Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad
Capítulo 30
Trabajando en
grupos, Parte 1
J. K. Rowling si un
hombre intenta molestarte, puedes pensar en azul, contar dos, y
buscar un zapato rojo.
...
El día era Domingo,
3 de Noviembre, y pronto los tres grandes poderes escolares de su
año, Harry Potter, Draco Malfoy, y Hermione Granger, iniciarían su
lucha por el supremo dominio.
(Harry estaba
ligeramente molesto por la forma en que el Niño-Que-Vivió había
sido rebajado de supremo dominador a uno de tres rivales iguales por
tan sólo entrar al concurso, pero lo esperaba recuperar pronto.)
El campo de batalla
era una sección del bosque no-Prohibido, con árboles densos, porque
el Profesor Quirrell consideró que ser capaz de ver todas las
fuerzas de tus enemigos era demasiado aburrido para su primera
batalla.
Todos
los estudiantes que no estaban en
los ejércitos de primer año acampaban cerca y observaban unas
pantallas que el Profesor Quirrell había acomodado. Excepto por tres
Gryffindors de cuarto año, que estaban enfermos en el momento y
confinados a las camas de sanación de Señora Pomfrey. Aparte de
eso, todo el mundo estaba allí.
Los estudiantes
estaban vistiendo, no su túnica ordinaria de la escuela, sino unos
uniformes de camuflaje Muggle que el Profesor Quirrell había
obtenido en algún lugar y entregado en suficiente cantidad y
variedad como para les sirviera a todos. No era que a los estudiantes
les preocuparan las manchas y rasgaduras, para eso estaban los
Encantamientos. Sin embargo como el Profesor Quirrell había
explicado para sorpresa de los hijos de magos, la linda y dignificada
ropa no era eficiente para esconderse en los bosques o esquivar los
árboles.
Y
en el pecho de cada uniforme, un parche mostrando el nombre y la
insignia de tu ejército. Un parche pequeño.
Si querías que tus soldados lucieran, digamos, moños coloridos para
que pudieran ser identificados a la distancia, y arriesgarte a que
los enemigos pusieran sus manos sobre esos moños, eso dependía de
ti.
Harry había
procurado conseguir el nombre de Ejército Dragón.
Draco había
presentado el argumento de que eso los confundiría a todos por
completo.
El Profesor Quirrell
había decretado que Draco podía reclamar el nombre con prioridad,
si lo deseaba.
Así que Harry
estaba peleando contra el Ejército Dragón.
Esto probablemente
no era una buena señal.
Para
su insignia, en vez de la demasiado obvia cabeza de dragón
escupiendo fuego, Draco había elegido simplemente quedarse con el
fuego. Elegancia, discreción, mortandad: Esto
es lo que queda a nuestro paso.
Muy Malfoy.
Harry, tras
considerar opciones alternativas como el Batallón Provisional 501 y
los Secuaces Mortales de Harry, había decidido que su ejército
sería conocido por la simple y dignificada apelación de la Legión
Caos.
Su insignia era una
mano con dedos posando listos para chasquear.
Era
un acuerdo universal
que eso no era una buena señal.
Harry le había
aconsejado con honestidad a Hermione que los jóvenes chicos bajo su
mando estaban probablemente nerviosos al estar con una chica con
reputación de ser amable, y que ella debería escoger algo aterrador
que les mostrara su rudeza y los hiciera sentir orgullosos de ser
parte de su ejército, como los Comandos Sangrientos o algo por el
estilo.
Hermione había
nombrado a su ejército el Regimiento Rayo de Sol.
Su insignia era una
carita feliz.
Y en diez minutos,
estarían en guerra.
Harry estaba de pie
en lo más despejado y brillante del bosque donde estaba su
localización de arranque asignada, un área de espacio abierta con
árboles cabizbajos y podridos que había sido despejada por algún
propósito desconocido, tierra cubierta con pequeñas hojas
desperdigadas y los secos remanentes grises de hierba que habían
fallado la prueba del caluroso verano, y los rayos del sol cayendo
brillantemente desde arriba.
A su alrededor
estaban los veintitrés soldados que el Profesor Quirrell le había
asignado. Casi todos los de Gryffindor se habían apuntado, por
supuesto, y más de la mitad de Slytherin, y menos de la mitad de
Hufflepuff, y un puñado de Ravenclaw. En el ejército de Harry había
doce Gryffindors y seis Slytherins y cuatro Hufflepuffs y alguien más
de Ravenclaw aparte de él mismo... no que hubiera alguna forma de
diferenciarlo por los uniformes. No rojo, no verde, no amarillo, no
azul. Sólo patrones de camuflaje Muggle, y un parche en el pecho con
el dispositivo de una mano posando para chasquear sus dedos.
Harry posó la vista
sobre sus veintitrés soldados, todos vistiendo los mismos uniformes
sin marcas de identidad grupal excepto por el parche.
Y
con dicha, Harry sonrió, porque él comprendía que esto era parte
del plan maestro del Profesor Quirrell; y Harry iba a tomar completa
ventaja de ello para sus propios
propósitos, también.
Había
un episodio legendario en la psicología social llamado el
experimento de la Cueva de los Ladrones. Había sido aplicado después
de los desconcertantes eventos de la Segunda Guerra Mundial, con la
intención de investigar las causas y remedios de los conflictos
entre grupos. Los científicos habían organizado un campamento de
verano para 22 chicos de 22 escuelas diferentes, seleccionado sólo a
los que pertenecieran a familias estables de clase media. La primera
fase del experimento tenía la intención de investigar qué se
necesitaba para iniciar
un conflicto entre grupos. Los 22 chicos habían sido divididos entre
dos grupos de 11 -
- y eso había sido
suficiente.
La hostilidad había
empezado desde el momento en que los dos grupos se hicieron
conscientes de la existencia de cada uno en el parque estatal,
lanzándose insultos desde el primer encuentro. Se llamaron a sí
mismos las Águilas y los Cascabeles (no se habían puesto ningún
nombre cuando pensaban que eran los únicos en el parque) y habían
procedido a desarrollar estereotipos contrastantes como grupo, los
Cascabeles se consideraban rudos-y-fuertes y decían grandes
groserías, las Águilas correspondientemente decidieron pensar en
ellos mismos como decentes-y-apropiados.
La
otra parte del experimento había sido probar cómo resolver los
conflictos de grupo. Reunir a los chicos en conjunto para observar
los fuegos pirotécnicos no había funcionado. Sólo se gritaron los
unos a los otros y permanecieron apartados. Lo que había
funcionado era advertirles que podía haber vándalos en el parque, y
los dos grupos necesitaban trabajar juntos para solucionar una falla
en el sistema de agua del parque. Una tarea común, un enemigo en
común.
Harry
tenia una fuerte sospecha de que el Profesor Quirrell en efecto había
comprendido este principio muy bien cuando había escogido crear tres
ejércitos por año.
Tres
ejércitos.
No
cuatro.
Y
definitivamente no
segregados por Casa... excepto que ningún Slytherins había sido
asignado a Draco a parte del Sr. Crabbe y el Sr. Goyle.
Eran cosas como esas
las que le reiteraban a Harry que el Profesor Quirrell, a pesar de su
afectada atmósfera Oscura y su pretensión de neutralidad en el
conflicto entre el Bien y el Mal, en secreto apoyaba al bien, no que
Harry fuera alguna vez a atreverse a afirmarlo en voz alta.
Y
Harry había decidido tomar ventaja completa del plan del Profesor
Quirrell para definir la identidad de su grupo a su
modo.
Los Cascabeles, una
vez que conocieron a las Águilas, habían comenzado a considerarse
rudos-y-fuertes, y se comportaron de acuerdo a eso.
Las Águilas habían
pensado en sí mismos como buenos-y-correctos.
Y en ese brillante
bosque despejado, desperdigados alrededor de los árboles cabizbajos
y podridos, iluminados por el resplandeciente sol que les caía desde
arriba, el General Potter y sus veintitrés soldados estaban
organizados para no parecerse a nada que se pareciera a una
formación. Algunos soldados estaban de pie, otros estaban sentados,
y los últimos se paraban en una pierna nada más para ser
diferentes.
Era
la Legión
Caos, después de todo.
Y
si no había una razón
para pararse en pulcras y diminutas lineas, Harry había pronunciado
con desdén, no iba a haber pulcras y diminutas lineas.
Harry había
dividido su ejército en 6 escuadrones de 4 soldados cada uno, cada
escuadrón comandado por un Sugeridor de Escuadrón. Todas las tropas
habían recibido ordenes estrictas para desobedecer cualquier orden
que les fuera dada si parecía una buena idea en ese momento,
incluyendo esa misma... a menos que Harry o el Sugeridor de Escuadrón
iniciaran la orden con el prefijo "Merlín dice", en cuyo
caso se suponía que debían obedecer.
El ataque maestro de
la Legión Caos era dividirse y correr en múltiples direcciones,
cambiando vectores al azar y disparando el hechizo aprobado de sueño
tan rápidamente como pudieran reconstruir la fuerza mágica. Y si
veías una oportunidad para distraer o confundir al enemigo, la
aprovechabas.
Veloz.
Creativo. Impredecible. No-homogéneo. No sólo obedezcas ordenes,
piensa sobre si lo que estás haciendo
a cada momento
tiene sentido.
Harry
no estaba tan seguro como pretendía que ésta era la eficiencia
militar optima... pero se le había dado una oportunidad dorada para
cambiar cómo algunos estudiantes pensaban
de sí mismos,
y así era cómo él tenía la intención de usarla.
Cinco minutos para
la guerra, de acuerdo al reloj de Harry.
El General Potter
caminó (no marchó) hacía donde sus fuerzas aéreas estaban
esperando tensamente, escobas ya sujetas con firmeza en sus manos.
"Informen todas
las unidades," habló el General Potter. Ellos habían
practicado esto durante una sesión de entrenamiento el Sábado.
"Líder Rojo a
la escucha," informó Seamus Finnigan, quien no tenía ni idea
de lo que significaba.
"Cinco Rojo a
la escucha," exclamó Dean Thomas, quien había esperado su vida
entera para pronunciarlo.
"Líder Verde a
la escucha," Theodore Nott anunció más bien con rigidez.
"Cuarenta y Uno
Verde a la escucha," Tracey Davis culminó.
"Los
quiero en el aire en el instante en que escuchemos la campana,"
explicó el General Potter. "No combatan, repito, no combatan.
Evadan si están bajo fuego." (Por supuesto no
apuntabas con hechizos adormecedores a los que estaban en escobas;
disparabas un hechizo que temporalmente hacía brillar de color rojo
lo que tocaba. Si le dabas a la escoba o al que la montaba, ellos
quedaban eliminados de la guerra.) "Líder Rojo y Rojo Cinco,
vuelen sobre el ejército de Malfoy tan pronto como puedan, quédense
tan alto como puedan mientras los observan, regresen en el instante
en que tengan por seguro lo que ellos van a hacer. Líder Verde, haz
lo mismo para el ejército de Granger. Cuarenta y Uno Verde, vuele
sobre nosotros y vigile cualquier escoba o soldado que se acerque a
nosotros, usted y solamente usted está autorizado a disparar. Y
recuerden, no añadí 'Merlín dice' para nada de eso, sin embargo
realmente
sí
necesitamos esa información. ¡Por el Caos!"
"¡Por el
Caos!" los cuatro hicieron eco con diferentes grados de
entusiasmo.
Harry esperaba que
Hermione lanzara un ataque inmediato sobre Draco, en cuyo caso él
movería sus tropas en posición y la apoyaría, pero sólo después
de que ella hubiera recibido bastantes perdidas y causado algún
daño. Lo haría pasar como un rescate heroico, de ser posible; no
estaría mal que el Rayo de Sol pensara que Caos era su amigo,
después de todo.
Mas
nada más en caso de que ella no
lo hiciera...
bueno, por eso era que la Legión Caos iba a quedarse quieta hasta
que el Líder Verde se reportara.
Los
movimientos de Draco serían para su propio beneficio. Era predecible
que el prepararía su ejército para defenderse contra Hermione;
podría darse cuenta o no que Harry había estado mintiendo sobre que
iba esperar a atacar hasta después de que hubiera concluido la
batalla. De todos modos Harry tuvo que poner dos escobas sobre el
Ejército Dragón, en caso de que estuvieran
haciendo algo, y también en caso de que Draco o el Sr. Goyle o el
Sr. Crabbe fueran lo suficientemente buenos como para derribar una
escoba en el cielo.
Sin embargo la
General Granger era la impredecible, y Harry no se podía mover hasta
que supiera cómo se estaba moviendo.
...
En el corazón del
bosque, con patrones de sombra bailando sobre la tierra mientras
hojas de follaje revoloteaban por encima, el General Malfoy estaba de
pie donde los árboles eran relativamente escasos, y observó sus
tropas con calmada satisfacción. Seis unidades de tres tropas cada
una, la Unidad Aérea de cuatro (en la cual Gregory estaba asignado),
y la Unidad de Comando, compuesta por sí mismo y Vincent. Únicamente
ensayaron por un corto periodo de tiempo durante el Sábado anterior,
pero Draco estaba confiado en que se las había arreglado para
explicar lo básico. Quédate junto a tus compañeros, cuida su
espalda y confía en que ellos cuidan la tuya. Muévanse como un
único cuerpo. Obedezcan las ordenes y no muestren temor. Apuntar,
disparar, moverse, apuntar otra vez, disparar de nuevo.
Las seis unidades
formaban un perímetro defensivo alrededor de Draco, contemplando
fijamente hacia el bosque. Espalda contra espalda se erguían,
varitas sujetas hacia abajo hasta que necesitaran atacar.
Ya tenían un
parecido patente con los unidades de Aurores cuyo entrenamiento Draco
había visto durante las inspecciones de su padre.
Caos y Rayo de Sol
no iban a saber qué los había golpeado.
"Atención,"
saludó el General Malfoy.
Las seis unidades de
desdoblaron y giraron hacia Draco; las caras de sus jinetes de escoba
se voltearon desde donde estaban de pie con sus escobas ya en mano.
Draco había
decidido esperar en cuanto a demandar saludos hasta que hubieran
ganado su primera batalla, cuando los Gryffindors y Hufflepuffs
estuvieran más dispuestos a saludar a un Malfoy.
Mas
sus soldados ya estaban tan enderezados, especialmente los
Gryffindors, que Draco se preguntó si necesitaba dicha demora.
Gregory había escuchado con mucho sigilo, y reportado de regreso a
Draco que el ofrecerse voluntariamente a respaldar a Harry Potter en
clase de Defensa, en aquella ocasión en que el Profesor Quirrell le
había enseñado a Harry cómo perder, había marcado a Draco como un
comandante aceptable. Al menos si resultaba que eras asignado a su
ejército.
No todos los Slytherins son iguales; había Slytherins, y luego había
Slytherins
eso era lo que los Gryffindors en el ejército de Draco le estaban
repitiendo a sus compañeros de Casa.
Draco
estaba francamente sorprendido
por lo increíblemente fácil
que había sido. Al principio Draco había protestado porque no se le
había asignado ningún Slytherins, y el Profesor Quirrell le había
replicado que si quería ser el primer Malfoy en ganar completo poder
político del país, necesitaba aprender cómo gobernar los otros
tres cuartos de la población. Eran cosas como esas las que le
reiteraban a Draco que el Profesor Quirrell tenía mucha más
simpatía por los tipos buenos de lo que el mismo Profesor Quirrell
permitía ver.
La batalla real no
sería fácil, especialmente si Granger atacaba a los Dragones
primero. Draco había agonizado sobre si comprometer todas sus
fuerzas contra Granger de inmediato en un ataque preventivo, pero se
había preocupado porque (1) Harry lo hubiera estado engañando
completamente sobre lo que Granger haría, y (2) Harry lo había
estado engañando sobre que iba a esperar hasta después del ataque
de Granger para unirse la batalla.
Aunque el Ejército
Dragón tenía un arma secreta, tres de hecho, que podrían ser
suficientes para ganar si eran atacados por ambos ejércitos al mismo
tiempo...
Casi era hora, y eso
significaba que era momento para el discurso pre-batalla que Draco
había compuesto y memorizado.
"La batalla ya
casi inicia," Draco expuso. Con voz calmada y precisa.
"Recuerden todo lo que yo y el Sr. Crabbe y el Sr. Goyle les
mostramos. Un ejército vence porque es disciplinado y letal. El
General Potter y la Legión Caos no serán disciplinados. Granger y
el Regimiento Rayo de Sol no serán letales. Nosotros somos
disciplinados, nosotros somos letales, nosotros somos Dragones. La
batalla está a punto de empezar, y nosotros estamos a punto de
vencer."
...
(Discurso Ex
tempore dado por el General Potter a la Legión Caos, inmediatamente
antes de su primera batalla, el 3 de Noviembre, 1991, a las 2:56pm:)
Mis
tropas, no les voy a mentir, nuestra situación hoy es muy adversa.
El Ejército Dragón nunca ha perdido una sola batalla. Y Hermione
Granger... tiene muy buena memoria. La verdad es, que la mayoría de
ustedes probablemente van a morir. Y los sobrevivientes envidiaran a
los muertos. Sin embargo tenemos que ganar esto. Tenemos que ganar
esto para que así algún día, nuestros hijos puedan volver a
disfrutar el sabor del chocolate otra vez. Todo está en riesgo aquí.
Literalmente todo. Si perdemos, el universo entero se apagará como
un bombillo. Y ahora me doy cuenta que la mayoría de ustedes no
conocen lo que es un bombillo. Bueno, crean en mi palabra, es malo.
Mas si tenemos que caer, caigamos peleando, como héroes, para que
cuando la oscuridad se cierna, podamos pensar para nosotros mismos,
al
menos nos divertimos.
¿Tienen miedo de morir? Yo sé que yo sí. Puedo sentir esos
escalofríos de miedo como si alguien estuviera introduciendo crema
de helado dentro de mi camiseta. Pero yo sé... que la historia nos
está observando. Nos estaba viendo cuando nos pusimos nuestros
uniformes. Probablemente estaba tomando fotos. Y la historia, mis
tropas, es escrita por los vencedores. Si ganamos esto, podemos
escribir nuestra propia historia. Una historia en la cual Hogwarts
fue fundada por cuatro elfos de casa renegados. Podemos hacer que
todos estudien esa historia, aún si no es verdad, y si no responden
del modo correcto en nuestros exámenes... fallaran la clase. ¿No es
eso algo por lo que vale la pena morir? No, no contesten a eso.
Algunas cosas son mejores si permanecen desconocidas. Ninguno de
nosotros sabe por qué estamos aquí. Ninguno sabe por qué estamos
peleando. Acabamos de despertar en estos uniformes dentro de este
bosque misterioso, conociendo sólo que no hay forma de recuperar
nuestros nombres y memorias excepto la victoria. Los estudiantes en
los otros ejércitos allá afuera... son iguales a nosotros. Ellos no
quieren morir. Están peleando para protegerse los unos a los otros,
los únicos amigos que les quedan. Están peleando porque saben que
tienen familias que los extrañaran, incluso si no lo recuerdan
ahora. Pueden estar luchando para salvar el mundo. Pero nosotros
tenemos una mejor razón para luchar que ellos. Combatimos porque nos
gusta. Peleamos para la diversión de monstruosidades espeluznantes
que provienen de más allá del Espacio y Tiempo. Peleamos porque
somos Caos. Pronto iniciará la batalla final, así que permitan que
diga ahora, porque no tendré una oportunidad de hacerlo después,
que fue un honor ser su comandante, aunque fuera brevemente. Gracias,
gracias a todos. Y recuerden, su meta no es nada más derribar al
enemigo, es meterles miedo.
...
Un gran gong
repiqueteando hizo eco a través del bosque.
Y el Regimiento Rayo
de Sol empezó a marchar.
...
La tensión creció
y creció, a medida que Harry y los otros diecinueve soldados seguían
esperando por el reporte de los guerreros aéreos. No debían tardar
mucho, las escobas eran rápidas y las distancias en el bosque no
eran tan grandes -
Dos
escobas se aproximaron, veloces, desde la dirección del campamento
de Draco, y todos los soldados se pusieron tensos. No estaban
ejecutando las maniobras que eran el código de hoy para una escoba
amistosa.
"¡Dispersarse
y disparar!"
rugió el General Potter, y entonce convirtió en acción sus
palabras, apresurándose a máxima velocidad hacia el bosque en busca
de cubierta; y tan pronto como Harry estuvo entre los árboles, se
giró, levantó su varita, intentó hallar las escobas en el cielo -
"¡Despejado!"
gritó una voz. "¡Están yéndose!"
Harry se encogió de
hombros mentalmente. No había forma de prevenir que Draco obtuviera
esa información, y nada más había aprendido que ellos seguían en
espera.
Y los Caóticos
emergieron con lentitud del bosque -
"¡Escobas
aproximándose de la dirección de Granger!" aulló otra voz.
"Creo que es el Líder Verde, ¡hizo el zambullido y giro!"
Momentos después
Theodore Nott abandonó el cielo y descendió en medio de los
soldados.
"¡Granger ha
dividido sus fuerzas en dos!" chilló Nott mientras bajaba de su
escoba. Había manchas de sudor en su uniforme, y toda la reserva se
había ido de su voz. "¡Ella está atacando ambos ejércitos!
Dos escobas cubriendo cada fuerza, ¡me persiguieron la mitad del
camino hasta aquí!"
Dividir su
ejército, qué rayos -
Una
enorme fuerza concentrando disparos en una fuerza pequeña podría
reducir a esta última sin recibir mucho daño a cambio. Si veinte
soldados enfrentaban a diez soldados, veinte hechizos de sueño
serían lanzados a los diez soldados con tan sólo diez hechizos de
sueño en respuesta, así que a menos que cada uno de esos primeros
hechizos diera en el blanco, la fuerza más pequeña perdería más
personas de las que podría derribar junto con ellos. Derrotado
en detalle
era el término militar para lo que pasaba cuando dividías tus
fuerzas de ese modo. Qué podía ser lo que Hermione posiblemente
estaba pensando...
Entonces Harry se
dio cuenta.
Ella estaba
siendo justa.
Iba a ser un largo
año en la clase de Defensa.
"De acuerdo,"
Harry habló en voz alta, para que el ejército pudiera escucharlo.
"Esperaremos hasta que el Ala Roja se reporte, y entonces iremos
a nublar a algunos Rayos de Sol."
...
Draco
escuchó los reportes de los voladores con cara calmada, toda su
conmoción oculta por dentro. ¿Qué podía ser lo que Granger
posiblemente
estaba
pensando?
Entonces Draco se
dio cuenta.
Es una finta.
Una de las dos
fuerzas de Rayo de Sol cambiaría de dirección, y ambas convergerían
sobre... ¿quién?
...
Neville Longbottom
marchó a través del bosque hacía la cercana fuerza Soleada,
ocasionalmente alzando la vista al cielo en busca de escobas. A su
lado marchaban sus compañeros de escuadrón, Melvin Coote y Lavender
Brown de Gryffindor, y Allen Flint de Slytherin. Allen Flint era su
Sugeridor de Escuadrón, aunque Harry antes le había dicho a
Neville, en privado, que la posición era suya si él la quería.
Harry le había
explicado muchas cosas a Neville en privado, empezando con "Sabes,
Neville, si quieres ser tan asombroso como el Neville imaginario que
vive en tu cabeza mas no se le permite hacer nada porque estás
asustado, entonces realmente tendrías que unirte a los ejércitos
del Profesor Quirrell."
Ahora
Neville estaba convencido
de que el Niño-Que-Vivió podía leer mentes. No había otra forma
en que Harry Potter lo hubiera podido descubrir. Neville nunca había
hablado con nadie
sobre eso, o dado alguna pista; y otras
personas no eran así, no que Neville lo hubiera llegado a notar.
Y
la promesa de Harry se había vuelto realidad, esto sí
se
sentía diferente de los duelos de practica en clase de Defensa.
Neville había esperado que los duelos de practica arreglarían todo
lo que estaba mal con él, y, bueno, no había sido así. Incluso si
podía disparar conjuros a otro estudiante en clase con el Profesor
Quirrell observando para asegurarse que nada saliera mal, aún si
podía esquivar y contraatacar cuando estaba permitido
y todos los demás estaban esperando
eso y lo mirarían raro si él no
lo hacía,
nada de eso era lo mismo a ser capaz de defenderte por ti mismo.
Pero
ser parte de un ejército...
Algo extraño estaba
estimulando a Neville desde adentro, mientras marchaba a través del
bosque al lado de sus camaradas, sobre sus uniformes una insignia de
dedos listos para chasquear.
Se le permitía
caminar si quería, mas él se sentía más inclinado a marchar.
A su lado, Melvin y
Lavender y Allen también parecían sentirse inclinados a marchar.
Y Neville empezó a
entonar la Canción de Caos.
La tonada era lo que
un Muggle hubiera identificado como la Marcha Imperial de John
Williams, igualmente conocida como "El Tema de Darth Vader";
y las palabras que Harry había añadido eran fáciles de recordar.
Caos caos caos
caos
Caos caos caos
caos caos caos
Caos caos caos
Caos caos caos
caos caos caos
CAOS caos CAOS
Caos caos
caos-caos-caos caos caos
Caos
caos-caos-caos caos caos
Caos caos caos,
caos caos caos
En la segunda linea
los otros ya se habían unido, y pronto podías escuchar el mismo
canto suave proviniendo de las partes cercanas del bosque.
Y Neville marchó al
lado de sus compañeros Legionarios Caos,
extraños
sentimientos emocionando su corazón,
la imaginación
volviéndose realidad,
mientras de que sus
labios surgía una aterradora canción de caos.
...
Harry
contemplo los cuerpos dispersados por el bosque. Algo dentro de él
se sentía un poco intranquilo, y él tenía que recordarse a sí
mismo que nada más estaban durmiendo. Había chicas entre los
caídos, y eso lo hacía mucho peor de algún modo, y tendría que
ser cuidadoso de nunca mencionar eso en frente de Hermione o los
Aurores encontrarían sus remanentes apretujados dentro de una
pequeña
olla para servir el té.
La
mitad del ejército Rayo de Sol no había opuesto mucha resistencia a
tantos Caos. Los nueve soldados de tierra habían salido corriendo
gritando de manera inarticulada con Escudos Simples levantados,
pantallas circulares para proteger sus rostros y pechos. Sin embargo
no puedes disparar y protegerte al mismo tiempo, y los soldados de
Harry simplemente habían optado por apuntar a las piernas. Todos
excepto una de los Soleados habían caído tan pronto como los gritos
de "¡Somnium!”
llenaron el aire. Esa última había bajado su escudo y se las
arregló para derribar a uno de los soldados de Harry antes de ser
golpeada por una segunda oleada de hechizos de sueño (el Maleficio
de Sueño era seguro para ataques múltiples). Las dos escobas
Soleadas fueron más difíciles de vencer y acabaron con tres
Caóticos antes de ser cubiertos por el masivo fuego desde tierra.
Hermione
no estaba entre los caídos. Draco debía haberla vencido y eso
estaba haciendo que Harry se enojara
en un nivel completamente incomprehensible, él no estaba seguro de
si se sentía protector hacia Hermione, o estafado porque no había
sido él quien lo había hecho, o quizá ambos.
"De acuerdo,"
Harry exclamó, levantando su voz. "Todos vamos a estar claros
en una cosa, eso no fue una pelea real. Esa fue la General Granger
cometiendo un error en su primera batalla. Hoy la batalla verdadera
es con el Ejército Dragón y no se va a parecer en nada a esto. Va a
ser mucho más divertido. Avancemos."
...
Una escoba cayó del
cielo, aproximándose terriblemente rápido, y giró sobre su propia
cola y desaceleró con tanta fuerza que casi podías escuchar el aire
gritando en protesta, y se detuvo en seco directamente al lado de
Draco.
No
era una peligrosa demostración. Gregory Goyle era
simplemente así de bueno y no necesitaba desperdiciar tiempo.
"Potter está
llegando," Gregory notificó sin rastro alguno de su usual
hablar lento. "Todavía tienen sus cuatro escobas, ¿quieres que
me encargue de ellas?"
"No,"
Draco dijó con astucia. "Luchar por encima de su ejército les
da demasiada ventaja, dispararán desde el suelo e incluso tú
podrías no ser capaz de esquivarlo todo. Espera hasta que nuestras
fuerzas entren en combate."
Draco
había perdido cuatro Dragones a cambio de doce Soleados.
Aparentemente la General Granger de hecho había
sido tan increíblemente estúpida, aunque ella no había estado
entre los atacantes, así que Draco no había tenido oportunidad de
burlarse o preguntarle en el nombre de Merlín qué era lo que había
estado pensando.
La verdadera
batalla, todos lo sabían, sería contra Harry Potter.
"¡Prepárense!"
rugió Draco a sus tropas. "Permanezcan juntos con sus
compañeros, actúen como una unidad, ¡disparen tan pronto como el
enemigo esté dentro del rango!"
Disciplina contra
Caos.
No sería una pelea
difícil.
...
La adrenalina estaba
bombeando y bombeando dentro de la sangre de Neville hasta que sentía
que apenas y podía respirar.
"Nos estamos
acercando," indicó el General Potter con una voz apenas audible
para que la escuchará todo el ejército. "Es hora de
separarse."
Los camaradas de
Neville se alejaron de él. Seguirían apoyándose los unos a los
otros, sin embargo si se apretujaban juntos, el enemigo tendría un
blanco más fácil; un disparo apuntado hacia uno de tus camaradas
podría fallar y pegarte a ti en tu lugar. Sería más complicado
darte si te separabas y te movías tan rápido como podías.
La primera cosa que
el General Potter había hecho, durante su sesión de entrenamiento,
fue hacer que se dispararan los unos a los otros cuando ambos bandos
estuvieran corriendo a toda prisa, o ambos estuvieran de pie y
tuvieran tiempo de apuntar, o uno se estaba moviendo y el otro de pie
– el encantamiento reverso del Maleficio de Sueño era simple,
aunque no se permitía que se usara durante batallas reales. El
General Potter había analizado cuidadosamente todo lo que había
pasado, hecho algo de calculo y cifrado, y luego anunció que tenía
más sentido que se enfocaran, no en reducir la velocidad y apuntar
cuidadosamente, sino moverse veloces para que así no los golpearan.
Todavía molestaba a
Neville un poco no estar marchando lado-a-lado con sus camarada, pero
los aterradores gritos de batalla que habían aprendido ya estaban
retumbando en su cabeza y eso lo compensaba bastante.
Esta vez, Neville se
lo juró a sí mismo en silencio, su voz positiva y absolutamente no
iba a temblar.
"Escudos
arriba," dijo el General Potter, "poder hacia los
deflectores."
"Contego,"
murmuró el ejército, y la existencia de las pantallas circulares
surgió ante sus cabezas y pechos.
Un sabor fuerte
llenó la boca de Neville. El General Potter no les hubiera ordenado
invocar sus escudos a menos que ya casi estuvieran en rango. Neville
podía ver las siluetas uniformadas de los Dragones moviéndose a
través de las densas figuras de los árboles, y los Dragones también
estarían viendo las de ellos -
"¡Ataquen!"
llegó un grito desde la distancia, la voz de Draco Malfoy, y el
General Potter bramó, "Carguen
-"
Toda la adrenalina
en la sangre de Neville se liberó, y sus piernas lo dominaron,
enviándolo por los aires más veloz de lo que había llegado a
correr antes, directo hacia el enemigo, sabiendo sin necesitad de
mirar que todos sus camaradas estaban haciendo lo mismo.
"¡Sangre
para el dios de la sangre!"
gritó Neville. "¡Esqueletos
para el trono de esqueleto! ¡Ia! ¡Shub-Niggurath! ¡La puerta de
los enemigos está entreabierta!"
Se produjo un
impacto insonoro mientras un hechizo de sueño se desperdiciaba
contra el escudo de Neville. Si otros hechizos fueron disparados, no
habían acertado.
Neville vio la breve
mirada de terror en el rostro de Wayne Hopkins, de pie entre dos
Gryffindors que Neville no reconoció, y entonces -
- Neville bajó el
Escudo Simple y le disparó a Wayne -
- falló -
-
sus piernas corriendo pasaron derecho
al enemigo que se agrupaba y llegaron hasta otros tres Dragones, sus
varitas levantándose hacia él, sus bocas abriéndose -
-
sin tan siguiera pensarlo, Neville se sumergió en la tierra del
bosque cuando las tres voces gritaron "¡Somnium!"
Dolió, duras
piedras y duros guijarros se enterraron dentro de Neville al
resbalarse, no era tan malo como caerse de la escoba pero golpeó con
bastante fuerza el suelo, y luego Neville, con inesperada claridad,
yació inmóvil y cerró los ojos.
"¡Alto!"
chilló una voz. "¡No nos disparen, somos Dragones!"
Con un relámpago de
gloriosa satisfacción, Neville se dio cuenta que se las había
arreglado para quedar entre dos grupos de Dragones justo cuando un
grupo le disparaba. Harry había hablado sobre esta táctica para
hacer que los enemigos tuvieran miedo de atacar, y aparentemente
funcionaba mejor de lo que se esperaba.
Y
no sólo eso, los Dragones creían que lo habían derribado,
ya que habían visto a Neville caer mientras ellos disparaban.
Neville contó hasta
veinte dentro de su cabeza, entonces abrió sus ojos como hendiduras.
Los
tres Dragones estaban cerca de él, sus cabezas volteando rápidamente
a cada grito de "¡Somnium!"
y "¡Esqueletos
para el trono de esqueletos!"
llenando el aire alrededor de ellos. Ahora los tres tenían Escudos
Simples activados.
La
varita de Neville seguía en su mano, y no necesito mucho esfuerzo
para apuntar a la bota de uno de los chicos y susurrar "¡Somnium!"
Sin demora Neville
cerró sus ojos y relajó su mano cuando escuchó que el chico cayó
al suelo.
"¿De
dónde vino?"
clamó la voz de Justin Finch-Fletchley, y Neville oyó crujidos
sobre la tierra con hojas del bosque, al tiempo que los dos Dragones
giraban alrededor en busca de un enemigo.
"¡Reformen
las filas!"
bramó la voz de Malfoy. "Hacia
mí, todos, ¡no permitan que los separen!"
Las orejas de
Neville escucharon a los dos Dragones saltar sobre su cuerpo boca
abajo cuando estos salieron corriendo.
Neville abrió sus
ojos, se recompuso con un poco de dolor para ponerse de pie, luego
apuntó con su varita y pronunció el nuevo encantamiento que el
General Potter les había enseñado a todos. No podían hacer
hechizos reales de ilusión para confundir al enemigo, sin embargo
incluso a su edad sí podían -
"Ventriliquo,"
murmuró Neville, señalando con su varita a un lado de Justin y el
otro chico, y aulló, "¡Por
Cthulhu y la gloria!"
Justin
y el otro chico se detuvieron de manera abrupta, girando sus escudos
hacia donde Neville había movido su grito de batalla, y fue allí
cuando múltiples voces de "¡Somnium!"
llenaron el aire y el otro chico se cayó antes de que Neville
hubiera terminado de apuntarle.
"¡El
último es mio!"
exclamó Neville, y entonces corrió directo hacia Justin, quien
había sido malo con él hasta que los Hufflepuffs más grandes lo
enderezaron. Neville estaba rodeado por sus camaradas y eso
significaba -
"Ataque
especial, ¡Salto Caótico!"
aulló Neville al tiempo que corría, sintió que su cuerpo se volvía
más liviano, y esa liviandad se duplicó de nuevo, pues sus
camaradas apuntaban sus varitas hacia él y murmuraban el
Encantamiento Levitador, y Neville alzó su mano izquierda y chasqueó
los dedos y luego usó sus piernas para brincar desde la tierra tan
fuerte como pudiera y rugió
a través del aire. Pura sorpresa se pintó en el rostro de Justin
cuando Neville pasó por encima del escudo del chico y lo señaló
con su varita y conjuró "¡Somnium!"
Porque se le dio la
gana, ese es el por qué.
Neville no ajustó
sus pies muy apropiadamente y se desplomó sobre el suelo al
aterrizar, sin embargo dos o tres de los otros Legionarios Caóticos
se las arreglaron para mantener sus varitas sobre él y no se aporreó
muy duro.
Y Neville se puso de
pie, jadeando. Sabía que tenía que seguirse moviendo, todos estaban
gritando "¡Somnium!" por todo el lugar -
"Yo
soy Neville, ¡el último heredero de Longbottom!"
bramó Neville al cielo por encima de su cabeza, sosteniendo su
varita apuntando recto hacia arriba como si estuviera retando al
mismísimo y brillante cielo azul, conociendo que nada después de
este día volvería a ser lo mismo. "¡Neville
de Caos! Luchen conmigo si se atre-"
(Cuando Neville
despertó después, le dijeron que el Ejército Dragón habían
tomado esta como su oportunidad para contraatacar.)
...
La chica al lado de
Harry se derrumbó en el suelo, recibiendo el tiro que era para él,
y pudo escuchar la distante risa burlona del Sr. Goyle mientras su
escoba acometía por sobre ellos, cortando el aire tan fuerte que
deberían haberse partido en pedazos a su paso.
"¡Luminos!"
exclamó uno de los chicos al lado de Harry, quien no había sido
capaz de reconstruir la fortaleza mágica con suficiente premura, y
el Sr. Goyle la esquivó sin pausa.
A Caos sólo le
quedaban seis soldados, ahora, y el Ejército Dragón tenía dos, y
el único problema era que uno de esos soldados era invencible, y el
otro estaba usando tres soldados nada más para mantenerlo dentro de
su escudo.
Habían
perdido más soldados con el Sr. Goyle que con todos los otros
Dragones juntos, él revoloteaba y esquivaba a través del aire tan
rápido que nadie podía golpearlo,
y
él podía disparar
mientras hacía eso.
Harry
había pensado en todo tipo de maneras para detener al Sr. Goyle pero
ninguna de ellas era segura,
incluso usar el Encantamiento Levitador para reducir su velocidad
(era un rayo continuo y mucho más fácil de apuntar) no sería
seguro porque él podía caerse de su escoba, arrojar cosas en su
camino tampoco sería correcto, y eso se estaba haciendo cada vez más
y más difícil de recordar a medida que la sangre de Harry se iba
helando.
Es un juego. No
estás intentando matarlo. No eches a perder tus futuros planes por
un juego...
Harry
podía ver
el patrón, podía ver
cómo el Sr. Goyle estaba esquivando, podía ver
cómo y cuándo necesitaba disparar para crear una telaraña de
disparos que el Sr. Goyle no sería capaz de evadir, sin embargo él
no era capaz de explicarlo
con suficiente velocidad a sus soldados, no podían coordinar sus
tiros tan bien, y ahora no tenían suficientes personas para hacerlo
-
Me rehúso a
perder, no así, ¡no todo mi ejército a causa de un soldado!
La escoba del Sr.
Goyle se giraba más veloz de lo que cualquier cosa debía poder
girarse y empezó a hacer un angulo hacia Harry y sus tropas
sobrevivientes, podía sentir al chico a su lado poniéndose tenso,
preparándose para lanzarse en frente de su general.
QUE SE JODA.
La varita de Harry
salió, enfocándose sobre el Sr. Goyle, la mente de Harry visualizó
el patrón, y los labios de Harry se abrieron y su voz gritó -
"Luminosluminosluminosluminosluminosluminosluminosluminosluminosluminosluminosluminos-"
...
Cuando los ojos de
Harry se volvieron a abrir, se encontró a sí mismo descansando en
una posición confortable con sus manos dobladas sobre su pecho,
agarrando su varita como un héroe caído.
Lentamente,
Harry se sentó. Su magia
estaba doliendo, una sensación extraña mas no enteramente
agonizante, más como el ardor y letargo que seguía a un gran
ejercicio físico.
"¡El general
está despierto!" llamó una voz, y Harry parpadeó y se
concentró en esa dirección.
Cuatro de sus
soldados mantenían sus varitas sobre un reluciente hemisferio
prismático, y Harry se dio cuenta que la batalla no había
finalizado. Claro... él no había sido golpeado por un Maleficio de
Sueño, nada más se agotó a sí mismo, así que cuando despertó,
seguía dentro del juego.
Harry sospechaba que
iba a recibir un sermón de alguien-u-otro sobre no agotar su magia
al punto de la inconsciencia por un juego de niños. Pero no había
lastimado al Sr. Goyle cuando había perdido su temperamento, y eso
era lo importante.
Entonces la mente de
Harry hizo clic sobre otra implicación, y bajó la vista al anillo
de acero sobre el dedo meñique de su mano izquierda, y casi maldijo
en voz alta cuando vio que el pequeño diamante ya no estaba y había
un malvavisco yaciendo cerca de donde se había desmayado.
Había sostenido la
Transformación durante diecisiete días, y ahora tendría que
iniciar de nuevo.
Podría
haber sido peor. Le podría haber pasado esto catorce días más
adelante, después
de que la Profesora McGonagall le hubiera dado la aprobación para
Transformar la roca de su padre. Esa era una muy buena lección para
aprender en el modo fácil.
Nota para mí
mismo: Siempre remueve el anillo del dedo antes de agotar
completamente la magia.
Harry se empujó a
sí mismo, haciéndolo con harto esfuerzo. Desgastar tu magia no
cansaba tus músculos, pero esquivar arboles ciertamente sí.
Tambaleó hacía el
hemisferio iridiscente que contenía a Draco Malfoy, quien estaba
sosteniendo su varita en alto para sostener el escudo, y le sonreía
fríamente a Harry.
"¿Dónde está
la quinta soldado?" preguntó Harry.
"Este..."
contestó un chico cuyo nombre Harry no podía recordar en el
momento. "Disparé un Maleficio de Sueño al escudo y rebotó y
le pegó a Lavender, o sea el angulo no era el correcto y sin embargo
eso pasó..."
Draco estaba
sonriendo con malicia dentro del escudo.
"Así
que déjame deducir," Harry dijo, observando a Draco
directamente a los ojos, "¿esos bonitos tríos son la formación
usada por los militares mágicos profesionales? ¿Compuestos de
soldados entrenados que fácilmente pueden golpear blancos en
movimiento si sus propias manos están firmes, y quienes pueden
combinar sus poderes defensivos siempre y cuando permanezcan juntos?
¿A diferencia de tus
soldados?"
La sonrisa se había
desvanecido de la expresión de Draco, que ahora era dura y severa.
"Sabes,"
Harry continuó con ligereza, conociendo que ninguno de los demás
comprendería cual era mensaje real pasando entre ellos, "eso
demuestra que siempre debes cuestionar todo lo que ves que hacen tus
modelos de conducta, e indagar por qué se está haciendo, y si en
contexto también tiene sentido que tú lo hagas. No te olvides de
aplicar ese consejo en la vida real, por cierto. Y gracias por los
blancos apretados de movimiento lento."
Porque
Draco ya había recibido ese sermón, y, Harry sospechaba, lo había
descartado por la sospecha de que Harry estaba intentando alejar más
sus lealtades de las tradiciones de los sangre limpia. Lo que desde
luego Harry estaba
haciendo. Mas este ejemplo sería una excelente excusa, el siguiente
Sábado, para declarar que cuestionar la autoridad era meramente una
técnica práctica para la vida real. Y Harry también mencionaría
los experimentos que él había hecho, primero con individuos y luego
con grupos, para revisar sus ideas sobre la importancia de la
velocidad y que de hecho había sido correcta, martillearía a Draco
hasta los cimientos el punto de mantener un ojo abierto todo el
tiempo en busca de oportunidades para aplicar los métodos prácticos
todos los días.
"¡No
has ganado aún,
General Potter!" gruñó Draco. "Tal vez el tiempo se
acabe, y el Profesor Quirrell dictaminará un empate."
Un
punto justo y preocupante. La guerra únicamente terminaba cuando el
Profesor Quirrell, en su juicio personal, decidía que un ejército
había ganado para estándares prácticos de la vida real. No había
una condición formal
de victoria, había explicado el Profesor Quirrell, porque entonces
Harry descubriría cómo jugar con las reglas. Harry tenía que
admitir que esa era una política justa.
Y Harry no podía
culpar al Profesor Quirrell por no haber dado la llamada final,
porque era plausible que el último soldado del Ejército Dragón
pudiera vencer a los cinco sobrevivientes de la Legión Caos.
"De acuerdo,"
Harry habló. "¿Alguien conoce algo sobre el hechizo escudo del
General Malfoy?"
Resultó
que el escudo de Draco era una variación del Protego
regular que tenía muchas contras, la más grande era que el escudo
no podía moverse con el hechicero.
La ventaja – o
desde la perspectiva de Harry, desventaja – es que era más fácil
de aprender, más fácil de lanzar, y mucho más fácil de sostener
por largos periodos.
Tendrían que
martillar el escudo con hechizos de ataque para poderlo derribar.
Y Draco podía
aparentemente ejercer algo de control sobre el angulo de reflexión
por lo cual los hechizos rebotarían.
A Harry se le
ocurrió el pensamiento de que podían usar Wingardium Leviosa para
apilar rocas pesadas sobre el escudo hasta que Draco no pudiera
sostenerlo contra la presión... pero entonces las rocas podrían
caer a continuación y golpear a Draco, y lastimar al general enemigo
no estaba entre las metas verdaderas del día de hoy.
"Así que,"
preguntó Harry. "¿Existe algo como un hechizo especializado
perforador de escudos?"
Los había.
Harry inquirió si
alguno de sus soldados lo conocía.
Ninguno los conocía.
Draco estaba
haciendo una mueca otra vez, dentro del escudo.
Harry
indagó si había algún tipo de ataque que
no
rebotaría.
Relámpagos,
parecían, eran usualmente absorbidos por los escudos en lugar de
rebotar sobre ellos.
...Nadie sabía cómo
lanzar ninguna clase de hechizo relacionado a los rayos.
Draco se rió con
disimulo.
Harry suspiró.
Deliberadamente, él
puso su varita sobre el suelo.
Y Harry anunció,
con algo de cautela en su voz, que se adelantaría y derribaría el
escudo por su cuenta, usando algún método que permanecería como un
misterio; y todos los demás debían disparar a Draco tan pronto como
el escudo cayera.
Los Legionarios Caos
se mostraron nerviosos.
Draco se veía
calmado, lo que significa, controlado.
Una delgada, sabana
doblada surgió del monedero de Harry.
Harry se sentó al
lado del reluciente escudo, y desdobló la sabana sobre su cabeza
para que nadie pudiera vero lo que él hacía - excepto Draco, por
supuesto.
Del monedero de
Harry salió una batería de carro y un grupo de cables conectores.
...no era como si él
fuera a abandonar el mundo Muggle para iniciar una nueva era de
investigación mágica, sin llevar consigo alguna forma de generar
electricidad.
Poco después, los
Legionarios Caos oyeron el sonido de dedos chasqueando, seguido por
un crepitante ruido proveniente de la sabana. El escudo empezó a
resplandecer con mayor brillantes, y la voz de Harry ordenó, "No
se distraigan por favor, ojos sobre el General Malfoy."
El cansancio
comenzaba a mostrarse en el rostro de Draco, junto con la furia y
molestia y frustración.
Harry
le dedicó una sonrisa, y gesticuló con la boca, Te
explicó después.
Y allí fue cuando
una espiral de energía verde cruzó el bosque y se estrelló contra
el escudo de Draco, que chilló como piezas de vidrio afilado siendo
frotadas entre sí, y Draco tambaleó.
De repente, en
frenético pánico, Harry cogió los cables conectores de la batería
y se los dio de comer al monedero, luego le dio de comer la batería
al monedero, y entonces se quitó a toda prisa la sabana y agarró su
varita y se puso de pie.
Todos sus soldados
seguían allí y miraban alrededor desesperados.
"Contego,"
Harry conjuró, y sus soldados siguieron ejemplo, pero Harry no
conocía cuál era la dirección hacia la cual tenía que apuntar el
escudo. "¿Alguien vio de dónde provino eso?" Cabezas
sacudidas. "Y General Malfoy, ¿le importaría informarme si
usted
venció a la General Granger?"
"Pues sí,"
Draco replicó ácidamente, "Sí me importa."
Oh, rayos.
La mente de Harry
empezó a calcular, Draco dentro del escudo, Draco agotado hasta
cierto grado, Harry exhausto también, Hermione en medio de los
árboles quién-sabe-dónde, Harry y otros cuatro Caóticos en pie...
"Sabe,
General Granger," Harry habló en voz alta, "realmente
debió esperar a atacar hasta después de que yo hubiera luchado
contra el General Malfoy. Podría haber sido capaz de vencer a todos
los sobrevivientes."
De algún lugar
surgió una risa muy aguda.
Harry se quedó
paralizado.
Esa no era
Hermione.
Y ahí fue cuando
ese espantoso, misterioso, animado canto empezó a elevarse, saliendo
de todos lados a su alrededor.
"No tengas
miedo, no estés triste,
Sólo te
lastimaremos si eres malo..."
"¡Granger
hizo trampa!"
explotó Draco dentro del escudo. "¡Ella despertó a sus
soldados! Por qué el Profesor Quirrell no la ha -"
"Déjame
adivinar," Harry interrumpió, la sensación de malestar ya
batiendo en su estómago. Realmente él odiaba perder. "Fue una
batalla muy fácil, ¿correcto? ¿Cayeron como moscas?"
"Sí,"
Draco dijo. "Los cogimos a todos con el primer tiro -"
La mirada
horrorizada de Draco al comprender se esparció hacia los Legionarios
Caos.
"No,"
Harry aseguró, "no lo hicimos."
Formas camufladas
fueron apareciendo entre los árboles.
"¿Aliados?"
Harry preguntó.
"Aliados,"
Draco respondió.
"Que bien,"
declaró la voz de la General Granger, y una espiral de energía
verde resplandeció desde el bosque y rompió el escudo de Draco en
pedazos.
...
La General Granger
supervisó el campo de batalla con un sentimiento definitivo de
satisfacción. Le habían quedado nueve Soldados Rayo de Sol, pero
eso era probablemente suficiente como para lidiar con el último
superviviente de las fuerzas enemigas, especialmente cuando Parvati y
Anthony y Ernie ya estaban sosteniendo sus varitas sobre el General
Potter, a quien ella les ordenó tomar con vida (bueno, consciente).
Era
Malo, ella lo sabía, sin embargo en verdad verdad verdad
quería presumir.
"Hay
un truco, ¿no es cierto?" cuestionó Harry, el cansancio
apareciendo en su voz. "Tiene que haber
algún truco. No puede ser que nada más te conviertas en el general
perfecto. No además de todo lo demás. ¡No eres una Slytherin! ¡No
escribes poesía espeluznante! ¡Nadie
es así de bueno en todo!"
La General Granger
le echó una ojeada a sus Soldados Rayo de Sol, y entonces volvió a
posar sus ojos sobre Harry. Probablemente todos estaban viendo esto
en sus pantallas allá afuera.
Y la General Granger
anunció, "Puedo hacer cualquier cosa si estudio con suficiente
empeño."
"Oh sabes que
eso es pura mi-"
"Somnium."
Harry se desmayó en
el suelo a la mitad de la frase.
"RAYO DE SOL
GANA," entonó la enorme voz del Profesor Quirrell, pareciendo
provenir de todos lados y de ningún lugar.
"¡La bondad a
triunfado!" gritó la General Granger.
"¡Hurra!"
clamaron los Soldados Rayo de Sol. Incluso los chicos Gryffindor lo
corearon, y lo hicieron con orgullo.
"¿Y cuál es
la moral de la batalla de hoy?" inquirió la General Granger.
"¡Podemos
hacer cualquier cosa si estudiamos con suficiente empeño!"
Y los sobrevivientes
del Regimiento Rayo de Sol marcharon hacia el campo de la victoria,
cantando su canción de tropa al avanzar:
No tengas miedo,
no estés triste,
Sólo te
lastimaremos si eres malo,
Y te enviaremos a
casa eso es verdad,
Con nuevos amigos
para que te vigilen,
No olvides
contarles que fuiste enviado
¡Por el
Regimiento Rayo de Sol de Granger!
Nota del traductor
Para leer más sobre el
experimento de la Cueva de los Ladrones.
"Ex Tempore" es una máxima latina que significa
"fuera de momento"
Sobre
"El Tema de Darth Vader" no es en realidad la palabra caos que usan, sino
"Doom" que es una palabra complicada que puede traducirse como muerte, destino, condenación y tal vez más precisamente pero menor impresionante, hado. Además, "Doom" en inglés suena similar a como se podría mascullar esa tonada,
"Dun dun dun dun..." Opté por usar caos que aunque, menos exacta, compensa con siendo monosílaba y trazando una relación con la historia.
En los gritos de batalla dados por Neville, hay referencias a
Warhammer, Cthulhu y
El juego de Ender.
Un capítulo muy interesante. Bastante acción y un despliegue increíble de ingenio, y no sólo de parte de Harry Potter racional.
No tengo mucho por contar, ando sumamente ocupado todo el tiempo, espero que disfruten mucho este episodio y estén pendientes del próximo, Muchas gracias por leer.
Escrito por Less Wrong / Eliezer Yudkowsky
Traducido al español por Rhaidot
Mis vídeos de hoy
Recién salido del horno, el sexto capítulo de
Mad Father. Tengo la impresión de que ya pasamos la mitad del juego. Y creo que vamos a poder conseguir el Final Verdadero :D
Y en caso de que no hayan visto el vlog que subí hace unas horas, también les dejo el link aquí:
¿Por qué no juego Five Nights at Freddy's u otros juegos pagos?