Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad
Capítulo 38
El Pecado
Cardinal
Brillante el sol,
brillante el aire, brillante los estudiantes y brillantes sus padres,
limpio el suelo pavimentado de la Plataforma 9.75, el Sol de invierno
paseando no muy alto en el cielo a las 9:45AM de la mañana de Enero
5, 1992. Algunos de los estudiantes más jóvenes vestían bufandas y
guantes, pero la mayoría simplemente se cubrían son sus túnicas;
eran magos, después de todo.
En cuanto Harry
llegó a la plataforma de descenso, se quitó su bufanda y abrigo,
abrió un compartimiento de su baúl, y metió allí sus cosas de
invierno.
Por un largo
momento, se quedó de pie permitiendo que el aire de Enero lo
mordiera, nada más para ver qué se sentía.
Harry sacó su
túnica de mago, las pasó por encima de sus hombros.
Y finalmente, Harry
extrajo su varita; y no pudo evitar pensar en los padres a los que
acababa de decir adiós con un beso, del mundo cuyos problemas estaba
dejando atrás...
Con
una extraña sensación de culpa inevitable, Harry pronunció,
"Thermos."
La calidez descendió
a través de él.
Y el Niño-Que-Vivió
había regresado.
Harry bostezó y se
estiró, sintiéndose más letárgico que cualquier otra cosa al
final de sus vacaciones. No tenía ganas de leer sus libros de clase,
ni siquiera alguna ciencia ficción seria, esta mañana; lo que
necesitaba era algo completamente frívolo para ocupar su atención...
Bueno, eso no sería
difícil de lograr, si estaba dispuesto a renunciar a cuatro Knuts.
Además,
si el Diario
el Profeta
estaba corrompido y el Quibbler
era el único periódico competente, podría haber alguna noticia
real y censurada por allí.
Harry
regresó al mismo quiosco de periódicos de la última vez,
preguntándose si el Quibbler
podía superar el encabezado que había visto antes.
El vendedor empezó
a sonreír cuando Harry se aproximó, y entonces la expresión del
hombre cambió de repente, al captar un vistazo de la cicatriz.
"¿Harry
Potter?"
jadeó el vendedor.
"No, Sr.
Durian," dijo Harry, ojos saltando brevemente a la etiqueta con
el nombre del sujeto, "no soy más que una asombrosa imitación
-"
Y
entonces la voz de Harry se detuvo en su garganta, cuando atrapó el
encabezado sobre el Quibbler
doblado.
VIDENTE BORRACHA
ESCUPE SECRETOS:
EL SEÑOR OSCURO
VA A REGRESAR,
Por
tan sólo un instante, Harry intentó enmascarar su expresión, antes
de darse cuenta de que no
estar conmocionado sería igual de revelador, en otro sentido -
"Disculpe,"
Harry dijo. Su voz sonaba algo alarmada, y él ni siquiera sabía si
era era revelar demasiado, o nada más lo que su reacción normal
debería
ser si el desconociera todo. Había pasado demasiado tiempo al lado
de los Slytherins, estaba olvidando cómo ocultar secretos de las
personas ordinarias. Cuatro Knuts golpearon el contador. "Una
copia del Quibbler,
por favor."
"¡Oh, no se
preocupe, Sr. Potter!" exclamó el vendedor apresurado, agitando
sus manos. "Es – no importa, sólo -"
Un periódico voló
a través del aire y toco los dedos de Harry, y él lo desdobló.
VIDENTE BORRACHA
ESCUPE SECRETOS:
EL SEÑOR OSCURO
VA A REGRESAR,
PARA CASARSE CON
DRACO MALFOY
"Es
gratis," propuso el vendedor, "para ti,
me refiero -"
"No,"
Harry rechazó, "iba a comprar uno de todos modos."
El vendedor cogió
las monedas, y Harry leyó.
"Cielos,"
Harry espetó tras un minuto y medio, "pones ebria a una vidente
con seis tragos de whisky Escocés y ella soltará todo tipo
de cosas secretas. O sea, ¿quién hubiera pensado que Sirius Black y
Peter Pettigrew eran en secreto la misma persona?"
"No yo,"
respondió el vendedor.
"Incluso
pusieron una foto de los dos juntos, para que sepamos quién es
secretamente la misma persona."
"Aja,"
comentó el vendedor. "Un disfraz muy sagaz, ¿no es así?"
"Y en secreto
tengo sesenta y cinco años de edad."
"Usted no luce
ni la mitad de eso," el vendedor felicitó con amabilidad.
"Y
estoy comprometido a Hermione Granger, y
Bellatrix Black, y
Luna Lovegood, y oh sí, Draco Malfoy también..."
"Va a ser una
boda interesante," reconoció el vendedor.
Harry
levantó la vista del periódico, y explicó en voz placentera,
"Sabe, al principio escuché que Luna Lovegood estaba loca, y
dude si en verdad lo estaba, o si nada más estaba inventando cosas y
riéndose a solas todo el tiempo. Entonces cuando leí mi segundo
titular del Quibbler,
decidí que ella no
podía
estar loca, porque, no podía ser fácil
inventar ese tipo de cosas, no podías hacerlo por accidente.
¿Y ahora
sabe qué es lo que pienso? Creo que debe estar loca después de
todo. Cuando la gente ordinaria intenta inventar cosas, no resultan
así.
¡Algo tiene que estar realmente malo
dentro de tu cabeza antes de que empieces a crear barbaridades como
esta!"
El vendedor
contempló a Harry.
"En
serio," dijo Harry. "¿Quién lee
esta cosa?"
"Tú,"
respondió el vendedor.
Harry se alejó para
leer su periódico.
No
se sentó en la misma mesa cercana en la que se había sentado con
Draco, la primera
vez que se preparó para abordar este tren. Eso era como tentar a la
historia para que se repitiera.
No
era sólo
que su primera semana en Hogwarts hubiera sido, a juzgar por el
Quibbler,
de cincuenta y cuatro años de duración. Era que, en la humilde
opinión de Harry, su vida no necesitaba
nuevos enredos de complejidad.
Así
que Harry encontró una pequeña silla de hierro en algún otro
lugar, distante de la muchedumbre principal y los ocasionales
crujidos apagados de los padres Apareciendo con sus hijos, y se sentó
y leyó el Quibbler
para ver si contenía alguna noticia censurada.
Y
además de la obvia locura (que los socorrieran los cielos si algo de
eso
era real) había un montón de sarcástico rumores románticos; pero
nada que realmente fuera importante
de ser verdad.
Harry estaba leyendo
sobre la propuesta para la ley matrimonial del Ministerio, prohibir
todos los matrimonios, cuando -
"Harry Potter,"
saludó una voz de seda que envió una sacudida de adrenalina
corriendo a través de la sangre de Harry.
Harry levantó la
vista.
"Lucius
Malfoy," Harry replicó, su voz alerta. La próxima vez iba
hacer lo más inteligente, y esperar afuera en la parte Muggle de
King's Cross hasta las 10:55am.
Lucius
inclinó su cabeza con cortesía, mandando su largo cabello blanco a
la deriva por encima de sus hombros. El hombre seguía cargando el
mismo bastón, lacado en negro con la cabeza de una serpiente
plateada como encabezado; y algo sobre su silencioso agarre insinuaba
esto
es un arma de poder letal,
no soy
débil y me estoy apoyando en esto.
Su cara no tenía expresión.
Dos hombres se
hicieron a sus costados, sus ojos escaneando continuamente, sus
varitas ya sujetas por sus manos y apuntando hacia abajo. Los dos se
movían como un único organismo con cuatro piernas y cuatro brazos,
los adultos Crabbe-y-Goyle, y Harry pensó que podía adivinar cual
era cuál, sin embargo eso no era en verdad importante. Ellos eran
meros apéndices de Lucius, tan cierto como si hubieran sido los dos
dedos más a la derecha de su pie izquierdo.
"Me disculpo
por interrumpirlo, Sr. Potter," habló la suave, sedosa voz.
"Mas usted no ha contestado a ninguno de mis búhos; y esta,
considero, podría ser mi única oportunidad de encontrarlo."
"No he recibido
ninguno de sus búhos," Harry aclaró con calma. "Dumbledore
los interceptó, presumo. Pero no los hubiera contestado de tener que
hacerlo, excepto a través de Draco. Para mí lidiar con usted
directamente, sin conocimiento de Draco, sería traspasar nuestra
amistad."
Por favor váyase,
por favor váyase...
Sus ojos verdes
brillaron hacia él. "Es esa su pose, entonces..." dijo el
Malfoy adulto. "Bueno. Deberé seguir la corriente por un rato.
¿Cuál fue su propósito al maniobrar a su buen amigo, mi hijo, en
hacer una alianza pública con esa chica?"
"Oh,"
Harry replicó ligeramente, "eso es obvio, ¿no es así? Al
trabajar Draco al lado de Granger se dará cuenta que los hijos de
Muggle son humanos después de todo. Mua. Ja. Ja."
Un
delgado rastro de sonrisa movió los labios de Lucius. "Sí, eso
suena como uno de los planes de Dumbledore. Lo cual no
es."
"En efecto,"
reconoció Harry. "Es parte de mi juego con Draco, y no trabajo
de Dumbledore, y eso es todo lo que explicaré."
"Dispense
para nosotros los juegos," espetó el Malfoy adulto, los ojos
grises de repente endurecidos. "Si mis sospechas son verdaderas,
usted difícilmente haría la voluntad de Dumbledore en cualquier
caso, Sr.
Potter."
Se produjo una corta
pausa.
"Así que lo
sabes," Harry declaró, su voz helada. "Cuéntame. ¿En qué
punto, exactamente, te diste cuenta?"
"Cuando leí su
respuesta al pequeño discurso del Profesor Quirrell," contestó
el hombre de cabello blanco, y soltó una carcajada baja y siniestra.
"Estaba confundido, al principio, porque parecía no ser por su
propio interés; me demoré días para entender qué interés estaba
siendo servido, y entonces finalmente se volvió claro. Y también es
obvio que eres débil, en algunas formas sino en otras."
"Muy sagaz de
tu parte," felicitó Harry, todavía frío. "Pero quizá
confundes mis intereses."
"Tal
vez lo hago." Un indicio de acero se introdujo a su voz de seda.
"Cierto, eso es precisamente lo que temo. Usted está haciendo
extraños juegos con mi hijo, para un propósito que no puedo
adivinar. Ese no es un acto amistoso, ¡y usted no puede esperar
otra cosa que mi preocupación!"
Ahora Lucius estaba
apoyándose sobre su bastón con ambas manos, y las dos manos
blancas, y sis guardias de repente se habían tensionado.
Algún instinto
dentro de Harry afirmó que sería una muy mala idea demostrar su
miedo, permitir que Lucius viera que podía ser intimidado. Estaban
en una estación de tren pública al fin y al cabo -
"Encuentro
curioso," Harry habló, poniendo acero en su propia voz, "que
tú creas que me puedo beneficiar de hacerle daño a Draco. Sin
embargo es irrelevante, Lucius. Él
es mi amigo, y yo no traiciono a mis amigos."
"¿Qué?"
susurró Lucius. Su expresión era de pura sorpresa.
Entonces -
"Compañía,"
anunció uno de los secuaces, y Harry pensó, por la voz, que debía
ser el Crabbe adulto.
Lucius se enderezó
y se giró, entonces dejó escapar un siseó de desaprobación.
Neville se estaba
acercando, con expresión temerosa pero determinada, remolcado por
una mujer alta que no se veía nada amedrentada.
"Madam
Longbottom," Lucius saludó fríamente.
"Sr. Malfoy,"
retornó la mujer con igual hielo. "¿Está siendo una molestia
para nuestro Harry Potter?"
El ladrido de risa
que surgió de Lucius parecía extrañamente amargo. "Oh, mucho
creo que no. Han venido a protegerlo de mí, ¿verdad?" La
cabeza de cabello blanco se volteó hacia Neville. "Y este debe
ser el leal teniente del Sr. Potter, el último heredero de
Longbottom, Neville, auto-estilizado de Caos. Que extraño resulta el
mundo. A veces pienso que debe haberse vuelto loco."
Harry no tenía ni
idea de que decir a eso, y Neville se mostraba confundido, y
asustado.
"Dudo que sea
el mundo el que haya enloquecido," comentó Madam Longbottom. Su
voz adquirió un tono de regodeo. "Aparenta estar de un pobre
humor, Sr. Malfoy. ¿Acaso el discurso de nuestro querido Profesor
Quirrell le costó unos cuantos aliados?"
"Fue una
difamación de mis habilidades lo suficientemente astutas,"
Lucius admitió con frialdad, "aunque únicamente efectiva con
aquellos tontos que creen que yo era un verdadero Mortífago."
"¿Qué?"
espetó Neville.
"Estaba
bajo el Imperius,
jovencito," dijo Lucius, oyéndose cansado. "El Señor
Oscuro difícilmente podría haber iniciado su reclutamiento entre
las familias de sangre pura sin el apoyo de la Casa Malfoy. Yo me
opuse, y él simplemente se aseguró conmigo. Sus propios Mortífagos
no lo supieron hasta después, por eso cargo con una falsa Marca; mas
como yo no di mi consentimiento genuino, no me obliga a nada. Algunos
Mortífagos siguen creyendo que yo era de los principales entre sus
números, y por la paz de esta nación dejé que lo pensaran, para
mantenerlos controlados. Sin embargo yo no fui tan tonto como para
apoyar ese aventurero con un destino tan aciago por elección propia
-"
"Ignóralo,"
Madam Longbottom interrumpió, la instrucción dirigida tanto a Harry
como a Neville. "Él debe pasar el resto de su vida
pretendiendo, por miedo de su testimonio bajo Veritaserum."
Terminó con maliciosa satisfacción.
Lucius
le dio la espalda despectivamente, y encaró de nuevo a Harry. "¿Le
pedirá a esta bruja anciana que se vaya, Sr.
Potter? "
"No lo creo,"
respondió Harry con voz seca. "Prefiero lidiar con la parte de
la Casa Malfoy que tiene mi propia edad."
Hubo una larga
pausa, en ese momento. Los ojos grises lo auscultaron.
"Por
supuesto..." murmuró Lucius lentamente. "Sí
me siento como un bobo ahora. Todo este tiempo usted nada más estuvo
pretendiendo que no tenía ni idea de lo que estábamos hablando."
Harry confrontó su
mirada, y no soltó palabra.
Lucius elevó su
bastón unos pocos centímetros y aporreó con fuerza el suelo.
El mundo desapareció
en una pálida neblina, todos los sonidos desaparecieron, no había
nada en el universo excepto Harry y Lucius Malfoy y el bastón con
cabeza de serpiente.
"Mi
hijo es mi corazón," dijo el Malfoy adulto, "la última
cosa valiosa que me queda en este mundo, y esto lo comento en un
espíritu de amistad: si él fuera lastimado, daría mi vida por la
venganza. Pero siempre y cuando mi hijo no
resulte perjudicado, le deseo la mejor de las suertes en sus
esfuerzos. Y como usted no me ha pedido nada más, yo no pediré nada
más de usted."
Entonces la pálida
neblina se desvaneció, mostrando a una furiosa Madam Longbottom que
estaba siendo bloqueada en su avance por el Crabbe adulto; su varita
estaba en su mano, ahora.
"¡Cómo
se atreve!"
ella siseó.
La oscura túnica de
Lucius se batió a su alrededor, también su cabello blanco, cuando
se volteó para encarar al Goyle adulto. "Regresamos a la
Mansión Malfoy."
Hubo tres estallidos
de Aparición, y se había ido.
Un silencio siguió.
"Queridos
cielos,"
exclamó Madam Longbottom. "¿Qué fue todo eso?"
Harry se encogió de
hombros impotente. Entonces miró a Neville.
Había sudor sobre
la frente de Neville.
"Muchas
gracias, Neville," agradeció Harry. "Tú ayuda fue
enormemente apreciada, Neville. Y ahora, Neville, creo que deberías
sentarte."
"Sí, General,"
farfulló Neville, y en lugar de ir a una de las sillas cerca de
Harry, él semi-colapsó en una postura de sentado sobre el
pavimento.
"Has traído
muchos cambios sobre mi nieto," protestó Madam Longbottom.
"Apruebo algunos, mas no otros."
"Envíeme una
lista de cual es cual," solicitó Harry. "Veré lo que
puedo hacer."
Neville gimió, sin
embargó no pronunció palabra.
Madam Longbottom se
rió. "Debería, jovencito, agradecerte." Bajó su voz.
"Sr. Potter... el discurso dado por el Profesor Quirrell es algo
que nuestra nación necesitaba escuchar desde hace tiempo. No puedo
opinar lo mismo sobre su comentario al respecto."
"Tomaré su
parecer como un consejo," Harry declaró suavemente.
"Realmente
espero que así lo haga," pidió Madam Longbottom, y se giró
hacia su nieto. "Es necesario que yo -"
"Está bien que
te vayas, Abuela," se despidió Neville. "Estaré bien por
mi cuenta, esta vez."
"Eso
sí es algo que apruebo," ella señaló, y estalló y se
desvaneció como una pompa de jabón.
Los dos chicos se
sentaron en silencio por un momento.
Neville
habló primero, su voz precavida. "¿Vas a intentar arreglar
todos los cambios que ella apruebe,
correcto?"
"No
todos,"
Harry respondió inocentemente. "Nada más quiero asegurarme de
que no te estoy corrompiendo."
...
Draco se veía muy
preocupado. Su cabeza fisgoneando a todos lados, a pesar del hecho de
que Draco había insistido en que bajaran al baúl de Harry, y que
usaran un verdadero Encantamiento Silenciador y no sólo la barrera
que obstruía el sonido.
"¿Qué
le dijiste a Padre?" espetó Draco, en el momento en que el
Encantamiento Silenciador se activó y los sonidos de la Plataforma 9
3/4 cesaron.
"Yo...
mira, ¿puedes contarme qué te reveló él a ti,
antes de que te trajera?" preguntó Harry.
"Que
yo debería expresar de inmediato si alguna vez parecía que me
amenazabas," contestó Draco. "¡Que debía informarle en
el acto si había algo que yo
estaba haciendo que podía ser un riesgo para ti!
Padre piensa que eres peligroso,
Harry, ¡lo que sea que le hayas dicho hoy lo asustaste!
¡No
es buena idea asustar a Padre!"
Oh, demonios...
"¿De
qué
hablaron?" demandó Draco.
Harry
se recostó con cuidado sobre la pequeña silla que se podía
desdoblar en el fondo de la caverna de su baúl. "Sabes, Draco,
al igual que la pregunta fundamental de la racionalidad es '¿Qué
creo que sé y cómo creo que lo sé?', hay también un pecado
cardinal, una forma de pensar que es opuesta a esa. Como los antiguos
filósofos Griegos. Ellos no tenían ni una pista de lo que sucedía,
así que iban por allí afirmando cosas como 'Todo es agua' o 'Todo
es fuego', y ellos mismos nunca se cuestionaron a sí mismos,
'Esperen un minuto, aún si
todo es agua, ¿cómo podría ser posible que yo conozca
eso?' No se interrogaron a sí mismos si poseían la evidencia que
podía discriminar esa
posibilidad de todas las otras
posibilidades
que tú pudieras imaginar, evidencia que era muy improbable
contrariar si la teoría no
era
verdadera -"
"Harry,"
Draco lo cortó, con voz constreñida, "¿De
qué hablaste con mi Padre?"
"No
lo sé, de hecho," replicó Harry, "así que es muy
importante que yo no
vaya por ahí inventando cosas -"
Harry nunca antes
había escuchado a Draco chillar horrorizado en un tono tan agudo.
Nota del traductor
Es muy gracioso caer en cuenta, tras releer muy bien, que Lucius ha quedado convencido que Harry es en realidad el Señor Oscuro vuelto a la vida de algún modo. Porque está sobre-estimando a Harry. Sin embargo, a estas alturas hay evidencia muy fuerte que, hasta cierto punto, apoya la conclusión de Lucius. De hecho, hasta lo que hemos leído hasta este episodio, Harry sí podría ser Voldemort y haberlo olvidado.
Puntos extra a Lucius por ser buen padre. Si bien no está dispuesto a confrontar a Vordemort ni quiere oponerle resistencia, le dijo muy claro, a quien él está convencido es Voldemort, que si le hace daño a su hijo lo combatirá sin importar si vive o muere. ¡Eres grande Lucius!
El próximo capítulo es largo, así que estará listo en dos semanas como mínimo.
...
Escrito por Less Wrong / Eliezer Yudkowsky
Traducido al español por Rhaidot