Capítulo 62 Capítulo 64
Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad
Capítulo 63
El
Experimento
de la Prisión Stanford, Conclusiones
Harry y Hermione |
...
Conclusión,
Hermione Granger:
Ella estaba
empezando a cerrar sus libros y guardar su tarea para prepararse para
dormir, Padma y Mandy hacían otro tanto con sus propios libros al
otro lado de la mesa, cuando Harry Potter ingresó caminando a la
sala común de Ravenclaw; y fue sólo entonces cuando ella se dio
cuenta, que no lo había visto desde el desayuno.
Esa sorpresa fue
rápidamente sobrepasada por una mucho más alarmante.
Había una criatura
alada rojo-dorada sobre el hombro de Harry, una brillante ave de
fuego.
Y
Harry se veía triste y agotado y realmente cansado
como si el fénix fuera la única cosa que lo mantenía de pie, pero
todavía quedaba algo de calor sobre él, si te cruzabas con sus ojos
podrías haber pensado que estabas mirando al Director de alguna
manera, ese fue la impresión que recorrió la mente de Hermione
aunque no tenía ningún sentido.
Harry Potter
atravesó la sala común de Ravenclaw con largas zancadas, pasó
sofás llenos de niñas observadoras, pasó círculos de cartas de
niños contempladores, dirigiéndose a ella.
En
teoría ella no estaba hablando con Harry Potter todavía, su semana
no acababa hasta mañana, sin embargo lo que fuera que estuviera
pasando era claramente
más importante que eso -
"Fawkes,"
Harry dijo, justo cuando ella estaba a punto de abrir la boca, "esa
niña de ahí es Hermione Granger, no está hablando conmigo ahora
mismo porque soy un idiota, mas si quieres estar sobre el hombro de
una buena persona ella es mejor que yo."
Tanta fatiga y dolor
en la voz de Harry Potter -
Pero antes de que
ella pudiera descubrir qué hacer al respecto, el fénix saltó del
hombro de Harry como un fósforo en cámara rápida, resplandeciendo
hacia ella; había un fénix volando frente a sí y con la mirada
fija sobre ella con ojos de luz y flama.
"¿Caw?"
cuestionó
el fénix.
Hermione se lo quedó
mirando, sintiendo que estaba enfrentando una pregunta en un examen
para el cual había olvidado estudiar, la pregunta más importante y
ella había estado toda su vida sin estudiar, no sabía qué
responder.
"Yo
-" ella comentó. "Nada más tengo doce, no he hecho
nada todavía -"
El fénix
simplemente planeó a su alrededor, rotando alrededor sólo con la
fuerza de las puntas de sus alas como el ser de luz y aire que era, y
se remontó de vuelta al hombro de Harry Potter, donde se asentó con
bastante firmeza.
"Niño tonto,"
dijo Padma al frente de ella, viéndose indecisa entre reír o hacer
una mueca, "los fénix no son para niñas inteligentes que hacen
su tarea, son para idiotas que se lanzan directo contra cinco
abusones de Slytherin más grandes. Hay una razón por la que los
colores de Gryffindor son el rojo y el dorado, sabes."
Hubo muchas risas
amistosas en la sala común de Ravenclaw.
Hermione no fue una
de las que se rió.
Tampoco Harry.
Harry
había puesto una mano sobre su propia cara. "Dile a Hermione
que lo lamento," le pidió a Padma, su voz casi cayendo a un
susurro. "Explícale que olvidé que los fénix son animales, no
entienden de tiempo y planeación, no comprenden a las personas que
van
a hacer cosas buenas más adelante – no estoy seguro de que tan
siquiera entiendan lo que una persona es, todo lo que ven es lo que
la gente hace. Fawkes no sabe lo que significa doce. Di a Hermione
que lo siento – yo no debí – nada me sale bien hoy, ¿no es
así?"
Harry se giró para
irse, el fénix todavía sobre su hombro, empezando a arrastrarse
lentamente hacia la escalera que llevaba a su dormitorio.
Y
Hermione no podía dejarlo así, simplemente no
podía
dejarlo así. No sabía si era por su competición con Harry o algo
más. Nada más no podía permitir que acabara con el fénix dándole
la espalda.
Ella
tenía
que -
Su mente interrogó
frenéticamente a toda su excelente memoria, encontrando sólo una
cosa –
"¡Iba a correr
en frente del Dementor para intentar salvar a Harry!" gritó un
poco desesperada al ave rojo-dorada. "O sea, ¡de hecho comencé
a correr y todo! Eso fue estúpido y valiente, ¿correcto?"
Con un trino
tronador el fénix se lanzó una vez más desde el hombro de Harry,
de vuelta hacia ella como una llamarada esparciéndose, le dio la
vuelta tres veces como si fuera el centro de un infierno, y por tan
sólo un momento rozó su mejilla con su ala, antes de remontarse de
vuelta a Harry.
Hubo murmullos en la
sala común de Ravenclaw.
"Te lo dije,"
Harry pronunció en voz alta, y entonces inició la subida de las
escaleras hacia su dormitorio; parecía trepar con mucha velocidad,
como si sus pies fueran más ligeros por alguna razón, por lo que
tras un parpadeó Fawkes y él se habían ido.
Hermione levantó
una mano temblorosa hasta su mejilla donde Fawkes la había tocado
con su ala, un poco de calor residía ahí como un pequeño pedazo de
piel que había sido encendido en llamas gentilmente.
Había respondido la
pregunta del fénix, ella supuso, sin embargo se sintió como si
hubiera pasado el examen raspando, como si hubiera obtenido un 62 y
hubiera podido obtener un 104 de haberse esforzado más.
Si
tan siquiera
lo hubiera intentado.
Ella
no lo había estado
intentando de verdad, cuando reflexionó al respecto.
Nada más haciendo
su tarea -
¿A quién has
salvado?
...
Conclusión,
Fawkes:
Pesadillas, el niño
había esperado, gritos y suplicas y aullidos huracanados de
desolación, el descargo de los horrores que yacían en su memoria, y
de esa forma, quizá, volverse parte del pasado.
Y el niño sabía
que las pesadillas llegarían.
La próxima noche,
llegarían.
El niño soñó, y
en sus sueños el mundo estaba en llamas, Hogwarts estaba en llamas,
su casa estaba en llamas, las calles de Oxford estaban en llamas,
todas resplandeciendo con flamas doradas que brillaban mas no
consumían, y todas las personas caminando a través de las
iluminadas calles estaban resplandeciendo con una luz blanca más
radiante que el fuego, como si ellos mismos fueran flamas, o
estrellas.
Los otros niños de
primer año fueron a la cama, y lo vieron por sí mismos, la
maravilla cuyo rumor ellos ya habían escuchado, que en su cama Harry
Potter yacía silencioso y sin movimiento, una sonrisa gentil sobre
su cara, mientras acomodado sobre su almohada un ave rojo-dorada lo
observaba, con alas luminosas que aleteaban sobre él como una manta
sobre su cabeza.
El ajuste de cuentas
había sido pospuesto una noche más.
...
Conclusión,
Draco Malfoy:
Draco alisó su
túnica, asegurándose de que el borde verde estuviera alineado.
Agitó su varita sobre su propia cabeza y pronunció un Encantamiento
que Padre le había enseñado mientras otros niños seguían jugando
con el lodo, un Encantamiento que lograba que ni una sola mota de
polvo o hilo deshilachado fuera a ensuciar su túnica de mago.
Draco
recogió el misterioso sobre que Padre le había enviado mediante
búho, y lo guardó dentro de su túnica. Ya había usado Incendio
y Everto
sobre la misteriosa nota.
Y entonces se
dirigió al desayuno, para sentarse exactamente cuando la aguja del
reloj señalara el momento en que apareciera la comida, si lo podía
lograr, para que así pareciera que los demás habían estado
esperando su aparición para comenzar a comer. Porque cuando eres el
heredero de Malfoy eras el primer en todo, incluyendo el desayuno,
ese era el por qué.
Vincent y Gregory
estaban esperando por él a las afueras de su cuarto privado, listos
antes de que él lo estuviera – aunque no, por supuesto, vestidos
tan finamente.
La sala común de
Slytherin estaba desierta, de todos modos cualquiera que se hubiera
levantado tan temprano se dirigía directo a desayunar.
Los pasillos del
calabozo estaban silenciosos excepto por sus propios pasos, vacío y
retumbante.
El Gran Comedor era
un alboroto de alarma a pesar de que habían llegado pocos, algunos
niños pequeños lloraban, los estudiantes corrían de un lado para
otro entre las mesas o de pie y agrupados se gritaban los unos a los
otros, un prefecto de bordes rojos estaba parado entre dos
estudiantes de bordes verdes y les gritaba y Snape daba largas
zancadas hacia el desastre -
El ruido disminuyó
un poco en cuanto las personas vieron a Draco, pues algunas de las
caras se giraron para contemplarlo, y guardaron silencio.
La comida apareció
sobre las mesas. Nadie la miró.
Y Snape se giró
sobre sus talones, abandonó su objetivo, y se dirigió directo hacia
Draco.
Un nudo de temor
sujetó el corazón de Draco, le había sucedido algo a Padre – no,
de seguro Padre le habría dicho – lo que fuera que estuviera
sucediendo, por qué Padre no le había contado -
Había bolsas de
fatiga bajo los ojos de Snape, Draco vio a su Jefe de Casa acercarse,
el Maestro de Pociones nunca se había vestido finamente (por decir
lo menos) sin embargo su túnica estaba más sucia y más
desarreglada esta mañana, manchada con grasa extra.
"¿No has
escuchado?" cuchicheó su Jefe de Casa al aproximarse. "Por
el amor de Merlín, Malfoy, ¿no te llega el periódico?"
"Qué pasa,
Profe-"
"¡Bellatrix
Black escapó de Azkaban!"
"¿Qué?"
preguntó
Draco conmocionado, al tiempo que Gregory atrás de él pronunció
algo que realmente no debió y Vincent nada más quedó con la boca
abierta.
Snape lo estaba
mirando fijamente con ojos como rendijas, entonces asintió
bruscamente. "Lucius no te contó nada, entonces. Ya veo."
Snape soltó un bufido, le dio la espalda -
"¡Profesor!"
exclamó Draco. Las implicaciones empezaban a caer sobre él, su
mente girando frenéticamente. "Profesor, qué debería hacer yo
– Padre no me instruyó -"
"Entonces
le sugiero,"
Snape lo cortó en tono burlón, sin dejar de dar zancadas largas,
"que usted les comunique
eso, Malfoy, ¡como su padre deseaba!"
Draco volvió a
observar a Vincent y Gregory, aunque no supo por qué se tomó la
molestia, por supuesto que se veían más confundidos de lo que él
estaba.
Y Draco caminó
hacia la mesa de Slytherin, y se sentó en un extremo lejano, que
todavía seguía vacío de comensales.
Draco puso una
tortilla de salchichas sobre su plato, comenzando a comer con
movimientos automáticos.
Bellatrix Black
había escapado de Azkaban.
¿Bellatrix Black
había escapado de Azkaban...?
Draco
no sabía que hacer con eso, era tan totalmente inesperado como el
Sol apagándose – bueno, se esperaba que el Sol se apagara en seis
billones de años pero esto era tan inesperado como el Sol apagándose
mañana.
Padre no lo habría hecho, Dumbledore no lo habría hecho, nadie
debería haber sido capaz
de hacerlo – qué significaba
– ¿de qué uso
le sería Bellatrix a cualquiera tras diez años en Azkaban –
incluso si volvía a ser fuerte, para qué servía una hechicera
poderosa que estaba completamente loca y fanáticamente devota a un
Señor Oscuro que ya no estaba por los alrededores?
"Oiga,"
dijo Vincent desde su asiento al lado de Draco, "No lo
comprendo, jefe, ¿por qué hicimos eso?"
"¡Nosotros
no lo hicimos, imbécil!" espetó Draco. "Oh, en el nombre
de Merlín, si incluso tú
crees que nosotros – ¿tu padre nunca te contó alguna historia
sobre Bellatrix Black? Ella torturó a Padre una vez, ella torturó a
tu
padre, ella torturó a todos,
¡el Señor Oscuro le ordenó una vez que se hiciera Crucio a sí
misma
y ella lo hizo!
Ella no hacía cosas locas para inspirar miedo y obediencia en el
populacho, ¡ella hacía cosas locas porque es una loca! ¡Es una
perra
eso es lo que es!"
"Oh, ¿en
serio?" preguntó una voz incensada a espaldas de Draco.
Draco no levantó la
vista. Gregory y Vincent estarían cuidando su espalda.
"¡Hubiera
pensado que estarías feliz -"
"- al escuchar
que una Mortífaga había sido liberada, Malfoy!"
Amycus
Carrow había sido siempre una de las otras
personas problemáticas; Padre le había dicho a Draco que se
asegurará de nunca estar a solas en el mismo cuarto con Amycus...
Draco
se giró y le dio a Flora y Hestia Carrow su mueca despreciativa
Número Tres, la que indicaba que él pertenecía a una Casa Noble y
Más Antigua y que ellas no y sí, eso importaba. Draco habló en su
dirección general, ciertamente no los iba a dignificar al dirigirse
a ellos
en particular, "Hay Mortífagos por un lado y hay Mortífagos
por el otro," y entonces se giró de nuevo hacía su comida.
Hubo dos jadeos
rabiosos en unisono, y luego dos pares de zapatos salieron como
trombas hacia el otro lado de la mesa de Slytherin.
Fue unos pocos
minutos después que Millicent Bulstrode corrió hacia ellos,
visiblemente sin aliento, y explicó, "Sr. Malfoy, ¿ya
escuchó?"
"¿Sobre
Bellatrix Black?" replicó Draco. "Sí -"
"No, ¡sobre
Potter!"
"¿Qué?"
"Potter
iba por ahí con un fénix
sobre su hombro ayer en la noche, parecía como si lo hubieran
arrastrado por cincuenta kilómetros de lodo, ¡dicen que el fénix
lo llevó a Azkaban para intentar detener a Bellatrix y que luchó a
duelo con ella e hicieron explotar la mitad de la fortaleza!"
"¿Qué?"
exclamó Draco. "Oh, no hay forma
de que eso sea -"
Draco se paró en
seco.
Había dicho eso un
número de veces sobre Harry Potter y había empezado a notar un
patrón.
Millicent salió
corriendo para informar a alguien más.
"Usted
no cree que en verdad
-" inició Gregory.
"Honestamente
ya no sé que creer," concluyó Draco.
Unos pocos minutos
después, después de que Theodore Nott se hubiera sentado a su lado
y William Rosier se hubiera ido a sentarse con los gemelos Carrow,
Vincent lo codeó suavemente y añadió, "Allí."
Harry Potter había
entrado al Gran Comedor.
Draco lo observó
con atención.
No se veía alarma
sobre el rostro de Harry, ni sorpresa o conmoción, nada más
parecía...
Era la misma mirada
distante, absorbida que Harry vestía cuando estaba intentando
descubrir la respuesta a una pregunta que Draco aún no podía
comprender.
Draco se levantó a
toda prisa de la banca en la mesa de Slytherin, ordenando "Quédense
atrás," y caminó con toda la decorosa velocidad hacia Harry.
Harry pareció darse
cuenta de su acercamiento justo cuando estaba dirigiéndose hacia la
mesa de Ravenclaw, y Draco -
- le dio una rápida
ojeada a Harry -
- y luego siguió de
largo, directo a la salida del Gran Comedor.
Fue un minuto
después que Harry se asomó alrededor de la esquina del pequeño
recoveco de piedra donde Draco había esperado, podría no engañar a
todos mas crearía una negación plausible.
"Quietus,"
pronunció
Harry. "Draco, qué -"
Draco extrajo el
sobre de su túnica. "Tengo un mensaje para ti de parte de
Padre."
"¿Eh?"
soltó Harry, y recibió el sobre de Draco, y lo abrió rasgándolo
en una manera no muy pulcra, y sacó una hoja de pergamino y la
desdobló y -
Harry ingirió una
profunda bocanada de aire.
Luego Harry observó
a Draco.
Entonces Harry bajo
de nuevo la vista al pergamino.
Hubo una pausa.
Harry preguntó,
"¿Lucius te pidió que reportaras mi reacción ante esto?"
Draco se pausó por
un momento, sopesando, y luego abrió su boca -
"Veo
que lo hizo," dijo Harry, y Draco se maldijo a sí mismo, debió
ser mejor, sólo que había
sido difícil decidirse. "¿Qué le vas a contar?"
"Que estabas
sorprendido," contestó Draco.
"¿Sorprendido,"
Harry replicó categóricamente. "Sí. Bueno. Informa eso."
"¿Qué
está
sucediendo?" inquirió Draco. Y luego, cuando vio a Harry con
cara de conflicto, "Si estás lidiando con Padre a mis espaldas
-"
Y Harry, sin una
palabra, le dio a Draco el papel.
Había escrito:
Sé que fuiste
tú.
"QUÉ RAYOS
-"
"Iba
a preguntarte eso a ti,"
pronunció Harry. "¿Tienes alguna
idea de lo que pasa con tu Papá?"
Draco contempló a
Harry.
Entonces
Draco cuestionó, "¿Lo hiciste?"
"¿Qué?"
clamó Harry. "Qué posible
razón tendría yo – cómo
lo haría -"
"¿Lo hiciste,
Harry?"
"¡No!"
Harry respondió. "¡Por supuesto que no!"
Draco había
escuchado con cuidado, pero no había detectado ninguna duda o temor.
Así
que Draco asintió, y añadió, "No tengo ni idea de lo que
Padre está pensando mas no
puede,
o sea no hay posibilidad
de que pueda
ser bueno. Y, este... las personas también dicen por ahí que..."
"¿Qué están
diciendo, Draco?" preguntó Harry con cautela
"En
verdad
un fénix te llevó a Azkaban para intentar evitar que Bellatrix
Black escapara -"
...
Conclusión:
Neville Longbottom
Harry
apenas y acababa de sentarse en la mesa de Ravenclaw por primera vez,
esperando agarrar una porción de comida rápida. Sabía que
necesitaba irse y reflexionar sobre cosas, mas había un pequeño
remanente de la paz del fénix (incluso después del encuentro con
Draco) a la cual quería seguirse aferrando, un bello sueño del cual
no recordaba nada excepto que había sido hermoso; y la parte de él
que no
se sentía
pacífica estaba esperando que todos los yunques terminaran de caer
sobre él, para que cuando se alejara para pensar y estar a solas por
un tiempo, pudiera procesar todos los diversos desastres de una sola
vez.
La mano de Harry
cogió un tenedor, levantó una porción de puré de papás hacia su
boca –
Y hubo un chillido.
A
cada rato alguien más gritaba cuando escuchaba las noticias, pero
las orejas de Harry reconocieron
este en particular -
Harry
se levantó de la banca en un instante, dirigiéndose hacia la mesa
de Hufflepuff, una horrible pesadez hundiéndose en el fondo de su
estómago. Fue una de esas cosas que no consideró cuando decidió
cometer el crimen, porque el Profesor Quirrell había planeado que
nadie lo supiera; y ahora, después, Harry justo – no lo había
considerado
–
Esto,
Hufflepuff comentó con amarga intensidad, también
es tu culpa.
Mas para cuando
Harry llegó allí, Neville estaba sentado y comiendo empanadas y
salchichas fritas con Salsa de Higo Chiflado.
Las manos del niño
de Hufflepuff estaban temblando, sin embargo cortó la comida, y la
comió, sin dejarla caer.
"Hola,
General," Neville saludó, su voz tan sólo un poco insegura.
"¿Tuviste un duelo con Bellatrix Black anoche?"
"No,"
Harry contestó. Su voz también era insegura, por alguna razón.
"No pensé que
fuera verdad," repuso Neville. Hubo un sonido de raspado
mientras su cuchillo cortó la salchicha de nuevo. "Voy a
cazarla y asesinarla, ¿puedo contar con tu ayuda?"
Hubo varias bocas
abiertas provenientes de la masa de Hufflepuffs que se había reunido
alrededor de Neville.
"Si
ella viene por ti," Harry declaró con voz ronca, si
todo fuera un terrible error, si todo fuera una mentira,
"te defenderé incluso con mi vida," no
permitiré que salgas herido por lo que hice, sin importar qué,
"pero no te ayudaré a perseguirla, Neville, los amigos no se
ayudan a cometer suicidio entre ellos."
El tenedor de
Neville hizo una pausa en su camino hacia la boca.
Luego Neville puso
la porción de comida dentro de su boca, masticando otra vez.
Y Neville tragó.
Y
Neville dijo, "No me refería a ahora
mismo,
me refiero a después de que me gradúe de Hogwarts."
"Neville,"
Harry replicó, manteniendo su voz bajo un muy cuidadoso control,
"Creo, que incluso después de graduarte, eso podría ser
simplemente
una idea estúpida.
Tienen que haber Aurores mucho más experimentados que la están
rastreando – " oh,
espera, eso no es bueno
–
"¡Escúchale!"
exclamó Ernie Macmillan, y luego una chica de Hufflepuff que se veía
mayor y estaba de pie cerca de Neville añadió, "Nevvy, por
favor, piensa el respecto, ¡él está en lo correcto!"
Neville se levantó.
Neville dijo, "Por
favor no me sigan."
Neville se alejó
caminando de todos ellos; Harry y Ernie estiraron una mano hacia él
involuntariamente, y algunos otros Hufflepuffs también lo hicieron.
Y
Neville se sentó en la mesa de Gryffindor, distantemente (pues se
tuvieron que esforzar para escuchar) oyeron a Neville expresar, "Voy
a cazarla y asesinarla después de que me gradúe, ¿alguien quiere
ayudar?" y al menos cinco voces respondieron "Sí" y
entonces Ron Weasley añadió fuertemente, "Pónganse en la
fila, todos ustedes, recibí un búho de Mamá esta mañana, ella me
pidió que le avisara a todos que ella la reclamó primero" y
alguien replicó "¿Molly
Weasley
contra Bellatrix
Black?
A quién cree ella que está bromeando -" y Ron cogió un plato
y arrojó un pastelillo –
Alguien tocó
suavemente a Harry en el hombro, y él se giró y vio a una
desconocida chica de bordes verdes mayor que él, quien le entregó
un sobre de pergamino y rápidamente se alejó.
Harry contempló el
sobre por un momento, luego empezó a caminar hacia la pared más
cercana. Eso no era muy privado, pero debía bastar, y Harry no
quería dar la impresión de tener mucho que esconder.
Esa
había sido una entrega del Sistema Slytherin, lo que usabas si
querías comunicarte sin que alguien más se pudiera enterar de que
ustedes dos habían hablado. El remitente le daba un sobre a alguien
que tuviera reputación de ser un mensajero confiable, junto con diez
Knuts; esa primera persona tomaría cinco Knuts y pasaría el sobre a
otro mensajero junto con los otros cinco Knuts, y el segundo
mensajero abriría ese sobre y hallaría otro sobre con un nombre
escrito en este y entregaría ese sobre a esa persona. De ese modo
ninguno de los dos que pasaban el mensaje podían conocer tanto el
remitente como
al destinatario, por lo que nadie más sabía que esos dos habían
estado en contacto...
Cuando Harry llegó
a la pared, puso el sobre dentro de su túnica, lo abrió poniéndolo
sobre los dobleces de la tela, y con cuidado echó un vistazo al
pergamino que extrajo.
Decía,
Salón de clases
a la izquierda de Transformación, 8 de la mañana.
- LL.
Harry se lo quedó
mirando, procurando recordar si conocía a alguien con las iniciales
de LL.
Su mente buscó...
Buscó...
Encontró -
"¿La
chica del Quibbler?"
Harry susurró incrédulo, y entonces cerró su boca. Ella nada más
tenía diez años, ¡ni siquiera debería estar en Hogwarts!
...
Conclusión:
Lesath Lestrange.
Harry estaba de pie
en el desusado salón de clases al lado de Transformación a las 8AM,
esperando, al menos se las había arreglado para meter algo de comida
dentro de sí mismo antes de encarar el siguiente desastre, Luna
Lovegood...
La
puerta del salón de clases se abrió, y Harry vio, y se dio a sí
mismo una fuerte
patada mental.
Una
cosa más que no había considerado, una cosa más que realmente
debió ver venir.
La
túnica formal de bordes verdes del chico estaba desarreglada, había
manchas rojas sobre ella que se parecían bastante a pequeños puntos
de sangre seca, y una esquina de su boca tenía la apariencia de
haber sido cortada y sanada, por Episkey
o algún otro Encantamiento médico menor que no borraba el daño del
todo.
La
cara de Lesath Lestrange estaba cubierta de lagrimas, lagrimas
frescas y lagrimas medio secas, y había agua en sus ojos, una
promesa de que había más por venir. "Quietus,"
pronunció el chico mayor, y luego "Homenum
Revelio"
y algunas otras cosas, mientras Harry pensó frenéticamente y con
poca suerte.
Y entonces Lesath
bajó su varita y la enfundó dentro de su túnica, y despacio esta
vez, el chico mayor se puso de rodillas sobre el polvoriento piso del
salón de clases.
Inclino su cabeza
por completo, hasta que su frente también tocó el polvo, y Harry
habría dicho algo mas estaba mudo.
Lesath Lestrange
habló, con una voz rota, "Mi vida es tuya, mi Señor, y mi
muerte también."
"Yo,"
Harry titubeó, había un gran bulto en su garganta y tenía
problemas para hablar, "yo -" no
tuve nada que ver con ello,
debía afirmar eso, debía aseverarlo ahora
mismo,
pero de todos modos incluso el Harry inocente habría tenido
problemas para hablar también -
"Gracias,"
susurró Lesath, "gracias, mi Señor, oh, gracias," el
sonido de un sollozo ahogado surgió desde el chico arrodillado,
Harry nada más podía ver de él el cabello de la parte de atrás de
su cabeza, nada de su cara. "Soy un tonto, mi Señor, un
bastardo desagradecido, indigno de servirte, no puedo humillarme lo
necesario, porque yo – le grité a usted tras recibir su ayuda,
porque pensé que usted me estaba rechazando, ni siquiera me di
cuenta hasta esta mañana que había sido un idiota total por
pedírselo en frente de Longbottom -"
"No tuve nada
que ver con eso," Harry declaró.
(Fue muy difícil
decir una mentira grande como esa.)
Lentamente Lesath
levantó su cabeza desde el suelo, miró a Harry.
"Comprendo, mi
Señor," replicó el chico mayor, su voz temblando un poco,
"usted no confía en mí astucia, y en efecto me mostré a mí
mismo como un tarado... Nada más quería comunicarle, que no soy un
desagradecido, que sé que debe haber sido muy complicado salvar a
una sola persona, que ellos estarán alerta ahora, que usted no puede
– sacar a Padre – sin embargo no soy desagradecido, nunca seré
un desagradecido con usted de nuevo. Si alguna vez tiene un uso para
un sirviente indigno como yo, llámeme en donde quiera que esté, y
yo responderé, mi Señor -"
"Yo no estuve
involucrado de ninguna manera."
(Mas se volvía más
fácil cada vez.)
Lesath levantó la
vista hacia Harry, dijo inseguro, "¿Puedo retirarme de tu
presencia, mi Señor...?"
"No soy tu
Señor."
Lesath replicó,
"Sí, mi Señor, comprendo," y se levantó a sí mismo del
suelo, se enderezó e hizo una reverencia profunda, luego se alejó
sin dar la espalda a Harry hasta que se giró para abrir la puerta
del salón de clases.
Cuando la mano de
Lesath tocó el pomo, hizo una pausa.
Harry no pudo ver el
rostro de Lesath, cuando el chico más grande que él preguntó, "¿La
envió con alguien que la cuide bien? ¿Ella inquirió por mi de
algún modo?"
Y Harry contestó,
su voz perfectamente calmada, "Por favor deja de hacer eso. No
estuve involucrado de ninguna manera."
"Sí, mi Señor,
lo siento, mi Señor," se despidió la voz de Lesath; y el chico
de Slytherin abrió la puerta y salió y la cerró detrás de él.
Sus pies aceleraron pues empezó a correr, pero no tan rápido como
para que Harry no pudiera escuchar que empezaba a sollozar.
¿Lloraría?
Se
preguntó Harry. De
no saber nada, de ser inocente, ¿lloraría en este momento?
Harry no lo sabía,
por lo que simplemente siguió mirando la puerta.
Y
una parte increíblemente burda de sí mismo pensó, Ajá,
completamos una misión y obtuvimos un secuaz -
Cállate. Si
alguna vez quieres volver a votar en cualquier cosa... cállate.
...
Conclusión,
Amelia Bones:
"Entonces su
vida no está en peligro, supongo," concluyó Amelia.
El sanador, un viejo
hombre de ojos severos quien vestía una túnica blanca (era un hijo
de Muggle y hacía honor a alguna extraña tradición de Muggles, de
la cual Amelia nunca había cuestionado nada, aunque en privado
consideraba que lo hacía parecer demasiado a un fantasma), negó con
su cabeza y declaró, "Definitivamente no."
Amelia miró a la
forma humana reposando inconsciente sobre la cama del sanador, la
carne quemada y arrancada, que una delgada tela cubría por mera
modestia y que acababa de ser removida porque ella lo había
ordenado.
Podría ser que
hiciera una recuperación total.
Podría ser que no.
El sanador había
afirmado que era demasiado pronto para saberlo.
Entonces Amelia miró
a la otra bruja en el cuarto, la detective.
"Y
tu afirmas," Amelia resumió, "que la materia ardiente fue
Transformada a partir de agua,
y es presumible que fuera en la forma de un hielo."
La detective asintió
con su cabeza, y añadió, sonando confundida, "Pudo haber sido
mucho peor, de no ser por -"
"Que
amable
de su parte," ella espetó, y luego presionó una mano
temblorosa contra su frente. No... no, se había
hecho con la intención de ser amable. Para la etapa final del escape
no tenía sentido intentar seguirlos engañando. Quien fuera que
hubiera hecho esto, entonces, había
estado procurando mitigar el daño – y había estado pensando en
términos de los Aurores respirando el humo, no en que alguien fuera
a ser atacado con el fuego. De haber seguido estado en control, sin
duda, habría maniobrado el cabezón con más misericordia.
Sin embargo
Bellatrix Black había montado el cabezón para salir de Azkaban
sola, todos los Aurores observando se habían puesto de acuerdo en
eso, tenían activados sus Encantamientos Anti-Desilusionadores y
únicamente había una mujer en ese cabezón, aunque el cabezón
tenía asientos para dos.
Alguna persona buena
e inocente, capaz de invocar el Encantamiento Patronus, había sido
engañado para rescatar a Bellatrix Black.
Algún inocente
había combatido contra Bahry Una-Mano, subyugando con cuidado a un
Auror experimentado sin herirlo de manera significativa.
Algún inocente
había Transformado el combustible para el artefacto Muggle sobre el
cual se suponía que los dos debían montar para salir de Azkaban,
haciéndolo a partir de agua congelada para el beneficio de sus
Aurores.
Y entonces su
utilidad para Bellatrix Black había acabado.
Habrías esperado
que cualquiera capaz de subyugar a Bahry Una-Mano habría podido ver
venir esa parte. Pero desde un principio no habrías esperado que
alguien capaz de invocar el Encantamiento Patronus intentara rescatar
a Bellatrix Black.
Amelia
bajó su mano por encima de sus ojos, cerrándolos por un momento en
un silencio afligido. Me
pregunto quién era, y cómo Quien-Tú-Sabes lo habrá manipulado...
qué historia habría podido llegar a contar...
Ella
ni siquiera se dio cuenta hasta un momento después que el
pensamiento indicaba que estaba empezando a creer. Quizá porque, sin
importar cuán difícil fuera creer en Dumbledore, se estaba
volviendo más arduo no
reconocer la mano de esa fría, oscura inteligencia.
...
Conclusión,
Albus Dumbledore:
Pudo haber sido tan
sólo cincuenta y siete segundos antes de que acabara el desayuno y
haber necesitado cuatro giros de su Giratiempo, mas al final, Albus
Dumbledore lo había logrado.
"¿Director?"
chilló la correcta voz del Profesor Filius Flitwick, al tiempo que
el anciano mago pasó a su lado para llegar a su asiento. "El
Sr. Potter dejó un mensaje para usted."
El mago anciano se
paró en seco. Miró de forma inquisitiva al Profesor de
Encantamientos.
"El Sr. Potter
declaró que tras despertar, se dio cuenta de cuán injustas habían
sido las cosas que había dicho después de que Fawkes gritó. El Sr.
Potter clarificó que no se refería a nada más, nada más se
disculpaba por esa parte."
El mago anciano
siguió mirando a su Profesor de Encantamientos, y aún no habló.
"¿Director?"
chilló Filius.
"Dile que lo
agradezco," pidió Albus Dumbledore, "pero que es más
sabio escuchar a un fénix que a los astutos magos ancianos," y
se sentó en su lugar tres segundos antes de que toda la comida
desapareciera.
...
Conclusión,
Profesor Quirrell:
"No,"
Madam Pomfrey espetó al niño, "¡usted no puede verlo! ¡Usted
no puede molestarlo!
¡Usted no podrá hacerle ni siquiera una pequeña
pregunta!
¡Él debe guardar cama
y no hacer nada durante tres
días
al menos!"
...
Conclusión,
Minerva McGonagall:
Ella se dirigía a
la enfermería, y Harry Potter se iba de allí, cuando se cruzaron
entre sí.
La mirada que él le
dirigió no fue de rabia.
Ni de tristeza.
No decía mucho
realmente.
Era
como... como si él la observara justo el tiempo suficiente como para
dejar en claro que no
estaba
evitando verla deliberadamente.
Y entonces miró
para otro lado antes de que pudiera descubrir que mirada darle a
cambio; como si él la quisiera liberar de eso, también.
Él no pronunció
nada mientras la pasó caminando.
Ella tampoco.
¿Qué hubiera sido
posible decir?
...
Conclusión, Fred
y George Weasley:
En realidad sí
gritaron muy fuerte, cuando giraron en la esquina y vieron a
Dumbledore.
No
fue porque el Director hubiera aparecido de la nada y los estuviera
contemplando con expresión severa. Dumbledore siempre estaba
haciendo eso.
Sin
embargo el mago estaba vestido con una túnica negra formal y se veía
muy
antiguo y muy
poderoso y les estaba dedicando a los dos una AFILADA MIRADA.
"¡Fred y
George Weasley!" habló Dumbledore con una Voz de Poder.
"¡Sí,
Director!" ellos respondieron, poniéndose bien derechos y
dándole un rasposo saludo militar que habían visto en alguna foto
vieja.
"¡Escúchenme
bien! Ustedes son amigos de Harry Potter, ¿no es así?"
"¡Sí,
Director!"
"Harry
Potter está en peligro. No
debe
ir más allá de las protecciones de Hogwarts. Escúchenme, hijos de
Weasley, les suplico que me oigan: saben que soy tan Gryffindor como
ustedes mismos, que yo también sé que hay reglas por encima de las
reglas. Sin embargo esta, Fred y George, esta única cosa es de la
más terrible importancia, no debe haber excepción en esta ocasión,
¡pequeña o grande! ¡Si ayudan a Harry a abandonar Hogwarts él
podría morir!
Si los envía a ustedes en una misión, pueden irse, si les pide que
le traigan objetos, pueden ayudarlo, mas si les solicita que saquen a
su persona de contrabando por fuera de Hogwarts, ¡deben
rehusarse!
¿Lo comprenden?"
"¡Sí,
Director!" Ellos respondieron sin tan siquiera pensarlo,
realmente, y entonces intercambiaron miradas inciertas entre ellos -
Los
brillantes ojos azules del Director se intensificaron sobre ellos.
"No. No sin pensarlo. Si Harry les pide que lo saquen, se deben
rehusar, si les solicita que le señalen el camino, deben negarse. No
les voy a ordenar que lo reporten ante mí, porque sé que ustedes
nunca lo harían. Pero díganle de parte mía que puede acudir a mí,
si es de tan tamaña importancia, y yo
lo protegeré en su salida. Fred, George, lamento cargar su amistad
así, mas se trata de su vida."
Los dos se miraron
entre sí por un largo rato, sin comunicarse, sólo pensando las
mismas cosas al mismo tiempo.
Volvieron a
contemplar a Dumbledore.
Pronunciaron, con un
escalofrío sacudiéndolos al mencionar el nombre, "Bellatrix
Black."
"Pueden asumir
con seguridad," reconoció el Director, "que al menos es
así de malo."
"De acuerdo -"
"- entendido."
...
Conclusión,
Alastor Moody y Severus Snape:
Cuando Alastor Moody
había perdido su ojo, había comandado los servicios de un gran
erudito Ravenclaw, Samuel H. Lyall, de quien Moody desconfiaba
ligeramente menos que lo promedio porque Moody se había refrenado de
reportarlo como un hombre lobo sin registrar; y había pagado a Lyall
para que compilara una lista de cada ojo mágico conocido, y cada
pista conocida sobre su localización.
Cuando Moody recibió
la lista, no se molesto en leer la mayoría; porque en la cima de la
lista estaba el Ojo de Vance, datado de una era anterior a Hogwarts,
y en ese momento en la posesión de un poderoso Mago Oscuro que
gobernaba algún pequeño hoyo infernal olvidado que no estaba en
Bretaña o algún otro lugar donde tuviera que preocuparse sobre
tontas reglas.
Así fue como
Alastor Moody había perdido su pie izquierdo y adquirido el Ojo de
Vance, y cómo las oprimidas almas de Urulat habían sido liberadas
por un periodo de dos semanas antes que otro Mago Oscuro llegara
aprovechando el vacío de poder.
Consideró
ir en busca del Pie Izquierdo de Vance, pero se había decidido en
contra tras darse cuenta que sería justo
lo que ellos esperarían.
Ahora
Ojo-Loco Moody se estaba girando lentamente, siempre girando,
inspeccionando el cementerio de Little Hangleton. Debería haber sido
mucho más siniestro, ese lugar, mas bajo la clara luz del día no
parecía más que un herboso lugar marcado por lapidas ordinarias,
demarcadas por las rejas torcidas de frágil metal, fáciles de
escalar que los Muggles usaban en vez de protecciones mágicas.
(Moody no podía comprender lo que los Muggles estaban pensando en
ese punto, si estaban pretendiendo
tener protecciones, o qué, y había decidido no preguntar si los
criminales Muggles respetaban la pretensión.)
Moody
en realidad no necesitaba
girar para estudiar el cementerio.
El Ojo de Vance veía
todo el globo del mundo en cada dirección a su alrededor, sin
importar a dónde estuviera apuntando.
Sin embargo no había
una razón en particular para permitir que un otrora Mortífago como
Severus Snape supiera eso.
A veces las personas
llamaban a Moody 'paranoico'.
Moody siempre les
replicaba que sobrevivieran a cien años de cazar Magos Oscuros y
luego volvieran a decirlo en su cara.
Ojo-Loco
Moody había reflexionado una vez cuánto le había demorado, en
retrospectiva, alcanzar lo que ahora consideraba un nivel de
precaución decente – sopesando cuánto le había tomado volverse
bueno
en vez de afortunado
– y había empezado a sospechar que la mayoría de personas morían
antes de llegar allí. Moody había expresado una vez este
pensamiento a Lyall, quien había hecho algo de cifras y análisis, y
le contó a su vez que un típico cazador de Magos Oscuros moriría,
en promedio, ocho veces y media en el camino para volverse
'paranoico'. Esto explicaba bastante, asumiendo que Lyall no
estuviera mintiendo.
Ayer, Albus
Dumbledore había informado a Ojo-Loco Moody que el Señor Oscuro
había usado artes oscuras innombrables para sobrevivir la muerte de
su cuerpo, y ahora estaba despierto y a sus anchas, buscando
recuperar su poder e iniciar una nueva Guerra Mágica.
Alguien más podría
haber reaccionado con incredulidad.
"No
puedo creer que nunca me hablaras sobre esta cosa de la
resurrección," Ojo-Loco Moody dijo con considerable acerbo.
"¿Te das cuenta de cuánto me voy a tardar haciéndolo a la
tumba de cada ancestro de cada Mago Oscuro que he asesinado y que
fuera lo suficientemente listo como para hacer un horrocrux? No
acabas
de hacerme esto, ¿o sí?"
"Refuerzo
la dosis anualmente," Severus Snape explicó con calma, quitando
la tapa al tercer frasco de diecisiete según lo que el hombre había
declarado,
y empezó a sacudir su varita sobre este. "Las otras tumbas
ancestrales que hemos sido capaces de localizar fueron envenenadas
con sólo las sustancias de larga duración, ya que algunos de
nosotros no tenemos tanto tiempo libre como usted."
Moody observó el
fluido cayendo en espiral por fuera del vial y desapareciendo, para
aparecer dentro de los huesos donde alguna vez hubo médula. "Mas
crees que vale la pena el esfuerzo de la trampa, en vez de solamente
desaparecer los huesos."
"Él
tiene
otros caminos para la vida, de percibir que esta está bloqueada,"
Snape comentó secamente, descorchando una cuarta botella. "Y
antes de que pregunte, debe ser la tumba original, el lugar del
primer entierro, el hueso removido durante el ritual y no antes. Por
lo tanto él no puede retirarlo antes; y tampoco tiene sentido
sustituir el esqueleto de un ancestro más débil. Él se daría
cuenta de que ha perdido toda potencia."
"¿Quién más
sabe sobre esta trampa?" Moody demandó.
"Usted. Yo. El
Director. Nadie más."
Moody soltó un
bufido. "Bah. ¿Albus le contó a Amelia, Bartemius, y a esa
mujer McGonagall sobre el ritual de resurrección?"
"Sí -"
"Si
Voldie descubre que Albus sabe sobre el ritual de resurrección y que
Albus les contó,
Voldie descubrirá que Albus me lo dijo a mí,
y Voldie sabe
que yo pienso en este tipo de cosas." Moody sacudió su cabeza
en disgusto. "¿Cuáles son los otros caminos por los que Voldie
puede regresar a la vida?"
La mano de Snape
hizo una pausa en la quinta botella (todo se hacía bajo el
Encantamiento Desilusionador, por supuesto, pero eso significaba
menos que nada para Moody, sólo te marcaba dentro de su Ojo como
intentando-esconderse), y el otrora Mortífago respondió, "Usted
no necesita saberlo."
"Estás
aprendiendo, hijo," declaró Moody con moderada aprobación.
"¿Qué hay dentro de las botellas?"
Snape abrió la
quinta botella, hizo un gesto con su varita para que la sustancia
empezara a flotar hacia la tumba, y dijo, "¿En esta? Un
narcótico Muggle llamado LSD. Una conversación que tuve ayer puso
en mi mente cosas Muggle, y el LSD parecía la opción más
interesante, así que me apresuré a obtener un poco. De ser
incorporado dentro de la poción de resurrección, sospecho que sus
efectos serán permanentes."
"¿Qué es lo
que hace?" inquirió Moody.
"Se dice que
los efectos son imposibles de describir a alguien que no la haya
usado," Snape arrastró las palabras, "y yo no la he
usado."
Moody asintió con
aprobación al tiempo que Snape abrió el sexto vial. "¿Qué
hay de ese?"
"Poción de
amor."
"¿Poción
de amor?"
replicó Moody.
"No del tipo
estándar. Su objetivo es activar un vinculo de doble vía entre una
irresistiblemente dulce mujer Veela llamada Verdandi quien el
Director espera podría ser capaz de redimir incluso a alguien como
él, de sentir entre ellos amor verdadero."
"¡Bah!"
espetó Moody. "Ese puñetero tonto y sentimental -"
"De acuerdo,"
Severus Snape concordó con calma, su atención enfocada en su
trabajo.
"Dime que al
menos tienes algo de veneno de Malaclaw ahí."
"Segundo vial."
"Polvo de
iocaina."
"En la botella
catorce o quince."
"Estupefacción
de Bahl," Moody dijo, nombrando un narcótico extremadamente
adictivo con efectos colaterales interesantes sobre las personas con
tendencias de Slytherin; Moody había visto una vez a un Mago Oscuro
adicto tomar medidas ridículas para lograr que una victima pusiera
sus manos sobre un cierto traslador específico, en vez de solamente
hacer que alguien le arrojara al objetivo un Knut con trampa en su
próxima visita al pueblo; y tras pasar por todo ese trabajo, el
adicto había hecho el esfuerzo aún
mayor de
poner un segundo
Portus,
en el mismo
traslador,
que había, al ser tocado por segunda vez, transportado a la victima
de regreso a un lugar seguro. Hasta el día de hoy, incluso teniendo
en cuenta la droga, Moody no podía imaginar lo que posiblemente
había estado pasando dentro de la mente del hombre al momento de
lanzar el segundo Portus.
"Décimo vial,"
respondió Snape.
"Veneno de
Basilisco," ofreció Moody.
"¿Qué?"
espetó Snape. "¡El veneno de serpiente es un componente
positivo de la poción de resurrección! ¡Sin mencionar que
disolvería el hueso y todas las otras substancias! Y dónde
podríamos nosotros
conseguir -"
"Cálmate,
hijo, nada más estaba revisando si podíamos confiar en ti."
Ojo-Loco Moody
continuó su (secretamente innecesario) lento girar, estudiando la
tumba, y el Maestro de Pociones continuó vertiendo.
"Un
momento," Moody habló de repente. "Cómo sabes que aquí
es realmente donde -"
"Porque tiene
escrito 'Tom Riddle' sobre la lápida mortuoria fácilmente movible,"
Snape declaró con sequedad. "Y acabo de ganarle diez Sickles al
Director, quien apostó que usted lo pensaría antes de la quinta
botella. Ahí quedó la vigilancia constante."
Hubo una pausa.
"Cuanto le
llevó a Albus darse cuen-"
"Tres años
después de que descubrimos el ritual," contestó Snape, en un
tono que no era del todo su sardónico arrastrar de palabras. "En
retrospectiva, debimos haberte consultado antes."
Snape destapó la
novena botella.
"Envenenamos
todas las otras tumbas también, con sustancias de larga duración,"
remarcó el otrora Mortífago. "Es
posible que estemos en la tumba correcta. Él podría no haber
planeado por adelantado cuando estaba masacrando a su familia, y él
no puede mover la tumba por sí mismo -"
"La
verdadera localización ya no tiene la apariencia de una tumba,"
Moody señaló categóricamente. "Él movió las demás
tumbas aquí y usó el Encantamiento de Memoria con los Muggles. Ni
siquiera a Bellatrix Black se le informaría hasta un momento antes
de iniciar el ritual. Nadie
conoce la verdadera localización excepto él."
Ellos continuaron
con su fútil trabajo.
...
Conclusión,
Blaise Zabini:
La
sala común de Slytherin podía ser descrita exacta y precisamente
como una zona remilitarizada; el momento en que atravesaras el hueco
en el retrato verías que la mitad izquierda de la sala estaba
Definitivamente No Hablando con la mitad de la derecha y viceversa.
Era muy claro, no necesitaba ser explicado a nadie, que no
tenías la opción de no
elegir un lado.
En la mesa que
estaba justo en la mitad del cuarto, Blaise Zabini se sentó solo,
sonriendo satisfecho al realizar su tarea. Ahora tenía una
reputación, y tenía la intención de conservarla.
...
Conclusión,
Daphne Greengrass y Tracey Davis:
"¿Vas a hacer
algo interesante hoy?" preguntó Tracey.
"No,"
respondió Daphne.
...
Conclusión,
Harry Potter:
Si ibas lo
suficientemente alto en Hogwarts, no veías muchas personas
alrededor, nada más corredores y ventanas y escaleras y el ocasional
retrato, y de vez en cuando una vista interesante, como una estatua
de bronce de una criatura peluda que parecía un niño pequeño,
sosteniendo una peculiar lanza plana...
Si ibas lo
suficientemente alto en Hogwarts, no veías muchas personas
alrededor, lo que le caía como anillo al dedo a Harry.
Había
lugares mucho peores para estar atrapado, Harry supuso. De hecho no
se podía pensar de un lugar mejor
para estar atrapado que un castillo antiguo con una estructura
fractal siempre cambiante que significaba que nunca se te acabarían
los lugares para explorar, lleno de personas interesantes y de libros
interesantes y conocimiento importante desconocido para la ciencia
Muggle.
Si
a Harry no le hubieran dicho que no
se podía ir,
probablemente le habría saltado
encima a la oportunidad de pasar más tiempo en Hogwarts, habría
hecho planes y conspirado para conseguirlo. Hogwarts era literalmente
optimo,
no en todos los reinos de posibilidades quizá, pero ciertamente
sobre el planeta Tierra, era la Localización de Diversión Máxima.
Cómo
podía el castillo y sus terrenos parecer mucho más pequeños, mucho
más confinado, ¿cómo podía el resto del mundo volverse mucho más
interesante e importante, en el instante en que a Harry le habían
informado que no se le permitía irse? Había pasado meses
aquí y no había sufrido de claustrofobia entonces.
Conoces
la investigación al respecto,
observó alguna parte de sí mismo, no
es más que los efectos del estándar de la escasez, como esa vez que
tan pronto que un país volvió ilegal los detergentes de fosfato,
personas a las que nunca le importó condujeron al país más próximo
para comprar grandes cantidades de detergente de fosfato, y las
encuestas demostraron que calificaban los detergentes de fosfato como
más gentiles y efectivos e incluso más fáciles de colar... y si le
dabas a elegir a niños de dos años entre un juguete al frente de
ellos y uno protegido por una barrera a la que tenían que dar la
vuelta, ignorarían el juguete fácil de alcanzar e irían por el que
estaba detrás de la barrera... los vendedores saben que pueden
vender cosas con tan sólo informar al cliente que podría no estar
disponible... todo estaba en el libro Influencia de Cialdini, todo lo
que estás sintiendo en este momento, la hierba es siempre más verde
en el lado que no está permitido.
Si
Harry no le hubieran ordenado que tenía que quedarse, probablemente
habría saltado
a la oportunidad de quedarse en Hogwarts durante el verano...
...pero no por el
resto de su vida.
Ese era justamente
el problema, realmente.
¿Quién sabía si
todavía había un Señor Oscuro Voldemort que él tuviera que
derrotar?
¿Quién sabía si
Él-Que-No-Debe-Ser-Nombrado seguía existiendo fuera de la
imaginación de un mago posiblemente-no-sólo-pretendiendo-estar-loco?
El
cuerpo del Señor Voldemort había sido hallado quemado como un
chicharrón, realmente no podía haber tal cosa como las almas. ¿Cómo
podía el Señor Voldemort seguir con vida? ¿Cómo sabía
Dumbledore que él seguía con vida?
Y si no había un
Señor Oscuro, Harry no podía derrotarlo, y estaría atrapado dentro
de Hogwarts para siempre.
...tal
vez se le permitiría escapar legalmente tras graduarse de su séptimo
año, dentro de seis años y cuatro meses y tres semanas más. No era
tan
largo al compararlo con otras longitudes de tiempo, nada más parecía
el tiempo suficiente como para que decayeran los protones.
Sin
embargo no se trataba de sólo
eso.
No era únicamente
la libertad de Harry la que estaba en juego.
El Director de
Hogwarts, Jefe de Magos del Wizengamot, Jefe Supremo de la
Confederación Internacional de Magos, estaba sonando silenciosamente
la alarma.
Una
alarma falsa.
Una
alarma falsa que Harry
había disparado.
Sabes,
opinó la parte de él que refinaba sus habilidades, ¿no
llegaste a reflexionar, una vez, como cada diferente profesión tiene
una forma diferente de ser excelente, como un excelente profesor no
es igual a un excelente plomero; pero todos tienen en común ciertos
métodos para no ser estúpidos; y que la más importante de tales
técnicas es encarar tus pequeños errores antes de que se conviertan
en GRANDES errores?
...aunque esto ya
parecía calificar como un GRAN error, de hecho...
El
punto es, prosiguió
su monitor interior, es
que se está poniendo literalmente peor cada minuto. La forma en que
los espías llevan a las personas a su bando es que, hacen que
cometan un pequeño pecado, y luego usaban el pequeño pecado para
chantajearlos y hacerlos cometer un pecado más grande, y entonces
ellos usaban ESE pecado para obligarlos a hacer cosas aún más
grandes y entonces el chantajista se apoderaba de sus almas.
¿No llegaste a
pensar una vez sobre como la persona que estaba siendo chantajeada,
de haber sido capaces de prever todo el camino, simplemente habrían
decidido recibir el puño en el primero paso, recibir el golpe de
exponer ese primer pecado? ¿No decidiste que harías eso, si
cualquiera alguna vez intentaba chantajearte para hacer algo mayor
con el propósito de ocultar algo pequeño? ¿Ves la similitud aquí,
Harry James Potter-Evans-Verres?
Únicamente
que no era pequeño, ya no era pequeño, habría un montón de
personas muy poderosas extremadamente enojadas con Harry, no sólo
por la falsa alarma también por liberar
a Bellatrix de Azkaban,
si el Señor Oscuro sí
existía y sí venía tras él después, esa guerra ya podría estar
perdida -
¿No crees que
estarían impresionados por tu honestidad y racionalidad y
clarividencia al detener esta bola de nieve antes de que siga
creciendo?
De
hecho, Harry no
lo creía así; y tras un momento de reflexión, cual fuera la parte
de sí mismo con la que estaba hablando, tuvo que admitir que eso era
un optimismo absurdo.
Sus pies errantes lo
llevaron cerca de una ventana abierta, y Harry fue para allá, y
apoyó sus brazos sobre el borde, y bajó la mirada a los terrenos de
Hogwarts desde las alturas.
Café que pertenecía
a los árboles infructuosos, amarillo que pertenecía a la hierba
muerta, hielo-colorado que pertenecía a los riachuelos y arroyos
congelados... quien fuera el oficial escolar que lo hubiera nombrado
'El Bosque Prohibido' en verdad no había entendido el mercadeo, el
nombre te hacía dar más ganas de ir allá. El sol se estaba
hundiendo en el cielo, pues Harry ya había estado pensando durante
algunas horas, pensando principalmente los mismos pensamientos una y
otra vez, mas con claves diferentes en cada ocasión, no como si sus
pensamientos estuvieran yendo en círculos, sino trepando una
espiral, o la estuvieran descendiendo.
Todavía
no podía creer que hubiera pasado por todo
Azkaban – había apagado su Patronus antes de que robara toda su
vida, había paralizado a un Auror, descubrió cómo esconder a Bella
de los Dementores, había encarado a doce Dementores y los había
hecho retroceder espantados, inventó la escoba asistida por cohete,
y la montó – había pasado por todo
eso sin tan siquiera darse ánimos a sí mismo aunque fuera una
vez
al pensar, tengo
que hacer esto... porque... ¡le prometí a Hermione que regresaría
del almuerzo!
Se sintió como una oportunidad irrevocablemente perdida; como si, al
haberlo hecho mal esa
vez,
él nunca sería capaz de hacerlo correctamente
sin importar qué tipo de reto enfrentara la próxima ocasión, o qué
promesa hiciera. Porque entonces lo estaría haciendo incómoda y
deliberadamente para compensar por haberlo olvidado la primera
vez, en lugar de hacer las declaraciones heroicas que podría haber
hecho de haber recordado su promesa a Hermione. Como si ese único
giro equivocado fuera irrevocable, nada más tenías una oportunidad,
tenías que hacerlo correctamente desde el primer intento...
Debió
recordar la promesa a Hermione antes
de ir a Azkaban.
Una vez más, ¿por
qué había decidido hacer eso?
Mi
hipótesis en desarrollo es que eres estúpido, dijo
Hufflepuff.
Ese
no es un análisis de fallo útil,
pensó Harry.
Si
quieres un poco más de detalle,
replicó Hufflepuff, el
Profesor de Defensa de Hogwarts estaba en modo '¡Saquemos a
Bellatrix Black de Azkaban!' y tú eras como '¡Claro!'
Un momento, ESO
no es justo -
Oye,
notó Hufflepuff, ¿te
diste cuenta, que una vez que ves todo desde la cima, y los árboles
individuales como que se desenfocan juntos, que puedes ver la
verdadera forma del bosque?
¿Por
qué lo había
hecho...?
No por algún
calculo de costo-beneficio, de eso seguro. Había estado demasiado
avergonzado como para sacar una hoja de papel y empezar a calcular
utilidades esperadas, le preocupó que el Profesor Quirrell dejara de
respetarlo si decía que no o si tan siquiera dudaba demasiado en
ayudar a una damisela en peligro.
Había
pensado, en algún lugar muy profundo de sí mismo, que si tu
misterioso profesor te ofrecía la primer misión, la primera
oportunidad, la llamada a la aventura, y lo rechazabas,
entonces tu misterioso profesor se alejaría de ti disgustado, y
nunca recibías otra oportunidad de ser un héroe...
...sí,
eso había sido. En retrospectiva, de eso se trataba. Había ido y
empezado a pensar que su vida tenía una trama y que se le presentaba
un giro en el argumento, en vez de, oh, vaya, aquí hay una propuesta
para
liberar a Bellatrix Black de Azkaban.
Esa había sido la verdadera y original razón para la decisión en
el medio segundo donde había sido tomada, su cerebro reconociendo
perceptiblemente la narrativa donde el decía 'no' como disonante. Y
cuando reflexionabas al respecto, esa no era una forma racional de
tomar decisiones. El motivo ulterior del Profesor Quirrell de obtener
los últimos remanentes del conocimiento perdido de Slytherin, antes
de que fueran olvidados irrevocablemente al morir Bellatrix, parecían
muy impresionantes y cuerdos por comparación; un beneficio
conmensurado con lo que había parecido en su momento como un pequeño
riesgo.
No
parecía justo, no parecía justo,
que esto
era lo que sucedía si él perdía su dominio sobre la racionalidad
aunque fuera por una pequeña fracción de segundo, la diminuta
fracción de un segundo requerido por su cerebro para decidir estar
más confortable con argumentos de 'sí' que con argumentos de 'no'
durante las discusiones que habían seguido.
Desde muy alto, tan
alto que los árboles individuales se desenfocaban hasta parecer uno,
Harry miró más allá del bosque.
Harry
no
quería confesar y arruinar su reputación para siempre y conseguir
que todos se enojaran con él y quizá acabar siendo asesinado por el
Señor Oscuro después. Él preferiría estar atrapado en Hogwarts
durante seis años que enfrentar eso. Así era como se sentía. Y por
lo tanto era de hecho útil, un alivio, ser capaz de aferrarse a un
solo factor decisivo, que era que si Harry confesaba, el Profesor
Quirrell iría a Azkaban y moriría allí.
(Una pausa, un paro,
un tartamudeo en la respiración de Harry.)
Si
lo parafraseabas de ese
modo... vaya, incluso podías pretender ser un héroe, en vez de un
cobarde.
Harry levantó sus
ojos del Bosque Prohibido, los alzó hacia el claro azul cielo
prohibido.
Contempló más allá
de los paneles de cristal hacia la gran cosa brillante y ardiente,
las cosas esponjadas, el misterioso azul sin fin en el cual estaban
incrustados, ese nuevo y extraño lugar desconocido.
Eso...
de hecho sí ayudaba, ayudaba bastante, pensar que sus propios
problemas no eran nada en comparación a estar en Azkaban. Que había
personas en el mundo que tenían verdaderos
problemas y Harry Potter no era una de ellas.
¿Qué iba a hacer
con respecto a Azkaban?
¿Qué iba a hacer
con respecto a la Bretaña mágica?
¿... en cuál lado
estaba él, ahora?
Bajo
la brillante luz del día, todo lo que Albus Dumbledore había dicho
ciertamente sonaba
mucho más sabio que lo expresado por el Profesor Quirrell. Mejor y
más brillante, más moral, más conveniente,
sería lindo de ser verdad. Y la cosa para recordar era que
Dumbledore creía en las cosas porque
sonaban lindas, pero el Profesor Quirrell era el que estaba cuerdo.
(Otra vez esa pausa
en su respiración, sucedía cada vez que pensaba en el Profesor
Quirrell.)
Sin
embargo solamente porque algo sonara lindo, no necesariamente lo
hacía incorrecto.
Y
si el Profesor de Defensa sí
tenía una falencia en su cordura, era que su perspectiva de la vida
era demasiado
negativa.
¿Realmente?
Inquirió la parte de Harry que había leído dieciocho millones de
resultados experimentales sobre las personas siendo demasiado
optimistas y confiadas en exceso. ¿El
Profesor Quirrell es demasiado pesimista? ¿Tan pesimista que sus
expectativas de manera rutinaria se quedan cortas con la realidad?
Hay que rellenarlo y ponerlo en un museo, es único. ¿Cuál de
ustedes dos planeó el crimen perfecto, y además
puso todo el margen de error y contra-medidas que terminaron salvando
tu trasero,
sólo en caso de
que saliera algo mal con el crimen perfecto? Pista pista, su nombre
no era Harry Potter.
Mas
"pesimista" no era la palabra correcta para describir el
problema del Profesor Quirrell – si es que era un problema
realmente, y no la sabiduría superior de la experiencia. Pero para
Harry parecía como si el Profesor Quirrell constantemente estuviera
interpretando todo bajo la peor luz posible. Si le entregabas al
Profesor Quirrell un vaso que estuviera 90% lleno, él afirmaría que
el 10% vacío probaba que a nadie realmente
le importaba el agua.
Esa era una muy
buena analogía, ahora que Harry lo pensaba. No toda la Bretaña
mágica era como Azkaban, ese vaso estaba lleno bien por encima de la
mitad...
Harry alzó la vista
hacia el resplandeciente cielo azul.
...aunque,
siguiendo
con la analogía, si Azkaban existía, entonces quizá sí
probaba que la parte 90% buena estaba ahí por otras razones, las
personas intentando hacer
una exhibición de amabilidad
como lo había puesto el Profesor Quirrell. Porque de ser ellos
verdaderamente amables no habrían construido Azkaban, habrían
atacado la fortaleza para destrozarla... ¿no era así?
Harry se quedó
mirando fijamente el fulgurante cielo azul. Si querías ser racional
tenías que leer un montón de documentos sobre las falencias de la
naturaleza humana, y algunas de esas falencias eran fallas inocentes
de la lógica, y algunas se veían mucho más oscuras.
Harry miró hacia el
rutilante cielo azul, y pensó sobre el experimento de Milgram.
Stanley Milgram lo
había hecho para investigar las causas de la Segunda Guerra Mundial,
para intentar comprender por qué los ciudadanos de Alemania habían
obedecido a Hitler.
Por
lo que había diseñado un experimento para investigar la obediencia,
para ver si los Alemanes eran, por alguna razón, más propensos a
obedecer ordenes dañinas provenientes de figuras de autoridad.
Primero realizó una
versión piloto de su experimento con sujetos Americanos, como prueba
de control.
Y después de eso no
se había molestado en intentarlo en Alemania.
Aparato
experimental: Una serie de 30 interruptores ubicados en una linea
horizontal, con etiquetas que iniciaban en '15 voltios' y terminaban
llegando hasta '450 voltios', con clasificaciones para cada grupo de
cuatro interruptores. El primer grupo de cuatro tenía la
clasificación de 'Descarga Ligera', el sexto grupo clasificado como
'Descarga de Extrema Intensidad', el séptimo grupo clasificado como
'Peligro: Descarga Severa', y a los dos últimos interruptores nada
más se les había escrito 'XXX'.
Y un actor, un
cómplice del experimentador, quien los verdaderos sujetos del
experimento pensaban era alguien como ellos: alguien que había
respondido a la misma publicidad para participar en un experimento de
aprendizaje, y quien había perdido una (amañada) lotería y había
sido amarrado en una silla, junto con los electrodos. Los verdaderos
sujetos del experimento habían recibido una ligera descarga de los
electrodos, sólo para que pudieran ver que funcionaban.
Al verdadero sujeto
del experimento se le había indicado que el experimento trataba
sobre los efectos del castigo sobre el aprendizaje y la memoria, y
que parte de la prueba era ver si hacía una diferencia el tipo de
persona que administraba el castigo; y que la persona amarrada a la
silla procuraría memorizar conjuntos de palabras en par, y que cada
vez que el 'estudiante' se equivocara, el 'profesor' debía
administrar exitosamente una descarga más fuerte.
Al nivel de
300-voltios, el actor dejaría de intentar acertar las respuestas y
empezaría a patear la pared, tras lo cual el experimentador
instruiría a los sujetos que tratara la falta de respuestas como
respuestas incorrectas y continuara.
Al nivel de
315-voltios los golpes en la pared serían repetidos.
Después de eso no
se volvería a oír nada.
Si
el sujeto objetaba o se rehusaba a presionar un interruptor, el
experimentador, manteniendo un comportamiento impasible y vestido con
un bata gris de laboratorio, diría 'Por favor continué', luego 'El
experimento requiere que usted continué', después 'Es absolutamente
esencial que usted continué', y por último 'Usted no tiene otra
elección, debe
seguir adelante'. Si el cuarto estimulo no funcionaba, se detenía el
experimento allí.
Antes
de proceder con el experimento, Milgram había descrito el proceso
del experimento, y luego le preguntó a catorce estudiantes de último
año de psicología qué porcentaje de sujetos consideraban ellos
llegarían hasta el nivel máximo de los 450-voltios, qué porcentaje
de sujetos presionaría los dos últimos interruptores marcados con
XXX, después de que la victima hubiera dejado de responder.
La respuesta más
pesimista había sido 3%.
De hecho el número
había sido 26 de entre 40.
Los sujetos habían
sudado, quejado, tartamudeado, reído nerviosamente, mordido sus
labios, clavaron sus uñas dentro de su propia carne. Pero ante la
incitación del experimentador, ellos habían, la mayoría de ellos,
seguido administrando lo que creían era dolorosas, peligrosas,
descargas eléctricas posiblemente letales. Todo el camino hasta el
final.
Harry
podía escuchar al Profesor Quirrell riéndose, dentro de su mente;
la voz del Profesor de Defensa arguyendo algo más o menos así:
Vaya,
Sr. Potter, incluso yo no había sido tan cínico; sabía que los
hombres traicionarían sus más atesorados principios a cambio de
dinero y poder, sin embargo no me di cuenta que una mirada severa
también bastaría.
Era
peligroso, intentar hacer suposiciones con la psicología evolutiva
si no eras un psicólogo evolutivo profesional; mas tras haber leído
Harry sobre el experimento de Milgram, se le ocurrió el pensamiento
de que situaciones como esa se habían presentado muchas veces en el
ambiente ancestral, y que la mayoría de ancestros potenciales que
intentaron desobedecer la Autoridad fueron asesinados. O que habían,
al menos, sobrevivido menos que los obedientes. Las personas pensaban
sobre sí mismas como buenas y morales, pero cuando se veían entre
la espada y la pared, algún interruptor se cambiaba dentro de su
cerebro, y de repente era mucho más difícil de lo que habían
pensado desafiar heroicamente la Autoridad. Aún si podías hacerlo,
no sería fácil, no sería una muestra de heroísmo sin esfuerzo.
Temblarías, tu voz se quebraría, tendrías miedo; ¿serías capaz
de desafiar la Autoridad incluso entonces?
Harry parpadeó, en
ese momento; porque su cerebro acababa de hacer la conexión entre el
experimento de Milgram y lo que Hermione había hecho en su primer
día en la clase de Defensa, se había rehusado a disparar a un
compañero estudiante, incluso cuando la Autoridad le había dicho
que era su deber, había temblado y tenido miedo y aún así ella se
había rehusado. Harry había visto suceder eso en frente de sus ojos
y de todos modos no había realizado la conexión hasta ahora...
Harry bajó la
mirada hacia el horizonte rojizo, el Sol se estaba hundiendo por
debajo, el cielo desvaneciéndose, oscureciendo, incluso si la mayor
parte del cielo seguía siendo azul, pronto se convertiría en la
noche. Los colores dorado y rojo del Sol y del ocaso le recordaron a
Fawkes; y Harry se preguntó, por un instante, si debía ser una cosa
triste ser un fénix, y llamar y llorar y gritar sin ser escuchado.
Sin embargo Fawkes
nunca se rendiría, tantas veces como muriera él siempre renacería,
pues Fawkes era un ser de luz y fuego, y se lamentaba de que Azkaban
perteneciera a la oscuridad tanto como lo sufría el propio Azkaban.
Si
te daban un vaso medio vacío y medio lleno, entonces así es como
era la realidad, esa era la verdad y era inmutable; mas de todos
modos podías elegir cómo sentirte
al respecto, ya fuera que sintieras desesperación por la mitad vacía
o regocijo por el agua que estaba allí.
Milgram ciertamente
había intentado otras variaciones de su prueba.
En
el experimento dieciocho, el sujeto experimental sólo había
necesitado pronunciar en voz alta las palabras para la victima
amarrada en la silla, y grabar las respuestas, mientras alguien
más
presionaba los interruptores. Era el mismo sufrimiento aparente, el
mismo golpeteo frenético seguido por el silencio; pero no eras tú
presionando el interruptor. Tú
nada más lo veías pasar, y leías las preguntas a la persona que
estaba siendo torturada.
37 de los 40 sujetos
habían continuado su participación en ese experimento hasta el
final, hasta los 450-voltios marcados con 'XXX' al final.
Y si tú fueras el
Profesor Quirrell, podrías haber decidido sentirte cínico al
respecto.
Sin
embargo 3 de los 40 sujetos se habían rehusado
a participar hasta las últimas consecuencias.
Las Hermiones.
Sí existían, en el
mundo, las personas que no dispararían un Maleficio de Golpe Simple
a un compañero estudiante incluso si el Profesor de Defensa les
ordenaba hacerlo. Aquellos que habían dado refugio a los Gitanos y a
los Judíos y a los homosexuales en sus áticos durante el
Holocausto, y a veces llegaron a morir por ello.
¿Y eran esas
personas de otra especie diferente a la humanidad? ¿Tenían algún
engranaje dentro de sus cabezas, algún pedazo adicional de circuitos
neurales, que los mortales inferiores no poseían? Sin embargo eso no
era probable, teniendo en cuenta la lógica de la reproducción
sexual que decía que los genes para una maquinaria compleja serían
perturbados más allá de toda reparación, a menos que fueran
universales.
Cuales fueran las
partes que habían constituido a Hermione, todos tenían aquellas
partes dentro de sí mismos en algún lado...
...bueno,
esa era un lindo pensamiento mas no era estrictamente
verdadero, pues había tal cosa como daño cerebral literal, las
personas podían perder
genes y la compleja maquina podría dejar de funcionar, había
sociópatas y psicópatas, las personas que carecían del engranaje
para que les importara. Quizá el Señor Voldemort había nacido de
ese modo, o tal vez había conocido el bien y aún así escogió el
mal; en este punto ya no importaba en lo más mínimo. Pero una
súper-mayoría
de la población debía ser capaz de aprender de lo que Hermione y la
resistencia del Holocausto hizo.
Las personas que
habían participado del experimento de Milgram, que habían temblado
y sudado y reído nerviosamente al tiempo que terminaban presionando
los interruptores marcados como 'XXX', muchos de ellos habían
escrito para agradecer a Milgram, después, por lo que habían
aprendido sobre ellos mismos. Esa, también, era parte de la
historia, la leyenda de ese experimento legendario.
El Sol casi se había
hundido debajo del horizonte, una punta dorada final asomándose
sobre las remotas cimas de los árboles.
Harry la miró, esa
punta del Sol, se suponía que sus gafas eran a prueba de rayos
ultravioleta por lo que debía ser capaz de mirarlo directamente sin
dañar sus ojos.
Harry lo contempló
directamente, esa diminuta fracción de la Luz que no había sido
obscurecida y bloqueada y escondida, incluso si no eran más que 3
partes de un total del 40, las otras 37 partes estaban en algún otro
lugar. El 7.5% del vaso que estaba lleno, que demostraba que a las
personas realmente les importaba el agua, aún si esa fuerza de
preocuparse que estaba dentro de ellos era derrotada demasiado a
menudo. Si a las personas en verdad no les importara, el vaso habría
estado del todo vacío en realidad. Si todos hubieran sido como
Quién-Tú-Sabes por dentro, secreta e ingeniosamente egoístas, no
hubiera existido ni siquiera una persona que ayudara a otros durante
el Holocausto.
Harry observó al
ocaso, en el segundo día del resto de su vida, y supo que había
cambiado de bando.
Porque
ya no podía creerlo, no realmente, no tras haber ido a Azkaban. No
podía hacer lo que 37 de 40 personas votarían para que él hiciera.
Todos podrían tener dentro de sí lo que se requería para ser
Hermione, y algún día podrían aprender; pero algún
día
no era ahora,
no aquí, no hoy, no en el mundo real. Si estabas en el bando de las
3 de 40 personas que no eran una mayoría política, y el Profesor
Quirrell había estado en lo correcto, Harry no bajaría su cabeza en
sumisión cuando eso sucediera.
Había una especie
de horrenda corrección en ello. No deberías ir a Azkaban y regresar
sin haber cambiado tu mente sobre algo importante.
¿Así
que el Profesor Quirrell está en lo correcto, entonces?
Preguntó Slytherin. Dejando
por fuera si él es bueno o no, ¿está en lo correcto? ¿Eres tú,
para ellos, ya sea que lo sepan o no, su próximo Señor? Dejemos la
parte de Oscuro por fuera, eso es él siendo cínico otra vez. ¿Mas
es tu intención de ahora en adelante gobernar? Tengo que reconocer,
que incluso a mí
eso me pone nervioso.
¿Crees
que se te puede confiar poder?
Inquirió Gryffindor. ¿No
hay una regla de que las personas que quieren poder no deberían
tenerlo? Tal vez deberíamos hacer a Hermione la gobernante en vez de
nosotros.
¿Crees
que eres digno de manejar una sociedad sin conseguir que colapse en
el caos total en menos de tres semanas?
Opinó Hufflepuff. Imagina
cuán ruidosamente nos gritaría Mamá si escuchara que te han
elegido Primer Ministro, ahora debes cuestionarte a ti mismo, ¿estás
seguro de que ella se equivocaría al respecto?
De
hecho,
dijo Ravenclaw, no
hace falta señalar que todo este asunto político suena
abrumadoramente aburrido. ¿Qué tal si dejamos todas las elecciones
a Draco y nos quedamos apegados a la ciencia? Es en lo que realmente
destacas, y se ha demostrado que también logra mejorar la condición
humana, ya sabes.
Más
despacio,
pensó Harry hacia todos sus componentes, no
tenemos que decidir todo ahora mismo. Se nos permite reflexionar el
problema tanto como podamos antes de llegar a una solución.
La última parte del
Sol se hundió bajo el horizonte.
Era
extraña, esta sensación de no saber del todo quién eras, en que
lado estabas, de no
haberte decidido ya
sobre algo tan grande como eso, había una sensación desconocida de
libertad en ello...
Y eso le recordó lo
que el Profesor Quirrell había respondido a su última pregunta, lo
que le recordó al Profesor Quirrell, lo que le hizo difícil
respirar una vez más, inició esa sensación ardiente en la garganta
de Harry, enviar sus pensamientos alrededor de ese ciclo de
movimiento espiral de nuevo.
¿Por qué estaba
tan triste, cada vez que pensaba en el Profesor Quirrell? Harry
estaba acostumbrado a conocerse a sí mismo, y desconocía por qué
se sentía tan triste...
Se sentía como si
hubiera perdido al Profesor Quirrell para siempre, perdido en
Azkaban, así era como se sentía. Tan seguro como si el Profesor de
Defensa hubiera sido devorado por los Dementores, consumido dentro de
los vacíos desolados.
¡Perdido! ¿Por
qué lo perdí? ¿Porque pronunció Avada Kedavra y había de hecho
una razón perfectamente buena incluso si no la vi durante un par de
horas? ¿Por qué no pueden las cosas regresar a como eran antes?
Pero
no había sido
por el Avada Kedavra. Eso podría haber jugado una parte en el
colapso irreversible de una estructura de racionalizaciones y
acobardamientos y no pensar sobre ciertas cosas cuidadosamente. Sin
embargo no había sido el Avada Kedavra, esa no había sido la cosa
perturbadora que Harry presenció.
¿Qué fue lo que
vi...?
Harry observó al
cielo descolorido.
Había visto al
Profesor Quirrell convertirse en un criminal endurecido al enfrentar
a un Auror, y el aparente cambio de personalidades había sido sin
esfuerzo, y completo.
Otra mujer había
conocido al Profesor de Defensa como 'Jeremy Jaffe'.
¿Cuántas
personas diferentes es usted, de todos modos?
No puedo decir
que me haya molestado en mantener la cuenta.
No podías evitar
preguntarte...
...si
el 'Profesor Quirrell' no era más que otro nombre en la lista,
únicamente otra persona en la que se había convertido,
inventada al servicio de alguna meta indescifrable.
De ahora en adelante
Harry siempre se lo estaría cuestionando, cada vez que hablara con
el Profesor Quirrell, si se trataba de una mascara, y qué motivo
estaba detrás de la mascara. Con cada sonrisa seca, Harry estaría
intentando ver qué estaba jalando las palancas de esos labios.
¿Es así cómo
otras personas empezaran a pensar de mí, si me vuelvo demasiado
Slytherin? ¿Si manipulo demasiados planes, nunca seré capaz de
sonreír a nadie más, sin que ellos se pregunten qué es lo que
realmente siento?
Tal vez había
alguna manera de restaurar una confianza en la superficie de las
apariencias y construir una relación humana posiblemente de nuevo,
mas a Harry no se le ocurría cuál era esa manera.
Así fue como Harry
había perdido al Professor Quirrell, no a la persona, sino la...
conexión...
¿Por qué eso había
dolido tanto?
¿Por qué ahora se
sentía tan solitario?
¿De
seguro había otras personas, quizá mejores personas, para confiar y
tener amistad? La Profesora McGonagall, el Profesor Flitwick,
Hermione, Draco, sin mencionar a Mamá y Papá, no era como si Harry
estuviera realmente a solas...
Sólo que...
Una sensación de
ahogamiento creció en la garganta de Harry cuando lo comprendió.
Únicamente la
Profesora McGonagall, el Profesor Flitwick, Hermione y Draco, a veces
conocían cosas que ignoraba, pero...
Ellos
no se desempeñaban sobre Harry dentro
de su propia esfera de poder; la genialidad que ellos poseían no era
como su propio genio, y su genialidad no era como la de ellos; podría
observarlos como sus iguales, mas nunca los podría ver con
reverencia
como sus superiores.
Ninguno de ellos
había sido, ninguno de ellos podría llegar a ser...
El mentor de
Harry...
Ese era quien el
Profesor Quirrell había sido.
Esa fue la persona
que Harry había perdido.
Y la manera en que
había perdido a su primer mentor podría o no permitir a Harry que
alguna vez lo llegara a recuperar. Quizá algún día conocería
todos los motivos ocultos detrás del Profesor Quirrell y las dudas
entre ellos desaparecerían; sin embargo aún si eso parecía
posible, no parecía del todo probable.
Hubo una ráfaga de
viento, a las afueras de Hogwarts, dobló los árboles vacíos, hizo
ondular el corazón del lago que seguía sin congelar, produjo un
sonido susurrante al deslizarse por la ventana que miraba hacia el
mundo medio-crepuscular, y los pensamientos de Harry divagaron por un
tiempo.
Entonces regresaron
al curso otra vez, el siguiente paso de la espiral.
¿Por qué soy
diferente de los otros niños de mi edad?
Si la respuesta del
Profesor Quirrell a eso había sido una evasión, entonces fue una
muy bien calculada. Lo suficientemente profunda y compleja, bastante
llena de sugerencias y propósitos escondidos, para servir como
trampa para un Ravenclaw que no podía ser engañado por menos. O tal
vez el Profesor Quirrell tenía el propósito de responder
honestamente. ¿Quién sabía qué motivo podría haber manipulado
las manivelas de aquellos labios?
Al
menos diré esto, Sr. Potter: Usted ya es un Oclumante, y creo que en
poco tiempo se convertirá en un Oclumante perfecto. La identidad no
significa, para los que son como nosotros, lo que significa para
otras personas. Cualquiera que podamos imaginar, podemos ser; y la
verdadera diferencia sobre usted, Sr. Potter, es que posee una
imaginación excepcionalmente buena. Un dramaturgo debe contener a
sus personajes, debe ser más grande que ellos para poder
representarlos dentro de su mente. Para un actor o espía o político,
el limite de su propio diámetro es el limite de quién estén
pretendiendo ser, el limite de lo que puedan usar como una mascara.
Mas para usted y para mí, cualquiera que podamos imaginar, podemos
ser, en la realidad y no en la pretensión. Mientras usted se imaginó
ser un niño, Sr. Potter, usted fue un niño. Aún así hay otras
existencias que usted puede recrear, existencias más grandes, si lo
desea. ¿Por qué es usted tan libre, y tan grandioso dentro de su
circunferencia, cuando otros niños de su edad son pequeños y
constreñidos? ¿Por qué puede usted imaginar y convertirse
en otras identidades más adultas de lo que un mero niño realizando
una obra de teatro debería ser capaz de componer? Eso no lo sé, y
no debo revelar lo que supongo. Sin embargo lo que usted tiene, Sr.
Potter, es libertad.
Si eso era una
pantalla de humo era una endiabladamente buena para distraer.
Y
el pensamiento todavía más preocupante era que el Profesor Quirrell
no se había dado
cuenta
de cuán perturbado estaría Harry, cuán incorrecto
ese discurso sonaría para él, cuánto daño le haría a su
confianza en el Profesor Quirrell.
Debería
haber siempre una persona real que eras realmente,
en el centro de todo...
Harry contempló la
noche descendiente, la oscuridad reunida.
¿...no era así?
...
Era
casi la hora de dormir cuando Hermione escuchó las respiraciones
contenidas y levantó la vista de su copia de Beauxbatons:
Una Historia
para ver al niño perdido, el niño que no había sido ubicado a la
hora del almuerzo ese Domingo, cuya no aparición a la cena había
sido acompañada por rumores – y ella no los había creído porque
eran completamente
ridículos,
pero sintió un poco de nauseas por dentro – que se había retirado
de Hogwarts para cazar a Bellatrix Black.
"¡Harry!"
ella chilló, ni siquiera se dio cuenta de que estaba hablando con él
directamente por primera vez en una semana, ni notó cómo algunos
estudiantes se la quedaron mirando ante el sonido de su grito a
través de la sala común de Ravenclaw.
Los ojos de Harry ya
se había dirigido hacia ella, ya estaba caminando hacia ella, por lo
que se detuvo a medias por fuera de su silla -
Unos pocos segundos
después, Harry estaba sentado frente a ella, y estaba guardando su
varita tras invocar una barrera de Silenciador a su alrededor.
(Y una gran cantidad
de Ravenclaws estaban intentando aparentar que no estaban mirando.)
"Oye,"
Harry saludó. Su voz tembló. "Te extrañé. Tú... ¿vas a
hablar conmigo de nuevo, a partir de ahora?"
Hermione
asintió, nada más asintió, no se le ocurría qué decir. Ella
extrañaba a Harry también, sin embargo se estaba dando cuenta, con
una especie de sentimiento culpable, que podría haber sido mucho
peor para él. Ella tenía otros amigos, Harry... no se sentía
justo,
a veces, que Harry únicamente hablara con ella de ese modo, por lo
que se sentía
obligada a hablar con él; mas Harry tenía una mirada que expresaba
que cosas injustas le habían estado ocurriendo a él,
también.
"¿Qué
ha estado pasando?"
ella inquirió. "Hay toda clase de rumores. Había personas
afirmando que escapaste para combatir a Bellatrix Black, había otros
aseverando que escapaste para unirte
con Bellatrix Black -" y esos
rumores agregaban que Hermione simplemente había inventado la cosa
sobre el fénix, y ella gritó que toda la sala común de Ravenclaw
lo había visto, por lo que el siguiente rumor había reclamado que
también esa
parte era inventada por ella, lo que era una estupidez de nivel tan
inconcebible que la dejó completamente
asombrada.
"No puedo
hablar al respecto," Harry respondió con apenas un susurro. "No
puedo hablar sobre muchas cosas. Desearía poder contártelo todo,"
su voz tembló, "pero no puedo... supongo, si ayuda para algo,
que ya no voy a almorzar más con el Profesor Quirrell..."
Harry puso sus manos
sobre su rostro, entonces, cubriendo sus ojos.
Hermione sintió la
nausea recorriendo todo su estómago.
"¿Estás
llorando" preguntó Hermione.
"Ajá,"
respondió Harry, su voz sonando un poco jadeante. "No quiero
que nadie más lo vea."
Hubo un pequeño
silencio. Hermione quería ayudar pero no sabía qué hacer sobre un
niño que lloraba, y desconocía lo que estaba pasando; sentía como
si grandes cosas ocurrieran a su alrededor – no, alrededor de Harry
– y de saber cuáles eran probablemente estaría asustada, o
alarmada, o algo, sin embargo no sabía nada.
"¿El Profesor
Quirrell hizo algo equivocado?" ella interrogó al final.
"No es por eso
que ya no puedo seguir almorzando con él," Harry contestó,
todavía con ese apenas susurro con sus manos presionadas sobre sus
ojos. "Esa fue la decisión del Director. Mas es cierto, que el
Profesor Quirrell dijo algunas cosas que me hicieron confiar menos en
él, supongo..." La voz de Harry sonaba muy inestable. "Me
estoy sintiendo solitario ahora mismo."
Hermione
puso su mano sobre la mejilla donde Fawkes la había tocado el día
del ayer. Seguía pensando sobre ese toque, una y otra vez, quizá
porque quería
que fuera importante, que significara algo para ella...
"¿Hay alguna
manera en que pueda ayudar?" ella cuestionó.
"Quiero
hacer algo normal," Harry declaró desde atrás de sus manos.
"Algo muy normal para estudiantes de primer año de Hogwarts.
Algo que los de once y doce años como nosotros se suponen
deben hacer. Como jugar una partida de Naipes Explosivos o algo
así... ¿Supongo que en realidad no tienes los naipes o conoces las
reglas?"
"Este...
no
conozco las reglas, de hecho..." replicó Hermione. "Sé
que explotan."
"¿Entonces que
tal a Gobstones?" propuso Harry.
"No
conozco las reglas y te escupen.
¡Son juegos de hombres,
Harry!"
Hubo
una pausa. Harry restregó sus manos contra su cara para limpiarla, y
entonces retiró sus manos; y la miró directamente, viéndose un
poco impotente. "Bueno," Harry siguió, "¿qué hacen
los magos y hechiceras de nuestra edad, cuándo juegan, ya sabes, la
clase de tontos juegos sin sentido que se supone
debemos jugar a nuestra edad?"
"¿Rayuela?"
habló Hermione. "¿Saltar la cuerda? ¿Ataque Unicornio? ¡Yo
no lo sé, yo
leo libros!"
Harry
empezó a reír, y Hermione comenzó a carcajearse junto con él
aunque no sabía muy bien por qué, pero era
gracioso.
"Creo
que eso ayudó un poco," añadió Harry. "De verdad pienso
que ayudó más que lo que habría logrado jugando Gobstones durante
una hora, así que gracias por ser tú misma. Y sin importar nada, no
voy a hacer que alguien me Desmemorice todo lo que sé de cálculo.
Preferiría morir."
"¿Qué?"
espetó Hermione. "Por qué - ¿por qué alguna
vez
llegarías a querer semejante cosa?"
Harry se levantó de
la mesa, y hubo un repentino ruido restaurado de trasfondo pues su
levantamiento rompió el Encantamiento Silenciador. "Estoy un
poco somnoliento así que me voy a la cama," Harry dijo, ahora
su voz era ordinaria y sardónica, "tengo algo de tiempo perdido
que debo compensar, pero te veré al desayuno, y luego en Herbología,
si todo sale bien. Sin mencionar que no sería justo echarte encima
toda mi presión. Buenas noches, Hermione."
"Buenas noches,
Harry," ella se despidió, sintiéndose muy confundida y
alarmada. "Que tengas sueños placenteros."
Harry tambaleó un
poco cuando ella habló, y luego continuó hacia las escaleras que
llevaban a los dormitorios de los niños de primer año.
...
Harry encendió el
Encantamiento Silenciador al máximo, sobre la cabecera de su cama,
para que no fuera a despertar a nadie si gritaba.
Puso su alarma para
que lo despertará para el desayuno (en caso de que ya no se hubiera
levantado para esa hora, si era que lograba dormir algo).
Se tendió en la
cama, cuan largo era -
- sintió el bulto
debajo de su almohada.
Harry levantó la
mirada hacia el toldo por encima de su cama.
Siseó bajó su
respiración, "Oh, tienen que estar bromeando..."
Pasaron
vario segundos antes de que Harry pudiera reunir el corazón para
sentarse en la cama, cubrirse a sí mismo con la sabana para ocultar
el evento de los otros niños, invocar un Lumos
de baja intensidad y ver lo que estaba debajo de su almohada.
Había un pergamino,
y una baraja de jugar cartas.
En el pergamino se
leía,
Una pequeña ave
me contó que Dumbledore ha cerrado la puerta de tu jaula.
Debo admitir, en
esta ocasión, que Dumbledore puede tener la razón. Bellatrix Black
ha sido liberada sobre el mundo una vez más, y esas no son buenas
noticias para ninguna persona buena. De estar en los zapatos de
Dumbledore, podría haber hecho lo mismo.
Sólo por si las
dudas... El Instituto de las Brujas de Salem en América también
acepta niños, a pesar del nombre. Son buenas personas y te
protegerían incluso de Dumbledore, si lo necesitas. Bretaña
sostiene que necesitas permiso de Dumbledore para emigrar a la
América mágica, sin embargo la América mágica no está de
acuerdo. Por lo que ante una necesidad extrema, sal por fuera de las
protecciones de Hogwarts y parte en dos al Rey de Corazones de la
baraja de cartas.
El que deberías
recurrir a esto únicamente como medida radical se da por descontado.
Buena salud,
Harry Potter.
- Papá Noel.
Harry bajo la mirada
hacia el paquete de cartas.
No
podía
llevarlo a ningún otro lugar, no ahora mismo, los trasladores no
funcionaban aquí.
Pero se sintió
nervioso sobre el prospecto de recogerlo, incluso para esconderlo
dentro de su baúl...
Bueno,
ya
había cogido el pergamino, que podría haber sido encantado con una
trampa igualmente, de haberse tratado de una trampa.
Aún así.
"Wingardium
Leviosa," Harry susurró, e hizo Levitar el paquete de cartas
hasta un lado de donde su reloj alarma descansaba dentro de un
bolsillo de la cabecera de la cama. Lidiaría con aquello mañana.
Y luego Harry volvió
a recostarse en su cama, y cerró los ojos, para soñar sin ningún
fénix para protegerlo, y pagar sus cuentas atrasadas.
...
Fue
despertando con un jadeo de horror, no un grito, todavía no gritó
esa noche, sin embargo su sabana estaba toda enredada sobre el hueco
que había dejado al retorcerse en su sueño donde corría,
intentando alejarse de las bocas abiertas en el espacio que lo
estaban persiguiendo a través del corredor de metal iluminado por
una débil lampara de gas, un largo corredor de metal apenas
iluminado por una lampara de gas que no tenía fin, y él no había
sabido,
en el sueño, que tocar aquellos vacíos significaba morir
horriblemente y dejar atrás su cuerpo que aún respiraba a pesar de
estar vacío, todo lo que había sabido era que tenía que correr y
correr y correr de aquellas heridas en el mundo que se deslizaban en
pos de él -
Harry empezó a
llorar otra vez, no fue por el horror de la persecución, sino porque
corrió mientras alguien más detrás de él estaba gritando pidiendo
ayuda, gritando para que regresara y la salvara, para que la ayudara,
a ella se la estaban comiendo, ella iba a morir, y en el sueño Harry
había corrido en vez de ayudarla.
"¡NO
TE VAYAS!"
La voz surgió como un grito detrás de la puerta de metal. "No,
no, no, no te vayas, no te lo lleves, no no no -"
¿Por qué Fawkes
había reposado sobre su hombro? Él había huido. Fawkes debería
odiarlo.
Fawkes
debería odiar a Dumbledore. Él
había
huido.
Fawkes debería
odiar a todos -
El niño no estaba
despierto, no estaba soñando, sus pensamientos estaban revueltos y
confusos dentro de las tierras de las sombras que limitan entre el
estar despierto y el estar dormido, desprotegido por los rieles que
su mente despierta había impuesto sobre sí misma, las cuidadosas
reglas y censuras. En esa tierra de las sombras su cerebro había
despertado lo suficiente como para pensar, mas algo más estaba
demasiado adormilado para actuar; sus pensamientos corrían libres y
salvajes, sin restricciones por parte de su propio concepto de sí
mismo, sus ideas personales de lo que no debería pensar cuando
estuviera despierto. Esa era la libertad de los sueños de su
cerebro, mientras su concepto de sí mismo dormía. Libre para
repetir, una y otra vez, la nueva y peor pesadilla de Harry:
"¡No, no
era mi intención, por favor no mueras!"
"¡No, no
era mi intención, por favor no mueras!"
"¡No, no
era mi intención, por favor no mueras!"
Una rabia creció
dentro de él junto con el auto-aborrecimiento, una terrible furia
caliente / helado y frío odio, por el mundo que le había hecho eso
a ella / por sí mismo, y en su estado medio-despierto Harry fantaseó
con escapes, fantaseó formas de superar el dilema moral, se imaginó
a sí mismo flotando sobre el vasto horror triangular de Azkaban, y
susurrando un encantamiento con silabas que nadie había llegado a
escuchar sobre la Tierra, murmullos que hacían eco por todo el cielo
y eran escuchados al otro lado del mundo, y hubo una llamarada de
Patronus plateados que asemejaban una explosión nuclear que
desgarraban a todos los Dementores en un instante y partían las
paredes de metal de Azkaban, destrozaban los largos corredores y
todas las débiles luces naranjadas, y un momento después su cerebro
recordó que había personas adentro, y reescribió la fantasía
soñada a medias para mostrar a todos los prisioneros riéndose al
tiempo que salían volando en grupos alejándose de la ardiente ruina
de Azkaban, la luz plateada restaurando la carne de sus miembros
mientras volaban, y Harry empezó a llorar más fuerte contra su
almohada, porque no podía hacerlo, porque no era Dios -
Juro
sobre su vida y magia y su arte de la racionalidad, juró por todo lo
que consideraba sagrado y por todas sus memorias felices, ahora había
dado su juramento por lo que tenía que hacer algo, tenía
que hacer algo, tenía que HACER ALGO -
Quizá era inútil.
Tal vez intentar
seguir las reglas no tenía sentido.
A lo mejor nada más
tenías que quemar Azkaban a como diera lugar.
Y de hecho había
jurado que lo haría, por lo que eso era lo que tenía que hacer.
Simplemente haría
lo que fuera para deshacerse de Azkaban, eso era todo. Si eso
implicaba gobernar Bretaña, estaba bien, si eso significaba
encontrar un hechizo para susurrar que hiciera eco a través del
cielo, como fuera, lo importante era destruir Azkaban.
Ese era el lado en
el que estaba ahora, ese era quien él era, por lo que sí, estaba
hecho.
Su mente despierta
demandaría muchos más detalles antes de aceptar eso como una
respuesta, pero en su estado medio-durmiente se sintió como una
resolución suficiente para permitir a su cansada mente caer
verdaderamente dormida una vez más, y soñar con la siguiente
pesadilla.
...
Conclusión
Final:
Despertó
con un jadeo de horror, una interrupción de su respiración que la
dejó sintiéndose privada de aire y aún así sus pulmones no se
movieron, ella despertó con un grito sin proferir en sus labios y no
pronunció palabras, ninguna palabra surgió, pues ella no podía
entender lo que había visto, no
podía entender lo que había visto,
era demasiado grande para que ella lo abarcara y seguía tomando
forma, no podía poner palabras a esa figura sin forma y ella no pudo
descargarlo, no pudo descargarlo y se volvió inocente e ignorante
una vez más.
"¿Qué hora
es?" ella murmuró.
Su reloj despertador
con joyas de oro, el bello y mágico y costoso reloj alarma que el
Director le había dado como regalo cuando la contrató en Hogwarts,
susurró a su vez, "Alrededor de las dos de la mañana. Vuelve a
dormir."
Sus sabanas estaban
empapadas por el sudor, su ropa de noche empapada en sudor, por lo
que ella cogió su varita de debajo de la almohada y se limpió antes
de intentar volver a dormir, procuró regresar a dormir y
eventualmente tuvo éxito.
Sybill Trelawney
volvió a dormir.
...
Nota del
Traductor
El
polvo de iocaina es una invención de la película La
Novia Princesa, en la
genial escena de la batalla de ingenio contra Visini.
Para mayor información sobre lo fractal
Tras trabajar mucho tiempo en este capítulo, estoy feliz de haber
culminado.
Como les avisé antes, voy a producir las versiones en PDF de HPMOR
antes de regresar a la traducción principal. La división en formato
PDF será del siguiente modo.
Libro
1: HJEPV y los Métodos
de la Racionalidad (del
capítulo 1 al 21.)
Libro
2: HJEPV y los Juegos del
Profesor (del capítulo
22 al 37.)
Libro
3: HJEPV y las Sombras de
la Muerte (del capítulo
38 al 63.)
Los omakes no están incluidos en dichos libros, pero sí lo estarán
en el PDF final que contendrá HPMOR por completo.
En realidad no tengo un estimado de tiempo de cuánto me tardaré con
los PDF, puesto que daré una revisión general a HPMOR de principio
a fin, que incluye corrección ortográfica y mejoramiento de los
capítulos disponibles en FFN, que bien saben siempre presentan uno
que otro error de formato. Creo que un mes para todo eso es el mínimo
de tiempo que me podría llevar. Estén pendientes de mi blog y de
mis redes sociales para saber cómo va la batalla.
Definitivamente,
cada vez que haga un estimado debería pensar que el doble de tiempo
de la cantidad estimada será la que más se acerque a la realidad.
Creo que debería tardarme un mes con los PDF, por lo que es mejor
asumir que me demoraré realmente con ellos. Sigo aprendiendo a ser
pesimista.
Sobre este capítulo, debo decir que las partes con Lesath
Lestrange y la pesadilla de Harry me hicieron lagrimear los ojos, y
el nombre de Sybill Trelawney jamás pareció tan ominoso.
Gracias
a Frida12346 por sus recientes y acertados comentarios y a todos los
demás, gracias por leer.
Por cierto, voy a participar en la convocatoria de invierno de Living
a Book para libros interactivos. Para losque estén interesados en participar.
...
Escrito
por Less
Wrong / Eliezer Yudkowsky
Traducido
al español por +Rhaidot
No hay comentarios:
Publicar un comentario