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domingo, 19 de abril de 2020

Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad Capítulo 115

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Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad



Capítulo 115: Cállate y Haz Lo Imposible, Parte 2


Algo como un estado de fuga había caído sobre la mente de Harry. Se sentía parcialmente agotado, parcialmente ausente de sí mismo. Elementos de su mente estaban dormidos, quizá dormidos deliberadamente por alguna parte que era lo suficientemente inteligente como para predecir lo que iba a pasar. Lo que acababa de hacer -

El pensamiento fue silenciado, dejando espacio para tener consciencia de otras cosas.
Harry estaba de pie en el medio de un cementerio desordenado, lápidas esparcidas sin ninguna organización.

Bajo la luz de la luna y las estrellas, se podía ver las túnicas negras sobre el suelo, rodeadas por texturas que no encajaban del todo con la tierra del cementerio, humedad teñida de rojo bajo los destellos de la luna. Algunas cabezas se habían salido de las túnicas, revelando pelo que era largo o corto, oscuro o brillante, que era todo lo que se podía ver bajo la luna. Las máscaras de plata permanecieron haciendo parecer que todo el cabello tenía su origen desde esos cráneos y no desde rostros humanos -

El pensamiento fue silenciado, dejando espacio para tener consciencia de otras cosas.

Una niña dentro de un uniforme de Hogwarts con bordes rojos dormía sobre el altar. Cerca del altar, las cosas de Harry yacían amontonadas.

Sobre el suelo yacía un hombre demasiado alto con rostro inhumano, sangre derramándose desde los muñones de sus muñecas.

Tan pronto como el Señor Oscuro Voldemort despierte, va a destruir todo lo que tú amas. Dumbledore ya no está aquí para detenerlo.

No puede ser metido a una prisión, pues puede abandonar su cuerpo en cualquier momento.

No puede ser asesinado permanentemente, no sin antes destruir más de cien horrocruxes, una de los cuales es la placa del Pioneer.

Materiales: Una varita, esta vez se te permite apuntar y hablar.

Tienes cinco minutos.

Resuelve.

Harry arrastró los pies hacia el altar, se arrodilló a su lado, y recogió su monedero.

Caminó hacia donde yacía Voldemort.

La sensación de aprehensión había disminuido, tras Voldemort haber caído inconsciente por el maleficio. Ahora, cuando Harry se aproximó, se elevó hasta una altura terrible, haciendo llamear el dolor en su cicatriz.

Harry ignoró el chillido interno. Esa había sido la última memoria de Tom Riddle grabada a fuego dentro del cerebro de Harry, el último patrón cognitivo que había sido transferido sobre el bebé infante antes de que Tom Riddle hubiese explotado: una sensación de horror agrandado e impotencia asociados con la resonancia que se había salido de control. Ahora Harry sabía el significado, de esa sensación de aprehensión, y eso la hacía más fácil de ignorar. Había deducido que el efecto de la resonancia golpeaba con más fuerza al que lanzaba el hechizo, con poder proporcional al poder del hechicero, y había acertado con su apuesta.

Harry posó su mirada sobre el cuerpo de Voldemort, y respiró profundamente - a través de su boca, porque un olor como el cobre sobre el cual Harry no quería pensar le estaba entrando por la nariz.
Harry se arrodilló al lado de Voldemort, sacó su kit médico de su monedero, y puso un torniquete de cierre automático sobre la muñeca izquierda del cuerpo, luego otro torniquete para la muñeca derecha.

Se sintió mal, mostrar esa preocupación por Voldemort. Alguna parte de Harry era consciente, en el fondo de su mente, que a un gran número de personas le acababa de pasar algo extremadamente malo. Lo que habría sido un balance justo, lo que habría sido justicia, era que Voldemort hubiese sufrido el mismo destino sin un instante de duda. Lo que Harry estaba haciendo se sentía como si Batman estuviera  demostrando que le preocupa más el Guasón que las víctimas del Guasón; se sentía como una historieta de cómic donde los escritores buscaban excusas una y otra vez para justificar la moralidad de no matar a los Grandes Villanos con Nombre mientras que había gente inocente muriendo al fondo de los paneles. Mostrar más amabilidad para el villano jefe que para sus secuaces, poner más atención por su destino que por lo ocurrido a sus seguidores de menor estatus, era una falla de la naturaleza humana.

Así que se sintió incorrecto cuando Harry se paró al lado del cuerpo, los torniquetes cerrados fuertemente sobre las muñecas de Voldemort; se sintió como si Harry estuviera haciendo algo que exhibía una ética monstruosa.

Aún cuando cualquier estrategia de pensamiento sensata decía que el cuerpo de Voldemort no debía morir. El alma que él había creado para sí mismo tenía que estar anclada en este cerebro, no se le debía permitir flotar libre.

Harry retrocedió un paso, alejándose del cuerpo inconsciente de Voldemort, respirando profundamente a través de su boca. Fue al montón de sus cosas, para ponerse su túnica y otros objetos, empezando con ubicar su Giratiempo alrededor de su cuello una vez más, preparando su propio escape y regreso en caso de ser requerido...

Más de cien horrocruxes.

Eso había sido una locura, no había otra palabra para ello, una señal de la deformada manera de pensar de Voldemort sobre la muerte. Un experto en seguridad Muggle lo habría llamado seguridad más allá de la cerca, cómo construir una cerca de más de cien metros en el medio del desierto. Solamente un atacador muy complaciente intentaría trepar esa cerca. Cualquiera que fuera sensato nada más daría un rodeo alrededor de la cerca, y hacer la cerca más alta no iba a impedir eso.

Una vez que se te olvidaba tener miedo ante lo imposible que se suponía debía ser el problema, ni siquiera era difícil, no al compararlo con el problema anterior.

Los padres de Neville, por ejemplo, habían recibido el Crucio hasta quedar locos permanentemente. Doscientos horrocruxes avanzados no iban a impedir esa demencia, nada más iban a crear un eco de la misma mente dañada.

Habría sido ética justificada usar la Maldición Cruciatus, de ser esa la única manera de detener a Voldemort para siempre. Habría sido justicia, balance, habría mostrado que la vida del Guasón no era más valiosa que la de sus secuaces más malvados...

Todo lo que Harry necesitaba era convocar el Encantamiento Patronus, enviarlo a... ¿Alastor Moody?... Y pedirle que viniera aquí. Bueno, no, era mu fácil de adivinar que el Encantamiento Patronus no iba a funcionar si era lanzado con esa intención. Tal vez nada más informar a Moody, y usar su Giratiempo una vez que saliera del rango de las protecciones de Voldemort.

Y entonces Voldemort podría recibir el Crucio hasta quedar permanentemente loco.

Ni siquiera era el destino menos misericordioso. Eso habría sido arrojar la varita de Voldemort dentro del hoyo central en Azkaban, si la varita permanecía conectada a la vida y magia de Voldemort sin importar a dónde se fuera su fantasma para intentar huir.

Harry se giró para encarar al Voldemort acostado. Caminó, y continuó controlando su respiración, ignorando la ardiente sensación en su garganta. Alguna parte de él sabía que Voldemort también era el Profesor Quirrell, aunque ahora su cuerpo fuera diferente. Aunque el cambio de personalidad había sido perfecto y eso indicaba que el Profesor Quirrell no había sido más que otra máscara...

Sin embargo Voldemort no había planeado asesinar a Harry con dolor. No había pensado en atacar a Harry con el Cruciatus de sus seguidores, antes cuando Harry estaba siendo molesto. Eso significaba algo, cuando tu oponente era Voldemort. Quizá le quedaba algo de camaradería hacia el otro Tom Riddle.

...sería incorrecto tener eso en cuenta.

¿Lo sería?

Harry levantó la vista hacia las estrellas. Aquí bajo la atmósfera las estrellas fulguraban, estaban ancladas en el falso domo del cielo nocturno, esparcidas a través de la estela de la Vía Láctea que resplandecía como un largo listón, como si estuvieran lo suficientemente cerca para que pudieras volar sobre una escoba y tocarlas.

¿Qué querrían ellos que él hiciera en esta coyuntura, los hijos de los hijos de los hijos?

La respuesta para eso también se sintió obvia, si no era únicamente la parte de Harry a la que todavía le importaba el Profesor Quirrell la que estaba hablando.

Harry había necesitado hacer lo que había hecho, había evitado mayores males, Harry no habría podido detener a Voldemort si los Mortífagos hubiesen disparado primero. Sin embargo esa cosa que Harry había hecho no era algo que pudiera ser balanceado por una tragedia innecesaria que le fuera a pasar a otro ser pensante, incluso si ese ser era Voldemort. No sería más que un elemento más para las lamentaciones de la muy antigua Tierra.

El pasado era el pasado. Hacías lo que tenías que hacer, y no hacías ni una pizca más de daño que el necesario. Ni siquiera cosas para balancear, y hacerlo todo más simétrico.

Los hijos de los hijos de los hijos no querrían que Voldemort muriera, incluso si sus secuaces sí habían muerto. Los descendientes no querrían que Voldemort fuera herido, si no era para lograr algo en comparación al hecho de que él fuera a sufrir.

Harry respiró profundamente, y lo dejó ir - no su odio - no del todo su odio - no había sido capaz de odiar a su creador ni siquiera en el momento final  - pero aún así, Harry dejó ir algo. La sensación de que él tenía que odiar a Voldemort, que estaba obligado a sentir odio, por la interminable lista de crímenes que Voldemort había cometido sin una buena razón, ni siquiera para su propia felicidad...

Todo está bien, las estrellas le susurraron. Está bien que no lo odies. Eso no te hace una mala persona.

Al final, solamente había una opción que él iba a tomar, y puesto que Harry ya lo sabía, no tenía sentido agonizar al respecto. Si era la mejor opción, únicamente el tiempo lo podría responder.

Harry respiró profundamente, acumulando la magia dentro de sí. El hechizo que iba a lanzar no necesitaba ser preciso, sin embargo era el hechizo más poderoso que había logrado dominar.

Harry volvió a pensar sobre lo injusto que era que Voldemort no pudiera morir junto a sus seguidores, sintió el ligero rastro de frialdad en su sangre acompañado de pensamientos crueles. Y luego Harry lo dejó ir, dejó que todo desapareciera bajo la luz de las estrellas, porque su lado oscuro nunca había sido más que un patrón heredado cognitivo, no era más que un mal hábito de pensamiento que tenía que romper.

Harry prefirió contemplar a Hermione respirando sobre el altar, y permitió que las lágrimas finalmente cayeran de sus ojos. Qué sería de Hermione ahora, qué camino iba a escoger ella después de esto, Harry no lo podía adivinar; pero ella estaría ahí para tener una decisión, la amistad entre ellos no había destruido su existencia. No se había dado cuenta de cuán endeble había sido su esperanza, hasta que se dio cuenta de la sorpresa que sintió cuando esa esperanza se hizo realidad. A veces las cosas salían mejor de lo esperado.

Y Harry cogió ese pensamiento, también, y lo introdujo en la magia que estaba acumulando.
El poder que estaba acumulando estaba vibrando dentro de él, como si todo su cuerpo fuera parte de su varita, o bien los ojos de Harry estaban viendo borrosos o había realmente una luminosidad blanca temblando sobre el acebo. Y Harry pensó en la forma del hechizo que iba a lanzar, no tenía un control perfecto pero el patrón que necesitaba era simple, nada más necesitaba incluir -

Todo, olvida todo, Tom Riddle, Profesor Quirrell, olvida tu vida por entero, olvida tu memoria episódica por completo, olvida la decepción y la amargura y las decisiones incorrectas, olvida a Voldemort -

Y el el último momento antes de lanzar Harry el hechizo, tuvo un pensamiento final, una nota de gracia -

Aunque si alguna vez tuviste una memoria verdaderamente feliz, no de herir personas o reírse ante su sufrimiento, sino la cálida sensación de ayudar a alguien o de recibir ayuda, aún si no son muchas, quizá solamente de cuando eras un niño, pero si tienes cualquier memoria verdaderamente feliz entonces solamente puedes recordar esas -

Algo brillante dentro de él se encendió ante su decisión, sabiendo que había tomado la elección correcta, y Harry también introdujo eso dentro de su varita -

"¡OBLIVIATE!"

Y todo surgió de Harry hacia el hechizo.

Harry se cayó de lado, dejando caer su varita, gritos ahogados proviniendo de su garganta, sus manos yendo impotentes hacia su cicatriz, al tiempo que la explosión de dolor empezó a desaparecer. Únicamente y de manera vaga sus ojos vieron que el aire estaba lleno de copos de nieve luminosos, motas flotantes de luz plateada que eran como pequeñas partículas del Encantamiento Patronus.

Sólo un momento duró la luz plateada, y luego se desvaneció.

El Profesor Quirrell se había ido.

Nada excepto un pequeño remanente.

Y ese espíritu, lo que quedaba, no sería tan diferente del espíritu del propio Harry.

La Profecía estaba completa.

Ellos se habían reconstruido entre sí a su propia imagen.

Harry empezó a sollozar, luego, en posición fetal sobre la tierra.

Y lloró por un largo rato.

Y eventualmente Harry se tambaleó sobre sus pies y recogió su varita de nuevo, porque el trabajo de ese día todavía no estaba finalizado.

...

Harry puso su varita directamente sobre el muñón de la muñeca de Voldemort; hizo que su cicatriz ardiera con un dolor constante, pero ninguno de los dos explotó.

Y Harry comenzó una Transformación.

Lentamente - aunque más rápido de que lo Harry había sido capaz de Transformar el cuerpo de Hermione, la última vez - el hombre-serpiente paralizado cambió, se reformó. Mientras la Transformación progresaba, especialmente cuando la cabeza del hombre-serpiente empezó a volverse vidriosa y empequeñecer, el dolor en la cicatriz de Harry se desvaneció.

Sería un hechizo para mantener incluso tanto cuando Harry estuviera despierto o dormido; y después, cuando Harry fuera mayor y más poderoso y quizá tuviera algo de ayuda, él iba a remover la Transformación del Tom Riddle con mente en blanco y sanar su cuerpo con el poder de la Piedra. Después de que futuro-Harry hubiese descubierto qué hacer con un casi completamente amnésico mago que seguía teniendo malos hábitos de pensamiento y algunos patrones de emociones altamente negativas - un lado oscuro, por así decir - además de una gran cantidad de conocimiento declarativo y de procedimiento sobre magia poderosa. Harry había hecho su mejor esfuerzo para no Desmemorizar esa parte, porque la podría necesitar, algún día.

Y mientras tanto, así como la magia no había definido un unicornio Transformado como muerto y no había activado las protecciones, los horrocruxes de Voldemort no iban a definir a un Voldemort Transformado como muerto y no iban a intentar traerlo de vuelta.

Esa era la esperanza, al menos.

La cicatriz de Harry volvió a chamuscar una última vez cuando el anillo de acero fue ubicado sobre su dedo meñique, exhibiendo la pequeña esmeralda verde en contacto con su piel. Luego su cicatriz se calló, y no volvió a doler.

Una roca solevantada sirvió a Harry como silla, quien se tambaleó hacia ella y se sentó quedando inmóvil, descansando de buena gana, mostrando la fatiga que amenazaba las esquinas de su mente. No había terminado, había más por hacer.

Nuevamente Harry respiró profundamente, todavía inhalando a través de su boca, pronunció "Lumos," y echó un vistazo alrededor del cementerio.

Túnicas negras y cabezas cortadas con máscaras de calavera, rodeadas por charcos de sangre -
Hermione Granger, dormida sobre el altar.

La túnica vacía de Voldemort y sus manos sangrantes, yaciendo donde el Señor Oscuro había caído.
Quirinus Quirrell con su túnica desgarrada, caído sin ceremonia donde la Maldición Asesina lo había alcanzado.

Harry imaginó que alguien más veía esta escena, intentaba entender, y sacudía su cabeza, porque no tendría sentido, para nada.

Entonces Harry se levantó de la roca con esfuerzo, haciendo una mueca mientra su mente, junto con su cuerpo, protestaban. No había sangrado ni había sido golpeado mucho el día de hoy, pero por alguna razón el cuerpo de Harry se sentía como si todo el estrés hubiese sido un ataque directo.

Harry arrastró los pies hacia donde había caído Voldemort, y recogió la mano izquierda de Voldemort del suelo.

Incluso en la mano izquierda, ahí podías ver los finos rasgos de las escamas de serpiente; era definitivamente Voldemort. Eso estaba bien.

Harry fue hacia el altar donde yacía la durmiente Hermione, y gentilmente ubicó la mano cercenada alrededor del cuello de Hermione, moviendo cuidadosamente los dedos para sujetar su garganta. Fue difícil de hacer, Hermione parecía tan pacífica e inocente cuando estaba durmiendo, y la mano cercenada de Voldemort parecía tan fea; sin rodeos Harry silenció esa parte de su mente que estaba pensando eso, ya que no tenía sentido en el contexto actual.

Unos cuantos Encantamientos Seccionadores debilitados sirvieron para dañar el fino y casi perfecto corte dejado por las nanofibras, lo que era algo crítico; no tendría sentido que el muñón de la mano fuera igual a los muñones de los cuellos. Los múltiples Diffindo lograron desperdigar pequeños fragmentos de la muñeca de Voldemort sobre la túnica de Hermione, lo que, Harry tuvo que recordarse a sí mismo, también era parte del plan.

Harry repitió esto con la mano derecha, organizando que fuera simétrica con la izquierda.

Harry usó Inflammare para quemar la túnica de Voldemort, y luego esparció los restos de la túnica quemada alrededor de Hermione.

La pistola de Voldemort, y su varita, fueron comidas por el monedero de Harry. Harry ubicó la Piedra de la Permanencia dentro de su bolsillo ordinario, no estaba seguro de lo que la Piedra podría hacerle a su monedero.

El montón de cosas que estaban dentro de la túnica de Quirrell, también cerca del altar, contenía la varita que el Profesor de Defensa había usado cuando estaba siendo Quirrell. Harry fue hacia donde estaba tirado Quirrell, y enderezó el cuerpo lo mejor que pudo, y puso la varita de Quirrell dentro de su mano. Lágrimas predecibles salieron de los ojos de Harry, y él se las limpió con su manga.

Nuevamente Harry respiró profundamente, todavía inhalando a través de su boca, pronunció "Lumos," y una vez más echó un vistazo alrededor del cementerio.

Túnicas negras, cabezas cortadas con máscaras de calavera, y Hermione Granger yaciendo sobre un altar con las manos cercenadas de Voldemort agarrando la garganta de ella, y la túnica de Voldemort quemada y desperdigada alrededor de ella. Quirinus Quirrell yacía muerto con su túnica partida y desgarrada, su varita dentro de su mano derecha.

Eso sería suficiente.

Ahora sólo quedaba el problema de llamar la atención.

Harry casi estaba sin magia para este punto. Aunque todavía le quedaba lo necesario para Transformar una hoja en la forma desinflada de un globo meteorológico de tres metros.

El monedero de Harry produjo una botella de oxiacetileno, y un taco de dinamita, y un carrete de mecha. Estar preparado, esa es la canción de marcha de los Boy Scout, estar preparado para una vida que incluye troles de montaña y quién sabe qué más...

Harry infló el globo meteorológico con el oxiacetileno. Eso produciría una presión exacerbada muy ruidosa cuando hubiese detonado, quizá tan fuerte como una explosión sónica.

Unió el taco de dinamita - eso sería excesivo, para una detonación, pero tendría sentido.

Unió la mecha con duración de sesenta segundos al taco de dinamita, pero no lo encendió todavía.
Harry se puso su Capa de Invisibilidad, que había estado entre las cosas amontonadas a un lado del altar de sacrificio.

Obtuvo su escoba de su monedero, y la montó.

Harry lanzó un Encantamiento Silenciador sobre Hermione Granger - no iba a mermar todo el ruido, ni por asomo, y no era como si fuera a ser herida permanentemente si sus tímpanos explotaban, pero aún así pareció lo más amable.

Y eso fue todo. El Encantamiento Silenciador lo había logrado. Harry iba a estar sin magia por lo menos durante una hora.

Harry montó la escoba, elevándose lentamente en el aire, llevando consigo el globo meteorológico lleno de oxiacetileno. El castillo de Hogwarts fue visible, brillando distante bajo la luz de la luna a unos cuantos kilómetros, cuando Harry se elevó por encima de los árboles; y Harry midió la distancia lo mejor que pudo, y el ángulo del cual sería visto desde Hogwarts.

Cuando se había levantado muy por encima del bosque, Harry usó un encendedor para encender la mecha de la dinamita unida al globo meteorológico lleno de oxiacetileno. Luego Harry hizo girar la escoba y se alejó como una flecha - aunque no directamente hacia el castillo, eso podría acercarlo demasiado a la ruta que Harry-pasado y el Profesor Quirrell habían recorrido, no tendría sentido que el Profesor hubiese sentido otro Harry -

Harry sintió una pesada cuchillada de tristeza, y la rechazó.

Treinta y un mil, treinta y dos mil, treinta y tres mil...

Cuando Harry llegó a cuarenta, no queriendo arriesgar sus propios tímpanos, echó un vistazo a su reloj de pulsera, memorizando el tiempo exacto, y giró su Giratiempo una vez.

...

Capítulo 114             Capítulo 116


Nota del Traductor (12 de Abril de 2.020)


Voy a tomarme un día para hacer cosas varias relacionadas a HPMOR y el blog. El siguiente episodio está alrededor de las 2.000 palabras, a ritmo de cuarentena, debería publicarlo el 15 de Abril de 2.020 en Patreon y el 22 de Abril en el blog de Rhaidot y FNN.

Faltan 7 capítulos para el final de Harry Potter y los Métodos de la Racionalidad.

Esta entrada fue posible gracias a Rocio Tou, Sergio Andres Rodriguez Vargas, Nkp, Richard Nole, y Kbrem.


Si lo deseas puedes apoyarme siendo un Patrocinador de Rhaidot.


Gracias por leer.


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