Guau. ¿Un portavoz para la agencia literaria de Rowling dijo que ella no tiene problemas con la existencia del fanfic siempre y cuando nadie cobre por este y que todos tengan claro que los derechos de autor original le pertenecen a ella? Es en verdad cool de su parte. Así que gracias, JKR, ¡y tuyo es el reino!
N/A: Siento la necesidad de advertir que ciertas partes de este capítulo no fueron hechas como "palizas". No es que tenga un resentimiento, la historia se escribe por si sola y una vez que comienzas tirando yunques sobre un personaje es difícil detenerte.
Algunos lectores me han preguntado si la ciencia en la historia es real o inventada. Sí, es real, y si miras mi perfil, veras un enlace a un cierto sitio de no ficción que te enseñara prácticamente todo lo que Harry James Potter-Evans-Verres sabe y algo más.
Gracias a todos mis lectores. (Especialmente a Darkandus on Viridian Dreams, por el tan sorprendente e inspirador comentario "Pulmones y té no fueron hechos para interactuar."
"Tu papá es casi tan asombroso como mi papá."
Los labios de Petunia Evans-Verres estaban temblando y sus ojos lloraban cuando Harry abrazó su sección media en el Andén Nueve de la Estación King Cross. "¿Estas seguro que no quieres que te acompañe, Harry?"
Harry observó a su padre Michael Verres-Evans, quien se veía como un estereotipo de lo firme-pero-orgulloso, y otra vez a su madre, quien más bien se veía... descompuesta. "Mamá, sé que no te gusta mucho el mundo mágico. No tienes que venir. En serio."
Petunia hizo una mueca. "Harry, no tienes que preocuparte por mi, soy tu madre y si necesitas a alguien a tu lado -"
"Mamá, voy a estar por mi cuenta en Hogwarts por meses y meses. Si no me las puedo arreglar yo solo con el andén de un tren, mejor descubrirlo temprano que tarde para que podamos abortarlo." Bajo su voz hasta ser un susurro. "Además, Mamá, todos me aman por aquí. Si tengo algún problema, todo lo que necesito hacer es quitarme la bandana," Harry dio un par de golpecitos sobre la bandana de ejercicio cubriendo su cicatriz, "y tendré más ayuda de la que puedo manejar."
"Oh, Harry," Petunia susurró. Ella se arrodillo y lo abrazó con fuerza, cara a cara, sus mejillas reposando una contra la otra. Harry pudo sentir su respiración agitada, y luego escuchó un llanto ahogado escaparse. "Oh, Harry, yo te amo, recuérdalo siempre."
Es como si tuviera miedo de no volverme a ver, el pensamiento apareció en la cabeza de Harry. Sabia que el pensamiento era verdadero pero no sabía por qué Mamá tenía tanto miedo.
Así que hizo una suposición. "Mamá, sabes que no me voy a transformar en tu hermana sólo porque estoy aprendiendo magia, ¿correcto? Haré cualquier magia que me pidas – si puedo, quiero decir – o si quieres no haré nada de magia cuando esté en casa, haré eso también, prometo que nunca dejaré que la magia se interponga entre nosotros -"
Un apretado abrazo cortó sus palabras. "Tienes un buen corazón," su madre le susurró al oído. "Un muy buen corazón, hijo mio."
Harry se sofocó un poco, entonces.
Su madre lo liberó, y se puso de pie. Sacó un pañuelo de su bolso de mano, y con una mano temblorosa frotó suavemente el maquillaje que se corría alrededor de sus ojos.
No había duda de que su padre no lo acompañaría al lado mágico de la Estación King Cross. Papá tenía problemas nada más mirando directamente al baúl de Harry. La magia corría en las familias, y la de Michael Verres-Evans ni siquiera podía caminar.
En vez de eso su padre se aclaró la garganta. "Buena suerte en la escuela, Harry," dijo. "¿Crees que te compré suficientes libros?"
Harry le había explicado a su padre su pensamiento de que esta podía ser su gran oportunidad para hacer algo en verdad revolucionario e importante, y el Profesor Verres-Evans había asentido y tirado a la basura su extremadamente ocupada agenda por dos días enteros para poder ir a la Más Grande Incursión De Libros De Segunda De Todos Los Tiempos, que había cubierto cuatro ciudades y producido treinta cajas de libros de ciencia ahora acampando en el nivel cavernario del baúl de Harry. La mayoría de los libros habían costado una o dos libras, mas algunos en cambio definitivamente no, como el muy reciente Manual de Química y Física o el conjunto completo de 1972 de la Enciclopedia Británica. Su padre intentó bloquear a Harry para que no viera los recibos sin embargo Harry adivinó que su padre debió haberse gastado al menos unos miles de libras. Harry le había dicho a su padre que le devolvería el dinero tan pronto como descubriera cómo convertir el oro mágico en dinero Muggle, y su padre le había dicho que fuera a saltar en un lago.
Y luego su padre le preguntó: ¿Crees que te compré suficientes libros? Era muy claro cuál era la respuesta que Papá quería escuchar.
La garganta de Harry estaba áspera, por alguna razón. "Nunca puedes tener suficientes libros," recitó el lema de la familia Verres, y su padre se arrodillo y le dio un rápido, firme abrazo. "Pero ciertamente lo intentaste," Harry dijo, y se sintió como si fuera a sofocarse otra vez. "Fue realmente, realmente, realmente un buen intento."
Su Papá se enderezó. "Así que..." él dijo. "¿Ves un Andén Nueve y Tres Cuartos?"
La Estación King Cross era enorme y ocupada, con paredes y pisos pavimentados con ordinarias baldosas sucio-manchosas. Estaba lleno de ordinaria gente apresurándose a sus ordinarios negocios, teniendo ordinarias conversaciones que generaban cantidades y cantidades de ordinario ruido. La Estación King Cross tenía un Andén Nueve (en el cual estaban parándose) y un Andén Diez (cerca a la derecha) pero no había nada entre el Andén Nueve y el Andén Diez excepto una delgada, poco prometedora pared entre los andenes. Una gran claraboya dejaba que muchísima luz iluminara la total falta de cualquier Andén Nueve y Tres Cuartos.
Harry miró fijamente a su alrededor hasta que le salieron lágrima de sus ojos, pensando, vamos, vista-mágica, vamos, vista-mágica, mas absolutamente nada se le apareció. Pensó en sacar su varita y agitarla por ahí, sin embargo la Profesora McGonagall le había advertido que no usara su varita. Además de que si había otro espectáculo de chispas multicolores podrían arrestarlo por encender fuegos artificiales dentro de una estación de tren. Y eso asumiendo que su varita no decidiera hacer algo más, como hacer explotar King Cross por completo. Harry únicamente había fisgoneado ligeramente en sus libros de texto (aunque ese fisgoneo fue bastante bizarro) en un muy rápido esfuerzo por determinar que clase de libros de ciencia comprar en las próximas 48 horas.
Bien, él tenía - Harry miró su reloj – toda una hora para resolverlo, ya que se suponía que debía estar en el tren a las once. Tal vez este era el equivalente de una prueba de Cociente Intelectual y los niños estúpidos no podían convertirse en magos. (Y la cantidad de tiempo extra que te dieras a ti mismo determinaría tus escrúpulos, que era el segundo factor más importante en el éxito escolar.)
"Lo descubriré," Harry le confió a sus expectantes padres. "Es probablemente alguna clase de prueba o algo así."
Su padre se paralizó. "Este... tal vez busca por un rastro de pisadas mezcladas en el suelo, llevando a algún lugar que no parece tener sentido -"
"¡Papá! " Harry protesto. "¡Detente! ¡Ni siquiera he intentado averiguarlo por mi mismo!" Era una muy buena sugerencia, también, lo que lo hacía peor.
"Lo lamento," su padre se disculpó.
"Ah..." la madre de Harry exclamó. "No creo que le hicieran eso a un estudiante, ¿o sí? ¿Estás seguro de que la Profesora McGonagall no te dijo nada?"
"Tal vez estaba distraída," Harry respondió sin pensar.
"¡Harry! " chillaron su padre y madre en unisono. "¿Qué hiciste? "
"Yo, mmm -" Harry tragó saliva. "Miren, no tenemos tiempo para esto -"
"¡Es cierto! ¡Ahora no tenemos tiempo para eso! ¡Porque es una larga historia y tengo que descubrir como llegar a la escuela!"
Su madre puso una mano sobre su propio rostro. "¿Qué tan malo fue?"
"Yo, ah," no puedo hablar sobre eso por razones de Seguridad Nacional, "¿la mitad de malo de lo que pasó con el Incidente del Proyecto de Ciencia?"
"Yo, este, ¡oh miren hay personas con un búho iré y les preguntaré como llegar!" y Harry escapó de sus padres hacia la familia de vehementes pelirrojos, su baúl automáticamente deslizándose tras él.
La mujer regordeta lo vio en cuanto llegó. "Hola, querido. ¿Primer año en Hogwarts? Ron es nuevo, también -" y luego ella se lo quedo viendo de cerca. "¿Harry Potter? "
Cuatro chicos y una pelirroja y un búho todos giraron y se quedaron paralizados.
"Oh, ¡vamos! " Harry protestó. Había planeado ir como Harry Verres al menos hasta llegar a Hogwarts. "¡Compré una bandana y todo! ¿Cómo es que sabe quién soy?"
"Sí," el padre de Harry se sumó, llegando tras él con largas y gráciles zancadas, "¿cómo sabía quién es él?" Su voz indicaba una cierta amenaza.
"Tu foto estaba en los periódicos," intervino uno de los dos gemelos idénticos.
"¡Papá! ¡No es lo que imaginas! ¡Es porque derroté al Señor Oscuro Quien-Tú-Sabes cuando tenía un año!"
"Ah... Michael querido, hay ciertas cosas con las cuales pensé sería mejor no molestarte hasta ahora -"
"Discúlpenme," Harry le pidió a la familia pelirroja quienes estaban todos observándolo, "mas sería extremadamente útil si pudieran contarme cómo llegar al Andén Nueve y Tres Cuartos en este momento."
"Ah..." dijo la mujer. Ella alzó una mano y señalo a la pared entre los andenes. "Lo único que tienes que hacer es andar recto hacia la barrera que está entre los dos andenes nueve y diez. No te detengas y no tengas miedo de chocar, eso es muy importante. Lo mejor es ir deprisa, si estás nervioso."
"Y hagas lo que hagas, no pienses en un elefante."
"¡George! Ignóralo, Harry querido, no hay razón para no pensar en un elefante."
"Soy Fred, Mamá, no George -"
"¡Gracias!" Harry agradeció y empezó a correr hacia la barrera -
Espera un minuto, ¿no funcionaria a menos que creyera que podía hacerlo?
Era en momentos así que Harry odiaba su mente por ser capaz de trabajar tan rápido como para darse cuenta de que este era un caso donde "duda resonante" aplicaba, por ejemplo, si hubiera comenzado pensando que atravesaría la barrera habría estado bien, sólo que ahora estaba preocupado sobre si el creía lo suficiente como para atravesar, lo que indicaba que de hecho estaba preocupado por estrellarse con ella -
"¡Harry! Regresa aquí, ¡tienes algunas cosas que explicar! " Ese era su Papá.
Harry cerró sus ojos e ignoró todo lo que sabía justificaba la credibilidad y sólo intentó creer con fuerza que cruzaría la barrera y -
- los sonidos a su alrededor cambiaron.
Harry abrió sus ojos y tropezó al parar, sintiéndose vagamente sucio por haber hecho un esfuerzo deliberado para creer en algo.
Estaba de pie en un brillante, andén al aire abierto en seguida a un solitario y enorme tren, catorce largos vagones empujados por una gran locomotora de vapor de color escarlata con una chimenea que prometía muerte al aire de calidad. El andén ya tenía una pequeña multitud (a pesar de que Harry había llegado una hora antes); docenas de niños y sus padres revoloteaban alrededor de bancas, mesas y varios vendedores y casillas.
Estaba de más decir que no había tal lugar en la Estación King Cross y no había dónde ocultarlo.
De acuerdo, por lo tanto (a) fui teletransportado a algún lugar completamente diferente (b) pueden doblar el espacio como si a nadie le importara o (c) simplemente están ignorando todas las reglas.
Hubo un sonido de deslizamiento detrás suyo, y Harry se volteó para observar que su baúl en efecto lo había seguido sobre sus garras de tentáculo. Aparentemente, para propósitos mágicos, su equipaje también se las arreglaba para creer con suficiente fuerza cómo para pasar la barrera. Era de hecho un poco perturbador cuando Harry empezó a pensar sobre ello.
Un momento después, el más joven de los chicos pelirrojos cruzó el arcón de hierro (¿arcón de hierro?) a toda prisa, empujando su baúl detrás de él y casi chocando con Harry. Harry, sintiéndose estúpido por haberse quedado ahí, velozmente comenzó a alejarse del área de aterrizaje, y el chico pelirrojo lo siguió, jalando con fuerza la argolla de su baúl para poder seguir a su lado. Un momento después, un búho blanco revoloteó a través del arco y se posó sobre el hombro del chico.
"Dios," dijo el chico pelirrojo, "¿eres de verdad Harry Potter?"
No esto otra vez. "No tengo una manera lógica de saber eso con certeza. Mis padres me criaron para creer que mi nombre era Harry James Potter-Evans-Verres, y muchas personas me han dicho que me veo como mis padres, me refiero a mis otros padres, pero," Harry se congeló, dándose cuenta, "por lo que sé, fácilmente podría haber hechizos para polimorfizar a un niño con una apariencia específica -"
No apto para Ravenclaw, lo capto. "Sí, soy Harry Potter."
"Soy Ron Weasley," agregó el alto y delgaducho y pecoso niño de nariz larga, y extendió una mano, que Harry cortésmente estrechó mientras caminaban. El búho le dio a Harry una curiosa forma de cortes ulular (más una especie de sonido eehhhhh, que sorprendió a Harry).
En este punto Harry comprendió el inminente potencial para la inminente catástrofe. "Un segundo," le pidió a Ron, y abrió uno de los contenedores de su baúl, el que si recordaba correctamente era para la Ropa de Invierno – sí era – y encontró la bufanda más ligera que poseía, bajo su abrigo de invierno. Harry se quitó la bandana, e igual de rápido desdobló la bufanda y se la ató alrededor del rostro. Hacía calor, especialmente en verano, pero Harry podía vivir con eso.
Luego cerró el contenedor y sacó otro contenedor y extrajo la túnica negra de los magos, la cual se bajo por la cabeza, ahora que estaba afuera del territorio Muggle.
"Listo," Harry exclamó. El sonido salió ligeramente oprimido a través de la bufanda sobre su cara. Se volteó hacia Ron. "¿Cómo me veo? Estúpido, lo sé, ¿mas soy identificable como Harry Potter?"
"Eh," Ron farfulló. Cerró su boca, que había estado abierta. "No realmente, Harry."
"Muy bien," Harry concluyó. "Como sea, para no obviar el punto de todo el ejercicio, te referirás a mí como," Verres tal vez ya no funcionaría, "Sr. Spoo."
"De acuerdo, Harry," Ron aceptó sin tener certeza.
La Fuerza no es particularmente fuerte en él. "Llama... me... Señor... Spoo."
"De acuerdo, Señor Spoo -" Ron se detuvo. "No puedo hacer eso, me hace sentir estúpido."
No era sólo un sentimiento. "De acuerdo. Elige tú un nombre."
"Sr. Cannon," Ron contestó de inmediato. "Por los Chudley Cannons."
"Ah..." Harry sabía que iba lamentar terriblemente preguntarlo. "¿Quién o qué son los Chudley Cannons?"
"¿Quiénes son los Chudley Cannons? ¡Solamente el más brillante equipo en toda la historia del Quidditch! Claro, terminaron de últimos en la liga el año pasado, pero -"
Preguntar eso también fue un error.
"Déjame entender esto," Harry interrumpió en cuanto pareció que la explicación de Ron (con asociación de gestos de mano) se estaba desvariando. "¿Atrapar la Snitch vale ciento cincuenta puntos? "
"¿Cuántas anotaciones de diez puntos hace un lado usualmente sin contar la Snitch?"
"Mmm, quizá cincuenta o veinte en los juegos profesionales -"
"Eso está mal. Eso viola cada posible regla del diseño de juegos. Mira, el resto de este juego suena como que podría tener sentido, de alguna clase, para un deporte me refiero, sin embargo básicamente me estas explicando que atrapar la Snitch sobrepasa cualquier punto ordinario entregado. Los dos Buscadores están volando alrededor buscando la Snitch y usualmente sin interaccionar con nadie más, ver la Snitch primero va a ser principalmente suerte -"
"¡No es suerte!" protestó Ron. "Tienes que mantener tus ojos moviéndose en el patrón correcto -"
"Eso no es interactivo, no hay adelante-y-atrás con los otros jugadores y ¿qué tan divertido es ver a alguien increíblemente bueno para mover sus ojos? Y luego cualquiera que sea el Buscador afortunado se lanza y agarra la Snitch y hace el trabajo de todo los demás discutible. Es como si alguien hubiera tomado un juego de verdad y añadido esta posición extra para que pudieras ser el Más Importante Jugador sin tener necesita de involucrarte o aprenderlo por completo. ¿Quién fue el primer Buscador, el hijo idiota del Rey que quería jugar Quidditch mas no podía entender las reglas?" De hecho, ahora que Harry lo pensaba, parecía una hipótesis sobresalientemente buena. Pónganlo en una escoba y díganle que atrape la cosa brillante...
La cara de Ron se volvió un ceño fruncido. "Si no te gusta el Quidditch, ¡no tienes porque burlarte!"
"Si no puedes criticar, no lo puedes optimizar. Estoy sugiriendo como mejorar el juego. Y es muy simple. Desháganse de la Snitch."
"¡No lo van a cambiar sólo porque tú lo digas!"
"Soy el Niño-Que-Vivió, sabes. Las personas me escucharan. Y tal vez si los logro persuadir de cambiar el juego en Hogwarts, la innovación se esparcirá."
Una mirada de horror absoluto se estaba diseminando por toda la cara de Ron. "Pero, pero si te deshaces de la Snitch, ¿cómo sabrá cualquiera cuando finaliza el juego?"
"Compren... un... reloj. Sería mucho más justo que tener juegos que terminan tras sólo diez minutos y a veces unos que no terminan tras cuatro horas, y el horario sería mucho más predecible para los espectadores, también." Harry suspiró. "Oh, deja de darme esa mirada de horror absoluto, probablemente no tendré el tiempo necesario para destruir esta patética excusa de deporte nacional y rehacerlo más fuerte e inteligente a mi semejanza. Tengo cosas, mucho, mucho más importantes sobre las que preocuparme." Harry se veía pensativo. "Claro está, que no me llevaría mucho tiempo redactar las Noventa y Cinco Tesis de la Reformación sin Snitch y meterlo por debajo de la puerta de una iglesia -"
"Potter," aulló la voz de un joven, "¿qué hay en tu cara y qué es lo que está parado al lado tuyo?"
La mirada de horror de Ron fue reemplazada por una de total aborrecimiento. "¡Tú! "
Harry giró su cabeza; y en efecto era Draco Malfoy, quien podía haber sido forzado a vestir túnicas estándar de la escuela, sin embargo lo compensaba con un baúl que se veía tan mágico y más elegante que el de Harry, decorado en plata y esmeraldas y llevando lo que Harry supuso era el símbolo de la familia Malfoy, una bella serpiente con garras cruzada sobre varitas de marfil.
"¡Draco!" Harry llamó. "Eh, o Malfoy si lo prefieres, sin embargo eso me suena como Lucius para mi. Me alegra ver que te va tan bien después de, este, nuestro último encuentro. Este es Ron Weasley. Estoy intentando ir de incógnito, así que llámame, eh," Harry vio sus propias túnicas, "Señor Black."
"¡Harry! " chilló Ron. "¡No puedes usar ese nombre!"
Harry parpadeó. "¿Por qué no?" Sonaba deliciosamente oscuro, como un hombre internacional de misterio -
"Diría que es un buen nombre," comentó Draco, "pero pertenece a la Noble y Más Antigua Casa de Black. Te llamaré Sr. Silver."
"Tú aléjate de... del Sr. Gold," Ron amenazó fríamente, y avanzó un paso. "¡No necesita hablarle a los que son como tú!"
Harry alzó una mano aplacadora. "Iré por Sr. Bronze, gracias por nombrar la temática. Y, Ron, este," Harry luchó por encontrar una forma de decirlo, "Me alegra de que seas tan... entusiasta sobre protegerme, mas en lo particular no me molesta hablar con Draco -"
Aparentemente eso fue el colmo para Ron, quien encaró a Harry con ojos ahora encendidos con indignación. "¿Qué? ¿Acaso sabes quién es?"
"Sí, Ron," Harry replicó, "tal vez recuerdes que lo llamé Draco sin necesidad de que él se introdujera."
Draco se burló con disimulo. Luego sus ojos se fijaron en el búho blanco sobre el hombro de Ron. "Oh, ¿qué es esto? " Draco dijo con un agudo tono rico en malicia. "¿Dónde está la famosa rata de la familia Weasley?"
"Enterrada en el patio," Ron contestó fríamente.
"Oh, que triste. Pot... ah, Sr. Bronze, Debería mencionar que es un acuerdo general que la familia Weasley posee la mejor historia sobre una mascota de todos los tiempos. ¿Quieres contarla, Weasley?"
La cara de Ron se contorsionó. "¡No pensarías que es gracioso si le hubiera pasado a tu familia!"
"Oh," Draco ronroneó, "sin embargo a los Malfoy nunca les pasaría algo así."
Las manos de Ron se volvieron puños -
"Es suficiente," Harry hablo, poniendo tanta autoridad en su voz como pudo. Era claro que de cualquier cosa que se tratara, era una memoria dolorosa para el chico de cabello rojo. "Si Ron no quiere hablar sobre ello, no tiene por qué hacerlo, y te pediría que tú tampoco lo menciones."
Draco le dio una mirada de sorpresa a Harry, y Ron asintió. "¡Es correcto, Harry! Digo Sr. Bronze! ¿Ves que clase de persona es? ¡Ahora dile que se vaya!"
Harry contó hasta diez dentro de su cabeza, que para él fue un muy rápido 12345678910 – un viejo habito obtenido desde los cinco años cuando su madre lo instruyó por primera vez para que lo hiciera, y Harry había razonado que así era más rápido e igual de efectivo. "No le voy a decir que se vaya," Harry anunció calmadamente. "Es bienvenido a hablarme si él quiere."
"Bien, no tengo intención de acompañar a cualquiera que ande con Draco Malfoy," Ron anunció fríamente.
Harry se encogió de hombros. "Eso depende de ti. No tengo intención de que nadie me diga con quién puedo y no puedo estar." Silenciosamente recitando, por favor vete, por favor vete...
La cara de Ron se puso muda por la sorpresa, como si hubiera esperado que esa linea funcionara. Luego Ron se dio la vuelta, jaló la argolla de su equipaje y se apresuró hacia el andén.
"Si no te agradaba," Draco preguntó curiosamente, "¿por qué no sólo le pediste que se fuera?"
"Este... su madre me ayudó a entrar a este andén desde la Estación King Cross, por lo cual era difícil decirle que se perdiera. Y no es que odie a este sujeto Ron," Harry explicó, "Es que, yo sólo..." Harry buscaba las palabras adecuadas.
"¿No ves ninguna razón para que exista?" ofreció Draco.
"De cualquier modo, Potter... si en verdad fuiste criado por Muggles -" Draco hizo una pausa, como esperando una negativa, mas Harry no abrió la boca "- entonces tal vez no sepas lo que es ser famoso. Las personas querrán tomar todo tu tiempo. Tienes que aprender a decir que no."
Harry asintió, poniendo una pensativa mirada en su cara. "Suena como un buen consejo."
"Si intentas ser amable, terminaras pasando la mayor parte del tiempo con los más pusilánimes. Decide con quién quieres pasar el tiempo y haz que todos los demás se vayan. Apenas llegas aquí, Potter, por lo que todos te van a juzgar por aquellos con los que te vean, y no quieres ser visto con los que son como Ron Weasley."
Harry asintió una vez más. "Si no te molesta que pregunte, ¿cómo me reconociste?"
"Señor Bronze," Draco arrastró las palabras, "nos conocimos antes, recuerde. Vi a alguien moviéndose por ahí con una bufanda vendando su cabeza, viéndose absolutamente ridículo. Por lo que lo adiviné."
Harry bajo su cabeza, aceptando el cumplido. "Lo siento terriblemente," Harry expresó. "Nuestro primer encuentro, me refiero. No quería avergonzarte en frente de Lucius."
Draco hizo un gesto para indicar que no tenía importancia al tiempo dándole una rara mirada a Harry. "Sólo desearía que Padre hubiera entrado cuando tú estabas dándome halagos -" Draco se rió. "Pero gracias por lo que le contaste a Padre. De no haber sido por eso, hubiera sido más difícil explicarlo."
Harry hizo una reverencia aún más profunda. "Y gracias por la reciprocidad con lo que le dijiste a la Profesora McGonagall."
"Con gusto. Sin embargo una de las asistentes debería haber hecho que alguna de sus amigas jurara absoluto secreto, porque Padre asegura que hay extraños rumores por ahí, como que tú y yo tuvimos una pelea o algo así."
"Ouch," Harry exclamó, haciendo una mueca. "Realmente lo lamento -"
"No, estamos acostumbrados, Merlín sabe que ya hay un montón de rumores sobre la familia Malfoy."
Harry asintió. "Me alegra escuchar que no estás en problemas."
Draco hizo una mueca. "Padre tiene, mmm, un refinado sentido del humor, pero entiende lo que es hacer amigos. Lo entiende muy bien. Me hizo repetir eso antes de irme a la cama todas las noches durante el último mes, 'Haré amigos en Hogwarts.' Cuando le expliqué todo y vio lo que estaba haciendo, me compró un helado."
A Harry se le cayó la mandíbula. "¿Te las arreglaste para convertir ese embrollo en un helado? "
Draco asintió, viéndose en cada detalle tan sabandija como la hazaña lo merecía. "Bien, Padre sabía lo que estaba haciendo, por supuesto, sin embargo él es el que me enseñó como hacerlo, y si yo sonrió en el modo correcto mientras lo hago, lo hace una cosa entre padre e hijo y él tiene que comprarme helado o le daré alguna clase de mirada triste, como si yo pensara que debo haberlo decepcionado."
Harry ojeó a Draco calculadoramente, sintiendo la presencia de otro maestro. "¿Tuviste lecciones sobre cómo manipular a las personas?"
"Por supuesto," Draco aceptó orgullosamente. "Soy un Malfoy. Padre me compró tutores."
"Guau," Harry comentó. Leer Influence: Science and Practice de Robert Cialdini probablemente no se comparaba con eso (no por eso dejaba de ser un gran libro). "Tu padre es casi tan asombroso como mi papá."
Las cejas de Draco se alzaron perezosamente. "¿Oh? ¿Y qué hace tu padre?"
Draco lo consideró. "No suena muy impresionante."
"Tendrías que haber estado ahí. Como sea, que bueno que escuché todo eso. Con el modo en que Lucius te estaba mirando, pensé que iba a c-crucificarte."
"Mi padre me ama de verdad," Draco aseveró firmemente. "Él jamás haría algo así."
"Este..." Harry dudó. Recordaba la túnica negra, la figura elegante de cabello blanco que había entrado intempestivamente en donde la Señora Malkin, esgrimiendo ese bello, letal bastón de empuñadura plateada. No era fácil visualizarlo como un padre devoto. "No lo vayas a tomar a mal, ¿mas cómo lo sabes?"
"¿Ah?" Era claro que esta era una pregunta que Draco no se hacia a si mismo comúnmente.
"Formuló la pregunta fundamental de la racionalidad: ¿Por qué crees lo que crees? ¿Qué es lo que crees saber y cómo crees que lo sabes? ¿Qué te hace pensar que Lucius no te sacrificaría de la misma forma que ha sacrificado todo lo demás por poder?"
Draco le dio a Harry otra rara mirada. "¿Qué sabes tú sobre mi Padre?"
"Este... puesto en el Wizengamot, puesto en la Junta de Gobernadores de Hogwarts, increíblemente rico, tiene el oído del Ministro Fudge, tiene la confianza del Ministro Fudge, probablemente tiene algunas fotos muy embarazosas del Ministro Fudge, el más prominente purista de sangre ahora que el Señor Oscuro se ha ido, antiguo Mortífago a quien se le halló la Marca Oscura pero se escabulló alegando que estaba bajo la Maldición Imperius, lo que era ridículamente implausible y prácticamente todos lo sabían... malo con una 'M' mayúscula y un asesino nato... Creo que eso es todo."
Los ojos de Draco se redujeron a un par de rendijas. "McGonagall te contó eso, ella lo hizo."
"No, no me quiso revelar nada sobre Lucius tras lo ocurrido, excepto que me mantuviera alejado de él. Así que durante el Incidente en la Tienda de Pociones, cuando la Profesora McGonagall estaba ocupada gritándole al tendero e intentando tener todo bajo control, sujeté a uno de los clientes y le pregunté por Lucius."
Los ojos de Draco estaban abiertos de nuevo. "¿Lo hiciste realmente? "
Harry le dio a Draco una mirada de perplejidad. "Si te mentí la primera vez, no voy a contarte la verdad sólo porque preguntaste dos veces."
Hubo una cierta pausa mientras Draco absorbía todo.
"Es completamente seguro de que vas a ir a Slytherin."
"Estoy completamente seguro de que voy a Ravenclaw, muchas gracias. Sólo quiero poder para conseguir libros."
Draco soltó una risotada. "Sí, claro. De cualquier modo... para responder a lo que preguntaste..." Draco respiró profundamente, y su rostro se volvió serio. "Padre una vez se perdió una votación en Wizengamot por mi. Estaba en una escoba y me caí y me rompí varías costillas. Dolió muchísimo. Nunca me había lastimado tanto y pensé que me iba a morir. Por lo que Padre se perdió esta votación realmente importante, porque estuvo ahí para mi en mi cama en San Mungo, sosteniendo mis manos y prometiéndome que yo iba a estar bien."
Harry alejó la mirada incómodamente, luego, con esfuerzo, se forzó a si mismo a volver a ver a Draco. "¿Por qué me estás contando eso? Parece ser... privado..."
Draco le dio a Harry una seria mirada. "Uno de mis tutores me enseñó que las personas forman amistades cercanas aprendiendo asuntos privados el uno del otro, y la razón por la que la mayoría de personas no hacen amigos verdaderos es porque están demasiado avergonzados para compartir cualquier cosas que valga la pena sobre ellos mismos." Draco mostró sus palmas a modo de invitación. "¿Tu turno?"
Saber que la cara esperanzada de Draco probablemente había perforada dentro de él tras meses de práctica no lo hacia menos efectivo, Harry lo observó. De hecho lo hacia menos efectivo, pero infortunadamente no inefectivo. Lo mismo podía decirse del astuto uso de la reciprocidad de Draco presionando por un regalo no solicitado, una técnica que Harry había leído en sus libros de psicología social (un experimento había mostrado que un regalo incondicional de $5 era el doble de efectivo que un regalo condicionado ofrecido de $50 para conseguir que las personas llenaran unas encuestas). Draco había hecho un regalo no solicitado a partir de una confidencia, y ahora invitaba a Harry a ofrecer una confidencia en retorno... y la cosa era, que Harry se sentía presionado. Rehusarse, Harry estaba convencido, lo haría encontrarse con una mirada de triste decepción, y tal vez una pequeña cantidad de desprecio indicando que Harry había perdido puntos.
"Draco," Harry explicó, "para que sepas, reconozco exactamente lo que estás haciendo. Mis propios libros lo llaman reciprocidad y hablan de cómo darle a alguien un regalo sin compromiso de dos Sickles se descubrió ser el doble de efectivo como ofrecer veinte Sickles para conseguir que hagan lo que quieres..." Harry se apagó.
Draco estaba viéndose triste y decepcionado. "No fue hecho como un truco, Harry. Es un modo real de convertirse en amigos."
Harry sostuvo una mano. "No dije que no fuera a responder. Necesito tiempo para escoger algo que sea intimo pero igual de inofensivo. Digamos... Quiero que sepas que no se me puede apresurar a entrar en nada." Una pausa para reflexionar podía recorrer un largo camino en quitar el poder de muchas técnicas de sumisión, una vez que aprendías a reconocerlas por lo que eran.
"De acuerdo," Draco aceptó. "Esperaré entretanto se te ocurre algo. Oh, y por favor quítate la bufanda mientras estas en ello."
Y Harry no pudo evitar notar cuán ingenuo, penoso, sin gracia su intento a resistir manipulación / salvar la pose / lucirse parecía comparado a Draco. Necesito a esos tutores.
"Muy bien," Harry comenzó tras un rato. "Este es el mio." Miró alrededor y luego enrolló la bufanda detrás de su cara, exponiendo todo excepto la cicatriz. "Mmm... suena como si realmente pudieras confiar en tu padre. Me refiero... si le hablas seriamente, él siempre te escuchará y te tomará en serio."
"A veces," Harry murmuró, y tragó saliva. Era sorprendente lo duro que era, pero debía hacerse. "A veces desearía que mi propio Papa fuera como el tuyo." Los ojos de Harry se apartaron del rostro de Draco, más o menos automáticamente, y luego Harry se forzó a si mismo a mirar de nuevo a Draco.
Entonces golpeó a Harry el movimiento de Tierra provocado por lo que acababa de decir, y apresuradamente Harry agregó, "No que deseara que mi Papá fuera un instrumento intachable de muerte como Lucius, únicamente me refiero a tomarme seriamente -"
"Entiendo," Draco afirmó con una sonrisa. "Ahora... ¿no se siente como si estuviéramos más cerca de ser amigos?"
Harry asintió. "Sí. Se siente, de hecho. Este... sin ofender, pero voy a ponerme mi disfraz, de verdad no quisiera lidiar con -"
Harry se enrolló de nuevo la bufanda sobre su cara.
"Mi padre toma a todos sus amigos seriamente," Draco comentó. "Es por eso que tiene muchos amigos. Deberías conocerlo."
"Lo pensaré," Harry replicó en una voz neutral. Sacudió su cabeza en meditación. "Así que eres su único punto débil. Uh."
Ahora Draco estaba dándole a Harry una mirada en verdad extraña. "¿Quieres conseguir algo de beber y hallar dónde sentarte?"
Harry se dio cuenta que había estado de pie en un lugar por demasiado tiempo, y se estiró, intentando hacer crujir su espalda. "Seguro."
El andén estaba comenzando a llenarse, pero aún había un área más callada en el lado más lejano de la roja locomotora a vapor. En el camino pasaron un quiosco conteniendo a un calvo, barbado hombre ofreciendo periódicos y cómics y paquetes de latas neón-verdes.
El repartidor estaba, de hecho, recostado y bebiendo una de las latas neón-verdes en el punto exacto cuando vio al refinado y elegante Draco Malfoy aproximándose con un misterioso chico que se veía increíblemente estúpido con una bufanda atada sobre su cara, causando que el repartidor experimentara un repentino acceso de tos cuando estaba bebiendo y derramara una gran cantidad de liquido neón-verde en su barba.
"'Discúlpeme," Harry preguntó, "¿pero que hay dentro de esa cosa, exactamente?"
"Comedia-Té," anunció el repartidor. "Si lo bebes, algo sorprendente pasará que te hará escupirlo en ti mismo o en alguien más. Pero está encantado para desaparecer unos segundos después -" En efecto la mancha en su barba ya estaba desapareciendo.
"Que gracioso," opinó Draco. "Es tan, tan gracioso. Vamos, Sr. Bronze, busquemos otro -"
"Un momento," Harry pidió.
"¡Oh vamos! ¡Es tan, juvenil! "
"No, lo siento Draco, tengo que investigar esto. ¿Qué pasa si lo bebo el Comedia-Té cuando estoy haciendo lo mejor que puedo para mantener la conversación completamente seria?"
El repartidor sonrió misteriosamente. "¿Quién sabe? ¿Un amigo entra con un disfraz de rana? ¿Algo inesperado está obligado a pasar -"
"No. Lo lamento. Es que no puedo creerlo. Eso viola mi muy abusada suspensión de lo increíble en tantos niveles que no creo tener el lenguaje para describirlo. Hay, no hay modo en que una condenada bebida pueda manipular la realidad para producir escenarios de comedia, o me voy a rendir y retirarme a las Bahamas -"
Draco se quejó. "¿De verdad vamos a hacer esto?"
"Tu no tienes que beber pero yo tengo que investigar. Tengo que. ¿Cuánto vale?"
"Cinco Knuts la lata," el repartidor respondió.
"¿Cinco Knuts? ¿Puedes conseguir bebidas gaseosas para auto-manipular la realidad por cinco Knuts la lata?" Harry alcanzó su monedero, pronunció "cuatro Sickles, cuatro Knuts", y los dejó caer sobre el mostrador. "Dos docenas de latas por favor."
"Llevaré una también," Draco suspiró, y comenzó a buscar en sus bolsillos.
Harry sacudió su cabeza rápidamente. "No, yo te la pago, tampoco cuenta como un favor, quiero ver si también funciona en ti." Tomó una lata del paquete ahora ubicado sobre el mostrador y se la arrojó a Draco, luego empezó a alimentar su monedero. La Boca Ampliada se comió las latas acompañando la acción con pequeños ruidos de eructos, lo que no estaba ayudando exactamente a restaurar la fe de Harry en que algún día encontraría una explicación razonable para todo esto.
Veintidós eructos después, Harry tenía la última lata comprada en su mano, Draco lo estaba viendo expectantemente, y los dos quitaron la argolla al mismo tiempo.
Harry desenredo la bufanda para exponer su boca, y retrocedieron sus cabezas y bebieron el Comedia-Té.
Sabía como a verde brillante - extra-gaseosa y más a limón que un limón.
A parte de eso, nada más pasó.
Harry miró al repartidor, quien los estaba viendo con benevolencia.
Muy bien, si este tipo sólo tomó ventaja de un accidente natural para venderme veinticuatro latas de nada, voy a aplaudir su creativo espíritu empresarial y luego lo mato.
"No siempre pasa inmediatamente," sentenció el repartidor. "Pero es garantizado de que pasa una vez por lata, o te regresan el dinero."
Harry tomó otro largo sorbo.
Tal vez debería engullirme todo tan rápido como sea posible... y esperar que mi estómago no explote por todo ese dióxido de carbono, o que no eructe mientras lo este bebiendo...
No, podía permitirse ser un poco paciente. Pero honestamente, Harry no veía cómo iba a funcionar. No podías ir donde alguien y decir "Ahora voy a sorprenderte" o "Y ahora voy a contarte la gracia del chiste, y será realmente divertido." Arruinaría el valor de la sorpresa. En el estado de preparación mental de Harry, Lucius Malfoy podría haber pasado a su lado en traje de bailarina y eso no lo haría escupir ni un poco. ¿Sobre qué clase de absurda artimaña se suponía que el universo debía toser ahora?
"De cualquier modo, sentémonos," Harry propuso. Se preparó para sorber otro poco y comenzó a dirigirse al área de sillas, lo que lo puso en el angulo correcto para ver de reojo la porción de periódicos del quiosco que estaba dedicada a un periódico llamado El Quibbler, que mostraba el siguiente encabezado:
"¡Ah! " gritó Draco cuando el brillante liquido verde cayó sobre él desde la dirección de Harry. Draco se volteó hacia Harry con fuego en sus ojos y agarró su propia lata. "¡Hijo de sangre-sucia! ¡Veamos si te gusta ser escupido!" Draco tomó un deliberado sorbo de la lata justo cuando sus ojos atraparon el encabezado.
En un acto de puro reflejo, Harry intentó bloquear su cara cuando un rocío de liquido voló en su dirección. Infortunadamente lo bloqueó usando la mano que contenía el Comedia-Té, enviando el resto del liquido verde a botarse sobre su hombro.
Harry se quedo mirando a la lata en su mano incluso cuando comenzó a ahogarse y a boquear y el color verde empezó a desaparecer de la túnica de Draco.
Luego se quedó contemplando el encabezado del periódico.
Los labios de Harry se abrieron y dijeron, "peh-peh-peh-peh..."
Demasiadas objeciones compitiendo, ese era el problema. Cada vez que intentaba decir "¡Pero apenas tenemos once!" la objeción "¡Pero los hombres no pueden embarazarse!" demandaba primera prioridad y era tumbada por "¡Pero no hay nada entre nosotros, en serio!"
Luego Harry volvió a mirar a la lata en su mano.
Estaba sintiendo un profundamente asentado deseo de correr gritando con toda la capacidad de sus pulmones hasta desmayarse por falta de oxigeno, y lo único que lo detenía era que una vez había leído que el pánico era señal de un verdaderamente importante problema científico.
Harry gruñó, tiró la lata violentamente dentro de un cubo de basura, y regreso acosado hacia el quiosco. "Una copia de El Quibbler, por favor." Harry pagó otros cuatro Knuts, retiró otra lata de Comedia-Té de su monedero, y acometió el área de picnic con el chico de cabello rubio, quien estaba contemplando su propia lata con una expresión de franca admiración.
"Me retracto," Draco admitió, "eso fue muy bueno."
"Oye, Draco, ¿sabes que apuesto que es lo mejor para convertirse en amigos que intercambiar secretos? Cometer homicidio."
"Tengo un tutor que afirma eso," Draco concedió. Introdujo su manos dentro de la túnica y se rascó con un fácil, natural movimiento. "¿A quién tienes en mente?"
Harry azotó fuertemente El Quibbler sobre la mesa de picnic. "El hombre al que se le ocurrió este encabezado."
Draco gimió. "No un hombre. Una chica. Una chica de diez años, ¿Puedes creerlo? Enloqueció cuando su madre murió y su padre, quien poseía este periódico, está convencido que es una vidente, así que cuando no sabe le pregunta a Luna Lovegood y cree en todo lo que ella dice."
Sin realmente pensar en ello, Harry jaló la argolla de su siguiente lata de Comedia-Té y se preparó para beber. "¿Estás bromeando? Eso es incluso peor que el periodismo Muggle, lo que habría pensado era físicamente imposible."
Draco gruñó. "Ella tiene alguna clase de perversa obsesión con los Malfoys, también, y su padre es políticamente opuesto a nosotros en cada palabra que imprime. Tan pronto como sea lo suficientemente mayor la voy a violar."
Líquido verde salió por los orificios nasales de Harry, empapando la bufanda que aún cubría esa área. Comedia-Té y los pulmones no se mezclan, y Harry pasó los siguientes segundos francamente tosiendo.
Draco lo miró agudamente. "¿Pasa algo malo?"
Fue en este punto que Harry llegó a la inesperada realización de que (a) los sonidos viniendo del resto del andén del tren se habían vuelto borrosos al mismo tiempo que Draco había metido la mano dentro de su túnica, y (b) cuando él había discutido sobre cometer asesinato como un método para conectarse, había habido exactamente una persona en la conversación que pensaba que estaban bromeando.
Claro. Porque parecía un chico tan normal. Y era un chico normal, él es justo lo que esperas que sea un niño primogénito si su devoto padre fuera Darth Vader.
"Sí, bien," Harry tosió, oh dios cómo iba a salir de este atolladero conversacional, "Sólo me sorprendió tu disposición a discutirlo tan abiertamente, no pareces preocupado por ser atrapado ni nada."
Draco estornudó. "¿Estas bromeando? ¿La palabra de Luna Lovegood contra la mía?"
Santas blasfemias sobre un sagrado palo. "No hay tal cosa como la detección mágica de la verdad, ¿acaso?" O pruebas de ADN... aún.
Draco vio alrededor. Sus ojos se entrecerraron. "Es cierto, no sabes nada. Mira, te lo explicaré, me refiero al modo como realmente funciona, como si estuvieras en Slytherin y me hicieras la misma pregunta. Pero tienes que jurar no decir nada sobre lo que hablemos."
"La corte usa Veritaserum, pero es un chiste realmente, haces que te Desmemoricen antes de testificar y luego reclamas que la otra persona sufrió un Encantamiento de Memoria Falsa. Por supuesto si eres una persona normal, la corte presume en favor de la Desmemorización, no del Encantamiento de Memoria Falsa. Pero la corte tiene discreción, y si estoy involucrado entonces incide sobre el honor de una Casa Noble, por lo que va hasta el Wizengamot, donde Padre tiene los votos. Después de que sea juzgado inocente la familia Lovegood tiene que pagar reparación por empañar mi honor. Y ellos saben desde el principio que así es como pasará, por lo que simplemente cierran sus bocas."
Un helado escalofrío estaba invadiendo a Harry, un escalofrío que venía con instrucciones de mantener su voz y rostro normales. Nota para mi mismo: Derrocar el gobierno de la Bretaña mágica lo más convenientemente pronto.
Harry carraspeó para aclarar su garganta. "Draco, por favor por favor por favor no te lo tomes a mal, mi palabra es mi obligación, pero como dijiste podría estar en Slytherin y en verdad pregunto con el propósito de informarme, ¿así que qué pasaría si teóricamente hablando yo testificara de que escuché tu plan?"
"Si fuera cualquier otro que no fuera un Malfoy, yo estaría en problemas," Draco respondió mordazmente. "Como soy un Malfoy... Padre tiene los votos. Y después él te destruiría... bien, supongo que no tan fácilmente, ya que eres el Niño-Que-Vivió, pero Padre es muy bueno en ese tipo de situaciones." Draco se paralizó. "'Además, hablaste sobre asesinarla, ¿por qué no te preocuparías tú sobre mi testimonio cuando ella aparezca muerta?"
Cómo, ¿oh cómo ha ido mi día tan mal? La boca de Harry ya se estaba moviendo más rápido de lo que él podía pensar. "¡Eso fue cuando pensé que ella era mayor! No sé cómo funcionan las cosas aquí, pero en la Bretaña Muggle la corte se molestaría mucho más por alguien asesinando a un niño -"
"Tiene sentido," Draco admitió, aún viéndose un poco suspicaz. "Pero como fuera, siempre es más sabio si esto no llega a los Aurores. Si cuidadosamente hacemos sólo lo que los Encantamientos Sanadores pueden arreglar, podemos Desmemorizarla después y repetirlo cada semana." Luego el chico se rió, un juvenil y agudo sonido. "Aunque me la imagino diciendo que Draco Malfoy y el Niño-Que-Vivió se lo hicieron, ni siquiera Dumbledore se lo creería."
Voy a destrozar tu patético pequeño remanente de la Edad Oscura en piezas más pequeñas que sus átomos constituyentes. "De hecho, ¿podemos dejar de hacer eso? Tras enterarme de que ese encabezado vino de una chica un año menor que yo, tengo una idea diferente para mi venganza."
"¿Uh? Dime," Draco exigió, y comenzó a tomar otro sorbo de su Comedia-Té.
Harry no sabía si el encantamiento funcionaba más de una vez por lata, pero sabía que podía evitar la acusación, por lo que apuntó cuidadosamente el momento exacto:
"Estaba pensando que algún día me voy a casar con esa mujer."
Draco hizo horribles garganteados sonidos y se le coló fluido verde por las esquinas de su boca como el radiador roto de un automóvil. "¿Estás demente? "
"Al contrario, estoy tan cuerdo que quema como el hielo."
"Tienes un gusto más extraño que el de un Lestrange," Draco aseguró, sonando medio admirado. "Y supongo que la quieres toda para ti, ¿uh?"
"Ajá. Puedo deberte un favor por ello -"
Draco se encogió de hombros. "No, está es gratis."
Harry contempló a la lata en su mano, la frialdad asentándose en su sangre. Encantador, feliz, generoso con sus favores para sus amigos, Draco no era un psicópata. Esa era la parte triste y horrenda, conociendo psicología humana lo suficientemente bien como para saber que Draco no era un monstruo. Habían existido mil sociedades en la historia del mundo donde esta conversación pudo haber pasado. No, el mundo hubiera sido un lugar muy diferente en efecto, si se necesitara un malvado mutante para pronunciar lo que Draco había dicho. Era muy simple, muy humano, era lo acostumbrado si nada más intervenía. Para Draco, sus enemigos no eran personas.
Y en el lento tiempo de este lento país, aquí y ahora como en la oscuridad-antes-del-amanecer previa a la Edad de la Razón, el hijo de un noble lo suficientemente poderoso simplemente tomaría por descontado que estaba por encima de la ley, al menos cuando se trataba de una chica del común. Había algunos lugares en la tierra de los Muggle donde aún era igual, países donde esa clase de nobleza aún existía y aún pensaban así, o incluso tierras más retorcidas donde no sólo era la nobleza. Era así en cada lugar y tiempo que no descendiera directamente de la ilustración. Una linea de descendencia que, aparentemente, no incluía la Bretaña mágica, sin importar que hubiera un cruce de contaminación cultural de cosas como argollas abre-latas.
Y si Draco no cambiaba su mente sobre querer venganza, y no tiro por la borda mi propia oportunidad de felicidad en la vida para casarme con una loca chica pobre, entonces todo lo que compré fue tiempo, y no demasiado...
Por una chica. No para otros.
Me preguntó que tan difícil sería hacer una lista de los más grandes puristas y matarlos.
Intentaron exactamente eso en la Revolución Francesa, más o menos – hacer una lista de todos los enemigos del Progreso y remover todo por encima del cuello – y no había funcionado bien por lo que Harry recordaba. Quizá necesitaba desempolvar algunos de aquellos libros de historia que su padre le había comprado, y ver si lo que había salido mal con la Revolución Francesa era fácil de reparar.
Harry contempló el cielo, y a la pálida figura de la Luna, visible esta mañana a través del aire sin nubes.
Así que el mundo estaba roto y defectuoso y loco, y cruel y sangriento y oscuro. ¿Era algo nuevo? Siempre lo supiste, sin embargo...
"Te ves muy serio," Draco habló. "Déjame adivinar, tus padres Muggle te dijeron que este tipo de cosas son malas."
Harry asintió, no estaba seguro de confiar en su propia voz.
"Bien, como Padre dice, puede haber cuatro casas, pero al final todos pertenecen a Slytherin o a Hufflepuff. Y francamente, no estás en el callejón sin salida de Hufflepuff. Si decides aliarte con los Malfoys bajo la mesa... nuestro poder y tu reputación... podrías salirte con la tuya con cosas que ni siquiera yo puedo. ¿Quieres intentarlo por un tiempo? ¿Ver cómo es?"
No somos una pequeña serpiente astuta. Once años y ya engatusando a tu presa para que no se esconda...
Harry meditó, consideró, eligió su arma. "Draco, ¿quieres explicarme todo sobre la pureza de sangre? Soy nuevo en esto."
Una enorme sonrisa cruzó el rostro de Draco. "Absolutamente debes conocer a Padre y preguntarle, sabes, es nuestro líder."
"Dame la versión de treinta segundos."
"De acuerdo," Draco aceptó. Inhaló profundamente, y su voz se engrueso ligeramente, y adoptó una cadencia. "Nuestros poderes se han debilitado, generación tras generación, mientras que la mancha de la sangre sucia se incrementa. Donde Salazar y Godric y Rowena y Helga una vez alzaron Hogwarts con su poder, creando el Guardapelo y la Espada y la Diadema y la Copa, ningún mago de estos días de desvanecimiento ha rivalizado con ellos. Nos estamos diluyendo, diluyendo por completo hacia los Muggles al procrear con sus engendros y permitir a nuestros Squibs vivir. Si la mancha no es parada, pronto nuestras varitas se romperán y todas nuestras artes cesaran, la linea de Merlín terminará y la sangre de Atlantis caerá. Nuestros niños tendrán que aruñar la tierra para sobrevivir como meros Muggles, y la oscuridad cubrirá al mundo por siempre jamás." Draco tomó otro sorbo de su lata, viéndose satisfecho; ese era todo el argumento en cuanto a él le concernía.
"Persuasivo," Harry dijo, refiriéndose más a lo descriptivo que a lo normativo. Era un patrón estándar: La Caída desde la Gracia, la necesidad de guardar la pureza que permaneciera contra la contaminación, el pasado inclinándose hacia arriba y el futuro inclinándose hacia abajo. Y el patrón también tenía su contra... "Tengo que corregir un hecho que apuntaste, sin embargo. Tu información sobre los Muggles está desactualizada. Ya no estamos aruñando la tierra precisamente."
La cabeza de Draco buscó alrededor. "¿Qué? ¿Qué quieres decir con, nosotros? "
"Nosotros. Los científicos. La linea de Francis Bacon y la sangre de la Ilustración. Los Muggles no se sentaron a llorar porque no tenían varitas, tenemos nuestros propios poderes ahora, con o sin magia. Si todos tus poderes fallan todos habremos perdido algo muy precioso, porque tu magia es la única pista que tenemos a cómo debe funcionar el universo realmente – pero no quedaras rasguñando al suelo. Sus casas aún serán frías en verano y tibias en el invierno, habrá doctores y medicina. La Ciencia puede mantenerte vivo si la magia falla. Sería una tragedia, pero no literalmente en fin de toda la luz en el mundo. Nada más decía."
Draco había retrocedido varios pies y su cara estaba llena de una mezcla de incredulidad y miedo. "¿En el nombre de Merlín de qué estás hablando, Potter? "
"Oye, yo escuché tu historia, ¿no vas a escuchar tú la mía?" Chapuceramente, Harry se reprendió a si mismo, pero Draco de hecho dejó de retroceder y parecía escuchar.
"Como sea," Harry explicó, "Sólo digo que no prestan mucha atención a lo que hacen los Muggle en su mundo." Probablemente porque todo el mundo mágico parecía considerar el resto de la Tierra como un basurero, merecedor de tanta cobertura noticiaría como el Financial Times le otorgaba a las agonías rutinarias de Burundi. "De acuerdo. Revisión rápida. ¿Han ido los magos a la luna? ¿Ya sabes, esa cosa?" Harry señaló al enorme y distante globo.
"¿Qué? " Draco exclamó. Era muy claro que eso nunca se le había ocurrido al chico. "Ir a la – es sólo un -" Su dedo señaló a la cosa pálida pequeñita en el cielo. "No puedes Aparecer en ningún lugar al cual no hayas ido antes y ¿cómo llegaría alguien hasta la Luna en primer lugar?"
"Un momento," Harry le pidió a Draco, "Me gustaría mostrarte un libro que traje conmigo, creo recordar en que caja esta." Y Harry se paró y bajó gateando y jaló las escaleras del nivel caverna de su baúl, luego se deslizó por ella y quitó una caja que estaba encima de otra, llegando peligrosamente cerca de tratar a sus libros irrespetuosamente, y rasgó la cubierta de la caja y rápida pero cuidadosamente sacó hacia afuera un atado de libros -
(Harry había heredado la casi mágica habilidad Verres para recordar dónde estaban todos sus libros, incluso tras verlos sólo una vez, lo que era más bien misterioso considerando la falta de conexión genética.)
Y Harry regresó a toda prisa y guardó la escalera dentro del baúl con su talón, y, agitado, pasó las páginas del libro hasta que encontró la foto que quería mostrar a Draco.
La que tenía la blanca, árida, tierra de cráteres, y las personas con trajes, y el globo azul-blanco por completo visible en la parte de atrás.
La foto, si sólo una foto en todo el mundo fuera a sobrevivir.
"Esto," Harry anunció, su voz temblando porque no podía ocultar su orgullo, "es como luce la Tierra desde la Luna."
Lentamente Draco la vio por encima. Había una extraña expresión en su cara joven. "Si es una foto real, ¿por qué no se esta moviendo?"
¿Moviéndose? Oh. "Los Muggles pueden hacer fotos que se muevan pero necesitan una caja más grande para mostrarlas, no pueden meterlas todavía en las páginas de un único libro."
El dedo de Draco se movió hacia uno de los trajes. "¿Qué son estos?" Su voz empezando a desentonar.
"Son seres humanos. Está usando trajes que cubren todo su cuerpo para darles aire, porque no hay aire en la Luna."
"Es imposible," Draco susurró. Había terror en sus ojos, y completa confusión. "Ningún Muggle jamás pudo haber hecho eso. Cómo..."
Harry recuperó el libro, volteó las páginas hasta que halló lo que vio. "Esto es un cohete ascendiendo. El fuego lo empuja alto y más alto, hasta que llega a la Luna." Volteó las páginas una vez más. "Esto es un cohete en el suelo. Esa diminuta partícula a su lado es una persona ." Draco se ahogó. "Ir a la Luna cuesta el equivalente a... probablemente alrededor de mil millones de Galeones." Draco se atragantó. "Y tomó el esfuerzo de... probablemente más personas que las que viven en toda la Bretaña mágica." Y cuando llegaron, dejaron una placa en la que se puede leer, 'Vinimos en paz, por toda la humanidad.' Aunque aún no estás listo para escuchar esas palabras, Draco Malfoy...
"Estás diciendo la verdad," Draco repasó lentamente. "No falsificarías todo un libro sólo para esto – y puedo escucharlo en tu voz. Pero... pero..."
"¿Cómo, sin magia ni varitas? Es una larga historia, Draco. La ciencia no funciona sacudiendo varitas y recitando hechizos, trabaja conociendo como trabaja el universo en niveles tan profundos que sabes exactamente que hacer para que el universo haga lo que quieres. Si la magia es cómo conjurar Imperio sobre alguien para hacer que hagan lo que tú quieres, entonces la ciencia es conocerlos tan bien que puedes convencerlos que fue su propia idea todo el tiempo. Es mucho más difícil que agitar una varita, pero funciona cuando las varitas fallan, justo como si el Imperius fallara aún podrías intentar persuadir a una persona. Y la Ciencia se construye de generación en generación. Tienes que saber lo que haces cuando estás haciendo ciencia – y cuando en verdad entiendes algo, puedes explicárselo a alguien más. Los más grandes científicos de un siglo atrás, los más brillantes nombres de los cuales aún se habla con reverencia, sus poderes no son nada para los científicos de hoy. No hay equivalencia en la ciencia de tus artes perdidas que alzaron Hogwarts. En la ciencia nuestros poderes se refinan cada año. Y comenzamos a entender y revelar los secretos de la vida y la herencia. Seremos capaces de mirar a la sangre de la cual me hablas, y ver qué te hace un mago, y en una o dos generaciones más, seremos capaces de persuadir a la sangre para hacer a todos sus niños poderosos magos también. Por lo que puedes ver, tu problema no es tan malo como parece, porque en unas cuantas décadas más, la ciencia será capaz de resolverlo por ti."
"Pero..." Draco intervino. Su voz estaba temblorosa. "Si los Muggles tienen esa clase de poder... entonces... ¿qué somos nosotros? "
"No, Draco, no es así como es, ¿no lo ves? La Ciencia maximiza el poder del entendimiento humano para mirar al mundo y descubrir como funciona. No puede fallar si la humanidad en si misma no falla. Tu magia podría apagarse, y lo odiarías, pero aún serías tú. Aún estarías vivo para lamentarlo. Pero porque la ciencia descansa sobre mi inteligencia humana, es el poder que no puede ser removido de mi sin removerme a mi también. Incluso si las leyes del universo cambian en mi, para que todo mi conocimiento sea vacío, descubriré las nuevas leyes, como ha sido hecho antes. No es una cosa de Muggle, es una cosa humana, sólo refina y entrena el poder que usas cada vez que miras algo que no entiendes y preguntas '¿Por qué?' Eres de Slytherin, Draco, ¿no ves la implicación?"
Draco vio del libro a Harry. Su cara mostraba un entendimiento subyacente. "Los magos pueden aprender a usar este poder."
Muy cuidadosamente, ahora... el cebo está puesto, ahora el anzuelo... "si puedes aprender a pensarte como un humano en lugar de como mago entonces puedes entrenar y refinar tus poderes como humano."
Y si esa instrucción no estaba en cada currículo de ciencia, Draco no necesitaba saberlo, ¿o sí?
Los ojos de Draco estaban pensativos. "Ya... ¿ya lo has logrado?"
"Hasta algún punto," Harry admitió. "Mi entrenamiento no está completo. No a los once años. Pero – mi padre también me compró tutores, ves." Cierto, habían sido estudiantes hambrientos a punto de graduarse, y sólo porque Harry dormía en un ciclo de 26 horas, pero deja todo eso de lado por ahora...
Lentamente, Draco asintió. "Piensas que puedes dominar ambas artes, combinar los poderes, y..." Draco contempló a Harry. "¿Convertirte en el Señor de los dos mundos?"
Harry soltó una risa malvada, parecía naturalmente apropiada en este punto. "Tienes que darte cuenta, Draco, que todo el mundo como lo conoces, toda la Bretaña mágica, no es más que una casilla en un tablero mucho más grande. El tablero que incluye lugares como la Luna, y las estrellas en el cielo nocturno, que son luces iguales al Sol pero a una distancia inimaginable, y cosas como galaxias que son castamente más enormes que la Tierra y el Sol, cosas tan grandes que únicamente los científicos pueden verlas y ni siquiera sabes que existen. Pero yo realmente soy un Ravenclaw, sabes, no un Slytherin. No quiero gobernar el universo. Sólo creo que podría estar más sensatamente organizado."
Había maravilla en el rostro de Draco. "¿Por qué me cuentas todo esto?"
"Oh... no hay muchas personas que sepan cómo hacer ciencia verdadera – entender algo por primera vez, incluso si te confunde hasta los cimientos. La ayuda sería útil."
Draco contempló a Harry con su boca abierta.
"Pero no te equivoques, Draco, la ciencia verdadera no es como la magia, no puedes hacerla y alejarte siendo el mismo como cuando aprendes las palabras para un nuevo hechizo. El poder viene con un precio, un precio tan alto que la mayoría de las personas se rehúsan a pagarlo."
Draco asintió a esto como pensando, finalmente, que había escuchado algo que podía entender. "¿Y qué precio?"
"Aprender a admitir que te equivocaste."
"Uh," Draco continuó después de que la pausa se alargó por un tiempo. "¿Vas a explicar eso?"
"Procurar descubrir cómo algo funciona en un nivel tan profundo, puede ser que las primeras noventa y nueve explicaciones que se te ocurrieron fueran erróneas. La número cien es la correcta. Por lo que tienes que aprender a admitir que estás equivocado, una y otra y otra vez. No suena tan duro, pero lo es tanto que la mayoría de personas no pueden hacer ciencia. Cuestionarte a ti mismo en todo momento, revisando de nuevo lo que siempre tomaste por cierto," como tener una Snitch en el Quidditch, "y cada vez que cambias tu mente, tu también cambias. Pero me estoy adelantando aquí. Adelantando demasiado. Lo que quiero saber es... te estoy ofreciendo compartir algo de mi conocimiento. Si quieres. Sólo existe una condición."
"Oh oh," Draco interrumpió. "Sabes, Padre dice que cuando alguien te propone algo de ese modo, nunca es una buena señal, nunca."
Harry asintió. "Ahora, no me malentiendas y pienses que estoy intentando provocar una distancia entre tu padre y tú. No se trata de eso. Es que quiero pactar con alguien de mi edad, lo prefiero a que esto sea entre Lucius y yo. Creo que tu padre estará de acuerdo, sabe que tienes que crecer algún día. Pero tus movimientos en nuestro juego tienen que ser tuyos. Esa es mi condición – que estoy pactando contigo, Draco, no con tu padre."
"Me tengo que ir," Draco avisó. Se puso de pie. "Tengo que irme y ´pensar sobre esto."
"Tomate tu tiempo," Harry concedió.
Los sonidos del andén del tren cambiaron de borroso ruido a murmullos mientras Draco se alejaba.
Lentamente Harry exhaló el aire que había estado aguantando sin saberlo, y luego vio al reloj en su muñeca, un simple modelo mecánico que su padre le había comprado con la esperanza de que seguiría andando en presencia de la magia. La segunda manecilla aún estaba avanzando, y si el minutero era correcto, entonces aún no eran las once. Probablemente debía subir pronto al tren y comenzar a buscar a ella cual-sea-su-cara, pero valía la pena tomarse unos pocos minutos para hacer algunos ejercicios de respiración y ver si su sangre se calentaba alguna vez.
Pero cuando Harry alzó la vista de su reloj, vio dos figuras aproximándose, luciendo absolutamente ridículas con sus caras encapuchadas por bufandas de invierno.
"Hola, Sr. Bronze," saludo una de las figuras enmascaradas. "¿Podemos interesarlo en unirse a la Orden del Caos?"
No mucho tiempo después, cuando todo el bullicio del día finalmente disminuyó, Draco estaba doblado sobre un escritorio con una pluma en la mano. Tenía un cuarto privado en los calabozos de Slytherin, con su propio escritorio y chimenea – tristemente ni siquiera él tenía una conexión a la red Floo, pero al menos Slytherin no se trago del todo ese total desvarío de hacer que todos compartieran dormitorios. No había muchos cuartos privados, tenías que ser de lo mejor dentro de la Casa para los mejores, pero tenerlo era seguro para la Casa de Malfoy.
Querido Padre, Draco escribió.
La tinta perezosamente goteó de su pluma, manchando el pergamino cerca de las palabras.
Draco no era estúpido. Era joven, pero sus tutores lo entrenaron bien. Draco sabía que Potter probablemente sentí mucha más simpatía a la facción de Dumbledore que lo que Potter estaba dejando ver... aunque Draco sí pensaba que Potter podía ser tentado. Pero era claro como el cristal que Potter estaba intentando tentar a Draco al igual que Draco lo estaba intentando con él.
Y también era claro que Potter era brillante, y mucho más que ligeramente loco, y jugando un vasto juego que Potter no entendía en su mayoría, improvisado a máxima velocidad con la sutileza de un Nundu arrasador. Pero Potter se las arregló para escoger una táctica de cual Draco no podía escapar así no más. Le había ofrecido a Draco una parte de su propio poder, apostando que Draco no podía usarlo sin convertirse más como él. Su padre había llamado a esto una ventaja técnica, y le había advertido a Draco que frecuentemente no servía.
Draco sabía que no había entendido todo lo que había pasado... pero Potter le había ofrecido a él la oportunidad de jugar y aún era suya. Y si lo destapaba todo, le pertenecería a Padre.
Al final era tan simple como eso. Las técnicas inferiores requieren la ignorancia del objetivo, o al menos su inquietud. Los halagos tenían que ser disfrazados plausiblemente como admiración. ("Debiste haber ido a Slytherin" es un viejo clásico, altamente efectivo en cierto tipo de personas que no se lo está esperando, y si sirve puedes repetirlo.) Pero cuando encuentras la última palanca de alguien no importa si ellos saben que tú sabes. Potter, en su apresurada locura, había adivinado algo clave del alma de Draco. Y si Draco sabía que Potter lo sabía – incluso si había sido alguna clase de suposición obvia – eso no cambiaba nada.
Por ahora, por primera vez en su vida, tenía secretos reales para guardar. Estaba jugando su propio juego. Había un obscuro dolor en ello, pero él sabía que Padre estaría orgulloso, y eso lo justificaba todo.
Dejando las gotas de tinta en su lugar – había un mensaje allí, y uno que su padre entendería, porque habían jugado el juego de las sutilezas más de una vez - Draco escribió la única pregunta que realmente lo había carcomido sobre todo el asunto, la parte que se suponía él estaba obligado a entender, pero no lo hacía, para nada.
Supón que te cuento que conocí a un estudiante a Hogwarts, que aún no es parte de nuestro circulo de conocidos, quien te llamó un 'instrumento intachable de muerte' y aseguró que yo soy tu 'único punto débil'. ¿Qué dirías sobre él?
No tomó mucho para que el búho familiar trajera la replica.
Diría que has sido afortunado de conocer a alguien que disfruta de la intima confianza de nuestro amigo y valioso aliado, Severus Snape.
Draco contempló la carta por un rato, y finalmente la arrojó al fuego.
Fanfic escrito por Less Wrong / Eliezer Yudkowsky
Traducido al español por Rhaidot