Capítulo 49 Capítulo 51
Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad
Capítulo 50
Egocentrismo
how dare you potter por dinosaurusgede |
Padma
Patil había finalizado su cena un poco tarde, cerca de las siete y
media, y ahora estaba dando zancadas rápidas para salir del Gran
Comedor en su camino hacia los dormitorios y los cuartos de estudio
de Ravenclaw. Esparcir rumores era divertido y destruir la reputación
de Granger era aún más divertido, pero podía distraer del trabajo
escolar. Se había retrasado con un ensayo de seis pulgadas sobre la
madera de *lomillialor
que era para la clase de la mañana de Herbología, y necesitaba
acabarlo esta misma noche.
Fue mientras estaba
cruzando un largo, retorcido, y estrecho corredor de piedra que el
susurro llegó, sonando como si estuviera proviniendo justo detrás
de ella.
"Padma
Patil..."
Ella
se giró tan veloz como el rayo, su varita ya extraída de un
bolsillo entre su túnica y saltando a sus manos, si Harry Potter
creía que podía ser sigiloso y asustarla a ella
tan sencillamente -
No había nadie
allí.
Instantáneamente
Padma se volteó y miró en la otra dirección, si había sido un
Encantamiento de Ventriloquia -
No había nadie
allí, tampoco.
El murmullo
susurrante llegó otra vez, suave y peligroso con un ligero siseo
subyacente.
"Padma
Patil, chica Slytherin..."
"Harry Potter,
chico Slytherin," ella dijo en voz alta.
Ella
había combatido a Potter y su Legión del Caos una docena de veces,
y ella sabía
que esto era obra de Harry Potter de alguna forma...
...aún cuando el
Encantamiento de Ventriloquia únicamente funcionaba hasta el alcance
de la vista, y en el tortuoso corredor, ella podía ver fácilmente
todo el camino hasta el sesgo más cercano tanto hacia adelante como
hacia atrás, y no había nadie allí...
...no importaba.
Ella conocía a su enemigo.
Se
produjo una risa susurrante, ahora llegando de su lado, y ella se
giró y apuntó su varita hacia el murmullo y gritó "¡Luminos!"
El voltio rojo de
luz se estrelló contra la pared, lo que la iluminó con un
resplandor escarlata que pronto se desvaneció.
Realmente
no había esperado que funcionara. No era posible
que Harry Potter fuera invisible, no invisible de verdad, esa era
magia que la mayoría de adultos
no podían hacer, y ella nunca creía ni nueve décimas de las
historias sobre él.
La voz susurrante se
rió de nuevo, esta vez al lado contrario.
"Harry Potter
se sostiene en el precipicio," murmuró la voz, oyéndose muy
cerca de su oreja, "él está tambaleando, sin embargo tú, tú
ya estás cayendo, chica Slytherin..."
"¡El
sombrero nunca llamó mi
nombre para Slytherin, Potter!" Ella puso su espalda contra la
pared, así no tendría que ver detrás suyo, y elevó su varita en
posición de ataque.
Otra vez la risa
suave. "Harry Potter ha estado en la sala común de Ravenclaw
por la última media hora, ayudando a Kevin Entwhistle y Michael
Corner a recordar recetas de Pociones. Pero eso no importa. Estoy
aquí para entregar una advertencia para ti, Padma Patil, y si eliges
ignorarla, es tu propia responsabilidad."
"De acuerdo,"
ella dijo fríamente. "Adelante y dame tu advertencia, Potter,
no te tengo miedo."
"Slytherin era
una gran Casa, hace tiempo," explicó el murmullo; ahora sonaba
triste. "Slytherin fue alguna vez una Casa que habrías estado
orgullosa de escoger, Padma Patil. Sin embargo algo salió malo, algo
se echó a perder; ¿sabes que salió mal con la Casa de Slytherin,
Padma Patil?"
"No, ¡y no me
importa!"
"Mas debería
importarte," replicó el susurro, oyéndose como si proviniera
detrás de su cabeza donde yacía casi presionada contra la pared.
"Porque tú aún eres esa niña a la que el Sombrero
Seleccionador le ofreció esa elección. ¿Crees que nada más elegir
Ravenclaw significa que no eres Pansy Parkinson, y jamás te
convertirás en Pansy Parkinson, sin importar cómo te conduzcas?"
A
pesar de todo, ahora, pequeños escalofríos de miedo estaban
esparciéndose desde su columna y recorriendo su piel. Había
escuchado aquellas
historias sobre Harry Potter también, que en secreto era un
Legeremante. Pero siguió enderezada, y puso todo el veneno que pudo
en su voz cuando habló, "Los Slytherins se volvieron Oscuros
para obtener poder, al igual que tú
lo hiciste, Potter. Y yo
no lo haré, jamás."
"Sin embargo
intrigas viciosos rumores sobre una niña inocente," murmuró la
voz, "aún cuando no te ayudará a conseguir ninguna de tus
ambiciones, y sin considerar que ella tiene poderosos aliados que
podrían sentirse ofendidos. Ese no es el orgullo del Slytherin de
los antiguos días, Padma Patil, ese no es el orgullo de Salazar, ese
es el Slytherin que se pudrió, Padma Parkinson no Padma Malfoy..."
Ella
se estaba sintiendo más aterrada de lo que nunca se había sentido
en su vida, y la posibilidad de que pudiera tratarse en realidad
de un fantasma estaba comenzando a ganarla. No había escuchado que
los fantasmas pudieran esconderse de este modo, mas quizá no lo
hacían usualmente – sin mencionar que la mayoría de fantasmas no
eran así de horripilantes,
después de todo no eran más que gente muerta - "¿Quién eres
tú? ¿El Barón Sangriento?"
"Cuando
Harry Potter fue abusado y golpeado," la voz murmuró, "él
ordenó a todos sus aliados que se refrenaran de la venganza;
¿recuerdas eso, Padma Patil? Porque Harry Potter se tambalea, pero
todavía no ha perdido; él está luchando, él mismo sabe que está
en peligro. Sin embargo Hermione Granger no hizo tal petición a sus
propios aliados. Harry Potter está enojado contigo ahora, Padma
Patil, más enojado de lo que habría estado jamás si se tratara de
él... y él
tiene aliados propios."
Un temblor descendió
a través suyo, ella supo que era visible y se odió a sí misma por
ello.
"Oh,
no tengas miedo," exhaló la voz. "No te voy a lastimar.
Verás, Padma Patil, Hermione Granger es verdaderamente inocente.
Ella
no está cerca del precipicio, no está cayendo. Ella
no le solicitó a sus aliados de refrenarse de herirte, porque el
pensamiento ni siquiera se le ocurrió como una posibilidad. Y Harry
Potter sabe muy bien que si te lastima a ti o causa que estés
lastimada, por el bien de Hermione Granger, entonces ella nunca le
volvería a hablar hasta que el Sol dejara de arder y la última
estrella fallé en el cielo nocturno." La voz estaba muy triste.
"Ella en realidad es una niña amable, una persona tal que yo
únicamente puedo desear ser..."
"¡Granger no
puede invocar el Encantamiento Patronus!" exclamó Padma. "Si
realmente fuera tan buena como pretende ser -"
"¿Puedes
tú
invocar el Encantamiento Patronus, Padma Patil? Ni siquiera te
atreviste a intentarlo, tuviste miedo de cuál podría ser el
resultado."
"¡Ese
no es verdad!
¡No tuve tiempo, eso es todo!"
El susurro continuó.
"Pero Hermione Granger sí lo intentó, abiertamente en frente
de sus amigos, y cuando su magia falló ella estaba sorprendida y
consternada. Porque hay secretos para el Encantamiento Patronus que
muy pocos conocen, y quizá nadie los conoce ahora aparte de mí."
Una suave, risa entre dientes. "Que conste que no es una mancha
en su espíritu lo que impide que su luz surja. Hermione Granger no
puede invocar el Encantamiento Patronus por la misma razón que
Godric Gryffindor, quien levantó estas paredes, nunca pudo."
El
corredor se estaba
poniendo más frío, ella estaba segura, como si alguien estuviera
usando el Encantamiento Enfriador.
"Y Harry Potter
no es el único aliado de Hermione Granger." Había un tono
subyacente de seca alegria en ese susurro, le recordó de repente y
amenazadoramente al Profesor Quirrell. "Filius Flitwick y
Minerva McGonagall la aprecian mucho, creo. ¿Se te ocurrió que si
alguno de ellos dos descubre lo que has estado haciendo a Hermione
Granger, podrían llegar a apreciarte menos? Podrían no intervenir
abiertamente, tal vez; sin embargo podrían ser más reticentes a
concederte Puntos de Casa, un poco lentos para guiar las
oportunidades en tu camino -"
"¿Potter
me delató?"
Una risa fantasmal,
un seco jeh-jeh-jeh. "¿Crees que esos dos son estúpidos,
sordos y ciegos?" Con un triste murmullo, "¿Piensas que
Hermione Granger no es preciosa para ellos, que no la verán
sufriendo? Así como pudieron estarlo de ti alguna vez, su joven y
brillante Padma Patil, mas tú lo estás desechando..."
La garganta de Padma
estaba reseca. Ella no había considerado eso, para nada.
"Me
pregunto cuántas personas quedarán al final que se preocupen por
ti, Padma Patil, en esta senda que ahora transitas. ¿Vale la pena,
nada más para distanciarte un poco más de tu hermana? ¿Para ser la
sombra de la luz de Parvati? Tu miedo más profundo siempre ha sido
caer en armonía con ella, de regreso
a la armonía debería decir; ¿pero vale la pena herir a una niña
inocente, nada más para hacerte mucho más diferente? ¿Debes ser la
gemela malvada,
Padma Patil, no puedes encontrar un bien diferente que perseguir?"
Su
corazón estaba taladrando su pecho. Ella no había, ella nunca había
platicado sobre eso con nadie
-
"Siempre me he
preguntado por qué los estudiantes se abusan entre ellos,"
suspiró la voz. "Cómo los niños se hacen la vida difícil
para sí mismos, cómo convierten sus escuelas en prisiones con sus
propias manos. ¿Por qué los seres humanos hacen sus propias tan
poco placenteras? Puedo darte una parte de la respuesta, Padma Patil.
Es porque las personas no se detienen a pensar antes de causar dolor,
si no se imaginan que también podrían resultar lastimados, que
también podrían resultar heridos por sus propias malas acciones.
Pero tú sufrirás, oh, sí, Padma Patil, sufrirás, si te quedas en
este camino. Sufrirás el mismo dolor de la soledad, el mismo dolor
del miedo y la desconfianza de otros, que hora infliges en Hermione
Granger. Sólo que en tu caso es merecido."
Su varita estaba
temblando en su mano.
"No escogiste
un bando cuando fuiste a Ravenclaw, niña. Escoges tu bando por la
forma en que vives tu vida, lo que haces a otras personas y lo que te
haces a ti misma. ¿Vas a iluminar las vidas de otros, o las vas a
oscurecer? Esa es la elección entre Luz y Oscuridad, no alguna
palabra gritada por el Sombrero Seleccionador. Y la parte difícil,
Padma Patil, no es decir 'Luz', la parte difícil es decidir cuál es
cuál, y admitirte a ti mismo cuando comienzas a descender por el
camino equivocado."
Hubo silencio.
Siguió por un largo tiempo, y Padma se dio cuenta de que la habían
despachado.
Padma casi dejo caer
su varita, cuando intentó ponerla de vuelta en su bolsillo. Casi se
cayó, cuando dio un paso para alejarse de la pared, y se giró para
irse -
"No siempre he
escogido correctamente entre la Luz y la Oscuridad," el susurro
expresó, fuerte y brusco directamente dentro de su oído. "No
tomes mi sabiduría como la palabra final, niña, no tengas miedo de
cuestionarla, pues aunque lo he intentado a veces he fallado, oh, sí,
he fallado. Sin embargo tú estás lastimando a un verdadero
inocente, y no alcanzarás ninguna de tus ambiciones con ello, no es
para ningún plan astuto. Estás infligiendo dolor puramente por el
placer que eso te trae. No siempre he escogido correctamente entre la
Luz y la Oscuridad, mas al menos sé que eso es oscuridad, de seguro.
Estás hiriendo a una niña inocente, y escapas la retribución
únicamente porque ella es demasiado amable para tolerar que sus
aliados se muevan en contra tuya. No puedo dañarte por eso, así que
entérate de que no puedo respetarlo. No eres digna de Slytherin; ¡ve
y haz tu tarea de Herbología, niña de Ravenclaw!"
El susurro final fue
como un fuerte siseo que sonó casi como una serpiente, y Padma huyó,
huyó por los corredores como si los Lethifolds** la estuvieran
persiguiendo, corrió sin importarle las reglas que prohibían correr
en los corredores, aún cuando pasó al lado de otros estudiantes que
la miraron sorprendidos, ella no se detuvo, corrió directo hasta los
dormitorios de Ravenclaw con el pulso golpeando en su cuello, la
puerta le preguntó "¿Por qué brilla el Sol de día en lugar
de la noche?" y le llevó tres intentos lograr que su respuesta
fuera coherente, y entonces la puerta se abrió y vio -
- unas cuantas niñas
y niños, algunos jóvenes y otros mayores, todos contemplándola, y
en una esquina en la mesa pentagonal, Harry Potter y Michael Corner y
Kevin Entwhistle, viéndola por encima de sus libros escolares.
"¡Dulce
Merlín!" exclamó Penelope Clearwater, levantándose de un
sofá. "¿Qué te sucedió, Padma?"
"Yo,"
tartamudeó ella, "yo, yo escuché – un fantasma -"
"No
fue el Barón Sangriento, ¿o sí?" inquirió Clearwater. Ella
extrajo su varita y un momento después estaba sosteniendo un vaso, y
entonces un Aguamenti
después el vaso estaba lleno con agua. "Aquí, bebe esto,
siéntate -"
Padma ya estaba
marchando hacia la mesa pentagonal. Miró a Harry Potter, quien la
estaba observando fijamente, con calma y gravedad y un poco de
tristeza.
"¡Tú
hiciste esto!" Padma exclamó. "Cómo – tú – ¡cómo
te atreves!"
Hubo un repentino
cuchicheo en el dormitorio de Ravenclaw.
Harry nada más la
miro.
Y cuestionó, "¿Hay
algo con lo que te pueda ayudar?"
"No
lo niegues," Padma insistió, con voz temblorosa, "tú
enviste ese fantasma hacia mí, eso dijo
-"
"Hablo en
serio," Harry la interrumpió. "¿Puedo ayudarte con algo?
Conseguirte algo de comer, o traerte una gaseosa, o ayudarte con tu
tarea, ¿o algo así?"
Todos los estaban
contemplando a los dos.
"¿Por qué?"
Padma espetó. No se le ocurría otra cosa que decir, ella no lo
entendía.
"Porque algunos
de nosotros estamos de pie frente al precipicio," Harry
respondió. "Y la diferencia es lo que hagas por otras personas.
¿Dejaras que te ayude con algo, Padma, por favor?"
Ella se lo quedó
viendo, y supo, en ese momento, que él había recibido su propia
advertencia, al igual que ella.
"Yo..."
ella contestó. "Tengo que escribir seis pulgadas sobre el
lomillialor
-"
"Permite que
suba a mi dormitorio y traiga mis cosas de Herbología," Harry
anunció. Se levantó de la mesa pentagonal, miró a Entwhistle y
Corner. "Lo siento, chicos, los veré después."
Ellos no dijeron
nada, nada más observaron, junto con todos los demás en el
dormitorio, al tiempo que Harry Potter caminaba hacia las escaleras.
Y
justo cuando el comenzaba a subir, pronunció, "Y nadie debe
molestarla con preguntas inútiles a menos que ella
quiera hablar al respecto, ¿espero que todos lo hayan
entendido?"
"Lo
entendimos," respondieron la mayoría de los de primer año y
algunos estudiantes más mayores, unos cuantos sonando bastante
asustados.
...
Y
ella conversó sobre muchas cosas con Harry Potter además de la
madera lomillialor
– incluso su miedo de volver a caer en armonía con Parvati, del
cual ella nunca antes había hablado con nadie,
pero no importaba porque el aliado fantasmal de Harry ya lo sabía. Y
Harry había cogido su monedero y extrajo unos libros raros,
prestados con la condición de guardar completo silencio, aseverando
de que si ella podía comprehender aquellos libros eso cambiaría sus
patrones de pensamiento lo suficiente como para que nunca jamás
volviera a caer en armonía con Parvati...
A las nueve en
punto, cuando Harry declaró que tenía que irse, el ensayo iba a la
mitad.
Y
cuando Harry hizo una pausa, y la volteó a mirar antes de salir, y
afirmó que él
la consideraba digna de Slytherin, la hizo sentir bien por un minuto
entero antes de darse cuenta de lo que le acababan de decir y quién
se lo había dicho.
...
Cuando Padma bajó a
desayunar, esa mañana, observó a Mandy verla y susurrar algo a la
chica que estaba sentada a su lado en la mesa de Ravenclaw.
Ella miró a la
chica levantarse de la banca y caminar hacia ella.
La
noche anterior Padma se había alegrado de que la chica durmiera en
el otro dormitorio; mas ahora que lo reflexionaba, esto era peor,
ahora tenía que hacerlo en frente de todos.
Aunque Padma estaba
sudando, sabía lo que tenía que hacer.
La chica se acercó
-
"Lo siento."
"¿Qué?"
exclamó Padma. Esa era su
linea.
"Lo
siento," repitió Hermione Granger. En voz alta para que todos
la pudieran escuchar. "Yo... yo no le solicité a Harry que
hiciera eso, y me enojé con él cuando lo descubrí, y le hice
prometer que no volvería hacer algo así a nadie,
y no le voy a hablar durante una semana... Yo real, realmente
lo siento, Señorita Patil."
La espalda de
Hermione Granger estaba rígida, su expresión era rígida, podías
ver el sudor en su rostro.
"Este,"
espetó Padma. Sus propios pensamientos se habían revuelto, ahora...
La vista de Padma se
desvió a la mesa de Ravenclaw, donde un niño las contemplaba con
ojos entrecerrados y sus manos apretadas sobre su regazo.
...
Antes:
"¡Te
pedí que fueras más amable!"
chilló Hermione.
Harry estaba
empezando a sudar. Nunca había escuchado a Hermione gritarle antes,
y fue bastante fuerte en el salón vacío.
"Yo
– pero – ¡pero yo fui
amable!" Harry protestó. "Prácticamente la he redimido,
¡Padma iba por el mal camino y yo la saqué de ahí! ¡Probablemente
cambié toda su vida para que sea más feliz! Además, tendrías que
haber escuchado la versión original
de lo que sugirió el Profesor Quirrell para mí -" en ese punto
Harry se dio cuenta de lo que iba a revelar y cerró su boca un
segundo demasiado tarde.
Hermione
agarró sus rizos castaños, un gesto que Harry no le había visto
hacer antes. "¿Qué propuso él?
¿Matarla?"
El Profesor de
Defensa había sugerido que Harry identificara a todos los
estudiantes claves que tuvieran influencia dentro y fuera de su año
y procurara ganar control absoluto de la fabrica de rumores en
Hogwarts, remarcando que este era un reto generalmente útil y
divertido para cualquier Slytherin verdadero atendiendo Hogwarts.
"Nada
de eso,"
Harry replicó rápidamente, "él nada más dijo de manera
general que debía conseguir influencia sobre las personas
esparciendo rumores, y yo
decidí que la versión amable
de eso sería sólo informar a Padma directamente sobre las
implicaciones de lo que ella estaba haciendo, y las posibles
consecuencias de sus acciones, en vez de intentar amenazarla o algo
así -"
"¿Llamas
a eso no amenazar a alguien?"
Las manos de Hermione ahora estaban jalando su cabello.
"Este..."
Harry titubeó. "Supongo que ella pudo sentirse un poco
amenazada, pero Hermione, las personas harán cualquier cosa cuando
crean que pueden salirse con la suya, no les importa cuán lastimadas
puedan resultar otras personas si no les duele a ellos mismos, si
Padma piensa que no
hay consecuencias por esparcir mentiras sobre ti entonces por
supuesto
que ella simplemente lo seguirá haciendo -"
"¿Y
crees que no va a haber consecuencias por lo que tú
hiciste?"
De repente Harry
tuvo un malestar en su estómago.
Hermione
tenía la mirada más enojada que él le hubiera llegado a ver. "¿Qué
crees que piensan los otros estudiantes de ti ahora, Harry? ¿De mí?
Si a Harry no le gusta la forma en que hablas sobre Hermione,
conseguirás que te ataquen los fantasmas, ¿es eso lo que querías
que ellos sintieran?"
Harry abrió su boca
y ninguna palabra surgió, él sólo... no había pensado sobre eso
de esa forma, realmente...
Hermione
se agachó para recoger sus libros de la mesa donde los había dejado
caer. "No te voy a hablar durante una semana, y le contaré
a todos que no voy a hablar contigo por una semana, y les contaré
por
qué,
y quizá
eso reparará algo de lo que hiciste. Y después de esa semana, yo
voy a – yo decidiré entonces qué hacer, supongo -"
"¡Hermione!"
La voz de Harry se alzó hasta ser un chillido de desesperación.
"¡Estaba
intentando ayudar!"
La niña se giró y
lo contempló al tiempo que abrió la puerta del salón de clases.
"Harry,"
ella pronunció, y su voz tembló un poco a causa de la ira, "el
Profesor Quirrell te está empujando a la oscuridad, en verdad lo
está haciendo, lo digo en serio, Harry."
"Esto...
no fue él, esto no fue lo que él propuso, esto sólo fui yo
-"
La voz de Hermione
ya era casi un susurro. "Algún día vas a ir a almorzar con él,
y será tu lado oscuro el que regrese, o tal vez tú ni siquiera
regreses."
"Te
prometo," Harry declaró, "que regresaré
del almuerzo."
Ni siquiera estaba
pensando cuando habló.
Y Hermione tan sólo
se volteó y tras una zancada cerró la puerta con un portazo.
Vaya
forma de invocar las leyes de la ironía dramática, tarado,
observó el Crítico Interno de Harry. Ahora
vas a morir este Sábado, tus últimas palabras serán 'Lo siento,
Hermione', y ella siempre se arrepentirá de que la última cosa que
hizo fue aporrear la puerta -
Oh, cállate.
...
Cuando Padma se
sentó con Hermione a desayunar, y explicó en una voz lo
suficientemente alta como para que otros la oyeran que el fantasma le
había dicho cosas que era importante que ella escuchara, y Harry
Potter había estado en lo correcto al hacerlo, hubo algunos personas
que quedaron con menos temor, y algunos que quedaron más temerosos.
Y
después las personas dijeron
menos cosas feas sobre Hermione, al menos en primer año, al menos en
publico donde Harry Potter podría escucharlo.
Cuando
el Profesor Flitwick le preguntó a Harry si él era el responsable
por lo sucedido a Padma, y Harry respondió que sí, el Profesor
Flitwick le informó que debía servir dos días de detención. Aún
si únicamente había sido un fantasma y Padma no había sido herida,
aún así, ese no era un comportamiento aceptable para un estudiante
de Ravenclaw. Harry asintió y afirmó que comprendía por qué el
Profesor tenía que hacerlo, y no protestaría; mas considerando que
eso
parecía haber hecho cambiar a Padma, ¿el Profesor Flitwick
realmente creía, extraoficialmente, que él había hecho lo
incorrecto? Y el Profesor Flitwick hizo una pausa, pareciendo de
hecho considerarlo, y entonces le explicó a Harry, con una chillona
voz solemne, que necesitaba aprender a relacionarse con otros
estudiantes en la forma normal.
Y Harry no pudo
evitar pensar que este era un consejo que el Profesor Quirrell nunca
le daría.
Harry
no pudo evitar pensar que de haberlo hecho al estilo del Professor
Quirrell, la forma normal de Slytherin,
una mezcla de incentivos positivos y negativos para lograr que Padma
y los otros traficantes de rumores quedaran bajo su control
explicito, entonces Padma no habría hablado al respecto, y Hermione
nunca lo habría descubierto...
...en
cuyo caso Padma no habría sido redimida, habría seguido en el mal
camino, y habría sufrido por ello eventualmente. No era como si
Harry le hubiera mentido
a Padma de alguna forma, cuando usó el Giratiempo estando invisible
y usando el Encantamiento de Ventriloquia.
Harry
todavía no estaba seguro de si había hecho lo correcto, o una
cosa correcta, y Hermione no había cedido en cuanto no hablarle –
aunque estaba hablando bastante con Padma. Había dolido más de lo
que Harry había esperado, regresar a estudiar por su cuenta; como si
su cerebro ya hubiera olvidado su largamente-afilada habilidad de
estar solo.
Los días restantes
para el almuerzo del Sábado con el Profesor Quirrell parecían
avanzar muy, muy lentamente.
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