Relato de ciencia-ficción
...
La
atención de Augusto fue atraída por el dibujo a blanco y negro de
un ángel cortando la cabeza a un dragón. Luego examinó la
leyenda debajo del dibujo:
El
grupo de INVESTIGACIÓN SOBRE TRATAMIENTOS CON REALIDAD VIRTUAL de la
Universidad de Málaga convoca a las personas que sufran de vértigo
a las alturas o acrofobia, a participar del juego REINO VIRTUAL que
se propone lograr un avance significativo en la línea de
investigación REALIDAD VIRTUAL EN TRATAMIENTOS PSICOLÓGICOS.
Interesados por favor acercarse al edificio de Ingeniería
Electrónica y preguntar en portería el día miércoles a las dos de la tarde.
En
parte por curiosidad, y en otra por necesidad, Augusto decidió ir.
El portero lo escoltó hasta el tercer piso y le señaló una puerta.
Cuando la abrió, fue como penetrar en un laboratorio de película de
ciencia ficción. Recostadas contra una pared había tres
computadoras de distintas generaciones. En el centro de la habitación
había una silla de barbero conectada por cables a un monitor. En una
mesa larga, cercana a las computadoras, estaban dos hombres jóvenes y
una mujer. Augusto reconoció un aire ingenieril en los dos hombres
(postura encorvada, gafas, corbatas, uno demasiado gordo y el otro
exageradamente flaco), pero no adivinó la profesión de aquella
atractiva mujer con bata desabotonada y falda seductora, aunque no
desvergonzadamente corta.
–Disculpen,
¿aquí es dónde compran acrofobia? –Augusto no solía
desperdiciar ninguna oportunidad para bromear.
Los
hombres se miraron confundidos, la mujer sonrió y lo saludo con un
apretón de manos.
–Buenas
tardes. Soy la doctora Luisa Siloé, psicóloga. Vienes por la
convocatoria, ¿cierto? –Luisa tenía linda sonrisa y cabello negro
ondulado. Sus ojos verdes conquistaron a Augusto con rapidez.
–Así
es, me llamó Augusto. Estoy interesado en eso del tratamiento
virtual. Pero, ¿hay que estar loco de remate?
–Claro
que no, sólo un poco, –Luisa también tenía un buen sentido del
humor–. Déjeme presentarlo. Ellos son otros dos miembros del grupo
de investigación, todos somos profesores de la universidad. Él es
el ingeniero James García, –Augusto estrechó la mano del más
gordo. James tenía el cabello largo atado en una cola de caballo y
una sonrisa amigable–. Y este es el ingeniero Camilo Aguilera, –el
apretón de Camilo le demostró que tenía más fuerza de la que
aparentaba–. Ellos son Ingenieros de Electrónica y son los genios
que nos permiten hacer realidad este loco y maravilloso sueño.
–Pero
usted y el doctor Nasar también son unos genios de cuenta propia –apuntó James–. ¿A quién se le habría ocurrido imbricar los
videojuegos y un tratamiento psicológico?
–
¿Así que llegué en el momento de los halagos inmerecidos? –Dijo
un hombre moreno entrando en el laboratorio–. Me temo que ni la
doctora Luisa ni yo merecemos ese crédito. Nuestro proyecto nace de
las propuestas de eminencias tan dispares como Anderson, Bransford,
Chee, Collins, Doyle, Fortugno, Freeman, Freud, Ginzburg, Hooi,
Linser, Moore, Naidu, Pearl, Poe, Porter, Prensky, Schank,
Sloterdijk, Van Dine, Vander y Zimmerman, aunque si fuera de nombrar
sólo a uno, mi elección sería Joichi Ito.
–Augusto,
este es nuestro modesto y sapiente gran jefe pluma blanca, el doctor
Vicente Nasar –Era un hombre alto y fornido. Era el mayor del grupo
y aunque parte de su cabello empezaba a encanecer aún se las
arreglaba para ser guapo. Sus ojos negros eran inteligentes y sus
facciones revelaban un hombre afable y sabio.
–Leí
en algún lado que algunos terapeutas usaban la realidad virtual para
tratar a pacientes con acrofobia y también víctimas de abuso
–comentó Augusto–. Nunca pensé que tendría oportunidad de
participar en eso.
–Me
gusta este inteligente conejillo de indias –dijo Nasar con una
sonrisa.
–Pero
nadie ha hecho antes lo que vamos hacer el día de hoy –señaló
James intentando llamar la atención de Luisa–. No vamos a hacer
una mera simulación de percepción de alturas, vamos a usar un juego
de rol virtual.
–
¿Juego de rol? –Bromeó Augusto–. ¿Esos no son los que se
imaginan que son guerreros o magos y luego se vuelven asesinos
seriales?
Los
ingenieros le regalaron una gélida mirada y hasta la profesora Luisa
dejo escapar una mueca despectiva. Sólo la sonrisa del profesor
Nasar siguió inalterable.
–No
hay que creer todo lo que los medios dicen muchacho. Un juego de rol
como lo indica su nombre, describe la actividad en que una o más
personas desempeñan un determinado rol, papel o personalidad
concreta que normalmente no hace. Los juegos de rol también
estimulan el potencial creativo e imaginativo de la persona, además
de hacer trabajar el razonamiento durante el transcurso de las
aventuras al enfrentar nuevos panoramas, retos y confrontaciones e
intentar solucionarlos.
–Nada
más intentaba ser gracioso –dijo Augusto incomodo–. Eh, ¿y de
qué va la cosa entonces?
–El
juego, en general, es fundamental en el proceso de
enseñanza-aprendizaje: a la hora de aprender, la calidad con que una
persona aprende algo se basa en la utilidad práctica que le
encuentre a dicho conocimiento. El juego permite acceder al
conocimiento de forma significativa, pues convierte en relevantes o
interesantes, informaciones que serían absurdas, lejanas o
aburridas, de otra manera.
–Pero
lo primero sería hacerte unas preguntas y conversar un poco contigo
para asegurarnos de que seas apto para entrar a Reino Virtual –señaló
la profesora Luisa.
Augusto
se abstuvo de preguntar que era Reino Virtual no fuera a perderse en
otra explicación interesante e ininteligible del profesor Nasar. Los
psicólogos le hicieron varias preguntas durante una hora y luego le
pasaron una ficha para que le diera su aprobación. Augusto leyó y
asintió, aunque sólo ciertos ítems de su evaluación le llamaron
la atención:
Nombre:
Augusto Torres
Nivel
académico: Estudiante de Periodismo
Personaje:
Astal el ángel
Trastorno:
Fobia simple (Acrofobia)
Origen
del trastorno: Desconocido
Parientes
con el trastorno: No
Parientes
con algún otro tipo de trastorno: No
Parientes
muertos: Sí (Una abuela y una hermana)
Comportamiento
obsesivo: No
Rasgos
esquizofrénicos o de otro tipo: No
–Supongo
que está bien, ¿pero qué es eso de Astal el ángel?
–Es
el nombre de tu personaje, lo entenderás dentro de poco –dijo
Luisa–. Ahora debemos cargar estos datos en la computadora para ver
si podemos proceder con el experimento.
La
computadora se demoró unos cinco minutos en procesar los datos, lo
cual le pareció muy rápido a Augusto. La computadora mostraba sus
resultados en una pantalla negra con letras verdes:
Resultado
del análisis de los datos de Augusto Torres
Riesgo
de fractura: 47%
APROBADO
–Más
alto de lo que esperaba –dijo pensativo Nasar sobándose el mentón
con la mano–. Supongo que recibió puntos extras por lo de la
abuela y la hermana.
–No
es que quiera echarme para atrás –dijo Augusto–, pero eso de
riesgo de fractura no suena alentador.
–No
tienes de que preocuparte –lo tranquilizó Nasar–. Ese nombre en
realidad hace referencia a la posibilidad de encontrar imprevistos en
tu conducta durante la simulación., lo que podría resultar en un
trastorno severo a posteriori. 47% es apenas considerable. Mientras
este número no llegué a 90% no hay de qué preocuparse. Desde
luego, la decisión es tuya –para enfatizar sus palabras, Nasar
extendió la mano derecha hacia la silla y la izquierda hacia la
salida.
Augusto
se sentó en la silla. Luisa lo ayudó a acostarse para que estuviera
cómodo y puso un pesado casco en la cabeza que lo dejó a oscuras.
Las teclas oprimidas por los rápidos dedos de los ingenieros, el
garrapatear del lapicero del psicólogo sobre una hoja, los
procesadores de las computadoras: todos los ruidos desaparecieron
dentro del casco.
...
[Augusto,
¿puedes escucharme?]
Es
una voz desconocida dentro de mi cabeza. ¿Quién es?
[Soy
la doctora Luisa. Quiero que me prestes atención porque voy a
explicarte en que consiste Reino Virtual. ¿Estás preparado?]
Sí
doctora. Dispare de una vez.
[Este
casco no es como los que probablemente conoces. No te pasara imágenes
frente a tus ojos ni tampoco sonidos. Este casco servirá para
ayudarnos a hipnotizarte.]
Pero
pensé que íbamos a jugar rol en una computadora.
[Y
lo vamos a hacer, pero no con un simple motor de gráficos. “Por
la misma razón que el libro es muchas veces mejor que una película,
porque deja espacio para la elaboración imaginativa, lo que es aún
mejor que crear imágenes hechas en tercera dimensión, mejora la
ilusión de la presencia cognitiva en las simulaciones de los juegos
de rol”.
Esas fueron las palabras de Fortugno y Zimmerman que son nuestra
guía. Los juegos de realidad virtual puede ofrecer un mayor impacto
por su alto contenido gráfico, tener un factor de impacto mayor,
pero una vez pasada la novedad, no tiene ninguna utilidad aparte del
entretenimiento, y de ahí en adelante tiene mayor probabilidad de ir
en detrimento de la experiencia de aprendizaje. Los juegos de rol son
más útiles porque fomentan el pensamiento estratégico, la solución
de problemas y promueven las capacidades imaginativas.]
Aja,
¿todo lo cual nos lleva a…?
[Nos
lleva a la “compleja
ilusión de la presencia cognitiva”
que es necesaria cuando hay de por medio propósitos educacionales y,
podríamos agregar, tratamientos psicológicos. Para crearla hay dos
cuestiones críticas. La primera es la suspensión de la
incredulidad. Aceptar que ese otro mundo imaginado es una realidad.
Sentir que realmente las acciones en el juego son relevantes, que las
decisiones y despliego de inteligencia vale la pena. Lo segundo es
sentirse identificado con el personaje que se encarne. La “ilusión
de la presencia cognitiva”
hace referencia entonces a la capacidad de una persona de recrear un
evento de forma tan precisa que le permite imaginarse que estuvo
allí. Imaginar que vio, que oyó, que formó parte de ese evento. Es
una ilusión que sólo puede lograrse cuando se ha absorbido cada
detalle con respecto a un evento o conocimiento determinado.
Imaginarnos el olor de la pólvora en una batalla, memorizar cada
palabra de un discurso que cambio la historia para siempre… Y el
cerebro humano es el procesador más avanzado en el mundo para lograr
la “ilusión
de la presencia cognitiva”.
La explicación mecánica del asunto es aún más complicada que eso,
pero lo crucial es que éste procedimiento nos permite acceder a tu
subconsciente y sumirte en un estado de sueño lucido. Controlaremos
la emulación de situaciones en tu sueño y tú serás responsable de
las acciones de tu yo.]
Entonces
cuando este dentro de Reino Virtual, para mí será real. ¿No es
peligroso?
[Para
ti no será más que un buen sueño. Tú y yo estaremos en
comunicación permanente. Yo seré la directora del juego y me
reconocerás con el nombre de Master, cumpliré la función de ser la
mediadora entre tus percepciones y la de interpretar a aquellos
personajes que no son tú, que son completamente imaginarios y no son
reales. También interpretaré todos los elementos no controlados
por ti (animales, plantas, criaturas fantásticas, meteorología,
dioses, tecnología, sucesos físicos normales, sucesos mágicos o
paranormales, etcétera). Seré el árbitro de las reglas, y yo
imaginaré y describiré el escenario y las circunstancias que crean
una percepción virtual del escenario consensuado. Ahora relájate y
déjate llevar.]
[Iniciando
terapia bineural “Sugestión”.]
¿Es
el ruido del mar? Un eco profundo y lejano con los llantos de sirenas
clamando por su amor perdido.
[Augusto,
te vas a dormir cuando yo cuente tres, pero vas a seguir consciente.
¿Entiendes lo que quiero decir?]
Sí.
[Perfecto.
3…]
[Sincronizando
ondas cerebrales REM.]
[2…]
[Interfaz
cerebral estable.]
[1…]
[Iniciando
Reino Virtual.]
[Master]
Augusto, ¿cómo te sientes?
[Augusto]
Bien.
[Master]
Perfecto. Augusto, bienvenido a Reino Virtual, un mundo habitado por
criaturas mágicas y seres humanos. Sin embargo, tú serás una
criatura que es extraña aún en Reino Virtual. Te llamas Astal y
eres un ángel. Tienes dos poderosas alas, una espada de fuego
celestial y una resistencia sobrehumana. ¿Comprendes?
[Astal]
Comprendo.
[Master]
Recién has llegado a Reino Virtual. Dios te ha encomendado la misión
de obtener la esmeralda Amanecer, un tesoro que fue entregado a la
familia Berek, reyes humanos de Reino Virtual. Has descendido del
cielo en frente del castillo Berek. Sus muros pulidos y estandartes
de oro deberían maravillarte por su hermosura, pero no ocurre así.
Sientes que esa belleza no es más que un delgado manto bajo el cual
bulle un terrible mal. Hasta ahora no comprendías porque Dios
decidió quitarles su bendición a los humanos al despojarlos de la
esmeralda Amanecer. ¿Lo comprendes ahora, Astal?
[Astal]
Los humanos han dejado que la oscuridad se apodere de sus corazones.
Los reyes ya no son dignos.
[Master]
Es probable que estés en lo correcto. Por lo cual es natural que
desconfíes cuando un grupo de personas, entre ellos un humano, salen
del castillo y se acercan a ti.
[Humano
desconocido] ¡Un ángel del cielo! Por favor, ¡ayúdanos! Nuestra
princesa corre peligro.
[Astal]
¿Quiénes son ustedes? Estoy aquí para cumplir los mandatos de
Dios, no para ser engañado por desconocidos.
[Humano
desconocido] Mi nombre es Cymric y soy un mago al servicio del rey
Berek. Ellos son Tulkas y Eldar, elfos guardabosques que han venido
en representación de su raza cuando sintieron que el mal se apoderó
de este castillo.
[Master]
Cymric es un joven de veinte años, usa gafas y un bastón que es
fuente de sus poderes; viste una túnica roja bordada con lunas
negras. Tulkas es rubio y guapo, aunque su musculatura es inusual
entre los de su raza. Eldar es más delgado y sus ojos son inocentes
y azules como el cielo. Los elfos tienen sus arcos en la mano y
espadas al cinto; visten unas calzas verdes ajustadas, puntiagudos
zapatos de cuero y un jubón azul oscuro encima de la camisa, ropa
ideal para camuflarse en los bosques.
[Astal]
Mi nombre es Astal, ángel de las Hordas Celestiales. Estoy aquí
para recuperar la esmeralda Amanecer que le fue entregada a la
dinastía de Berek.
[Cymric]
Las huestes del infierno se enteraron de tu llegada y enviaron un
demonio que ha poseído al rey Berek.
[Tulkas]
El rey no es dueño de sus actos. El demonio lo ha obligado a
construir un altar perverso en el que planea sacrificar a la
princesa. Si destruye el alma pura de la princesa y derrama su sangre
sobre la esmeralda Amanecer, la joya se pervertirá y permitirá a
los demonios apoderarse de Reino Virtual.
[Eldar]
El rey Berek se ha encerrado en las mazmorras y les ha ordenado a los
guardias no dejarte avanzar. Convencimos a algunos de la posesión
del rey, pero otros soldados se niegan a creernos y en este momento
se enfrentan los unos a los otros. Con tu fuerza, podremos penetrar
en las mazmorras, salvar a la princesa y recuperar la esmeralda
Amanecer. ¿Unirás fuerzas con nosotros?
[Master]
¿Qué les respondes Astal?
[Astal]
Acepto. ¡Adelante! No tenemos tiempo que perder.
[Master]
Los cuatro pasan por el puente levadizo cuando una reja metálica les
cierra el paso. Además, varios soldados empujan las dos gruesas
puertas de madera para impedirles entrar. ¿Qué ordenes les das a tu
grupo? Ellos son personajes que actúan como extensiones de tu
subconsciente y necesitan comandos tuyos para actuar.
[Astal]
Cymric, usa tu magia para desvanecer la reja. Tulkas y Eldar disparen
a los soldados que empujan las puertas, pero que intenten no
matarlos. Yo me adelanto para atacar por sorpresa a los soldados que
se nos oponen.
[Master]
Con magistral sincronía tu grupo ejecuta tus órdenes. Cuando pisas
la barbacana te encuentras con un caótico desastre. Los cultivos han
sido pisoteados y los animales corren de un lado para otro. Los
soldados se pelean entre sí gritando la misma consigna “¡Gloria
a la casa de Berek!”.
Parece ser que la peor parte se la llevan los que quieren salvar a la
princesa.
[Astal]
¿Puedo volar para atacar por los aires?
[Master]
No. Sólo podrás volar para llevar de regreso la esmeralda.
[Astal]
Entonces atacó de manera no letal a los soldados engañados. Cuando
llegue Cymric le pido que cure a los que estén mal heridos y le pido
a Tulkas y Eldar que se adelanten a las mazmorras aprovechando que
los soldados se van a centrar en atacarme.
[Master]
Tulkas y Eldar ingresan a la torre de homenaje mientras Cymric salva
a algunos soldados. Tú luchas solo. Es una enardecida batalla.
Puedes lidiar con facilidad con los soldados y sus espadas de acero
que se derriten al contacto con tu espada de fuego celestial. Pero
desde la torre de homenaje y las torres de flanqueo te disparan
ráfagas de flecha.
[Astal]
Las bloqueo con mis alas.
[Master]
Si las usas de esa manera evitaras ser herido pero hay un riesgo de
que queden dañadas y luego no puedas volar.
[Astal]
No importa. Si no ganamos esta batalla de nada servirán mis alas.
[Master]
Cuando Cymric termina su labor salvadora, dispara unos cuantos
proyectiles mágicos para encargarse de los arqueros. Luego te
observa y hace un diagnóstico.
[Cymric]
No podré curar tus alas. Mi magia no puede afectar a un ángel.
[Astal]
No importa Cymric. Es hora de detener al rey y salvar a la princesa.
[Master]
La torre del homenaje es la última trinchera defensiva del castillo,
pero la encuentran mermada. El paso de Tulkas y Eldar se nota en la
cantidad de soldados inconscientes. Ascienden por la escalera de
caracol sin enfrentar más que a un par de soldados tercos. Cymric y
tú apresuran el paso, ansiosos por llegar a tiempo. Fugazmente pasan
aposentos con camas y comida, una capilla y, finalmente, las
mazmorras. Sus ojos engañados por la oscuridad no les pueden avisar
del bulto que los golpea a los dos y los tumba al suelo. ¿Atacas a
lo que te derribó?
[Astal]
No. Espero a que mis ojos se acostumbren a la oscuridad para ver qué
o quién fue.
[Master]
Reconoces el cabello rubio de Tulkas manchado de sangre. Está
bastante golpeado y ha perdido el conocimiento. Entre sus brazos
duerme la bella princesa a la que vinieron a rescatar. Tu alivio no
dura mucho tiempo. En el fondo de la mazmorra ves el depravado altar,
un montículo de huesos humanos y monedas de oro sobre el cual
descansa la esmeralda Amanecer. El rey Berek está frente al altar.
Es un hombre de barba y pelo cano, ojos hundidos y enloquecidos, un
hombre demacrado como un esqueleto pero con la fuerza para sostener a
Eldar por el cuello con una sola mano.
[Rey
Berek] ¡Un alma pura! ¡Tú morirás por el bien de mi casa,
guardabosques Eldar!
[Astal]
Me lanzó contra el rey Berek.
[Master]
Demasiado tarde. Ante tus ojos, el rey Berek desenfunda su espada y
atraviesa a Eldar de un lado a otro.
[Astal]
¡No!
Riesgo
de fractura: 67%
[Master]
La sangre de Eldar cae sobre la esmeralda Amanecer. El rey Berek deja
caer su cuerpo sin vida y estira su mano hacia la corrupta joya que
poco a poco deja de ser verde resplandeciente y se tiñe de un rojo
podrido.
[Cymric]
¡Astal, te haré un hechizo de vuelo para que lleves la esmeralda
Amanecer al cielo y sea purificada a tiempo!
[Astal]
No. Primero derrotaremos a Berek y le devolveremos la vida a Eldar.
Riesgo
de fractura: 76%
[Cymric]
Pero Astal, Eldar perdió la vida para que la esmeralda Amanecer no
trajera sufrimiento a este mundo. Si no purificamos la joya, su
muerte será en vano.
[Astal]
No lo será porque vivirá. Cymric, procura liberar al rey Berek del
control del demonio. Yo voy a quitarle la joya.
[Rey
Berek] ¡Tontos! ¡Ni siquiera un ángel podrá detenerme con esta
joya que absorberá la maldad de los corazones humanos y me hará
invencible!
[Astal]
Yo no soy humano. ¡Lo atacó!
[Cymric]
Rey Berek, recuerde el amor de su hija y de su pueblo. ¡Libérese de
la maldición de dominación!
[Master]
El rey Berek repele los ataques de tu espada de fuego celestial, cuyo
fuego termina por apagarse. Ahora tu arma más fuerte es una espada
ordinaria.
[Rey
Berek] Mi fiel Cymric, ¿qué te hizo pensar que entregué mi corazón
a un demonio?
[Cymric]
¡Su majestad! ¡No puede ser!
[Rey
Berek] Nunca fui poseído. ¿Por qué iba a renunciar a mí corona?
El poder de esta joya me alzaba por encima del resto de los hombres.
Y con este ritual, ¡me elevaré por encima de Dios!
[Master]
La joya es roja por completo y su magia transfigura al rey Berek en
una sombra negra y con alas de murciélago, cola de alacrán y
cuernos de toro. De su boca escupe una bola de fuego. Cymric usa su
magia para defenderlos pero el poder demoniaco del rey Berek lo
supera: Cymric cae desmayado. Astal, tú eres el único que se
interpone entre el demonio y el mundo.
Riesgo
de fractura: 90%
[Astal]…
[Master]
¿Cuál es tu acción, Astal?
[Astal]…
Riesgo
de fractura: 100%
Emulación
de Reino Virtual interrumpida.
...
–Una
verdadera lástima doctora Luisa. Creí que esta vez superaríamos la
fractura y saldría de su estado catatónico.
–Tal
vez en una próxima simulación doctor Nasar…
–
¡El juego aún no termina! –Jadeó James–. El paciente está
actuando, sus ondas cerebrales REM presentan frecuencia y amplitud
similares. ¡Sale de la catatonia y entra en un sueño virtual!
...
Fractura
superada.
Reino
Virtual en línea.
[Astal]
Soy un ángel. Como ángel, soy una extensión de la voluntad de
Dios, al igual que todo lo que existe. Pero yo puedo servir como un
catalizador que responde a las plegarias de los buenos corazones.
¿Estoy en lo correcto?
[Master]
Sí.
[Astal]
Uso la energía de las plegarias para convertirme en una flecha de
luz que salga disparada hacía la joya y ascienda hasta al cielo.
[Master]
Si haces eso tú mismo serás destruido en el ataque. Y no habrá
posibilidades de revivir a Eldar.
[Astal]
Así sea. El sacrificio es necesario para vencer el mal. La muerte…
es parte de la vida.
[Master]
Te rodea la energía pura y brillante de las buenas personas. El
demonio intenta escapar de tu luz pero no hay escondite tan lejano.
Te estrellas como un cometa contra él y luego vuelas de nuevo hasta
el cielo, extirpando el mal de este mundo. Es el fin del juego,
Astal.
...
[Augusto.
¿Me escuchas?]
Sí.
¿Es usted doctora Luisa?
[En
efecto. Augusto, vamos a despertarte gradualmente. Si te sientes
desorientado no quiero que te asustes, es normal ¿de acuerdo?]
De
acuerdo.
Para
Augusto salir de Reino Virtual no fue como despertar de un sueño,
fue como recuperar la consciencia durante un accidente
automovilístico. Los miembros de su cuerpo lo punzaban terriblemente
y terminó por gritar de dolor.
–Tranquilo
Augusto –era el profesor Nasar–. El dolor es normal. Desaparecerá
cuando te hayas ejercitado un poco.
–No
me dijeron que me iba a doler.
–No
te dijimos muchas cosas Augusto, pero fue para ayudarte.
Augusto
sintió nauseas. Sus ojos se quemaban por la desmesurada luz del
cuarto. Había una intravenosa conectada a su brazo y un monitor
reaccionaba al pulso de su corazón y a su actividad cerebral. Tenía
puesta una bata y no su ropa de estudiante. Su cabeza estaba rapada y
le costaba tanto respirar que la profesora Luisa le puso una
mascarilla en la boca.
–
¿Qué pasó? –Indagó Augusto–. ¿Salió mal el juego?
–Al
contrario –dijo exultante James entrando al cuarto con su papada
rebotando y su cola de caballo moviéndose de un lado al otro–. Ha
sido una simulación perfecta. Es un placer saludar por primera vez
al verdadero tú, Augusto.
–Pero
ya nos habíamos saludado antes, ¿no?
–Eso
fue una simulación dentro de la simulación. Lo hicimos para lograr,
¿cómo lo llama usted doctora Luisa?
–“La
compleja ilusión de la presencia cognitiva”.
–
¡No entiendo! –Exclamó Augusto–. De verdad me estoy asustando.
–Augusto,
escúchame atentamente –la expresión circunspecta del profesor
Nasar lo calmó–. Hace cinco años fuiste diagnosticado con
esquizofrenia. Los primeros meses tuviste delirios y alucinaciones.
Vivías con la angustia de ser incapaz de controlar tus propios
pensamientos, con voces y visiones imaginarias que te confundían y
te daban órdenes contradictorias que parecían proceder del exterior
de tu mente: estabas atrapado en una realidad distorsionada que te
aislaba de los demás.
–No
recuerdo nada de eso.
–Te
encerraste dentro de ti mismo y pasaste de ser introvertido a caer en
largos periodos de abstracción. La catatonía es poco frecuente en
la esquizofrenia, pero en tu caso los factores biológicos,
psicológicos y culturales te empujaron a ello. Esos episodios iban y
venían y tu desesperación te llevó a buscar el suicidio en varias
ocasiones.
– ¿Y por qué no recuerdo nada?
–Es
una amnesia temporal. Poco a poco recordaras tu vida. Incluso
rememoraras las alucinaciones, pero para ti serán como recordar un
juego de rol, como si fueras un personaje representando una
situación: no volverás a confundir la realidad.
–El
juego de rol virtual nos permitió establecer la plataforma en la que
podíamos extraerte de tu delirio –dijo Camilo acomodándose las
gafas–. Estimulamos la toma de conciencia y responsabilidad a lo
largo de Reino Virtual, te enfrentaste a decisiones que conllevaron a
sus correspondientes consecuencias. De esta manera se potenció una
consciencia más amplia de sus actos.
–Al
interpretar al personaje de Astal te creaste un lugar propio en la
alucinación –continuó Nasar–. Y para cumplir con la misión
tuviste que trabajar en equipo con las manifestaciones positivas de
tu yo subconsciente (Cymric, Eldar y Tulkas) para sublimarse por
encima de las pulsiones destructivas de tu yo, representadas por el
rey Berek. Cymric, Eldar y Tulkas eran tu deseo de enfrentarse a la
realidad y de abandonar tu estado catatónico. El rey Berek era tu
enfermedad, tu miedo y tu odio. El éxito dependía de tu esfuerzo
para aunar tu mente dividida, en lograr enaltecer los aspectos
reprimidos de tu personalidad interpretando los contradictorios
aspectos reprimidos de la misma.
Los
pensamientos de Augusto se fueron aclarando. La realidad virtual le
había parecido tan verdadera. No podía escapar a la perspectiva de
seguir atrapado dentro del juego o de su mente, una idea que lo sumía
en el desasosiego y a la vez le proveía consuelo: era su último y
remoto escape de la única realidad por la cual se había convertido
en prófugo.
–Mi
abuela y mi hermana murieron en un accidente –murmuró Augusto
antes de echarse a llorar. Agradeció para sus adentros que sus
salvadores guardaran silencio ante su dolor. Cuando las lágrimas se
secaron y sus alas se dejaron llevar por la fuerza del viento, había
olvidado porque estaba llorando. Se dejó caer frente al castillo de
Berek con suavidad. Indeciso, no se atrevió a avanzar hasta que
encontró un motivo para su desolación.
...
[Astal]
Los humanos han dejado que la “La
compleja ilusión de la presencia cognitiva”
se apodere de sus corazones.
Astal
entró al castillo de Berek y luchó con el mismo valor y hundimiento
de un pasado olvidado y un futuro imperecedero.
Nota del autor
Este cuento originalmente lo escribí para participar en un concurso de la universidad de Málaga. No gané ni una mención, pero creo que no quedo del todo mal. Cuando releo este cuento puedo ver que funcionaría muy bien como un corto animado. Espero que les haya gustado. Increíble que lo hubiera escrito antes de verme Serial Experimental Lain, parece que estuviera muy influenciado aunque ese no sea el caso.
Sólo un día más para el final de Mad Father
Así como lo leen, ya mañana podrán disfrutar el final de Mad Father, bueno al menos el que recibí por mi elección. Hay un final secundario que luego subiré como un extra. Sin haber jugado aún ese final secundario, siento que obtuve el final malo, o al menos uno muy terrible.
Pobre Aya, tanta lucha y resulta que el Papá es una... Bueno, lo de loco estaba ahí en el título, y sin embargo sus maldades y locuras lograron sorprenderme.
Espero que les guste la primera parte del final de Mad Father, ¡mañana el gran final!
Mad Father Parte 11: Salvar a Papá |
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