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lunes, 18 de mayo de 2020

Memorias de un mago enamorado 6

Capítulo 5               Índice              Capítulo 7

Memorias de un mago enamorado


dibujo niño
Foto original por Annie Spratt

Capítulo 6: Elaboración de trampas


Melodie y su familia estaban comiendo espagueti y viendo un programa nocturno en la televisión cuando su madre la empezó a interrogar.

—Melodie, escuché que hubo una pelea en el séptimo piso de tu escuela hoy. ¿Tú no estuviste involucrada, o sí?

Melodie negó con la cabeza sin pensar, pues usualmente ella no tenía nada que ver con ese tipo de cosas. Luego recordó que había tenido que ver con la pelea en la escuela de esa mañana, y se quedó viendo a su madre con cara de sorpresa.

—¿Y tú cómo te enteraste de eso, mamá?

—Los padres de familia tenemos un grupo para charlar en línea. Me uní a ellos la semana pasada, después de que tuviste esa pelea con ese niño de nombre extraño, Viperino.

—Zeferino, aunque sus amigos le dicen Zefer. —Melodie se preguntó si él tenía más amigos, aparte de ella, que lo llamaran así.

—¿Zefer? Bueno, eso es más fácil de recordar. Me imaginó que él estuvo involucrado en la pelea de hoy. Tiene fama de picapleitos. Pero sus compañeros nunca testifican contra él. Le deben tener mucho miedo.

—No es por miedo. Yo creo que es porque, en el fondo, todos saben que no es una mala persona. Solamente pelea para defender a otros, o al menos cuando él cree que está defendiendo a otros.

Su madre se la quedó viendo por un largo rato, con esa mirada suspicaz que solamente usaba con Melodie.

—Espero que no te vayas a hacer amiga de alguien así. Por cierto, ha pasado tiempo desde la última vez que Camilo vino a estudiar contigo en las noches. ¿Por qué?

Ante esa pregunta de su madre, tanto su padre como su hermano quitaron los ojos del televisor y los pusieron sobre ella. Melodie se sintió enrojecer y agradeció que fuera de noche y que tuvieran las luces del comedor apagadas.

—Él ha estado ocupado últimamente, eso es todo.

—Creo que mi hermana se cansó de su novio aburrido y lo cambió por un rebelde sin causa. —Comentó Fernando con la graciosa insensibilidad propia de un niño de ocho años.

—Melodie no va a tener novios hasta que sea mayor de edad. —Sentenció su padre con expresión torva.

—Yo no tengo novio. —Declaró ella, lanzando una mirada asesina a su hermano menor.

Fernando se volvió a reír y sus ojos avellana volvieron a concentrarse en el programa. Lo mismo hicieron su madre y su padre, aunque este último sin los ojos avellana. Por su parte, Melodie siguió ingiriendo pequeños bocados de mala gana.

¿Iba a regresar a ser novia de Camilo, y amiga de Persea? Se lo preguntaba una y otra vez. Creía que era capaz de perdonar a esos dos considerando que habían sido víctimas del control mental de alguien más. Sin embargo, ¿era correcto permitir que ellos se acercaran a ella? Había un asesino de magos y brujas por ahí suelto, así que estar cerca de Melodie era peligroso para cualquiera. Incluso su familia, de no ser por Zeferino, estarían indefensos. Él ya estaba bastante ocupado como para además pedirle que protegiera a esos dos nada más para que ella se sintiera menos sola.

Se sentía tan inútil, con su poder de destrucción masiva. ¿Qué era aquello que su yo anterior había odiado tanto de sí misma, que era lo que había querido olvidar? ¿Acaso ese odio seguía vivo dentro de ella? ¿Había querido acabar con su propia vida por eso que no recordaba, y no por qué su amiga y su novio la hubiesen traicionado?

Con esfuerzo, Melodie hizo a un lado esos oscuros pensamientos. Debía dejar de pensar en su sufrimiento y pensar en aquellos a quien ella podía ayudar. Camilo y Persea de seguro iban a experimentar mucha culpa y confusión. Aún si no volvían a ser cercanos, debía tener consideración para con ellos. No se podía quitar la vida, eso los afectaría de manera terrible. También a su familia. Y a Zeferino.

Tras meditar un poco, decidió que al día siguiente iba a invitar a Zeferino a jugar videojuegos con ella. Era lo menos que podía hacer por él, intentar ser su amiga.

Su madre probablemente se iba a enfadar, pero ella siempre estaba decepcionada con Melodie, así que al menos le iba a dar una razón para estarlo.

...

—¡Bienvenido, Jiro, segundo hijo del Dios Dragón del Viento! ¡Yo, Kuro, noveno hijo del Dios Dragón del Viento, te saludó! ¡El día de hoy no maté a nadie como me lo pediste, señor sí señor!

Quien así habló era un niño de cabello rubio, de no más de diez años, la piel muy blanca y los ojos de un inusual carmesí. Dijo todo eso haciendo un saludo militar, y luego estalló a carcajadas.

—¿Te crees muy gracioso, no? —Dijo Jiro, dejándose caer en el sofá.

Kuro fue a la nevera y sacó dos helados en envoltorios de plástico. Le ofreció uno a Jiro y empezó a lamer el suyo.

—Vaya, se nota que hoy sí tuviste que trabajar. Es bueno para variar, últimamente he sido yo el que ha estado haciendo todo el trabajo. ¿Crees que es gracioso ir en taxi de un lado para otro, acechando hechiceros? Pues déjame decirte que para mí no. Bueno, disfruto mucho la parte de matarlos, pero no la de andar en taxi. Siempre son reticentes a creer que un niño sabe lo que hace. —Kuro ya llevaba su helado a la mitad a punta de lamidas, era bastante hábil con su lengua, para hablar y comer.

—No seas presumido. Durante meses fui yo el que tuvo que estar cerca de Melodía de la Muerte, creando mi red de control mental para forzarla a acabar con su propia vida.

—Y entonces vino ya sabes quien y lo eliminó todo con una brisa, tu trabajo de casi un año destruido en una semana. Debes sentirte muy inferior a él. —Se burló Kuro, engullendo la última porción de helado con una gran lamida.

—Sólo necesito un poco de tiempo para volver a restablecer la programación más importante. —Jiro por fin había quitado la envoltura de su helado y lo empezó a comer despacio.

—Siempre andas dilatando todo. Por mi parte yo tengo mejores cosas a las que dedicarme. Matar únicamente hechiceros es aburrido, sabes que yo disfruto más cazando monstruos, sobretodo los grandes: esos son un desafío. Ya no voy a seguir esperando.

—¿A qué te refieres? Si vas a hacer algo precipitado no cuentes conmigo.

Kuro se puso de pie sobre una silla y alzó un puño hacia el techo.

—¡Nunca he contado contigo! ¡Eres un cobarde! ¡Prometo que el día de mañana voy a exterminar a Melodía de la Muerte! ¡Y si él se interpone, también lo voy a eliminar! ¡No le tengo miedo a ninguno de los dos, porque yo soy Kuro, noveno hijo del Dios Dragón del Viento! —Tras su discurso, se bajó de la silla y se partió de la risa.

—Eres un inmaduro. —Opinó Jiro lamiendo su helado sin afán.

—Puede que me esté riendo, hermano, pero estoy hablando muy en serio. —Los ojos carmesí resplandecieron ligeramente.

...

Como le era usual, Melodie llegó tarde a clases. Entró jadeando y sudando al salón, y tuvo que parar en la entrada para recuperar el aliento, con la cabeza agachada y las manos sobre sus rodillas. Alguien se acercó a ella cuando estaba en esa posición. Se forzó a levantar la cabeza, imaginando que era  el profesor que la iba a regañar por llegar tarde.

—Buenos días Melodie. —La saludó Camilo sonriendo.

—Melodie, ¿podemos hablar a la hora del almuerzo? ¿Los tres? —Le habló Persea.

—Ah, sí, claro, por supuesto. —Jadeó Melodie.

El profesor entró en ese momento y cada uno tuvo que irse a su respectivo escritorio.

Melodie sufrió con impaciencia las clases. Se fijó mucho en aquellos dos. Camilo recibió muchos cumplidos por haber sido el primero en haber dado un golpe a Zeferino en una pelea. Él rechazó los cumplidos y dijo que eso no era algo para felicitarlo, y no quiso hablar más al respecto. De vez en cuando él volteaba a mirarla y Melodie le rehuía la mirada, sabiendo que tenía los cachetes colorados. Habían pasado tres meses desde que Camilo se había fijado en ella. Los ojos negros de él todavía le hacían palpitar el corazón.

Por su parte, Persea era la que había cambiado más. Se había revertido a la apariencia de cuando recién había entrado a la escuela. Tenía su largo cabello rubio atado con un moño rojo, y su actitud era más tímida. Se sentaba más encorvada y hablaba con la voz más baja. Sus movimientos eran torpes, y tenía ojeras bajo los ojos verdes. Era idéntica a la amiga que había sido desde el principio, totalmente diferente a la chica que se había burlado de ella y maltratado en cada ocasión que había tenido.

Melodie experimentó rabia contra la persona que hubiese jugado con las personalidades de sus amigos, como si fueran títeres. Le costaba mucho enfadarse por lo que le hicieran a ella, siempre había sido así, pero el daño que habían producido en sus seres queridos, eso no lo podía perdonar.

Quizá, sólo contra ese enemigo, se animaría ella a cantar.

...

—Sentémonos en esa mesa. —Propuso Camilo, señalando una mesa vacía.

Melodie se sentó primero. Persea se sentó a su lado y Camilo al frente de ambas. Los tres tenían bandejas con los almuerzos estándares de la escuela.

Camilo iba a abrir la boca para hablar, cuando Zeferino de repente se acercó a la mesa que estaban ocupando los tres. Melodie notó que tenía gafas nuevas, aunque eran redondas al igual que las anteriores. El bullicio usual de la hora del almuerzo cesó, reemplazado por un silencio expectante alimentado por veloces murmullos.

—Oye, córrete un poco para que yo me pueda sentar. —Le ordenó Zeferino a Camilo.

Camilo parpadeó confundido y luego se hizo a un lado, quedando frente a Persea. Zeferino quedó frente a Melodie, quien lo miró con suspicacia, con la misma mirada que su madre reservaba para ella.

—Más te vale no causar problemas. —Le advirtió Melodie a Zeferino.

—Nada más necesito un lugar donde comer. —Declaró Zeferino, poniendo sobre la mesa una caja que contenía el logo de uno de los restaurantes más lujosos y costosos de la ciudad.

—¿Ese es un almuerzo del Restaurante Fonsii? ¿Y a domicilio? ¡Tiene que haber costado como treinta dólares! —Comentó Camilo sorprendido.

—Cuarenta, en realidad. Me gusta mucho el pescado de allí. —Replicó Zeferino, empezando a comer con modales poco elegantes.

—¡Zeferino, eso es una locura! ¿De dónde vas a sacar el dinero para eso? —Dijo Melodie, que sintió que se podía desmayar por un gasto tan grande y tonto.

—Soy rico, ¿acaso no te lo dije?

—¿A qué te refieres con rico? —Inquirió Camilo.

—Rico, millonario, ya saben. —Zeferino siguió tragando como si el asunto no tuviera importancia.

—¡Melodie, necesito disculparme contigo! —Terció Persea levantando la voz. Como los tres se la quedaron viendo, enrojeció y se quedó con la boca cerrada.

—Persea tiene razón. Por eso te pedimos comer con nosotros. La verdad es que no hemos sido nosotros mismos últimamente. —Dijo Camilo con una nota de tristeza.

—¡Está bien! ¡No tienen que preocuparse ni nada por el estilo! ¡Sólo son cosas de la adolescencia! —Lo interrumpió Melodie, procurando sonar convincente.

—Por favor, no seas tan amable, al menos enfádate un poco con nosotros, sólo me haces sentir peor con tu nobleza. —Masculló Persea, quien metió su cara entre sus manos para ocultar sus lágrimas.

—Siempre has sido una muy buena persona, Melodie. No sé qué se nos metió en la cabeza para habernos comportado de ese modo. —Declaró Camilo compungido.

Melodie abrazó a Persea y le acarició el largo cabello rubio.

—Por supuesto que no fue divertido todo lo que me hicieron pasar. Sin embargo entiendo que ambos son jóvenes y que su mal comportamiento no fue más que algo temporal. Créanme cuando les digo que los perdono. —Afirmó Melodie.

Persea sollozó dentro de los brazos de Melodie.

—Pues aún si fue algo temporal, y ahora mismo no están fingiendo, eso de que sean cosas de la juventud me parece una excusa. Creo que tienen un carácter débil, que se dejan influenciar por lo que digan los demás, y que no hay garantía de que no vuelvan a recaer en sus fechorías. —Opinó Zeferino.

Melodie lo miró con el ceño fruncido y él la contempló a ella con seriedad.

—Haremos lo posible por demostrar que estás equivocado, Zeferino. Aunque, déjame aprovechar la ocasión para pedirte disculpas. Nunca antes había estado en una pelea, y no sé qué bicho me picó para creer que podía ganar contra ti. Pero lo cierto es que fuiste el único que defendió a Melodie y te doy las gracias por ello. —Camilo extendió la mano abierta hacia Zeferino.

Zeferino se quedó viendo la mano con desconfianza.

Melodie lo apremió con su expresión ceñuda.

Zeferino suspiró y estrechó la mano de Camilo.

—Más les vale ser buenos con ella. La próxima vez no voy a ser tan blando con ustedes.

—¿Blando? ¡Casi me rompes una costilla! Creo, o al menos así se siente mi cuerpo. De no ser porque necesitaba disculparme con Melodie no habría venido hoy. —Bromeó Camilo.

Después de eso terminaron de almorzar. Varias veces Melodie le aseguró a Persea que no le guardaba rencor, casi tantas veces como las que Camilo intentó establecer una conversación con Zeferino, sin éxito.

El resto de la escuela llegó al consenso de que sólo un desastre podía nacer de ese nuevo grupo.

...

Mientras los otros cuatro almorzaban, los estudiantes del quinto piso para abajo salían de la escuela para encontrarse con sus padres y ser llevados a casa. Fernando estaba buscando el rostro de su madre entre la muchedumbre cuando se topó de frente con un niño de cabello rubio y ojos carmesí.

—Tú eres Fernando, el hermano menos de esa pelirroja que se llama Melodie, ¿verdad?

...

Capítulo 5                               Índice                            Capítulo 7

Nota de autor (18 de Mayo de 2.020)


Definitivamente mi anime favorito actual es el de Bakarina, conocido también como Hamefura. Otome Game no Hametsu Flag Shika Nai Akuyaku Reijō ni Tensei Shiteshimatta... o My Next Life as a Villainess: All Routes Lead to Doom! y Reencarné en un juego otome como villana con solo banderas de destrucción... que agotador es ser preciso.

También estoy disfrutando The 8th Son? Are You Kidding Me? aunque no lo disfrutó por sus elementos isekai sino por los de fantasía. No se centra en los combates, lo que me parece interesante, y en general tiene una vibra que me recuerda Slayers. Creo que es muy realista en su irrealidad, pero puedo entender porque algunos lo odian.

También está Torre de Dios por ahí, sin embargo quiero esperar a que la primera temporada esté completada para hacer maratón. Hay otros animes que quiero ver pero no he tenido tiempo.


Esta entrada fue posible gracias a Rocio Tou, Sergio Andres Rodriguez Vargas, Nkp, Kbrem y Claudio Andres Cayulao Martinez.

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Gracias por leer.

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