Para mí cualquier excusa es buena para dedicarle poemas a mi novia, quien resulta ser mi mejor amiga. Por lo que en esta ocasión decidí dedicarle 6 poemas de amistad y para amigas escritos por algunos de mis escritores favoritos para celebrar nuestra amistad.
Todos los poemas que siguen los tomé de Frases Top.
Foto por Dương Hữu en Unsplash |
Número 1: Pablo Neruda
Amigo, llévate lo que tú quieras,
penetra tu mirada en los rincones
y si así lo deseas, yo te doy mi alma entera
con sus blancas avenidas y sus canciones.
Amigo -con la tarde haz que se vaya
este inútil y viejo deseo de vencer.
Bebe de mi cántaro si tienes sed.
Amigo —con la tarde haz que se vaya
este deseo mío de que todo el rosal
me pertenezca.
Amigo si tienes hambre come de mi pan.
Todo, amigo, lo he hecho para ti.
Todo esto que sin mirar verás en mi estancia desnuda:
todo esto que se eleva por los muros derechos
– como mi corazón – siempre buscando altura.
Te sonríes amigo… ¡Qué importa!
Nadie sabe entregar en las manos
lo que se esconde adentro,
pero yo te doy mi alma, ánfora de mieles suaves,
y todo te lo doy…
Menos aquél recuerdo…
… Que en mi heredad vacía aquel amor perdido,
es una rosa blanca, que se abre en el silencio…
¿Por qué le dedico este poema a mi novia? Porque si bien ella no me ha dado todo lo que he querido, sí me ha dado todo lo que he necesitado. Ya llevamos 10 años juntos y gracias a ella me volví alguien más maduro y responsable. Sólo me ha reñido para guiarme y enseñarme. Además, estoy un poco obsesionado con los poemas de Pablo Neruda y siempre me gusta incluirlo en cualquier compilación de poemas. También elegí este poema porque tiene la frase "ánfora de mieles suaves" que es una frase espectacular, y como mi novia se llama Melissa cuyo significado es miel, yo termino ganando por todos lados...
Creo que aún sigo siendo demasiado competitivo.
Número 2: Mario Benedetti
No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero.
Porque existe el vino y el amor, es cierto,
porque no hay heridas que no cure el tiempo,
abrir las puertas quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.
Vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos,
No te rindas por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque cada día es un comienzo,
porque esta es la hora y el mejor momento,
porque no estás sola,
porque yo te quiero.
¿Por qué le dedico este poema a mi novia? Mi novia me ha suplicado en numerosas ocasiones que no me rinda. Reconozco que soy de naturaleza caprichosa, más bien perezoso, voluble e inconstante. Gracias a ella he logrado reducir el impacto de esos malos atributos en mi vida, sin embargo, creo que sólo porque soy guapo ella estuvo dispuesta a moldear tanto esta arcilla rebelde. Mi novia en cambio, tiene el mismo temple de acero de un protagonista de una película de acción, por lo que ella es, en una palabra, imparable.
En serio, ¿por qué rayos sigue conmigo?
Número 3: Víctor Hugo
¡Nunca insultéis a la mujer caída!
Nadie sabe qué peso la agobió,
ni cuántas luchas soportó en la vida,
¡hasta que al fin cayó!
¿Quién no ha visto mujeres sin aliento
asirse con afán a la virtud,
y resistir del vicio el duro viento
con serena actitud?
Gota de agua pendiente de una rama
que el viento agita y hace estremecer;
¡perla que el cáliz de la flor derrama,
y que es lodo al caer!
Pero aún puede la gota peregrina
su perdida pureza recobrar,
y resurgir del polvo, cristalina,
y ante la luz brillar.
Dejad amar a la mujer caída,
dejad al polvo su vital calor,
porque todo recobra nueva vida
con la luz y el amor.
¿Por qué le dedico este poema a mi novia? Se lo dedico porque ella misma es su peor crítica. No se cree tan inteligente y fuerte como en realidad es, y tiene la mala costumbre de atacarse a sí misma cuando menos le conviene. Con este poema, espero que recuerde que es una persona maravillosa y que tiene la capacidad de resurgir, incluso más brillante que antes.
Número 4: Antoine de Saint-Exupery
Tengo sed de un compañero que respete en mí,
por encima de los litigios de la razón, el peregrino de aquel fuego.
A veces tengo necesidad de gustar por adelantado el calor prometido
Y descansar, más allá de mí mismo, en esa cita que será la nuestra.
Hallo la paz. Más allá de mis palabras torpes,
más allá de los razonamientos que me pueden engañar,
tú consideras en mí, simplemente al Hombre,
tú honras en mí al embajador de creencias, de costumbres, de amores particulares.
Si difiero de ti, lejos de menoscabarte te engrandezco.
Me interrogas como se interroga al viajero,
Yo, que como todos, experimento la necesidad de ser reconocido,
me siento puro en ti y voy hacia ti. Tengo necesidad de ir allí donde soy puro.
Jamás han sido mis fórmulas ni mis andanzas
las que te informaron acerca de lo que soy,
sino que la aceptación de quien soy te ha hecho,
necesariamente, indulgente para con esas andanzas y esas fórmulas.
Te estoy agradecido porque me recibes tal como soy.
¿Qué he de hacer con un amigo que me juzga?
Si todavía combato, combatiré un poco por ti.
Tengo necesidad de ti. Tengo necesidad de ayudarte a vivir.
¿Por qué le dedico este poema a mi novia? Por fin un poema que manifiesta mis sentimientos hacia ella. Con mi novia me siento más puro porque puedo ser yo mismo, me siento agradecido porque nuestra relación se basa en el respeto mutuo, y en no juzgarnos basados en prejuicios, únicamente la racionalidad a de guiar nuestros pasos.
Número 5: Edgar Allan Poe
Amigos que por siempre
Nos dejaron,
Caros amigos para siempre idos,
¡Fuera del Tiempo
Y fuera del Espacio!
Para el alma nutrida de pesares,
Para el transido corazón, acaso.
¿Por qué le dedico este poema a mi novia? Poe como siempre es un maestro del horror, y pocos sentimientos son tan terribles como el perder a un amigo. Existieron ocasiones donde sentí que estuve a punto de perder a mi novia, y ni siquiera estar cerca de morir yo mismo fue tan doloroso como aquello. Por lo que escogí este poema corto, contundente y, sobretodo, verdadero.
Número 6: Jorge Luis Borges
No puedo darte soluciones para todos los problemas de la vida,
ni tengo respuestas para tus dudas o temores,
pero puedo escucharte y compartirlo contigo.
No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro.
Pero cuando me necesites estaré junto a ti.
No puedo evitar que tropieces.
Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes y no caigas.
Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos.
Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.
No juzgo las decisiones que tomas en la vida.
Me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me lo pides.
No puedo trazarte límites dentro de los cuales debes actuar,
pero si te ofrezco el espacio necesario para crecer.
No puedo evitar tus sufrimientos cuando alguna pena te parta el corazón,
pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos para armarlo de nuevo.
No puedo decirte quien eres ni quien deberías ser.
Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo.
En estos días oré por ti…
En estos días me puse a recordar a mis amistades más preciosas.
Soy una persona feliz: tengo más amigos de lo que imaginaba.
Eso es lo que ellos me dicen, me lo demuestran.
Es lo que siento por todos ellos.
Veo el brillo en sus ojos, la sonrisa espontánea y la alegría que sienten al verme.
Y yo también siento paz y alegría cuando los veo y cuando hablamos,
sea en la alegría o sea en la serenidad.
En estos días pensé en mis amigos y amigas,
entre ellos, apareciste tú.
No estabas arriba, ni abajo ni en medio.
No encabezabas ni concluías la lista.
No eras el número uno ni el número final.
Lo que sé es que te destacabas por alguna cualidad que
transmitías y con la cual desde hace tiempo se ennoblece mi vida.
Y tampoco tengo la pretensión de ser el primero, el segundo o el tercero de tu lista.
Basta que me quieras como amigo.
Entonces entendí que realmente somos amigos.
Hice lo que todo amigo:
Oré… y le agradecí a Dios por ti.
Gracias por ser mi amigo.
¿Por qué le dedico este poema a mi novia? Los primeros ocho párrafos son prácticamente los votos que hemos realizado mi novia y yo en nuestra relación. Lo que viene después no se aplica tanto a nosotros, sobretodo a mí, porque soy muy posesivo y quiero ocupar el puesto número 1 en el corazón de mi novia, tanto así que no estoy seguro de querer tener hijos: realmente no la quiero compartir con nadie.
Creo que ya he dejado salir mi lado más cursi lo suficiente, al menos por este día. Si tienen una mejor amiga espero que la sepan apreciar tanto como yo aprecio a la mía. Muchas gracias por leer y nos leemos en una próxima entrada.
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