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Me duele que mi Selección Colombia haya perdido, no por perder en sí mismo, sino porque merecía ganar, y peor aún, Brasil debió perder. Hay diversas tácticas que se emplean en el deporte, y dentro del fútbol es posible practicar un juego sucio y tramposo, como el que mostró Uruguay. Pero la diferencia está en que Uruguay no contaba con el respaldo total de la terna arbitral, ni con la industria de la FIFA para crear una fachada por fuera de la cancha.
Me explico. La FIFA no sólo quiere vendernos la idea de que el arbitraje fue justo, cosa absurda que algunos medios ya están ayudando a construir, también quieren justificar una posible derrota contra Alemania a causa de la lesión de Neymar. Ya todos quieren linchar al jugador colombiano Juan Camilo Zuñiga, cuando en realidad la culpa de la lesión del crack brasileño es su propio equipo. Neymar recibió un fuerte golpe en el partido anterior, se vio que contra Colombia no estaba en un buen nivel, pateaba con suavidad y varias veces las cámaras captaron su rostro de dolor que muchos confundieron con frustración. Su mayor aporte fue actuar como el divo del cual Los Simpsons se burlaron, para que pitaran faltas a favor de Brasil.
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Neymar ya estaba golpeado, y la mala caída que sufrió con Zuñiga, quien en ningún momento se planteó hacerle daño, resintió el golpe que el brasileño ya tenía.
Hubo varias sucias jugadas antes, durante y después del partido que muy pocos han mencionado. Por ejemplo, en la presentación de los himnos de cada equipo, el himno de Brasil casi al final fue entonado a todo pulmón por los brasileños, porque la pista de sonido fue silenciada. Esto es una herramienta de guerra psicológica, que por un lado da la sensación de que el himno fue más largo de lo que en realidad fue, y también refuerza la presión del publico sobre el equipo visitante. Durante el juego las cámaras estaban prestas a captar cualquier falta sancionada a Colombia, fuera real o no, y perezosas a mostrar el juego sucio de Brasil, que en lugar de ir tras el balón atacaban el cuerpo de los jugadores de Colombia, sin miedo de agredir la humanidad de los otros ni de ponerse en riesgo a ellos mismos.
De arbitraje ya se ha dicho todo lo malo, ¿pero dónde me dejan cuando le pusieron el culo en el rostro a James? Un jugador brasileño hizo la gracia mientras que otros dos se aseguraron de mantenerlo ahí y de hacer pantalla para que no fuera tan visible la grosería. La rabia de James fue justificada, y el arbitro lo que hizo fue seguir la jugada como si nada hubiera pasado, de hecho, dándole norma de ventaja a Brasil. Que vergüenza.
Hacia mi Selección Colombia todo lo que siento es orgullo por haber sido representado por éstos caballeros, que además de ser excelentes jugadores, tuvieron un honor intachable propio del que no esta dispuesto a rebajarse para triunfar. Digan lo que digan, Colombia no perdió ese partido, porque demostró sus capacidades y calidades futbolísticas. Colombia es un campeón del buen fútbol.
En cuanto a Brasil, repito, que vergüenza. La FIFA quería que Brasil llegara lo más lejos posibles y para lograr ese objetivo han movido cielo y tierra. Lo importante para ellos es vender camisetas, no el jogo bonito. No creo que vayan a poder con Alemania, que ya está acostumbrada a superar los árbitros comprados y el que dirán. Una final entre Alemania y Holanda sería de mi agrado.
Por ahora es suficiente de fútbol. Atrás queda la ilusión de un buen anfitrión y del triunfo de los mejores. No ganan los mejores, sino los que meten los goles.
Uno de los mejores momentos de ésta Selección Colombia:
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