niño preguntó categóricamente.
La puerta se cerró e hizo clic detrás de Severus Snape.
El Maestro de Pociones de Hogwarts no lucía su usual arrogancia, ni el disfraz desapasionado que ordinariamente había asumido en la oficina del Director; su expresión era extraña, al contemplar al niño que protegía esa puerta; sus pensamientos insondables.
"Tampoco puedo imaginar lo que la Directora Adjunta está pensando," declaró el Maestro de Pociones de Hogwarts. "A menos que sea servirte como una advertencia de a donde vas a llegar, si decides asumir la culpa de su muerte sobre ti."
Los labios del niño se apretaron. "De acuerdo. Vamos a adelantar hasta el final de esta conversación. Usted gana, Profesor Snape. Le concedo que usted fue más responsable por la muerte de Lily Potter que yo responsable por la muerte de Hermione Granger, y que mi culpa no puede sobrepasar su culpa. Y luego le pido que se vaya, y usted les avisa que probablemente sea mejor dejarme a solas por un tiempo. ¿Ya terminamos?"
"Casi," el Maestro de Pociones contestó. "Soy aquel que ponía notas bajo la almohada de la Señorita Granger, avisando donde encontrar las batallas en que ella intervenía."
El niño no reaccionó para nada. Finalmente habló. "Porque le disgustan los abusos."
"No por eso solamente." Había una nota de dolor en la voz del Maestro de Pociones que sonaba extrajera en él; era difícil imaginar que era la misma voz ácida que instruía a los niños para no remover una vez de más o iban a estallar sus muñecas. "Tendría que haberme dado cuenta... mucho más antes, supongo, y aún así no me di cuenta, pues estaba enteramente absorbido en mí mismo. El que yo fuera puesto como Jefe de Slytherin... significa que Albus Dumbledore ha perdido enteramente la fe en que la Casa de Slytherin pudiera ser ayudada. Tengo la certeza de que Dumbledore lo intentó, no puedo imaginar que él no lo haya intentando, cuando primero se le confió el cuidado de Hogwarts. Debe haber sido un severo golpe para él, cuando demasiados Slytherin respondieron a la llamada del Señor Oscuro... no me habría puesto en autoridad de esa Casa, actuando como lo hice, a menos de que hubiese perdido toda esperanza." Los hombros del Maestro de Pociones cayeron, bajo su túnica manchada y sucia. "Pero usted y la Señorita Granger estaban intentando hacer algo, y los dos incluso lograron atraer al Sr. Malfoy y la Señorita Greengrass, y quizá esos dos podrían haber dado un ejemplo diferente... Supongo que fue tonto de mi parte creer. El Director no sabe lo que yo he hecho, y le pido que no se lo cuente."
"¿Por qué me está revelando esto?"
"La situación se ha vuelto demasiado seria para no decírselo a alguien." Los labios de Severus Snape se curvaron. "He visto suficiente planeación desastrosa, durante mi tenencia como Jefe de Slytherin, para saber cómo salen a veces esas cosas. Si, en el futuro, todo debe salir a la luz - entonces al menos te lo he contado a ti, y tú lo podrás revelar así."
"Adorable," el niño comentó. "Gracias por aclarar eso. ¿Es eso todo?"
"¿Tienes la intención de declarar que tu vida ahora es una ruina y que no te queda nada aparte de la venganza?"
"No. Todavía tengo -" El niño se interrumpió a sí mismo.
"Entonces no hay más consejo que te pueda dar," concluyó Severus Snape.
El niño asintió distante. "En nombre de Hermione, gracias por ayudarla contra los abusones. Ella llegaría a afirmar que eso era lo correcto por hacer. Y ahora estaría en deuda con usted si les pudiera decir que me dejen a solas."
El Maestro de Pociones abrió la puerta, y cuando su cara no era visible, su voz fue un susurro. "Realmente lamento tu perdida."
Severus Snape se fue.
El niño quedó con la vista fija tras él, intentando recordar, tan bien como pudo a la distancia, palabras que habían sido pronunciadas algún tiempo atrás.
Tus libros te traicionan, Potter. Ellos no te hablan de lo único que necesitas saber. No puedes aprender de los libros lo que es perder a la persona que amas. Eso es algo que nunca podría saber sin experimentarlo por usted mismo.
Había sido algo como eso, el niño pensó, si recordaba correctamente.
...
Ya habían pasado horas, en la sección de la enfermería con su puerta cerrada que detrás tenía un cuerpo yaciente.
Harry siguió observando fijamente su varita, mientras reposaba en su regazo. A los diminutos rasguños y manchas sobre las once pulgadas de acebo, desperfectos que nunca habría notado de no ver tan cerca. Un rápido cálculo mental le dijo que no tenía razón para preocuparse si este era el daño acumulado tras seis o siete meses, entonces un tiempo de vida estándar no iba a desgastar la varita por completo. En aquel momento, probablemente le había preocupado que le fuera quitado su propio Giratiempo de haber gritado sin más a pleno pulmón '¿Alguien tiene un Giratiempo?' en medio del Gran Comedor, pero así habría sido bastante fácil comprometerse de antemano a, después del almuerzo, encontrar a alguien que pudiera enviar al Profesor Flitwick un mensaje dos horas atrás y entonces el Profesor Flitwick podría simplemente haber ido directo hasta Hermione, o enviar su cuervo Patronus hacia ella, mucho antes de que el trol estuviera cerca de ella. ¿O podría ser que ese Harry alternativo hubiese descubierto que ya era demasiado tarde - escuchado sobre la muerte de Hermione después del almuerzo y antes de poder comprar cualquier mensaje enviado atrás en el tiempo? Quizá una guía básica de trabajar con los viajes en el tiempo era asegurarse no correr el riesgo de enterarse que era demasiado tarde, si aún no habías retrocedido. Ahora había una pequeña quemadura química en la punta de su varita, era presumible que fuera por contactar el ácido que el parcialmente había Transformado en el cerebro del trol, sin embargo la varita parecía robusta contra pequeñas cantidades perdidas de madera. Realmente el concepto de 'varita mágica' como requisito se volvía más extraño mientras más lo considerabas. Aunque si los hechizos siempre eran inventados de alguna misteriosa manera, nuevos rituales siendo tallados como nuevas palancas sobre la máquina desconocida, podría ser nada más que las personas siguieran inventando rituales que involucran a las varitas, del mismo modo que inventan frases como 'Wingardium Leviosa'. Realmente parecía como si la magia debiera ser, en algún sentido, casi arbitrariamente poderosa, y ciertamente sería conveniente si Harry podía simplemente sobrepasar cualquier limitación conceptual que prevenía a las personas inventar hechizos como 'Solamente Arregla Todo Por Siempre', pero por alguna razón nada era así de fácil cuando la magia estaba involucrada. Harry volvió a observar su reloj mecánico otra vez, aunque todavía no era tiempo.
Había intentado invocar el Encantamiento Patronus, con el propósito de pedir a su Patronus que fuera hasta Hermione Granger. Sólo en caso de que todo fuera una mentira, un Encantamiento de Memoria Falsa o una de las quién-sabe-cuántas-maneras que los magos podían usar para cerrar sus ojos y soñar. Sólo en caso de que la Hermione real estuviera viva y siendo retenida en algún lugar, a pesar de haber sentido cómo su vida la había abandonado. Sólo en caso de que hubiese una vida después de la muerte y que el Verdadero Patronus la pudiera alcanzar.
Sin embargo el hechizo no había funcionado, así que esa prueba en particular había fallado en entregar evidencia alguna, quedando únicamente con el previo, desfavorable resultado anterior.
El tiempo pasó, y aún más tiempo todavía. Desde el exterior no habrías visto más que a un niño, sentado, mirando fijamente su varita con expresión abstracta, observando su reloj cada dos minutos más o menos.
La puerta a la sección de la enfermería se abrió otra vez.
El niño sentado ahí levantó la vista con una mortal, helada mirada.
Luego el rostro del niño se desbarató, y se puso de pie a toda prisa.
"Harry," saludó el hombre con la camisa formal abotonada y un chaleco negro por encima. Su voz era áspera. "Harry, ¿qué está sucediendo? El Director de tu escuela - ¡apareció con esa ridícula túnica en mi oficina y me comunicó que Hermione Granger había muerto!"
Un momento después una mujer siguió al hombre dentro del cuarto; parecía menos confundida que el hombre, menos excitada y más aterrada.
"Papá," el niño dijo en voz baja. "Mamá. Sí, ella está muerta. ¿No les contaron nada más?"
"¡No! Harry, ¿qué está sucediendo?"
Hubo una pausa.
El niño se recostó contra la pared. "Yo no p-puedo, no puedo, no puedo hacer esto."
"¿Qué?"
"No puedo pretender ser un niño pequeño, s-simplemente no tengo la energía para eso ahora."
"Harry," la mujer lo llamó desfallecida. "Harry -"
"Papá, ¿conoces esos libros de fantasía donde el héroe tiene que esconder todo de sus padres porque ellos, ellos no van a entender, van a reaccionar estúpidamente y entrometerse en el camino del héroe? Es un dispositivo de la trama, correcto, para que el héroe tenga que resolver todo por su cuenta en vez de decírselo a sus padres. P-por favor no sean ese dispositivo de la trama, Papá, ni tu tampoco, Mamá. Solamente... no jueguen ese rol. No sean los padres que no comprenden. N-no me griten y denme demandas parentales que yo no puedo seguir. Porque me he metido dentro de una condenada y estúpida novela de fantasía y ahora lo de Hermione - yo s-sólo no tengo la energía para lidiar con eso."
Lentamente, como si sus extremidades apenas estuvieran medio animadas, el hombre dentro del chaleco negro se agachó al lado de donde Harry estaba recostado, para que sus ojos estuvieran a la misma altura de los de su hijo. "Harry," el hombre dijo. "Necesito que me cuentes todo lo que ocurrió, ahora mismo."
El niño respiró profundamente, tragó saliva. "Ellos me c-contaron que el Señor Oscuro que derroté podría seguir con vida todavía. Como si esa no fuera la t-trama de cientos de puñeteros libros, ¿verdad? Además, también podría ser que el Director de mi escuela, quien es el mago más poderoso en el mundo, se haya vuelto loco. Y, y Hermione fue culpada de intento de homicidio poco antes de esto, no que alguien le haya contado a sus padres al respecto ni por asomo. El estudiante al que ella fue incriminada de intentar matar es el hijo de Lucius Malfoy, quien es el más poderoso político de la Bretaña mágica, y solía ser el número dos del Señor Oscuro. La posición del Profesor de Defensa en esta escuela tiene una maldición encima, nadie dura más que un año, tienen un dicho de que el Profesor de Defensa siempre es un sospechoso. El Profesor de Defensa de este año es secretamente un misterioso mago que se opuso al Señor Oscuro durante la última guerra y podría ser o no malvado. También el Maestro de Pociones ha tenido el corazón roto a causa de Lily Potter durante años y podría estar detrás de todo este asunto por alguna razón psicológica retorcida." Los labios del niño se apretaron amargamente. "Creo que esa es la mayor parte de la condenada y estúpida trama."
El hombre, que había estado escuchando todo esto en silencio, se puso de pie. Puso una mano gentil sobre el hombro del niño. "Eso es suficiente, Harry," él concluyó. "He escuchado suficiente. Vamos a abandonar esta escuela y llevarte con nosotros."
La mujer estaba contemplando al niño, su cara planteando una pregunta.
El niño le devolvió la mirada a ella y asintió.
La voz de la mujer era débil al hablar. "Ellos no nos van a dejar, Michael."
"Ellos no tienen derecho legal para detenernos -"
"¿Verdad? Usted son Muggles," lo interrumpió el niño. Sonrió torcidamente. "Ustedes tienen tanto derecho en el sistema legal de la Bretaña mágica como un ratón. Ningún mago se va a preocupar de sus argumentos sobre los derechos, sobre lo justo, ni siquiera se van a tomar el tiempo de escuchar. Ustedes carecen de cualquier poder, ven, así que ellos no tienen que tomarse la molestia. No, Mamá, no estoy sonriendo así porque esté de acuerdo con sus políticas Muggles, estoy sonriendo porque estoy en desacuerdo con tus políticas para los niños."
"Entonces," el Profesor Michael Verres-Evans declaró con firmeza, "tendremos que ver lo que el gobierno real tiene que decir sobre eso. Conozco a uno o tres Miembros del Parlamento -"
"Ellos van a decir, que estás loco, ten una linda estadía en este asilo. Eso es asumiendo que los Borradores de Memoria del Ministerio no te encuentren antes y borren tus recuerdos. Ellos hacen eso a los Muggles todo el tiempo, por lo que he escuchado. Deduzco que los verdaderos superiores en nuestro gobierno han realizado algunas lindas acomodaciones para su propio beneficio. Quizá reciban un par de Encantamientos de sanación de vez en cuando, si resulta que alguien importante se las arregla para tener cáncer." El niño volvió a enseñar esa sonrisa torcida. "Y esa es la situación, Papá, como Mamá ya lo sabe. Ellos nunca los habrían traído aquí o dicho nada, de haber una sola cosa que ustedes pudieran hacer al respecto."
La boca del hombre se abrió aunque ninguna palabra salió, como si hubiese estado leyendo un guión que iba describiendo lo que un padre preocupado debía hacer en este tipo de situación, y este guión de repente había llegado a una página en blanco.
"Harry," la mujer habló desfallecida.
El niño la contempló a ella.
"Harry, ¿algo te pasó a ti? Pareces... diferente..."
"¡Petunia!" el hombre exclamó, su lengua aparentemente funcionando una vez más. "¡No pronuncies semejantes cosas! Él está bajo estrés, eso es todo."
"Bueno, Mamá, verás -" La voz del niño se rompió. "¿Estás segura de que quieres todo esto de un solo golpe, Mamá?"
La mujer asintió, aunque no habló.
"Tengo... ¿saben cómo el psiquiatra de esa escuela consideró que yo tenía problemas para manejar la ira? Bueno -" El niño se detuvo, y tragó saliva. "No sé cómo explicarte esto a ti, Mamá. En realidad se trata de algo mágico. Probablemente tiene algo que ver con lo que sucedió en la noche en que mis padres murieron. Yo tengo... bueno, lo había estado llamando mi misterioso lado oscuro y sé que suena como un chiste y yo sí revisé con... con un antiguo y telepático sombrero mágico para tener la certeza de que mi cicatriz no era en realidad habitada por el espíritu del Señor Oscuro y afirmó que únicamente había una persona bajo sus bordes y de todos modos no creo que los magos tengan almas puesto que ellos todavía pueden sufrir daño cerebral, sólo que -"
"¡Harry, más despacio!" pidió el hombre.
"- sólo que, sólo que sea lo que sea, sigue siendo real, hay algo dentro de mí, me dio fuerza de voluntad cuando las cosas se pusieron mal, pude enfrentar lo que fuera siempre y cuando estuviera enojado, Snape, Dumbledore, el Wizengamot entero, mi lado oscuro no tenía miedo de nada excepto de los Dementores. Y yo no fui estúpido, sabía que podría haber un precio por usar mi lado oscuro y seguí investigando para descubrir cuál podría ser el precio. No cambió mi magia, no parecía causar un cambio permanente de alineamiento, no intentó alejarme de mis amigos ni nada como eso, así que lo seguí usando cuando fuera que lo necesitaba y únicamente descubrí cuál era el precio demasiado tarde -" La voz del niño se había vuelto casi un susurro. "Únicamente lo descubrí hoy... cada vez que lo llamó... va consumiendo mi infancia. Yo asesiné a la cosa que mató a Hermione. Y no fue mi lado oscuro quien lo hizo, fui yo. Oh, Mamá, Papá, lo lamento."
Hubo un largo silencio llenado con el sonido de las máscaras al romperse.
"Harry," el hombre dijo, volviendo a arrodillarse, "Necesito que comiences desde el principio y me expliques eso mucho más lentamente."
El niño habló.
Los padres escucharon.
Algún tiempo después, el padre se puso de pie.
El niño levantó la vista hacia él, haciendo una mueca a causa de una amarga anticipación.
"Harry," el hombre declaró, "Petunia y yo vamos a sacarte de aquí tan pronto como sea posible -"
"No," el niño le advirtió. "Lo digo en serio, Papá. El Ministerio de Magia no es algo contra lo que puedas luchar. Pretende que son la oficina de impuestos o el decano o algo más que no va tolerar ningún reto a su dominio. En la Bretaña mágica sólo se te permite recordar lo que el gobierno cree que tú deberías recordar, y recordar la existencia de la magia o que tienes un hijo llamado Harry es un privilegio, no un derecho. Y si ellos hacen eso me voy a romper y convertir el Ministerio en un gigantesco cráter flamante. Mamá, conoces el marcador, absolutamente tienes que impedir que Papá intente algo estúpido."
"E hijo -" El hombre se frotó sus sienes. "Quizá no debería mencionar esto ahora... ¿pero estás seguro de que lo que estás hablando es realmente tu oscuro lado mágico, y no algo normal para un niño de su edad?"
"Normal," el niño argumentó con elaborada paciencia. "¿Normal cómo, exactamente? Podría revisar de nuevo, aunque estoy razonablemente seguro de que no había nada como eso en Creciendo juntos: de la infancia a la adolescencia con cariño y respeto. Mi lado oscuro no es únicamente un estado emocional, me hace más inteligente. De algunas maneras, al menos. No puedes ir y así como así pretender hasta hacerte más inteligente."
El hombre se volvió a frotar su cabeza. "Bueno... hay un cierto fenómeno bien conocido donde los niños pasan por un proceso biológico que a veces puede hacerlos poner enojados y oscuros y siniestros, y este proceso también incrementa de modo significante su inteligencia y altura -"
El niño se volvió a recostar contra la pared. "No, Papá, no es que me esté convirtiendo en un adolescente. Revisé con mi cerebro y todavía cree que las niñas son asquerosas. Sin embargo si eso es lo que quieres pretender, entonces está bien. Quizá me vaya mejor si no me crees. Sólo que -" La voz del niño se ahogó. "Sólo que no era capaz de mentir al respecto."
"La adolescencia no funciona de ese modo necesariamente, Harry. Todavía podría requerir un tiempo para que te atraigan las chicas. Si es que, de hecho, aún no te ha atraído una -" y el hombre se detuvo de manera abrupta.
"No me gustaba Hermione de ese modo," el niño murmuró. "¿Por qué todos siguen pensando que tiene que tratarse de eso? Es una falta de respeto para ella, creer que alguien únicamente la podría querer de ese modo."
El hombre tragó saliva visiblemente. "Como sea, hijo, mantente a salvo mientras logramos sacarte de aquí, ¿comprendes eso? No vayas por ahí pensando que de hecho te pasaste al lado oscuro. Sé que has tenido, ah, lo que yo solía llamar tus momentos Ender Wiggin -"
"Creo que ya hemos dejado bien atrás a Ender y ya estamos como cuando los insectores mataron a Valentine."
"¡Lenguaje!" exclamó la mujer, y luego su mano voló a cubrir su boca.
El niño habló con cansancio. "No ese tipo de insectos, Mamá. Son extraterrestres insectoides - no importa."
"Harry, eso es exactamente lo que te estoy diciendo que no deberías pensar," el Profesor Verres-Evans habló con firmeza. "No debes ir por ahí creyendo que te estás volviendo malvado. No debes herir a nadie, ponerte en situaciones peligrosas, o meterte con cualquier tipo de magia negra o lo que sea, mientras tu Mamá y yo trabajamos en sacarte de esta situación. ¿Está claro, hijo?"
El niño cerró sus ojos. "Ese sería un maravilloso consejo, Papá, si estuviera en una historieta."
"Harry -" el hombre inició.
"La Policía no puede hacer eso. Los soldados no pueden hacer eso. El mago más poderoso en el mundo no pudo hacer eso, y él lo intentó. No es justo para los espectadores inocentes que juegues a ser Batman si en realidad no puedes proteger a todos bajo ese código. Y acabo de demostrar que no puedo."
Parches de sudor resplandecían sobre la frente del Profesor Michael Verres-Evans. "Ahora tú escúchame a mí. Sin importar lo que hayas leído en libros, ¡no se supone que tú estés protegiendo a nadie! ¡O involucrado en cualquier cosa peligrosa! ¡Absolutamente nada peligroso sin importar la razón! ¡Simplemente quédate al margen de todo, de cada locura que ocurre en este manicomio, mientras te sacamos de aquí en el primer instante que nos sea posible!"
El niño miró de modo inquisitivo a su padre, luego a su madre. Luego volvió a contemplar su reloj de pulsera.
"Excelente punto," declaró el niño.
El niño marchó hacia la puerta que llevaba hacia afuera, y la abrió de par en par.
...
La puerta se abrió de par en par con un crujido que causó que Minerva se diera un sobresalto, y antes de que hubiese tenido tiempo de pensar, Harry Potter marchó afuera del cuarto, viéndola directamente a ella con ojos rutilantes.
"Usted trajo a mis padres aquí," el Niño-Que-Vivió dijo. "A Hogwarts. Donde Quien-Tú-Sabes o alguien está acechando, atacando a mis amigos. ¿Qué estaba pensando exactamente?"
Ella no replicó que había estado pensando sobre Harry sentado en frente de la puerta del depósito conteniendo el cuerpo de Hermione, rehusando moverse.
"¿Quién más sabe sobre esto?" Harry Potter demandó. "¿Alguien los vio con usted?"
"El Director los trajo aquí -"
"Los quiero fuera de aquí inmediatamente antes de que alguien más lo sepa, especialmente Quien-Tú-Sabes, pero también incluyendo al Profesor Quirrell o al Profesor Snape. Por favor envíe su Patronus al Director e informe que él necesita llevarlos de inmediato. No mencione a mis padres por sus nombres, o como personas, en caso de que alguien más esté escuchando."
"En efecto," añadió el Profesor Verres-Evans, asintiendo severamente parado detrás del niño, Petunia un paso detrás de él. Su mano reposando firmemente sobre el hombro de Harry. "Terminaremos de hablar con nuestro hijo en casa."
"Un momento, por favor," Minerva replicó con reflexiva amabilidad. Su primer intento para lanzar el Patronus había fallado, una desventaja del Encantamiento bajo ciertas circunstancias. No era la primera vez que lo había realizado en situaciones similares, aunque parecía haber perdido la costumbre -
Minerva anuló el pensamiento y se concentró.
Cuando el mensaje fue enviado, ella se giró hacia el Profesor Verres-Evans. "Señor," ella habló, "me temo que el Sr. Potter no debe abandonar la Escuela de Hogwarts -"
Para cuando Albus finalmente llegó, había gritos, el hombre Muggle había renunciado a toda su dignidad. Al menos había gritos en un lado de la discusión. El corazón de Minerva no estaba para eso. La verdad es que ella no podía creer en las palabras que estaban saliendo de su boca.
Cuando el Profesor se giró a discutir con el Director, Harry Potter, quien había permanecido en silencio durante todo esto, levantó la voz. "No aquí," declaró Harry. "Puedes discutir con él en cualquier lugar excepto Hogwarts, Papá. Mamá, por favor, por favor asegúrate que Papá no intente nada que lo meta en problemas con el Ministerio."
La cara de Michael Verres-Evans se retorció. Se giró, observando a Harry Potter. Cuando su voz surgió era áspera, acompañada por agua en sus ojos. "Hijo - ¿qué estás haciendo?"
"Ya sabes perfectamente lo que estoy haciendo," Harry Potter explicó. "Leíste todos esas historietas antes de dármelas a mí. He pasado a través de un montón de basura, madurado un poco, y ahora estoy protegiendo a mi familia. De hecho, es más simple que eso, sabes lo que estoy haciendo porque intentaste hacer lo mismo. Estoy haciendo que mis seres queridos salgan de Hogwarts de inmediato, eso es lo que estoy haciendo. Director, por favor los debe sacar de aquí antes de que Quien-Tú-Sabes descubra su presencia y ordene su muerte."
Michael Verres-Evans empezó una frenética carrera hacia Harry, y entonces todo movimiento se detuvo con el hombre Muggle inclinándose hacia adelante en su vuelo.
"Lo lamento," el Director habló en voz baja. "Pronto hablaremos de nuevo. Minerva, estaba con los otros cuando me llamaste, están esperando en tu oficina."
El Director pasó hacia adelante como si se estuviera deslizando, hasta que estuvo de pie en medio de el hombre y la mujer que estaban congelados; y hubo otro destello de flamas.
El movimiento regresó.
Minerva miró a Harry.
Las palabras no salieron de ella.
"Astuto movimiento, haberlos traído aquí," Harry Potter dijo. "Probablemente ha dañado nuestra relación permanentemente. Todo lo que quería era estar malditamente solo hasta la maldita hora de la cena. La que," el niño observó su reloj de pulsera, "es ahora de todos modos. Voy a ir a decir adiós a Hermione por mi cuenta, que prometo tomará menos de dos minutos, y después de eso me iré y voy a comer algo como lo habría hecho al final de cuentas. No me perturbe durante esos dos malditos minutos o me voy a romper e intentar asesinar a alguien, lo digo en serio, Profesora."
El niño se giró y con largas zancadas se movió dentro del pequeño cuarto, abrió la puerta trasera donde era guardado el cuerpo de Hermione Granger, y con largas zancadas penetró dentro antes de que pudiera pensar en algo para decir. A través de la entrada vio una fugaz vista que ella sabía ningún niño debía ver -
La puerta se cerró de un portazo.
Empezó a adelantarse, sin pensar.
A mitad del camino hacia la puerta, se detuvo a sí misma.
Su mente seguía lenta, y herida, y la parte de ella que Harry Potter habría llamado la foto de una disciplinadora severa que estaba pronunciando palabras sobre comportamiento inapropiado de parte de los niños. El resto de ella no pensaba que fuera una buena idea dejar a ningún niño, incluso Harry Potter, a solas en un cuarto con el sangrante cuerpo de su mejor amiga. Pero el acto de abrir la puerta, o imponer cualquier tipo de autoridad, no le pareció muy sabio a ella. No había algo correcto por hacer, y nada correcto para decir; o si había algún camino correcto, ella lo desconocía.
Muy lentamente, un minuto y medio pasó.
...
Cuando la puerta se abrió de nuevo, Harry parecía haber cambiado, como si ese minuto y medio hubiese pasado un montón de vidas atrás.
"Selle el cuarto," Harry pidió en voz baja, "y vayámonos, Profesora McGonagall."
Ella caminó hacia la puerta del depósito. No fue capaz de evitarlo por completo y terminó observando, y vio la sangre seca, la sabana cubriendo la parte baja de la mitad, la parte superior del cuerpo cerosa como si fuera una muñeca, y un vistazo de los ojos cerrados de Hermione Granger. Algo dentro de ella empezó a sollozar otra vez.
Ella cerró la puerta.
Sus dedos se movieron sobre su varita, su boca habló palabras sin pensar, Encantamientos y protecciones para sellar el cuarto contra cualquier entrada.
"Profesora McGonagall," Harry dijo con extraña voz, como si estuviese leyendo un guión, "¿usted tiene la roca? ¿La roca que el Director me dio? Debería Transformarla en una joya de nuevo, ya que demostró ser útil."
Automáticamente sus ojos fueron hacia el anillo en el dedo meñique izquierdo de Harry, notando el vacío en el engastado donde tendría que haber estado la joya. "Debería mencionarlo al Director," su lengua replicó.
"¿Es esa una táctica usual, por cierto?" Harry inquirió, voz todavía extraña. "¿Cargando algo grande Transformado en algo más pequeño para usar como un arma? ¿O es ese un ejercicio usual para practicar Transformación?"
De modo distante, ella negó con su cabeza.
"Bueno, vayámonos, entonces."
"Tengo que -" su voz se detuvo. "me temo que tengo algo más que debo hacer, ahora mismo. ¿Va a estar bien por tu cuenta, y prometes ir al Gran Comedor directamente y comer algo, Sr. Potter?"
El niño prometió (salvo circunstancias excepcionales e imprevistas, una cláusula que ella no discutió) y luego salió caminando del cuarto.
Lo que aguardaba delante de ella... no sería fácil, ciertamente, y podría ser precisamente más difícil.
...
Minerva caminó hacia su oficina con paso veloz; no lentamente, porque eso habría sido una descortesía.
La Profesora McGonagall abrió la puerta a su oficina.
"Madam Granger," su voz saludó, "Sr. Granger, lamento terriblemente -"
...
Capítulo 90 Capítulo 92
Nota del Traductor (16 de Noviembre de 2019)
Alcancé a publicar un día antes de lo esperado. El próximo capítulo es de 2.000 palabras, por lo que, con algo de suerte, debería estarlo publicando mañana en Patreon y el 24 de Noviembre para todos los demás.
Hubo un chiste con los insectores que se perdió en la traducción porque suena parecido a "mocos" de ahí el llamado de atención de Petunia, pero imposible la adaptación del chiste, sobretodo porque en español dichos bichos ya son muy conocidos como insectores o fórmicos.
Hubo un chiste con los insectores que se perdió en la traducción porque suena parecido a "mocos" de ahí el llamado de atención de Petunia, pero imposible la adaptación del chiste, sobretodo porque en español dichos bichos ya son muy conocidos como insectores o fórmicos.
Esta entrada fue posible gracias a Rocio Tou, Sergio Andres Rodriguez Vargas, Nkp, Richard Nole, y Kbrem.
Puedes aprender más sobre los métodos de la racionalidad leyendo Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad. Si quieres ir al infinito y más allá, puedes apoyarme en el Patreon de Rhaidot.
Gracias por leer.
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