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domingo, 5 de abril de 2020

Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad Capítulo 110

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Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad


dumbledore espejo
Quirinus? What - por Chaos Legion

Capítulo 110: Reflejos, Parte 2


La sombría cara de Albus Dumbledore apenas duró un instante antes de volverse una expresión de desconcierto. "¿Quirinus? Qué -"

Y luego hubo una pausa.

"Bueno," declaró Albus Dumbledore. "Me siento como un estúpido."

"Esperaba que fuera así," el Profesor Quirrell dijo despreocupado; si se había sorprendido al haber sido atrapado, no lo demostró. Un movimiento casual de su mano regresó su túnica de vuelta a la del Profesor.

La sombría expresión de Dumbledore había regresado y con el doble de fuerza. "Ahí estaba yo, buscando por todos lados la sombra de Voldemort, sin darme cuenta en ningún momento que el Profesor de Defensa de Hogwarts está enfermo, una víctima medio muerta poseída por un espíritu más poderoso que él mismo. Diría que es senilidad, de no ser porque muchos otros tampoco lo vieron."

"Cierto," replicó el Profesor Quirrell. Levantó sus cejas. "En serio, ¿soy tan difícil de reconocer sin mis brillantes ojos rojos?"

"Oh, ciertamente," Albus Dumbledore dijo con voz controlada. "Tu actuación fue perfecta; confieso que me engañaste por completo. Quirinus Quirrell parecía - ¿cuál es el término que estoy buscando? Ah sí, esa es la palabra. Él parecía cuerdo."



El Profesor Quirrell se carcajeó; para todo el mundo habría parecido que ambos solamente estaban teniendo una conversación casual. "Yo nunca estuve loco, sabes. El Señor Voldemort no fue más que otro juego para mí, lo mismo que el Profesor Quirrell."

Albus Dumbledore no parecía estar disfrutando una conversación casual. "Pensé que podrías decir eso. Lamento informarte, Tom, que cualquiera que sea capaz de actuar la parte de Voldemort es Voldemort."

"Ah," argumentó el Profesor Quirrell, levantando un dedo amonestador. "Hay un vacío legal en ese razonamiento, anciano. Cualquiera que actúe la parte de Voldemort debe ser lo que los moralistas llaman 'malo', en eso estamos de acuerdo. Sin embargo mi verdadero yo es enteramente, absolutamente, irremediablemente malvado de una manera más interesante y diferente a la que estaba pretendiendo ser con Voldemort -"

"Resulta," Albus Dumbledore dijo con severidad, "que no me importa."

"Entonces debes creer que te vas a librar pronto de mí," concluyó el Profesor Quirrell. "Que interesante. Mi existencia inmortal depende en descubrir qué trampa has activado, y encontrar un modo de escapar, tan pronto como sea posible." El Profesor hizo una pausa. "Pero antes pasemos a una charla sobre otros asuntos que nos demore aunque no tenga sentido. ¿Cómo es que estabas esperando dentro del Espejo? Pensé que estarías en otro lugar."

"Estoy allí," Albus Dumbledore contestó, "y también dentro del Espejo, para tu mala suerte. Yo siempre he estado aquí, todo el tiempo."

"Ah," repuso el Profesor Quirrell, y suspiró. "Entonces supongo que mi pequeña distracción fue para nada."

Y Albus Dumbledore ya no pudo contener su ira. "¿Distracción?" rugió Dumbledore, sus ojos de zafiro estrechos por la furia. "¡Asesinaste al Maestro Flamel como distracción?"

El Profesor Quirrell se mostró consternado. "Estoy herido por la injusticia de tu acusación. No fui yo quien mató al que tú conoces como Flamel. Simplemente le di la orden a alguien más."

"¿Cómo pudiste? Incluso tú, ¿cómo pudiste? ¡Él era la biblioteca de nuestros conocimientos antiguos! ¡Secretos que tú has hecho que la hechicería pierda por siempre!"

Ahora la sonrisa del Profesor Quirrell era afilada. "Sabes, todavía no comprendo cómo tu retorcida mente puede considerar aceptable que Flamel fuera inmortal, pero cuando yo intento hacer lo mismo me convierto en un monstruo."

"¡El Maestro Flamel nunca descendió en la inmortalidad! Él -" Dumbledore se ahogó. "Él únicamente se había quedado despierto cuando llegó su hora de dormir, por el bien de los demás, a través de su largo, largo día -"

"No sé si puedes recordar esto," el Profesor Quirrell lo interrumpió, con voz frívola, "¿pero recuerdas ese día en tu oficina con Tom Riddle? ¿Aquel día donde te supliqué, donde me puse de rodillas y te supliqué, que me presentaras a Nicolás Flamel para que yo le pudiera pedir ser su aprendiz, para algún día hacer la Piedra Filosofal por mí mismo? Ese fue mi último intento de ser una buena persona, si tienes curiosidad. Me dijiste que no, y me diste un discurso sobre cuán indigno era tener miedo de la muerte. Me fui de tu oficina amargado y furioso. Concluí que si de todos modos me iban a llamar malvado, nada más por no querer morir, entonces sería realmente malvado; y un mes después maté a Abigail Myrtle para perseguir la inmortalidad por cualquier medio necesario. Aún sí yo sabía más sobre Flamel, me quedé bastante perturbado por tu hipocresía; y por esa razón te torturé a ti y a los tuyos más de lo que habría hecho de otro modo. A menudo sentí que debías saber esto, sin embargo nunca tuvimos la oportunidad de hablar con franqueza."

"Me rehúso," habló Albus Dumbledore, cuya mirada no vaciló. "No acepto ni la más mínima pizca de responsabilidad por lo que tú te convertiste. Eso fue totalmente, completamente, el resultado de tu persona y tus propias decisiones."

"No me sorprende escuchar tus palabras," alegó el Profesor Quirrell. "Bueno, ahora tengo curiosidad de saber cuáles responsabilidades aceptas. Tienes acceso a algún poder inusual de Adivinación; al menos eso lo deduje hace tiempo. Hiciste demasiados movimientos sin sentido, y los caminos por los que esos movimientos funcionaron a tu favor fueron demasiado ridículos. Así que dime. ¿Sabías por adelantado el resultado, de esa noche en la Víspera de todos los Muertos cuando fui vencido por un tiempo?"

"Lo sabía," respondió Albus Dumbledore, ahora su voz era fría y baja. "Por eso, yo acepto la responsabilidad, que es algo que tú nunca vas a comprender."

"Hiciste que Severus Snape pudiera escuchar la Profecía que me trajo a mí."

"Permití que sucediera," admitió Albus Dumbledore.

"Y ahí estaba yo, todo emocionado al haber obtenido finalmente mi propio conocimiento del futuro." El Profesor Quirrell sacudió su cabeza como si estuviera triste. "Así que el gran héroe Dumbledore sacrificó a sus ignorantes peones, Lily y James Potter, meramente para hacerme desaparecer por unos cuantos años."

Los ojos de Albus Dumbledore eran como piedras. "James y Lily habrían muerto voluntariamente, si lo hubiesen sabido."

"¿Y el pequeño bebé?" el Profesor Quirrell dijo. "Me parece dudoso que los Potter hubiesen estado contentos con dejarlo en el camino de Quien-Tú-Sabes.

Apenas y podías ver un respingo. "El Niño-Que-Vivió resultó bastante bien. ¿Intentaste hacerlo como , ¿no es así? En cambio te convertiste a ti mismo en un cadáver, y Harry Potter se volvió el mago que tú tendrías que haber sido." Se produjo el resplandor usual tras los anteojos de media luna de Dumbledore, un pequeño brillo en aquellos ojos. "Toda la helada llama de Tom Riddle, domada al servicio del tierno amor de James y Lily. ¿Cómo te sentiste cuando viste lo que Tom Riddle podría haber sido, de haber crecido dentro de una familia amorosa?"

Los labios del Profesor Quirrell se arquearon. "Me quedé sorprendido, incluso conmocionado, por las abismales profundidades de la ingenuidad del Sr. Potter."

"Supongo que no puedes ver el humor de la situación." Fue entonces, finalmente, cuando Albus Dumbledore sonrió. "¡Cómo me reí cuando lo entendí! Cuando vi que habías hecho un Voldemort Bueno para oponerte al malvado - ah, ¡cómo me reí! Nunca tuve el acero para mi roI, pero Harry Potter lo tendrá de sobra, cuando alcance su máximo poder." La sonrisa de Albus Dumbledore desapareció. "Aunque supongo que Harry tendrá que buscar algún otro Señor Oscuro al cual vencer, ya que tú no vas a estar allí."

"Ah, sí. Eso." El Profesor Quirrell intentó alejarse del Espejo caminando, y pareció detenerse justo antes de alcanzar el punto donde el Espejo ya no lo iba a reflejar, de haberlo estado reflejando. "Interesante."

Dumbledore mostró una fría sonrisa. "No, Tom. No vas a ir a ningún lado."

El Profesor Quirrell asintió. "¿Qué es lo que has hecho, exactamente?"

"Has rehusado la muerte," explicó Dumbledore, "y si destruyo tu cuerpo, tu espíritu seguirá rondando, como un animal tonto que no puede entender cuando le dicen que se vaya. Por lo que te voy a enviar por fuera del Tiempo, a un instante congelado del cual ni yo ni nadie te puede hacer regresar. Quizá Harry Potter será capaz de hacerte regresar algún día, si la profecía es correcta. Podría desear discutir contigo sobre quién es el culpable de la muerte de sus padres. Para ti no será más que un instante - si es que llegas a regresar. Como sea, Tom, te deseo lo mejor en ese instante."

"Mmm," replicó el Profesor Quirrell. El Profesor de Defensa había pasado a un lado de donde estaba parado Harry, observando mudo y con algo de horror, únicamente para volver a quedar paralizado al otro borde del espejo. "Como sospeché. Estás usando el viejo método de sellado de Merlín, que el relato de Topherius Chang llama el Proceso del Sin Tiempo. Si la leyenda es verdadera, ni siquiera tú puedes detener el proceso, pues ha pasado mucho desde que se activó."

"En efecto," comentó Albus Dumbledore. Sin embargo sus ojos se pusieron cautelosos de repente.

Y Harry, de pie al lado derecho de la puerta, esperando con silencioso y controlado terror, lo pudo sentir en el aire; pudo sentir la sensación de una presencia reuniéndose dentro del campo del Espejo. Algo más extraterrestre que la magia, todo sobre lo que eso fuera era incomprehensible excepto por el hecho de su rareza y el hecho de su poder. Había empezado lento pero ahora estaba creciendo más rápido, esa presencia.

"Sin embargo aún podrías revertir el efecto, si las palabras de Chang son ciertas," propuso el Profesor Quirrell. "La mayoría de los poderes del Espejo son duales, de acuerdo a la leyenda. Así que podrías hacer desaparecer lo que está en el otro lado del Espejo. Enviarte a ti mismo, en vez de a mí, dentro de ese instante congelado. Si lo deseas, claro."

"¿Y por qué haría eso?" La voz de Albus Dumbledore era dura. "¿Supongo que vas a decirme que tienes rehenes? Eso fue fútil, Tom, ¡tonto! ¡Completo tonto! Debiste saber que no te daría nada sin importar cuántos rehenes hayas tomado."

"Siempre estuviste un paso detrás de mí," afirmó el Profesor Quirrell. "Permite presentarte a mi rehén."

Otra presencia invadió el aire alrededor de Harry, una sensación de dolor recorrió su carne cuando la magia del otro Tom Riddle pasó muy cerca de su piel. La Capa de Invisibilidad le fue arrebatada, y el brillante fondo negro de la Capa se alejó de él, a través del aire.

El Profesor Quirrell la cogió, y con un ágil movimiento se la puso encima; en menos de un segundo se había acomodado la capucha de la Capa sobre su cabeza y desapareció.

Albus Dumbledore se tambaleó, como si le hubiesen removido un soporte esencial bajo sus pies.
"Harry Potter," el Director exhaló. "¿Qué estás haciendo aquí?"

Harry miró fijamente la imagen de Albus Dumbledore, sobre cuyo rostro estaban en guerra la conmoción y el desmayo total.

La culpa y la vergüenza fueron demasiado, demasiado, golpeando a Harry todo al mismo tiempo, y pudo sentir que la presencia incomprehensible alcanzaba su punto máximo a su alrededor. Sin que se lo dijeran Harry supo que ya no le quedaba más tiempo, y que estaba acabado.

"Es mi culpa," Harry se despidió con mermada voz, sin saber cuál parte de él se había apoderado de su garganta ante el extremo final. "Fui un estúpido. Siempre fui un estúpido. No me debe rescatar. Adiós."

"Vaya, miren eso," cantó la voz del Profesor Quirrell desde el aire vacío, "Parece ser que ya no tengo un reflejo."

"No," gritó Albus Dumbledore. "¡No, no, NO!"

Salida de la manga de Albus Dumbledore aterrizó en su mano su varita, larga y de gris-oscuro, y en su otra mano, como salida de la nada, apareció una corta vara de piedra oscura.

Albus Dumbledore arrojó ambos a un lado violentamente, justo cuando la creciente sensación de poder se elevó hasta ser insoportable, y luego desapareció.

El Espejo volvió a mostrar el reflejo ordinario de un cuarto iluminado de dorado con paredes de piedra blanca, sin ningún rastro de que Albus Dumbledore había estado allí.

...

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Nota del Traductor (29 de Marzo de 2.020)


Debo reconocer que la primera vez que leí este capítulo derramé unas cuantas lágrimas.

El siguiente episodio está alrededor de las 8.000 palabras, a ritmo de cuarentena, debería publicarlo el 3 de Abril de 2.020 en Patreon y el 10 de Abril en mi blog y FNN.

Faltan 12 capítulos para el final de Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad.

Esta entrada fue posible gracias a Rocio Tou, Sergio Andres Rodriguez Vargas, Nkp, Richard Nole, y Kbrem.


Si lo deseas puedes apoyarme en el Patreon de Rhaidot.


Gracias por leer.


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